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Desde sus orígenes el hombre posee una actitud asociativa, es decir busca agruparse
para el desarrollo de una o múltiples actividades. Si bien por su naturaleza tiene una
iniciativa personal para expandirse, se une a otras personas para el logro de sus objetivos.
En su permanente afán creativo, actuó desde la más remota antigüedad en forma asociada,
advirtiendo que reuniendo esfuerzos podía hacer más fácil el logro de ciertos objetivos
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Efraín Hugo Richard - Derecho Societario – Astrea, Buenos Aires 2007
contrato, alcance de la prohibición del Articulo 30 de la Ley 19.550, responsabilidad del
socio oculto, etc.
Recordemos aquí que los romanos conocieron una actividad bancaria muy
desarrollada, realizada unipersonalmente o en forma asociada por los argentarii, y que el
Derecho Romano reconoció normas específicas para esta actividad en cuanto a la
regulación de la tasa de interés, de la "compensación" y del "depósito bancario”
La Sociedad Mercantil fue evolucionando y desde sus orígenes nació con las
exigencias legales y características propias como las que poseen en la actualidad. De forma
que la figura de la Sociedad siempre estuvo vinculada estrecha e históricamente con la
actividad comercial e industrial.
En el año 1972 la comisión integrada por los Doctores Hector Alegria, Horacio Pedro
Fargosi, Enrique Zaldivar, Carlos S. Odriozola e Isaac Halperin lograron crear una obra
completa, brillante, que luego fue sancionada como “La Ley de Sociedades Comerciales
19.550. Esta Ley vino a reglamentar y unificar todas las normas vinculadas con la
Sociedades Comerciales, algunas contenidas en el Código de Comercio y en otras leyes
complementarias.
Este cuerpo legislativo fue novedoso para la época y además un cuerpo legal moderno
que incorporó la tipicidad, el concepto de sociedad y la regularidad, y estableció las normas
específicas para regular el nacimiento, desenvolvimiento, disolución y liquidación de una
sociedad comercial. Esta ley, que no tuvo prácticamente lagunas, sufrió algunas
modificaciones que, sin embargo, no afectaron su estructura lógica y completa como por
ejemplo la ley 20.468, 20.646, 20.587, 20.705, 21.375, 22.315, 22.316, 22.686, 22.903,
23.576, 23.962, 26.047, 26.831, y la más importante y última fue la ley 26.994 que unificó
el Código Civil, y el Código Comercial de la República Argentina pero que acertadamente
la dejó vigente con algunas modificaciones que analizaremos en el capítulo
correspondiente.
Broseta Pont sostiene que: “para saber con claridad cuándo una sociedad concreta
es de naturaleza civil o mercantil, es necesario hallar los criterios de los que depende su
mercantilidad. Criterios que son distintos, según el tipo o clase de sociedad”.
Concepto – Tipicidad
La Ley 19.550, en su primera versión antes de ser modificada por la ley 26.994,
expresa y establece los principios generales que rigieron a las sociedades comerciales por
un largo periodo de tiempo. A continuación describiré los lineamientos referidos al
concepto y tipicidad establecidos originariamente y a lo largo del presente trabajo abordaré
la tarea de mencionar los cambios que sufrió esta normativa.
La ley exigió originariamente que, para la existencia de una Sociedad Comercial, fue
necesaria la asociación de dos o más personas, teniendo en cuenta la capacidad de los
sujetos para poder integrarla.
Participando de los beneficios y soportando las pérdidas. Es esta una disposición que
hace a las reglas que se establecen dentro de la sociedad para poder obtener una justa y
clara distribución de los beneficios, como así también de las cargas en el caso de pérdidas.
Esto se relaciona con la idea de compartir el riesgo del emprendimiento común que
pactaron los socios al constituirse en sociedad. La ley acertadamente hace referencia a la
palabra beneficios y no ganancias.
El concepto de sociedad legislado por la Ley 19.550 establece que una sociedad es
comercial por su forma, independientemente de su objeto. La pluralidad de socios es
también un requisito indispensable para el nacimiento de una sociedad. Al decir de Vítolo:
Las sociedades constituidas bajo un tipo establecido por la ley son personas jurídicas
con el alcance establecido por la norma en el Artículo 2 de la ley. La ley 19.550 al
establecer los tipos sociales, marcó un límite a la autonomía de la voluntad en materia
asociativa. Este régimen, según la doctrina, garantizaba los derechos de terceros. Los tipos
sociales demarcan la responsabilidad, la administración, la organización y los aportes de los
socios.
