Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
NUÑEZ
MANUAL
DE DERECHO PENAL
Parte Especial
Cuarta Edición
actualizada por el
Dr. VÍCTOR FÉLIX REINALDI
- 2009 -
LERNER
Editora S.R.L
Ninguna persona o entidad, sin autorización escrita de autor y
editor, está facultada para reproducir el todo o parte de esta obra, adap-
tarla, traducirla o disponer su traducción o publicarla, en cualquier
forma mecánica, electrónica y fotográficamente o su grabación por
cualquier medio de recopilación informática, por cuanto el derecho de
propiedad establece que el autor es el único que puede disponer de
ella. La infracción a estas disposiciones está penada por lo estableci-
do en el art. 172 y concordantes del Código Penal (art. 2 , 9 , 1 0 , 7 1 y 72
de la Ley N° 11.723.
ISBN: 9 7 8 - 9 8 7 - 1 1 5 3 - 95 - 4
LERNER
Editora S.R.l,
©LERNER EDITORA S R L
lernereditorasrl@arnet.com.ar
lernereditorasrl@fibertel.com.ar
lernereditorasrl@hotmaii.com.
Duarte Quiros 545 Loe. 2 y 3 - Tel. y Fax: 0351 - 4229333
Córdoba - Argentina
DELITOS CONTRA LAS PERSONAS 69
X V I . HOMICIDIO CULPOSO
96 Sobre esas formas de la culpa, ver N U Ñ E Z , Manual. Parte General, l ' . ed., p. 226.
97 Eso implican en el fondo las distintas formas de culpa mencionadas por el precepto legal:
para probar su arma mata al primero que pasa; o el que juega en una apuesta la vida de
un tercero cualquiera; o el que pudiendo experimentar en un animal, mata a una persona
para hacerlo, que, en resguardo de la incolumidad física de los terceros, estaba obligado
a observar con arreglo a las circunstancias.
* T S J Cba, Sala Penal, sent. N ° 5 3 , 1 9 / 6 / 2 0 0 3 , "Piñol", jurisprudencia Penal del Tribunal Supe-
rior de Justicia de Córdoba, H A I R A B E D I Á N y GORGAS, M.E.L. Editor, Córdoba, 2 0 0 7 , p. 1 2 8 y s.
9
DELITOS CONTRA LAS PERSONAS
X V I I . HOMICIDIO PRETERINTENCIONAL
"" Era la postura del Código Italiano de 1889 y del Uruguayo del mismo ciño, ambos precedentes
del art. 81 inc. 1°, letra b, del CP. También es la tesis del Proyecto Peco, art 126 y del de 1960,
art. 126, aunque ambos las denominan lesiones calificadas por el resultado.
1 0 2 C A R R A R A Programa, § 1909.
11
DELITOS C O N T R A LAS PERSONAS
C A P Í T U L O II
LESIONES1
El CP. protege en este Capítulo el derecho de cada individuo a la
incolumidad de su cuerpo y salud. Las lesiones pueden ser leves o simples
(art. 89), graves (art. 90) y gravísimas (art. 91). Todas pueden cometerse con
circunstancias calificantes (art. 92) o atenuantes (art. 93)2.
I. LESIONES LEVES
1 NUÑEZ, I I I , p. 1 8 5 .
2 Esta división de las lesiones, que estaba en el Código Toscano, art. 326, subsiste en códigos
muy posteriores como el brasileño de 1969, art 131. También, v.gr., en el Uruguayo de
1933, arts. 316, 317 y 318. En el Código Español de 1995, para que el hecho de lesiones
pueda calificarse de delito se exige que, para sanar la lesión, además de una primera asis-
tencia facultativa, se requiera tratamiento médico o quirúrgico (artl47,1). Será sólo la falta
tipificada en el art 617,1, si la lesión no precisare tratamiento médico o quirúrgico o sólo
exigiere la primera asistencia facultativa. M U Ñ O Z CONDE, ob. cit. p. 107. Frente a esas tres
especies de lesiones, que son las causadas dolosamente, están las producidas por culpa
(art 94).
