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Ruth C.

Perales Ponce
(coordinadora)
'.

, La significación de
la práctica educativa'
Portada: Julio Vivas

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Primera edición: 2006


Reimpresión: noviembre de 2009
ISBN-13 : 978-968-853-632-2
ISBN-lO: 968-853-632-6

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Capítulo 1

EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PRÁCTICA


COMO SISTEMA COMPLEJO

Lya Esther Smllldo de Gmnde

INTRODUCCIÓN

Desde los primeros artículos publicados sobre los procesos reflexivos de


transformación de la práctica educativa, hasta las primeras experiencias
concretas tendientes a operar estas ideas, se pueden recuperar resultados
vívidos y evidenciables de muchos de los lectores, educadores e investiga-
dores participantes ..Se encuentran reportes de casos que relatan estos pro-
cesos en varios ámbitos laborales y desde perspectivas diversas (Bazdresch
2000, Sai\udo 1997, Vergara 1998, Rosario 1995).
Uno de los supuestos de estas primeras manifestaciones es la demos-
tración de una significación 'distinta del hacer diario de parte del que
educa. Es decir, se observa cómo el educador va construyendo dé mane-
ra progresiva una interpretación compleja de su práctica que permite que
sus acciones·cotidianas se modifiquen, arti~ulándose y organizándose de
forma más compleja. No tiene que ver con que el discurso del educador
dé cuenta de eventos en términos del «deber ser» de la práctica, sino de
una transformación en su forma de concebir y comprender su hacer.
La construcción de un significado distinto de su práctica implica una
ruptura epistemológica que produce, por medio de procesos reflexivos
acumulados y progresivos, un replanteamiento de las acciones cotidianas
que evidencian un nuevo significado acerca de su hacer educativo. Esta
nueva concepción compleja en la mente del educador funciona de mane-
ra similar a un cambio de estadio piagetano en donde ya no es posible «re-
gresan> a condiciones menos complejas. Como se describe más adelante,
el proceso de construcción de significado contie ne acciones que, de ma-
nera recursiva y dialógica, constituyen la construcción de un significado
complejo de la práctica. Del mismo modo, el hecho de realizar acciones
distintas no precedidas de una construcción de significados pertinentes
· .
20 LYA ESTHER SAÑUDO DE CRANDE
EL PROCESO DE SIGN IFICACIÓN DE LA PRÁCTICA ... 21

puede da r como resultado acciones «artificiales» y 110 duraderas, realiza- En los primeros apa rtados de este capítulo se exponen los presupues-
das de mane ra prescriptiva. tos teóricos que permiten entender el marco conceptua l en el que se in-
La teoría y la práctica se interrelaciona n, pero no como una proyección sertan estas reflexiones) y se determina qué es la práctica educativa y su
directa de "la primera sobre la segunda; tampoco la teoría refleja la prácti- potencial transformación a partir de las ideas de Morin (1997) sobre el pen-
ca, ni se deriva o se valida en ella, no se impone por ser de una racionali- samiento complejo. El primer y más relevante constructo que s.e analiza es,
zación «superion>, sino a través de (das modificaciones que operan en la precisamente, comprender «lo educativo», ya que es en esle ámbito y no
estructura cogn itiva de los educadores» (Gillleno 1998, p. 158). La teoda en otro donde se mueve la práctica y su potencia l resignificación .
es la manifestación con ceptua l de la práctica. y ésta es la consecue n cia
empírica de aquélla; ambas son dos maneras que tiene e'l educador de
LA D1RECCIONALlDAD DE LA PRACTICA: LO EDUCATIVO
manifestar su hacer edu cativo, el saber (consciente) hacer (reflexivo). Así,
el significado constituido por el SlUeto es una manera de comprender, en-
frentarse y decidir sobre las acciones de la práctica educativa. La práctica humana puede rea lizarse en situaciones sociales, comunicati-
El «significado» no implica aquella ((teoría» que en cierto modo es ex- vas o psicológicas, sin embargo, para este texto lo relevante e:s la práctica
terna al sl~eto que concibe su prác tica, sino a sus espet:íficos supuestos, educativa y no de otro tipo. Tomar esta decisión implica darle una direc-
saberes, creencias, valores y prefiguraciones d e los haceres, en este caso ción concreta a la práctica de los sl~etos y, específicamente, a la práctica
referidos a los procesos educativos. De manera que dependiendo de cómo de los educadores.
el educador ('sign ifique), su práctica es así como la realiza. Un.,sujeto no Pocos au to res hablan de la educación como un objeto de estudio en sí
hace cosas que desconoce, es decir, que no estén en su repertorio de po~i­ mismo, por lo general se refieren a ella desde diferentes perspectivas teó-
bilidades, siempre ha rá, dentro de lo que conoce, lo que decida que es mejor. r icas, pocas veces pensando en la posibilidad de construir una teoría edu-
No se trata de cuestionar la sabida contradicción entre lo que un sl~eto dice cativa de y desde la educación. Mayor aún es la escasez de propuestas teó-
y hace, sino de entender que detrás de lo que hace hay una red d.e signifi- ricas en el ámbito de la "pl'áctica educativa», respecto de lo cual Carr (1995)
cados que les dan razón a sus acciones. De esta manera, el conocer, leer o menciona el desconocimiento que existe sobre algún autor que hable so-
repetir una serie de principios de un sistema teórico nuevo no garantiza bre este particular. Era común, hace alg unos años, que las publicaciones
que se configure la práctica de forma distinta (Gillleno 1998), es necesa- sobre educación dieran por supuesto el significado de la palabra, definién-
rio que el suj eto signifique el nuevo saber en relación directa con la re- dola vagamente o con términos de tipo administrativo. Sin embargo, ac-
flexión de su hacer. En esta lógica existe una absolu ta interdependencia y tualmente es fundamental desentrafiar lo que es «educación» y lo que im-
articulación entre el significado, el conocimiento y la concie ncia con la plica la condición de «(ser educativo», ya que la explici tació n conceptua l
acción del saber hacer del educador. determina la pertinencia epistemológica, teleológica, axiológica o metodo-
La significación de la práctica determina decisiones y acciones educa- lógica de las accio nes espedficas.
tivas concretas con un sentido y con una intencionalidad en mayor o me- En el apartado anterior se exponen algunas reflexiones acerca de
nor nivel 'de conciencia y de reflexión que pueden, bajo ciertos principios la manera en que el significado media para determinar las accio nes de la
de resignificación, ser potencialmente transformables. Puesto que la jJrác- práctica y, en el mismo sentido, se aporta el supuesto de la resignificación
tica educa.tiva ((es ulla acción orientada, con sentido, donde el sl~ e to tiene como condición sine qua non de la transformación de la práctica. Cuanclo
un papel fundamental como agente, au nque insertado en la estructura so- se habla de cambio en cualquier tipo de acció n, las alternativas son mu-
cialn, entonces es decisión del sl~eto el transformarla (Gimeno 1998, p. 35). chas. La pregunta, en este caso, es: ¿transformar hacia dónde?
Por lo an terior, una mediación que facilita el proceso de transforma- Un acercamiento a la respuesta par~e de que la concepción que el edu-
ción del hacer del educador es una nueva sign ificación o una resign ifica- cador tiene de (lo educativo) establece la dirección de la transformación.
ción de la práctica. Implica, en principio, un proceso de conciencia, re- En educación, la transformación de la práctica debe contener, desde lue-
flexión y auto rreg ulación para comprender el estado actual de la práctica go, una naturaleza educativa, no sólo socia l, psicológica) disciplinar, o más
en función de las acciones que la constituyen, e intentar significar estas ac- exactamente, no sólo la cOl~ un ción de estas áreas del conocimiento; debe .
ciones y sus relaciones de tal manera que redefinan su ar tiCulación como contener sobre todo la sustancia de la educación. Por supuesto) no es po- ,
un sistema complejo. sible negar que la acción educativa tiene componentes que pueden y de-
\

