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FERNANDO CÓRDOBA
BJE\OSi-. RES. MARZO DE 202 1
INDICE GENERAL
PAtABRAS PREVIAS 7
ABREVIATURAS _ _ ____ _ _ ___ ___ _ _ ____ _ _ _ _ ____ _____ ______ _____ _ 1)
Capftu ~ 1
IN'lRODUCCION
Cepitv o ll
TIPICIDAO. INTROOUCCIÓN
§ i . Cl11sift(,8(iór\del<>SliP()Sf)érl,;tl<is -------------------------------- 25
l. Delitosciecomisióriyde omisión 25
11. Df'lil~(Í(l ¡)1,1(,:hl(livid,;;(l ~•(l(l ,esul tll('."() _ -------- ---- ------- ---- _ 25
111. Delitos Colosos e impiudentes __ _ ___ _ ____ __ _ __ _____ ___ _ __ ____ 26
IV. Delitosdeautorindinintoydelitosespeciales 26
v . Dt-lil<>S(foéSl.íWJOfdehlos 1)t:1ll\anen1.~ ----- --- -- ----- ---- -- ---- 26
§ 3. lntroCtmi6n 29
l. lir,◊ObjNi•1oy liP<>SvbjNi\'0 __ ------- _ ----- _ ----- ----- _ ---- 29
11, lostlwncnt~dcl tipoobjcti•1oydcltipowbjl'fr10 30
10 INDICE GENERAL
Czpitu o IV
TIPICIDAD. EL DELITO DE COMISION IMPRUDENTE
DE RESULTADO
Ca;,·w1ov
TIPICIDAD. El DELITO DE COMISIÓN
DE PURA ACTIVIDAD
§ 10. El delito decomisióndepuraactividad _ _ ____ _ _____ _ _ __ __ ______ _ __ _ 155
l. lntrcducó ón ----------------------------------------- 155
11. El delitodolosode!)l.rra acfr.•idad 156
111. El tJtllt()1mpr1.,dt'"l.f:de ¡)1,ir,;tJ(lMd,l(I __ --- - - --- - - - - -- -- - - --- - - - 158
8I8UOGRAflAGENERAL _ ___ ________ ___ __ ___ ____ _ ____ ______ _ ___ 161
ABREVIATURAS
§(§§) parA9rafo(s)
AENOR Asociación Española de Normal iz..ac:ión y Certif icadón
AHAC Adminisl,adónN~donatdc Avfodón Cí'lll
art.(arh.) attir.ulo(s)
AT Allgcmcin~rTcil(Pd(lC gct1N 'JI)
80 8oletín Oficial de la República Argentina
CA Código Aduanero de la Nación Argentina
CABA Ciudad Autónoma de-Bueno~Airl'S
,:.,p.(s.) <;apitulo{s)
ce Código Civil de la Nadón{lcy 340. d~rog.ida porl~• 26.990)
CCCN Código Civil tComcrdal de la f>ladón (lcy26.994}
d. confrontar
CIRSOC Centro de lm•e~tigación de lo~ Reglamento~Nadonales
deSeglJridadpara lasObrasCiviles
dt d t.ado
úV Con>titudóndcla Nación Argentina
CHCC camara Nacional en lo Criminal yCorreccionalde la Ciudad
de BuenosAi1e~
COd.Cont:r. Código Contr<1ven<;ional de la Ciudad de Rl1enosAires
comp(s). compilador(e~)
CP CódigoPcnaldc la Nación
CSJl'J Corte Suprema de Justicia de la Nación
CSJN-Fallos Colemión defalloi dela Corte Suprema de Justida de la Hación
DAR DeutS(hes Autorecht (re..•ist<1)
Dlt,J Oeut~he Industrie Normen (no,masé'ela industria alemar'lél
del IMliluloAJcmán dcNofmJlización.}
eadem la mhma (latin)
ED El Derecho.Jurisprudenciagene,al (rE-\'ista)
«t. edió ón
EESOO Especia!e-s elementos su bjeti\•os distintos del dolo
14 ABREVIATURAS
t. t omo
TCBA TribunatdeCasación Penal de la Provind ade Buenos Aire~
TOC TribuoalOíal en lo Criminal de la ciudad de Buenos Aires
trad. traducción
ru Tribunal Superio rde Justicia
UNE A(rónimo deUn¡:¡ t.Jo,ma Espahola, norm<1sde laAENOR
wútra Zeitschrift fürV/inschaft, Steuer, Suafrecht (re•;ista)
lfRV Zcitschrift fur Rcchtwcrgfckhung, intcrnationa,'csPriv,;1trccht
undEuroparecht{revi~ta)
ZStW ZEitschrift für diege~amteStrafrechhwis~enschaft (re•/i~1a)
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN
t. TipíckJad
Comosea-caba de señalar, laprimeracualidad que debe presentar uncom· 3
portamiento para poder serconsideradodelitoes la de ser un comportamien-
to típico.
El estudio de esa primera cualidad, la tipicidad, requiere que primero se in-
corpore el concepto de tipo penal.
Para ello, en esta primera aproximación, debemos partir de la noción, co·
nocida por cualquiera, de las normas como prohibiciones y mandatos. El tjpo
es la descripción dela conducta contraria a la norma. Un ejemplo no r eferido
necesariamente al Derecho penal: si la norma dice "prohibidoalimentar a los
animatesdel zoológico", entoncescltipoes: "alimentar a losanimales del zo·
ológico». ¿Por qué? Porque es la conducta conttari,1 a la norma.
Ahora, antesdeavan2aren elcampoespecrlico del Derecho penal es pre- 4
ciso hacer una aclaración. El Código Penal no contiene un catálogo de prohi-
bicionesymandatos a la manera del decálogo de los Diez Mandamientos. En
el art. 79del CPno d ice: " prohibido matar a otro" o "no matarás", sino que
18 CAPITULO L INTRODUCCIÓN
lt. Anrijuridi<Jdad
..... tipiOO,
Un d8.ito% 1.11 cwn¡xirtamiart:o
....•········ antluridico,
ILiCITO
·····••••••••••••• ycll;,.
"'able
.••••········· i!iCit◊
Undi?itOE-Sl.'ll COm¡:<irtamie,n_:o:
················ 'féll~ bb
JI/. Culpabilidad
Estas capacidades pueden ialtar, o verse afectadas, por tres grupos de ra- 15
zones:
a} Cuando concurre una causa de inimputabilidad (cualquierade ellas o,
incluso, ambas).
b) Cuando concurre un error de prohibición inevitable (la capacidad de
conocer).
e} Cuando concurre una causa de inexigibilidad (la capacidad de moti•
varse).
,V. PunibiUdad
1
Según la doctrina y jurisprudencia mayoritarias. Hay una opinión minoritaria
queconsider~ q1.1e ~te delito poseeon tipo c:omplejo con ~ma partecomisi\•a {el libra•
miento) yolra ornisi,•a (el no pago), y una tercera (Baci9alupo, RDPC, 1968, n" 2, p. S9)
que ~os tie ne que se líaUI de un tipo omisi\'O.
~ 1 10 $ N \.'f lf$ OF At.JAll~I<; OF IA TFORIA o i:t fi FI ITO 23
TIPICIDAD. INTRODUCCIÓN
Asu vez, en los delitos de comisión, según que el comportamiento con sis- 3
ta en lameraejecuciónde una acción o requiera también la producción de un
resultado, se distingue entre delitos de pura actividad y delitos de resultado
(cf., con más detalle, infra, §4, nº. m. 18y § 10, nº m. 1).
IV. Dclitosdcavtorfndlstlnto
y deHros espedofes
6 Por último, dentro de los delitos de resultado se hace una distinción adi·
cional entre delitos de estado y delitos permanentes. En los primeros, elde·
lito se consuma y concluye con la producción del resultado. Es lo que sucede
en la mayoría de los delitos, como el homicidio, las lesiones, el daño, etcCte•
ra. En cambio, en los delitos permanentes, incluso luego de producido el re-
sultado típico, la consumación perdura hasta tanto no cesa el estado ant iju-
ridi<o creado por el autor. Es lo que ocurre, por ejemplo, cor) el delito de pri-
vación ilegítima de la libertad.
J Ha::er 10.CCMSIÓN)
TIPO
1
f E¡eo.1dón (1~ 1.1.1a acción (D. PURAIICTIVI01\0j
COllPOATM11ENTO
1/
., / PfC(h,,oci¡)n <f,e t,11'1 ((!$1,111000 (O Ri:SUI.T,•,oo:.
§ 3. I NTRODUCOON
9 En el tipo objetivo
1. El sujeto activo (autor).
2. La acción típica.
3. El objeto de la acción (tambien llamadoobjetodel hecho o del delito),
4. Un resultado {que puede ser de lesión o de peligro concreto).
§ '· f l T roO B!FTIVO 31
En el tipo subjetivo 10
1. El dolo.
2. En algunoscasos, unes~cial elementosubjetivodistintodeldolo: mo-
tivaciones{por ejernplo,odio racial,codicia, etcétera)oiotenciones in-
ternas t rascendentes (con el propósito, la finalidad, para, etcétera).
l. Elautor
1 - Durante mucho tiempo se consideró que los delitos solo podían ser
cometidos por seres humanosy que, por ello, autor o sujeto activo de un de•
litosolo podía ser una persona fisica. En los últimos tiempos, sin embargo, se
ha impuesto laconcepcióndeque, bajociertascircunstancias, también las per·
sonas jurídicas de derecho privado pueden ser responsabilizadas penalmen·
te.
Esta "responsabilidad pen,11 de las peoonas jufidic<1s" ha sido introducida 2
recientementeen nuestra legislación porlasleyes26. 733(BO, 28112/11),26.683
(80, 1/611t)y 27.401 (80, 1/12117), aunque no para todos sinosolopara algu•
nos delitos, La primera de las leyes mencionadas la estableció para los delitos
en el mercado financiero (arts. 306a 313, CP>, la segunda para el delito de la·
vado de dinero (arts. 303 y 304, CP), mientras que la última lo hizo para ciertos
delitosdecorrupciónde funcionariospUblicos(arts.258, 258bis, 265, 268, 268,
incs.1' y2', CP)y1ambién para el delito de balances e informes falsos agrava-
dos (arts. 300 bis, CP).
Elest udiode las reglasparadeterminar la responsabilidadpenalde las per- 3
son as jurídicas, sin embargo, no será abordado pues constituye una discipli•
na específica que presupone primero eldominio de la teoria de la responsa·
bilidad penal de las personas físicas, cu~rocstudioprecisamentecs el objeto al
que se circunscribe esta obra.
