Está en la página 1de 6

ISU UNIVERSIDAD

Doctorado en Educación

Actividad de Aprendizaje 6: Estudio y valoración del concepto de


praxis educativa

Enfoques filosóficos en la educación

Presenta: Jorge Luis Reza Keb

Asesora: Dra. Nelly Carolina Treviño Treviño

Mérida, Yucatán, a 11 de febrero de 2023.


Estudio y valoración del concepto de praxis educativa

Para comprender el significado de “praxis educativa”, primero hay que entender la


concepción de praxis. La praxis tiene un origen griego y se traduce como 'acción' o
'práctica'. Los griegos denominaban praxis, en un sentido amplio, a la acción de llevar a
cabo algo que tiene por finalidad al agente mismo o que se encamina a una meta que
trasciende al agente mismo. Para Aristóteles, la vida es praxis, es acción humana. La
acción práctica lleva el sentido y valor en sí misma. Lo importante, por tanto, no es el
producto final como en el acto poiético, sino la finalidad (Runge y Muñoz, 2012).

El concepto tiene una gran importancia para el marxismo. Para Marx la praxis es la
actividad humana fundamental, es lo que define al hombre como tal y por la cual el
hombre produce la realidad histórica y se produce a sí mismo. Se parte de un
conocimiento de la realidad, de una crítica respecto a la misma, y de un proyecto que
orienta la acción para su transformación (Gavello, 2015). Marx comprende la sociedad a
partir de la praxis, y solamente el hombre conoce al mundo por medio de su actividad
transformadora. Por lo tanto, se opone a quienes consideran separadas la práctica de la
teoría o actividad perfilada por las conciencias. Entre ellas se retroalimentan.

Burgos (2006) alude que Wojtyla expresa que, la praxis es un producto del hombre
por lo que tanto su existencia como sus características están determinadas por ese
hombre que la introduce en la existencia. No hay, por tanto, ni puede haber, praxis sin
hombre, como no hay efecto sin causa. Wojtyla, por tanto, rechaza aquí todo
estructuralismo y todo marxismo radical. Primero, el hombre; luego, la praxis.

Para Sánchez Vázquez la praxis es una forma de superar la enajenación mediante


la creación de otra realidad. Esto significa concebirla como actividad orientada al cambio
social. La praxis no es práctica en el sentido de cualquier acción empirista sino como
transformación del Estado (Arriarán, 2014).

En pocas palabras, la praxis es actividad consciente objetiva, con lo cual se podría


decir que, al igual que para Marx, esta categoría es la principal, al ser la actividad
transformadora mediante la cual se unen, en forma consciente, pensamiento
(interpretación del mundo) y acción (transformación del mismo).

Ahora bien, la praxis educativa se refiere a un enfoque de enseñanza que concibe


la educación como un hacer no limitado a la institucionalidad. Esto implica que, si por un
lado reconoce la autonomía de la enseñanza, por el otro comprende que la educación
está inserta en el tejido de la praxis social, y, por tanto, no solo se deja transformar por la
realidad, sino que ha de transformarla (Gavello, 2015). Sin embargo, también hay que
considerar que, la praxis educativa no se reduce a lineamientos positivistas o
metodologías empiristas de enseñanza y aprendizaje; también puede ser una habilidad
para comprender los más difíciles problemas filosóficos de la educación, es decir, la
pedagogía sirve para enseñar a pensar (Arriarán, 2014).

Entonces, la praxis educativa no se refiere únicamente al que hacer en el aula,


sino que para hablar de la praxis educativa tenemos que considerar aspectos económicos
y políticos que permitan interpretar nuestra realidad y trasformar el estado. La educación
es una acción transformadora de nuestra realidad social actual.

Por otra parte, Vázquez Sánchez plantea que, el conocimiento adquirido por el
individuo de la sociedad es un entendimiento condicionado. Esta premisa se refiere a que,
la educación que se nos ofrece actualmente, está determinada o condicionada por la
ideología implantada por el estado, y precisamente la acción pedagógica del educador
está en replantear la realidad social y tratar de transformarla con una práctica
revolucionaria que permita pensar a los educandos para ser críticos de esa realidad y en
conjunto fungir como unos agentes de cambio. Ante lo planteado, coincido con la idea
exteriorizada por el autor respecto al conocimiento adquirido, considerando que el
conocimiento es una construcción activa del sujeto que aprende, y todo cambio que se
prevé en el ámbito educativo, siempre tiene que estar apegado a la realidad social actual,
pero con una visión futurista que permita una evolución en todos los ámbitos.