Puedo afirmar que los tipos sociales son moldes que permiten a los sujetos crear una
sociedad comercial diferente a los socios que la integran. Se dejó al legislador la
posibilidad de ampliar los tipos legales ya que la enunciación de los mismos es taxativa.
Los socios, al escoger un tipo legal determinado, expresan su voluntad para constituir
un sujeto de derecho que se regirá por el contrato social y por la ley. La tipicidad societaria
se establece por la ley como la exigencia que deben cumplir quienes deseen formalizar una
sociedad comercial, adoptando algunos de los tipos especialmente regulados en la ley.
Los tipos sociales precedentemente mencionados siguen siendo los mismos a pesar de
la modificación legislativa
Siguiendo con la historia del régimen de la ley 19550, puedo mencionar que la misma
estableció otras modalidades societarias no típicas, como ser las sociedades no
regularmente constituidas (sociedades de hecho o sociedades a las que les falta la
inscripción en el Registro Público de Comercio, reguladas en el Artículo 21 y siguientes).
También puedo mencionar a las sociedades accidentales o en participación, que no son
consideradas sujetos de derecho, fueron tratadas en la ley en el artículo 361 y siguiente, hoy
derogados.
De esta manera el legislador estableció claramente y con precisión los tipos a los
cuales debían ceñirse los sujetos que pretendían constituir una sociedad comercial. Como
mencioné precedentemente esta tipicidad no tuvo grandes modificaciones con la reciente
reforma 26.994.
Unificación Legislativa del Código Civil y Comercial
El Poder Ejecutivo Nacional efectuó una revisión de dicho Anteproyecto que envió al
Congreso. El 14 de Noviembre de 2014 este cuerpo legislativo emitió su dictamen y el 20
de Noviembre de 2014 se aprobó el dictamen final recomendando su sanción, el cual fue
remitido al Senado donde el dictamen de la mayoría (integrado por legisladores,
oficialistas) respetaron casi en forma íntegra el contenido enviado por el Poder Ejecutivo.
La nueva Ley 26994 introdujo algunas alteraciones básicas en la referida Ley 19550
en lo que respecta, principalmente, a la responsabilidad y publicidad. Los cambios más
relevantes son los siguientes:
La Sociedad Unipersonal
La Regularidad
Régimen de nulidades
Sociedades Libres
Desaparición de Sociedades Civiles
Opino, al igual que muchos autores, entre ellos, el emérito Doctor Emilio Cornejo
Costas, que no fue acertada la unificación del Código Civil y Comercial ya que nuestro país
no se encontraba por entonces en emergencia legislativa. Por ello no era urgente una
apresurada reforma. En otros países un proyecto de esta naturaleza se realizó en el
transcurso de un largo periodo de más de 30 años.
La sociedad no es otra que un acto jurídico celebrado entre personas que desean ser
socios, manifestando sus voluntades en forma paralela, contrariamente a lo que ocurren en
los contratos en donde las voluntades se entrecruzan y no tienen un solo interés como es en
el caso de las sociedades. Según los que sostienen esta teoría afirman que la voluntad
colectiva se convierte en una voluntad única
Teoría de la institución
Para esta teoría la sociedad comercial consistiría en un ente o idea fuerza a la cual la
comunidad le ha otorgado un valor al reconocerle instrumentalmente la capacidad de
permitir el desenvolvimiento y desarrollo de actividades económicas que considera
beneficiosas para el conjunto de la comunidad. Esta teoría opuso a la concepción
contractual clásica, la idea de la sociedad como “institución”. La teoría institucionalista
se puede resumir diciendo que el contrato originario da nacimiento a un organismo que
tiene por finalidad la realización de un interés específico, que es intermedio entre el del
individuo socio y el de la comunidad, por lo que cabe considerarla un sujeto de derecho
para defender ese interés distinto del de los socios. Esta teoría es la que ha recogido la ley
francesa y la ley brasileña.
Esta teoría fue criticada por el maestro Halperin aunque se ha considerado la posible
aplicabilidad para sociedad anónima. El Estado tiene mayor intervención en las actividades
de los particulares según los fundamentos de la misma.