1 La ley 13.569, siguiendo al Proyecto Coll-Gómez, eximió de sanción a la lesión causada sin
arma, que curara espontáneamente y no incapacitara para el trabajo por más de tres días.
El P.E. vetó la ley en este punto, por cuanto esas lesiones "importan la negación del
respeto a la ajena integridad física".
4 En contra, SOLER, SEBASTIÁN, Tratado, III (1970), p. 111.
78 RICARDO C . N U Ñ E Z
' NIÑO, CARIOS S . , Ética y Derechos Humanos, Ed. Astrea, 2' ed., Buenos Aires, 1 9 8 9 , p. 2 0 5 .
7 Lo cual presupone el derecho del paciente a recibir adecuada información previa sobre ries-
ción pero constituye, en ciertos casos, una condición que posibilita el ejercicio de una
causa de justificación. N U Ñ E Z , I , p. 4 1 9 . C A B A L L E R O , JOSÉ SEVERO, El consentimiento del ofendi-
do. Cuadernos de los Institutos N° 93, Imprenta de la UNC, Córdoba, 1967, pp. 11 a 113.
DELITOS CONTRA LAS PERSONAS 79
dad, el cual no concurre siempre que la vida corra peligro, máxime cuan-
do se trata de intervenciones quirúrgicas complejas o peligrosas, que pro-
voquen dolores intensos y molestias graves o de resultado incierto11.
La lesión puede causarse usándose un medio, violento o no, que obra
materialmente en la persona de la víctima (medio material); o usándose un
medio que obra moralmente en ella (medio moral), como son las amenazas,
los mensajes falsos, los sustos o cualquier otro medio destinado a perturbar
mentalmente12.
El comportamiento lesivo puede ser una acción o una omisión (comi-
sión por omisión). V.gr., no alimentar a la víctima estando legalmente obli-
gado a hacerlo.
La lesión simple requiere dolo, directo, indirecto o eventual.
I I . LESIONES GRAVES
22 NUÑEZ, Análisis..., p. 2 2 .
23 Véase N U Ñ E Z , Tratado, III, p . 2 3 1 y Cámara en lo Criminal y Correccional de la Capital, en
pleno, 26-V1I-1944, La Ley, t 35, p. 616, con nota de aquél sobre la cuestión.
24 Las leyes 17.567 y 21.338, siguiendo al Proyecto de 1960 (art. 125) resolvieron la cuestión
disponiendo que el mínimo y el máximo de las penas establecidas para las lesiones co-
metidas en estado emocional se aumentará en la mitad cuando concurriera el agravante
por vinculo personal entre el autor y la victima.
84 RICARDO C . NUÑEZ
V I . LESIONES CULPOSAS
V I L LESIONES AL FETO
35 NUÑEZ, Manual, Parte Especial, 1* ed., p. 7 1 ; SOLER, ob. cit., 2' ed. actualizada, Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 1983, i IV, p. 263.
26 LUCERO OFFREDI, G U I L L E R M OA., Lesiones, Estudio de las figuras delictivas, dirigido por
DANIEL P. CARRERA, Advocatus, Córdoba, 1994,1.1, pp. 105 a 110.