En este punto, también cobra importancia lo planteado por Sánchez Vázquez: “el
educador no sólo educa, sino que también debe ser educado”. Esta afirmación se refiere
a que, quienes se dedican a la educación nunca deben dejar de aprender, siempre tienen
que estar dispuestos a seguir formándose a través de cursos-talleres, la experiencia, la
instrucción, el razonamiento y la observación, que les permitan modificar y adquirir
habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores para mejorar en su praxis
educativa. En pocas palabras, se trata de una formación continuo que permita al docente
estar en actualización constante para poder responder a los retos de su contexto laboral
inmediato.

Por tanto, es importante reflexionar acerca de cómo impulsar una pedagogía


transformadora desde la praxis que ejerce el docente en su entorno real de trabajo, es
decir, cuales elementos están presente en la vida cotidiana del docente, desde su
contexto personal, el ambiente escolar, así como las estrategias para estimular a los
estudiantes para lograr un equilibrio entre el currículo y las necesidades que surgen desde
el aula como uno de los espacio de aprendizaje importante para el estudiante y el
docente.

Otro aspecto a tratar, es referente a la relación existente entre la teoría y la


práctica. Para ello, hay que considerar que la praxis es una actividad teórico-práctica,
cuya separación supone un proceso de abstracción. La práctica amplía los horizontes
teóricos, valida la teoría y la enriquece con nuevas propuestas, posibles soluciones,
realizaciones innovadoras. Así la teoría transforma nuestra conciencia de los hechos,
nuestro conocimiento, pero no modifica esos hechos. Así como también juegan un papel
fundamental las condiciones objetivas en que nos encontramos (Gavello, 2015).

Desde allí se desenvolverá la praxis, teoría fundada en la práctica que actúa ante
las condiciones objetivas que interpreta y quiere transformar, con el fin de resolver las
contradicciones existentes. La práctica no obedece ciegamente a la teoría, sino a sus
propias contradicciones que generan, en el devenir de la historia una teoría que responde
a prácticas y a su vez es fuente de ellas. Esta sería la idea de praxis revolucionaria
adoptada por Vázquez Sánchez y ya trabajada en Marx. La praxis es una actividad que se
materializa, es práctica. Pero se efectúa dirigida a fines (antes de alcanzarlo, existen sólo
en ideas), y parte de conocimientos, siendo ambos teóricos.

Por lo anterior, queda en claro que hay una íntima vinculación entre teoría y
práctica: su unidad supone su mutua dependencia y una relación dialéctica entre ellas.

Por último, para Sánchez Vázquez, la teoría pedagógica (al igual que su teoría ética,
estética y política) se fundamenta en tres concepciones básicas:

1. La del ser humano como individuo creador: refiere a que el hombre es capaz de
transformar la realidad social a partir de una actividad consciente objetiva de lo
que idealiza.
2. La concepción de la historia como proceso determinado por la praxis humana: es
necesario entender la historia, ya que ello supone el cambio de las circunstancias
sociales y del ser humano mismo. Cada acción deja huellas que revelan su
historicidad, así se humaniza el entorno y las propias personas.
3. La concepción de la sociedad como lucha de clases: se refiere al conflicto de
intereses manifiesto entre las clases sociales, de cuyas tensiones y dinámicas
surgen los cambios históricos.
Referencias

Arriarán, S. (2014). Filosofía y praxis educativa según Adolfo Sánchez Vázquez. Revista
Iberoamericana de Educación Superior, 5(13), pp. 143-156. Disponible en
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-28722014000200009

Burgos, J. (2006). Una exploración personalista del concepto de praxis. Universidad


Complutense de Madrid, España. Tópicos 31, 35-64.
https://www.scielo.org.mx/pdf/trf/n31/0188-6649-trf-31-35.pdf

Gavello, C. (2015). Sobre la categoría praxis en trabajo social: Marx, Sartre, Sánchez
Vázquez. Universidad de la República/Facultad de Ciencias Sociales.
https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/bitstream/20.500.12008/21839/1/
TTS_GavelloClaudia.pdf

Runge, A. y Muñoz, D. (2012). Pedagogía y praxis (práctica) educativa o educación. de


nuevo: una diferencia necesaria. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos
(Colombia), 8(2), 75-96. https://www.redalyc.org/pdf/1341/134129257005.pdf

También podría gustarte