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hen comprenderse desde esas ciencias, pero es inevitable el~contrar «algo» individuo construya los conceptos a partir de interacciones interiorizadás
que no alca nza a interpretarse desde ellas; siempre se puede distinguir un y reversibles intencionadas con un objeto de conocimiento dado; se pro-
componente que rebasa los planteamientos teóricos tradicionales, el cuer- duce conocimiento a partir de la relación de transformación recíproca entre
po teórico no es suficientemente potente para comprender a cabalidad el el sl~eto y el objeto . Esta postura presupone que la acción social no tiene
hecho educativo. ' una función epistemológica, sino que se convierte en un factor de desarro-
Decir que lo educativo es eso y no otra cosa es una tautología necesa- llo. Tal es el caso de las teorlas constructivistas basadas en Piaget y segui-
ria para ¡'eiterar que lo que sucede en la educación debe ser comprendido dores como Inhelder y Garda.
y explicado por su propio cuerpo teórico, con la obligada prese ncia de cien- Desde otra perspectiva, la ap ropiación de conceptos se realiza a partir
cias ya consolidadas . Por eso es necesario desentrañar qué es <<lo educati- del aprendizaje asistido, en donde la interacción social es fundamental para
vo» y. a partir de ahí. describir la d ireccionalidad de la transformación en actualizar progresivamente los conceptos en la zona de desarrollo poten-
la práctica. cia l. Esta propuesta afirma que un slúeto se apropia de los nuevos signifi-
Kratochwill (1987) afirma que la educación «aparece como una forma cados a partir de la interacción y el apoyo de otro que sabe en un determi-
de acción social de un educador sobre un "educa ndo" con la meta de po- nado contexto histórico-social. Estos principios se ubican en la corriente
sibilitar la "formación" en tanto "autoformarse". en el ',sentido de un diá- sociocu ltural. con teóricos como Vigotski, Leontiev, Talízina o González
logo del individuo con el mundo interno .. (p. 102). Esta concepción de edu- Rey.
cación implica la acción específica de cada ser humano en un contexto Muy recientemente, es posible identificar una tendencia que articula
social. Se refiere a una acción conjunta de dos procesos imbricados: la for- las dos anteriores, desarrollada por seguidores iniciales de Piaget que a
mación humana como primer plano y, en un segundo plano, ia compren- partir del análisis de las dos propuestas llegaron a entrelazarlas potenciando
sión de este proceso desde y hacia lo social. No es posible soslayar la ac- su uso en el área educativa. En esta línea encontramos a Bruner, aunque
ción social en el' proceso de formación del ind ividuo, como tampoco se con su teoría instruccional al final se aleja teóricamente para constituir una
puede negar o ignorar el proceso individual interno e intransferible que corriente propia, y a Coll que con su «conflicto sociocognitivo» posibi1ita
subyace. Retomando el componente conceptual de la acción, Kratochwill un trabajo especialmente útil para los educadores en el aula.
(1987, p. lOO) relaciona el concepto de educación «con "contraer experien- En las tres opciones, un proceso educativo se identifica con aquellas
cias" a la luz d e un horizonte interpretativo en el horizonte de una teorÍa,), acciones que llevan al individuo a producir un conocim iento que le per-
de lo que se desprende que la acción educativa se puede interpretar desde mita comprender, accionar, interaccionar y transformar el medio e n don-
un cuerpo teórico ubicado yá sea en el horizonte de las acciones sociales de se desarrolla. Por tanto, la acción educativa se interpreta como aquella
o e n el de los procesos cogn itivos. que propicia estos procesos, y la manera en que se caractericen estas ac-
Analizar "lo educativo" desde la perspectiva de la acción social deja ciones depende de la construcción teórica en la que se inscriban. La edu-
abierta la transformación del incHviduo a darse o no en el sentido estricta- cación puede definirse desde estas posturas, entonces, como el sistema de
mente personal, y en caso de darse, no es imprescindible verificar que los acciones reflexivas, intencionadas y sistemáticas (auto)transformador"as del
procesos individuales se dirijan o no a producir las condiciones que se es- ser humano, en un contexto histórico determinado.
tablecieron en las intencio nes sociales. Es posible que la intención no lle- Ciertamente, la educación no se limita a la acción espontánea y solita-
gue a actualizarse del modo esperado, el proceso individual puede produ- ria del sujeto que conoce. Implica la exi~tencia de ciertas condiciones que
cir «cualquier cosa') y no abonar a la causa social cuando no ha sido previsto. le dan la característica específica de ser una acción -además de individual,
Por otro lado, es obvio que el excesivo cuidado de los procesos cognitivos intransferible y propiciable- social porque «es imposible comprender nues-
individuales, sin tomar en cuenta las condiciones sociales, históricas, eco- tros conceptos o a nosotros mismos sin comprender también algo de los
nómicas, etc., produce individuos que se alejan del compromi~o del bien contextos socia les en los que estamos inmersos" (Kemmis 1996, p. 40). Por
común . tanto, la educación se genera con la intención de un colectivo acadéllli~o
El proceso educativo individual e interno que se relaciona con la inten- de forma r a otros en condiciones institucJonales dacias y en una situación
ción de educar o ser educado implica la comprensión de este proceso des- histórica concreta, con conten idos y valores colectivamente decididos o de-
de dos de las perspectivas teóricas psicológicas más importantes. Así, en terminados.
una primera corriente, se entiende que educarse tiene que ver con que el El ser humano no puede encontrarse aislado en su proceso de cono-
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cer el mundo, busca la necesaria producción en comím para compartir sig- derse en relación con el marco de pensamiento en cuyos té rminos dan sen-
nificados, conformar grupos de referencia, dialogar y establecer puntos de tido sus practicantes a lo que hace n y a lo que tratan de conseg uir. A este
discrepancia que permitan, igualmente, constituir grupos de discusión cuyo respecto cualquier persona que se ocupe en tareas educativas debe posee r
objetivo final es actuar en comunidad para transformar el mundo ..En este una ((teoría)) -no menos que quien se dedique a come tid os teóricos- en vir-
tud de la cual se desarrollen sus prácticas y se evalúen sus logros (Carr 1996,
marco, la accióll es fruto de la interpretación del StÚeto, pero (<la actuación
p. 65).
del actor queda definida por las relaciones que establece con los demás,.
que contribuyen a identificar ese papel social.. (Bazdresch 1988, p. 183).
Así entonces, el carácte r social de la edu éación implica propiciar en un No existe una teoría educativa independiente.de la práctica educativa,
contexto histórico-social, expreso e implícito, el proceso eminentemente pues ésta debe mantener una relación intrínseca con las experiencias de
individual de producir conocimiento en común. los educadores; no se (aplica» o se «deriva» de la prác tica educativa, sino ·
A p esar de las diferencias sintéticamente descritas podemos encontrar que u'ansforma la práctica modificando las formas de comprenderla, lo que
grandes coincidencias que permiten establecer las condiciones de «lo edu- mejora la calidad de la participación de los educadores y les permite ejer-
cativo)): cer mejor.
Lo educativo, como opción conceptual inferida a partir de las reflexio-
Sin importar a qué corriente teórica se refie ra o a qué concepto, la nes preced entes, es una acción tra nsformadora del stueto que produce co-
producción epistemológica de conocimiento -recreado, aprendido, nocimiento y es propiciada por un sistema d e interacciones humanas en un
apropiado o construido- es el fin último de la educación. Implica contexto histórico específico. Con este marco genérico puede entonces plan-
la transformación del sujeto, en el sentido de que su bagaje concep- tearse la pregunta que intentamos responder en el siguiente apa rtado.
tual es mejor, más amplio o más eficiente para entender, actuar o
transformar la realidad donde vive.
Independientemente de si lo anterior se procesa con asistencia o sin D ESDE EL ÁMB ITO EDUCATIVO, ¿QUÉ ES LA PRÁCTICA?
ella, es propiciado en comunidad, en un á mbito educativo en el que
existe el propósito explícito de educar. Aquí se a rticula n procesos de Estas reflexiones se inscriben en la construcción de la concepció n de prác-
interacción en donde la producción del conocimiento se intencional tica educativa desde la educación misma. La prác tica, como su constituti-
se limita d e acuerdo con condiciones sociales predeterminadas e in- vo, no se opone a la teoría sino que se ide ntifica con «praxis», entendida
dependientes al sujeto que se e.d uca. como «una acció n reflexiva que puede transformar la uteoría" que la rige
En lo educativo formal, una condición lio es viable sin la otra. [en donde] la teoría está tan sometida al cambio como la práctica misma
[... ], cada una modifica y revisa continuamente a la otra .. (Can 1996, p. 101 ).
No es posible explicar la educación desde una disciplina concreta ya Por tanto, la práctica educativa está confo rmada por un conjunto articula-
construida. (Lo educa tivo') tie ne una naturaleza propia y distintiva, a UIl- do de acciones intencionadamente transformadoras, interpretadas como
que la comparte en alg unos sectores con otras áreas del conocimiento que tales a partir de una red conceptual que se modifica a través de la relación
lo apoyan para comprender ciertos eventos. Hoy es itecesario reconocer entre la teoría y la prác tica. La prác tica - en el sentido de la praxis- se cons-
que han empezado a «buscarse enton ces formas de super ar las distancias tituye de acciones interpretadas que para ser consideradas educativas, ne-
entre la teoría d e la educación y las prácticas que da n a toda esa teoría su cesariamente deben ser acciones transformadoras, ya que (<1a praxis d el
razón de sen' (Can 1960, p. 53). En otro momento, la práctica, un consti- hombre no es una actividad práctica opuesta a la teoría, sino que es la d e-
tutivo propio de la educación, se entendía como una disciplina normativa terminación de la existencia humana como transformación de la realidad)~
que aplicaba distintos principios teóricos y, por tanto, no podía tener el (Kosik 1967, p. 240). Una práctica educativa está conformada por acciones
rango de teoría. Actualmente se as ume la posibilidad de un cu erpo teóri- que inte ncionadamente propician la (trans)formación de los stue tos que in-
co propio de la educación constituido por la teori zación de la práctica. tervienen.