27 Esa fue la tesis mantenida por la doctrina mayoritaria española y la doctrina y juris-
prudencia dominante en Alemania. El Tribunal Supremo Federal de ese país, en
TÍTULO III
DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL
1 El Código Penal español, hasta la reforma de 1989, denominaba también "Delitos contra la
honestidad" al Título IX que regulaba los delitos sexuales. Esa reforma cambió esa rú-
brica por la de "Delitos contra la libertad sexual", la que mantuvo el Código de 1995 para
el Titulo Vni. La Ley Orgánica española N° 11/1999 del 30 de abril de ese año (BOE.
núm. 104, p. 16099) sustituyó aquel epígrafe por el de "Delitos contra la libertad e in-
demnidad sexuales", extendiendo la protección a quienes por ser menores e incapaces,
no tienen la madurez que les permita hacer una razonable elección de su vida, según se
lee en la Exposición de Motivos de esa ley, tiene en cuenta, fuera de la libertad sexual,
"los derechos inherentes a la dignidad de la persona humana, el derecho al libre desa-
rrollo de la personalidad y la indemnidad o integridad sexual de los menores e incapa-
ces cuya voluntad carente de la necesaria formación para poder ser considerada verda-
deramente como libre, no puede ser siempre determinante de la licitud de unas conduc-
tas que, sin embargo, podrían ser lícitas entre adultos".
134 RICARDO C. NUÑEZ
2 Exposición de Motivos n" 58. Los redactores del Proyecto de 1891 invocaron como razo-
nes para suprimir el delito de adulterio entre otras, que los hábitos y costumbres del
país se oponían a su persecución y que la sanción de la pena no puede remediar la
ruptura del vínculo moral (la fidelidad) que constituye el objeto esencial de la prome-
sa matrimonial.
J N U Ñ E Z , R I C A R D O C „ Tratado, I V , p. 2 2 1 - 2 2 2 .
DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL 135
ABUSOS SEXUALES
I. FIGURA BÁSICA. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO
4 REINALDI, V Í C T O R F., LOS delitos sexuales en el Código Penal Argentino, 2* ed. actualizada,
Marcos Lemer Editora Córdoba, 2005, p. 3ty37.
5 N U Ñ E Z , R I C A R D O C , Tratado cit, Parte Especial, III, pp. 1 5 y 1 6 .
136 RICARDO C . N U Ñ E Z
' NUÑEZ, RICARDO C., Manual, Parle Especial, IA e<±, Lerner E d i t o r a C ó r d o b a , 1976, p. 142.
DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL 137
I V . EL ACOSO SEXUAL
VI, sent. del 15/3/2001, "Dentone c /Seguridad y Custodia SRL", DT-2000-B, 2334, en-
tre otros fallos citados por POSE, CARLOS, en La tipificación del acoso sexual bajo el
régimen de la ley provincial 1Z764, publicado en Derecho del Trabajo, La Ley, año
LXII, n° VI, junio 2002, p. 1164.
13 Autor y ob. cit., p. 197.
140 RICARDO C. NUÑEZ
V. AGRAVAMIENTOS
El § 2° de} art. 119 prescribe: "la pena será de cuatro a diez años de
reclusión o prisión cuando el abuso por su duración o circunstancias de
su rfealizacjóif, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente
ultrajante para la víctima". "Someter" a una persona es dominarla, hu-
millarla. ultrajarla, tratarla con desprecio. Es menoscabar al otro con la
conducta de que lo hace objeto.
El sometimiento sexual será gravemente ultrajante:
2) Por su duración.
Ello ocurre cuando ese tipo de abuso se prolonga más tiempo que el
que debía, razonablemente, demandar la realización del tipo básico, como
es el hecho de encerrar a la víctima "y constituirla prácticamente en pri-
sión durante tres horas" 14 .
Es verdad que ya el atentado a la integridad sexual encuadrable en
la figura básica es, de por sí, ultrajante para la víctima. Pero estas otras
conductas tienen un "plus" de ultraje.
Algunos casos que, conforme a la legalidad anterior, configuraban el
delito de rapto cuando hubiera sido cometido "con miras deshonestas" y
se concursaban materialmente con los otros delitos contra la "honestidad"
que importaban la concreción de esas miras cuando la acción que lo confi-
guraban había sido una sustracción de la mujer o su retención que hubie-
ran excedido el tiempo que estos últimos demandaban para su comisión,
no así cuando ese tiempo hubiera sido el razonablemente necesario para
consumarlos. Bajo la vigencia de la ley 25.087, aún cuando la retención
exceda ese límite temporal, resulta absorbida por la figura más grave con-
14 Ejemplo obtenido del fallo del TSJ de Córdoba, Sala Penal, n" 23,19/6/70. BJC, t. XXIV,
p. 478.
