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En esta clase vamos a abordar la unidad número 1 que hace un tratamiento de las
generalidades, un tratamiento introductorio de los acápites que se abordan en nuestra
materia.
El primer punto refiere a la historia y a la evolución de las sociedades, nosotros sabemos que
cuando hablamos de derechos societarios, cuando hablamos de sociedades vamos a encontrar
antecedentes remotos. Ya en el derecho romano existían estos organismos que se
denominaban sociedades pero no tenían las mismas características que en la actualidad,
fundamentalmente porque no había una clara separación entre:
Así nacieron los que se conocieron después en el derecho anglosajón como “las companys”
(¿?) que son la base y el germen de la sociedad moderna. Y en realidad la gran diferencia,
insisto, es que, en el paso y en la evolución, fue que esos dos temas que fue:
El reconocimiento de que esa sociedad era una persona jurídica diferente a la de los
socios
Y la limitación de la responsabilidad
Fueron cuestiones que tuvieron sus altibajos, en algunos momentos se los reconoce un
poquito más, en otro momento un poquito menos.
¿Qué es una sociedad, cuál es el concepto de sociedad? bueno el concepto sociedad no difiere
en demasía de lo que nosotros entendemos por sociedad en el lenguaje coloquial.
Normalmente dos o más personas se reúnen para hacer algo y ahí tenemos ya el germen de lo
que es una sociedad, ese algo puede ser de acuerdo a cada ordenamiento jurídico: una
actividad comercial, un emprendimiento etcétera, etcétera, ya vamos a analizar en detalles,
pero lo cierto es que el concepto de sociedad es muy similar al que se conoce coloquialmente
que es la reunión de dos o más personas en donde celebran un contrato, porque se ponen de
acuerdo y dentro del marco de ese contrato planifican hacer algo. Nuestro ordenamiento
jurídico tiene una definición de sociedad. Primero, insisto, pertenece la sociedad al género
contrato, entonces nosotros cuando hablamos de sociedad es importante recordar lo que es
contrato, para lo cual vamos a recurrir al artículo 957 del código civil y comercial que dice que
“el contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más personas manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales”, el concepto de este artículo es muy similar al artículo 1137 que contenía el
código civil y que rigió durante muchísimos años en nuestra legislación y en nuestro derecho
positivo que decía, muy cortito, muy breve, que “hay contrato cuando dos o más personas se
ponen de acuerdo sobre una declaración de voluntad común”. Ahora bien, la sociedad nace a
partir de un contrato pero difiere en relación a los otros contratos en que es un contrato muy
especial, vamos a ver entonces cuál es la naturaleza jurídica de este contrato muy especial y
acá va a haber que hacer una distinción o disquisición entre:
a) las sociedades;
d) las fundaciones;
f) las mutuales;
g) las cooperativas;
i) toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo carácter de tal se establece o
resulta de su finalidad y normas de funcionamiento.
El segundo aspecto tiene que ver con la naturaleza jurídica del contrato constitutivo, decimos
que la sociedad presupone la existencia de un contrato, esto es lo ordinario, hay un par de
excepciones pero no vale no vale la pena analizarlas. Lo ordinario es que dos o más personas
celebran un contrato, que es el que va a dar el nacimiento de la sociedad, y eso es un contrato
societario. Y ahí hay distintas teorías en cuanto a la naturaleza jurídica del contrato
constitutivo:
1. Una primera categoría de las teorías son las denominadas teorías contractualistas.
Estas teorías contractualistas dicen:
a. que la sociedad es un contrato,
b. la voluntad de los socios es soberana o sea los socios son los que deciden
como estructuran su sociedad
c. y se trata de un contrato bilateral
Algunos proponen, incluso, que la sociedad participa del propio contrato lo cual no
resulta razonable, los que hacen el contrato son los socios.
En el punto 1 acápite 4 del programa se menciona las diferencias que existen entre dos
conceptos que muchas veces se confunden, que muchas veces se utilizan como sinónimos,
pero que sin embargo son muy diferentes nos referimos a los conceptos: sociedad y
empresas.
Puede haber sociedad sin que haya una empresa y puede haber una empresa sin que esté
organizada como una sociedad. De movida advertimos que se trata de dos conceptos que
pertenecen a dos ciencias diferentes:
Del mismo modo la sociedad es un concepto jurídico y refiere a una forma de organización
jurídica.
Una empresa, por ejemplo, “un agricultor” puede ser organizada sin una sociedad y también
puede haber sociedad que no tengan actividades empresarias, como por ejemplo, una
sociedad que se forma para ser la titular de un inmueble y para que ese inmueble se dé en
locación, en ese caso nosotros tendremos una sociedad sin empresa. Mientras la sociedad es
el continente habitual, no es el continente forzoso de la empresa. Por lo tanto hay que tener
muy claro que aunque, a veces, como una licencia lo utilizamos como sinónimo son dos
conceptos totalmente independientes.
Lo segundo, como habrán visto también, que en la definición referimos que “habrá sociedad
comercial” en la inteligencia de nuestra organización jurídica, desde el momento en que Vélez
o en el momento en que Vélez sancionó el código civil y el código comercial, se separó
claramente estas dos seguidas:
El estatuto del comerciante tenía una particularidad tan importante que merecía una
legislación separada diferente y las sociedades fueron originariamente concebidas para realizar
actos de comercio, para hacer empresas, para organizar actividades lucrativas. Por lo tanto
nosotros teníamos dos regímenes:
Por eso la ley se llamaba ley de sociedades comerciales. Con la última reforma se abroga el
estatuto del comercio, se deroga el código de comercio, se unifica el código civil con el código
comercial y se modifica también lo que antes se denominaba ley de sociedades comerciales,
que pasa a llamarse “ley general de sociedades” que regula y es aplicable a todos los tipos de
sociedad, por eso también cambió la definición y ya no habla de “habrá sociedad comercial”
sino, refiere lacónicamente “habrá sociedad” eliminando el adjetivo comercial.
Con esta introducción, casi sin querer, adelantamos cuál fue la regulación jurídica de las
sociedades en nuestro derecho. Reiteramos, históricamente existieron dos grandes tipos de
sociedades: por un lado eran todas aquellas sociedades que realizaban todas las actividades
que no eran consideradas comerciales, el código de comercio refería a un decálogo de
actividades que eran consideradas comerciales y aquellas que no estaban en ese decálogo
eran consideradas actividades civiles, por lo tanto la primera distinción de las sociedades fue:
Con la derogación de los códigos civil y del código comercial y la unificación de ese código se
eliminaron todas aquellas referencias a que son los actos de comercio, desapareció en el
derecho argentino la noción de comerciante, ya no se puede diferenciar si una actividad es civil
o comercial porque los conceptos o los artículos que referían a esas actividades y permitían
diferenciar unas y otras fueron derogadas y lo que se hizo es: poner a todas las sociedades,
más allá de cuál fuera su objeto, más allá de la forma en que se hubieran organizado, en un
solo lugar y en una sola regulación que es: la ley general de sociedades, la ley general de
sociedades que está actualmente vigente recepto muchos cambios, no todos, pero muchos
cambios de los propuestos por la doctrina en los últimos diez años, juntos, reunió y legislo a
todos los tipos societarios y va a ser la matriz legislativa para entender el funcionamiento de
las sociedades en el derecho argentino.