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DESARROLLO HISTÓRICO
DE LA PSICOPATOLOGÍA
«El proceso de estudiar a los seres humanos no significa leer a las personas
como si fueran libros de texto... sino más bien ponerse detrás de ellas y leer
por encima de sus hombros el libro de texto cultural que ellas están leyendo»
(Cushman)
Psicopatología General 1
INDICE
1.- INTRODUCCIÓN
A la hora de afrontar la historia de la Psicopatología nos encontramos con varios problemas:
1. Los sesgos del propio historiador que la relata y la carencia de pruebas documentales sistemáticas
(Maher y Maher, 1995)
2. La propia definición del objeto de estudio de la Psicopatología que ha ido variando a través del
tiempo y de las distintas culturas señalan (Coto, et al., 2008)
3. Las traducciones que se han realizado de textos antiguos y/o científicos que no siempre han sido
acertadas.
4. El presentismo, es decir, estudiar el pasado en atención al presente (Coto et al., 2008). El mayor
peligro del presentismo es que deja de lado los contextos social, cultural, político y económico
en los que se enmarcan los conceptos sobre lo psicopatológico de las diferentes épocas
históricas. Sin embargo, las psicopatologías dependen, en gran medida, de lo que el grupo social
de referencia considera adecuado y adaptativo según los condicionantes del contexto (Belloch, et
al. 2020).
En conclusión, los conceptos sobre la locura no surgen al margen de una determinada visión del
mundo, es decir no son neutros. No es lo mismo decir que la causa de la locura es la posesión demoníaca,
o que es una enfermedad, o que es un comportamiento anormal, o una actividad cognitiva desviada y
anómala. El cambio de una explicación a otra se suele producir por la concurrencia de (o la construcción
de) explicaciones más compatibles con el momento social y cultural (Magaro, 1976). Si la sociedad idealiza
o valora positivamente un modo determinado de ser, de sentir, de pensar o de comportarse, la ausencia de
los valores implícitos en esos modos e, incluso, su puesta en entredicho será probablemente considerada
como impropia e inadecuada para la imagen dominante de persona. La consecuencia de ello es obvia: las
imágenes que una sociedad, o un grupo humano dominante, posean acerca de lo que es verdaderamente
humano y, por extensión, de lo normal y ajustado a derecho serán imperativos inescapables a la hora de
construir las imágenes de lo psicopatológico (Belloch, 1993; Coto et al., 2008).
En la mayoría de las civilizaciones, convivió una medicina natural y una medicina mágica en el mismo
espacio temporal, donde en la primera se delegaba las enfermedades explicables y en la segunda los
fenómenos inexplicables (conductas inesperadas o enigmáticas) (Vázquez, 1990).
que la mayoría de las afecciones patológicas de la mente debían atribuirse a enfermedades del cerebro. A
pesar de ello, reconoció que las experiencias de vida a menudo influían en el carácter en el que se
expresaban estas enfermedades, biológicamente fundadas. Calificó a estas enfermedades como nerviosas o
neurosis.
En esta línea, la escuela francesa y autores como Pinel no asumen la tradición anatomopatológica
imperante en su época. El admite este tipo de sustrato en las enfermedades orgánicas pero no lo hace
extensible a las enfermedades mentales (o neurosis que era el término utilizado para designarlas). Para él, la
constatación de una lesión cerebral excluía de una forma imperativa el diagnóstico de neurosis
(caracterización lesional negativa).
En cuanto a la escuela alemana, uno de sus máximos representantes es Schölein (1793-1864), para él
las enfermedades nerviosas poseen una determinada lesión en las diferentes partes del sistema nervioso y
podían ser somáticas (si las alteraciones de la actividad nerviosa afectaban a la vida orgánica) o psíquicas (si
las alteraciones de la actividad nerviosa afectaban a la vida psíquica) (caracterización lesional positiva).
6.3.- La perspectiva fisiopatológica de las enfermedades nerviosas: este movimiento fue impulsado
por Whytt (1714-1766) que señaló al sistema nervioso como causante de la mayoría de las enfermedades
por lo que éstas debían ser designadas como nerviosas. Esta postura es conocida como neuropatología
(todas las enfermedades son nerviosas).
6.4.- La perspectiva de la herencia y la teoría de la degeneración en el siglo XIX: la herencia se
convirtió en piedra angular de todas las bases conceptuales de la época. Sin embargo, no faltaron voces
críticas incluso desde los propios planteamientos hereditaristas como la de Griesinger que, aún aceptado la
influencia de la herencia como factor etiológico, la descartaban como responsable de la patogenia de la
enfermedad (Coto y et al., 2008).
