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Sistemas de regulación y control de aerogeneradores
I. Introducción
Los sistemas de regulación y control de un aerogenerador juegan un papel esencial a la hora de
garantizar el correcto funcionamiento de un parque eólico.
Dichos sistemas cumplen diversas funciones, entre las que cabe destacar:
El control de la velocidad del rotor para maximizar la producción de energía y para garantizar la
seguridad de la propia máquina.
La reducción de cargas mecánicas en el rotor y en el sistema de transmisión, que podrían reducir la vida
útil de estos elementos.
La eliminación, en lo posible, de las oscilaciones en la potencia eléctrica vertida a la red, así como en la
tensión y en la frecuencia de esta.
También facilitan el mantenimiento predictivo, lo que redunda en un menor tiempo de parada por
mantenimiento.
Existe una gran variedad de soluciones para implementar los sistemas de regulación y control en
aerogeneradores comerciales; desde las máquinas más simples, con rotores que giran a velocidad constante
y palas sin capacidad de modificar el ángulo de incidencia o ataque al viento, a los sofisticados
aerogeneradores con velocidad de giro variable y control de cambio de paso independiente para cada pala.
Estas y otras configuraciones serán descritas en esta unidad, en la que también se detalla la influencia de
estos sistemas en el rendimiento de las máquinas eólicas.
Se encarga también de la supervisión del buen estado de los diferentes elementos de la máquina y de
la prevención de posibles averías en ellos, en los grandes generadores el sistema de control revisa unos
300 parámetros cada minuto. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de los parques eólicos están
ubicados en zonas alejadas de núcleos de población, en ocasiones de difícil acceso.
Por ello, no existe la posibilidad de realizar una supervisión in situ de los sistemas con la frecuencia y
la exhaustividad habitual en otras instalaciones eléctricas. En este sentido, los periodos de mantenimiento
de las grandes máquinas se realizan en plazos de seis meses, por lo que han de ser capaces de funcionar
sin problemas todo ese tiempo de una manera autónoma. Para ello, el sistema de control debe detectar y
registrar cualquier anomalía en el aerogenerador, e incluso ser capaz de prevenir averías futuras en base
a la monitorización de las diferentes variables del sistema.
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La última parte de la unidad se dedica al estudio de los generadores, el principal elemento dentro de
los sistemas eléctricos de los aerogeneradores. Así, se describen los principales tipos de generadores
empleados comercialmente y sus características más relevantes. Dicha descripción es necesaria para poder
entender con cierta profundidad algunos de los conceptos expuestos acerca de los sistemas de regulación
de velocidad.
II. Objetivos
Conocer el funcionamiento básico de un aerogenerador en las diferentes situaciones en las que puede
operar, sometido a la variabilidad del recurso eólico.
Comparar las principales características, ventajas e inconvenientes, de cada una de las configuraciones
descritas.
Presentar las características de los aerogeneradores comerciales utilizados en los parques eólicos
actuales.
La curva de potencia de la máquina refleja la respuesta de esta en todas las situaciones mencionadas.
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Cuando los sensores (los anemómetros del aerogenerador) detectan velocidad suficiente, el autómata (o
controlador) ordena a los motores que sitúen el rotor en dirección perpendicular a la del viento. Esto puede
ocurrir a velocidades a partir de 2-3 m/s. Por encima de unos 3 m/s, el controlador envía la orden de retirar
el freno de disco, para que la turbina pueda comenzar a girar. Solo en el momento en que la energía del
viento permita vencer la resistencia opuesta por los elementos internos del aerogenerador será posible
dicho giro.
Cuando el rotor alcanza la velocidad de conexión (4-5 m/s), el sistema está en situación de acoplar el
generador a la red eléctrica y comenzar la producción de electricidad. Sin embargo, esto no ocurre hasta
que transcurre un tiempo de espera suficientemente largo para evitar conexiones y desconexiones
innecesarias que podrían ocurrir si hay oscilaciones en la velocidad del viento alrededor del valor mínimo
necesario. Nos referimos a la zona 1 indicada en la figura 2.
De la maniobra de conexión se encargan circuitos específicos de potencia, que permiten que esta se
realice de forma gradual, manteniendo la seguridad de todos los elementos. Esta operación puede durar
algunos segundos (3-4 segundos).
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En esta zona, el cometido de todos los elementos del aerogenerador (en particular, de los sistemas de
regulación y control) es maximizar la captación de la energía mecánica del viento y, por lo tanto, la
inyección de electricidad a la red.
En esta zona (marcada como 3 en la figura 2), el aerogenerador debe estar preparado para disipar el
exceso de energía mecánica que el viento transporta, asegurando que no se sobrepasa la potencia nominal.
En consecuencia, la prioridad de los diferentes elementos es, en la medida de lo posible, mantener la
seguridad para el equipo sin reducir significativamente la potencia suministrada.
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A bajas velocidades, prima la minimización de esfuerzos en los sistemas mecánicos y la ejecución eficaz
y segura de la maniobra de conexión; a carga parcial, el aprovechamiento máximo del recurso eólico; y,
a plena carga, la seguridad frente a vientos fuertes y el aprovechamiento de la máxima potencia del
aerogenerador.
Los sistemas de regulación y control aseguran que la turbina funciona correctamente en cada una de las
situaciones anteriores. En particular, los sistemas de regulación de la velocidad de giro del rotor y los de
control de potencia. Los sistemas de regulación son los encargados de gestionar la velocidad de giro del
rotor, de tal manera que el aprovechamiento energético del recurso eólico sea satisfactorio. Además, los
sistemas más sofisticados, los de velocidad variable, tienen una importancia notable en la reducción del
ruido aerodinámico, un factor de gran relevancia en determinados parques cercanos a núcleos de población
y en la minimización de la trasmisión de esfuerzos al tren de potencia. Los sistemas de control modifican la
respuesta aerodinámica del rotor para conseguir mantener las condiciones de seguridad en todo momento.