La educación es semeja nte a las prácticas teóricas por tra tarse de una activi- La práctica educativa es una actividad intencional, desarrollada de forma cons-
dad intenc ional desarrollada de forma consciente que sólo puede compren- ciente, que sólo puede hacerse inteligible en relación con los esquemas de pen-
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samienlo, a menudo tácitos y. en el mejor de los casos, parcialmente articula· Spinoza considera que no existe sustancia sin acción. A partir de Hobbes
dos, en cuyos términos dan sentido a sus experiencias profesionales (Can 1996, y Locke, la acción humana es pensada como un comportamiento físico que
p.65). tiene como causa un acto de voluntad. Kant explica que la acción está cau-
sada por un acto de voluntad libre que se analiza en la concepción de la
Para la educación es fundamental un cuerpo teórico propio sistemáti- «razón práctica •..
co y formal. Ya no es posible pensarla como un espacio vado cuya expli-, Se habla de filosofía de la acción a partir de las orientaciones filosófi-
cación requiere hacer converger'diversos campos de conocimiento, sino que cas contemporáneas que se caracterizan por remitirse a la acción, aunque
es necesario comprenderla como un COl-Dunto de acciones articuladas y se diferencian por el modo de definirla. Por ejemplo, el pragmatismo como
especfficas que conforman un campo de conocimiento concreto, y tales filosofía de la acción sostiene que para establecer el significado y el valor
acciones requieren una tcoría propia para ser explicitadas, indagadas e in- de la verdad de las ideas es necesario referirse a las acciones o a los cmTI-
novadas. La teoría c'clucativa debe construirse desde sus propios constitu- portamientos prácticos que ellas generan. James, principal representante
tivos, desde «dentro» de las misnlas prácticas educativas (Minakata 1994). de esta corriente, desarrolla ideas en cuanto a la relación organismo-am-
Así, la práctica educativa es, en cuanto constructo teórico, una serie de biente, sujeto-objeto e individuo-sociedad, y les da relevancia a las conse-
acciones reflexivas articuladas e intencionadame nte formativas. Esta con- cuencias prácticas satisfactorias en función de las exigencias vitales de los
cepción coincide en ciert~ medida con las reflexiones dé Kratochwill (1987) individuos.
en el sentido de que la educación es, en tanto que lo que se hace se inter- Dentro de la corriente de la acción social, Parsons, consider'a do fun-
preta como educativo, aquella práctica específica que permite que cuan- cionalista, establece un vínculo entre práctica y teoría sobre la base de que
do menos uno de los actores se forme; dicho de otra manera, es el con- las interacciones y los significados presentes en ellas tienden a estabilizarse
junto articulado de acciones intencionadas para la transformación de un en formas definidas, en instituciones y sistemas socioculturales identifica-
sltieto hacia un estado de mayor formación. El proceso individual puede bles (matrimonio, familia, autoridad, educación, gobierno y sistema polí-
entonces propiciarse de manera intencionada y sistemática en el ámbito edu- tico). Su fuerza radica en la integración que en éstos se produce entre las
cativo formal donde existe el propósito explícito de educar. . motivaciones psicológicas de la acción social y las estrechas relaciones so-
El sistema de la práctica educC\tiva es una conjunción de acciones liga- ciales entre ellas (valores, nonnas, símbolos) que las identifican y les dan
das entre sí que se determinan una.s a otras. Estas acciones se mantienen significado. La acción se presenta en varios niveles, no sólo en la concien-
en permanente movimiento y cambio, nunca permanecen porque «sólo la cia colectiva como dice Durkheim, sino también en el individuo. La tipo-
dialéctica del propio movimiento de las cosas transforma el futuro» (Kosik logía de Parsons trata de identificar las variables últimas de la acción so-
1967, p. 242), Y en esa medida las acciones no pueden considerarse obje- cial. La acción es un comportamiento dirigido por los significados· que los
tos fijos dados. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la actores atribuyen a las cosas y las personas.
verdad, así, la conciencia y la reflexión son operaciones que posibilitan En Francia, Durkheim pone en relieve los aspectos institucionales en
la praxis. El pensamiento reflexivo, como la forma más fructífera para una relación individuo-colectividad. La acción social consiste en modos de
resignificar la práctica, favorece la indagación de la acción porque «lo que actuar, pensar y sentir extel;nos al individuo y dotados de un poder coer-
constituye el pensamiento reflexivo es el examen aCtlvo j persistente y cui- citivo en virtud del cual se imponen. En el .plano individual, la acción está
dadoso de toda creencia o supuesta forma de conocimiento a la luz de los · determinada por la conciencia colectiva, considerada el. conjunto de creen-
fundamentos que la sostienen y las conclusiones a las que tiende» (Dewey cias y sentimientos comunes de la sociedad. En Alemania se origina la so-
1998, p. 25). - ciología comprensiva de Weber, quien entiende que e n una acción social
La acción como categoría de conocimiento es un concepto que ha evo- el sentido intencionado por su agente se remite a la conducta de otro y
lucionado desde Aristóteles, quien pensaba que la acción presuponía el orienta su desarrollo a partir de ella. Weber determina que cada acción se
«ser» y que el mundo de la razón puede mejorar el de la práctica. La ac- define en términos de «significación», es decir, se vincula a un sentido
ción es realizar el bien y juzgar las cosas buenas y útiles para el hombre subjetivo atribuido por el sujeto de la acción. La acción social es una ac-
como base de la filosofía práctica. Fichte, por su parte, la concibe como ción significativa, y si se manifiesta entre los miembros que interaccionan,
pura actividad y seilala que una intuición intelectual de orden práctico es tiene lugar una interpretación. «No toda clase de contacto entr~ los hom-
el acceso a lo absoluto; posteriormente, con una postura intermedia, bres tiene el carácter social; sino sólo una acción con sentido propio diri-
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EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PRÁCTICA ... 29
gida a la acción de otros» (Weber 1987, p. 19). Las acciones se guían por sluetos, sino a que los sujetos son participantes de una interacción; en este
fines como intereses personales o utilitarios, valores y pasiones o deseos caso, en la acción dra1llat1Í1gica el slueto se relaciona en el mundo subjeti-
afectivos, al igual que por acuerdos normativos. vo con el mundo objetivo. En esta acción, el slueto puede controlar el ac-
Desde la fenomenología, el interaccionismo simbólico también utiliza ceso de los demás a sus sentimientos, los participantes controlan su inte-
la acción como categoría de conocimiento. Schütz, teórico austriaco y dis~ racción regulando el acceso recíproco a la propia subjetividad.
dpulo de Husserl, considera que la intersubjetividad es dato inmediato del A partir de las concepciones anteriores, Habermas (1989) introduce el .
mundo de la vida, el hombre es un intérprete del propio campo de la ac- concepto de acción comunicativa, en donde el lenguaje es la condición para
ción. Desde la fenomenología se elabora teóricamente el carácter iI:teraclivo que los sluetos interactúen.
e intersubjetiva de la acción y sus significados. A diferencia de Weber, quien
entiende la acción como un acto terminado, Schütz la define como «Ulla
El concepto de acción comunicativa se refiere a la interacción de por lo nie-
acti'v idad espontánea orientada hacia el futuro» (Schütz 1993, p. 87) ql!e
nos dos sujetos capaces de lenguaje y de acción que (ya sea con medios ver-
se significa en el curso mismo en que se constituye. El significado consis- bales o con medios extraverbales) entablan una relación interpersonal. Los ac-
te en «aquellas vivencias futuras que constituyen la acción a la que tiendo tores buscan entenderse sobre una s"ituación de acción para poder así coordinar
yen aquellas pasadas que constituyen mi acción completada.. (Schütz 1993, de común acuerdo sus planes de acción y con ello sus acciones. El concepto
p.69). aquí central, el de illtelprelación, se refiere primordialmente a la negociación
Dentro del cognoscitivismo actu~l, el chileno Maturana define las ac- de definiciones de la situación susceptibles de consenso. En este modelo de
ciones como «operaciones externas de nuestra corporeidad en un 'medio acción el lenguaje ocupa [... ] un puesto prominente (Habermas ].989, p. 124).
cualquiera, [es] todo lo que hacemos en el ámbito operaciorial cualquiera
que ponemos de manifiesto en nuestro discurso, por más abstracto que. La diferencia sustancial y el aporte más importante es la inclusión en
pueda parecer.. (1995, pp. 160-161). Este teórico comprende la acción como el concepto de acción del medio lingüístico, no sólo de manera unilateral,
totalmente articulada al pensamient~, pensar es actuar en el ámbito del como transmisión de valores en consenso o como medio de las funciones
pensamiento, como reflexionar es actuar en el ámbito de la reflexión; es expresivas. El concepto de acción comunicativa propone ellengu~e como
la operación en acto. Las acciones surgen y se realizan en algún ámbito un medio de entendimiento entre los sluetos, pero éste es importante des-
emocional. de tal manera que cuando pasamos de una emoción a otra se de el punto de vista pragmático, orienta,do al entendimiento para relacio-
cambia el ámbito de acción. Para comprender la actividad humana, es ne- narse con el mundo; se considera le\ acción no sólo regida por normas, con
cesario identificar la emoción que define el ámbito de acción en el cual se propósitos utilitarios o de expresión subjetiva, sino de manera reflexiva.
produce la actividad. En estos breves ejemplos se observa cómo se construyen diversos con-
Habermas, representante de la escuela de Frankfurt, construye teóri- ceptos de ((acción», desde la perspectiva ontológica, social o comunicati-
camente la acción comunicativa desde la sociología. En un primer momen- va, que son (Itiles para entender cómo el slUe.to actl¡a en diversos campos
to, realiza' un análisis exhaustivo de tres conceptos de la acción diferencia- de conocimiento en la medida en que involucran la interpretación del sig-
dos de acuerdo con las relaciones que tiene el slueto con el mundo. La nificado que el mismo sqjeto hace de sí o el que le acljudican los otros con
acción teleológica o estratégica se identifica cuando el slueto se relaciona con los que interacciona. Esta interpretación implica que el slueto tiene que
un mundo considerado objetivo y realiza un fin eligiendo en una situación construir un sentido subjetivo de la acción.
dada los medios más congruentes para aplicarlos en forma adecuada. La Kratochwill recoge muchas de las anteriores construcciones, especial-
idea fundamental es decidir utilitariamente entre las alternativas de acuerdo mente se sit(¡a dentro de la fenomenología para constituir la categoría de
con un propósito y en función de la interpn:!tación que se hace de la situa- la acción educativa, ya no como acción social o comunicativa, sino como
ción, que se convierte en estratégica cuando interviene otro slUeto. El se- categoría de conocimiento de lo educativo.
gundo concepto gira en torno a la acción regulada por normas en un grupo De la misma manera, la acción educativa se interpreta a partir de la
"
social en relación con un n~undo, también considerado objetivo, que orien- experiencia del sujeto y del sentido que se le atribuye. Minakata (1993, p.
tan su acción por valores comunes; aquí la norma es un acuerdo en el grupo 89) describe cómo la acción está constituida por el sentido, la intención y
y cada uno espera su cumplimiento .. lo que produce.
Por último, Habermas no hace referencia a un slueto o un grupo de
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El se ntido, en el marco de la rea lizac ió n deja acc ió n, sirve para el manejo, teracción entre ambos -donde se actualiza el contenido que se ha de apren·
construcción y orientación de la acción; en el marco .reflexivo tiene u~a [un· d'e r- . Desentrailar cada grupo de acciones en función de sus constitutivos
ci6n, la de exégesis: reconstrucción de un acontec imiento. Así, el se nudo se es acercarse metodológica y conceptualmente a la prác tica. Así, las accio-
pued e fund at" como significado teór ico y como prete nsió n ~).-ác.tica. I~orqu~ nes del educador se observan durante el planteamiento de la estrategia me·
se tiene qu e trazar pOlo anticipado la estructura de la expenencla posIble, SI todológica; las acciones del estudiante se recuperan a través de su proceso
es que lo percibido ha de aparecer como signific~tivo. [... ]; las inten ~ lones (m~­ de apropiación o construcción; el contenido se observa desplegado en las
tas, fines, propósitos) no son otra cosa que atribucIOnes de sentIdo en un a
acciones y se analiza desde la propia lógica del conocimiento del que se tra·
forma determinada para acciones determinadas.
te; finalmente, la inteTacción se recupera e inte rpreta como la acción
inte rsubjetiva y comunicativa entre estudiante y educador. Es en la meto-
Gimeno (1998) reflexiona acerca de un componente fundamental de dología del educador donde se articulan los constitutivos de la práctica
la"acció n, la intención. Ésta desencadena la acción y además se observa una conformando un sistema (Salludo 1997).
inlención-en-la-acción que se mantiene mientras acontece. También se pue· Mediante el acercamiento empírico de la práctica se identifican estas
den distinguir acciones que se inician conscientemente y que pr~servan_la acciones operadas intencionalmente, y su recurrencia puede, por ejemplo,
coherencia durante su realizaCión, y aquellas que acl~ran y precisan la 111· constituir los procesos educativos del aula. El dominio profesional de un (
tención o cambian mientras transcurren. El autor describe de esta mane· educador residiría en su capacidad para concebir situaciones de aprendi-
ra el carácter imprevisible de la acción. zaj e propicias para los estudiantes (Carhay 1988, p. 36). Dicho de OU'O modo,
Las accio nes educativas no son únicas o aisladas, sino que se articulan '.la significación de la práctica de un educ~d or determina las decisiones
como un sistema que se reconstruye en un espacio educativo: y aunque se preactivas e interactivas en su práctica.
observan como de distinta índole, es posible clasificarlas para entender su El educador se encuentra inmerso en una experiencia en la que tie·
naturaleza ya partir de esto entender la articulación entre ellas. Así, el sis- ne cierto control sobre lo que quiere producir y, por ende, en mayor o
tema educativo es un conjunto sistémico de accio nes de diferente índole menor medida, incide sobre sus acciones, ya sea provocándolas o modi-
que se comportan como un todo estructurado y, al mismo tiempo, diná· ficándolas. Es ta selección de las acciones de la práctica está determina·
mico e incierto_Este sistema de acciones funciona como una totahdad con· da, en última in stancia, por el conjunto de significados que ha construí·
creta que deviene una estructura significativa y se desarrol1a y se va creando do sobre lo que es educativo; es lo que se ha denominado categorfas significantes
para cada cOl1iunto de procesos educativos; las acciones que ocurren en su -porque permiten atribuir una significación a determinadas acciones en
interior son los ejes de su constitución. . detrimento de otras- y funcionales - porque se les supone las funciones en
De acuerdo con la índole de las acciones, se determina la forma en que un universo de significados- (Coll 1991).
se pueden ag rupar con el propósito de comprender tanto su propia natu- También Kemmis (1996, p. 17) hace hincapié en la estrecha e indiso-
raleza como la de su relación. Aunque los ámbItos son diversos en el caso , luble interrelación entre la práctica y el significado: «el valor, la significa·
del aula, se puede identificar con cierta facilidad ~ómo funcionan las ac· ción y el sentido de la práctica no son evidentes: se conslnlyen», y esto se
ciones como sistema y cómo éste está constituido por subsistemas ar ticu· realiza en diferentes planos, en el de las intenciones de los sttietos, en la
lados, con base en las acciones generadas por los 'agentes educativos. La interpretación por parte del que participa y de acuerdo con la interpreta-
educación, entonces, ~(en el sentido más genuino es acción de personas, ción de los demás, en el plano histórico -en una cadena de acciones- y
entre -p ersonas y sobre personas. Lo que aco ntece en el mundo educativo I
con respecto a lo que se produce.
tiene mucho que ver con los agentes que dan vida con sus acciones a las Este sistema de acciones y significados, llamado In'ácUca educativa) tie·
prácticas sociales que acontecen en los sistemas educativos y en torno a los ne como parte de su mlturaleza la posibilidad de transformarse, no en el
mismos» (Gimeno, 1998, p, 35). sentido de '(SUlllar» elementos sino en el de avanzar en espiral, modifican-
Las ag rupaciones generan una serie de subsistemas que están presen· do el resto de los procesos y convirtiendo cada cambio en una unidad cua-
tes de manera regular en la práctica educativa. Estos subsistemas son los lita'tivamcnte diferente. Un cambio, o mejor aún, una transformación, que
consti lUtivos de la prác tica. . tiene una dirección determinada: ser cualitativamente más educativo.
Los constitutivos de la práctica, de acuerdo con sus age ntes yagrupa- Así entonces, la práctica educativa es claramente distinta de otro tipo
dos por su naturaleza, son: acciones del educad01~ acciones del esludiante e in- de prácticas humanas, es un conjunto articulado de accio nes reflexi vas,
32 LYA ESTHER SAÑUDO DE CRANDE EL PROCESO DE SIGN IFICACIÓN DE LA PRJ\CTlCA . .. 33

intencionadamente transformadoras qu e se interpreta n como tales. En y experiencias con otros compaileros de profesió n. Y es que las nuevas tec-
este sentido, el proceso individua l puede propiciarse para llevar a l SlUe- nologías, los rá pidos cambios cultura les y científicos exigen una renovación
lo hacia un estado de mayor formación de manera intencionada y siste- permanente de la escuela y, por tanto, la actualización constante de los
mática en el ámbito educativo formal do nde existe e l propósito explfcito educadores. Por ejemplo, el perfil qu e se pide h oy al profesor es el de ser
d e educar. \.Ul orga ni zador de la interacción entre el a lumno y el objeto de conocinlÍen·

