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Introducció n

Las sociedades mercantiles son entidades legales formadas por


una asociación de personas, ya sean naturales, jurídicas, o una
mezcla de ambas, para llevar a cabo una empresa comercial o
industrial, cuyo objetivo es la ejecución de actos de comercio.

En el presente informe, expondremos una breve historia sobre la


evolución de las antes mencionadas y describiremos dos de sus tipos
estableciendo las diferencias entre ellas.
Evolució n histó rica de las sociedades
mercantiles
La creación de sociedades mercantiles comenzó en Roma, donde
existía una sociedad civil primitiva, que funcionaba a través de
actividades económicas lucrativas, tanto por cuestiones religiosas
como familiares. Con el paso del tiempo, esta organización dio paso a
la estructura que conocemos hoy en día.

En la época de Justiniano, que reinó de 527 a 565, la ley romana


reconocía una serie de entidades corporativas con los nombres de
universitas, corpus o colegios. Estas incluían asociaciones privadas,
grupos políticos y gremios de artesanos o comerciantes.

Dichos organismos tenían el derecho de poseer propiedades y hacer


contratos, recibir regalos y legados, demandar y ser demandados, y
realizar actos legales a través de sus representantes.

La supuesta sociedad mercantil más antigua del mundo, la


comunidad minera Stora Kopparberg en Suecia, obtuvo el permiso
del rey Magnus Eriksson en 1347.

En la época medieval, los comerciantes hacían negocios a través de


asociaciones. Cuando las personas actuaban juntas con el fin de
obtener ganancias, la ley consideraba que surgía una sociedad
mercantil.

La representación más antigua de las sociedades mercantiles fue


llamada Compañía, que vendría a ser actualmente una sociedad
colectiva.

Durante el siglo XX, se ha producido una tendencia cuyo objeto fue la


sistematización del derecho de las sociedades en regímenes
normativos especiales. Tal es el caso de la ley alemana de 1937 y su
reforma de 1965, la ley española de 1951, la ley francesa de 1966; la
holandesa de 1971 y nuestra ley de sociedades comerciales de 1972
reformada en 1983. En todas estas normativas, el tipo societario que
ha significado el eje de la estructuración de las sociedades
comerciales fue la regulación de la Sociedad Anónima, como técnica
jurídica de materialización de la empresa moderna.

Uno de los elementos que provocó una alteración en los moldes


legislativos referidos al actual derecho de las sociedades, fue el
fenómeno mundial de la globalización; aquella que durante el pasado
siglo ha caracterizado el actuar de grandes empresas en diferentes
partes del mundo. Sociedades que dejaron de actuar casi
exclusivamente en el ámbito nacional, se transformaron en entes que
extendieron sus actividades fuera de las fronteras donde fueron
creadas.

A ello también se agregó la aparición de los denominados grupos


económicos multinacionales que presentan verdaderos conflictos en
cuanto a la identidad de los entes y las responsabilidades de éstos
por las actividades de otros de un mismo grupo en diferentes
naciones. La aparición de los grupos es consecuencia del crecimiento
y desarrollo del capitalismo, que lleva a la necesidad de concentrar
capitales, para establecer relaciones de coordinación y de
subordinación entre las sociedades de un mismo grupo.

En este escenario, el derecho internacional privado de las sociedades,


tuvo y tiene un importante papel a la hora de armonizar y resolver
conflictos en las legislaciones nacionales, interesándose en casos que
“debido a su vinculación con una pluralidad de sistemas jurídicos
nacionales aparecen social y normativamente multinacionalizados”.
[23] Ello, acompañado por la aparición de bloques económicos,
creadores de mercados comunes, tales como la Unión Europea y el
novel MERCOSUR. Estas integraciones demandan la gradual pero
firme armonización de las legislaciones societarias, a través de
acuerdos internacionales y la sanción de normativas supranacionales
tendientes a la creación de entes ideales uniformes, o al menos
armonizados. En este sentido son claros los ejemplos europeos en
donde legislaciones de diferentes países comunitarios han receptado
en sus legislaciones las directivas que la Unión Europea que
promueven la armonización legislativa en pro a la integración
comunitaria. Dichas Directivas, son dirigidas a los Estados Miembros,
estableciendo los criterios que cada uno de ellos debe adoptar para
adecuar en sus legislaciones internas, a los efectos de alcanzar una
legislación cuasi uniforme. Así, Inglaterra, en 1985 dictó la
Companies Acts que siguió la directiva de la U.E. en cuanto a la
regulación corporativa en el régimen jurídico de Gran Bretaña.[24]
De la misma forma, España en 1989 dictó la ley de Sociedades
Anónimas y en 1995 la ley de Sociedades de Responsabilidad
Limitada, que responden a las directivas de la U.E. en materia de
sociedades comerciales.[25]

