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Doctorado en Educación
El concepto tiene una gran importancia para el marxismo. Para Marx la praxis es la
actividad humana fundamental, es lo que define al hombre como tal y por la cual el
hombre produce la realidad histórica y se produce a sí mismo. Se parte de un
conocimiento de la realidad, de una crítica respecto a la misma, y de un proyecto que
orienta la acción para su transformación (Gavello, 2015). Marx comprende la sociedad a
partir de la praxis, y solamente el hombre conoce al mundo por medio de su actividad
transformadora. Por lo tanto, se opone a quienes consideran separadas la práctica de la
teoría o actividad perfilada por las conciencias. Entre ellas se retroalimentan.
Burgos (2006) alude que Wojtyla expresa que, la praxis es un producto del hombre
por lo que tanto su existencia como sus características están determinadas por ese
hombre que la introduce en la existencia. No hay, por tanto, ni puede haber, praxis sin
hombre, como no hay efecto sin causa. Wojtyla, por tanto, rechaza aquí todo
estructuralismo y todo marxismo radical. Primero, el hombre; luego, la praxis.
Por otra parte, Vázquez Sánchez plantea que, el conocimiento adquirido por el
individuo de la sociedad es un entendimiento condicionado. Esta premisa se refiere a que,
la educación que se nos ofrece actualmente, está determinada o condicionada por la
ideología implantada por el estado, y precisamente la acción pedagógica del educador
está en replantear la realidad social y tratar de transformarla con una práctica
revolucionaria que permita pensar a los educandos para ser críticos de esa realidad y en
conjunto fungir como unos agentes de cambio. Ante lo planteado, coincido con la idea
exteriorizada por el autor respecto al conocimiento adquirido, considerando que el
conocimiento es una construcción activa del sujeto que aprende, y todo cambio que se
prevé en el ámbito educativo, siempre tiene que estar apegado a la realidad social actual,
pero con una visión futurista que permita una evolución en todos los ámbitos.
En este punto, también cobra importancia lo planteado por Sánchez Vázquez: “el
educador no sólo educa, sino que también debe ser educado”. Esta afirmación se refiere
a que, quienes se dedican a la educación nunca deben dejar de aprender, siempre tienen
que estar dispuestos a seguir formándose a través de cursos-talleres, la experiencia, la
instrucción, el razonamiento y la observación, que les permitan modificar y adquirir
habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores para mejorar en su praxis
educativa. En pocas palabras, se trata de una formación continuo que permita al docente
estar en actualización constante para poder responder a los retos de su contexto laboral
inmediato.
Desde allí se desenvolverá la praxis, teoría fundada en la práctica que actúa ante
las condiciones objetivas que interpreta y quiere transformar, con el fin de resolver las
contradicciones existentes. La práctica no obedece ciegamente a la teoría, sino a sus
propias contradicciones que generan, en el devenir de la historia una teoría que responde
a prácticas y a su vez es fuente de ellas. Esta sería la idea de praxis revolucionaria
adoptada por Vázquez Sánchez y ya trabajada en Marx. La praxis es una actividad que se
materializa, es práctica. Pero se efectúa dirigida a fines (antes de alcanzarlo, existen sólo
en ideas), y parte de conocimientos, siendo ambos teóricos.
Por lo anterior, queda en claro que hay una íntima vinculación entre teoría y
práctica: su unidad supone su mutua dependencia y una relación dialéctica entre ellas.
Por último, para Sánchez Vázquez, la teoría pedagógica (al igual que su teoría ética,
estética y política) se fundamenta en tres concepciones básicas:
1. La del ser humano como individuo creador: refiere a que el hombre es capaz de
transformar la realidad social a partir de una actividad consciente objetiva de lo
que idealiza.
2. La concepción de la historia como proceso determinado por la praxis humana: es
necesario entender la historia, ya que ello supone el cambio de las circunstancias
sociales y del ser humano mismo. Cada acción deja huellas que revelan su
historicidad, así se humaniza el entorno y las propias personas.
3. La concepción de la sociedad como lucha de clases: se refiere al conflicto de
intereses manifiesto entre las clases sociales, de cuyas tensiones y dinámicas
surgen los cambios históricos.
Referencias
Arriarán, S. (2014). Filosofía y praxis educativa según Adolfo Sánchez Vázquez. Revista
Iberoamericana de Educación Superior, 5(13), pp. 143-156. Disponible en
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-28722014000200009
Gavello, C. (2015). Sobre la categoría praxis en trabajo social: Marx, Sartre, Sánchez
Vázquez. Universidad de la República/Facultad de Ciencias Sociales.
https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/bitstream/20.500.12008/21839/1/
TTS_GavelloClaudia.pdf