La ley 19.550 estableció que la sociedad se conforma por dos o más sujetos.
Considero que el contrato de sociedad debe ser considerado como un Contrato Plurilateral
de Organización, ya que el acto constitutivo hace nacer un nuevo sujeto de derecho con las
características propias del mismo, entre ellas; la afectación del vínculo de algunos de los
socios no invalida el contrato; las prestaciones de los socios no son contrapuestas sino
yuxtapuestas; existe igualdad de las obligaciones y derechos de los socios.
Habrá sociedad comercial cuando dos o más Habrá sociedad si una o más personas en forma
personas en forma organizada, conforme a uno organizada, conforme a uno de los tipos
de los tipos previstos en esta ley, se obliguen a previstos en esta ley, se obliguen a realizar
realizar aportes para aplicarlos a la producción o aportes para aplicarlos a la producción o
intercambio de bienes y servicios participando intercambio de bienes y servicios participando
de los beneficios y soportando las perdidas. de los beneficios y soportando las pérdidas.
Del mismo modo, tampoco la ausencia de estos elementos o requisitos tienen -en
el régimen de la ley 26.994- los mismos efectos que bajo el régimen original en lo que hace
a la parte específica de la Ley de Sociedades, pues -bajo el Proyecto- la ausencia de los
denominados elementos no tipificantes no hacen anulable al contrato; y la ausencia de los
tipiftcantes tampoco hacen nula la sociedad, sino que se deriva su tratamiento a la Sección
IV de la ley.
7) Las reglas para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas. En caso de
silencio, será en proporción de los aportes. Si se prevé sólo la forma de
distribución de utilidades, se aplicará para soportar las pérdidas y viceversa;
8) Las cláusulas necesarias para que puedan establecerse con precisión los
derechos y obligaciones de los socios entre sí y respecto de terceros;
Quiero resaltar que una sociedad se consideraba comercial por la adopción de uno
de los tipos previstos en la ley y no porque su objeto fuera comercial, salvo las sociedades
de hecho y accidentales que exigían el objeto comercial o la finalidad de lucro. El artículo
1137 y 1648 del derogado Código Civil se refería a “personas”. Comparto la postura del
Doctor Emilio Cornejo Costas quién sostenía que en materia de sociedades es mejor utilizar
la palabra “socios”.
El nombre: este requisito se impone para identificar al/los socios, se debe consignar los
nombres y apellidos completos, representantes legales en caso que corresponda como por
ejemplo padres, tutores, etc.
Edad: este requisito fija la capacidad de los sujetos. Se puede consignar la fecha de
nacimiento o edad de los sujetos para dejar en claro la imposibilidad de los menores de
constituir sociedades en general.
Estado civil: se estableció para poder diferenciar el régimen a aplicar. En el caso de
personas casadas debe agregarse el nombre y apellido completo del cónyuge.
Profesión: este requisito es de importancia para poder evaluar el tema de las inhabilidades o
restricciones relativas a ciertas profesiones como ser el caso de martilleros, funcionarios
públicos, magistrados, etc.
Domicilio: este requisito distingue claramente el lugar o asiento de la persona jurídica (que
está naciendo) de la residencia de las personas físicas que la integran. El detalle del
domicilio personal es importante a los fines de las notificaciones. En el caso de ser personas
físicas se constituirá el domicilio real o especial; si son personas jurídicas el domicilio
legal.
¿Se pueden incorporar los herederos menores a una sociedad existente? El régimen
de indivisión puede provenir no sólo de una disposición del causante sino también del
hecho de que en el acervo hereditario se cuente con sociedades comerciales en las cuales
participe el causante con una responsabilidad ilimitada y solidaria -aunque subsidiaria por
las obligaciones sociales. En estos casos la ley no permite que los herederos menores
puedan suceder al causante asumiendo el carácter de socios bajo el mismo régimen de
responsabilidad.
El fundamento de la norma es evitar que el patrimonio de los menores se vea
afectado por el gravoso régimen de responsabilidad heredado en la estructura societaria en
la cual participarán como consecuencia de la muerte del causante. También debe tenerse en
cuenta que en todos los casos los menores serán representados por sus representantes
legales con el riesgo de tener que responder con todos sus bienes.