32 CAPhULO 111. TIPICIOAO. El DEUTO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESUlfA.00
tor puede ser cualquier persona; de allí que lo habitual sea qucenestos tipos
el autor sea descriptogenéric.)mentemed iante la expresión N el que". En cam-
bio, en los delitos especiales, autor solo puede ser quien reúna en su perso-
na las cualidades que el tipo menciona, por ejemplo, ser funcionario públi-
co, enelcohechopasivo (art. 256, CP); ser juez, en elprevaricato(art. 269, CP);
ser padre de la victima, en una de lasmodalidadesdeabusosexual agravado
{ait. 119, inc.4", b, CP): ser testigo, perito o interprete, enel falso testimonio
(art. 272, CP); ser médico, en la emisión de certificados falsos (art. 285, CP),
etcétera.
11. Wacdón
zos.
- Acto reflejo.
12 3 - Si bien la regla es, como se dijo, que hay accióna menos que concurra
alguna de las causas de exclusión mencionadas, eshabitualformular algunas
aclaraciones acerca de los limites de cada una de ellas respecto deciertos ca·
sos que podrían generar confusión.
- Así, de la fuerza física irresistible (vis absoluta} que fuerza mecánica·
mente el movimientocorporal, hayquedistinguir loscasosdecoacción
psíquica (vis compulsiva) en los que el ejercicio de fue rza o violencia, o
su amenaza, solo 1icne por efecto doblegar la voluntad,>' que no ex-
cluyen la acción, sino que, a lo sumo, justifica (art. 34, inc. 3°, CP) o ex-
culpa (art. 34, inc. r, Cl'J al autor 2.
ACCIÓN
Hay acción siempre quenocc r.curra
1 CAUSADEEXCLUSIÓNOE LAACCIÓl'I 1
3 Como ñcción el tipo admite, por tanto, cualquier forma imagiruible dec;al)sarla
muerte de otro: apuñalar a la victima, dispararle con un arma de fuero, arrojarla de un
pre<ipkio. golpeode la cabe.za con un martillo, etc~le<a.
~ '· f l T ro OB!FTIVO 37
IV. El resultttdo
cidc con la conducta contraria a la norma que la ley describe. Est o natural 4
28 El objeto de tutela puede ser no solo un der echo, sino también el correcto
funcionamiento de una institución. Así, por ejemplo, en el delito de cohecho
(arts. 256y 258, CF'), el objeto de la acción es la dádiva que el particular entre-
gay el funcionario recibe, pero el objeto protegido es "el normal y correcto
funcionamiento de la administración pública" ;y, en el delito de contrabando
(art. 863, CA), el objeto de la acción es la mercaderla contrabandeada. mien-
tras que el objeto de tutela es 'el adecuado ejercicio de las funciones para el
control sobre lasimportaciones y exportaciones que lasleyes acuerdan al ser-
vicio aduanero".
En la doctrina se sueledenominar al objeto tutelado por la norma "bien ju-
ridico".
V. La relao'ón decaus;,lidad
36 las precisioneso, si se quiere, los correctivos que hay que tener en cuenta
cuando se utiliza la fórmula de la teoría de la condición son los siguientes:
Pero la concreción del resultado no alcanza para resolver las disto rsiones 40
a las que conduce la fórmula de la supresión en los casos e-n que el resultado
igualmente se habría producido en el mismo momento y de la misma forma:
imaginemos que en elejemplo constara que tambiCn 8 habria matado al re•
hén cortándole elcuello, como lo hizo A, o bien, en loscasos de fusilamientos
anti ju rldicos duranteunaguerra, que elsol dado que disparó aI prisioneroale-
ga raque, de haberse negado, habríasido reemplazado por otro soldado. El
correctivo para estos casos lo proporciona la prohibición de tomar en cuenta
cursos causales hipotéticos, es decir, hechos no ocurridos, que será objeto de
tratamiento en el apartado siguiente.
2 Curse)$ c31_1saleshipotetko-
(cousas ele rtt«1 plazo-0 ele rtservil)
Al aplicar la fórmula de la supresión mental hipotética la úoica modifica- 41
ción de la realidad que hay que efectuar para plantear la hipótesis es la su·
presión de la acción en cuestión; no hay que añadir mentalmente causas de
reemplazo hipotéticas, es decir, causas que no llegaron a surtir efecto, aun•
que lohabríanhe,chosila acción no hubieseexistido. Enotraspalabras, no ha}'
que tomar en cuentacursos causales hipotéticos.
5 Lo que no quita que8 pueda ser responsabilizado por una tentativa de homid ·
dio, según se verá en elcapitulocorrespondiente (tomo 2).
44 CAPhULO 111. TIPICIDAD. El DEUTO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESUlfA.DO
Ejemplo: Ay 8, sin saber nadadelotro, ponen cada uno de ellos una do-
sisdel mismo veneno en la bebida ele C, quemuereal tomarla. En el pro·
ceso se comprueba quecacla una de las dosis habria sido suficiente por sí
solapara causar el resultado.
4 - Causalidad <1<umuldtlva
45 Asíse denominan los casos en los que dos o más acciones independientes
conducen conjuntamente a la producción del resultado, a través de la com·
binación de sus efectos. Sin embargo, en el proceso se constata que cada una
de ellas por sísola habría sido insuficiente para producir ese resultado.
Ejempto: AyB, sin saber nadadelotro, ponen cada uno de ellos una do-
siso"el mismovenenoén la bébida úe C, quernuert>al tomada. En el pro-
cesase comprueba que lamuerte de Csobrevino aconsecuencia de Iefec•
lo conjunto de ambas dosis, lils cuales por sí solasno habdan sido suíi•
cientes par.-caus.ar él resultado.
~ '· f l T ro OB!FTIVO 45
§ 5 . El TIPOOBJEflVO (CON11NUACIÓN).
LA RELACIÓN DE IMPUTACIÓN OBJETIVA
J. lntrodu«ión
9 Si el análisis del primer paso arroja que la acción del autor, que causó el re-
sultado, constituyó además la creación de un riesgo no permitido, entonces
avanzamos al segundo paso y nos preguntamos si el resultado debe ser con-
siderado la realización, la concreción precisamente de ese riesgo no permiti-
do creado por el autor. Si la respuesta es afirmativa, concluimos que el resul-
tado es objetivamente imputable a la acción, es decir, damos por comproba-
da larelación de imputaciónobjetivaen laconducta del caso real. Encambio,
si el análisis fracasa en cualquiera de esos pasos. la conclusión es que la con-
ducta del caso es atípica, pues no coincide con la conducta contraria a la nor-
ma que describe la ley, le falta uno de los e lementos que la componen: la re-
lación de imputación objet iva.
10 Pero \•ale la pena mencionar la'S diferencias qve conlle\•a qve la comproba·
c:ión fracase en el primer o en el segundo paso. Si concluimos que la (.Onducta
de Icaso co nstitvye un "riesgo permitido... }', por el lo, es atipie.a, entonces elana•
lisis\.e leimina allí, en el tipo objetivo, ;•nohac:efalta ya indagar por el liposub•
jeti\'O: lo qué él autor s..ibía o nosabía de•1ie-ne im~le•,aOLe, su ,onductaefül:00
permitida.
§ s. fl T roOB!FTIVO (( 0\Jilt.JUACIÓN) 49
Disminvdóndel ,ie$909
Aquí, el autor realiza acciones típicas de un delito que deben serle impu-
tadas como realización de un tipo, pero puede ser justificado por medio del
consentimiento presunto o del estado de necesidad.
2- Riesgo permitido
ít - Rksgominimop<:rmiCido
n uafes se usa otra termino logia para referirse aestos casos. Se dice que en ellos
fracasa la imputación objetiva porque la acción no crea ningún riesgo juridi 4
mocabedecirdel pariente que trajo la buena noticia por cuya causa el abue..
lo terminó internado, y también de las personas que despacharon al mensa 4
len la actividad de fa que se trata, puesent oncesa ellas habra que acudir pa 4
viene a la mente es el de las leyes de tránsito 10, pero tambiénhay normas que
regulan la elaboración y comercialización de alimentos 11, vinos12 , medica·
mentos 11, juguetes 14, la instalación de calefactore-syotros artefactosagasen
hogares 1s, el uso de equiposlaser con f ines medicinales16, la tenencia de pe•
rros de razas peligrosas 17 y, ahora también, la operatoria de drones 18, entre
ta ntoso tros ejemplos. Cuando existen estas regulaciones, la tarea se hace más
sencilla ~1 precisa, pero deben tenerse en <:uenta lassiguientes premisas:
- Lo que está prohibido no está permitido.
- No admiten <:ompensaciooes.
- lo no prohibido está permitido solo bajo condiciones ideales.
excediendoel Iirn itedeve loe idad permitido (a rts.6.2.2, ley 2148y 51, ley24.449),
quien se salta un semáforo rojo (arts. 6.1.10.b, ley 2148 y 44.a.2, ley 24,449),
qui en instala uncalefactorsi nconexi ónal exterioren u ndormitori o(art. 5.9.2.1,
Res. ENARGAS NAG200}, quienoperaun dronesobrcunaaglomeracióndepcr•
son as (art. 15, Res. ANAC 527115), quien comercializa juguetesde PIIC blando
fabñcados con ftalatosen concentracionessuperiores alas permi1idas(arts. 1º
y'l!', Res. M. Salud 582/08), etcétera.
25 2 - Losegundoesconsecuenciadeloprimero:dadoelcaráctervinculan 4
ó - Normasdepruóencio noescrit;s
4- Imputación a la\'íctima 23
Dentro de este tópico se distingue entre los casos en los que alguien causa 43
que la victima se ponga a sí misma en peligro (causación de una autopuesta
en peligro)y aquellosotrosen los que la victima dejaqueotro la ponga en pe•
ligro (puesta en peligro consentida por la victima).
En cada ur10 de esos casos, la respectiva acción del autor (avanzar con se- 52
máforo rojo, incendiar la casa) constituyó la creación de un riesgo no permi-
tido. Pero si se concluye que a continuación fue la victima la que decid ió li-
bremcntccxponerscal pcligrocreado por el autor, entoncesseconsideraque
elresuttado finales la re.1lizacióndees.a autopuesta enpeligro, esdecir, es res-
ponsabilidad de la víctima.
Más adelante se profundizara este punto (infra, nº m. 87); ahora basta ha- S3
cerdos aclaraciones. La primera es que, obviamente, en el primer ejemplo, el
autor sigue respondiendo por la lesión inicial (la que causó al atropellarlo) y
solo queda eximido del agravamiento ulterior de esa lesión, que pasa aser res·
ponsabilidad de la victima. l a segunda es que en los casos de víctimas lesiona·
das al emprender una acción de salvamento la doctrina ma>1oritaria distingue
del siguiente modo:
Nohay autopuesta en peligro por cuyasconsecuenciasdebe responder 54
la victima cuando la acción de salvamento constituyó una medida razonable
en atención al peligro y los intereses amenazados. Eslo que OCUííe en el ejem-
plo del incendio, puestoqueAseexpusoalpeligrodesufrirquemadurasuotras
lesionespara salvar la vida del niño. En 1alescasos, se considera que la decisión
de la victima (el vecino, el bombero, etcétera) no fue libre, sino que vino im•
puesta por la situación de necesidad creada demanera nopermitidapor elau·
tor (el piromaniaco). A este último se le imputan entonces no solo el incendio,
sino también lasquemadurassufridas porel ve,cino o el bombero, como reali -
zación del riesgo por él crecJdo al iniciar el incendio.
