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Si se pudiese hacer un balance sumario comparativo entre las veces que nuestra patria, en el
transcurso de su historia, tuvo resultados adversos, y las oportunidades en que salió airosa,
no hay duda alguna que el factor común que surge estará íntimamente relacionado con la
existencia o no de una presencia marítima naval suficiente y equilibrada.
Desde esa frase dicha por O'Higgins con la clara visión propia de un gran estadista: “Este
triunfo y cien más se harán insignificantes si no dominamos el mar" a su vez también indica
"De estas cuatro tablas penden los destinos de América", al zarpe de nuestra Primera
Escuadra Nacional, hasta el mandato y consigna que Portales diera al Almirante Blanco
Encalada: "Debemos dominar siempre en el Pacífico, esta debe ser su máxima, y ojalá fuera
la de Chile para siempre", son más que elocuentes para reflejar el grado de dependencia que
ejerció el mar durante este período de nuestra historia.
Entre el periodo colonial entre el año 1544 y el siglo XIX (19) en específico 1929 , En
Chile se insertó de manera continua en el sistema mercantil español En ese proceso en
específico , el puerto de Valparaíso tuvo una posesión estratégica fundamental para los
intercambios ,en la cual se convirtió en la capital comercial y financiera del pais y en el
centro de las transacciones del océano Pacifico del Sur hasta la década de 1920 a su vez tal
como se indicará en lo siguiente la ruta del Cabo de hornos , en el estrecho de magallanes
también fue una de las rutas importantes.
Durante el desarrollo del Dominio colonial presentada en nuestro pais y de la instalación de
un comercio estable con la metrópoli España (o Madre patria) como era llamada
antiguamente en Chile y en el resto del continente americano se explotaron diferentes rutas
comerciales para abastecer a las colonias o para enviar productos de América a Europa.
Estas rutas se consolidaron en el trascurso del siglo XVIII, además de mejorar la tecnología
naviera , con la finalidad de dar mayor rapidez a la circulación y mejorar en si las
condiciones de las personas que viajaban y los productos que se “exportaban”.
Dependiendo del Destino carga y descarga estos navíos seguían más hacia el norte o
retornaba por el océano interior en la cual genero con esto un comercio regular normado
fiscalizado y con tributos o impuestos aduaneros entre España y las colonias propias de
gobernación y territorios del sur continental.
Existieron otras rutas desde España en la que fueron las del Caribe hasta Veracruz , donde
se almacenaba distribuía y se revendía para abastecer al Virreinato de Nueva España. Desde
Cartagena de Indias ( Colombia) abastece a el virreinato de Nueva Granada.
Su auge como enclave articulador del desarrollo comercial nacional fue tan importante
durante el siglo XIX, que llamó la atención de algunos historiadores nacionales, quienes se
interesaron en estudiar su origen y entender su importancia para la economía nacional, por
lo que se publicaron diferentes textos relacionados con su evolución entre el siglo XVII y el
siglo XX.
Sabemos que el mar, además de su valor como vía de comunicación e intercambio
comercial , posee la propiedad importante de ser un bien económico , principalmente
porque tiene una capacidad de resguardar o guardar una importante reserva alimenticia
digna de ser considerada para atender las necesidades de un mundo que demográficamente
es creció En segundo término, porque el mar nos ofrece la posibilidad de extraer de su
suelo minerales de enorme utilización y valor, y de su subsuelo, combustibles tales como
carbón, gas y petróleo.
Nótese que sólo en el Gobierno de Bulnes, en el año 1842, se promulga una ley sobre
caminos, destinando fondos para su construcción. Así, cuando hubo posibilidad de exportar
en mayor escala, ellos ya estaban terminados con lo que entramos a la vera de las carretas
tiradas por bueyes, que antes de 1810 sólo se usaban entre Valparaíso y Santiago.
Dada la gran prosperidad y auge naviero que, como vimos anteriormente, produjo una gran
baja en los fletes, el país hacía un gran desembolso en productos de la pesca de precedencia
importada, cuyo volumen y consumo aumentaban cada vez más.
Hasta el pescado seco se traía desde Europa, casi gratis, por los buques que venían a buscar
nuestros productos mineros para su posterior venta en Europa.
El Gobierno del Presidente don Jorge Montt inició una campaña nacional para incentivar el
consumo de pescado en los hogares chilenos, cuyo resultado se aprecia favorablemente al
constatarse, a fines de siglo, un incremento del 20% de los comerciantes distribuidores y de
los consumidores.
Cabe destacar, con respecto a ideas sobre la industrialización de los recursos del mar, las
formuladas por el comandante don Francisco Vidal Gormaz en 1886, para crear la
ostricultura en la zona de Chiloé, similar a las europeas, en prevención del posible
agotamiento de la especie.
Finalmente, podemos señalar, en lo que a pesca se refiere, que ya a fines del siglo pasado
existía debida conciencia de los posibles beneficios que podría reportar para el país la
explotación de los recursos del mar.