DELITOS C O N T R A LA INTEGRIDAD SEXUAL 141
1997, declaró que "el concepto de acceso c a m a l del art. 119 comprende toda penetra-
ción del órgano masculino en orificio corporal de la víctima, de m o d o de posibilitar la
cópula o una equivalente de la misma, por eso la fellatio in ore configura el delito de
violación. ED, 11/2/1999. En ese mismo sentido se pronunció, por unanimidad, la Cá-
mara Nacional de Casación Penal, Sala III, en sentencia del 19/11/1998, ED, 31/1 gñ998.
La Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, en el fallo dictado en la
causa "Lazo" (sentencia n° 88, 11/10,2002, Foro de Córdoba, Año XIII - N° Z79-2002,
pp. 146 a 152), adhirió a esa misma conclusión y volvió a hacerlo en la sentencia N° 21
dictada el 14/2/2005 in re "Baigonia".
23 CAFFERATA Ñ O R E S , J O S É I . , El avenimiento en los delitos contra la integridad sexual, en
Temas de Derecho Procesal Penal (Contemporáneos). Ed. Mediterránea, Córdoba, 2001,
p. 19, nota 9.
144 RICARDO C . NUÑEZ
1) Muerte de la víctima
La muerte -enseña NUÑEZ25- debe resultar del abuso sexual cometido
o de la violencia empleada para consumarlo pero no de la desplegada antes
del hecho para prepararlo o después de cometido. Entre este abuso y aquel
resultado tiene que existir una relación objetiva de causalidad y otra subje-
tiva. Para SOLER debe tratarse de un resultado preterintencional, que no haya
formado parte de los designios del autor, porque si así fuera, el homicidio
concurriría materialmente con el abuso sexual26.
Para NUÑEZ comete también este tipo calificado el que obra con dolo
eventual. No encuadra en él, sin embargo, sino en el del art 119 párrafo 3o
y en el del homicidio (CP., art. 79), en concurso real, la conducta de quien
ultraja la integridad sexual de otro y luego lo mata.
2) Grave daño
Según el art. 119, párrafo 4o, inc. a) el abuso sexual se agrava cuando
del acceso carnal en sí mismo o de la violencia ejercida para cometerla,
resulta, sin interferencia de otra fuente causal independiente y preponde-
rante, un grave daño en la salud física o mental de la víctima, el cual, como
advirtió NUÑEZ27, debe producirse en el funcionamiento del organismo de
la víctima28, y no simplemente en su estructura corporal29, salvo que tenga
influencia fisiológica30.
No sólo las lesiones graves y gravísimas que afectan la salud de la
víctima constituyen ese grave daño, sino, también cualquier otro perjui-
cio de cierta entidad no comprendido en aquéllas, como las lesiones que
imposibiliten para el trabajo sin exceder el mes o el contagio de una en-
fermedad de transmisión sexual que el autor ignoraba padecer31 o una
conmoción cerebral32.
Las lesiones leves resultantes del acceso o de las violencias quedan
absorbidas por el acceso. Las lesiones graves y gravísimas pueden estar
comprendas en la intención del autor pues, de otra manera, la intención
más grave conduciría a la pena menor de aquéllas.
35 N U Ñ E Z , RICARDO C , Tratado, I V , 2 6 9 )
26 SOLER, SEBASTIÁN, Derecho Penal Argentino, cit, t III, XL, p. 350.
2 2 N U Ñ E Z , RICARDO C , Tratado cit, t TV, p. 268.