El sistema de la práctica educativa está constituido por acciones arti- LO; debe transmitir y transformar la tradición cultural y a la vez suscitar
culadas para producir transformaciones en los slDetos que se educan. Es- interrogan tes sobre el conocimiento de frontera; d ebe analizar y saber en
tas accio nes se determinan unas a otras a partir de los significados del qué contexto se mueve con el fin d e responder a la cambiante sociedad
educador porque construir las acciones es una cualidad constitutiva del ac tu al.
age nte que actúa. Según Gimeno, .«el conocimiento incide en la acción en Es necesario encontrar una nueva racionalidad educativa, Los educa-
tanto que atributo» (1998, p. 38). dores se enfrentan a l reto de construir un marco intercultural amplio y flexi-
La acción educativa se construye e interpreta a partir de la reflexión ble, qu e integre valores, ideas, tradiciones y costumbres, que implique di·
de la experiencia del sujeto, e inherenJemente a ello la intención se reviste versidad y pluralidad, refl ex ión crítica )' tolerancia, tanto como la
de saber y sentido. Ésta es una . '. elaboración de la propia identidad individual y g rupal (Pérez Gómez 1988) . .
La transformación del significado y las accio nes mueve intenciona-
da me nte la pr;ktica de un estado conve ncion a l a otro que implique una
condición necesaria de la acción y co mprend er ese elemento di námico y mo-
lor es rundamental para cualqui er educador [... ]. Hasta tal p~nto es decisivo
reorga ni zación más compleja de sus co nsLÍtutivos, que incluya)' mejore
el papel de la intención en la acción que, para entender qué es\ cualquiel~a de a la a nte rior, que aporte a su comunidad una mane ra dife rente de hacer
ellas, más que indagar por sus causas, lo que neces itamos es interpretar la ac- educación, e n cuyo centro se e n cue ntre el proceso d e apropiación de l
ció n o propós ito del agente (Gimeno 1998, p. 39). al umn o.
ASÍ, e nte nder la educación d esd e los procesos d e transformación com-
La práctica educativa se convierte en estructura significativa que se promete al educado r a ser el dueii..o de su proceso. Convertir las acciones
desarrolla y se va creando no sólo en cada conjunto de acciones educati- en reflexivas y conscientes por enci ma de la inercia cotidiana constituye
vas, sino en la interrelación de sus constitutivos. La forma en que se hace el proceso de construcción de su praxis, el edu cador es un recreador de la
la práctica educativa, en que se organiza n la articulación de los conjuntos ' realidad porque la comprende y la explica. ' El proceso dialógico y recursivo,
de acciones y las acciones entre sí, corresponde a una forma específica de tal como se anali za en el siguiente apartado, es un movimiento fundamental
significarla. La transformación de la práctica implica entonces la transfor- entre la teoría y la práctica y entre la concepci ón y el hacer, transforma la
mación cuali tativa del significado. totalidad de l sistema de' la prácti ca educa tiva y propicia procesos como:
En síntesis, la práctica educativa está conformada por una serie de ac-
ciones transformadoras en relación, la lógica de esta relación y 10 que pro- Reconstruir la situación donde se produce la acción, lo que condu-
duce está determinado por el significado o COlljuntO de significados del edu- ce a l educador a redefinir la situación reínter pretando y asignando
cador. Una coodición inherente a la prác tica educativa es su natura leza nuevos significados a características conocidas o a ntes ig noradas.
diná mica y su potencia l de transformación. Esta llltima condición abre una Reconstr,uirse a sí mismo como profesiona l, adquirie ndo conciencia
serie de cuestionamientos fundamentales: ¿cómo se puede propiciar la t.rans- de la ma ne ra e n que estru ctura sus conocimie ntos, afectos y estrate-
formaci ón de la práctica?, ¿hacia dónde debe dirigirse la transformación? g ias.
Resignificar los supuestos acerca de la e nsei'lanza aceptados como

LA TRANSFORMACIÓN DE LA PRÁCTICA
I Av;-¡nces en es te sentido pu ed en enCOlll rarse en documentos elaborados por EHiot
(1996), Can (1 996), Kemmis (1995), ~'lcJaren (198'1), Stcnhousc (1987), Gillleno}' Pérez
En la actualidad, como se mencionó al principio, se observa un incremento Gó mcz (1998), Sch a n (1992, 1998), entre o tros, qui enes han incursionado en los procesos
d e teorización desde la educació n misma, mll1(ju c sus oríge nes y marcos comprensivos sean
en la literatura acerca del planteamiento de la transformación del educa-
d e direrente índole.
dor a partir de la propia experiencia en el au~a, del intercambio de opiniones
II

34 LYA ESTHER SAÑ UD O DE GRANDE EL PROCESO DE SIGN IFICACIÓN DE LA PRACTICA ... 35


básicos, como una forma de a naliza r críticamente las razones y los a lgunas de nuestras creencias» (Gimeno 1998, p . 127).
intereses individuales y colect ivos que subyacen en los principios do- Es mu y ilustra tiva la mane ra en que Gim eno (1998) reconoce que la
minantes (Smludo 1997). refl exión posibilita el «dista nciarse)) de la prác tica, pues el ed ucador obje-
tiva sus accio nes para poder comprender, caracterizar y confrontar teóri-
La transformación del sig nificado de la práctica educativa se gen era camente su prác tica. Ésta es una primera acepción de «teori za r), una for-
por la op eración básica de la reflexión sobre la acció n. Permite recuperar. ma específica de autorreflexión con la que el educador puede, a través de
hace r consciente, eva luar y transformar la práctica, y ad emás es tabl ece las una acción refl exiva en su labor, lograr la lransfonnación de una práctica
contradicciones presentes. Lipman (1998. p. 54) puntuali za que «)a reflexión cotidia na. Como consecuencia de la refl exividad, los fenómenos humanos
sobre la prác tica puede e ntonces implicar la clarificación de supuestos y se caracteriza n por su singularidad y
criterios establecidos, así como la consistencia entre d ichos principios y la
práctica existente)) , El educador se enfrenta a la tarea de ge ne rar un nue-
pOl' su apertura permanente a nuevas formas o m odos d e ser que supon en la
vo conocimiento al recu p era r sus acciones, hace rlas conscientes y recons- reconstrucción de sus formul aciones prev ias. El co noci mi ento d e los fenóme-
truir su práctica ed ucativa: ésta es la vía p or la cua l se puede te ner acceso nos humanos, po r tanto, ha d e cubrir los aspec tos COITluneS y los aspectos s in-
a la transformación. gulares, los hechos y los valores, las m anirestacion es observables y las inter-
La reflexión es una fu erza que p ermite al educadór superar su acción pretacio nes, los co mponentes ya co nso lidados y los que se encue ntran en
cotidiana, reestructura su autocomprensión y orienta desde ahf la acción evi- proceso d e rormación, los elementos reales, ya ex istentes, y las posibilidades
denciando las consecue ncias prácticas. Esta operación d el p ensam ie nto to d avía inédi tas, lo d o min ante y lo marg in al. Todos ellos son factol-es que co n-
representa un esfuerzo sistemático de ana lizar la experienciít'dirigido a lo- di ciomm o pueden interferir en las representaciones, en las expecta tiva s yen
grar propues tas to ta lizador as para orienta r la acció n' educativa (Pérez las acciones d e los individu os y de los g rup os (Pércz Gó m ez 1998, p. 61).
Gómez 1993).
La reflexión es mucho más que pensam iento o meditación, está ligada Así, la reflexividad p~l ede incidir en las acciones d e los edu cad o res
a la ac.c ión educativa y a su transformación e n el sentido de la reconstru c- como individuos)' como grupo dentro de una institución . De acuerdo con
ción de las acciones como condición operativa de ser reversibles (Piaget Gimeno (J 998), este proceso de reflexividad ti ene tres sentidos:
1981), es deci r, aUlorregulables. De esta manera puede n transformarse esas
primeras accio nes a na lizadas e n otras más intencionadas y controladas, or- El primer nivel es una dimensión inherente a la acción, es de carácter
ganizadas de form a más compleja (Mari n 1997). El constante trab,yo de re· inmediato y se origina en la experiencia, se refiere a los COI11IJOn en-
flexión y revisión - autorregulación- que el sujeto realice sobre sus accio- tes cognosci tivos de la acción: el distanciamiento que el educador pue-
nes facilitará su permanencia como operación cognitiva en el educador. de hace r de su práctica que es su obj e to, para poder comprende rla,
La to ma d e conciencia y la re flexió n son operaciones qu e permiten carac teri za rla)' confrontarla co n diversas con cepciones teóricas. Es
compara r, confrontar y clasifi car dur a nte el proceso dialógico entre con- una primera forma de «teorizar)) so bre la acción, «pensar y actuar,
ce pto y acció n. La ac tivida d reflexiva inte rioriza la acció n de man e ra reflecta lo un o sobre lo otro » (Gimeno 1998, p. 127). El edu cador
reversible, se actua liza e n el diálogo y pro mueve la toma de conciencia, Ade- toma distancia de su acció n)' como producto de la re fl exividad so-
más, la reflexión permite la recu pe ración, la constru cción y el distancia- bre ella es posible desplegar las creencias:? para conocerlas, confron-
miento del educador a partir de la teoría. El educador que aprende a con- tarlas, p ensarlas}' rev isar las contradicciones entre ellas. La reflexi-
trolar su proceso está consciente d el mismo y es ca paz de justificar sus vidad permite que el educad o r to m e dista n cia d e sus creen cias
acciones y dar cuenta de sus productos (Talízina 1987). En este sentido, la
autorrefl exió n es una herramienta y significa rea lizar una crítica sobre el
2 La crcellcia es el cOllocimicnlO Cjuc los cducadores ti cncn sob rc los objclos, construido
conocimiento para reestructurarlo. a partir dc la illlcracción rcfl exiva directa co n los objc tos y con Olros. La s cree ncia s ¡mc-
La reflexión es un mé todo pa ra log rar «la racionalidad en la práctica den basarse, ig ualmcnlc, en la cOllvicc ión por convcnci mic nt o o imposició n, «se co nslilu-
y e n las mismas cree ncias, un proceso que la educación debe consolida r ren cn el co nlex lo dc recíp rocas inlcracciones con las perso nas, con los succsos y con las
como disposición permanente y abierta para some ter a elaboración y re- IIlslitucioncs. Son in rormación y conoci mi cnto sob re cl mund o, en el sent ido dc que el in.
dividuo conoce lo qu e para él cs probablcmcntc una "crdad, sin quc la cvidcn cia sca nccc-
visión conslante lo que "nos parece el mundo " )' las contradiccio n es enlre saria» (Gimcllo 1998, p. 132).
36 LYA ESTH ER SAÑUDO DE GRANDE EL I' ROCESO DE SIGN ifICACiÓN DE LA I'RJ\ crICA .,. 37

cotidianas y revise sus acciones de forma p ermanente. El pensamiento la rclaci.ón en tre co no cimiento y acció n, entre teo ría y práctica, que orig in al-
representa la conciencia sobre el co nocimiento cotidiano edu cativo, n~entc ~ Ien e lugar [como J un proceso que se refiere al mundo de la experi en-
el distanciamiento de ella para su compre nsión y d ominio. La refl exi· Cia rad icado en las perso nas ye n los colec tivos, pasa rá a ser un proceso me-

vidad p osibilita el facto r de cambio educa tivo, es la fo rma de pro- di ado ~or los co n oci l11i ~ntos . elabo rados de las disciplinas científi ca s q ue
ducir transformación y lograr una acció n futura diferente d e la ac- co nta mlllarán con su racIOn alidad las ra zones de los SttieLOS y de los grupos.
tual. 3 [ .. .] El valor prác tico de la ciencia para diri gir la actividad educativa res ide
en su valor de med iació n sin sustituir a l age nte (Gimeno 1998, p. 155).

