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Los escritos judiciales en los tiempos de nuevas

formas de lectura
por MARCELO BAEZ
8 de Agosto de 2019
www.saij.gob.ar
Id SAIJ: DACF190128

Introducción.

En muchas oficinas judiciales aún se usa la tipografía Times News Roman para los escritos. Esa fuente fue
usada por primera vez en 1932 por el diario The Times, vale decir que fue proyectada para ser empleada en un
medio gráfico cuando la impresión se hacía con tipos de plomo.

Desde 1972 The Times dejó de usar la fuente Times New Roman reemplazándola por una nueva desarrollada a
pedido de ese medio gráfico y denominada Times Modern.

Sin embargo aquella tipografía diseñada en 1932 se siguió usando y fue introducida al procesador de textos
Word como fuente predeterminada, uso que se extendió a algunas de las principales páginas web en los
primeros tiempos de Internet.

Pero ni Word ni las páginas web usan en la actualidad la tipografía Times New Roman, aunque la incluyan entre
sus fuentes.

Word la reemplazó por la Calibri en su versión 2007 y posteriores. Esto se extendió al resto de los programas
más usados, tanto para diseño como para el procesamiento de textos.

Y de allí al resto de las páginas web.

El fundamento, sencillo: facilitar la lectura.

El ciudadano se ha habituado a esta lectura sencilla, sin trabas de estilo. Se ha habituado a la lectura en una
pantalla cuya tipografía, por defecto, le resulta amigable.

¿Pueden los Poderes Judiciales seguir escribiendo en formatos que no están pensados en el lector? Con serifa
o sin serifa.

Para quien nunca ha transitado la redacción de un diario, la fuente tipográfica es un elemento extraño. Un
detalle menor del texto escrito.

Sin embargo la tipografía es un elemento fundamental para la lectura, es la voz del texto, se ha dicho. Torna un
texto fácil de leer o no.

De allí que periódicamente los diarios actualicen su diseño con la finalidad de permitir una lectura ágil y acorde a
los nuevos hábitos lectores.

Las tipografías del tipo serif o con serifa, son elegantes pero cada vez son usadas con menor frecuencia. La
mayor parte de los libros impresos tienen en su diseño tipografías de este diseño como lo es la Times New
Roman, por ejemplo.

La palabra serif significa línea o trazo de pie, un término propio de las viejas imprentas.

Sans serif, por el contrario, significa sin serifa o sin detalles.

Estos detalles u ornamentos en la tipografía facilitan o dificultan la lectura. Vale decir que son considerados un
ruido (o no) para una lectura ágil.

Las serifas u ornamentos no proporcionan información relevante que ayuden o faciliten el reconocimiento de las
palabras. Es decir no son un aditamento indispensable en la lectura en el razonamiento de los diseñadores.

Esta es una de las razones por las que por ejemplo Word pasó de Times New Roman (una fuente serif) a Calibri
(una fuente sans serif) ya que se agiliza la identificación de las palabras en las pantallas, nuevo soporte para la
lectura.

Las fuentes sans serif pese a tener una antigüedad casi similar a las serif (las primeras aparecieron en Inglaterra
entre 1820 y 1830 según algunos autores) se caracterizan por no tener remates en sus extremos y bordes.

Las fuentes tipográficas sans serif son usadas en la impresión de etiquetas o textos comerciales justamente
porque la lectura y reconocimiento visual resulta más fácil.

Algunas fuentes sans serif:

Arial (Arial).

Arial Narrow (Arial Narrow).

Century Gothic (Century Gothic).

Impact (Impact).

Tahoma (Tahoma).

Trebuchet MS (Trebuchet MS).

Verdana (Verdana).

Algunas fuentes serif:

Book Antiqua (Book Antiqua).

Bookman Old Style (Bookman Old Style).

Courier New (Courier New).

Garamond (Garamond).

Georgia (Georgia).

Times New Roman (Times New Roman).


Palatino (Palatino).

Una experiencia con serifa.

El juez Guillermo D. González Zurro, coordinador de la línea de investigación de Lenguaje Claro del Proyecto
UBACyT "Lectores para la Justicia" e integrante del Comité Técnico de la Red Nacional de Lenguaje Claro ha
puesto el foco sobre la tipografía como uno de los elementos de diseño de una sentencia con la finalidad de
lograr su comprensión efectiva (1).