33 S O L E R , SEBASTIÁN, o b . c i t . , I I I , § 9 7 , X , p . 3 4 9 .
31 NUÑEZ, RICARDO C , Tratado, t IV, p. 270.
35 La libreta de familia no es idónea para probar el vínculo de ascendencia o descendencia.
TSJ de Córdoba, Sala Penal, sent. del 2 6 / 1 0 / 1 9 7 0 . "R. A.N.", Derecho y Procedimientos
Penales, Comercio y Justicia, 3 0 / 3 5 / 1 9 7 1 , p. 2.
36 Más detalles en N U Ñ E Z , Tratado, L IV, p. 2 7 4 .
DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL 147
37 CREUS, siguiendo a SOLER y a FONTÁN BALESTRA, en Derecho Penal, Parte Especial, ciL, 1.1,
§ 408, p. 181.
53 La opinión no es unánime (NUÑEZ, RICARDO C., Tratado, L IV, p. 248).
W NUÑEZ, RICARDO C, ob. c i t , p. 277.
40 Según la doctrina y jurisprudencia mayoritaria, "arma es para la ley todo objeto capaz de
aumentar el poder ofensivo del hombre, tanto del construido específicamente para el ata-
que o defensa de las personas, al que se denomina arma propia, como el transformado en
armas por el empleo que de él se ha hecho y que recibe el nombre de impropia".
148 RICARDO C . N U Ñ E Z
43 A los efectos de esa ley "se entiende por tales: sífilis, secreciones masculinas y femeni-
nas genitales gonocóccidas y no gonocóccidas, herpes genital, papilomatosis venéreo,
molusco contagioso, chancro blando, linfogranuioma venéreo, hepatitis B, síndrome
de inmuno deficiencia adquirida (SIDA) y toda otra existente o que apareciere y cuya
transmisión se realice a través de la vía sexual". R E I N A L D I , V Í C T O R F . , LOS delitos sexua-
les, Lerner Editora, 1 9 9 5 , p. 1 3 7 - 1 3 8 .
44 N U Ñ E Z , RICARDO C . , Tratado, t IV, p. 309.
150 RICARDO C . N U Ñ E Z
1) El tipo básico
La ley 25.087 sustituyó el texto del art. 120 que definía el delito de
estupro por el siguiente "Será reprimido con prisión o reclusión de tres a
seis años el que realizare alguna de las acciones previstas en el segundo o
en el tercer párrafo del art. 119 con una persona menor de dieciséis años,
aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad
del autor, su relación de preeminencia respecto de la víctima, u otra cir-
cunstancia equivalente siempre que no resultare un delito más severamente
penado". En el § 2° se prevén los agravantes.
Es el abuso sexual cometido en perjuicio de un menor de edad, mayor
de trece años y menor de dieciséis, de uno u otro sexo, aprovechándose de su
inmadurez sexual para obtener su consentimiento, en razón de darse las
circunstancias a las que se refiere expresamente la disposición legal, por lo
que la tipicidad no se elimina. El abuso tiene que consistir en un someti-
miento gravemente ultrajante para la víctima, por su duración o por las ca-
racterísticas de su realización o por haber acceso camal por cualquier vía.
La nueva fórmula tiene muy poco en común con el delito de estupro
antes previsto en el art. 120 CP. Se asemejan ambas fórmulas en cuanto a
DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL 151
3) Agravantes
Se agrava el delito por las circunstancias previstas en los incs. a), b),
e), o f) del art. 119 §§ 2o y 3°, excepto las contempladas en el inc. d, porque
la pluralidad de agentes o el empleo de armas es incompatible con un
hecho cometido con el consentimiento de la víctima, aunque obtenido
aprovechándose de su inmadurez relativa. La pena, en todos aquellos
supuestos, será la de seis a diez años de reclusión o prisión (CP. 120, pá-
rrafo 2 o ), salvo cuando resultare la muerte de la persona ofendida, por-
que en tal caso será la de reclusión o prisión perpetua (CP. 124, ley 25.893).