En cambio, hay una autopuesta en peligro por la que debe responder ss
lavi<timacuandolaa<<ión desalvamentoya no lucerazonable. Esloqueacon-
tecería, por ejemplo, sielvecino oel bomberohubieranentradoal edificio en
llamas para salvar una bandera del equipo de fútbol del que son fan~ti<os,
pues entonces en la medida en que novieneimpuestaya por la necesidad, por
62 CAPhULO 111. TIPICIOAO. El DEUTO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESUlfA.00
Pero más allá de lassolucionesdaras a las que es posible arribar en casos co·
moel precedente, hay que S('iialar que sobre el modo de determinar silavicti·
maa ct:uó libre yresponsablemente, no hay consenso en Ia doctrina, sino dos po·
sicionesantagóni~.
La p,ime,a, lall.imado "solu66n dela exculp.ici6n" píoponeaplica,an.1t6gi-
eamente los criterios que rigen para el autor de una lesión)'preguntarsesi laVtC-
lima hQbóa sido he<:ha respoosQble por su hecho si, efl lugar dehabefSé puesto
en peligro y lesionado a sí misma, hubierá lesionado a unte,cero o, po, el con-
tfafio. habria sido excu lpocfa poí .:,pi ica<ión da alguna de l.>s <;lusas de a xclusión
de la culp.ibilidad. Es deci1, lí) posibilidad de imputa, a la víctilllí) quedafía ex-
cluida cuando se uatase de una persona incapaz de culpabilidad (.>tts. 1º, ley
22.278 v34, inc. 1°. CP}oque Sé hallase en una si1u.idór'ldé n.e,esid.id exculpao-
z,,
te (art. 34, inc. CP).
En cambio. la segunda. llamada "solución del ,onsentimier'llO", píopone
oricntarseseg(m los criterios m.isestrictos que rigen para la cticada de un con·
sentimiento justificante. Según esta postura, aunque no se diesen los presu·
puestos de una causa deexdusión de la culpabilidad, la posibilidad de respon·
sabilizar a la víctima quedaria excluida cada vez que se conclufera que ella, al
momento de actuar, no se hallaba en condiciones de comprender y ponderar
adecuad amente el significado yla trascendencia de 5U condvcta. La consecven·
da práctica de esta di1tinción se pone de manifiesto en los casos de "capacidad
disminuida", en losquelavi<tim8esunsvjetorespon~ble. es decir, <a¡utzdecul·
pabilidad, pero en el momento del hechotienedifio.iltades para hacer uso de
esa capaddad (por ejemplo, a causa de una intoxicación akohólica qve no al•
canza losvalorespara poder conside,arlo incapaz de culpabilidad, en los tef'mi-
nosdel art. 34, in<:. 1", CP). Esta posición negari<l!l la oompeten<:ia de lavi(tima si
concluyera que, debido a esa intoxicaciónakohólica, la víctima, por ejemplo, de
losca,;os menc-ionados$11pra (nº m. 45}, no estaba en c,ondiciones de decjdir li-
bte y responsa:blernente ponerse en peligro, .iu nque estrÍcti'Jmen te su ~ituadón
no encuadre en la causadeexdusión de la culpabilidad del art_34, inc. 1", CP.
En este otro grupo entran en con.side<ación los casos en los que la victima 60
no se pone asrmisma en peligro, sino que, conconsciencia del riesgo, se deja
poner en peligro por un tercero.
61 Peroaqui hay que aclarar que si bien en países como Alemania y España si-
guesiendomayoritaria la opiniónq ue en estoscasos afirma latipicidady úni-
camente se plantea si acaso el consentimiento podria operar como causa de
just ifica(ión, lapropuest ade tratarlos (orno problemade imputación objeti•
va sehaabierto paso en nuestro pa1sa partir de ladifusión en lasúltimasdé·
cadas de lasobras de dos importantes juristas (Roxin y Jakobs 25) y noes aven-
turadosostener que constituyeactualmente el puntodevista dominante en
nuestra doctrina y jurisprudencia.
62 Con arreglo a esta concepción - que es la aqui se propicia- ha}' que afir-
mar en estos casos larespons.abilidaddelavictima cuando la puestil en peligro
wnsentida por ellapuedaser equiparada bajo todos losaspea os relevantes a
unaautopuesta en peligro, esdedr. cuandoconcurren los requisitos a), b) y <)
mencionados (supra, nº m. 57}, como sucede en el ejemplo. En cambio, habría
que negarla responsabilidaddelavíctima (y, eventualmente, imputarsumuer-
te aA), si 8 hubieseignoradoel peligro al que seexponia, por ejemplo, porque
Ale mintió cuando le preguntó si habia bebido ytampoco mostraba signos de
haberlo hecho (supra, en a), o bien, si aun sabienao el estado en que(onducia
A, el accidentehubiera producido por una falla en los frenos}', por tanto, el re•
sultado hubiese sido la realizacióndeun riesgo distintoalaceptado(supra, en
b)o, finalmente, si 8, por ejemplo, hubiese sido unnin o (supra, en e).
2S Cf. Roxin, Derecho penal, 11198, pp. 393 ys!.. (AT'1, 11/121); Jakob!., Derecho pe-
nal, p.307 (AT2 71130).
26 Ademásde "'impula<ióna un t~rccro" y "prohibición dt regreso". indicadas ya
en el titulo, el tópico esestudiado tambiE'n bajo estas otras denominaciones:"acciones
neutrales"'. .,riesgos en Ies que mediaunaacción de un tercero", "negocios deintcrcam-
bio habituales de la vidacotidiana", "responsabilidad deun tercero", etcE'tera.
§ s. fl T ro OB!FTIVO ((0\Jilt.JUACIÓN) 65
• Excepci6n3': pr~suiciónc'et\nid;,,porel
prcpiootdEfl juridicocomo peligrosa.
jade ser una acción neutral y pasa a ser la creación de un riesgo no permitido
cuando era objetivamente recon0<ible la inclinación a cometer el hecho de
quien luego actúa en segundo término (elcomprador, el pasajero, etcétera)
~~ lógicamente, tanto más aun cuando, como en nuestrosejcmplos, el prime•
ro conoce los planes del segundo.
Sin embargo, no es sencillo establecer cuál deestas dosconcepciones es la
que predomina entre nosotros, si esta última o la que aquí ha sido desarro-
llada en los párrafos precedentes.
72 La segunda aclaración es la siguiente. En tanto lo que aquí está en discu·
sión es elsignificado de una acción que termina contribuyendo a la comisión
del hecho de otro (el taxista llevando al pasajero, el ferre tero al vender cu-
chillo, etcétera), objeto de estudio deeste tópico lo constituye no laconduc-
ta de un potencial autor, sino la conducta de un potencial partícipe. Por ello,
sin perjuicio de la presentación que se ha hecho en este lugar, volveremos so-
bre ella más adelante, en el capítulo dedicado a la auto ria y la participación.
La progno~h po~tcriorol:jctiy.i
A convence asu tio 8 de reafi zar un -.,iaj een avióncon la espera nzade que
muera en un accidente aéreo}• asi poder heredarlo. Debido a una bom·
baque 1in9rupoterrori$tl:I ha logrado instalar ca$valmenteen esa-,ero-
nave, el aviónsvfre una explosión durante el \'uelo, cae y Bmuere.
74 ¿A qué riesgo estaba exponiendo A a su tío al subirlo a ese avión? ¿Al ries·
go estadisticamcnteminimo de sufrir unaccidente aéreo? ¿O al pcligroscrio
de volaren un avión en el que se ha instalado y se hara estallar una bomba?
Un juicio de peligro es un juicio acerca de la probabilidad de un da~o que se
formula sobre la base del conocimiento de ciertos datos que ya se posee. De
los conocimientos que se incluyan en la base del juicio dependerá la conclu-
sión alaque arribemos acerca del fléligro que existe en el caso. En el ejemplo,
el peligroserá uno uotro según que se incluya ono en la base del juicio de pe·
ligro el conocimiento de la existencia de fa bomba. Si no se lo incluye, se tra·
~ s. fl T ro OB!FTIVO (( 0\Jilt.JUACIÓN) 69
2 Para prohindluir. 76
Lo~cono<imic11los c,speoalcs.-ijtoos .)1rol
Quien quiera profundizar mas sobre este tema debe saber q ue existe vna
opiniónminoritaria211 que discrepa ron la anterior en cuanto a losC".onocimien-
tosquedebe-n ser inclvidosen la b<tsedeljvic:iode peligro. Seg(Jn este punto de
vista, hay q ue distinguir tr~ compfejosde roncx:imiento:
1. Primero, se trc)tadel<oncx:imieotoquecabéesperardeunapéc'sooawi-
dadosa Que se halla en la situación del autor; este conocimiento debe sa< in-
duidoeo 1-,bas:edelapro9nosisoomocoooómier>lode/c1 situJción. En este pri-
me, punto haycoincidenda con la concepción dominante, reseñada antcrio,-
mente: se ~ rte de loscono<imientosdel hombre razonable del respecti\•oam-
bitode relación.
do alusión a la norma penal que prohíbe, por ejemplo, el homicidio (art. 79,
CP}, sino a las reglas sociales que delimitan el riesgo permitido, es decir, a las
normas reglamentarias, a las /eges artis o a las normas de prudencia no escri 4
gado ál lugar del ác6dente cuando el nirío cru.t.iba '/ no lo habría átro-
pellado.
Dos cidi~ta~se despla,an en la oscuridad, en bicidetassin luces. uoo dé·
uasdelotro. Eldclistaquc\•a adclantechoCJ,acausa dela fa lta de luces.
con un ciclista que viene en sentido contrario a ellos. El .iccideote tan,.
biénse habríaevitado si el ciclista que marchaba atráshubicra tenido su
bicidcta iluminada.
:o Jakobs. Derecho penal, pp . 273 )'SS. (AT2, 7fl8)'ss.); ídem, la imputación obje fi•
Vc'.I, pp. 180 'fSS.
74 CAPh ULO 111. TIPICIOAO. El DEUTO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESUlfA.00
Los<:aballos qve cuictaA han quedado atrapadosen la caba llerii aque ar•
de en llamas, in<:endiada por 8.0adoqueya no es posibles.alvarlos,Ade-
<:ide matar <t los caballos<:on on arma defvego para evitarle5 vn mayor
sufrimiento.
ductOl conducía a 146 kmlh, il pesaíde que lil velocidad máxima ~unili4
casa la creación del riesgo no permitido sino la imputación del resultado. Es-
ta es la lógica que siguen los dos últimos grupos de casos mencionados al tra-
tar eltópicode la responsabilidadde la víctima {.supra, nº m, SO y s.}. Estos son,
comovimos, por un lado,aquellosen losquesediscutesi, porejemplo, la muer-
te sufrida por el bombero o un particular que auxilia puede serle imputada al
responsable del incendio, o debe serle atribuida a la victima como una auto•
puesta en peligro libre y voluntaria (casos de acciones de salvamento peli 4
grosas). Por el otro, aquellos en que las consecuencias ulteriores, por ejemplo,
el agravamiento de las lesiones o incluso la muerte, se le imputan a la victima
lesionaday noal responsablede la lesión inicial (casos de conducta descuida-
da de la victima después de un comportamiento lesivo del autor).
