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VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL MINISTRO JOSÉ

FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS EN EL


AMPARO EN REVISIÓN 318/2020

La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, en sesión ordinaria celebrada el siete de octubre de dos mil veinte,
resolvió el amparo en revisión 318/2020 en el sentido de negar el amparo
promovido en contra del artículo 18 de la Ley Agraria, 1 el cual se había
impugnado por considerarlo violatorio del principio de igualdad consagrado
en el artículo 1º Constitucional al excluir a los posesionarios regulares del
derecho a suceder derechos agrarios.

En la sentencia, la Ministra y Ministros integrantes de la mayoría


consideraron que de los artículos 17 y 18 de la Ley Agraria y 22, fracción
VIII, 77, 78, 79, 80, 85 y 86 del Reglamento Interior del Registro Agrario
Nacional, se advierte que los posesionarios regulares tienen derechos
agrarios que incluso pueden ser reconocidos en un certificado expedido por
la autoridad competente.

En ese contexto, estimaron que el artículo 18 de la Ley Agraria debía leerse


en el sentido de que ejidatarios, comuneros, y posesionarios “regulares”
pueden transmitir sus derechos agrarios.

Aunado a lo anterior, se hizo la precisión de que el criterio sostenido no era


contrario a lo resuelto por esta Segunda Sala en la contradicción de tesis
159/2005-SS2 de la que derivó la jurisprudencia 2a./J. 159/2005 de rubro:
“SUCESIÓN EN MATERIA AGRARIA. SÓLO COMPRENDE LOS
DERECHOS AGRARIOS DE LOS EJIDATARIOS Y NO LA POSESIÓN
QUE EJERCEN QUIENES NO TIENEN ESE CARÁCTER”, pues ese criterio
se sostuvo respecto de los posesionarios irregulares, más no de los
regulares.
1
“Artículo 18.- Cuando el ejidatario no haya hecho designación de sucesores, o cuando ninguno
de los señalados en la lista de herederos pueda heredar por imposibilidad material o legal, los
derechos agrarios se transmitirán de acuerdo con el siguiente orden de preferencia:
I. Al cónyuge;
II. A la concubina o concubinario;
III. A uno de los hijos del ejidatario;
IV. A uno de sus ascendientes; y
V. A cualquier otra persona de las que dependan económicamente de él.
En los casos a que se refieren las fracciones III, IV y V, si al fallecimiento del ejidatario resultan dos
o más personas con derecho a heredar, los herederos gozarán de tres meses a partir de la muerte
del ejidatario para decidir quién, de entre ellos, conservará los derechos ejidales. En caso de que
no se pusieran de acuerdo, el Tribunal Agrario proveerá la venta de dichos derechos ejidales en
subasta pública y repartirá el producto, por partes iguales, entre las personas con derecho a
heredar. En caso de igualdad de posturas en la subasta tendrá preferencia cualquiera de los
herederos.”
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Resuelta en sesión del veinticinco de noviembre de dos mil cinco por unanimidad de cinco votos.
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO EN
REVISIÓN 318/2020

En virtud de la interpretación del artículo 18 de la Ley Agraria a la que


arribaron los Ministros, concluyeron que este no vulneraba el artículo
primero constitucional.

Finalmente, se reservó jurisdicción al Tribunal Colegiado de Circuito del


conocimiento para que emprendiera el examen correspondiente en su
ámbito de competencia legal.

Razones del voto

Respetuosamente considero que, contrario a lo sostenido por la mayoría, el


criterio establecido en el sentido de que los posesionarios regulares pueden
heredar sus derechos agrarios, sí es contrario a lo que esta Segunda Sala
había resuelto al resolver la contradicción de tesis 159/2005-SS, fallada el
veinticinco de noviembre de dos mil cinco.

Ello lo estimo así, ya que en dicho precedente se determinó que los únicos
sujetos que pueden transmitir por sucesión agraria sus derechos, son los
ejidatarios y comuneros, no así los posesionarios (en general), sin que se
precisara que dicho criterio fuera aplicable solamente a los posesionarios
iregulares y no a los regulares.