Además, también tienen cierta influencia en la producción energética y en la calidad de los parámetros
eléctricos de la energía vertida a la red. Todos estos aspectos se discutirán en detalle en los siguientes
apartados.
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En ellos, el ángulo que forma la pala con respecto a la dirección del viento incidente es constante,
independientemente de la velocidad de este (y, por lo tanto, de la zona de funcionamiento dentro de la
curva de potencia del aerogenerador).
Son máquinas que tienen la capacidad de cambiar la posición de las palas, girándolas a lo largo de su eje
longitudinal, lo que modifica el ángulo de incidencia con respecto al viento en función de la velocidad
del mismo. Esto permite controlar la velocidad de rotación para conseguir una velocidad de rotación fija
con distintas condiciones de viento, lo que maximiza la eficiencia aerodinámica del rotor.
Dentro de estos, existen máquinas que, además, pueden cambiar el ángulo de calado (o de pitch, estos
aerogeneradores se denominan en inglés pitch controlled ) de manera independiente para cada pala, lo que
proporciona la mayor eficacia en el control aerodinámico.
En ellos, el rotor gira a velocidad constante, independientemente de la intensidad con la que sople el
viento (lógicamente, por encima de la velocidad mínima para la que la máquina puede funcionar).
En estas máquinas existen dos zonas diferenciadas de funcionamiento, correspondientes a dos rangos
de velocidades del viento. En cada una de ellas, el rotor gira a velocidad constante, como si fuera un
aerogenerador de la categoría anterior. Existe, por lo tanto, una intensidad del viento de transición, a la
que se produce la conmutación entre una velocidad y otra.
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En estas turbinas, el rotor gira a velocidades diferentes, que son proporcionales a la velocidad del
viento.
Actualmente, existe una gran variedad de turbinas eólicas disponibles comercialmente, que van
desde las sencillas máquinas de paso fijo y velocidad fija utilizadas en aplicaciones aisladas hasta
los grandes aerogeneradores de última generación, en los que la velocidad del rotor es variable y el
control del ángulo de paso es independiente para cada pala. Lógicamente, son estas últimas las
que ofrecen unas mayores prestaciones, aunque también tienen una mayor complejidad, lo que se
traduce en un coste también mayor y en la necesidad de operaciones de mantenimiento más
exhaustivas.
Las palas tienden a sufrir pérdida de sustentación, incluso a bajas velocidades del viento, cerca de la
base, donde los perfiles son gruesos. Para solucionar este problema puede encontrarse una extensión de
1m de longitud en el borde posterior (cerca de la base), con varios generadores de torbellinos.
Estos sistemas tienen como objetivo modificar la respuesta aerodinámica del rotor para conseguir
mantener las condiciones de seguridad en todo momento, maximizar el aprovechamiento de la
energía del viento y frenar aerodinámicamente el sistema en caso de avería.
Estos cometidos se llevan a cabo de manera sustancialmente diferente en aerogeneradores de paso fijo y
en los de paso variable.
Los perfiles de las palas están diseñados para generar turbulencias (a altas velocidades de viento) en la
zona de la pala en la que no da el viento y consecuentemente hacer que la fuerza ascensional se transmita al
rotor.
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Figura 3. Perfil de una pala sometida a una corriente de aire, que circula a su alrededor de forma
ordenada. Debido al diseño del perfil, la velocidad de la corriente en la cara superior (el extradós) es
mayor que la de la cara inferior (el intradós).
Fuente: www.bonus.dk
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Figura 4. Diagrama de fuerzas en el perfil de una pala sometida a la circulación del viento. Fuente:
elaboración propia.
La figura 4 muestra el perfil de una pala sometida a la acción de una corriente de aire, que fluye a su
alrededor. Debido al diseño especial del perfil, cuyo detalle se puede ver en la figura 6, la velocidad del
aire que se desliza a lo largo de la superficie superior del ala (denominada extradós) es mayor que la del
que lo hace por la superficie inferior (el intradós). Por ello, la presión en la cara de arriba es menor que
en la de abajo (se dice que existe una depresión en la parte superior). En consecuencia, aparece una
fuerza de empuje hacia arriba que permite a la pala ascender en su movimiento de rotación, fuerza que se
denomina “sustentación”. Además, la pala está ligeramente torsionada a lo largo de su eje longitudinal.
Esto es así para asegurar que la pala pierde la sustentación poco a poco, en lugar de hacerlo
bruscamente, cuando la velocidad del viento alcanza su valor crítico.
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Figura 5. Detalle de las características constructivas de una pala de aerogenerador. Fuente: Romón,
C.
La figura 5 muestra un diagrama de fuerzas en el perfil de una pala sometida a la circulación del viento.
La fuerza resultante de esta acción, R, es perpendicular al perfil de la pala. Ejerce su acción sobre el
llamado “centro aerodinámico o de empuje” de esta. La componente de R en la dirección perpendicular
al viento se denomina “sustentación” (S en la figura), y es la responsable del movimiento ascensional del
rotor. La componente paralela al viento se llama “fuerza de arrastre”, y se opone al avance del rotor.
Por encima de cierta velocidad del viento, el flujo de aire de la cara superior comienza a estar sometido a
fenómenos de turbulencias. Así, en lugar de mantenerse el movimiento ordenado de las diferentes capas de
aire alrededor de la pala, en la parte superior empiezan a aparecer “remolinos”, que disminuyen la
adherencia al perfil, como se muestra en la figura 6.
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Este fenómeno tiene como consecuencia el aumento de la presión en el extradós, que provoca una
brusca pérdida en la sustentación que facilitaba el aumento en la velocidad de giro del rotor. La pérdida de
sustentación a altas velocidades del viento se traduce en una disminución de potencia que, lejos de ser
perjudicial, protege al aerogenerador. De esta manera, se impide que se pueda superar la potencia nominal
y, por lo tanto, la sobrecarga de los elementos eléctricos y mecánicos, en particular, del generador y de la
multiplicadora.