90 Pero en el marco del análisisde la realización del riesgo también merece
ser destacado otro importante grupodecasosde causación deautopuesta en
§ s. f l T roOB!FTIVO (( 0\Jilt.JUACIÓN) 77
En primer lugar, esta con<('pdón se basa en la idea deque si bien los cursos
ca usa le-sh ipoté-ticos no deben ser tomados en wenta para la determinación de
la caus-alidad, si pueden ser considerados, ene,ambio, para la comprobación de
la imputación objeti•,a (qué habria ocurrido si el autor hubiese actuado con·
forme adere<:ho). El punto de\'ista que aquiseg~•imos33, en cambio, postula la
irrelevancia deloscursoscausal~ hipotéticos tambié-n en la impvtaciónobjeti·
\'a.La razónpara ello es la siguiente: resolver ~hre la realización de riesgo con•
siste en establecer, de entre tod,n las circunstancias que condicionaron el re•
sullado, a cual de ellas habrá de rec:onducírselopara explk.ar el daño, mas pre•
c;isamente, si debe serle atribuido al oomportamiento incorre<:to del -,utor o,
por el contrario, a alguna otra cirwnstanda. Pern si de lo que se trata esde es-
tablecer a qué condiciones de un daño se habril de re<:onducir el resultado, es
e\•identeque una condidónhipotética noofrec:eninguna posibilidad de ex.pli-
cación pot la simpl<! razón deque esos factoréS nuncalleg.iron acondicionar el
,esultado. Noesposibleexplicarunresult.adoreatremitiendoacondiciooesirre-
afos.loqu~nocondi6on.aclresultadotampocolocxplica.Endefiniti\'a,concur~
soH.c1usales hipotéticos nos.e puede éxplicarla 1éalidad:i:4•
En segundo lugar, oo todos aqucllos<asos - probablementc la mayoria
oo los que no es posible establece< con s.egu,id.id qué habtía ocurrido si el au-
torsehubies.ecomportadoconforme ade-te<ho, habrfaqueasumir, por aplica•
ción del principio irtdubio pro reo, qué él resultado igualmente se habría pro.
ducido, tal como lo entiende la opinión dominante. Pero estoconducirfa en la
práctica auna casi derogación de los delitos imprudentes de resultado en casos
especialmentesensibles. toda vez que la imprudencia no conoce tentati\•a ysu
punibilidaddependede que pueda imputarse el re-soltado (d.,jnfra, § 7, nº m.
23 ysu nota, y§ 9, nº m. 4). Asi. como obser\'a Roxin. si en una operación ries·
gosa perom éd icamente indicada e Icirujano provoca la muerte del paciente por
burdos errores téc.nicos, tendria que quedar impune porque, aunque hubiera
llevado acabo una operación conforme la lex artis, tampoco se podriaexcluir
tar ese tipo de incidentes, la velocidad máxima debería ser de 600 70 km/h, o
deberian instalarse semáforos, pero entonces yano se tratariade una via rápi·
da, de una aotopista.A su vez, en ejemplo del ddista, el resultado no es la re.,.
lización del riesgo porque el sentido de la distancia lateral de adelantamiento
prescripl,1 es c;ompens.,r IOli errores o las peqi.1eñas infrac(iones que normal-
mente cometen los conductores, pero no errores groseroscausadospor la em·
hriaguez de cidist,nque cir<;ulan (de modo no re,conodble) alcoholizados 39.
Porlodemils, a la teoriadel incremento del riesgolecabefvndamentalmen•
le el reproche deque termina convirtiendo delitosde resultado de lesiónen de-
litos de peligro c:oncreto. En c,ambio, la objeción reseñada que le atribuye in•
fracción al prindpio in dubio pro reo es solo relativa pues depende primero de
que se ac;eptecomoc:orre<ta la tesis deq,1e hay que demostrarc;on (sc:il.segori•
dad rayaoa) en la certeza que el ,esultado nose habria produódocon un com-
porlamiento ooníorme a derecho. Esta tesis es pr« isamente lo que rechaza la
teoríadel ir)crentento délriesgo.Pe ro,aunasí, lacrílica éSacertacfa, aunque por
otra razón. concretamente, porque en todos aquellos casos en que concluye
que el irKtementodel riéSQOfue félé\•ante lo hace resoh•ief)dO colltril reum la
dudaacc-tca dQla mQdida de la incidencia da la infracciónc-n la producción del
tésult.ado.
La victima es, en primer lug()r, la pe,sona fisi<a o jurídica que es titular del
derecho lesionado por el respectivo delito. La persona fisica que muere, en el
homicidio (arts. 79y80, CPJ, o que es privada de la libertad, en la privación ile-
gítima deella(art. 142, CP), o bien la persona, sea física o jurídica (porejemplo,
una empresa), que sufre eldesapoderamientode la cosa, en el hurto y el robo
(art.162, 164, CP),ocuyopatrimoniorcsuhaperjudicado, en laestafa(art. 172,
CP), laadminisvación desleal (art. 173, inc. 7°, C/i'¡, etcétera.
2 Pero hay también 01ra clase de delilos en los que la vlcl ima también es la
comunidad. Esto es lo que sucede, por un lado, cuando el delito atenta con 4
Ejemplo: El tipo (agravado) del art. 163, inc. 6º del CP, requiere que el
hurto fuere dcvehfculosdejadosen la via püblicao enlugaresdeacceso
pUblico.
8 3. Referenciasal mododecomisión 4 1:
4, Referencias ainstrumentos42 : 9
Hay que aclarar que pueden suscitarse dudas<.1cerca desi un elemento per- 11
te necea una uotracategorfaque solo pueden despejarse examinando su fun-
damento. Así, por ejemplo, enel art. 80, inc. 2°, también se contempla como
agravante del homicidio " convenenou otro procedimiento insidioso". A pri•
mera vista podria pensarse entoncesque con al mencionar al "veneno" el le·
gislador esta haciendo alusión al homicidio que es cometido con un instru·
mentoespecif ico. Sin embargo, en l,1 doctrinase explica que loqueagrava no
es el instrumento en sí, sino el modo decomisión, es decir, el procedimiento
insidioso (o ~a. de apariencia inofensiva) empleado para matar, del cual el
uso del veneno es solo caso particular. Por eso, si el veneno no es suminist ra·
do ocultamente, la agravantenoseaplica. También enel robo con arma (art.
166, inc. 2", CP)se hace mención a un instrumento (arma), pero lo que agrava
es el modo de comisión particularmente peligroso. Algo parecido sucedefi-
nalmentecon los llamados" medioscomisivos" (engaño, violencia,amenaza,
abuso de autoridad ode una situación de vulnerabilidad, etcétera) en el de-
o·óno simvl;,ndoautotid<td pVblka. e1cétera); art. 181, inc. 1" del CP (usurpación (por
violencia, amenazas, engaifos, etcétera!).
lito de abu.so sexual (art. 119, (P)y latratadepersonasagravada (art. 145 ter,
CP}, entre otros, que en rigor son " modosdecomisióff" que impiden consen 4
O Sobre este tema son fundamentales las explicacione~deSancine tti, Casosde de-
rechoperta/, l. 1, pp. 23S}·S.,que .iqujsonseguidas.
~ !Í. fl T ro OB!FTIVO (( 0\Jilt.JUA(IÓN) 87
"Sera reprimido con re<:lusión o prisión de seisa quince años, el que tu·
viere acceso carnal con persona de uno u otro sexo en los casossigui en·
tes: 1~cuando la victima fuere menor de doce años".
"Seimpondriireclusiónoprisióndetresaseisaños,cvandolavictimafue·
re mujer hone$ta mayor de doce años y menor de quince ... ".
En la descripción del art. 120 del CP"mayor de doce años" no era un ele· 21
mento del tipo. Lo que hacía disvalioso en el estupro al contacto sexual er a
que la victima fuese menor de quince años, y no que fuera mayor de doce. Es·
ta última mención era un recordatorio del legislador para no olvidar que si la
88 CAPhULO 111. TIPICIDAD. El DEUTO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESUlfA.DO
victima era además menor de doce años correspondía aplicar la figura más
gravosa de la violaciónfkta del art. 119,inc, 1ºdel CP. En resumen, "mayor de
doce añosNno era elemento del tipo del art. 120 del CP, porque esa circuns-
tancia no (co)fundamentaba el caracter disvaliosodc la conducta, osca, su ili-
citud.
22 La relevancia de hacerbienesta<fistinciónse poned emanifiesto,sobreto•
do, en los <asosde error que veremos a<0ntinuación en el capítulo dedicado
el tipo subjetivo. Valga como ejemplo el siguiente caso vinculado con la dis•
cusión que acaba de ser presentada.
"'1 Recuórdcsc (supr,:,, § 6. oc- m. 20) que la descripción legal dal a,t. 120 del CP, til
que-se-refiereelcaso, exigía que la Victima iue-'Se mujeryhonesta.Ambosrequisitos fue·
ron eliminados del tipo porlareforma de laley 2S.087yya no figuran porendeelactual
art. 120delCP(infra, §6, n•m.26).
4s Corno se puede comp,obar en Sancinetti, Sistema de la teoda del error en el Có-
digo PerlMarge,llino, pp. 109y ss.
89
"Será ,eptimici'o con ptisió,,o redusiónde 1res a seis a1'os el que ,eali.w-
realgunas de la$accion~previstas en el segundo o en e l tercer párrafo
del arL 119 con una persona menor de dieciséis arios, aprovechándose
desu inmadurez sexual, en rnzónde la mayoda de edad del autor, su re-
lación de preeminencia respecto de la\llctima, u otra<ircunstan<iilequi•
valenle ...".
1, 1nrrodu«i6n
11. Eldolo
Dolocomo(onodmi~otoyvoluntad
s La definición tradicionaldedolo, a ún hoy vigente, afirma que el dolo esel
conocimienroylavoluntadde realizar loselementosobjelivosdel tipo. Seex-
plicaasl que el dolo presentados componentes, uno intelectual, el relativo al
conocimiento, y otro volitivo, referido a lavoluntad. Según ello, entonces, el
autor obra con dolo solo siconoce y quiere la realización de los elementos del
t ipo.
