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2- La incorporación sistemática de temas relacionados con la sexualidad puede pensarse como terreno
susceptible de controversias y a su vez es una posibilidad de construcción de situaciones de confianza
y respeto.
Considero importante remarcar la necesidad de hacer foco en la idea de deconstrucción, de reeducación,
donde debido a los cambios culturales y sociales que se dan con el tiempo resulta interesante y necesario
que se abra la posibilidad de diálogo generando un “ida y vuelta” de saberes. En oposición a esto,
distintas formas de pensar, obstaculizan el aprendizaje para muchos alumnos.
En la actualidad aún puede verse que en varios colegios sobretodo religiosos no incluyen ESI, ya sea
por decisión de la institución o por petición de los padres que no están de acuerdo con la idea de que
profesores o maestros sean quienes faciliten acciones pedagógicas para brindar información y construir
conocimientos que permitan a los estudiantes tomar decisiones conscientes y críticas sobre su
sexualidad. De esta manera se pierde la importancia de porqué es necesario que en las instituciones
educativas se dicte ESI, ignorando que en ese establecimiento se está en contacto cotidiano con el sujeto
en formación siendo un lugar de expresión y reproducción de formas establecidas de ser varón o mujer;
siendo también un espacio de reflexión de uno mismo, y de aprendizaje y habilidades para la toma de
decisiones conscientes y críticas sobre el cuidado del propio cuerpo.
Graciela Morgade y Graciela Alonso, remarcan la importancia de articular sexualidad, educación y
género, ya que permitiría estudiar la desigualdad social y la falta de respeto cultural. A su vez proponen
que la sexualidad, en la escuela, debería abordarse desde un enfoque de género que historice y
problematice las expectativas sociales respecto a los cuerpos sexuados de mujeres y varones, donde la
sexualidad se desprenda de lo biológico y se la tome como un producto de las relaciones sociales de la
época; un enfoque donde se promuevan los vínculos no sexistas, la escucha y el cuestionar los conceptos
que traen los adultos.
Engestrom caracteriza el aprendizaje expansivo como un aprendizaje transformador, un aprendizaje
horizontal y dialógico que crea conocimiento y une diferentes sistemas de actividad. Este tipo de
aprendizaje impulsa en docentes, alumnos y participantes procesos colaborativos para transformar el
proceso escolar. Lo ideal sería que estos actores encuentren nuevas soluciones a la desigualdad del
aprendizaje de ESI según distintos factores, ya sean las creencias de la institución, cuestiones morales,
etc., y que puedan desafiar las zonas de vulnerabilidad para crear así un lenguaje compartido entre
diferentes voces. De esta manera estaría siendo un aprendizaje que promueva desarmar la pedagogía al
servicio del narcisismo de los padres y para realizar un ideal de normalidad con exclusión de la
singularidad de sus deseos.
Un psicólogo dentro de una escuela puede realizar intervenciones promoviendo y facilitando
herramientas a las personas que son parte del sistema, abriendo paso a la escucha. Podría considerarse
que estos psicólogos son parte del aprendizaje expansivo el cual permitirá la transformación del objeto
compartido por los sistemas involucrados en la actividad posibilitando un nuevo objeto transformado y
transformador.
Resultaría interesante remarcar que si bien el Art 5 de la Ley Nº26.150/2006 detalla una cierta libertad
para las instituciones acerca de cómo dar el contenido ESI, el mismo no puede tener una dirección
distinta a los objetivos y lineamientos curriculares de dicho Programa Nacional. La escuela puede dictar,
sumado a la ESI, su propia postura, pero no sin dejar de dictar educación sexual integral. La realidad
muestra que esto no siempre se respeta, lo cual tiene como resultado diferencias sociales.
3- Según Vygotsky, L los instrumentos de mediación son los que promueven el desarrollo humano, y
son tanto las herramientas como los signos. Ambos tienen diferencias esenciales, como son los distintos
modos en que orientan la actividad humana.
La herramienta le sirve al conductor de una influencia humana en el objeto de la actividad hallándose
externamente orientado; mientras que el signo nada cambia en el objeto de una operación psicológica,
sino que es un medio de actividad interna que aspira a dominarse a sí mismo.
Ambas actividades se relacionan en el sentido de que la alteración de la naturaleza por parte del hombre,
altera a su vez al hombre mismo. El signo primero es usado por los otros para regular/controlar mi
comportamiento, luego yo lo uso para regular el de los demás, y finalmente lo uso para dominarme a
mí mismo; en un proceso de autorregulación, de autogobierno en mi relación con el mundo.