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Ventaja
La principal ventaja de los aerogeneradores de paso fijo es su gran simplicidad mecánica, ya que no
tienen partes móviles en las palas, rodamientos o engranajes para hacerlas girar, ni motores o
dispositivos hidráulicos controlados por sofisticados sistemas electrónicos de control. Esta
característica hace que el mantenimiento del rotor sea menos exigente. Además, son máquinas más
baratas, por lo que se utilizan mayoritariamente en sistemas de potencia media y baja.
Desventaja
Por el contrario, tienen la desventaja de que, con respecto a los aerogeneradores de paso variable, el
aprovechamiento de la energía del viento es menos eficiente en toda la curva de potencia. También
tienen peor comportamiento en lo que se refiere a la exposición a cargas de viento, dado que la entrada
en pérdida ocasiona vibraciones que hace que los elementos mecánicos (como la multiplicadora) tengan
que ser reforzados.
Con palas de paso fijo, la maniobra de arranque de la máquina puede ser más complicada que con paso
variable. Y es que el par de arranque necesario es mayor, por lo que en ocasiones se ha de utilizar el propio
generador del aerogenerador como motor, para complementar al par generado por el viento en la maniobra.
De manera semejante, las maniobras de frenado también son más complicadas en estos aerogeneradores,
puesto que no tienen la capacidad de orientar las palas con un ángulo desfavorable para la captación del
viento, como con paso variable. Por ello, además del freno mecánico, estas turbinas eólicas incorporan
aerofrenos, que asisten a aquel cuando es necesario.
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El cambio del ángulo de paso se realiza mediante un rodamiento en la base de la pala, que permite
que esta gire sobre su propio eje, como se muestra en la figura 7. El accionamiento para producir
la fuerza necesaria para el giro se puede realizar mediante un sistema hidráulico o a través de un
motor eléctrico (en ocasiones, se trata de un motor paso a paso, que solo permite unas pocas
posiciones, dependiendo de la velocidad del viento). El movimiento se realiza de manera gradual,
deliberadamente lenta, con el fin de reducir esfuerzos y evitar tensiones mecánicas en el
mecanismo.
El sistema requiere de un conjunto de sensores, que determinan la posición real de las palas en cada
momento, y de un sistema de control, que decide cuál será la posición en los momentos sucesivos, a
partir de los datos medidos y de la velocidad del viento. Además, es necesario habilitar un sistema de
emergencia, que permita llevar a la pala a una posición de frenado, para detener el rotor, en el caso de
que el sistema de cambio de paso falle. Esto se realiza mediante algún tipo de acumulador hidráulico o,
en el caso de motores eléctricos, de una batería.
Efectivamente, al cambiar el ángulo de paso, es posible reducir las cargas sobre las palas, lo que limita el
par mecánico transmitido al eje del rotor y protege el tren de potencia del aerogenerador. Esto permite
un diseño más ligero de las palas y del resto de elementos mecánicos. Las cargas horizontales sobre el
aerogenerador también se reducen, lo que permite utilizar una cimentación menos costosa.
En cuanto a la producción de energía, en el funcionamiento a carga parcial, las palas pueden girar hasta
alcanzar el ángulo óptimo para maximizar la captación. Esto se traduce en que la curva de potencia en
esta zona está “más llena”, la producción es algo mayor a cada velocidad. El rendimiento energético
también es mayor en estos aerogeneradores porque las palas pueden estar diseñadas para optimizar la
captación de energía, sin la restricción de tener que ser capaces de entrar en pérdida de manera
controlada a altas velocidades.
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Con respecto al funcionamiento a plena carga, el sistema de control de la máquina en esta zona
comprueba varias veces por segundo la potencia generada. Cuando esta alcanza un valor demasiado
alto, este sistema de control envía una orden al mecanismo de cambio de paso, para que este gire las
palas del rotor ligeramente fuera del viento. Cuando la intensidad del viento baja, con la consecuente
disminución de la potencia del aerogenerador, las palas pueden volver a girar en la dirección favorable a
la captación.
Este mecanismo se traduce en que, en la zona de plena carga de la curva de potencia, por encima de la
velocidad nominal, la producción se mantiene constante. Es decir, se evita el característico descenso en
la potencia de salida que se produce a plena carga en aerogeneradores de paso fijo, debido a la entrada
en pérdida de las palas. Además, también se reducen las fluctuaciones en la potencia eléctrica vertida a
la red, lo que mejora la calidad de esta.
La figura 8 muestra las curvas de potencia de un aerogenerador de paso fijo y de otro de paso variable.
Se pueden observar con claridad los efectos de girar el ángulo de calado de las palas en la producción de
energía eléctrica, que es mayor en toda la curva en el caso del aerogenerador de paso variable.
El cambio de ángulo de calado tiene también un papel muy importante durante el arranque y el frenado
del rotor. En la maniobra de arranque, el ángulo de paso de las palas se regula para maximizar el par (la
posición de las palas puede cambiarse progresivamente de 90° a 0°). Esto se traduce en que el
aerogenerador puede arrancar a velocidades inferiores del viento con respecto a máquinas de paso fijo.
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En el caso de la maniobra de frenado, en el momento requerido, el controlador del sistema ordena que
las palas se pongan a 90°, lo que contribuye de manera muy eficiente a la disminución de la velocidad.
Además, en caso necesario, el sistema de freno mecánico también actuará, aunque de manera suave y
gradual (salvo en momentos en que se requiera realizar una parada de emergencia). Otra ventaja relevante
del sistema de paso variable es la reducción del ruido aerodinámico del rotor; en particular, a altas
velocidades del viento. Esta característica es especialmente interesante en parques situados cerca de zonas
habitadas.
