Doctrina militar iraní

por Firas Elías

15 de noviembre de 2017
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SOBRE LOS AUTORES

firas elias

Firas Elias es experto en seguridad nacional y estudios iraníes.

Breve análisis

Una doctrina militar es “el sistema de conceptos adoptado oficialmente

por un país y las disposiciones adoptadas para luchar contra las amenazas y

garantizar la seguridad, así como para prevenir guerras y conflictos

armados”. Es también “el sistema de visiones avanzadas de formación y

preparación militar del país, fuerzas armadas y demás equipos para la defensa

de la patria”. Incluye orientación sobre la preparación y gestión de un

conflicto armado o desarmado para defender un país. En esencia, la doctrina

militar es una declaración de la política de defensa del Estado .

Las lecciones aprendidas de la Guerra Irán-Irak de 1980 a 1988 dieron

lugar a elementos importantes de la doctrina militar iraní que continúan dando

forma a las acciones militares iraníes en la actualidad. Otras experiencias,

como la ocupación estadounidense de Irak en 2003, la guerra entre Israel y

Hezbolá en 2006 y el conflicto entre los movimientos palestinos e Israel,

también han arrojado lecciones que guían la estrategia e ideología política del

país. La doctrina militar iraní se centra en la guerra asimétrica. Enfatiza el uso

de la geografía, la profundidad estratégica y la voluntad general de aceptar

pérdidas en nombre de la yihad como formas de confrontar a adversarios

tecnológicamente avanzados como Estados Unidos e Israel.

Irán utiliza el sectarismo religioso como una herramienta estratégica

para expandir la influencia del país en la región. El papel del sectarismo no es

meramente retórico, sino que se manifiesta sobre el terreno en el apoyo del

país a las minorías chiítas en todo el mundo árabe. Cuando existen

oportunidades, Irán trata de establecer o brindar apoyo a los partidos políticos

chiítas o milicias en el extranjero, incluido Hezbolá, que trabajan en pro de

sus intereses presionando a sus respectivos gobiernos. Esto también se logra

mediante el fracaso de movimientos políticos incongruentes con los intereses

iraníes. Esto fue particularmente evidente en el caso de los hutíes, en cuyo

caso el gobierno iraní brindó apoyo militar a los hutíes hasta la ocupación de

Saná en septiembre de 2014.

Las acciones iraníes en los últimos años demuestran que el uso del

sectarismo por parte de Teherán tiene como objetivo presentarse como el líder

de los chiítas a nivel regional y mundial. Su constitución permite la

intervención para defender a los chiítas en cualquier lugar,

independientemente de las violaciones de las fronteras y la soberanía

estatal. En marzo de 2016, los comentarios del presidente Hassan Rouhani

reiteraron esta postura: "Irán intervendrá en cualquier lugar donde los chiítas

estén siendo amenazados por terroristas". Este pretexto ha proporcionado una

justificación para las intervenciones iraníes en Irak, Líbano, Yemen, Siria y

Bahrein.Con el levantamiento parcial de las sanciones estadounidenses y

europeas contra Irán tras la implementación del acuerdo nuclear en enero de

2016, Teherán ha seguido apoyando a sus milicias, exacerbando el conflicto

sectario en toda la región.

Bajo el gobierno de Shah Mohammad Reza Pahlavi, la doctrina militar

iraní se basó en el armamento y el pensamiento occidentales. La mayoría de

los acuerdos militares durante ese tiempo fueron con los Estados Unidos y

otros países occidentales, y muchos oficiales iraníes fueron enviados a esos

países para recibir entrenamiento. Con la revolución iraní de 1979, las

autoridades ejecutaron a un gran número de oficiales militares leales al sha,

mientras que otros huyeron, en particular los de la Marina. Este desgaste

resultó en la pérdida de experiencia táctica por parte de las fuerzas armadas

iraníes, capaces de aplicar la doctrina de combate apropiada en el campo de

batalla y lograr un equilibrio con las fuerzas armadas regulares. Por lo tanto,

Khomeini estableció el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica para

convertirse en el “brazo largo” de Irán en la región. El objetivo era

transformar Irán'