El segund o nivel de refl exividad es un g rad o superi or y contribuye


a una raciona lidad más elaborada que se ubica en la interacción re- Los educadores desarrollan procesos reflexivos ace rca de su conocimien-
cíproca ent re la acció n y el conocimiento científico y el conocim iento to cotidiano de prim er nivel e n el contexto institucional; en el caso d e la
p erson a l o el compartido ligado a ambos. La tcoría educativa se in- conciencia y la teori zación de las acciones, se desarrolla una refl exividad
cOI-P0 ra a la acción a partir de los procesos de refl exió n-acció n : a l de seg un ~l ~ nivel. Comprender y vigilar epistem ológicamente los dos tip o~
actuar, el educador se g uía por el conocimiento yeso quiere decir de refl eXIvidad genera una re flexividad d e te rcer nivel.
que progresiva mente la rea lidad se va ge ne rando con las acciones;
es el res ultado de cómo las significarn os. El pensamiento y la reali- En la re fl exividad d e tercer nivel se modifican las relaciones d el
dad «en ese proceso refl exivo quedan constantemente abiertos g ra- educador con la práctica obje tivada sobre la cual reflexiona; es de·
cias a la acció n de un o d e los polos sobre o tro : un p ensamiento ge- ci r, la reflexiól? recrea el objeto . Esto p ermite comprender cómo los
nera un cambio y crea realidad nueva y ésta se abre C0l110 nuevo reto procesos de configuració n del sig nificad o inciden en la prác tica. La
a ser conocida de nuevo}) (Gimeno 1998, p. 146). Al ca mbiar la rea- teori zación sobre la edu cació n ge ne ra una mayo r re fl exividad que
lidad se ge nera inseguridad en el educador, y entender esta situación modifica las accio nes d e la práctica, y la teoría gen erada debe dar
cambiante e incierta permite entender el proceso educativo no como cuenta d e los efectos que produce en la rea lidad. «Éste es el signifi-
u na entidad estable y d eterminada, sino como una es pira l complej a cado d e tercer nivel de la refl exividad: fo rmamos p ar te de la reali-
y acelerada. La teoría educativa no tiene explicacio nes consolidad as dad que queremos entender y debemos ser consci entes de nuestras
que agote n la compre nsión de la rea lidad educati va, porque no es p eculiaridad es como se res que hace n la teoría d e la edu cació n »
posible es tab lecer reg ularidad es previsibles en las accio nes y éstas (Gimeno 1998, p. 16 1). Este nivel d e re fl exividad lleva a entender
constituye n una práctica compleja inde terminada. la práctica como un sistema complej o, e n donde la inn ovación es
permane nte y no hay referentes inam ovibles, Por ser esta prác tica
La disciplina científi ca sólo es e nriquecedora de la prácti ca o d e la acción edu cativa una práctica hurna na, están p resentes la irreg ula ridad y
a pa rtir de sus efectos en el educador, no mediante prescripciones impuestas la incertidumbre, y esta última no es más que la consecue ncia de
sino e n funci ón de la tra nsformación de las accio n es con base en la con- comprender qué fa lta p or conocer, estimula ndo la diná mica perma-
cien cia y comprensió n de su con ocimiento cotidiano, «como teoría crítica ne nte ,
que abra los contenidos de la propia concien cia y de la re flexi ón d e pri-
me r nivel a la discusión)) (Gimeno 1998, p . 15 1). La reflexividad de prime r Cuando se logra esta necesaria distan cia mediante la refl exi vidad, el
y segundo nivel mej ora con una formació n ci entífica creando forma s y sig nificado puede incidir sobre la acción y propiciar la transformación tanto
mod elos para comprender el proceso educativo; es así como va cambian- de los esque mas y representacio nes menta les co mo d el sabe r hacer. De
d o el conocimie nto cotidiano sobre la acción, la forma de comprenderla y acuerdo con Pérez Gó mez (1998), los nuevos significados reconstruidos en
la forma que tienen d e significarla. De esta man era, el inte rcambio abierto son construcciones sociales que refl ejan acciones .
En este proceso, se pre tende que el edu cador transforme su prác tica, com-
prenda sus accio nes y entie nda cómo le da sentido a s u hace r en un con-
texto social compartido , La forma cotidiana d e categoriza r teóricamente
~ En es te primer nivel de refl exión, el reg istro proporciona la 0p 0rlunidad de un d is·
el con ocimiento que tiene sobre su hacer educativo tiene fun ciones es pe-
t,mciallli ento ya que el educador autoob sel" va su prác ti ca tal como vería la de un colega.
Es un a herramient a su mamente (¡ti! que pos ibilita la recup eración y Ull am1li sis rig uroso.
cíficas en su hacer.
38 LYt\ ESTHER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PRACTICA ... 39

Una investigación previa sobre la transformación de una pní.ctica más miento entre los esquemas discursivos y el hacer del educador,
específica, la docente (Sai\udo 1997), propone como parte dc sus resulta- detonando así el proceso del cambio.
dos una serie de afirmaciones que facilitan la comprensión del proceso de Mientras más instalados se encuentren en la estrategia expositiva,
transformación en la práctica educativa: mayor será la resistencia de los educadores al cambio y más se pres-
tarán sus verbalizaciones para establecer una intervención. Las ((re-
La práctica educativa está constituida por un COl"Uunto de acciones sistencias)) potenciales que sUljan forman parte del manejo de las
independientes que eventualmente se interrelacionan. El hacer contradicciones presentes en los maestros, y se disminuyen almíni-
consciente y la reflexión sobre dichas acciones permiten iniciar un mo ya que el proceso de análisis lo realizan ellos mismos respetan-
proceso crítico dirigido a superar las contradicciones presentes en do el sentido y la secuencia natural de su proceso. Los profesores
lo cotidiano. Los constitutivos de la práctica educativa son las que centran su práctica en la acción del alumno recorren más efi-
acciones del alumno, las del profesor y las interacciones. Las con- cazmente el camino de la transformación de la práctica educativa.
diciones de tales interacciones en la práctica específica del educa- Las estructuras anteriores del educador son fuertemente reforzadas
dor difieren de una circunstancia a otra; el acercamiento sistemá- por el mismo sistema. El cambio de su práctica requiere de un es-
tico y e l análisis de la recu!Jeración de esa práctica originan que fuerzo que lo ponga en conflicto con su contexto inmediato. Cada
el educador reconozca las contradicciones y regularidades que en vez que revise y reformule su práctica, el lazo de lo construido será
ella existen. más fuerte. Entre más posibilidades tenga de hablar de sus construc-
El objeto que ha de investigarse es la práctica educativa, que se des- ciones metodológicas con personas afines, es más probable que la
entrañará mediante diversos modos de observación. 'El educador es alternancia se consolide. El contexto institucional se despliega en el
capaz de transformar su práctica siempre y cuando el proceso de discurso del educador y es aconsejable que esto pueda utilizarse para
indagación involucre directamente su hacer; cuente con una media- resolver aquellas condiciones laborales institucionales que interprete
ción de recuperación pertinente -como los registros-; utilice recor- como limitantes en su trabajo.
tes conceptuales -analizadores- que le permitan su desentrañamien- La construcción del significado redefine, complejiza y se complemen-
to, y pueda reflexionar y confrontar para intervenir en su práctica y ta por el conocimiento-en-Ia-práctica. Este lipa de conocimiento surge
transformarla. Se recurre a la observación como indagación, y la con- a partir del contacto del educador con la experi encia educativa y la
frontación de lo registrado con sus concepciones produce una con- manipulación que haga de ésta. El saber educativo, relativo a cual-
tradicción que prepara la transformación. De acuerdo con Coll, «la quier práctica, tiene su lógica de construcción y producción especí-
observación directa del alumno y el maestro en situación es la ma- fica, así como su indagación cuenta con sus propias mediaciones.
nera más segura, si no la única, de abordar la interacción entre am-
bos" (1991, p. 82). En los procesos de transformación de la práctica educativa, puede ob-
La práctica educativa presenta una serie de contradicciones que de- servarse cómo a lg un os educadores son capaces de modificar su práctica
ben ser superadas para generar una transformación. Este proceso sin afectar los constitutivos o acciones estructurales. De esta manera, la
puede prefigurarse a partir de diversas operaciones. Se realiza un organización de los constitutivos del sistema puede variar sin que cambie
acercamiento sistemático a través de registros de auto observación que el estado real del sistema en sí. Ta l es el caso de profesores que, de tener
recuperan la práctica cotidiana del educador lo más «textualmente» la exposición como acción central en su práctica, ahora piden que los alum-
posible. Se propicia un análisis del corpus de la recuperación con nos expongan. Es claro que las acciones se modificaron, sin embargo, ¿esto
las categorías (constitutivos) mencionadas, centrando la acción in- revela el comportamiento de un sistema complejo?
tencional de transformar hacia lo eminentemente educativo yelimi- Aun cuando a veces no cambie de momento el estado convenciona l
nando lo periférico. Las categorías se usan una a la vez, apoyadas por o alterno en términos cua litativos, el educador modifica su práctica, la
lecturas elegidas para tal fin. Se reconocen las contradicciones y las descentra, gradualmente, hacia e l proceso del alumno. Una acción cen-
regularidades, contrastando el discurso y la concepción teórica con trada en el docente evoluciona hasta convertirse en una serie de accio-
lo ev idenciado en los registros y a través de situaciones problemáti- nes que involucran el proceso de apropiación del contenido o el proce-
cas en la secuencia del proceso. La confrontación provoca rompi- so del a lu mno.
40 LYA ESTHER SAÑUDO DE G RA NDE EL PROCESO DE SIGN IFICACiÓN DE LA PR1\CTICA ... 41