6 Pero hay que aclarar tambil?n que en la act ualidad se abre paso una opi·
oión que cuestiona que la "voluntad", el "querer", sea un componente defi-
nitoriodel concepto de dolo. Según este punto devista, solodifícilmen te po-
~6 Por regla genetal, losdelitos dolosos tienen previstas penas másse,.,erasque los
i mptudc otcs.Además, no tododclitodol oso tieneunava riantc imptucfente. csdedr. un
correspondtente tipoimprudente.Ct.,al respe<to, infra, § 7, nºm.23, y§9, nºm. 1yss.
91
dría afirmarse, sin violentar el lenguaje corriente, que el autor doloso, por re-
gla general, ,.quiere" los elementos del t ipo. Por el contrario, la mayoría de
las veces la existencia de los elementos que menciona el tipo penalle resulta·
ra absolutamente indiferente cuando no algo directamente indeseado. Asi,
por ejemplo, el ladrón no quierela ajeni dad de lacosa, más bien querríaque
fuera deél (art. 162, CP). Al estuprador no le importa que la niña tenga real-
mente menosdedie<iséisa~os, sino tener accesocarnalcon ella (art. 120, CP).
Quien comete un abusosexual no quiere que la víctima no consienta el con·
tacto, más bien querría que lohiciera (art.119, Cf?. Yelfuncionario que acep·
ta un soborno no tiene por qué querer su condición de funcionario pllblico,
basta que sepa que acepta un soborno en su condición de fu ncionario públi•
co(art. 256, CP) 47.
Por ello, para esta posición, aquello que caracterizaal autor doloso es que 7
actúa sa biendoque realiza Ios elementosobjetivosdel tipo; en otras pa Iabras,
por ejemplo, conconocimiento de que lacosa muebledelaque se apodera es
ajena (art. 162. CP), representándosequecomoconsecuenciadesu acciónmo-
rirá o resultará lesionada otra persona (arts. 79y 89, CP}, etcétera.
Brevemente, el dolo deberia ser definido en términos exclusivamente in· 8
telect uales como el conocimiento de los elementos del tipo. Expresado por
Günther Jakobs. unodelos exponentes de este punto de vista: "La fórmulade-
berezar correctamente: el dolo esel saber que larealizacióndel tipo depende
de laejecución de laacción querida (¡ !), aunque pueda que la realización del
tipo en sí misma no sea querida" 48• Ensuma, solo la ejecuciónde la acción tie-
ne que ser querida, mientras que el resto de los elementos del tipo basta que
seanconocidos.
En las paginas que siguen eltema sera des.arrolladosiguiendoloscanones 9
delaliteratura tradicional, en especial, en loque refiere al debate sobre el do-
loeventual, en el que la cuestión del componente intelectual yel componen-
te volitivo se halla muy presente. Al final de este capítulo, sin embargo, lue-
go de haber pasado revista a todos los contenidos correspondientesaeste te·
ma, volveremos, aunque a modo de profundización, sobre la noción de dolo
solo como conocimiento de la realización tipica (infra, nº m. 85}.
47 Cf., ~n este sen1ido. Sandnetti. Teoriá del de!Jto, pp. 1S7ys:~.. dé donde son to-
madosalgunosde lo~ejempios.
"' Jakobs, Derechopenal, p, 316 (AT', 818).
92 CAPhULO 111. TIPICIDAD. El DELITO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESUlfA.DO
2 - E;t ructuratipi,c.;yterminolC9ia
10 En el delito doloso hay una simetria entre el tipo obj etivo y el tipo sub-
jetivo. Todos los elementosdel tipo objet ivo deben verse reflejados, <omo
en un espejo, enel contenido del dolo. ¿Porqué? Porque el dolo es el <ono-
cirniento de todos y cada uno de los elementos del tipo objetivo, de modo
que no puede haber ningún elemento objetivo que no esté alcanzado por
el dolo.
11 La simetría a la que estamos aludiendo puede ser representada grafica•
mente por el siguiente cuadro 49:
........... ..
--- flC• ---'
~
l. Acdón
,, 2. R-0sult.1do
TO ' '
f
10 Creadº", ~e rie.go
''
TO 3. Nexocau:Sal /
'y 4. Imputación ., / ll◊ l)en'futidO
A R j 1 "-,
ob et "ª ',. Re;,liz.1ci6nde1i'1S90
Dolo
TS (C.ono<I miento actual) TS ~ 1. 0<.>lo
4!1
Por raz.oncsdc simplificación. doyp0< sentados a lossuj etosactivoypasivo•,' li·
mito los elementos objetivos al "tsqueletocom(lnN de losdelitosde resultado.
93
en banda {art. 166, inc. 2°, CP), etcétera 50• Cuando se trata, empero, de un
evento fut uro, como loes el resultado, el uso corriente del lenguaje impone
otro modo de expresión; no decimos que el autor sabía o conoció el resulta·
do, por ejemplo, de muerte (art. 79, CP), sino que lo previó o se lo representó
o lo consideró, etcétera. Esta profusión desinónimos intercambiablesporra-
zones de estilo o uso del lenguaje no deben hacer perder de vista que se tra-
ta siempre dementar unmismoy único fenómeno: elconocimientode los ele-
mentos del tipo que requiere el dolo.
Eldolo se satisface con el conocimientode los elementosdeltipocualquie- 14
ra sea el grado deconvicciónasu respecto. Esto significa queel dolo abare.a in·
distintamente tanto el "conocimiento cierto" como el Nconocimiento incier-
to• de loselementosdel tipo. El autorpuedeestarsegurode que concurren los
elementos concomitantes del tipo ode que se producirá el resultado (conoci-
miento cierto) o puede estar inseguro, es decir, tener dudas acerca de ello. En
amboscasosactúa con dolo (sobre ladelimi tación,encaso de conocimiento in-
cierto, entre dolo eventual e imprudencia consciente, d. infra, nº m.22}.
Por último, si bien locorrectotécnicamentesería afirmar, porejemplo, que 15
el autor se representó, como segura o posible, la realizacióndelos elementos
del tipoobjetivo, o bien, de manera mas concisa, la realizacióndel tipo, en los
delitos de resultado es habitual decir simplemente que el autorse represen•
tó, como segura o posible, la producción del resutrado. También aqul es útil
aclarar quesetrata solo de otra formulación equivalenteque pone énfasisen
el resultado debido al protagonismodeeseelementoen losdelitosque lo re·
quieren.
3 a a,esde dolo
iC Engene<al,ent rantambiE?nenestacategoriadeelementosconcomitantesaque-
llosque hac~ refe renci;,~a c,irwnsv.ncias de modo, tiempo~· lugar, (ararteristicas del
objeto o de la ,,íctima, o instrumentos, que hemos mencionadoal fina Idel apartado pre-
ceden le (supa1, §6. nº m. 4 yss..).
94 CAPh ULO 111. TIPICIOAO. El DELITO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESUlfA.00
Es irnpo rta ntetenerp resenteq ue lad if ere nci adel do lod irecto con lasotras
formas de dolo no reside en el aspecto intelectual, sino en el volitivo. Por ello,
también hay dolo directo, aunque el autor no tenga certeza de si alcanzará
su meta, sino solo un conocimiento incierto {duda}. En palabras de Wclzel:
b Do.'odf'(O..,.<f'rtJl'!fllliti J)!!<t'!iitri',lJ
(<> <!oi<> <.IJte<.1<> <H: se-gvMo gtMoi
17 En el dolo de consecuenciasnecesarias la meta que persigue el autor con
su acción noes laproducción del resultado. Sin embargo, el autor sabe que, si
alcanza su meta, el resultado se producirá necesariamente. Con todo, aquí se
puede distinguir dos sub-<:asos;
,a Puede ser que el autor contemple la realización del tipo como vinculada
forzosamente con la ejecución de la acción querida.
Ejemplo: Paracon seg uir lél sumadel seguro, el autorhace l l<wélr auo bar-
co un barril ca,gado dcexptOS-ivosy con un 1cmporizador, declara falsél-
mente su conlenidO)' lo asegura por unaelévada canlidad, c:oosid~ran-
do qua c:o mo consccucocia di? la axplosi ón qua ocu rñráanalta mar la ui •
puk1ción m0ti(á.
19 Puede ocurrir también que el autor considere la realización del tipo vin-
culada con seguridad con una consecuencia principal, cuya producción pue-
de ser incierta.
lido para el autor, es decir, espreciso que el autor se represente, sobre la base
de experienciaválidapara él, y no solo por especulación o por excesivo temor,
quecausará el resultado. Un mero" pensarNen laposibilidaddel resultado, sin
cualidad de juidoviJlido, no bastaria para el dolo eventual.
30 Asu vez, enel grupo de las teorías de la voluntad son incluidaslassiguien 4
Ahor.:i b icn, pJra <o ndui ré'Sla pre-sen Lación ha~• quesel'la larque exisle ta in- 35
bién un ter<er grupo dcteorias, llamadas normativas.Para estas teo rias lacues·
tión dcloslfmit<!sdeldolo<!vcntualylaimprudcncia <onsd<!nte no sería un pro-
blcmadcl tipo subjetivo, sino de laconstrucción del tipo objetivo del delito do·
Soso. Explicado muy sucintamente, segtin estas concepciones, el tipo objetivo
del delito doloso no-,barca la c;u~-,ción de c:ualqoier riesgo, sino solo de "ries·
gos concretos" 61, o bien, "riesgos no permitidos'/ no cubiertos" r.-1 (por men·
c::ionar solo dos de esas formulaciones}. Las c-onducti'IS queso lo generan "ries•
gos remotos, abstr'3ctos", o bien, "'riesgos no permitidos pero cubiertos" que·
darian fuera del ilmbito de la norma del delitodolo\O ¡• solo al<;anzadas pot la
norma del delito imprudente,¡•, por ello, por mas que el <1utorserepresent<1ra
que con su acción podria desen,.adenarlos no podrá tener dolo, sino a lo sumo
imprudenciaconsc:iente.Deestemodoelproblemadeladetimit<1ciónentredo·
Jo eventual e imprudencia consciente se tra,slada a ladeterminación dequé ries-
90$ q1.J edan fuera delámbito de la norm;,i del delitodolosoyc-1.1.fll~se hallan al•
canzados pot ell a➔
te con que esté presente durante la ejecución dela acción, ~10 es, desde que
el autor comienza la ejecución y hasta que abandona de sus manos el desa 4
b Oobs anreceo'er1S
41 Tampocoundoloposteriorpuedecompletar unaacciónejecutivaprevia.En
especial, si en el momento en que el autor concibe eldoloya ha concluido una
parte del tipoobjetivo,esapartenoselepuedeimputara títulodoloso. Un ejem-
plo de esto últ imo lo proporcionan los casos de la llamada coautoríasucesiva:
G:. Sobre laindi'.'iduali1"'ción del objeto, como ocurrióen ambos ejemplos, cf., in-
fra, § 7, n" m. 45. En cuanto a los presupuestos de un desi.stimiento voluntario como
exco$a abs,olutoriaque exclu}'e la pena de la tentativa f,yque no concurren enel ejem•
plo 1}, asi como sobre la teoria de los concursos, nos ocuparemos más adelante, en el
lomo 2.
