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Mag.

Germán Masserdotti – Una introducción a la Doctrina Social de la Iglesia 1

Una introducción a la Doctrina Social de la Iglesia

Lecturas para seguir las clases

1. ¿QUÉ SIGNIFICA “DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA”?

1. Definición inicial. “La Doctrina Social de la Iglesia es la enseñanza del


Magisterio en materia social que contiene principios, criterios y orientaciones para la acción
del creyente en la tarea de transformar el mundo según el proyecto de Dios. La enseñanza
del pensamiento social de la Iglesia «forma parte de su misión evangelizadora» (SRS 41) y
tiene «el valor de un instrumento de evangelización» (CA 54), porque ilumina la vivencia
concreta de nuestra Fe” (CONFERENCIA EPISCOPAL LATINOAMERICANA (1992), Documento
de Santo Domingo, nº 158).

1.1. La DSI como “Sacra Doctrina”.


Cf. MASSERDOTTI, G., “La Doctrina Social de la Iglesia como Sacra Doctrina. Una
aproximación sumaria”, Osservatorio Internazionale Cardinale Van Thûan sulla Dottrina
Sociale della Chiesa, 17 de junio de 2022. En
https://vanthuanobservatory.com/2022/06/17/la-doctrina-social-de-la-iglesia-como-
sacra-doctrina-una-aproximacion-sumaria/.
Un texto principal sobre la naturaleza y los fines de la Doctrina Social de la Iglesia es el
número 41 de la Carta Encíclica Sollicitudo rei socialis (30 de diciembre de 1987) de san Juan
Pablo II. Teniendo presente que el Magisterio eclesial cuenta con el “conjunto de principios
de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción” propuestos por la Doctrina Social de
la Iglesia y que la misma se ocupa de cuestiones que “son ante todo morales” y que ella “no
es, pues, una ‘tercera vía’ entre el capitalismo liberal y el colectivismo marxista, y ni siquiera
una posible alternativa a otras soluciones menos contrapuestas radicalmente sino tiene una
categoría propia”, afirma el papa polaco respecto de la misma Doctrina Social de la Iglesia
que “no pertenece al ámbito de la ideología sino al de la teología y especialmente al
de la teología moral”. Podría agregarse, en el mismo sentido, la teología moral “social”.
Teniendo en cuenta lo dicho, nos interesa señalar, sumariamente, algunas afirmaciones
germinales que pueden seguirse de la aplicación de la noción de Sacra Doctrina en la Suma de
Teología de santo Tomás de Aquino en S. Th. I, q. 1 a la Doctrina Social de la Iglesia. En
esta cuestión está presente aquello que se ha denominado “estatuto epistemológico”. No nos
interesa, ahora, estudiar, explicar y profundizar esta noción.
El Aquinate, en los 10 artículos de S. Th. I, q. 1, se ocupa de los siguientes problemas: la
necesidad de la Sacra Doctrina (a. 1); la Sacra Doctrina como ciencia (a. 2); la unidad de la
Sacra Doctrina como ciencia (a. 3); la Sacra Doctrina como ciencia teórica y práctica (a. 4);
la superioridad de la Sacra Doctrina respecto de las otras ciencias (a. 5); la Sacra Doctrina
como sabiduría (a. 6); Dios como sujeto de la Sacra Doctrina (a. 7); la Sacra Doctrina como
ciencia argumentativa (a. 8) y los fundamentos de la Sagrada Escritura de la Sacra Doctrina
(a. 9-10).
Como puede apreciarse, la aplicación de la noción de Sacra Doctrina a la Doctrina Social
de la Iglesia resulta, en algún sentido, inagotable. No puede ofrecerse una idea acaba en una
breve nota. No obstante, nos interesa destacar los siguientes puntos:
1. Respecto de la necesidad de la Doctrina Social de la Iglesia, conviene tener
presente la justificación que santo Tomás de Aquino hace de la Sacra Doctrina debido a su
vínculo esencial con el designio salvífico de Dios. En este sentido, resulta fundamental
destacar que la Doctrina Social de la Iglesia es “instrumento de evangelización”, como,
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entre otros pontífices, ha recordardo, en más de una ocasión, san Juan Pablo II (cf., por