"Una fuente legible redunda en beneficio del lector e invita a leer: trato de utilizar fuentes serif (que cuentan con
terminaciones en cada letra), como la Garamond o la Century Schoolbook, 12 puntos de altura como mínimo.
Nunca las sans serif, como la Arial ni las monoespaciadas, que ocupan el mismo ancho para cada letra, como
hacían las máquinas de escribir".

Sotiene el juez González Zurro que "En lugar de escribir una larga sentencia toda de corrido, podemos trabajar
en su diseño".

Vale decir que pregona no sólo un cambio en el modo de redactar y en los términos empleados, sino también
pensar en un diseño que sea de fácil lectura para el destinatario.

Es que el ciudadano ya no lee como lo hacían nuestros mayores.

Los escritos judiciales en la era de las pantallas.

La irrupción de Internet ha cambiado los hábitos de atención y consecuentemente de lectura. Sólo basta citar
que las historias (Stories de Facebook) aceptan videos de entre 3 a 60 segundos, mientras que en las de
Instagram la duración admitida es de 15 segundos.

Esto indudablemente significa que la atención promedio se ha reducido lo que afecta no sólo a los medios de
comunicación obligados a actualizarse periódicamente para evitar la migración de las audiencias.

Incluso la opción de saltar introducciones (skip intro) ha llevado a que elementos antes inamovibles sean
examinados nuevamente ante las nuevas demandas del público.

Los escritos judiciales deben abrirse paso en esta realidad. Lectores que leen poco y que además están
habituados a formatos de diseños ágiles.

Y hay que decirlo, el diseño casi invariable de los escritos judiciales resulta un elemento que se ha olvidado de
sus destinatarios.

Allí está el desafío de la irrupción del Lenguaje Claro en Argentina. Pensar sólo en cambios que reemplacen
latinismos por sus acepciones en español resultaría insuficiente.

Es necesario poner la atención también sobre el diseño de escritos y sentencias. El diseño pues, no es un
detalle banal.

No existen manuales de estilo en el ámbito judicial que unifiquen el uso de tipografías. El uso del tipo de letra a
emplear queda librado muchas veces al arbitrio del magistrado de turno el cual elegirá guiado por su gusto
elegante y barroco o no.

Pero no se trata del buen gusto personal o de mantener inalterable en el tiempo el uso de una determinada
tipografía solo porque la misma ha sido seleccionada y predeterminada en las computadoras judiciales.

Poner en el centro del trabajo judicial al otro, significa adoptar los cambios necesarios para que el escrito sea
comprensible fácilmente.

En la "Propuesta de manual de Estilo para la Redacción de Sentencias (2)" elaborada por la Comisión de
Lenguaje Claro del Poder Judicial de Chile, se recomienda el uso de tipografías sin serifas.

En el apartado de recomendaciones de estilo, el manual sugiere emplear tipografías Calibri o Arial en cuerpo 12
y fundamenta que las "fuentes tipo Sans serif son más fáciles de leer en pantalla y papel, ya que no poseen
terminaciones alargadas y se ven como líneas rectas sin ningún adorno. Las fuentes Sans serif sugeridas son la
Arial y Calibri." Conclusión.

En forma paralela a la discusión sobre la supresión de las trabas lingüísticas de los escritos judiciales debe
plantearse la necesidad de adoptar pautas mínimas de un diseño de los escritos judiciales que contemple los
nuevos hábitos de lectura.

Lograr una presentación adecuada a las nuevas demandas ciudadanas contribuirá a que el lenguaje judicial se
muestre menos oscuro y lejano.

Una tipografía en cuerpo 12 abierta y de fácil lectura integrada a un diseño que incluya párrafos abiertos,
expresiones de importancia resaltadas con negrita, menos expresiones latinas, menos uso de siglas
desconocidas para el neófito y un lenguaje más próximo, contribuirán a la comprensión del texto judicial. Se
habrá avanzado considerablemente en el Acceso a Justicia.

Notas al pie:

1)http://www.pensamientocivil.com.ar/doctrina/3990-sentencias-lenguaje-claro.
2)http://www.pjud.cl/documents/10179/11733124/Manual+digital.pdf/910ce8d1-6a22-4 fd0-917d-44724e2dc4a8.

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