Cabe hablar de un proceso de resignificación de la prác tica como un de transformación se mantiene, ig ualmente) de la refl exió n -autor reg ula-
sistema complejo cuando una serie de acciones secuenciales se tra nsforman ci6n- }' el diálogo, la continuidad y la cohe rencia.
en acciones cíclicas intencionales, ya no rea lizadas e n (c línea», sino propues- En este sentido, la transformación de la práctica «educativa» cotidiana
tas para lograr un producto concreto, o cuando en una secu encia de ac- se puede definir com o el paso de ésta a una prácti ca edu cativa compleja y
ciones d e tipo lineal se incorpora una acción o una estrategia (acci ones refl exiva; un cambio estructural ("Vatzlawick, 1989) qu e lleve a un consti-
articuladas) que involucra el proceso de apropiación del alumno, incluyendo tutivo cuan do menos, haci a un estado cualita tivamente más educativo. La
la incorpo ración de una acción estruclurante en la evaluación . práctica irreflexiva, que Lipman (1998) define como irraciona l )' poco fruc-
La construcción de un sig nificado complejo re mite a aquellas concep- tífe ra, preva lece mie ntras el contexto no cambie, y si se modifica la comu-
ciones que articulan cada uno d e los constitutivos con una lógica construida nidad, se mantien e unida conservando las acciones tradicionales.
con base en la for mació n o experi encia del educador. Transforma r la prác-
tica implica caracteriza rla identificando ese modelo que subyace en el la, e A pesa r d e que las co ndu ctas instruct ivas se dan d es de una amplia fr anja d e
interve nir cuando me nos e n uno de sus constitutivos para tran s fonnar ~di­ competencias, la práct ica d e la enseii<l nza suele se r institucionali zad a y limi-
cho modelo en otro más educativo. La transformació n produce apropia- tada po r la lradi ción. Los profesores que hacen uso de esas franjas d e co m-
ción o procesos de construcción e n los a lumnos o in yolucrallüe nto y de- petencias estcl n muy o rg ullosos d e la habi lid ad que ti enen para ello. Aun así,
sarrollo de los colaboradores. Esa potencia transformadora se origina en estos espacios para la crea tividad en el interi or d e las prácticas académicas
el mov imiento propio de la acció n (Kra tochwill 1987), a pa rtir de la con- normales son insufic ientes pal'a provoca¡- camb ios a g ran esca la en la condu cla
ciencia, reflexi ón y superación de una serie de contradicciones. En su prác- d ocente (Lipman 1998, p. 53).
tica e ducativa, e l suje to debe conocer y supe rar esas contradicci ones para
gene rar la transformación. Si n embargo, es posible intencional' esa trans- La trans fo rmació n estructu ra l se da cuando la práctica se descentra d e
formación a partir de los supuestos descritos y, ade más, dirigirla a una con- donde se encuentra -ya sea en el contenido o en las acciones del do cente,
dici ón de mayor complejidad educativa. directivas, de supervisión, etc.- y se dirige a propiciar el proceso de pro-
Aunque las acciones tienen su origen en el pensamiento, éste se ve afec- du cción del conocimiento, apropiación, construcción, etc. Cua lquier otro
tado por las acciones, así qu e es necesario co no cerl as, disting uirlas y mov imie nto periférico no estructural puede ser considerado un cambio,
conceplUa liza rlas en su cO I~unto para intentar su transformación. En con- pero no una transformación.
traste, un cambio en la acción n o es definitivo si su corres pondiente sig- Por la inte rn a lización, la acción se incorpora a l slueto y posteriormen-
nificado no es modificado, lo que compromete a comprend er la práctica te, por su acción reversible y auto rregulable, se transform a en acción efi-
educativa desde los constitu tivos de la praxis (Kosik 1967), el concepto y ciente, más educati va. La estrategia de autorreg ulación, presente en todo
la acción. Construir el sentido de la acció n p ermite que el con cepto fu n- proceso de transformación de la práctica educativa, se funda en la relación
cione como un concepto ordenador (Zemelman 1987) d e los eventos que d ialógica y recursiva entre realidad objetiva-subjetiva, conciencia-reflexión,
constituyen cada acció n. El proceso dialéctico de ace rcarse a la práctica teoría-prác tica, concepto-acción. La autorreg ulación se conv ier te e ntonces
educativa por medio del concep to y conceplua lizar a través del desentra- e n una competencia consciente y volitiva: el educador aprende a contro-
iiamiento de la acción, permite identificar las contradicciones y regula ri- Jar su proceso, justifica sus acciones y da cuenta de sus productos .
dades existentes. El proceso de transformació n de las acciones está en las Como ya se d escribió, la acció n se refl ecta; es d eci r, ti ene efectos du-
acciones mismas y en su superación (Clark y Pe terso n 1989). raderos en la persona que la rea liza y no sólo en el lugar en que se efec-
El hacer consciente en la reflexividad p ermite iniciar el proceso críti- túa. Un e fecto de ese refl ejo y reflexión de la acción es 10 que genera con-
co dirigido a superar contradicciones cotidianas p rop icia ndo así la tra ns- ciencia sobre ella (Gimeno 1998). La reflexividad permite conocer la razón
form ación. La conciencia y la reflexión son operaciones d el p ensamie nto; desde la «razón )) del slUeto. Esta operación, que implica una complejidad
la reflexión es la ac ti vidad del pensamiento aplicada a l obj e to, a pensar lo en la reflexió n, tiene acceso a los compo nentes cognoscitivos de la acció n :
pensado, produciendo una reconceptualización a partir de un ra zonamiento el distanciamiento que el agente (s uj e to) puede hacer de su prác tica (obj e-
desd e la práctica. Proporciona, e n un bucle recursivo, la posibilidad de to) para poder ide ntificarla, caracterizarla y transfo rmarla con determina-
interio ri za r la acción par a convertirla e n una acción reversible y da concepción.
autorregulab le (Piaget 198 1). Este proceso de inte rna lizació n de esqu emas El proceso de recuperación, a nálisis y sistematizació n de la práctica
42 LYA ESTH ER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGN IFICACiÓN DE LA PRACTICA .. . 43

p ermite ir ac umulando elementos que se refl ej an e n la compre nsió n de caso de un doce nte su estrategia incl uye, entre otras acci ones, las que se
la práctica y en el análisis de cada consti tutivo hacia el propósito de la au- refi e ren a l proceso de construcció n o ap ro pi ació n de cada a lumno, ade-
to rrcgulación . Esta autorreglllació n permite e l seguimie nto teóri co y em- más de la incorporación de una acció n estructura nte de seguimie nto y eva-
pírico del proceso de tra nsformación a pa rtir de la inte rve nción en un o de luació n . Éstas, e n vez de suced erse una d espués de otra como una serie
los constitutivos. La prác tica de sentido co m(1ll cotidia no adquie re un sen- de acciones secue nciadas, se tra nsforman en cícl icas inte n cionadas e n la
ticIo cogniti vo que la convier te, a través de la re fl exiv idad, en una p rác ti- med ida en que el educad or prop one accio nes para logra r un producto
ca compleja. concreto de cada un o de los a lu m nos, sin pr ivilegiar el proceso por el cua l
La posibilidad de que el e ducador in corp ore a sus compe tencia s la alca nza su propósito. Lo mi smo puede d ecirse de la estrategia de u'abajo
autor rcgulaci6 n de tipo metacog n itivo (Bruner 1990) incrementa el poten- d e un director d e escuela con res pecto a la ar ticulació n d e accio n es con
cia l de transformación de la práctica, ya quc el Slucto puede rep etir el pro- los profesores, padres d e familia o comunidad escolar. La tran sformaci ón
ceso comple to o parte d e él de manera vo luntaria y p eri ódica, log rando de la prác ti ca requiere pensarla de manera diferente; e ntender qu e es más
así una perma nente actuali zación de su práctica. . que p rogramas y prefiguracio nes lineales, implica pe nsarla desd e la com-
Para d eterminar el grado y tipo de transformación d e la práctica pue- plejidad.
de considera rse e l cambi o obser vado en fu nció n d e d iferen cias más o Au n en experiencias relativa mente breves de análisis y transfo rmación
menos significativas, que pueden ir desde a lterar el orde n de las mis mas de la práctica es posible detecta r modificaciones estru ctura les, lo que lle-
acciones o rea liza r acciones equiva lentes, has ta la verdad era tra nsforma- va a pe nsar que un esfuerzo sistemático y forma l pa ra pone r a los edu ca-
ción . En este proceso, la estra tegia (Morin 1997) prefig ura escenari os para dores en situaciones simila res a las descritas puede llevar a la prác tica edu-
la acció n que pued en modificarse de ac ue rdo con la recupci'ación que se cati va a esta r e n condiciones de ser perma ne nte me nte tra nsfo rmable y
haga del curso de la acción u'a tando de elilnina r la incertidumbre hasta tra nsfo rmado ra.
donde sea posible. La tra nsfo rmació n de la prác tica es un p roceso de resignificación, es
La estrategia inte nta utiliza r la incertidumbre p ara que, p ese a las po- decir, qu e desd e un sig nificado inicial d e una prác ti ca convencio nal se
sibles de rivas, logre la inten ción . En el momento en que se emprende una constr uya un significad o complej o educativo. El siguiente aparta do inten-
acció n, ésta emp ieza a escapar de las in te ncion es originari as; en ton ces se ta aproximarse a este proceso .
impo ne la re fl exió n sobre la complej idad de la acció n, lo qu e incluye la
comp re nsión, decisión, conciencia e inclusión d e las transfo rmaciones.
Un a se ri e d e acciones de tipo linea l implican un progr ama simplificado R ES IGNI FICAc rÓN DE LA PR1\CTl CA EDUCAT IVA
fáci lme nte a lte rable a partir d e la presen cia de la incer tidumbre. Si se in-
cOl'po ra una estra tegia (accion es ar ticuladas, fl exibles e inte ncio nada s) De acuerdo con lo expuesto en el apa rtado anteri or, la transformación de
que involucra la p osibilidad de modi ficación segl1l1 la inte racción y la res- la práctica es posible mediante la refl exividad, aunque es n ecesario reite-
p uesta del ambiente a las accio nes, ento n ces se log ra n las inte n cion es ra r que ente ndemos p or prác tica educativa la interrelación indisoluble entre
propuestas. Significar las acci ones de ma ner a complej a vuelve a l educa- teo ría y p rác tica. En este sentido, las accio nes educativas, como constituti-
d or prude nte y a te nto a los aco nteci mie ntos na tura les ines pe rad os. (( El vas de la práctica, se tra nsforman conforme el educad or resig nifica el sen·
pe nsamie nto complej o n o rechaza d e ning una mane ra la cla rida d, el or- tido de ésta.
d e n, e l de te rminis mo. Pero los sab e insuficientes, sab e que no pode mos H ablar de sig nificación de la prác tica requie re la comp re nsión previa
progra ma r el d escubrimiento, el con oci miento , ni la acción . La comple- de qué es «(sig nificar». Con esto en mente recurrimos a dos explicaciones
jidad necesita una estra tegia .. (Mo rin 1997, p . 11 7). La prác ti ca e ducati- teó ricas que, sin estar e n la misma tendencia, permite n establecer co ncor-
va impli ca complejidad p orqu e se tra ta de accio n es huma nas, porque lo dancias y crite ri os de complementariedad que pu eden dar mayo r alca nce
in espera do e incier to está p ermanenteme nte presente en las a ccion es de y p otencia comprensiva a l con cepto de signifi car.
cada un o de los participantes. Lone rga n (1986), filósofo y j esuita canadiense, entiende el mundo que
El pensamiento complej o le permite a l educador comprender su prác- se construye co mo aquel m ediado por el sig nificado. en el que ((atltes de
tica no de mane ra lineal, sino como una estrategia que incluye la posibi- ac tuar lo imaginamos, lo planeamos, investiga mos sus posibilidades, pen-
lidad de arti cular acciones de procesos dife re nciados. Por ej emplo, en el samos pros y contras [ ... ], desde el principio estamos comprome tidos e n
44 LYA ESTH ER SAÑ UDO DE GRANDE EL PROCESO DE SICNIFICACIÓN DE LA PRACTICA ... 45