Previo a abordar de manera más precisa lo resuelto en la contradicción de


tesis 159/2005-SS, considero necesario recordar que esta misma Sala ha
considerado que los posesionarios regulares (en materia agraria) son
aquellos poseedores que han sido reconocidos como tales por la asamblea
de ejidatarios o comuneros, mientras que los posesionarios irregulares son
aquellos que no han sido reconocidos por la asamblea.

Esto es, la calidad de posesionario regular o irregular deriva del


reconocimiento que ha otorgado o no la asamblea de ejidatarios o
comuneros en favor de ciertos sujetos.

Esto se advierte de las consideraciones de esta Segunda Sala al resolver la


contradicción de tesis 133/983, resuelta el veintiocho de abril del año dos
3
En esa contradicción de tesis se estableció, entre otras cuestiones, que los posesionarios:

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO EN
REVISIÓN 318/2020

mil, por unanimidad de cinco votos, así como el amparo


directo en revisión 5856/2017,4 fallado el veintidós de agosto
de dos mil dieciocho, también por unanimidad de cinco votos.

Precisado lo anterior, podemos pasar a analizar la contradicción de tesis a


que hice referencia en un inicio (159/2005-SS).

En el considerando quinto de ese asunto, la Sala precisó:

“Ahora bien, al tenor de dichos supuestos debe estimarse que existe la contradicción
de tesis denunciada, toda vez que los mencionados Tribunales Colegiados de
Circuito, al resolver los asuntos a que antes se hace referencia, examinaron
cuestiones jurídicas esencialmente iguales, esto es, la transmisión por herencia de
derechos de posesión, usufructo y goce de una parcela ejidal, sin que el autor de la
sucesión contara con la titularidad de ese derecho; cuestión que fue objeto de
análisis conforme a la legislación agraria en vigor, a fin de determinar si tales
derechos posesorios son susceptibles o no de transmitirse por herencia, a cuyo
respecto adoptaron criterios discrepantes con motivo de diversas interpretaciones
jurídicas de los mismos elementos de conocimiento, al establecer, uno de ellos, que
con independencia de que son materia de sucesión agraria los derechos de los
ejidatarios sobre sus parcelas formalmente tituladas, tratándose de tierras asignadas
mediante el parcelamiento económico o de hecho, también es posible jurídicamente
trasmitir los derechos posesorios que derivan de esa asignación, aun cuando el autor
de la sucesión carezca de la titularidad de ese derecho y solamente cuente con un
poder de hecho, pues de otra manera se privaría al presunto heredero de la
posibilidad de adquirir un derecho que es legal y que constituye uno de los pasos a
seguir para la regularización de la tenencia de la tierra, de ahí que no exista razón
para desconocer o prohibir su transmisión por herencia; mientras que el otro órgano
jurisdiccional adoptó una posición contraria, al determinar, que exclusivamente
podían ser materia de sucesión los derechos agrarios legalmente reconocidos, es
decir, los que pertenecen a quienes son titulares de derechos ejidales”. [Las
negritas y el subrayado son propios del original].

“5.- Tienen dos situaciones jurídicas frente al ejido y por ende, frente a las resoluciones de la asamblea de
ejidatarios sobre la asignación de tierras; a saber, una, la que detentan hasta antes de que les sean
reconocidos sus derechos a través de una resolución de la asamblea o por medio de una decisión de un
Tribunal Agrario; en ese caso, se está hablando de posesionarios irregulares, en tanto que no les han sido
reconocidos sus derechos, mas eso no quiere decir que no tengan interés sobre la parcela que poseen, pero
es obvio que si no tienen sus derechos reconocidos no pueden participar en ninguna decisión de la asamblea
sobre asignación de tierras.
La otra situación, es la que tienen los posesionarios desde que les son reconocidos sus derechos, con base en
una resolución de la asamblea o una decisión del Tribunal Agrario, evento en el que se puede hablar de
posesionarios regulares con derecho a intervenir con voz y voto en las asambleas sobre asignación de
tierras”.
4
En este asunto se reiteró el criterio contenido en la contradicción de tesis 133/98, y se dijo:
“35. De acuerdo a lo expuesto, existen dos tipos de posesionarios agrarios: los irregulares y los
regulares. Los primeros se diferencian de los segundos en la medida en que no han sido reconocidos sus
derechos posesorios mediante la decisión de la asamblea o una resolución del tribunal agrario, así como que
los segundos tienen derecho a intervenir con voz y voto en las asambleas sobre asignación de tierras.
36. Es decir, los poseedores irregulares son aquellos a los que no les han sido reconocido sus derechos
posesorios sobre una parcela ejidal o solar urbano por medio de una resolución de la asamblea agraria o el
tribunal agrario por lo que no pueden participar mediante voz y voto en ninguna decisión de la asamblea
sobre asignación de tierras”.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO EN
REVISIÓN 318/2020