ejemplo, el nùmero 54 de la Carta Encíclica Centesimus Annus del 1º de mayo de 1991).
2. Respecto de la Doctrina Social como ciencia o, si se prefiere, la Doctrina Social de
la Iglesia y la “cuestión epistemológica”, digamos, solamente, que resulta un desafío
intelectual interesante explicar de qué manera puede predicarse la locución “Doctrina Social
de la Iglesia” tanto del Magisterio eclesial como de los autores que se han ocupado de la
misma.
3. Respecto de la Doctrina Social de la Iglesia en la unidad de la Teología como
ciencia, cabe nuevamente observar, como afirmación a desarrollar, que la perspectiva
formal es la divina sobrenatural.
4. Respecto de la Doctrina Social de la Iglesia como ciencia teórica y práctica, se
abre el gran capítulo de la relación entre contemplación/teoría y la praxis cuya
conducción debe responder a la naturaleza propia del orden social y a los principios de
reflexión, tanto sobrenaturales como naturales.
5. Respecto de la superioridad de la Doctrina Social de la Iglesia como Sacra Doctrina
sobre las otras ciencias que se ocupan de lo social, conviene apuntar que, esta superioridad
se da tanto en la instancia especulativa como práctica. Al fin de cuentas, ella se justifica
por la formalidad específica de la consideración que formula la Sacra Doctrina y su finalidad
salvífica.
6. Respecto de la Doctrina Social de la Iglesia como sabiduría conviene remarcar, y
nunca resultará superfluo hacerlo en días en lo que se seculariza la naturaleza de la misma
doctrina, la mirada sobrenatural y la finalidad anexa vinculada a la historia de la
salvación que es propia de la Sacra Doctrina.
7. Respecto de Dios como fin último de la Doctrina Social de la Iglesia, nos ubicamos
en la misma línea argumentativa en favor de su carácter de Sacra Doctrina. La Doctrina Social
de la Iglesia es instrumento de evangelización en orden a la consecución de la
bienaventuranza eterna.
8. Respecto del carácter argumentativo de la Doctrina Social, debe recordarse -sin
resultar exhaustivos en el desarrollo de este concepto-, que ella reflexiona, como se dijo
arriba, a partir de los principios de orden revelado y natural. En el mismo sentido, el
carácter paradigmático de la obra de santo Tomás de Aquino es un faro seguro que la Iglesia
ha prescripto a lo largo de los siglos sin interrupción.
9. Por último, respecto de la Doctrina Social de la Iglesia y la Sagrada Escritura, debe
decirse que la Palabra divina es el “alma de la teología”, como ha recordado la
Constitución Dogmática Dei Verbum (18 de noviembre de 1965) del Concilio Vaticano II
en el número 24 en el contexto de la Tradición apostólica, de acuerdo al mismo documento
conciliar en los números 8 y 9.
Como puede apreciarse, la aplicación de la noción de Sacra Doctrina de acuerdo a santo
Tomás de Aquino a la Doctrina Social de la Iglesia se trata de un asunto inagotable en que,
si se repiten las nociones, es debido, entre otros motivos, al carácter orgánico del Catolicismo.

1.2. Consideraciones sobre “lo social”: teología, metafísica, ética y sociología.


Cf. SACHERI, C. A., El orden natural, Buenos Aires, Ediciones del Cruzamante, 1980.
“Mucho es lo que se ha escrito acerca de la sociabilidad humana, esto es, la tendencia del
hombre a la convivencia. No obstante, las teorías emitidas son tan variadas, y aún opuestas,
que el tema requiere un análisis detenido” (p. 141).
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“El análisis ha de partir de un doble punto de vista o perspectiva: 1) el origen de la vida


humana y 2) el fin de la vida humana. Desde el punto de vista del origen, existen dos
argumentos básicos: la transmisión de la vida y la indigencia radical del hombre. En lo
que hace a la perfección de la persona, deben hacerse tres consideraciones: la referente al
bienestar material y las que corresponden a la perfección intelectual y moral” (p. 142).