La concentración y el crecimiento de los mercados de capitales, que


han captado ahorristas de una manera creciente a nivel mundial,
provocó la atomización de las tenencias accionarias de aquellas
grandes sociedades que han recurrido al mercado como medio de
financiación. Esta circunstancia, acompañada por una creciente
complejidad y tecnificación en el manejo de empresas, produjo una
disociación entre los conceptos de propiedad y gobierno de las
sociedades comerciales. En efecto, la dirección empresaria, en
aquellas sociedades con actividades de gran importancia, se
encuentra generalmente en cabeza de profesionales con amplios
conocimientos y experiencia en el campo de los negocios, quienes en
la mayoría de los casos no se identifican con quienes ostentan la
titularidad del capital.[26]

Otra tendencia de estos últimos años está dada por las legislaciones
que han incorporado la constitución de la sociedad unipersonal. Esta
realidad, tiene como finalidad la protección del empresario individual
en su patrimonio personal respecto de las obligaciones surgidas como
consecuencia de los negocios de su actividad comercial. Sin embargo,
no es poco el número de doctrinarios que ven desvirtuada la
naturaleza intrínseca de la sociedad, ya que el concepto de sociedad
posee en su raíz medular la existencia de al menos dos personas para
su existencia.

Finalmente, existe la voluntad de descomprimir ciertos aspectos


rígidos en las legislaciones sobre la materia societaria, dada la
accesibilidad a ciertos instrumentos tecnológicos que facilitan la
comunicación, pudiendo salvar fácilmente el obstáculo de las
distancias. Así por ejemplo, la posibilidad de que ciertas reuniones
sociales, respecto de las cuales, algunas leyes exigen la presencia
personal, puedan ser celebradas a través de medios electrónicos de
comunicación.

Concepto y características de la
sociedad personalista
Es un tipo de sociedad mercantil en la que cuenta la persona del
socio, con independencia de la aportación económica realizada.
Se trata de una sociedad colectiva en la que los socios intervienen
directamente en la gestión y responden personalmente y de forma
ilimitada y solidaria frente a las deudas sociales.
Las sociedades personalistas son las más antiguas de las sociedades
mercantiles. Resulta esencial la condición de las personas que las
integran; cualquier vicisitud que afecte a sus miembros (como el
fallecimiento) incidirá en la vida societaria. Como se indica
posteriormente pueden ser colectivas o comanditarias. En esta última
coexisten dos tipos de socios: los colectivos —que responden con
todos sus bienes de la gestión social, condición, sin duda, más
arriesgada— y los comanditarios —cuya responsabilidad alcanza tan
solo a los fondos que se hayan comprometido a aportar a la sociedad
—.

Esto nos lleva a 3 características comunes en estas sociedades.

 Los socios son los que llevan la gestión de la empresa.


 Los socios no puede transferir su condición de socio a otra
persona sin el consentimiento de los demás, así no puede
entrar a compartir la gestión una persona que no sea aceptado
por los otros socios.
 La responsabilidad es ilimitada y solidaria. Es decir, en caso de
deuda, primero se pagará con el patrimonio de la sociedad,
pero si no es suficiente, los socios responden con su patrimonio
presente y futuro (responsabilidad ilimitada). Además, si uno
de los socios no puede pagar, deberán hacerlo los demás por él
(responsabilidad solidaria).

Existen dos tipos de sociedades personalistas:


 Sociedad Colectiva.
 Sociedad Comanditaria Simple.

Concepto y características de la
sociedad capitalista
Es una organización con ánimo de lucro en la que dos o más socios
reúnen unos recursos para desarrollar una actividad económica.