ac tos d e sig nificación; sin ellos el proceso no ocurriría ni llegaríamos a l derarse producto de una actividad mediada; en este caso el papel media-
finah~ (1 986, p. 3). Pa ra este autor, lo que cuenta realm ente ta nto para el do r es un instrume nto de natura leza semió tica, un sig nificado.
sl!ieto como para un g rupo d e sqjeLos es lo qu e cada cual significa de la
rea lidad en la que vive, ya que la realidad significada es la mediació n que El pro ceso d e fo rmación d e co nce ptos, co mo d e cua lqui er o tra forma sup e-
permite refe rirse a l entorno. El SlU eto interpreta su mundo, inmedia to pri- r ior d e activid ad intelectu al, no es una sup er ac ió n cuantilaLiva de la activid ad
mero, mediato después, por medi o del signi fica do; habla d e él y se refi ere asociativa inferi o r, sino un tip o cualitati va mente nu evo. A d ifere ncia d e las
a él po r el sig ni ficado. Antes de hacer, el educador compre nde. planea, fo rmas infe ri o res, qu e se car acteri zan po r la inm ediatez d e los procesos inte-
decide, e ntiende su prác tica; se refi ere a ella con otros a pa rtir del sig nifi- lectuales, es ta nu eva fOfm a de actividad es tá m edi ad a po r sig nos (V)'gotski
cado que de ella tie ne. Es probable que en un primer mom ento haga caso 1995, p. 126).
de un sig nificado es pontán eo exp resado en l en g u~ e cotidian o, pero éste
tenderá a volverse cada vez más complejo. Los signos con los que el educador refi ere su práctica se interi ori za n
Por otra parte, cuando es necesario que el hombre se transforme o trans- d esd e la cultu ra, p ero el a lcanza r un nivel de conciencia permi te la con-
fo rme su hacer, se d a inicio a un proceso que se lleva a cabo «a través de versió n de los siste mas de reg ulación exte rn a en a uto rreg ulación . Estos sis-
ac tos inte nciona les que se propo ne n fin es, elige sus m e~lios, busca colabo- te mas de autorreg ulación modifican dia léctica me nte la acció n educativa .
rad ores, dirige operacio n es)) (Lonerga n 1986, p . 4). Los sig nificados se Mientras en la edad temprana la acción d omina el desar rollo, más adela n-
manifi estan en un segundo nivel, refl exivo, en el cua l interviene la con- te la acción emerge del significado: «al p ensar, actúa , La acción interna }'
ciencia de la acción qu e p ermi te dar cuenta d e ella. El sig nificado se cons- extern a son insepa rables, la imaginación, la inte rpretación y voluntad son
truye a pa rtir de ope raciones de la expe riencia de la intelecci6n y del jui- p rocesos inte rnos realizados por la acción intern a» (Vygo tski 1988, p . 153).
cio en un todo dinámi co en el que «la exp eriencia estimula la indagación, A diferencia de Lonerga n, quien propone un sig nificado e minentemen-
y la indagación no es más que la inteligencia que se p on e a sí misma en te interpretativo que pu ede insc ribirse en la fenome nología, Vygotski es-
acton (Lo nergan 1967, p, 3). Un educador requi ere construir significados tablece como el ori ge n d el signifi cado la interacción socia l en térmi nos
refl exivos intenciona les y dotar de sentido a su p ráctica como una condi- dia lécticos. Ambos comprenden que el significado media entre el suj e to y
ció n d e su tra nsfo rmació n. Aunqu9 Lonerga n hace re fe re ncia a las tra ns- su e nto rno, }' concuerdan ta mbié n e n que la relación entre la acció n (ac ti-
formacio nes cul tura les en gra ndes~,l )e ri odos, esta idea pued e ser útil para vidad) y el signi ficado, como dos manifestacio nes de un solo fe nóme no,
consid erar cómo la transformación del signifi cado en grupos sociales es, p ermite la tra nsformación p or la vía de la con ciencia )' la relació n d e ésta
de todas maneras, un proceso pers~nal e individual que constituye un gru- con el e ntorn o - en ambos casos-, así como de la refl exión -en el caso de
p o}' una cultura. Lo ne rga n-.
, ,En otro contexto teórico, encontl-' 1Il0S re~lexi on es que con cie~· ta s con- Por olro lado, en el á mbito edu cativo Pérez Gó mez explora la construc-
chclOnes puede n apoyar y complemelitar las Ideas de Lo ne rgan. f a l es el ción de sig nificados )' la relacio na con la elaboración simbólica, «Esta ca-
caso de la teoría desarrollada por Vygo t~i, fil ósofo, psicólogo y semiólo- pacidad confie re la posibilidad de represen tar la realidad, va lorarla, mo-
go sovié tico que tiene entre sus más importantes supuestos aquel que se dula rla virtualmente, transforma rla, y comunicar sus transfo rmaciones )'
refi ere a la actividad como un componente de tra nsformació n del mundo va loracion es» (1 998, p. 214). Es te autor desc rib e el p roceso como vita l, en
media nte el signo, necesari o para la construcció n d e la conciencia. En es te parte incierto, contradictorio y a mbig uo. La interpretación de significados
e ntramado, la conciencia es el contac to socia l con uno mismo po r medi o se hace de ma ne ra subjeti va y comprensiva, en un proceso de construcción
del sig nificado, y po r ta nto tiene u na estructura semió tica, El significad o común de significad os. Ente ndido así, es p osible asimilarl o como un COI1-
para Vygo tski tiene una doble naturaleza semántica y comunicativa, la cual, cepto complej o.
al «desdoblarse») , p ermi te una inte racció n del sl~ e to consigo mismo, lo que A decir de Pérez Gómez (1998), el suje to deb e desar rollar un con oci-
co nstituye la conciencia. El significad o que el edu cador tien e de su prác ti- mie nto independie nte, siste má tico )' consciente. Una de las estra tegias de
ca media sus acciones, y la conciencia que tenga d e e llo de te rmina rá la a llo nivel es la metacognicióu, que refi ere a la refl exión sobre el conocimiento
posibilidad de transformación; es decir, «la condu cta humana dep ende d e y sobre los procesos que utiliza mos para la adquisición, orga ni zación }' tra ns-
las op eracio nes basadas e n significados» (Vygotski 1988, p . 153). Según ferencia, e ig ua lmente posibilita que el s l~ e to tome distancia d e sus proce- '
Vygo tski, las funci ones mentales superiores del ser huma no deben con si- sos y construccion es . El edu cador utili za esta estra tegia p ara revisar la re-
46 LYA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACiÓN DE LA PRJ\CfICA .. . 47
cuperación de sus acciones, re fl exionar so bre ellas )'. de Inanera a utó no- tudio, en este caso la práctica educati va, no se puede reducir a una simple
ma e independi ente, lograr la transform ació n de su práctica desde una sig- yuxtaposición de accio nes que p erten ezcan a ulla sola área explicativa. Por
nificación más compleja. el contra ri o, la complejidad radica e n que se pueda logra r una interpre ta-
Coincid iendo con 1\,[or(n, Pérez G6mez (1998) enfatiza la importancia ción sistémica de la prác tica a par tir de un diagnós tico integrado que ponga
ecológica d el escenario vital del sujeto . El contexto es un escenario plural las bases para intervenir un constitutivo e incidir so bre su transformación
con diferentes niveles que van del mÍcro a l macrocontexto y que c9nfor- estructural .
man una red que a su vez constituye un sistema. El edu cado r hace de me- Además d e p or su heterogeneidad, el sistema complejo se caracteriza
diador simbólico entre los diversos planos del contexto, en lo que sup one por la mutua dependencia a las funciones que cumple cada subsistema d en-
el paso de un domini o de sentido a otros. tro del sistema total. Asimismo, en la práctica educativa cada subsistema des-
El significado es una mediación que permite a l educador constru ir su crito está en interd ependencia con el otro : por ejemplo, la acción d el pro-
mundo y referirse a él para reflexi onar su hacer y tra nsformarlo intendo- fesor determina la del a lumno y cada una de ellas se encontraría «vacía). sin
na lm ente. La prác tica y su contrapa rte, el significado, se corresponde n la otra_ La intencionalidad educativa le da razón a cada proceso e n función
porque el sig nificado media en sus acciones. Así. para lograr ulla trans- de la transformación e involucramiento de cada un o de los participantes, }'
formaci ó n de la práctica se requiere una estrategia eI.e autorregulación todo el coqjunto se actuali za con condicionantes normativas, institucionales
metacognitiva que p ermita su resignificación dentro d é un contexto esco- y culturales.
la r específico. La interdependencia es tal que cualquier rn odificación a clÍalquiera de
La construcción de un nuevo sign ificado p ermite la transformación d e los su bsistemas de acciones constitutivos (no p eriféricos) gen er a un movi-
la prác tica hacia ulla situación de mayor ca lidad educativa, y tina vfa para miento de reestructuración y modifica las pautas con las que se organiza.
lograrlo es pensa r la resignificación de la práctica como sistema comple- Como m enciona Carda (1 994, p. 86): «Toda a lteració n e n un sec tor se
j o . El sigui ente apanado explora conceptualmente esta posibilidad. propaga d e diversas maneras a través de un conjunto d e relacio n es que
defi ne n la estructura del sistema y, en situaciones críticas, ge ne ra una re-
organización tota l». Esta reestructuración tien e que producir, en primera
L A SIGN IFI CAC iÓN DE LA })RJ\.CTICA COMO SISTEMA CO~ IP LEJO instancia, una intención y una producció n edu cativa, lo que implica tra n-
sitar de manera prog resiva de una práctica cotidiana a una práctica edu-
La prác tica está constituida, como a ntes se describió, por diversos tipos de cativa, reflexiva )', por ende, compleja.
acciones que se articula n de acuerdo con sus ca racterísticas y por proce- Lipman (1998) expone que el pensamiento complejo es el que está cons-
sos que funcio nan como una totalidad orga ni zada . Cuando esta articula- ciente de sus supuestos e implicaciones, es deci r, de sus razones y de las
ción tiene una intencionalidad explfcitamente educativa)' produce tra ns- evidencias de sus argumentaciones. Este tipo de pensamiento posibilita que
formación e n los que colaboran, se habla de prác ti ca educa tiva. No toda el ed ucad or examine su metodología, sus procedimientos}' su perspecti.
práctica cotidiana puede considerarse educativa, sólo aquella que permita va, )' e n este p roceso identifica los fa ctores de p a rcia lidad, prej uicios y
generar acciones reflexivas de segundo y te rcer nivel; enton ces la práctica autoengailo. En la prác tica irreflexiva, el p en samie nto es «puram en te
cotidiana del educador puede trans form arse en complej a. Las acciones procedimenta h. o «s ustanti vo),; es el caso del d ocente que anali za el conte-
re flex ivas de la prác tica debe n conte ner en sí la intenciona lidad y produ- nido de su asignatura dando por sentada la metodología. En cambio, el pen-
cir educación para determinar la dirección del sistema complej o. samiento complejo (.jnclu}'e un p ensamie nto ri co en recursos, me tacogni-
La prác tica educativa está conformada por subsistemas heterogéneos tivo, autoco rrectivo )' Lodas aqu ellas modalidades de p en sami ento que
que agr upa n accio nes del mismo tipo. De esta manera, la práctica de un conllevan re fl exión so bre 1" propia m etodo logía)' sobre e l conte nido
directivo puede estar ma rcada por acciones que agrupan la s que se re fi e- que tratan» (Lipman 1998, p. 68). Es tas ideas nos acercan a la reflexió n y
ren a l trab<0o administra tivo, a la inte rve nció n p edagógica que rea liza con vigilancia de las accio nes persona les como una operación fundam enta l, así
los docentes, a las que involu cran a los padres de familia, e tc. Cada una como a l nivel d e conciencia necesari o como condición de autorregulación.
d e ellas se ca racteri za de dife re nte modo, presenta una natura leza especí· Ya el planteamiento a nterior n os introduce a lo qu e se esp era del pen-
fica )' tien e una interpre tación teórica p ertinen te. samiento complejo; sin embargo, a lg unas de las ideas fundamenta les so-
Según Carda (199'1), un sistema complejo implica que el objeto d e es- bre éste surgen d e Mm-in, y permiten empezar a comprender una estrate-
48 LYA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PRÁCTICA ... 49

