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Unidad 5

Espíritu emprendedor
Rentabilidad y presupuesto del emprendimiento

¿Qué es la rentabilidad?
La rentabilidad hace referencia a los beneficios que se han obtenido o se pueden
obtener de una inversión.

Tanto en el ámbito de las inversiones como en el ámbito empresarial es un concepto


muy importante porque es un buen indicador del desarrollo de una inversión y de la
capacidad de la empresa para remunerar los recursos financieros utilizados.

Diferencia entre rentabilidad financiera y rentabilidad


económica
La rentabilidad económica es diferente de la rentabilidad financiera. La rentabilidad
económica tiene en cuenta todos los activos utilizados para generar rentabilidad. En
contraste, la rentabilidad financiera sólo tiene en cuenta la cantidad de recursos
propios utilizados. Es decir, a la hora de calcular la Rentabilidad financiera excluimos
las deudas.

Fórmula de rentabilidad
La rentabilidad siempre se expresa en porcentajes, cuando se dice que una inversión
produjo una rentabilidad del 30% significa que se recuperó todo lo invertido más un
30% adicional en un periodo de un año. Cuando se dice que un proyecto, o
emprendimiento no es rentable o tiene rentabilidad negativa, es porque lo que se
obtuvo de vuelta en términos monetarios no compensa todo lo que se invirtió.

La fórmula de rentabilidad básica para un periodo anual es la siguiente:

Rentabilidad = (Beneficio neto/inversión) x 100

En donde el beneficio neto es igual a lo que se obtuvo al final en términos monetarios


menos la inversión inicial.

Beneficio neto = Ingreso total – Inversión inicial

Ejemplificando el cálculo de rendimiento anual


Si usted invirtió $10.000 pesos en un emprendimiento y recupero $ 11.000 al final
del año, ¿Cuánto fue la rentabilidad?

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Para calcularla primero debemos saber cuánto fue el beneficio neto

Beneficio Neto = $11.000 – $10.000 = $1.000

Y ahora si podemos calcular la Rentabilidad:

Rentabilidad = ($1.000 / $ 10.000) x 100 = 10%

Este es el concepto más básico de rentabilidad y calculado de esta forma


obtendremos su rendimiento anual.

¿Qué sucede si quiero calcular la Rentabilidad en menos de


un año?
En el ejemplo anterior es correcto decir que la rentabilidad fue del 10% solo si esto
ocurrió en un período de 360 días. Para otros períodos de tiempo deberíamos
calcularla de la siguiente forma:

Rentabilidad = beneficio neto / ((inversión x (N/360)) x 100

En este caso N representa el número de días que usted esperó para recuperar el
dinero de su emprendimiento y 360 significa el número de días en términos
comerciales que tiene un año.

Ejemplificando el cálculo de rendimiento en menos de un año


Siguiendo con el mismo ejemplo, supongamos que usted obtuvo un beneficio neto de
$1.000 sobre su inversión de $10.000 y tuvo la suerte de recuperarlo en sólo 2 meses.
Con estos datos ¿cuál sería su rentabilidad anualizada?

Rentabilidad = $1.000 / (($ 10.000 x (60/360)) x100 = 60%

N: es la cantidad de días que queremos calcular la rentabilidad, en este caso son 60


días por ser 2 meses.

Para calcular la fórmula debemos respetar los paréntesis y el orden correcto para
calcularla, por ello primero divida 60/360, eso da como resultado 0,166667, y
multiplíquelo por la inversión de $10.000, que es igual a 1.666,67.

Luego divida el beneficio neto de $1.000 entre el resultado anterior 1.666,67 y esto
le dará 0,6.

Finalmente expréselo en términos porcentuales multiplicándolo x 100, lo que da


como resultado una rentabilidad de 60.

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¿Cómo afecta la inflación a la rentabilidad del emprendimiento?

Es importante conocer que para que nuestra rentabilidad sea real debemos restar a
la misma la inflación del periodo de tiempo estipulado.

Ejemplo: si usted obtuvo una rentabilidad de 5% en un año y la inflación del mismo


período fue del 3%, su rendimiento real fue cercano al 2%. Si su rentabilidad es del
10% en 60 días y la inflación para dichos 2 meses es del 3%, su rentabilidad es del 7%

Antes de lanzar un nuevo producto, considere nuevos costos variables y fijos, como,
por ejemplo, las tarifas de diseño y promoción.