La ley 26.994 modifica el texto de dicho artículo -art. 29- de modo que sin
perjuicio de la transformación de la sociedad en una de tipo autorizado, la infracción del
régimen del art 28 genera la obligación de reparar los daños y perjuicios causados a la
persona menor de edad, incapaz o con capacidad restringida por parte:
1. Del representante:
2. Del curador:
3. Del apoyo
El segundo párrafo del artículo se refería al supuesto de que uno de los cónyuges
adquiriera por cualquier título la calidad de socio del otro en sociedad de distinto tipo, en
cuyo caso ésta debería transformarse en un plazo de seis meses. Comprendía también la
posibilidad de que cualquiera de los socios pudiera ceder su parte al otro socio o a un
tercero en el mismo plazo, transcurrido el cual la sociedad quedaría nula y se liquidaría de
acuerdo con lo dispuesto en la Sección XIII (art. 29, primer párrafo).
Tal opción se puede efectivizar por convención matrimonial (art. 446, inc. d), en el
acta del matrimonio (art. 420, inc. J), o por convención modificatoria después de un año de
matrimonio (art. 449). Ante esta previsión legislativa aparece la función notarial como una
nueva incumbencia requerida por los futuros cónyuges ante la decisión de adoptar un
régimen patrimonial de separación de bienes, la cual debe instrumentarse e inscribirse en el
Registro Civil y Capacidad de las personas.
Para los cónyuges que han contraído matrimonios con comunidad de ganancias, el
nuevo Código exige expresamente el asentimiento del otro cónyuge para enajenar o gravar
acciones nominativas no endosables y las no cartulares, con excepción de las autorizadas
para la oferta pública. Ello sin perjuicio de que su infracción no sea oponible a terceros
portadores de buena fe (nominativos no endosables o no cartulares). Al efecto previsto por
estas disposiciones, se considera de buena fe al adquirente de un título valor incorporado al
régimen de oferta pública.
En el caso que se emitan acciones para capitalizar utilidades, las nuevas acciones
tienen carácter de bien propio del socio, sin perjuicio del derecho de recompensa del otro
cónyuge (art. 1191 Código Civil y Comercial de la Nación).
Denominación
Así como la ley General de Sociedades establece las pautas legales a seguir para la
constitución de una Sociedad Comercial, la Inspección General de Justicia hizo lo propio
(conforme a lo dispuesto por los artículos 58 y siguientes de las Normas de la Inspección
General de Justicia aprobadas por Resolución General IGJ 7/2005) estableciendo que la
denominación debe satisfacer recaudos de veracidad, novedad e inconfundibilidad. El
organismo no inscribirá la constitución de sociedades cuya denominación: contenga
términos o expresiones contrario a la ley, al orden público o las buenas costumbres; sea
igual o similar a otras ya existentes; y preste a confusión y/o pueda inducir a error sobre la
naturaleza, entre otras.
Domicilio Social
Para la Ley el domicilio general es considerado una especie de género. Las normas
que a continuación se transcriben del derogado Código Civil también aluden al domicilio:
Artículo 100. El domicilio de derecho y el domicilio real, determinan la
competencia de las autoridades públicas, para el conocimiento de los
derechos y cumplimiento de las obligaciones.
Artículo 101. Las personas en sus contratos pueden elegir un domicilio
especial para la ejecución de sus obligaciones.
Artículo 102. La elección de un domicilio implica la extensión de la
jurisdicción que no pertenecía sino a los jueces del domicilio real de las
personas.
Benseñor aclara que la sede constituye el lugar preciso y concreto con ubicación
exacta de la dirección y que, una vez individualizada, surte efectos vinculantes para todas
las notificaciones efectuadas en ella.
Conforme a la regulación del actual Código, el domicilio es aquel que se fija en los
estatutos o en la autorización que se dio para funcionar, aclarándose que si la persona
jurídica posee muchos establecimientos o sucursales tiene ésta su domicilio especial en el
lugar de dichos establecimientos sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas.
El art. 11, inciso 2 de la ley 19.550 exige que el instrumento constitutivo indique el
domicilio de la sociedad y agrega a continuación (mediante un párrafo incorporado por la
ley 22.903) que si en el contrato constare solamente la jurisdicción, la dirección de su sede
deberá inscribirse mediante petición por separado, suscripta por el órgano de
administración. De esta manera, se consagra la distinción, en materia de domicilio, entre
jurisdicción y sede; se interpreta que el primero equivale al ámbito territorial donde la
entidad desarrolla sus actividades y, como tal, individualiza el órgano registral que por
razón del territorio debe inscribir sus contratos, modificaciones y demás actos pertinentes.