De hecho, el comportamiento a carga parcial es semejante en ambos sistemas: para tener un momento de
torsión, o fuerza de giro, cuando la velocidad del viento es baja, las palas giran de la misma forma que las
de regulación por cambio del ángulo de paso del viento. Cuando el aerogenerador funciona a plena carga,
en el caso de regulación activa por pérdida aerodinámica, las palas giran en la dirección contraria a la que lo
haría una máquina de regulación por cambio de paso, lo que aumenta el ángulo de paso de palas. De esta
manera, se produce una mayor pérdida de sustentación, lo que permite disipar el exceso de energía del
viento, y evitar el aumento de la potencia por encima del valor nominal. Así, el aerogenerador puede
trabajar cerca de su potencia nominal a cualquier velocidad de viento, y la producción de potencia se
controla mejor que con la regulación pasiva (se evita que cuando haya una ráfaga se sobrepase la potencia
nominal). En la figura 9 se muestran diferentes curvas de potencia para aerogeneradores con diferentes
sistemas de control de potencia.
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Figura 9. Curvas de potencia para máquinas reguladas por Pitch, Stall y Pitch-Stall.
Figura 9. Curvas de potencia para máquinas reguladas por Pitch, Stall y Pitch-Stall.
Fuente: Fernández Díez, P.
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Las máquinas de velocidad fija se caracterizan por girar en régimen permanente a una velocidad
prácticamente constante, independientemente de la velocidad del viento. Sin embargo, existe una velocidad
específica, l (este parámetro se define como la velocidad de la punta de pala dividida por la velocidad del
viento), para la que el rendimiento aerodinámico del generador sea máximo. Esta es la l óptima (lopt) y, a
esta velocidad específica, el coeficiente de potencia (Cp) es máximo.
Por tanto, en aerogeneradores de velocidad fija, el rotor solo estará en la zona óptima para una
determinada velocidad del viento (ya que la velocidad de la punta de pala es fija y l es el cociente entre
ambas). El resto del tiempo, Cp será menor que el valor máximo, y el aerogenerador estará produciendo
menos energía que la que podría suministrar variando la velocidad.
Esta es la razón por la que variar la velocidad del rotor con el viento, como se hace en las dos opciones
comentadas a continuación, es ventajoso desde el punto de vista energético. Sin embargo, como se
mostrará a continuación, la ganancia en potencia en sistemas de velocidad variable no es demasiado
importante. Por ello, desde este punto de vista, se podría discutir la utilización de esta opción, más
sofisticada y costosa.
Donde sí existe una desventaja clara para los aerogeneradores de velocidad fija es en la producción de
ruido aerodinámico, aspecto de gran relevancia, que en ocasiones puede primar sobre la posibilidad de
generar algo más de energía. En efecto, es bien conocido que el ruido aerodinámico de una turbina
eólica aumenta con la velocidad de rotación, y es proporcional a la quinta potencia de la velocidad de la
punta de pala ‒va como (w·r)5‒. Por ello, en aerogeneradores de velocidad variable (o de dos
velocidades), el ruido aerodinámico se puede reducir de manera considerable para vientos poco
intensos, sin más que disminuir la velocidad de rotación del rotor. Es precisamente en momentos de
poco viento cuando el ruido aerodinámico puede ser más molesto, dado que el nivel de ruido ambiental
de fondo es bajo, y aquel procedente del rotor podría ser claramente audible.
Las ventajas de las máquinas de velocidad fija tienen que ver con la mayor simplicidad de sus sistemas
eléctricos (el generador y los circuitos de acondicionamiento de potencia). En particular, no necesitan de
sofisticados convertidores electrónicos de frecuencia (figura 10). Por ello, son sistemas muy robustos y
fiables y su coste es menor que el de las máquinas de velocidad variable.
Además, tienen la ventaja de que es muy poco probable que el rotor gire a una velocidad que excite
frecuencias mecánicas propias del aerogenerador, a la que se podrían propagar por toda la estructura
oscilaciones importantes que podrían poner en peligro la seguridad y la durabilidad de todos los elementos
del sistema.
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Las principales desventajas de estos aerogeneradores tienen que ver con el menor grado de sofisticación
de sus sistemas eléctricos. Así, no es posible en ellos modificar con precisión algunos parámetros
fundamentales de la energía vertida a la red eléctrica, como el factor de potencia. El control del factor de
potencia se realiza con la ayuda de baterías de condensadores, sistemas electromecánicos de complejo
mantenimiento, o con ayuda de convertidores electrónicos que son sistemas que pueden encarecer el coste
de la turbina eólica.
Al variar la velocidad del rotor también se cambia la frecuencia de la potencia eléctrica suministrada por
el generador. Como la frecuencia de la tensión finalmente vertida a la red ha de ser igual al valor estándar
(50 Hz en España), con esta opción es necesario incluir un convertidor de frecuencia a la salida del
generador (figura siguiente). Este circuito electrónico es el responsable último de la sincronización entre la
frecuencia del generador y la de la red.
Existen aerogeneradores que incorporan generadores de baja velocidad, que pueden recibir directamente
las velocidades de giro del eje lento (generadores multipolo). Esta configuración, que no necesita caja
multiplicadora, se puede utilizar con velocidad variable, siempre que se utilice un convertidor de frecuencia
a la salida (figura 12).
Ya se han citado algunas de las ventajas de las máquinas de velocidad variable. En particular, la mayor
producción de energía a bajas velocidades. Sin embargo, el bloque convertidor de frecuencia introduce sus
propias pérdidas, que contrarrestan el mayor rendimiento aerodinámico. De hecho, en la práctica hay poca
diferencia entre la eficiencia global con respecto a la de máquinas de dos velocidades.
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Figura 12. Diagrama de bloques simplificado de un aerogenerador de velocidad variable con generador
multipolo de baja velocidad. Con esta opción, no es necesario utilizar caja multiplicadora. El generador se
conecta a la red eléctrica mediante una etapa de conversión de frecuencia intermedia.
