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Elegir la tipografía adecuada es uno de los asuntos centrales en cualquier trabajo que
implique texto corrido. Cuando se trata de un texto de grandes dimensiones —una
novela, una tesis o un informe técnico— entonces la importancia de nuestra elección es
absoluta, pues solo vamos a trabajar con tipografía y esta, por lo tanto, determinará la
calidad y solvencia de nuestro trabajo.
Sensibilidad tipográfica
El diseño editorial requiere de precisión y sensibilidad a partes iguales; es quizá la rama
del diseño gráfico en que más necesario resulta aunar los conocimientos técnicos y las
decisiones estéticas. Adquirir cierta sensibilidad tipográfica es cuestión de tiempo.
No se es mejor pintor por usar una paleta muy amplia, sino por usar la herramienta
perfectamente adaptada a lo que se quiere expresar.
No distraigas al lector
Podemos decir que la tipografía es el vehículo invisible que trasladará al lector la ideas
que el autor del texto quiere transmitir. Y esta invisibilidad se logra adaptando la
tipografía a las necesidades del texto. El lector de un texto largo no necesita adornos ni
parafernalias varias, al contrario, todo tiene que fluir en la misma dirección: la
comodidad lectora. No vamos a abordar la composición de un libro de poesía de la
misma manera que la memoria anual de una entidad bancaria.
En las fuentes serifadas las letras con formas redondas como la o, c, p, d, s, b, son más
grandes que en las palo seco, porque al agruparlas en una palabras con otras formas de
letras parecen más pequeñas. Si bien mucho se ha dicho que las fuentes serifadas son
apropiadas para lecturas largas por sus trazos finos que ayudan al ojo a fijar y seguir la
línea de lectura, hay investigaciones científicas que señalan a las palo seco como más
legibles (y otras investigaciones que señalan a las serifadas… es un tema no saldado). Lo
cierto es que evitan la monotonía en la lectura.
Estas son algunas fuentes serifadas: Book Antiqua, Bookman Old Style, Courier,
Courier New, Century Schoolbook, Garamond, Georgia, MS Serif, New York, Times,
Times New Roman y Palatino.
Este tipo de fuentes son utilizadas en medios impresos en gran formato ya que
facilitan su lectura, son comunmente utilizadas para fines comerciales como la
impresión de etiquetas, textos cortos e informativos. Pero en los últimos años se ah
visto un resurgir del palo seco como un elemento distinguido, por ejemplo, han
desplazado a las serifadas en muchos de los logotipos de marcas internacionales,
y el texto de varios portales de noticias.
Estos son algunas fuentes Sans Serif: Arial, Arial Narrow, Arial Rounded MT Bold,
Century Gothic, Chicago, Helvetica, Geneva, Impact, Monaco, MS Sans Serif,
Tahoma, Trebuchet MS y Verdana.
Invitación a la lectura
Un detalle muy relevante que no se nos debe escapar nunca es que la tipografía que
elijamos puede aumentar o disminuir el número de páginas del trabajo que vayamos a
componer, lo que puede hacer variar, por ejemplo, la factura de la imprenta. Esto no
quiere decir ni mucho menos que siempre tengamos que escoger la fuente que menos
espacio nos ocupe. El diseño de cada pieza deberá respetar la extensión adecuada y
observar siempre la legibilidad y lecturabilidad del texto. Estos dos conceptos expresan
ideas cercanas que hay que tener en cuenta. Pongamos un ejemplo: la Helvetica es una
tipografía altamente legible, se lee con mucha facilidad:
Bien. Desde ahora, Génova y Lucca no son más que haciendas, dominios de la familia Bonaparte. No. Le garantizo a usted que si no me dice que estamos en
guerra, si quiere atenuar aún todas las infamias, todas las atrocidades de este Anticristo (de buena fe, creo que lo es), no querré saber nada de usted, no le
consideraré amigo mío ni será nunca más el esclavo fiel que usted dice. Bien, buenos días, buenos días. Veo que le atemorizo. Siéntese y hablemos. Así hablaba,
en julio de 1805, Ana Pavlovna Scherer, dama de honor y parienta próxima de la emperatriz María Fedorovna, saliendo a recibir a un personaje muy grave,
lleno de títulos:
el resultado podrá ser legible, pero no será para nada lecturable, es decir, no invitará a la
lectura. Resumiendo: lecturabilidad es igual a sentido común.
Tamaño e interlineado
El rendimiento de una tipo es una cuestión que atañe también al tamaño ya que
dependiendo de la «altura de x» que tenga cada tipo así se será la cantidad de texto que
podamos encajar en la página. Por lo general suele encontrarse entre 9 o 9,5 y 10,5 u
11,5 pt. Pero no hay un número fijo ni una receta secreta para elegir el tamaño, siempre
es aconsejable imprimir una página y como dice José Ramón Penela (Unos tipos
duros) «dejar que el ojo tipográfico decida».
Respecto al interlineado, por regla general, supone el 120 % del cuerpo (en Word:
Múltiple, 1,2) para la impresión; para texto con el que se va a seguir trabajando puede ir
hasta el 150 % (Múltiple, 1,5)o incluso hasta el 200 % (Múltiple, 2). Por ejemplo, a un
cuerpo de 10 puntos le corresponderá un interlineado de 12 puntos, pero a veces esta
relación cuerpo-interlineado dependerá de varios factores como, por ejemplo, el tamaño
del ojo medio de la letra, esto es, el tamaño de «altura x» con respecto a sus astas
descendentes y ascendentes. Cuando el ojo medio de la letra es pequeño, aumenta el
espacio blanco entre líneas y facilita la lectura, de lo contrario puede dificultar la
velocidad de la misma.
Hasta aquí algunos puntos importantes que debemos tener en cuenta a la hora de
abordar trabajos con grandes cantidades de texto. El tema es amplio y da para
extenderse.