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Para hacer un análisis socio-teológico en América Latina

Tal como lo expresa la constitución pastoral Guadium et spes, para que la Iglesia pueda
llevar a cabo la tarea evangelizadora y humanizadora que Cristo dejó a sus seguidores, es
importante que “escrute a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio. ” 1
En ese sentido, el Concilio Vaticano II retoma una manera de hacer este análisis de la situación
global: el ver, el juzgar y el actuar, un método que fue utilizado por algunas corrientes teológicas
anteriormente.
Igualmente, la teología de la Liberación en su fundamentación crítica intenta ser un modo
de hacer diferente su reflexión, partiendo de la realidad en la que viven la mayoría de las
personas y así ofrecer una lectura del depósito de la fe en perspectiva liberadora (utilizando la
metodología que la constitución conciliar propone).2 Por ello, este modo de hacer teología nos
enseña la importancia de apoyarse de algunas herramientas que otros saberes ofrecen como la
sociología, la psicología o la historia para que verdaderamente se pueda escuchar a Dios en los
contextos donde estamos.
Según Agenor Brighenti, el método de análisis que utiliza la Teología de la liberación parte
de un triángulo hermenéutico: es necesario considerar el contexto actual de la realidad (pretexto)
para tener un contexto desde dónde partir para denunciar aquellas situaciones que agreden la
dignidad del ser humano; después se lee el texto bíblico (texto), es decir, se recupera la Palabra,
lo que Dios ha dicho a la humanidad; por último, eso que se lee se hace en una comunidad
eclesial (contexto).3
Para hacer un análisis socio-teológico de la realidad, debemos considerar esta tríada, pues
corremos el riesgo de quedarnos solo con la mediación de los datos, reflexiones y estudios que
otras ciencias nos ofrecen (lo dimensión socio-analítica), o desde un discurso meramente
religioso, a partir de lo que dice las Sagradas Escrituras (dimensión hermenéutica) o desde un
mero activismo social (dimensión práctica). Con ello, entender que la materia prima para
comenzar una reflexión teológica es la propia realidad, pues los sujetos están ligados a su

1
Pablo VI. (1971). Concilio Vaticano II. Constitución Pastoral Gaudium et Spes. 7 de diciembre de 1965.
Acceso el 18 de febrero de 2023, https://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_const_19651207_gaudium-et-spes_sp.html
2
Cfr. Agenor, Brighenti. Raíces de la epistemología y del método de la teología latinoamericana, (Medellín
No. 78, 1994), p. 209.
3
Ibid. p. 243.
contextos y nuestra fe deberá de tener, además de su fundamentación (que viene de la propia
experiencia de Dios), una praxis que verdaderamente sea transformadora y liberadora.
En síntesis, para que nuestra vida cristiana sea verdaderamente continuidad del proyecto de
Jesús, debemos estar siempre con los pies en la tierra, es decir, atentos a la realidad para ubicar
todo aquello que no deja que mis hermanos vivan en plenitud, interpretando esa realidad a la luz
de la Palabra de Salvación y promover la dimensión solidaria de nuestra fe para denunciar y
trabajar para que esas estructuras no existan o, al menos, ayudar con alternativas para que todos
tengan una vida digna.

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