La unidad de análisis que explica la constitución de los procesos psicológicos superiores son la actividad
instrumental, y la interacción social, que estarán mediadas por instrumentos.
A Vygotsky, Lle interesa poder pensar los procesos psicológicos superiores producidos a partir de una
línea cultural del desarrollo, la cual se diferencia de la natural al ser específicamente humana a la vez
que posibilita procesos únicamente compatibles con la vida social.
Este autor afirmaba que el aprendizaje antecede al desarrollo, y lo pone en marcha siendo siempre
mediado por el contexto sociocultural, por lo que, a partir del uso de instrumentos mediadores, se
producirán los procesos psicológicos propios de nuestra especie construidos en la vida social.
Vygotsky, L establece que la ley de internalización es un proceso evolutivo complejo que pone
dirección al desarrollo de los procesos superiores; la internalización de las formas culturales de la
conducta implica la reconstrucción de la actividad psicológica en base a las operaciones con signos. Es
una reconstrucción por el hecho que varía tanto la estructura como la función de la operación psicológica
en desarrollo.
El autor plantea dos conceptos centrales en su teoría denominados “Zona de Desarrollo Próximo” (ZDP)
y “Zona de Desarrollo Real” (ZDR) (Vygotsky, L. 1988) los cuales aluden a que en la distancia
efectuada entre el desarrollo potencial del niñx y el desarrollo actual respectivamente se ubica la ZDP.
Así, la ZDR es considerada como la capacidad de poder resolver de manera independiente un problema,
mientras que la ZDP refiere a funciones que aún no han madurado y se encuentran determinadas bajo
la guía de un adulto o mismo de un compañero con mayor interiorización en la cuestión (Wertsch, J.,
1991). Por consiguiente, esta guía será fundamental para poder implementar y propiciar el apoyo y
ayuda necesaria, lo cual encaminará su desarrollo hacia una posterior realización autónoma de las tareas.
Aprendizaje y desarrollo, no son equivalentes. El aprendizaje organizado se convierte en desarrollo
mental y pone en marcha una serie de procesos evolutivos que no podrían darse nunca al margen del
aprendizaje. No todo aprendizaje produce desarrollo. Vygotsky, L afirma que además de la enseñanza,
el juego y el trabajo son actividades que generan ZDP
A partir de esto, se podría pensar los resultados de Argentina en PISA contemplando al sujeto como
sujeto social, en constante interacción con sus pares y con los otros, planteándose así una unidad de
análisis no individual, sino interpersonal. A partir de esta interacción es donde su desarrollo potencial
podría desencadenarse, aprendiendo de los otros, y de sí mismo a partir del vínculo con estos. Considero
que por esta razón proponen no focalizar en la comparación con los resultados de China, porque ambas
culturas son muy diferentes por ende tienen umbrales y un contexto social muy distinto. En esta parte,
y para concluir me gustaría mencionar una afirmación de Vygotsky, L en la cual establece que las
relaciones sociales en las que está involucrado un hombre explica sus modos de actuar, pensar,
relacionarse; es decir los sujetos son afectados en diversas formas por las producciones en las que ellos
participan.
4- Mehan. H se interesa en la producción de identidad de sus alumnos. Establece que, a pesar de haber
muchas formas de representar un mundo, y de comunicarlo a la gente, el curso de la historia busca
lograr que un modo de representación prevalezca sobre otro.
Llama “política de la representación” a la competencia por atribuir significado a los acontecimientos,
personas y objetos ambiguos del mundo. Propone examinar el proceso a través del cual a partir de la
ambigüedad de la vida cotidiana se llega a la claridad de hechos sociales, como la inteligencia o la
anormalidad.
En el proceso de presentación de un niño en el ámbito escolar, se da una disputa sobre el significado de
un grupo cuando los docentes tratan de decidir si el niño es normal o anormal, para derivarlo a un tipo
de educación regular o especial. Esto se decide luego de la derivación, la administración de test para
escolares y una decisión; vinculando así el lenguaje pedagógico, sociológico e histórico. El análisis del
rendimiento escolar, desde un enfoque sustantivo llevó a considerar esto como algo exclusivo de los
estudiantes, haciendo un recorte del sujeto-alumno como unidad de análisis, y priorizando un lenguaje
por sobre el otro.