6.5.- El mesmerismo y la tradición de los magnetizadores: el uso de los imanes en el tratamiento de la
locura tiene una prolongada tradición, de hecho, se considera a Paracelso como uno de los primeros
magnetizadores, este médico del siglo XVI creía que los imanes poseían poderes milagrosos para curar
todas las enfermedades. Aunque, sin lugar a duda, la figura más relevante en este campo de estudio fue
Franz Anton Mesmer (1734-1815) que originó la corriente que se conocería posteriormente como
mesmerismo. Mesmer empezó a utilizar imanes para el tratamiento de la enfermedad, luego afirmó que el
mismo poseía una acumulación de magnetismo animal en su cuerpo que podía trasmitir a los pacientes y
reforzar con los imanes y que podía obtener un éxito terapéutico con solo darle a los pacientes objetos que
el previamente había magnetizado. Por tanto, Mesmer fue un personaje importante dentro de la historia de
la hipnosis, una técnica clínica que, se basó en los principios básicos de la sugestión como medio de
influencia en el estado de conciencia del paciente.
Sin embargo, se debe considerar al marqués de Puysègur (1751-1825) como el iniciador de lo que
posteriormente se denominó el movimiento psicodinámico. Puysègur observó en el tratamiento con un
paciente como éste entraba en un estado similar al sueño en el que no se producían ni convulsiones ni
movimientos espasmódicos y durante el cual el sujeto permanecía en vigilia, pero durante el cual podía
llegar a contestar con mayor claridad que en su estado normal. Tras la superación de este estado el sujeto
no solía recordar nada. Tras la repetición de estas experiencias con otros pacientes observó como eran
capaces de hablar de sus enfermedades, incluso adelantando su futura evolución. La conclusión que extrajo
de estas situaciones era que el magnetizador posee una gran capacidad para influir sobre el curso de la
6 Tema 1: Desarrollo histórico de la Psicopatología
enfermedad de su paciente y que el paciente era capaz de hablar de sus problemas en estos estados. Es
evidente que estos son los antecedentes de la hipnosis y abría el camino hacia el hallazgo del inconsciente
(Coto y et al., 2008).
6.6.- La primera gran revolución de la psiquiatría: el tratamiento moral
Uno de los hitos del siglo XVIII para la psicopatología proviene de una perspectiva moral y social sobre
la enfermedad mental, el llamado movimiento alienista, también llamado tratamiento moral, que buscaba
modificar radicalmente la actitud de la sociedad (y de los médicos) hacia los enfermos mentales, razón por
la que este movimiento es considerado como la primera gran revolución de la psiquiatría. El mérito de esta
revolución se debe a psiquiatras como Philippe Pinel (I745-I820), Vincenzo Chiarugi (1759-1820) y William
Tuke (1732-1819), que en sus respectivos países -Francia, Italia e Inglaterra- lideraron el cambio de enfoque
sobre el tratamiento que debían recibir las personas con enfermedades mentales.
Especialmente importante fue Pinel que en su Tratado médico filosófico de la enfermedad mental
clasificó las enfermedades mentales en cuatro tipos: manía, melancolía, idiocia y demencia, y explicó su
origen por la herencia y las influencias ambientales. Propugnó un tratamiento basado en principios morales
y humanitarios como el respeto, la firmeza y la realización de actividades al aire libre que fomentaran
relaciones interpersonales adecuadas, para lo que era necesario la atención y cuidado del personal del
centro. Además, propuso la creación de un cuerpo especial de médicos que, convenientemente capacitados,
se encargaran del cuidado de los alienados. Esta es una de las razones por las que se considera a Pinel el
padre de la psiquiatría moderna.
Esta nueva psicoterapia se desarrolla sobre todo en la escuela de Nancy, donde Liébeault (1823-1904)
tras varias aplicaciones con éxito del tratamiento mesmérico concluyó que la sugestión había sido el
elemento principal para la curación. La difusión de este nuevo método se debe a Hippolyte Marie
Bernheim (1837-1919) que se había trasladado a la escuela de Nancy en 1871 y que consiguió que ésta se
convirtiera en el centro de formación, por excelencia, de la hipnosis y la sugestión, que se ofrecían no solo
como una herramienta terapéutica eficaz para tratar a la neurosis sino también para investigarla. Así jóvenes
terapeutas como Freud y Forel se instruyeron en sus aulas.
También, en esta década entra en juego Jean-Martin Charcot (1825-1893) que, en 1878, empezó a
aplicar la hipnosis a un grupo de pacientes histéricas graves y de largo historial. La relevancia de este autor
radica en el hecho de que la hipnosis que hasta entonces había sido un objeto de estudio más bien
descuidado y despreciado en los círculos académicos se convirtió en un objeto de estudio legítimo de
investigación y de terapia.