¿Qué es un presupuesto?
Es un plan de operaciones y recursos expresado en términos monetarios, que se
manifiesta para alcanzar ciertos objetivos planteados.

En palabras simples, hacer un presupuesto es sentarse a planear lo que deseamos


hacer en el futuro, expresarlo en dinero y adaptarnos a esa planificación de la mejor
manera posible.

¿Cuál es la importancia del presupuesto?


El presupuesto es como un plan de ruta que nos indicará si vamos financieramente
por el camino que nos propusimos o si debemos tomar decisiones de cambio, en
función del mercado en que estamos operando.

¿Cómo calcular el presupuesto inicial?


Hay ciertos gastos ineludibles que debemos considerar al momento de elaborar el
presupuesto para comenzar nuestro emprendimiento:

→ Gastos de planificación: Son todos los gastos efectuados en la planificación y


evaluación de la viabilidad del negocio. Incluyen la investigación de mercado,
la fabricación de prototipos, los honorarios o salarios de consultores y
primeros empleados, los viáticos implicados en la búsqueda de nuevos
proveedores, inversionistas o potenciales clientes.
→ Gastos de constitución legal de la empresa: Son los gastos que debemos pagar
para dar de alta nuestro negocio ante las autoridades fiscales y para obtener
las licencias necesarias, además de los honorarios de los abogados y
contadores que puedan asistirnos en la gestión en estos trámites.
→ Sueldos de colaboradores: Desde el primer día de operaciones tendremos que
asumir los costos laborales, que no solo incluyen los salarios sino también los
pagos del Seguro Social y cualquier otra prestación económica ofrecida a
nuestros empleados.

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→ Capital inicial: Incluye la adquisición de equipos, maquinaria, compra o
alquiler de un local y contratos de servicios.
→ Gastos de operación: Son los gastos fijos de nuestro emprendimiento:
insumos, servicios, salarios, publicidad y costos de financiamiento.
→ Flujo de caja: Es la previsión de cuáles serán nuestros ingresos en el periodo
comprendido en el presupuesto. En caso de que estos ingresos no sean
suficientes para cubrir nuestros gastos operativos, debemos planear una
estrategia financiera para seguir operando.

¿Cómo hacer el presupuesto de tu emprendimiento?


1. Registrar todos los costos y separarlos en fijos y variables.

Los ingresos tienen que cubrir al menos los costos variables (como el costo de envío),
para que cada producto que vendamos no nos haga perder dinero. Idealmente,
además, tienen que permitirnos cubrir los costos fijos, que son todos aquellos que
no podemos esquivar produciendo o comprando menos mercadería, como por
ejemplo el alquiler.

2. La mercadería no puede venderse por debajo del costo variable.

Un comerciante forma sus costos con la sumatoria de los fijos y los variables.

Ejemplo: Si una prenda de ropa le cuesta al emprendedor $300 (costo variable) tiene
que sumarle el costo proporcional del alquiler, servicios, salarios y demás gastos (que
son costos fijos en el corto plazo) y que pueden costarle $200 más. Si vende entonces
la prenda a $600 está ganando $100 por unidad.

Entonces pasada la temporada puede liquidar a $300, aunque el costo total sea $500.
Considerando que debe seguir pagando el alquiler y los demás costos fijos, la
liquidación cubriría el costo variable que le significó adquirir esa prenda y que no
pudo vender en temporada. Lo que no puede hacer es vender todas las prendas
siempre a $300 porque no cubriría ningún costo fijo y tendría que cerrar.

3. Los precios no se ponen de acuerdo a los costos

El precio de nuestro producto o servicio estará determinado y podremos definirlo en


base a su demanda. Si nos equivocamos y vendemos muy poco, lo tendremos que
bajar, mientras que, si nos quedamos sin stock en un día, lo podremos subir.

4. Armá una previsión de ahorro

En un negocio puede surgir la necesidad de pagar cosas que no preveíamos (desde


una multa por un juicio hasta un nuevo impuesto o un trámite nuevo). Todas esas
eventualidades se suavizan en un presupuesto, incorporando una previsión por
imponderables, es decir, un dinero que separamos preventivamente por si se aparece

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una eventualidad y que incorporamos como si fuera un costo más.

5. Un problema de liquidez no es un problema de solvencia

Hay que armar dos tipos de presupuestos uno económico y otro financiero. En el
primero registramos todo lo que esperamos vender y los costos asociados; en el
segundo todo lo que esperamos cobrar y cada costo que debemos pagar
efectivamente.

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