Así, se puede dar cuenta de que esta visión sustantiva dio lugar a los diferentes grados de educabilidad.
Es decir, a la idea de que hay sujetos más o menos educables que otros. (Erausquin, C. y Zabaleta, V.
2016). A raíz de esto, se puede ver cómo la mirada en el otro puede resultar etiquetante; mirar al alumno
desde esa etiqueta que cosifica, sustancializa, escencializa. Al ver una etiqueta creemos saberlo todo
sobre aquel que la porta. (Benasayag y Schmitt 2010)
El psicólogo tendrá la tarea de dejar de ver a la persona con la etiqueta que se le ha asignado, para poder
trabajar dejando esa etiqueta que los identifica.
Resulta interesante mencionar a la educabilidad como un problema político (Baquero, R. 2001). Ya que
entenderla como una característica del individuo y una predisposición para el aprendizaje nos haría caer
en un dispositivo normalizador en donde se etiquetaría como “normal” al que le va bien y al otro como
“anormal”. Por lo tanto, se debe comprender la educabilidad como una propiedad de las situaciones
educativas en la que participan los sujetos. Estas prácticas educativas producen formas específicas de
desarrollo otorgando posiciones subjetivas; por lo tanto, elevar la educabilidad implicaría problematizar
las condiciones en las que se ofrece el dispositivo escuela para la educación.
El marco Vygotskyano permite conocer que las condiciones de educabilidad dependen de las
situaciones; ante el fracaso masivo deberíamos dejar de sospechar de las capacidades de los sujetos para
aprender y revisar las condiciones de educabilidad.
Es importante pensar y repensar los preconceptos que tenemos sobre los cuales construimos
concepciones de sentido común, conocimientos científicos y concepciones ideológicas.
En este caso se debería pensar cómo es que concebimos las diferencias, ¿como una desigualdad? ¿de
derechos? ¿de oportunidades? Es decir, pensar que alguien es poco educable es adjudicar una identidad,
una etiqueta.
El caso Shane puede ser tomado como un ejemplo ante esta situación en donde el alumno es
representado por un texto, la única manera de acceder a él era por medio de representaciones textuales.
Así el niño es objetivado, convirtiéndose en el objeto de evaluación, y sus medidas quedan plasmadas
en un conjunto de textos que quedan divorciados de la situación social que los creó. El lenguaje
priorizando con el niño ha sido el psicológico, por encima del histórico y social. A la psicóloga del
alumno no se han hecho preguntas ni interrupciones, ni pedido de aclaraciones; de hecho, la misma
pudo presentar la información de manera ininterrumpida.
Evitar un tratamiento sustantivo de los estudiantes evaluados en los resultados de PISA, implica hacerlo
desde un enfoque situacional, el cual según Baquero debería poner el foco en las relaciones del sujeto
con el dispositivo de enseñanza, y no en la individualidad de los participantes; es decir se los tomará
como un componente más de los sistemas de actividad en los que participan.
Se entiende que no hay sujetos más o menos educables que otros, sino sistemas de actividad que en
relación a lo que ofrecen, producen más o menos educabilidad; esto es lo que buscará interpretar el
análisis de los resultados de PISA en Argentina desde un tratamiento posicional.
Bibliografía
Trilla, J. (1985). Características de la escuela y Negación de la escuela como lugar. En Ensayos sobre
la escuela. El espacio social y material de la escuela. Barcelona: Laertes (Cap 1 y 2)
Baquero, R. (2001). Perspectivas teóricas sobre el aprendizaje escolar. Una introducción. En Baquero,
R. y Limón, R. Introducción a la psicología del aprendizaje escolar. (pp.39-51) Bernal: UNQ.
Vygotsky, L. (1988). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. México: Crítica. Grijalbo.
Cap. 4.
Smolka, A. B. (2010). Lo (im) propio y lo (im) pertinente en la apropiación de las prácticas sociales.
En Elichiry, N. (comp.) Aprendizaje y contexto:
contribuciones para un debate. Bs As.: Manantial.
Terigi, F. (2009). El fracaso escolar desde la perspectiva psicoeducativa: hacia una reconceptualización
situacional. En Revista Iberoamericana de Educación,
50, 23/30. Madrid
Greco, S. N. M. B., & Nicastro, S. (2009). Entre trayectorias. Escenas y pensamientos en espacios de
formación. Rosario: Editorial Homo Sapiens.