En ese sentido, el punto de contradicción consistió en “determinar si en materia


agraria son susceptibles de transmitirse por herencia, exclusivamente, los derechos agrarios
que pertenecen a los ejidatarios que son titulares de los mismos, o si también pueden ser
materia de la sucesión, los derechos posesorios sobre tierras asignadas a quienes no tienen
esa calidad, mediante un parcelamiento económico o de hecho”.

De lo anterior se advierte que desde el punto de contradicción se confrontó,


por un lado, a los derechos agrarios que pertenecen a los ejidatarios, y por
otro, a los derechos posesorios sobre tierras “asignadas” a personas
distintas a los ejidatarios, esto es, a posesionarios reconocidos
expresamente por la asamblea, pues solo esta puede “asignar” tierras.

Sin que sea óbice que la contradicción haya versado sobre tierras no
parceladas formalmente (parcelamiento económico o de hecho), ya que la
calidad de las tierras no incide en la calidad de los posesionarios.5

En el considerando sexto de la referida contradicción de tesis se afirmó que


“La sucesión en materia agraria se instituyó solamente a favor de los ejidatarios y
comuneros”, y que:

“solamente los derechos agrarios que el ejidatario transmite por sucesión están
regidos por la ley de la materia, por cuya razón, los derechos distintos de los agrarios
que adquiera un ejidatario, dentro o fuera del ejido, son transmisibles por herencia
conforme a las reglas del derecho común, supuesto en el que se encuentran, entre
otros, los relativos a las parcelas sobre las que, por autorización de la asamblea, los
ejidatarios adquieren el dominio pleno en términos de lo dispuesto en la fracción IX
del artículo 23 de la Ley Agraria, así como cualesquiera otros bienes o derechos
regidos por el derecho común.
Establecido lo anterior y en relación con la materia de la presente contradicción de
tesis, cabe señalar que los derechos posesorios sobre tierras asignadas a quienes no
tienen la calidad de ejidatarios, mediante un parcelamiento económico o de hecho,
legalmente, no son susceptibles de transmitirse por herencia en términos de las
disposiciones de la ley de la materia que regulan dicha institución.
En efecto, los avecindados son aspirantes a ejidatarios que pueden obtener, por
acuerdo de la asamblea general de ejidatarios, la asignación de una parcela, pero
esta asignación, por sí misma, no les confiere la calidad de ejidatarios ni, por ende,
los derechos agrarios de que éstos son titulares, ya que para ello la propia Ley
Agraria regula los requisitos que deben reunir para que la asamblea los acepte con
la calidad de ejidatarios […]”.

5
Pueden existir ejidatarios en posesión de tierras que aún no han sido parceladas formalmente, y eso no les
quita el carácter de ejidatarios; y por lo mismo, pueden existir posesionarios regulares e irregulares de ese
mismo tipo de tierras, sin que el tipo de tierras varíe la calidad de los posesionarios, en tanto que, como ya
mencioné anteriormente, los tipos de posesionarios (regulares e irregulares) atiende a si han sido reconocidos
o no por la asamblea.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO EN
REVISIÓN 318/2020

Lo anteriormente transcrito, y en especial el último párrafo,


corroboran que durante el estudio de la contradicción de tesis
en mención se ponderó si los posesionarios regulares
(mencionados como avecindados reconocidos como posesionarios por la
asamblea) podían heredar derechos posesorios respecto de tierras
parceladas económicamente o de hecho, y se concluyó que no podían
hacerlo.

En este contexto, dentro del mismo considerando sexto se indicó:

“Luego, si un avecindado que no ha obtenido la calidad de ejidatario, es poseedor de


una fracción de terreno dentro del ejido, es claro que los derechos derivados de esa
posesión no están comprendidos dentro de la sucesión en materia agraria, siendo
similar la situación de quien es reconocido por la asamblea como posesionario de
tierras ejidales”.