Por ello, parece claro que las ventajas de la velocidad variable han de venir por otro lado. Una de las más
importantes es la reducción de esfuerzos en el tren de potencia, que es posible porque el cambio de
velocidad del rotor ante variaciones bruscas del viento no es instantáneo. Por ello, el mismo rotor se
comporta como un volante de inercia, y suaviza los cambios bruscos en el par transmitido. La velocidad
variable también mejora el arranque del aerogenerador, que es más suave que con velocidad fija.
Sin embargo, es en el control de la energía eléctrica inyectada a la red donde estas máquinas presentan
indiscutibles ventajas. La inclusión del bloque convertidor de frecuencia y de otros dispositivos
electrónicos auxiliares permite controlar la inyección de potencia reactiva, lo que modifica el factor de
potencia en caso necesario. Esto se traduce en una mejor calidad de la potencia eléctrica generada.
En el otro lado de la balanza, se puede decir que las principales desventajas de la velocidad variable
vienen del mayor coste, lo que se traduce en una mayor inversión inicial, y de la mayor complejidad. Y es
que los sistemas más sofisticados pueden dar lugar a una mayor probabilidad de fallo y a un mayor coste
de mantenimiento. Sin embargo, en la práctica no se han observado diferencias significativas entre la
disponibilidad de estas máquinas con respecto a otras tecnologías más sencillas.
Las turbinas modernas son de velocidad variable y tienen un sistema de transmisión directa que usa un
generador síncrono multipolos sin caja multiplicadora, como el que se muestra en la figura 13, lo que las
hace más eficientes y más fáciles de mantener.
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En aerogeneradores de paso fijo, la ganancia en potencia es muy escasa con este sistema. Esto se debe a
que la velocidad máxima de rotación está limitada al valor de diseño para que la limitación de potencia por
pérdida de sustentación pueda funcionar. Por ello, en la práctica, la ganancia energética se reduce a entre un
2 % y un 3 % con respecto a velocidad fija. Pese a esto, el menor ruido aerodinámico hace que siga siendo
interesante emplear esta opción. La ganancia energética es mayor en aerogeneradores de dos velocidades y
de paso variable, y puede llegar incluso al 10 %.
Existen diferentes maneras de implementar el cambio de velocidad. Así, es posible utilizar dos
generadores diferentes, cada uno de ellos con su propia frecuencia de operación (y, por lo tanto, con un
número diferente de polos), y conmutar de uno a otro en el momento del cambio de velocidad. Otra
opción es utilizar dos generadores iguales conectados a dos ejes rápidos de velocidades diferentes. La
figura 14 muestra un diagrama de bloques simplificado de un aerogenerador de dos velocidades.
Con la aparición de generadores de inducción con dos bobinados independientes, es posible cambiar el
número de polos en un solo generador, sin más que conectar los bobinados entre sí en el momento
necesario. Esta configuración permite reducir en parte uno de los grandes problemas de estos sistemas,
que es el mayor coste debido a la utilización de los dos generadores.
Figura 14. Diagrama de bloques simplificado de un aerogenerador de dos velocidades. Se utilizan dos
generadores, uno para cada velocidad, conectados a la red eléctrica sin etapa de conversión de frecuencia
intermedia.
Otra desventaja de los aerogeneradores de dos velocidades es que, durante la conexión de los
generadores, en el cambio de velocidad, existen momentos en los que no hay producción de electricidad,
lo que disminuye la posible ganancia energética.
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Ventajas Inconvenientes
Paso fijo
Simplicidad Peor rendimiento
Bajo coste Palas pesadas
Paso variable
Mayor rendimiento Complejidad
Coste
Mantenimiento
Velocidad fija
Sistemas eléctricos más simples. Más ruido
Fiabilidad. Menor
rendimiento
Baja probabilidad de excitar frecuencias
propias.
No necesita convertidor de frecuencia.
Bajo coste.
Velocidad
variable Reducción de esfuerzos Complejidad
Menos ruido Coste
Mayor calidad y estabilidad de la potencia
Arranque más suave
Mayor rendimiento
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Además, algunas de las características descritas para los sistemas de regulación de velocidad solo se
pueden entender en profundidad tras conocer el tipo de generador empleado en las máquinas.
Figura 15. Espira conductora girando en el seno de un campo magnético, B, con velocidad angular w.
Fuente: elaboración propia.
El movimiento de giro provoca que el flujo magnético a través del área de la espira varíe con el
tiempo. Por ello, y de acuerdo con la ley de Faraday, aparecerá una fuerza electromotriz inducida en los
extremos de la espira, de valor:
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Se ha tenido en cuenta que el ángulo formado por esta y el campo magnético se puede calcular a
partir de la velocidad angular:
Derivando la expresión para el flujo magnético con respecto al tiempo, se obtiene el valor de la fuerza
electromotriz (f.e.m.) inducida:
La expresión anterior muestra que la f.e.m. inducida es senoidal, con pulsación igual a la del
movimiento de rotación que la origina y con amplitud proporcional a la propia pulsación, w, y al flujo
magnético máximo, B·S.
Si en lugar de una espira, se hace girar un arrollamiento de N espiras en el mismo campo magnético, la
f.e.m. inducida tendrá la expresión:
Es decir, añadiendo más vueltas al conductor, se consigue aumentar la amplitud de la f.e.m. generada
sin afectar con ello al valor de la pulsación de esta.
En la mayoría de los alternadores, el campo magnético se crea mediante electroimanes, alimentados por
corriente continua. Dicha corriente se denomina “de excitación” y tiene que ser suministrada desde el
exterior. En los generadores de los aerogeneradores actuales en lugar de electroimanes se utilizan imanes
permanentes, generalmente de neodimio. Estas máquinas tienen mayor eficacia que sus predecesoras, ya
que no tienen que utilizar parte de la energía como corriente de excitación o magnetizante. Los imanes
permanentes de neodimio están realizados con una aleación de neodimio, hierro y boro.