Es suficiente señalar que la constitución iraní construye el ejército iraní

y la Guardia Revolucionaria sobre esta base sectaria. Estas fuerzas no solo son

responsables de proteger y custodiar las fronteras, sino también de llevar las

"cargas de su misión divina": la yihad por el bien de Dios, la expansión del

imperio de la ley divina y la ideología de vilayet-e faqih. Jomeini anunció en

un comunicado emitido el 30 de julio de 1988:

“Trabajaremos con todo nuestro ser para reducir el fenómeno del

soborno y la inmunidad de los funcionarios estadounidenses, aunque eso

requiera una lucha desesperada. No permitiremos la actuación repetitiva de

rendición y compromiso con Estados Unidos, Rusia, los no creyentes y los

infieles en la Kaaba y el Hajj. Este es el gran escenario que debe traer el

llamado de los oprimidos al mundo. Le pedimos a Dios que nos conceda tal

poder, para difundir el mensaje de muerte a América y Rusia, no solo desde la

Kaaba de los musulmanes, sino desde las iglesias del mundo”.

 De manera similar, Qassem Suleimani, jefe de la Fuerza Quds, afirmó

en 2016 durante una conmemoración de la Revolución Islámica que “los

líderes de la revolución islámica se han hecho famosos en toda la región,

desde Bahrein hasta Siria, Yemen e incluso el norte de África”.

Hay algunos desafíos que enfrenta esta doctrina, que han resultado de la

convergencia de liderazgo político y militar y luego dieron como resultado un

conflicto político dentro de las fuerzas armadas. Esto impactó negativamente

la filosofía militar de Irán y condujo a la transferencia del conflicto político

entre los movimientos conservador y reformista al estamento militar,

desafiando los conceptos revolucionarios, yendo en contra de las ideas de los

líderes de la revolución y retirándose dentro de las fronteras de Irán. Este

enfrentamiento, que se ha ido intensificando desde 2015, es especialmente

pronunciado entre el ejército y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán

(IRGC). Los signos de esta disputa son evidentes en las declaraciones hechas

por el líder del IRGC, Hassan Abbasi, quien criticó duramente al ejército iraní

y lo calificó de débil, lo que enfureció a los líderes del ejército. Los líderes del

régimen, liderado por el líder supremo Ali Khamenei, pronto se animó a

contener esta crisis. Sin embargo, las declaraciones de Abbasi revelaron la

vulnerabilidad y falta de compromiso y disciplina militar dentro del aparato

de seguridad iraní.
 Finalmente, debe señalarse que a la luz de los conflictos políticos que

han comenzado a imponerse en el establecimiento militar de Irán, su doctrina

militar se presentará con varios caminos en el futuro, incluido un cambio a

una postura defensiva debido a cambios internos y externos. desafíos de las

crecientes presiones de los Estados Unidos y sus aliados. La falta de

coordinación entre el IRGC y las fuerzas armadas también puede tener serias

implicaciones para el proceso de planificación estratégica, especialmente

aquellos relacionados con cuestiones clave relacionadas con el papel de Irán

en la región. Los nuevos cambios iniciados por el gobierno del presidente

Rouhani, que tienen como objetivo adaptar el plan de estudios de las escuelas

y universidades iraníes a los requisitos de la UNESCO, han recibido un firme

rechazo por parte del movimiento conservador. que sostienen que estos

cambios eliminarán muchos de los conceptos revolucionarios desarrollados

por Jomeini y, por lo tanto, tendrán graves repercusiones en la doctrina militar

de Irán. Además, la priorización de los enemigos regionales de Irán, y por lo

tanto los desarrollos regionales, está sujeta a cambios constantes. Antes, Irak

era un enemigo. Ahora, es un aliado. Como tal, la inconsistencia en la

estabilidad de la doctrina militar de Irán se reflejará directamente en esta

clasificación de enemigos y prioridades estratégicas y, por lo tanto, en la

estabilidad política y de seguridad de la región.

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