Se fija además la competencia del juez en caso de concurso o quiebra.
Por otra parte, complementando esta distinción, la sede social consiste en el lugar
preciso donde la sociedad tiene su administración y por ello la disposición legal la
menciona como la dirección de la sede, al referir a una ubicación concreta que se conforma
con el dato preciso de la calle, número y, en su caso, piso y apartamento.
El artículo 11, inciso 2, de la Ley 19.550 no es el único que utiliza las acepciones
de domicilio y sede social. Algunas de las normas que lo hacen consignaban la dualidad
indicada aun antes de sancionarse la ley 22.903, entre ellas:
2. El art. 10, inciso 4, que indica que el aviso de publicación debe enunciar el
domicilio social;
3. El art. 67, cuando dispone que en la sede social deben quedar copias del
balance y demás documentación relativa a los estados contables;
6. El art. 83, inciso 3, apartado a), que obliga mencionar la sede social en la
publicidad de la fusión;
8. El art. 88, inciso 4, apartado d), cuando obliga consignar el domicilio que
tendrá la sociedad escisionaria;
12. El art. 211, inciso 1, cuando establece como esencial en las acciones
y certificados provisionales la mención del domicilio de la sociedad;
13. El art. 233, que indica que las asambleas deben reunirse en la sede o
en el lugar que corresponda a su domicilio social;
15. El art. 299, que impone que las sociedades anónimas queden sujetas
a la fiscalización de la autoridad de contralor de su domicilio;
17. El art. 336, que dispone que los títulos de debentures deben contener
el domicilio de la sociedad;
18. El art. 339, que dice que el contrato de fideicomiso debe indicar el
domicilio de la sociedad.
Modificación de la sede
En igual sentido el artículo 152 in fine del Código Civil y Comercial de la nación
establece que el cambio de sede, si no forma parte del estatuto, puede ser resuelto por el
órgano de administración.
Plazo
Siguiendo con el análisis de los elementos que deben formar parte del instrumento
constitutivo, el plazo es uno de los requisitos que a mi modo de ver, se copia casi como un
modelo predeterminado.
Sería conveniente instruir a las partes en relación al plazo que podría corresponder
según el objeto deseado, como así también hacerles saber que el plazo establecido para toda
sociedad puede ser prorrogado sin mayores dificultades. La ley de Sociedades no establece
topes máximos o mínimos de duración. La sola exigencia es la existencia de un plazo.
Capital
El artículo 11, inciso 4, establece que el Capital Social deberá ser expresado en
moneda argentina, especificándose el aporte de cada socio. La suma de pesos doce mil se
establece como capital mínimo, no pudiendo ser inferior a dicho monto.
A diferencia del código italiano y uruguayo que, en sus respectivos textos legales,
le otorgan un carácter económico a la sociedad, nuestro sistema es amplísimo, no solo
porque permite que las sociedades puedan tener objeto civil sino, además, porque la
locución de producción y/o intercambio de bienes o servicios, permite que pueda haber
sociedades con objeto metalúrgico, por ejemplo, y/o consagradas a fines deportivos y
sociales, incluso sin fines de lucro, mientras existan ciertos beneficios.
2
Emilio Cornejo Costas, La Sociedad Comercial, Ed. Virtudes 2006, Pág. 97
Por ello, y siguiendo las consideraciones del Doctor Emilio Cornejo Costas3, no
habría impedimento en hacer una sociedad comercial cuyo objeto sea enseñar a decir
piropos (por supuesto que con fineza y elegancia), ya sea con retribuciones o no. O una
sociedad de estudiantes dedicada a promover una efectiva organización para el estudio,
traslado a la universidad, etcétera. O varias que conozco, como por ejemplo un coro chico,
de diez personas, que es una SRL, que tiene por objeto actuaciones en casamientos y
eventos especiales.
Para finalizar cabe agregar que una Sociedad es la forma jurídica de la empresa.
Comúnmente se cree que la palabra comercial siempre supone la existencia de lucro, sin
embargo pueden haber empresas que no actúen para el lucro, aunque estas sean las menos;
pueden ser empresas del Estado como una Universidad Nacional, una Fundación y/o
Cooperativas. Otro ejemplo serían las sociedades que se conforman al objeto, por ejemplo,
de poner en funcionamiento un cementerio privado. Son éstas sociedades que cuentan con
acciones que comprenden derechos a dividendos y otras acciones, además, que les otorga a
sus socios el derecho es ser enterrado en el cementerio a partir del cual se conformo la
sociedad.