En el Anteproyecto de Reforma del Código Penal (2006) se suprime
el abuso sexual del art. 120, tipo básico y calificado, lo que estimo des-
acertado por más que admita que debe perfeccionarse la fórmula. Ade-
más, porque importa un claro incumplimiento al compromiso contraído
por nuestro país de proteger al niño al aprobar la Convención de los De-
rechos de éste por ley 23.849, elevada a rango constitucional en 1994.
4) Acción penal
52 S T S , s e n t e n c i a del 1 0 / 3 / 1 9 9 2 .
154 RICARDO C . N U Ñ E Z
X V I . VIOLACIÓN DE SECRETOS
24 Si, por ej., la revelación es indispensable para defender el buen nombre y crédito profesio-
nal (Cám. Civil 2a de la Capital, 1 4 / 6 / 1 9 3 7 , ¡.A., t. 58. p. 857.
242 RICARDO C . NUÑEZ
23 El art. 6 ° de la ley 1 3 . 9 8 5 , que tipificaba la conducta del que "sin autorización para ello,
enUegue, remita, comunique, publique o difunda datos económicos, políticos, militares,
financieros o industriales que sin ser secretos o reservados, no estén destinados a su pu-
blicación o divulgación, y de los cuales haya tenido conocimiento o se le hubieren confia-
do en razón de su empleo, función, estado o misión" fue derogado por la ley 2 4 . 1 9 8 ( 3 /
6/1993).
* V. gr, el cobro de los honorarios en forma que no implique un abuso (CC., art. 1971, § 2°).
Ver diferentes opiniones en N U Ñ E Z , RICARDO C . , V, p. 1 2 8 .
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD 243
cíe oficio conocidos en el ejercicio de sus funciones por los funcionarios pú-
blicos (C. de P. en lo Criminal para la Capital, art. 164)27.
La doctrina considera que el art. 156 CP "privilegia el mantenimien-
to del secreto médico, aun frente a la obligación de denunciar delitos
perseguibles de oficio, puesto que de lo contrario se sacrificaría la salud
o la vida de las personas incursas en delitos de acción pública que nece-
sitaran asistencia médica" 28 .
Para NUÑEZ, la regla es el secreto del art. 156 del CP29.
Otros autores30, llegan a la misma conclusión pero fundándose en la
interpretación de normas procesales. La ley hace prevalecer el interés de
la salud de un ser humano, aunque sea un delincuente, sobre el interés
social en la persecución y castigo delictivo. Recalca NUÑEZ31 que "cual-
quiera que sea el espíritu que en esos momentos esté aflorando en el país
que pueda ver esa prevalecencia como objetable y peligrosa, esa razona-
ble determinación legal debe pevalecer".
El art. 156 no castiga la revelación del secreto sino su divulgación si la
misma puede causar daño; que su divulgación, esto es, su propalación pueda
tener ese efecto. "Divulgar un secreto es la acción de publicarlo o extender-
lo al público en general". La divulgación puede causar daño si implica un
perjuicio potencial para un interés material o moral, económico o no para el
interesado, un tercero, una institución o sociedad o para el Estado.
El delito, que es de acción privada (CP., ley 24.453, BO, 7/3/1995, art.
73 inc 2°), sólo es imputable a título de dolo. Este requiere la conciencia de
la ilegitimidad de la revelación. El delito admite tentativa.
17 La obligación de denunciar los atentados personales en los que hubieren prestado los soco-
rros de su profesión, impuesta a los profesionales en el arte de curar, rige siempre que no
se viole el secreto profesional (C.de P en lo Crim. para la Justicia Federal; art. 177; CPP de
Córdoba, art. 3 1 7 , inc. 2 ° ) . La cuestión ha traído problemas: Ver N U Ñ E Z , RICARDO C , V, p.