104 CAPhULO 111. TIPICIOAO. El DEUTO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESULTA.DO
..:;if
a - Eldol'ocomo conocimiento.ict1
serconocidosa tra\fés delos sentidos, sin perjuicio dequepara una rnayor con-
creción de sucontenidodebarecurr irsea una norma (porejemplo,cosa,agua,
árbol, tren, llave, vehiculo, niño, etcetera}. Los normativos, en cambio, son
aquelloscuyoconocimicnto exigeunactodecomprensión intelectual, pues el
significado que ese elemento posee deriva exclusivamente o, al menos, de un
modo más intenso, de normas socialeso incluso jurldicas(por ejemplo, obsce-
no, ajeno, documento, etc~tera).
51 En el caso de loselementosnormativosel dolorequiereelconocimientotan-
to del sustrato empliko como del significado socia/que ese elemento posee.
ta una subsunción exacta del elemento bajo la ley. Es suficiente una valora 4
7 El e,ror de tir.<>
b - Eu o, crn: I mofr,o
Al igual que el error sobre el objeto, y por las mismas razones, t ampoco ex· 62
eluye el dolo un error en la mot ivación que impulsó al autor a actuar.
Ejemplo: El ladróo del eje mploantcrior. que está siendo perscguido por
policias, se detiene al doblarunaesquinaysaca una pistola para matar al
prime, policía Que aparezca_Su disparo, sin embargo, no alcanza al po•
licfaB. que encabeza el grupo, sino a su colega e que doblaba la esquina
detrasdeBy cae muerto a consecuencia del disparo.
67 El juez penal que tuviera que ocuparse de este caso debe ria primero escla-
recer si el autordisparóapuntandoa Bycómoestabaconformada en concreto
su representación. Sielautorsoloabrió fuego contra el grupodeperseguido-
rescomo tal, o bienensudirección, para matar acualquieradelos policías que
loco rría n(dolo genérico). en toncessu represen tación coi ncidecon lo que ocu-
111
e - Eirorwbre el nell.oc..au~I
69 También en estos casos el curso causal se aparta respect o del que el autor
se representó inicialmente. lo que ocurre es que a pesar de ese desvío el au•
tor termin,1 lesionando el mismo objeto que habfa agredido. En esto reside la
diferencia con los casos de aberratfo ictus, donde la desviación del curso cau·
sal conducía a la lesión de un segundo objeto que no habia sido considerc1do
por el autor.
n Cf., por ejemplo, Jakobs, Derecho penal, pp. 356 )' s~. (AT2, 8,'63 yss.); fescheck/
Weigend, Derechop~al, pp. 280 yss.(A'P, 29, \~ 6, b); Str.,nenwerth, Derechopenaf, 8;'86,
pp. 279y~.(AT5, 8.186y~.); Frirter, Derecho penal, 11!<16, pp. 2<10ysi..(Ar3, 11/<ló}; Righi,
Detechopenal. p. 222.
114 CAPhULO 111. TIPICIOAO. El DEUTO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESULTA.DO
El llamadodol!ls ge!'JeraJis
80 La doctrina más moderna 72, en cambio, explica también estos casos como
un problema de la realización del riesgo, propio de la teorla de la imputación
objetiva.
1. Unavez más, hay que establecer si el resultado concreto puede ser to•
da vía visto como la realización del riesgo no permitido creado dolosa-
mente por el autor con el primer acto. En otras palabras, se trata de es·
tablecer si el autor creó dolosamente con elprimer acto un riesgo que
se realizó a pesar delsegundo acto (o, lo que es igual, que simplemen·
te fue modificado por el segundo acto, pero sin ser desplazc1do).
2. En cambio, el resultado no es imputable a titulo doloso cuando el ries·
gocreadoporelprimeractoquedadesplazadoporunnuevoriesgocre-
adoa través del segundo acto. Entalcaso, el riesgo creado dolosamen·
te no se realiza )'el riesgo realizc1do no fue creado dolosamente. Según
Jakobs 73, esto es lo que ocurre en los ejemplos mencionados. porque
el carácter letal del riesgo creado dolosamente no permite explicar el
curso causalque condujo a la muerte.
OA/Ol OA OA OA/Ol
y 9 o e
'' ·\.,,
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A A A
70), para la doctrina tradicional eS1:a fal ta de coincidencia, esta dewiación ex-
cluye el dolo solo cuando es esencial.
En el tipo subjetivo todos los delitos dolosos requieren dolo. Erto es evi·
dente porque, si no fuese asi, nos,e trataría de tipos dolosos. Pero ha}rdclitos
dolososqueademásdel dolorequieren otros elementossubjetivosadiciona-
les. Est~son los llamad~especiales elementos subjetiv~distintosdel dolo.
En el ejemplo, el tipo de homicidio agravado del art. 80, inc. 7° del CP. re- 4
quiere que el autor, además de haber matado dolosamente a la víctima, lo ha•
ya hechoadicionalmenteconalguna de lasfinalidadesmencionadasen la des·
cripción legal. Pero no hace falta que haya logrado su cometido, que haya lo·
grado, por ejemplo, consumar u ocultar ese otrodelitooasegurarsusresulta-
dos o procurarse la impunidad, más aun, ni siquiera hace falta que hay~ existi-
do ese segundo delito. En otraspalabras, ese "plus" a la muerte de lavíctima
que persigue el autor no forma parte del t ipo objetivo. Agrava exclusivamen·
te el especialelemento subjetivo, sincorrelato objetivo, queseagotaen esa fj.
nalidad adicional.
pecialmentegrave, como sucede en el art. 80, inc. 4ódel CP, sea porque es so 4
Art. 259. Setá reprimido con prisión dé un mes a dos ai'IO~ e inhabilila4
i6 Por razones desimplif üadón, doy por sentados a los $1.Jjetosactivo y pasivo yli-
milo Jos elementosobjélivo~al "esquelelo común" de los delitos defesullado.
124 CAPhULO 111. TIPICIOAO. El DEUTO DE COMISIÓN DOLOSO DE RESUlfA.00
1.Acdón
2. Rewlt,1'1dO
f
TO TO 3. Nexou1a al ,/ Creación. ~e rie.go
4. lm¡:rutaci6n ,/ ' noperm1ndo
j 1 '<•.
ob et "ª ' ,. Reolizaci6nderiesgo
Dolo
TS (Conccimientoactual) TS ~ 1.001<>
Dolo
(Conocimiento actual) EESDD
15 Para explicarlo más claramente, volvamos a tomar los ejemplos que nos
proporcionan los tipos de homicidio agravado del art. 80, incs. 41>y 71>del CP.
En el homicidio para preparar, facilitar u ocultar otro delito nohace falta que
el otrodelitosedeen la realidad, nisiquieraque haya tenidocomienzodeeje-
cución. La agravante se funda exclusivamenteen la representación subjetiva
del autor. Tampoco en la variante de motar para procurar la impunidod para
sioparaun tercero la tipicidaddepende que el autor hayalogrado finalmente
125
laimpunidad. Por ello, realiza el tipoagravadodel art.80, inc. 7/l del CP, el au-
torqueya ha sido descubierto, pero suponeerróneamentequetodavía no ha
sido identificado, y mata al único testigo para procurar su impunidad.
Lo mismo ocurre en el homicidio agravado por codicia, odio racial, rcligio• 16
so, etcét era, del art. 80, inc. 4ºdel CP. El autor q uemata por codicia u odio re-
ligioso, por ejemplo, realizael tipo agravado, aunque finalmente no obten-
ga el benefi<io económico que lo motivó a cometer el homicidio, o aunque
luego se comprobara que la víct ima a la que mató por odio religioso no pro·
fesaba la religión por él odiada. Agrava el motivo sin necesidad de correlato
objetivo alguno.
Lejos de lo que se podría suponer, los tipos penales que, ademásdel dolo, 17
requieren especiales elementos subjetivos son numerosos y están presentes
en prácticamente todas las · familias· de delnos. A continuación. siguen al-
gunos ejemplosde tipospenales- ademásde losya vistos-que contienen in•
tendones internas trascendentes:
omotfnoaprovedlandolasfacilidadcsprovenicntesdccualquierotrode·
~streoconmodón pública o de un infortuniopart.iculardel damnificado.
Art. 184. La pena ldel dafioJserá 1... J si mediare cualquiera de las cir-
cunstancias siguicntM: 1. Ej«utarcl hecho con el fin de impedir el libre
ejerddo de la autoridad oen venganza de susdetermina<iones.
IV. Oelitosmut1'ladosdevariosactos
y delitos de re sultado cortado
Una precisión mas antesde finalizar. Los t ipospenales con intenciones in- 19
ternas trascendentesreciben el nombre de "delitos mut ilados de varios ac-
tos" cuando la descripción ti pica requiere que el autor ejecute un primer ac-
to con la finalidaddeejecutar (ode que otr~ejecuten) luegounsegundoac·
to, que es, sin embargo, por así decirlo, " recortado" o "mutilado"' en su par-
te objetiva, pues este segundo act o no precisaserllevadoacabo; basta, como
hemos dicho, la f inalidad de ejecutarlo.
l. lntroduc<ión
En el art. 89 del CP las lesiones dolosas y en el art. 94 del CPlas lesiones im-
prudentes 1:
mencionados.,. es de-cir,dejo iuera Ias agra•,antes '/ atenuantes que regístrantanto los ho·
micidiosdolosoc imp(udente(ans.80; 81. in<. 1º,.);84, pátr. 2~, y84 bis, (P)<omo las le·
sionesdolosas(art. 81, inc. 1e-, b: 82:90y91, CPJ,
130 CAPffULO IV. flPICIOAO. EL DEUTO DE COMISIÓN IMPRUDENTE DE RESULTADO
za en forma incompleta 3•
6 3. Porreglageneral, el legislador prevé para losdelitosimprudentes pe-
nasmucho más leves que lasqueestablece para losdelitosdolosos. Esa
2 Ejt-mplos: arL 136. párr. 2~; 144 quioro; 177;)• 277, inc. 2º del CP.
3 Ejemplos: art. 204 bis: 223; 254: 2SS. pátraio segundo; 277ler: 28 1, párrafo~-
gundo;29lbis,
§ 9. f l OFI no IMflRUí)f NTf OF R.FSUITAOO 131
En es1a enumeración doy por sentado, para simplificar, que también son
elementos del tipo objetivo, el autor, el objeto de la acción, la víctima y cual·
4 Ejemplos:arts. 89; 136, párr. 2"; 203; 204 bís;254; 25S, pán. 7"; 262; 281, pflrr. 2"·
del CP.
132 CAPffULO IV. fl PICIOAO. El DEUTO DE COMISIÓN IMPRUDENTE DE RESULTADO
Art. 84. Sera reprimido con prisión de uno (1) acinco (5) años e inhabili·
tación especial, en su caso, por cinco (5} a diez (10) años el que por im•
prudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia
de losreglamentoso de los deberes a su cargo causare a otrola muerte.