gia que se dirija específicamente a la educación. En concreto, ciada la na- Un operador del pensamiento complejo es el princiflio de aulo-eco-or-
turaleza de la práctica educativa, una ele las vías para su comprensión e ganización, que permite al ser guardar su forma, autoproducirse y
interpretación pertinente es a partir de las concepciones de «sistema com- autoorganizarse. El ser es dependiente y autónomo, gasta y saca ener-
plejo». Enseguida se exponen algunos de los elementos del pensamiento gía del ecosistema en donde existe. En el caso de la práctica, puede
complejo que pueden ser útiles para entender la práctica educativa desde reconocerse cómo es que cada uno de sus elementos se autoorgani-
esa perspectiva. zan entre sí, de tal manera que un constitutivo afecta indefectible-
Para iniciar, es necesario reconocer que la importancia de la contribu- mente a los demás. Por ejemplo, las estrategias del educador, que de
ción de Morin «radica en la formulación de un principio, el ele la comple- manera permanente se conform~ y se autoproduce, lo cual lo dife-
jidad, que integra una actitud indagadora, que renuncia a la sil11pJifi.ca~i6n, rencia de los demás organismos.
con un COI~l1nto de conceptos que sirven de puentes entre los chstllltos Otro operador es la idea sistémica y organizacional que relaciona el
campos disciplinares)} (Gurda 19~/7, p. 44). Todo paradigma, sobre tódo en conocimiento de las partes intrínsecamente organizadas con el co-
este caso, rige sobre los conceptos y su relación lógica, tanto en un slueto nocimiento del todo. Toda organización debe hacer surgir cualida-
como en las concepciones científicas sociales. El paradigma determina los des nuevas, que no existían en las partes aisladas y que posteriormen-
saberes, las creencias y las acciones de los sluetos que ~o asumen. Actual- te se imponen como hechos (datos fenomenales que el entendimiento
mente, emerge este paradigma cognitivo que permite tender puentes elebe constatar).
interdisciplinarios, que asienta que el orden y el desorden coexisten, que
determina que la organización permite entender la lógica de articulación El pensamiento complejo se basa en entender que uno contiene lo mültiple y
entre acontecimientos aparentemente diversos (Morin 1996a);'entre otras el mültiple está ligado a lo uno. Pensarlos por separado implica un razona-
ideas que no tenían cabida en paradigmas como el positivista. miento que, o bien ve un m(litiple sin unidad, o bien abstrae una unidad
El nuevo esquema cognitivo entiende articulaciones, organizativas o hOlllogénica (sic) en donde se pierden las diferencias singulares (Mari n 1996b,
estructurales, entre eventos separados que permiten la unidad de lo que p.80).
se concebía como separado. Para Morin (1996b, pp. 71-72),
El pensamiento complejo requiere entonces una metaorganización que
el pensamiento comjJlejo es ante todo un pensamiento que relaciona. Es el sig- genere cualidades diferentes, como la capacidad cognitiva, la autoorgani-
nificado más cercano al término comjJlex/ls (lo que está tejido en conjunto) [ ... ] zación y la autorregulación cuando el sistema requiere de una reordenación.
es un modo de ¡·eligaciól1. Está pues contra el aislamiento de los objetos de
conocimiento; reponiéndoles en su contexto, y de ser posible en la globalidad Otro principio operador es el hologramático, que implica que no sólo
a la que pertenecen. las partes están en el todo, sino que el todo está también en el inte-
rior de las partes.
El método complejo debe constituir un pensamiento que se nutre de La idea de bucle dialógico es la complejidad de los antagonismos que
incertidumbre, elimina el pensamiento mutilante, rechaza el conocimien- permite entender la pluralidad en lo uno. La unidad de un sistema
to reductor y reivinclif a el derecho a la reflexión. Lo importante no es 10 complejo es entendida desde su identidad, con sus componentes de
que se ignora, sino pansar en lo que se sabe. «El paradigma de la comple- diversidad, relatividad, identidad, incertidumbres, ambigüedades,
jidad no puede ser un paradigma consciente sin lenta instatu.-ación y difí- dualidades, escisiones, antagonismos, etc. Es la operación de enten-
cil enraizamiento. Lo que requiere una reforma del pensamiento y de la der que somos productos y productores y que el antagonismo den-
educación; al final de la cual el paradigma d e la complejidad podrá ope- tro de este proceso persiste. La dialógica no constituye una nueva
rar por sí mismo" (Morin 1996b, pp. 76-77). lógica, sino una manera de utilizarla en función del paradigma de
«Decir complejidad es decir relación a la vez complementaria, concu- complejidad, como un instrumento heurístico.
rrente, antagónica, recursiva y hologramática entre esas instancias co-
generadoras del conocimiento» (Morin 1995, p. 77). Estas características Entender la práctica a través de estos principios implica evitar el trata-
son operadores del pensamiento complejo: miento tradicional simplificador. Es común enfatizar uno de los constitu-
tivos y partir de él para comprender la práctica, pero el pensamiento com-
50 LYA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PRÁCTICA ... 51
pIejo permite entenderla como un sistema complejo, que consiste en una que aunque los constitutivos sean de naturaleza tan diversa necesariamente
serie de acciones de diversa naturaleza, en contenidos, en varios niveles de deben ser educativos. Esta última condición permite establecer lo que es
manejo y apropiación, en situaciones de aprendiz~e y en diferentes planos parte estructural de! sistema y aquello que no lo es. En la práctica docen-
de contextos. te, estas condiciOl~antes marcan la diferencia entre las acciones de signifi-
Cuando el investigador disocia su saber del resto de los saberes o cuando cación del alumno y las acciones disciplinarias del docente; en e! primer
el profesor afirma que es profesor de una materia y no un «educado}'>} (en caso se trata de una acción que en sí misma produce educación, mientras
el sentido amplio del término), encontramos un planteamiento epistcl11o· en el segundo es poco o nada probable que genere procesos educativos.
lógico simplificador que pretende compartimentar el-conocimiento y par- La condición de totalidad permite entender que la práctica educativa,
celar la intervención tecnológica. De esta forma la descripción ele la reali- en su transformación reflexiva, modifica los constitutivos, las relaciones
dad escolar se reduce a la de algunas ele sus dimensiones}' la actuación entre ellos y su funcionamiento dentro del sistema total. Observamos en
didáctica pierde coherencia y visión de conjunto (Carda 1977, p. 42). este proceso una doble relación dialéctica: de la transformación de los cons-
La práctica es un sistema porque es un COl-UUllto de constitutivos; sus titutivos al funcionamiento de la totalidad y, en sentido inverso, de
interrelaciones y sus interacciones entre ellos y con otros sistemas produ- los cambios de funcionamiento al replanteamiento de la reorganización
cen educación ,'1 La práctica educativa está conformada P?r acciones diver- de los elementos. El educador parte de comprender cómo se organizan los
sas constitutivas o periféricas, cuyas interrelaciones se caracterizan por la constitutivos de su práctica, los caracteriza y define cómo se mueven en
incidencia de múltiples situaciones contexlllales y porque constituyen esa totalidad organizada. La distancia que ofrecen la conciencia y la teori-
la estructura ele un sistema que funciona como totalidad organizada, es de- zación le permite intervenir en alguno de los constitutivos para producir
cir, como sistema complejo. "' un sistema reflexivo cada vez más educativo. Esa intervención afecta la to-
Esta heterogeneidad de subsistemas o constitutivos, como se ha descrito, talidad y genera nuevas relaciones entre los constitutivos.
se estudia desde diferentes ramas del conocimiento; son interdcfinidos y Comprender para transformar la práctica educativa implica articular
sus funciones son intcrdepcnclientes dentro de la totalidad del sistema. Se de manera consistente y complementaria las teorizaciones construidas a
les puede identificar, analizar y determinar fuera de esa totalidad, pero lo partir del distanciamiento reflexivo de cada constitutivo desde su perspec-
que los hace constitutivos educativos es que pertenecen e interactÍlan en tiva teórica, marcos conceptuales pertinentes y mediaciones metodológi-
esa totalidad y no en otra, La interdependencia, el cOl-uunto de relaciones cas adecuadas. A partir de aquí, se posibilita que e! educador resignifique
que constituyen su estructura y le dan forma de organización, hace funcio- su práctica y, por ende, sus acciones, ya que, como setiala Garda (1994, p.
nar a la práctica educativa como totalidad, y esto la conforma como siste- 88): «No se trata de "aprender más", sino de "pensar de otra manera"».
ma.,
A la práctica educativa se la puede considerar totalidad organizada por-
que sus constitutivos no se adicionan simplemente, sino que son, educati- BIBLlOGRAFfA
vos cuanto más apoyan a que esa condición se dé y son de naturaleza dife-
rente cuando se estudian en un campo independiente, Un constitutivo en
BAZDRFSCII, Ivl., "La metodología cualitativa)' el análisis de la práctica educativa»,
interdependencia total y articulado con el resto hace el hecho educativo. Otra en ~'1cjía y Arauz (comps.), Tras las velas de la investigación cualitativa, Guada-
característica es que la organización de la estructura de la totalidad edu- lej¡¡r¡¡, l"n~ o, 1998, 1'1'.177·189.
cativa es diferente, pero incluye la dinámica de cada uno de los constituti- - - - , Vivir la educación. Transformar la !)J"(Íctica, Guadal~ara, Secretaría de Edu-
vos. Aun cuando Garda (199 1) describe un sistema complejo como cons-
l
cación Pllblica de]alisco, 2000.
tituido por diversos constitutivos, es importante retornar al principio 13JWNEJ~,]., «El "yo" transaccionaln, en]. Bruner (comp.), La elaboración del senti-
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plicar qu e el todo de alguna manera está contenido en las partes; es decir, C\RIIAY, M., ,,¿Pueden los profesores cambiar su manera de enscilar?», en Aurelio
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