La sociedad capitalista representa el tipo de empresa por


antonomasia en las economías de mercado.

Se trata de organizaciones constituidas por dos o más socios con


carácter mercantil: es decir, que ofrecen bienes o servicios con ánimo
de lucro.

La sociedad capitalista (también llamada sociedad de capital)


tiene carácter mercantil y, por ello, se basa en el contrato de
sociedad mercantil que es aquél por el cual dos o más personas se
obligan a poner en común bienes, industria o alguna de estas cosas
para realizar una actividad económica con el fin de obtener lucro y
repartir las ganancias. Se diferencian así, las sociedades mercantiles
de las civiles en que éstas últimas pueden revestir cualquier forma
mientras que las primeras deben adecuarse a lo establecido en el
Código de Comercio y adoptar una de las siguientes formas: la
regular colectiva; la comanditaria, simple o por acciones; la anónima;
o la de responsabilidad limitada.

Sus características principales son:

 La condición de socio es transmisible mediante las


participaciones sociales. Lo importante son las aportaciones de
los socios y el capital social; por tanto, no interesa tanto la
persona de los socios como la cuantía de sus participaciones
sociales.

 La responsabilidad de los socios por las deudas sociales frente a


terceros está limitada a la aportación económica realizada.

 La administración de la sociedad puede ser delegada en


cualquier persona no correspondiendo necesariamente a los
socios.

Las sociedades capitalistas se pueden dividir en dos según su forma


jurídica:

 Sociedad anónima.
 Sociedad limitada.

Diferencias entre una y otra

Hoy en día, la mayor parte de las sociedades adoptan la forma


de sociedades capitalistas (sociedades anónimas y sociedades de
responsabilidad limitada, principalmente, y, en menor medida sociedades
comanditarias por acciones), pero siguen existiendo unos tipos de
sociedades, las sociedades personalistas (sociedades colectivas y
sociedades comanditarias) que tienen unas características especiales en
cuanto a la condición de socio y su responsabilidad e implicación en la vida
social.

Las sociedades personalistas son aquellas sociedades en las que la


personalidad de los socios reviste una gran importancia, de modo
que legal y estatutariamente se establecen normas de conducta de los
socios, restricciones a la transmisibilidad de esa condición, etc. En las
sociedades colectivas y comanditarias cuenta la persona del socio, con
independencia de la aportación económica realizada, por ello, la condición
de socio es intransmisible en este tipo de sociedades. Otra peculiaridad
de las sociedades personalistas es que la administración de la sociedad
corresponde a los propios socios. Finalmente, la otra característica
fundamental de las sociedades personalistas es que la responsabilidad de
los socios por las deudas sociales es personal, ilimitada y solidaria
por todas las operaciones de la sociedad. Precisamente por esta razón
estas sociedades son cada vez menos frecuentes pues quien inicia un
negocio quiere separar su patrimonio personal de los avatares de la
sociedad y protegerse frente a las deudas sociales.

Por oposición a las sociedades personalistas, las sociedades


capitalistas son aquellas en las que la personalidad de socio reviste
menor importancia pues lo que cuenta es la aportación económica
realizada por el socio a la sociedad. Se caracterizan por la
mayor transmisibilidad de la cualidad de socio, por la
mayor separación entre la administración de la sociedad y los
socios, que ya no se asume por éstos sino que se encomienda a terceros y
por su característica principal: la limitación de la responsabilidad de los
socios por las deudas sociales a la aportación económica realizada.
Conclusiones
A través de la historia de la humanidad, el hombre necesitó aunar
esfuerzos para el logro de objetivos que de una manera singular le
hubieran sido imposibles de alcanzar. Ello lo llevó a asociarse con sus
pares, quienes tenían intereses comunes. El tráfico comercial no
estuvo ajeno a esta cuestión. El derecho constituyó, entonces, el
instrumento idóneo para el ordenamiento de las relaciones
interpersonales, receptando todas aquellas necesidades de la
dinámica comercial. En este sentido, la evolución de las figuras
societarias, reflejan los grados de progreso y desarrollo económico,
que a lo largo de la historia, ellas han contribuido a hacer realidad.

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