Cf. CASTAÑO, S. R., El Estado como realidad permanente, Buenos Aires, La Ley, 2003.
“Dada la existencia de un fin común, llamamos sociedad a aquella realidad práctica
constituida para su consecución. Se la define, pues, como una pluralidad de personas unidas
para conseguir mancomunadamente un fin común” (p. 17). El autor adhiere a la definición
de sociedad proporcionada por Santo Tomás de Aquino: “adunatio hominum ad aliquid
unum communiter agendum/perficiendum” (Contra impugnantes Dei cultum et religionem 2, 2).

1.3. Concepción realista de la DSI.


Cf. BÜREN, R. VON, La Doctrina Social de la Iglesia y la pluralidad de sus fines, Tucumán, UNSTA,
2013.
1. La DSI es la expresión cualificada de la “doctrina tradicional católica”
formulada por el magisterio contemporáneo (Büren, R. von, p. 53-70).
2. El Magisterio formula la DSI sirviéndose del acervo filosófico-teológico de la
sabiduría clásica, especialmente la de santo Tomás de Aquino (Büren, R. von, p. 71-
80).
3. La DSI es, especialmente, Teología moral se articula, internamente, en tres
niveles epistemológicos: principios de reflexión, criterios de juicio y orientanciones
para la acción (Büren, R. von, p. 81-100).
4. El Magisterio formula la DSI desde dos perspectivas diferentes,
complementarias y convergentes: tesis (deber ser: un orden cristiano) o hipótesis
(situación de hecho: fragmentación y pluralismo religioso actual) (Büren, R. von, p.
101-111).

EL PRINCIPIO DE FINALIDAD
Santo Tomás de Aquino expone el “develamiento de la estructura íntima de la realidad,
fruto de su detenida observación y estudio. (…). [Santo Tomás] descubre, en el dinamismo
teleológico de todo agente, una pluralidad de fines que lo impulsan a actuar, los cuales se
encuentran organizados y estructurados armoniosa y jerárquicamente entre sí” (Büren, R.
von, p. 114).
“Recurriendo al auxilio de las ricas puntualizaciones que no ofrece el acervo filosófico
perenne, asumimos especialmente una de las divisiones tradicionales sobre el tópico. Es la
que distingue en el plano de la intención del agente: el ‘fin objetivo’ o ‘finis qui’ (nominativo:
qué), el ‘fin formal’ o ‘finis quo’ (ablativo: cómo) y el ‘fin subjetivo’ o ‘finis cui’ (dativo: a quién
o para quién). El fin objetivo, es el fin en sí mismo, el fin por antonomasia que provoca el
despliegue o movimiento del dinamismo teleológico del agente; el fin formal es el camino a
través del cual, el acto, el modo o la manera de consecución o posesión del bien objetivo, y
el fin subjetivo es el recipendario o beneficiario que participa del bien objetivo. Es el sujeto
que carece de una perfección y se beneficia por la operación del agente. Sujeto que puede ser
el propio agente y otro distinto de él” (Büren R. von, p. 114).
“El médico que se esfuerza en sanar al enfermo tiene como fin objetivo la salud de este;
como fin subjetivo, al enfermo mismo; y como fin formal, su restablecimiento” (Millán
Puelles, A., Fundamentos de Filosofía, 14° edición, Madrid, Rialp, p. 528).
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LO QUE NO ES LA DSI1. La DSI: 1. no es una filosofía social (Büren, Ricardo von, 90);
2. no es una ciencia social (Id., 90-93); 3. no es una utopía (Id., 93-94); 4. no es una ideología
(Id., 94-95); 5. no está encarnada en Latinoamérica por las teologías de la liberación –TL-
(Id., 95-97); 6. no es una estrategia contra el avance del comunismo (Id., 97); 7. no es un
híbrido formado de ideologías diversas (Id., 98); 8. no es un conglomerado de hermosos
consejos morales sin contenidos de obligatoriedad (Id., 99).

1Cf. BÜREN, RICARDO VON (2013), La Doctrina Social de la Iglesia y la pluralidad de sus fines, Tucumán, Editorial
UNSTA, 89-100.

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