En el caso concreto del aumento y reducción del capital, son los socios los que
deben analizar la conveniencia o necesidad de su aumento o reducción del mismo. Hay que
tener presente que la ley establece que el capital es la garantía de los acreedores y, que
durante la vigencia de la sociedad, la ley impone como obligatorio para las sociedades que
el capital conserve ese carácter. Sin embargo la misma no impone como obligatoria el
aumento del capital. En caso de que sea una decisión de los socios realizar el aumento, el
mismo debe integrarse en su totalidad y no en forma parcial, tal como se establece al
momento de constituir la misma.
3
Cornejo Costa Emilio, La Sociedad Comercial, Ed. Virtudes 2006, pág 81/82.
dinámico ya que está compuesto por los bienes materiales e inmateriales de la sociedad.
Una vez más y después de analizar los artículos de la Ley General de Sociedades 19.550
estoy convencida de que es una ley completa, sencilla, didáctica y en la que no sería
necesarias muchas reformas, si no quizás algunas actualizaciones.
Objeto
El artículo 2.312 del Código Civil estableció que los objetos inmateriales
susceptibles de valor e igualmente las cosas se llaman bienes. El conjunto de los bienes de
una persona constituye su patrimonio. El artículo primero de la ley de sociedades
comerciales enuncia que se puede aportar bienes.
El artículo 11, inciso 3, de la Ley 19.550 establece que la designación del objeto
de una sociedad que debe ser preciso y determinado. Este elemento delimita la capacidad
de la Sociedad, la actividad a desarrollar, como así también las facultades de sus
representantes. El objeto marca el límite de los órganos, tanto del Directorio como de la
Asamblea, ya que no se puede deliberar en una Asamblea sobre operaciones extrañas al
mismo.
Trámites administrativos:
Luego de suscribir el contrato constitutivo, la ley establece que el mismo debe ser
inscripto. En cada jurisdicción existen distintos sistemas de registración societaria.
Hay que distinguir la función de quién ordena la inscripción, qué es quién lleva a
cabo el control de legalidad o calificación, de la función de quién practica la registración,
que es quién lleva materialmente el registro, control de exactitud. Esta distinción es de
importancia ya que en muchas jurisdicciones la inscripción la ordena un juez, pero la
práctica un funcionario a cargo de una oficina distinta al juzgado mismo, judicial o
administrativa, dónde se lleva el registro.
Hay que distinguir dos facultades del registrador: las de mero registro y las de
contralor entre las primeras pueden destacarse las de mero inscriptor, como las
inscripciones de comerciantes, martilleros, corredores, entre las segundas es la del control
societario, como por ejemplo; el examen a los documentos, verificar la capacidad y
legitimación de los otorgantes.
Affectio Societatis
Si bien, no está establecido por la ley como un requisito o elemento del contrato
constitutivo, considero que es de fundamental importancia, ya que, de no existir o
ausentarse estaríamos frente a un gran problema porque no podría continuar el desarrollo
normal de la sociedad, por lo que faltaría el elemento armonioso que vincula la voluntad de
los socios y no sería factible poder lograr con el cumplimiento del objeto social, entre otras
cuestiones, es por eso que decidí desarrollar este aspecto y situarlo en esta parte del
desarrollo porque lo considero un elemento importantísimo en la vida de la sociedad, y que
podría introducirse como un requisito mas, exigible por la ley en una futura reforma a la
ley de sociedades comerciales.
En nuestro país distintos doctrinarios fueron opinando sobre este tema, y también
lo hizo propio la jurisprudencia. El profesor Horacio Fargosi trata el tema acabadamente en
su tesis doctoral del año 1955.
La falta de Affectio Societatis puede ser causal de disolución. Hay varios fallos
que se refieren a esta expresión. Un ejemplo: LL, 2003 f-5855.
5
Dr. Emilio Cornejo Costas, La Sociedad Comercial, Ed. Virtudes 2006, Pág. 358
6
Raúl A. Etcheverry , Tratado de la buena fe en el Derecho, Ed. La Ley, Pág. 743 y ss