La focalización del tratamiento hipnótico exclusivamente en los síntomas condujo a la decepción y
abandono temporal del mismo, teniendo que esperar a otra de las figuras significativas de esta época,
Sigmund Freud (1865-1936), para su renacimiento. Su principal aportación estriba en afirmar que para
comprender y explicar las conductas patológicas habría que tener en cuenta más elementos que los
considerados hasta ese momento, exclusivamente orgánicos. De manera que empieza a apuntar al origen
psicógeno de muchas de las enfermedades mentales, abriendo un nuevo campo de intervención terapéutica
y de investigación en el campo de la Psicopatología.
7.3.- Primeros intentos nosológicos: antecedentes de los sistemas de clasificación: a Kraepelin
(1855-1926) se le considera como el padre de las clasificaciones modernas, ya que intentó ordenar y
caracterizar las entidades nosológicas, lo cual realizó tras minuciosas observaciones clínicas de los
historiales de sus pacientes. Toda su obra parte de dos aspectos principales: (1) La distinción entre Psicosis
exógenas y endógenas y; (2) los distintos métodos de análisis que utilizo para analizar cada una de estas
entidades clínicas. El modelo médico para las psicosis exógenas y el criterio patocrónico (estimando su curso o
evolución en función del tiempo) para las psicosis endógenas.
7.4.- La aplicación del método experimental en Psicopatología: se reconoce a Kraepelin como en
fundador de la Psicopatología experimental, el primero que estudio la psicopatología por medio de los
métodos de la psicología experimental. Así, en 1881 se instauró en Leipzig donde se unió al laboratorio
experimental de Wilhelm Wundt. Nueve años más tarde vuelve a Heidelberg donde crea su propio
laboratorio.
Casi paralelamente, Ivan Pavlov (1849-1936) se interesó por la patología a raíz de que una ayudante de
éste le informará que un perro entrenado para discriminar entre círculos y elipses se trastornó cuando la
tarea se hizo demasiado complicada al reducir la magnitud de las diferencias entre las dos figuras. La
perturbación conductual del animal fue denominada neurosis experimental, la cual estudió con detalle.
7.5.- La perspectiva fenomenológica: su máximo representante fue Jaspers (1883-1969) que buscaba
describir la verdadera experiencia subjetiva de cada paciente y cómo se enfrentaba a la enfermedad mental,
en lugar de simplemente describir los síndromes psicológicos manifiestos observados por el terapeuta.
Jaspers afirmó que la naturaleza única de cualquier individuo esté mentalmente enfermo o funcione de
manera saludable, no podía ser completamente entendida y objetivada, sino que el médico/psicólogo debía
esforzarse por lograr una comprensión lo más cercana posible. En contraste con los psicoanalistas, que
8 Tema 1: Desarrollo histórico de la Psicopatología
intentaron investigar la superficie de los informes verbales de los pacientes para descubrir sus raíces
inconscientes, Jaspers se centró en la autodescripción consciente de los sentimientos y experiencias de los
pacientes, creyendo que sus informes eran las mejores vías para lograr la verdadera comprensión de su
mundo (Millón y Simonsen, 2010, como se citó en Belloch et al., 2020).
8.- REFERENCIAS
Belloch, A. (1993). El sueño de la razón... En: V. Pelechano (Comp.), Psicología, mitopsicología y
postpsicología (pp. 167-194). Alfaplús.
Belloch, A.; Galdón, M-J. y Pascual-Vera, B. (2020). Historia de la psicopatología. En A. Belloch; B. Sandín y F.
Ramos, F. Manual de Psicopatología (pp. 3-34). McGraw-Hill.
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Bynum, W. F. (1985). The nervous patient in eightenth -and nineteenth-century Britain: the psychiatric origins of British
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Tavistock.
Coto, E., Gómez-Fontanil, Y. y Belloch, A. (2008) Historia de la Psicopatología. En A. Belloch, B. Sandín
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Magaro, P. (1976). The construction of madness. Pergamon Press.
Maher, B. A., y Maher, W. B. (1985). Psychopathology: II. From the eighteenth century to modern times.
En G. A. Kimble y K. Schlesinger (Eds.), Topics in the history of psychology. LEA.
Millón, T. y Simonsen, E. (2010). A Précis of psychopathological history. En: T. Millón, R. F. Krueger y E.
Simonsen. Contemporary directions in psychopathology: scientific foundations of the DSM-V and
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Mora, G. (1982). Tendencias históricas y teóricas en psiquiatría. En A. Freeman, H. Kaplan y B. Sadock
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Ullman, L., y Krasner, L. (1975). A psychological approach to abnormal behavior. Century Crofts.
Vázquez, C. (1990). Historia de la psicopatología. En F. Fuentenebro y C. Vázquez (Eds.), Psicología médica,
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Zilboorg, G., y Henry, G. W. (1968). Historia de la psicología médica. Psiqué. (Publicación original: 1941.)