Ahora bien, dijimos que el t ipo subjetivo del delito imprudente requiere la 20
comprobación de que el autor que actuó con error de t ipo habría podido evi-
tarese error, esdeci r, habría podidoconocer lo que desconocía:quesu conducta
realizaba los elementos del tipo objetivo. La clave, por ello, es establecer si el
médico A tuvo la posibilidad deconocer, de prever el resultado. En la sentencia
con la que resolvió el caso la Corteconsideró que el error de tipo había sido evi-
table, pues si el doctorA sehubiese cerciorado debidamentede la composición
quimica del analgésico, habría podido advertir, gracias a su formación profe-
sional, que ese medicamento podía ser peligroso para el paciente.
Concretamente, la Corte sostuvo que "la afirmación[ ...) referente a que 21
el procesado no pudo prever el resultado dañoso con sustento en que act uó
por error de hecho no imput.;ble previsto por el arl.34 inc. 1• del Código Pe-
nal 1= error de tipo inevitable), por el presunto desconocimiento de la com-
posición química del medicamento que prescribió, debe ser rechazada en la
medidaen que el solo hecho deconocer que estaba asistiendo a una persona
alé rgica a las drogas, tal como quedó verificado en el juicio de manera evi-
dente, le impon ia, habida cuenta su fo rmación técnica-profesional, extremar
como era lógico y prudente losriesgosque podría corre r el paciente por la se·
lección del materialterapéutico. Ello, aunado a la particular situación en que
se encontraba el imputado, esto es, ser el médicocirujano que habia interve-
nido quirúrgicamen1e a la vfctima y conocido desde los estudiosprevios que
esta era hipersensible a la «Pirazolona»y derivados, obvio resulta que aquel
tuvo la posibilidad cierta y concreta de advertir el peligro para la vida que re·
presentaba la prescripción de tal medicamento ... " 6.
En definitiva, la Corteconcluyó que el medico A había realizadoeltipodel 22
homicidio imprudente (art. 84, CP}, pues el resultado, con mayor precisión, la
realización del tipo, lehabía sido previsible.
TO
pre\•isibilidad ir-dividuaIen general,con rnatic~, ef. Su atenwerthlKu hlen, A,.S. 6'20 yss..
y 15/13 }' ss.; idem, JéScheck-fS, pp. 28S yss.: Kindh.'.luSéí, AT1, 33/9y 49 '/ ss.; SK•Samson,
a ne)!.oa l § 16, nUrrG. 13 y~ .; Otto,Ar5. IOlll\•S\ .; Burkhardt, Tafoof;.mdsmiilliges VerfiaJ.
! Cfl, pp. 114yss.; Ftcund. AT. 5122\•Ss.; LK•Schrocdc(, §
16, núms. 127\•Ss.; F.C. Sdvocdcr,
JZ1989, ps. 776 y ss.; von HeintscheJ..Heinegg, Strafrecht, pp 223yss.; Kremer-8ax, Oas
,oersonalc Vcrhafrensunrccht, pp. 91 yss.. 129yss.: Femilndez, Sobre el tiposub}etivoo'el
deli to imprudente, pp, 1ypassim.
§ 9. fl OFI no IMflR Uí)fNTf OF R.FSUI TAOO 139
bilidad (ultra posse nemoobligatur) 8• Así como para el dolo import an los co-
nocimientos del autor y no los de un hombre promedio, así también lodecisi•
vo para la imprudencia tiene que ser !oque podía conocer ese autor y no un
hombre promedio.
-----
NC ...... ,,,
' TO
TO
A
• Pr~•,lubHldad ohjetl\•a----
'
• lnfra«iór deber Ce cuidado ·
R
• Nexo d~ antijuriáicidad - - 1 --
{1}una acción, (2) un resultado, (3) una relación de causalidad entre ambos, y
{4}otra de imputación objetiva, Ladiferencia entre ambasdases detiposse da
por ello eneltipo subjetivo. Mientras queel tipo subjetivo del homiddiodolo-
so reclama el conocimiento actual de los elementos del tipo objetivo, el tipo
StJbjetivodel homiddioimprudentesesatisfacecon elconocimientopotencial
de esos elementos, con la previsibilidad individualdel resultado.
TO
TO
Dolo Imprudencia
TS (ConotimientoactuaO (Conocimiemo poten<ial) TS
tor, en especial, sus órganos sensoriales. Es evidente que una persona ciega o
sorda no le es posible conocer aquello que solo puede ser conocido a travCs
del sentido de la vista o del o Ido. Pero a la hora de evaluar la incidencia de los
sentidos en la posibilidad de adquirir conocimiento, hay que tener en cuenta
la existencia deme-dios técnicos que permitencompensar una carencia senso-
rial y hasta extender los alcances de la percepción a través de los sentidos, A
modo de ejemplo, pueden mencionarseelusode lentesy anteojos, audífonos,
microscopios, aparatos de rayosX, estetoscopios, etcétera.
Ejemplo": En dOi salas de un hospital ~•acen dos enfermos que son cui·
dados por diterentes enfermeras. El médico encargado de ambas salas
emite por descuido en ambos casos, a causa de una confusión de nom·
bres, una receta groseramente incorrecta y, por cierto, de modo tal que
el suministrode los medicamentoscond uci ra, respectivamente, a un con·
~iderable empeora miento d el estado de salud de los pacientes. Supon-
gamosque, en ambos casos,\llene en el instantejusto unmédi<:o oonfar 4
macéutico a migo a \'isitar al enfe rmo'/ mira por curiosidad qué medica -
mento lesera suministrado al respectivo enfermo. En vnoso el visitan•
te le pregunta a la enfet'mera por susconocimientos previos, su form~
ción, li:linformación q1.1e posee<iobre l<1 re-i:et.i:l}'<it.lSCOnocimiento~<;.()bre
láen-fermedad del padente, yllega alaconclusión de que coneUos la en-
fe rmera t iene suficiente mate rial para poder rec:onoc.er, sin más, que~
estado del paciente empeorará cota el $uminislro de esemedi(amento.
En cambio. en el caso efe laotra cnfo,meracl mi$m0 intetrogato,iooon•
'º
dU((>.) la (Olldusió 11 dé que ell.i 00 tieoe SU íiciell léS llOÓrn iéll l0$COrno
para íe,ono~r el peligro.
les, esdecir, los conocimientos adquiridos anteriormente pore Iauto rque per-
manecen disponiblesen su memoriayque podriautilizar paraevaluar lascon-
secuencias de su acción.
42 Estos conocimientos empíricos generales deben ser de indole tal que nos
permitan afirmar que si el autor se hubiesevalidodeellospara examinar la si-
tuación por él conocida (como 'consciencia parcial del hecho'), habría podi-
do reconocer la peligrosidad de su conducta, es decir, que podia conducir a la
producción del resultado t ípico. En el ejemplo de las enfermeras, el interroga-
torio de los respectivos visitantes arrojaba que solo la primera contaba con la
formación y losconocimientos necesariosque la capacitaban para reconocer
que el estado del pacienteempeoraria con el medicamento. Y, enel caso de la
inyección dePirazolona, el tribunal consicferóquesi el médicosehubiese ce<-
ciorado debidamente de la composición química del analgésico que prescri-
bió, habría podido advertir, gracias a su formación profesionaL que el medi-
camento podía ser peligroso para el paciente.
43 Veamos también este otroejemplode la doctrina más antigua quecontri-
buiráaclarificar aun más la incidencia defosconocimientosempíricos previos
en la determinación de lo que el autor habría podido conocer con ellos:
Ul .ibuelél que viéné del campo con su peqvei'io niélO a lag r.111 ciudad,
}(Que no sabe que las puertas del tren ahora se cierran automáticamen-
t<! antesde la partida, f'lO estJ <!O condiciones de representarse que las
puertas pueden cerra,sede golpe atrapando el brazo de su nieto al que
llevad e la mano. En cambio, si alguna \'CZ conoció astas puertas "mági•
cas", podrá arribaren situaciones similares, incluso en otros medios de
transporte, a la consciencia del hecho 10•
5 Por Ultimo, hay dos factores mas que hay que tener en cuenta para 47
concluir si el autor habria podido procur;use el conocimiento que le faltó: por
144 CAPfrULO IV. flPICIOAO. EL DEUTO DE COMISIÓN IMPRUDENTE DE RESULTADO
un lado, el tiempo del que dispuso para evaluar la situación y, por el otro, el
es1ado general en el que se hallaba el autor.
48 En cuantoal1iempo, hay que señalar que en la mayor parte de las acciones
de la vida cotidiana el autordispondrá por lo generaldc tiempo suficiente pa·
,a pens.aro info,marse antes de actuar. Pero también esposible que lascarac-
terísticas especiales del caso no admitan una prolongada reflexión y, mucho
menos, la búsqueda de información. Es loque. porejemplo,sucederá a menu-
do en situaciones de legitima defensa ode estado de necesidad, pero también
en situaciones detránsitovehicularque no sea posible hacer cesary, asimismo,
en delitos de omisión cuando sea imperiosode<idirun curso de acción sin ma-
}'º' dilación. Es decir, en situaciones en las que se impone la necesidad de ac-
tuar o la imposibilidad de dejar de hacerlo.
49 En cuanto al estado general, entran aquí en consideración losemdosde
cansancio, nerviosismo otemor,entanto hubieranafectadolas f acultadesin 4
telectuales del autor. Así, habría que concluir que el estadogeneral hacondi-
cionadolasposibilidadesdeconocer del autor, si pudieraafirmarse, por ejern 4
Ejemplos:
lmprudenci<1consciente: 1epresenwdón dela po~bilid<1d abstracta
depr<>dl•CCiónde-1féStll U'Jd◊,
Dolo e-.,entui!I! repreu>ntadM dela pos.ibllldad<otr.<eta •.
lmprudendaconsder,te: representación dela pos.ibilidad... o
1eprewntación ~ria dela posibil>dad... + con (i;,,rer,
Dolo t'.~111.utl: íé ¡)(éstli ta(i(l(l S<ir1a del<! ¡)OSil>il.cJ3(1. .. ,.
confot marsecon
Imprudencia consciente: merarep;esentacióndela posibiltdilc ...
D<>lo t •.'(lf'I lull l; n:p,c~nUt(ión S<!r ib(=juic;ov6lido)cc 1~ pc>sibilid&d
r.onueu ...
lmprudenda consciente: represenwción dela pos.ibilidad...
Dolo~·-~ntu,11: 1epre~entación dela pos.ibilidad... + o,o robaCl'ón
•'rl !et,~. t.':.C. é<:f11:sv•'tM<.>
60 El caso llegó a la Corte a ralz del recuoo del anestesiólogo que había sido
condenado por homicidio imprudente, en primera y segunda instancia, con
pode salud. esp.,art. 17, inc. a, b)}• j, yart. 18, inch. de e~reglamento.
al izó el tipo penal de homicidio imprudente (art. 84, CP). Así, al igual que lo
hicimos al resolver el caso 1(pues recuérdese que el tipo objetivo es idénlico
en el homicidio doloso e imprudente), luego de constatar la relación decau 4
pio de confiar1za.