Lo que evidencia todavía más las referencias a poseedores tanto irregulares


(no reconocidos por la asamblea) como regulares (reconocidos por la
asamblea).

Finalmente, en la referida contradicción de tesis se concluyó:

“En esas condiciones, es dable concluir que los derechos derivados de la posesión
de tierras ejidales por quienes carecen de la calidad de ejidatarios, no están
comprendidos dentro de la sucesión en materia agraria y, por ende, no son
susceptibles de transmitirse conforme a las normas que regulan esa institución,
misma que solamente rige para los ejidatarios, a quienes el legislador ordinario
otorgó la facultad de designar al heredero que debe sucederle en sus derechos
agrarios (sucesión testamentaria), o bien, conforme al orden de preferencia en que
los mismos se transmitirán en caso de que no realice la designación de sucesores
(sucesión legítima), en la inteligencia de que los derechos agrarios que asisten a los
ejidatarios, no sólo comprenden el derecho de uso y disfrute sobre sus parcelas, sino
también los que el reglamento interno del ejido les otorgue sobre las demás tierras
ejidales y los que legalmente les correspondan en su calidad de ejidatario”.

De donde podemos confirmar una vez más que en esa contradicción se


concluyó que sólo los ejidatarios y comuneros pueden heredar derechos
agrarios, mientras que los posesionarios (en general) no podían hacerlo,
pues los derechos de posesión de tierras ejidales por quienes carecen de la
calidad de ejidatarios no están comprendidos dentro de la sucesión en
materia agraria.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO EN
REVISIÓN 318/2020

Dichas consideraciones se vieron reflejadas en la jurisprudencia 2a./J.


159/2005 de rubro: “SUCESIÓN EN MATERIA AGRARIA. SÓLO
COMPRENDE LOS DERECHOS AGRARIOS DE LOS EJIDATARIOS Y NO
LA POSESIÓN QUE EJERCEN QUIENES NO TIENEN ESE CARÁCTER”. 6

Luego, como en el amparo en revisión 318/2020 materia del presente voto,


la Ministra y los Ministros que integraron la mayoría consideraron que de
conformidad con el artículo 18 de la Ley Agraria los ejidatarios, comuneros,
y los posesionarios “regulares” podían transmitir derechos agrarios, y que
ese criterio no era contrario a lo resuelto en la contradicción de tesis
159/2005-SS porque en esta únicamente se hizo referencia a los
posesionarios irregulares, mas no a los regulares; es que respetuosamente
formulo el presente voto en contra de lo así resuelto por la mayoría.

ATENTAMENTE

MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS

MPR

En términos de lo dispuesto en los artículos 3, fracción XXI, 73, fracción II, 111, 113, 116, Octavo y
Duodécimo Transitorios de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública,
así como en el segundo párrafo de artículo 9º del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se testa
la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos
supuestos normativos.

6
De texto: “De los artículos 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 17, 18 y 19 de
la Ley Agraria, se advierte que el legislador ordinario instituyó la sucesión en materia agraria únicamente
respecto de los ejidatarios, a quienes confirió la potestad de designar a la persona que debe sucederlos y lo
único que pueden transmitirles son los derechos agrarios que les asisten, los cuales no sólo comprenden el
derecho de uso y disfrute sobre sus parcelas, sino también los que el reglamento interno del ejido les otorgue
sobre las demás tierras ejidales y los que legalmente les correspondan por tener esa calidad; de ahí que los
derechos distintos de los agrarios que adquiera un ejidatario, dentro o fuera del ejido, son transmisibles
conforme a las reglas del derecho común. Ahora bien, los derechos posesorios sobre tierras asignadas a
quienes no tienen la calidad de ejidatarios como resultado de un parcelamiento económico o de hecho,
legalmente no son susceptibles de transmitirse por herencia en términos de las disposiciones de la ley de la
materia que regulan dicha institución. Luego, si un avecindado que no ha obtenido la calidad de ejidatario es
poseedor de una fracción de terreno dentro del ejido, es claro que los derechos derivados de esa posesión no
están comprendidos dentro de la sucesión en materia agraria, siendo similar la situación de quien es
reconocido por la asamblea como posesionario de tierras ejidales.”

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