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Figura 16. Esquema de un generador síncrono o alternador. El campo magnético variable es generado
por un electroimán que gira (rotor) y el inducido es un devanado sobre el que se extrae la corriente alterna
(estator).
En los generadores comerciales es habitual hacer girar el devanado del electroimán y mantener quieto el
de la bobina que recibe el campo magnético variable (figura 16). Esto es debido a que esta última suele ser
bastante más pesada, ya que puede manejar grandes corrientes, mientras que las bobinas de los
electroimanes pueden ser más ligeras (por ellas circula menos corriente). En consecuencia, en esta
configuración, es el elemento fijo (denominado “estator”) el que se conecta al circuito receptor de la
energía producida (la red eléctrica o el convertidor de frecuencia en el caso de un aerogenerador).
Los generadores utilizados en las turbinas eólicas son trifásicos, dado que la conexión a la red eléctrica
española ha de ser trifásica (salvo para centrales productoras de electricidad de poca potencia). Un
generador síncrono trifásico consta de tres devanados iguales en el estator, situados de manera simétrica,
que forman un ángulo de 120° entre sí. En cada vuelta del rotor, los polos norte y sur pasan por los tres
devanados, e inducen una tensión alterna en todos ellos. La frecuencia de la f.e.m. inducida coincide con la
de giro del rotor, por lo que es igual en los tres devanados. Sin embargo, existe un desfase de 120° entre
las fases, como corresponde a la tensión alterna trifásica, debido a la disposición de los devanados
alrededor del rotor.
En un generador síncrono, si se le aplica una tensión alterna al estator, el rotor responderá girando, en un
modo de funcionamiento completamente simétrico al de la generación de la f.e.m. Así, se puede decir que
un motor de corriente alterna y un alternador son el mismo dispositivo, y el comportamiento en cada
momento viene gobernado por la dirección del flujo de energía eléctrica.
En un alternador, la frecuencia de rotación del rotor (f, que es la pulsación dividida por 2·p) coincide
con la frecuencia de la fuerza electromotriz generada. Dicha frecuencia se puede expresar en
revoluciones por minuto (rpm, n), sin más que considerar que 1 Hz es un ciclo por segundo:
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En la ecuación anterior, aumentar el número de polos tiene el mismo efecto sobre la frecuencia que
incrementar la velocidad de giro (n, en rpm), como recoge la tabla 2. Esta propiedad es muy útil, puesto
que hace posible reducir la velocidad de giro del rotor manteniendo la frecuenta de la f.e.m. generada, sin
más que añadir más polos al generador.
Por ejemplo, para una frecuencia de 50 Hz, la velocidad de giro será de 1 500 rpm (2 pares de
polos), 1000 rpm (3 pares) o 750 rpm (4 pares).
2 1.500
3 1.000
4 750
8 375
60 50
La mayoría de las turbinas eólicas incorporan generadores de dos o tres pares de polos. Por lo tanto, la
velocidad de giro del eje rápido será de 1000 rpm o 1500 rpm. Esta es la razón de la necesidad de utilizar la
caja multiplicadora, dado que el rotor gira a menos de 50 rpm.
Efectivamente, para poder eliminar la multiplicadora, el número de pares de polos del generador habría
de ser mayor de 60. Existen generadores de estas características, denominados “multipolo”, pero son más
voluminosos y pesados, de ahí que no se utilicen mucho. Aun así, los generadores multipolo se utilizan en
sistemas de velocidad variable. Tienen la ventaja de que es posible eliminar la multiplicadora.
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Calcular el número de pares de polos que ha de tener un generador de una turbina eólica sin
multiplicadora para que, cuando el rotor gire a 20 rpm, la frecuencia del generador sea de 50 Hz.
Es decir, el generador ha de tener 150 pares de polos para cumplir las condiciones del ejemplo.
Las dinamos no se emplean en grandes aerogeneradores, que se conectan a la red eléctrica alterna
trifásica. Y es que estos dispositivos necesitarían de un convertidor electrónico para obtener la corriente
alterna necesaria (un inversor).
Por el contrario, los pequeños aerogeneradores utilizados en aplicaciones aisladas de la red pueden
integrar generadores de corriente continua. Estos son ideales para recargar directamente las baterías
empleadas en sistemas aislados.
La figura 17 muestra el dibujo de un generador asíncrono con rotor bobinado, una de las
configuraciones existentes a nivel comercial. En ella, se pueden observar los bobinados del rotor y del
estator, así como el eje del generador y las escobillas utilizadas para excitar el rotor.
En estos generadores, los polos se sitúan en el estator; además, el campo magnético variable en el
tiempo se obtiene debido al giro del rotor, alimentado a través de las escobillas. La f.e.m. generada se
extrae mediante los terminales del estator, que están conectados a la red.
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En un generador asíncrono, la frecuencia del campo magnético variable del estator y la del rotor no son
exactamente iguales. Existe lo que se denomina deslizamiento, que es precisamente la característica
diferenciadora con respecto a los generadores síncronos. El deslizamiento se define como la diferencia
entre la frecuencia angular del estator, ws, y la del rotor, wr (en tanto por uno o por ciento):
Figura 17. Generador asíncrono con rotor bobinado. La f.e.m. del rotor es extraída mediante
escobillas.
Fuente: www.tuveras.com
Como en el caso de los alternadores, los generadores asíncronos pueden funcionar como motores. Esto
ocurre cuando la velocidad del rotor es ligeramente menor que la del generador (deslizamiento positivo). En
este caso, el dispositivo recibe energía eléctrica y suministra energía mecánica en forma de par rotor. Por el
contrario, cuando al rotor se le aplica un par mecánico para que gire a velocidades ligeramente por encima
de la de sincronismo (que así se denomina la velocidad de oscilación del campo magnético del estator), el
generador produce una f.e.m. alterna, e inyecta corriente a la red.