71 En el caso judicial del que está tomado el ejemplo, la condena del aneste-
siólogopor homicidio imprudente, que la Corteluego anuló, sebasóen quelo
queocurrióhabíasido previsible y podría haber sido evitado. En efecto, lacon-
dena dictada en primera instancia, que luego lacámaraconfirmó,descansa en
la idea de que la posibilidad de un error en el armadode la mesa de anestesia
era una circunstancia previsible, al igual que las consecuencias mortales que
ello podfia acarrear, y que por eso era deber del anestesiólogo procurarseco-
noci mi entosob reese extremo, revisando quetodo estuviera bien, antesde ac-
tuar. La réplica a ese razonamiento se apoya en el principio de confianza: el
anestesiólogo tenía derecho aconfiar en que el personal de electro-medicina
había actuado correctamente, es decir, en que la mesa de anestesiahabía sido
armada correctamente. Este principio, como vimos, solo cedería si se diera al-
guna de las excepciones mencionadas, lo cual, como ya dijimos (supra,§ 5, ne,
m. 35 y ss.), no se acreditó que hubiese ocurrido en el caso: los técnicos eran
adultos responsables, no hubo ningún indicio conc,eto de que hubieran co-
metido un error y, según los informes de los especialistas que la Corte tuvo en
cuenta, no formaba parte de los deberes de un anestesiólogo controlar la ta-
rea que realiza el personal técnico 16.
72 Hasta aqui, t odo lorelativoal ejemplodel anestesiólogoconel que hemos
intentadograf icarelambito de aplicacióndel principio de confianza en rela 4
ción con el delito imprudente y su deslinde con el delito doloso. Para termi-
nar de perfilar este punto será útil recordar el ejemplo del funcionario que
manda auno de sus empleados a reponerlosútiles f altantesde oficina, con el
que introdujimos esta cuestión al presentar por primera vez el principio de
conf ianza (supra,§ 5, nº m. 33 yss.).
En esa ocasión dijimos que el funcionario tiene derechoaconfiar eo que el 73
empleado está comprando solo los objetos que realmente hacen taita. que
los dos presupuestos que exige el procedimiento y que le están siendo pre·
sentadosson auténticos y que los precios se ajustan a los valores de mercado.
Al funcionario le esta permitido confiar, es decir, notieneel deberdecontro·
lar queello sea asi. Pero también explicamos que ese permiso decae si concu-
rren indiciosconcretosque ponen demanifiestoque el empleado se ha com-
portado o se comportará incorrectamente, por ejemplo, si los presupuestos
presentados por el empleado fuesen falsificaciones burdas, los precios con•
signados fueran excesivamente altoso fuese ostensible que no se precisaba
el material presupuestado.
Ytambién distinguimossegún que el funcionariosimplemente hubiese co· 74
nocido esos indicios o que directamente hubiese tomado conocimiento del
comportamiento incorrecto del empleado. Dijimos asi que si el funcionario,
aunque sea por casualidad, toma conocimiento de que los presupuestos pro-
vienendeempresas "fant•smas".es decir, queh•n sido fraguados, o deque la
mercadería está sobre facturadaode que hay enel depósito en existencia más
que suficiente, entonces.cesa su derecho a confiar y debe intervenir para evi-
tar el resultadodelictivo. Si no lohace, respondepenalmente, a ütulo dedo/o,
por el delitode que se trate. A su vez, si el funcionario no advirtióesascircuns-
tancias, pero en razón de los indicios existentesestas le eran reconocibles, es
decir, habrii> podido advertirla$, y a pesar de ello no interviene para evitar el
suceso, entonces responde penalmente, por imprudencia. Por el contrario, si
esos indicios concretos que ponían de man ifiest oe Icomportamiento i ncorrec-
to de la otra persona (en este caso, la actividad delictiva del empleado} no fue·
ron advertidos por el funcionario ni t ampoco le eran reconocibles, entonces
queda cerrada la posibilidad de responsabilizarlo por el corrcspondientede-
litocontra l,1administración pública.
CAPÍTULO\/
l. lntroducd6t1
Al presentar la clasificación de lostipospenalesexplicamos que, en los de·
litosde comisión, según que el comportamientoconsista en lamera ejecución
deuna acción o rcquiera también laproducción de un resultado, se distingue
entre delitos de pura actividad y delitos de resultado.
En los capftulos III y IV nos ocupamos delos delitos de resultado consuma- 2
do, dolosos e imprudentes. respectivamente. Ahora toca completar el pano-
rama de los delitos de comisión dedicándonos a los delitos de pura actividad
consumados, tambié-n dolosos e imprudentes.
Esimportante primerorecordarel criterioparadirtinguir losdelitosde una 3
yotra clase. En los delitos de resultadoeltipo requiere quefaacción haya ca u•
sado una modif icaciónen el mundoexteriorseparabley, por tanto, adicional
a la que implica ya la propia ejecución de la acción; con mayor precisión aun,
una modifi<;;;6ón que subsista vutónomamente luego de finalizada la ejecu-
ción de la acción (supra, §4, n• m. 18). Los delitos de puraactividad, en cam-
bio, no producen ninguna modificación en el rnu nd o exterior que subsista u na
vez concluida la ejecución de la acción. A modo de ejemplo, en el homicidio
(art. 79, CP), la muerte de la víctima es una modificación que perdura autóno·
mamente aun cuando el autor haya concluido hace mucho tiempo la acción
(disp,1r.1r el arma, por caso). Pero, en cc1mbio, en et abuso sexual simple (art.
119, inc. 1°), que consiste en un tocamiento decontenido sexual noconsenti-
do por la victima, no hay ninguna modificación que vaya más allá de la mera
ejecución de la acción y perdure autónoma mente una vez concluido el toca•
miento.
156 flPICIDA.0. El DEUTO DE COMISIÓN DE PURA ACTIVIDAD
4 Adiferencia de lo que ocurre con los de resultado, los delitos de pura acti-
vidad no son numerosos. En el caso de los tipos dolosos podriamosmencionar
como ejemplos en elCódigo Penal los delitos de abusosexual(art. 119, CF?, es-
tupro (art. 120, CP), violación de domicilio (art. 150, CP), allanamiento ilegal
(art. 151, CPJy falso testimonio (art.275, CP). Veamos sus descripciones legales
en lo esencial:
Art. 119, inc. 1". Serit reprimido con [...)el que abusare sexualmente de
una l)E'rsona cuando é-sta (...) por cualquier causa no haya podido con 4
conducta contraria a lanorma (es decir, el tipo}, enlistar los elementos que la
componen, y luegoverificar si esos elementos están presentes también en la
conducta del caso real.
Al enlistar los clcmcntosextemosdc la conducta, es decir, cltipoobjetivo, 6
nos encontraremos con los mismos elementos que >'ª estudiamos con la sal•
vedad del resultadoy larelación de causalidad, pues hay que recordar que la
conducta no consiste aquí en laproducción deun resultado, sino en la ejecu·
ciónde una pura actividad.
¿Y qué sucede con la imputación objetiva? Oadoqueel r iesgo se mide con 7
relación al objeto de prot ección de la norma, también en los t iposde pura ac·
tividad se debe veíificar si la acción supuso la creación de un riesgo no permi•
tido, esdecir, también se debe comprobar la imputación objetiva, aunque so-
lo limitada al • primer paso". En el delito de falso testimonio, por ejemplo, el
riesgo de incurrir, por mejor voluntad de evitarlo que se ponga, en una false-
dad uomisión enel relato. por el tiempo transcurrido, esunriesgo permitido,
de modo que la conducta esatípica, aunque el testigo se haya representado
esa posibilidad {art. 275, CPJ. O bien, si en el delito de abuso sexual simple no
hubiese un riesgopermitido, nadiesearriesgaría adar el primer besopor mie-
do a incurrir en un contacto decontenidosexual no consentido porla otra per·
sona(art. 119, inc. 1°, CP).
Por lo demás, también en losdelitosde pura actividad podemos encontrar s
tipos de autor indistinto, que puedenser realizados por cualquier persona, co-
mo sucede, por ejemplo, con el delito de violación de domicilio (art. 150, CP) y
el delito de abuso sexual simple y en algunas de susvariantesagravadas {art.
119, incs.1", 'Z'y311) , ytiposespecialessolo comisiblespor ciertas personas, por
ejemplo, entre otros, un funcionario público, en el allanamiento ilegal {art.
151, CP), o un ascendiente, tutor o encargado de laeducación, en 01ra de las
variantesdeabusosexualagravado(art. 11 9, inc.4°, b). Del mismo modo, tam-
bién hallaremostipos penales en los que la vict ima coincide con el objeto de la
acción, por ejemplo, la "persona", en el abuso sexual y el estupro (arts. 119 y
120, CF'), yotros en losqueambos elementossonclaramentedistinguibles, por
ejemplo, en la violación de domicilio{art. 150, CF'J, donde el objeto es la mora·
da ala que seingresayvictimaesel titulardel derecho(supra, §4, nº m. 17y§
6, nºm. 3).
En cuanto al tipo subjetivo, vc1len lasmismas consideraciones ya efect ua- 9
das respecto de losconcep1osde dolo, elemento subjetivo distinto del dolo e
imprudencia.
158 flPICIDA.O. El DEUTO DE COMISIÓN DE PURA ACTIVIDAD
En el tipo objetivo
1. El sujeto activo (autor}.
2. La acción típica.
3. El objeto de la acción (también llamadoobjetodel hecho o del delito).
4. La imputación objetiva, limitada alacreación del riesgo no permitido.
S. El sujetopasivo(víctima).
6. Otrasreferencias a circunstancias de modo, tiempo y lugar específicas
en las que debe ser llevada a cabo la acción.
En el tipo subjetivo
1. El dolo.
2. En algunos casos, un eipecial elementosubjetivo distinto del dolo: mo-
tivaciones (por ejemplo, odio racial, codicia, etcétera} o intenciones in-
ternas trascendentes (con el propós;to, con la finalidad, para, etcétera).
yoría, por no decirla casi totalidad, de los delitos imprudentes son delitos de
resultado.
12 Comoejemplos de delitos de pura actividad imprudentes mencionamos el
tipo penal de matrimonio ilegal {art. 136, párr. 2°, CP):
monio,lapenas.era .. .
En el tipo objetivo
1. El sujeto activo (autor).
2. la acción t ipica.
3. El objetodelaacdón .
4. la imputación objet iva, limitada a la creacióndel riesgo no permitido.
5. El sujeto pasivo (víctima).
6. Otras referencias a circunstanciasde modo, tiempo y lugar específicas
en lasquedebeserllevadaac.abo la acción.
En el t iposubíetivo
1. la imprudencia, es decir, la previsibilidad individual de la realización
del tipo.
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