Esto se muestra en la figura 18, en la que se presenta la potencia de un generador asíncrono en función
del deslizamiento. Se utiliza, por convención, el signo negativo para la potencia suministrada por el
dispositivo (en este caso, el deslizamiento es negativo, y el rotor gira más rápidamente que el campo
magnético del estator); mientras que cuando este recibe potencia, esta se considera positiva (deslizamiento
también positivo, el rotor gira a una velocidad ligeramente menor que la de sincronismo).
Los aerogeneradores de velocidad fija suelen utilizar generadores de inducción. La configuración con
rotor en jaula de ardilla es muy habitual en este caso, dado su bajo coste (estos son muy similares a los
motores de inducción convencionales comercializados para multitud de aplicaciones, por lo que de este
modo se aprovechan los efectos de la economía de escala).
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Sistemas de regulación y control de aerogeneradores
Figura 18. Potencia suministrada (o recibida) por un generador (motor) de inducción en función del
deslizamiento. El punto A corresponde al funcionamiento a potencia nominal (1 MW). El signo negativo
para la potencia corresponde al funcionamiento del dispositivo como generador y el positivo, al
funcionamiento como motor.
Fuente: www.tuveras.com
La velocidad de giro de estos aerogeneradores viene fijada por la frecuencia de la red eléctrica. El
deslizamiento del rotor con respecto a la velocidad de sincronismo, lejos de ser un problema, es una
característica muy deseable, dado que proporciona a la máquina cierta capacidad para absorber las
oscilaciones bruscas del viento. De esta manera, se reducen las cargas violentas sobre la multiplicadora y
se contribuye a minimizar las fluctuaciones en la potencia eléctrica inyectada a la red.
Fuente: www.tuveras.com
Los generadores asíncronos también se utilizan mucho en sistemas de velocidad variable. En este caso,
es necesario utilizar un convertidor de frecuencia a la salida del rotor para adaptar la frecuencia de la
corriente inyectada a la de la red eléctrica.
Una de las desventajas de los generadores de inducción con respecto a los síncronos es su menor
eficiencia. Además, presentan el inconveniente de demandar potencia reactiva de la red (necesaria para
generar el campo magnético variable del estator), circunstancia que no se da en los alternadores. Como se
comentó anteriormente, este problema ya está resuelto con la utilización de imanes permanentes de
neodimio, que no necesitan utilizar parte de la energía generada para generar el campo magnético, lo que
hace que los motores de inducción sean los preferidos en la mayoría de las turbinas eólicas.
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Sistemas de regulación y control de aerogeneradores
Alta eficiencia.
Simplicidad y robustez.
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Sistemas de regulación y control de aerogeneradores
Máxima fiabilidad.
X. Aerogeneradores actuales
En los siguientes párrafos se incluyen algunas ideas sobre los aerogeneradores utilizados actualmente. En
particular, sobre aquellos que conformaban los parques eólicos españoles a finales de 2018.
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Sistemas de regulación y control de aerogeneradores
Se puede decir que el 100 % de los aerogeneradores instalados en los parques eólicos españoles son
máquinas de eje horizontal, con rotor tripala y orientación activa a barlovento. La gran mayoría de los
aerogeneradores instalados en nuestro país en los últimos años son grandes máquinas, con potencia
nominal entre 800 kW y 4,5 MW. En 2012, las máquinas de 1900 kW fueron las más empleadas en los
nuevos parques (suman el 48,8 % de los nuevos aerogeneradores instalados), seguidas por las de 2000 kW
(el 40 %) y las de 3000 kW (el 14 %).
En el año 2018 los aerogeneradores más instalados onshore fueron los comprendidos entre 2500
kW y 4000 kW. El tamaño medio de los aerogeneradores ha aumentado de los 1,8 MW hasta los
3,6 MW actuales onshore.
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Sistemas de regulación y control de aerogeneradores
Desde hace años todos los fabricantes de aerogeneradores están centrando sus investigaciones en hacer
aerogeneradores más potentes, especialmente para ser instalados offshore. Actualmente la mayoría de los
aerogeneradores que se instalan offshore están en el rango de los 8-10 MW.
El tamaño del rotor de las máquinas tipo de 2.0 MW está alrededor de los 60-67-78 m; mientras que el
tamaño del rotor de los aerogeneradores de 3,4-4 MW está alrededor de los 132 m y, si aumentamos la
potencia hasta los 5-6 MW, el diámetro del rotor está por encima de los 150 m. Los grandes
aerogeneradores de más de 8 MW para offshore tienen entre 150 m y 200 m. La mayor turbina construida
hasta la fecha de 12 MW para offshore tiene 220 m de rotor. Los valores para la altura de la torre, que
suelen ser similares al diámetro del rotor, están también entre 50 m y 220 m, aunque depende de la
orografía del terreno; siempre se ofrecen varios tamaños de torre para una misma turbina.
Más de la mitad de dichas máquinas son de la compañía española Gamesa, como queda reflejado en la
tabla 4, el principal fabricante nacional, que también tiene una importante presencia en los mercados
internacionales. Otros fabricantes con una implantación importante son Vestas, Alstom-Ecotecnia,
Enercon, General Electric y Langerwey.
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En cuanto a la tecnología empleada en estas máquinas, se puede decir que la mayoría de los grandes
aerogeneradores emplean sistemas de regulación de velocidad variable y de control activo de potencia
mediante paso variable. Algunas máquinas medianas emplean control de potencia por entrada en pérdida,
de paso fijo, con rotor de velocidad variable. Solo se emplean masivamente los sistemas más simples de
regulación de velocidad y control de potencia (paso y velocidad fijos) en aerogeneradores pequeños
Tabla 5. Especificaciones del rotor, las palas y la torre del aerogenerador SG 3.4-132 de
Gamesa.
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Sistemas de regulación y control de aerogeneradores
Al tener una potencia igual o menor a 100 kW, se engloban dentro de los sistemas de autoconsumo, por
lo que toda la regulación propia de la generación renovable para autoconsumo con o sin conexión a red les
aplica. Entre las más actuales están:
RD 413/2014, de 6 de junio, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica a partir
de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos.
Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y
económicas del autoconsumo de energía eléctrica.
Los pequeños aerogeneradores tienen un diseño más simple que las grandes turbinas (no tienen
multiplicadores, utilizan generadores eléctricos de bajo mantenimiento, no tienen una gran
automatización…), lo que permite que puedan ser mantenidas por los propios usuarios.
Los pequeños aerogeneradores se utilizan habitualmente en sistemas aislados, para alimentar aplicaciones
en zonas alejadas de la red eléctrica. En este caso, se requiere de un método de almacenamiento de la
energía producida, para lo que se utilizan baterías.
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Instalaciones híbridas
Muchos sistemas minieólicos utilizan también paneles solares fotovoltaicos, como se muestra en la
figura 22. Este tipo de instalaciones se conocen como “híbridas”. De esta manera, el funcionamiento de
estas instalaciones mixtas solar-eólica es más estable, lo que garantiza una producción más continua y
estabilizada, tanto en invierno como en verano. Estas instalaciones pueden estar conectadas a la red
general del país, por lo que los fabricantes de turbinas ya tienen modelos específicos adaptados a la
normativa que regula el vertido de procedencia minieólica o de origen renovable en general.
La capacidad de carga de la batería debe elegirse en función del consumo estimado en la instalación y
del tamaño del sistema generador. Se suelen elegir, como regla general, acumuladores con capacidad para
que la instalación tenga una autonomía aproximada de tres días.
En sistemas aislados, es necesario utilizar un regulador de carga, que controla el estado de la batería y la
protege frente a sobrecargas. Esto se consigue desconectando el aerogenerador o los paneles cuando estas
estén ya cargadas.
Si el consumo se realiza en alterna, o si el sistema está conectado a la red eléctrica, es necesario convertir
la energía almacenada en la batería (que es continua). Esto se realiza añadiendo un inversor al sistema, que
recibe la tensión de la batería (12, 24 o 48 voltios, típicamente) y suministra corriente alterna a 230 V y 50
Hz.
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Sistemas de regulación y control de aerogeneradores
Fuente: Romón, C.
Algunas instalaciones pueden requerir un sistema auxiliar alimentado con gasóleo u otro tipo de
combustible, como un grupo electrógeno. En este caso, se puede incorporar un cargador, para recargar la
batería en periodos prolongados sin viento o sol.
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Sistemas de regulación y control de aerogeneradores
Los aerogeneradores utilizados en sistemas minieólicos son muy sencillos. Suelen tener rotores de dos o
tres palas, como los que se muestran en las figuras 23 y 24, y sistemas de control de velocidad fija y paso
fijo. El generador es una dinamo de corriente continua, lo más adecuado para aplicaciones con baterías. La
tabla 6 muestra las características de los equipos de la compañía J.Bornay[1], uno de los principales
fabricantes de sistemas pequeños. En la actualidad, estos modelos han sido modificados y mejorados, y
cubren un rango de potencia desde los 600 hasta los 6 000 vatios.
En la figura 25 muestra las curvas de potencia y energía del modelo Wind 25.2S.
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Curiosidad
Como curiosidad se menciona un tipo muy restrictivo de miniturbina eólica que se ha desarrollado en
Australia, y que aún está en fase de desarrollo muy incipiente. Windpod [2] es una nueva turbina que se
puede colocar en el tejado o fachada de una vivienda y es compatible con placas solares. Se coloca
horizontalmente y puede desarrollar hasta 1 kW con dos unidades. Funciona a partir de vientos con
velocidad de 4 m/s, y consigue su funcionamiento óptimo con 12,5 m/s. Es perfecto para zonas con
vientos direccionales, ya que no tiene la capacidad de orientarse de manera automática en la dirección en
la que sopla el viento.
[1]https://www.bornay.com/es/
[2]http://www.windpods.com/
XII. Resumen
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Los sistemas de regulación y control juegan un papel esencial a la hora de garantizar el correcto
funcionamiento de un aerogenerador. Dichos sistemas cumplen diversas funciones, entre las que
cabe destacar el control de la velocidad del rotor para maximizar la producción de energía y para
garantizar la seguridad de la propia máquina, la reducción de cargas mecánicas, la minimización del
ruido aerodinámico y la eliminación, en lo posible, de las oscilaciones en la potencia eléctrica
vertida a la red, así como en la tensión y en la frecuencia de esta.
Existe una gran variedad de soluciones para implementar los sistemas de regulación y control en
aerogeneradores comerciales. En las máquinas más simples, el rotor gira a velocidad constante y el
ángulo con el que las palas atacan el viento es fijo. Estos aerogeneradores son muy robustos y
fiables, y su coste es menor que el de otras máquinas más sofisticadas. Sus principales
desventajas son el menor rendimiento aerodinámico y que son más ruidosos.
La mayoría de las grandes máquinas utilizadas en la actualidad son de velocidad de giro variable
y cambio de ángulo de paso. Estos aerogeneradores son más eficientes, menos ruidosos y
proporcionan una mayor calidad y estabilidad en la potencia eléctrica vertida la red. En cuanto a
las desventajas, son equipos más caros y con un mantenimiento más exigente.
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Ejercicios
Casos prácticos
1. Asignar las siguientes características a los aerogeneradores de paso fijo o de paso variable:
Bajo coste.
Palas pesadas.
Complejidad.
Peor rendimiento.
Mayor coste.
Simplicidad.
Mayor rendimiento.
Solución
La curva de potencia de la máquina refleja la respuesta de esta en todas las velocidades de viento.
Los aerogeneradores de parques eólicos arrancan con velocidades de 1-1,5 m/s.
Los imanes de neodimio se emplean en la fabricación de aerogeneradores actuales.
Las palas de los aerogeneradores son siempre de carbono.
Las velocidades de desconexión de los aerogeneradores convencionales están en torno a 25 m/s.
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Solución
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Recursos
Glosario.
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