1 2 9 ; SOLER, SEBASTIÁN, El secreto profesional, Juris, 1 . 1 , Rosario, 1 9 5 3 , p. 6 7 1 ; F O N T Á N BALESTRA,
V, p. 383.
CARRERA, DANIELP., Sida y Derecho Penal Argentino, Revista de la Facultad, Marcos Lerner
Editora Córdoba, 1994, Vol 2, n° 1, pp 79 y 8".
23 N U Ñ E Z , RICARDO G , V , p . 1 3 1 .
"Inc. 1. El que "a sabiendas (con dolo directo, con total conciencia
de su accionar ilícito) e ilegítimamente (elemento normativo que implica
que no tiene, en absoluto, permiso ni autorización), o violando sistemas
de confidencialidad y seguridad de datos, accediere, de cualquier forma,
a un banco de datos personales".
"Inc. 2. El que "Ilegítimamente proporcionare o revelare a otro in-
formación registrada en un archivo o en un banco de datos personales
cuyo secreto estuviere obligado a preservar por disposición de la ley".
"Inc. 3. El que "Ilegítimamente insertare o hiciere insertar datos en
un archivo de datos personales".
"Cuando el autor sea funcionario público sufrirá, además, pena de
inhabilitación especial de uno a cuatro años"
La ley, si bien regula el habeas data incluido en la Constitución Na-
cional reformada en 1994, se extiende a un programa de "protección de
datos personales", que es un acopio o conjunto de información o datos, de
diferente materia, que puede ser utilizado por distintos usuarios (ley 2 5 . 3 2 6 ,
art. 2O). Esta ley -como expresa TANÚS- tiene por objeto la protección inte-
gral de cualquier tipo de información referida a personas físicas o jurídi-
cas, determinadas o determinables, que se encuentre asentada en archivos,
registros, bases, bancos de datos u otros medios técnicos de tratamiento de
datos, para garantizar el derecho al honor y a la intimidad de las personas,
así como bien el acceso a la información que sobre las mismas se registre,
de conformidad a lo establecido en el art. 43, § 3O de la C.N."34.
El art. 5o de la misma ley dispone que "1. El tratamiento de datos
personales es ilícito cuando el titular no hubiere prestado su consentimiento
libre, expreso e informado, el que deberá constar por escrito, o por otro
medio que permita se le equipare, de acuerdo a las circunstancias". Se ex-
presa a continuación en qué casos no es necesario el consentimiento.
La acción típica es "acceder", entrar en el sitio donde se almacenan
y copian tales datos", "a sabiendas", que no se haya realizado inadverti-
damente y, además, ilegítimo, sin el consentimiento necesario. Otra for-
ma de acceder a ese sitio es violando los sistemas de confidencialidad y
seguridad del banco de datos. Pero puede, también, ser de "cualquier
otra forma" pero siempre a sabiendas o ilegítimamente.
El sujeto activo puede ser cualquier persona y se produce la consu-
mación del delito cuando se accede ilegítimamente al banco de datos.
La acción típica del delito previsto en el inc. 2O del art. 157 bis es la de
"proporcionar ilegítimamente" o "revelar" la información secreta. Se con-
suma cuando se proporciona o se revela esa información. Es también un
delito de dolo directo, que admite la tentativa. La acción típica del delito
tipificado en el inc. 3° consiste en "insertar" o "hacer insertar" en forma
ilegítima cualquier dato, verdadero o falso. En este último caso, se confi-
guraría un falsedad ideológica documental (art. 293 CP) o una injuria o
calumnia (arts. 109 y 110) cuando pudiera afectar el honor del sujeto pasi-
vo. Sólo puede cometerse con dolo directo.
típica del art. 157 consiste, en este caso, en informar, esto es, en comuni-
car a otro las constancias declaradas secretas por la misma ley; y b) por el
sujeto activo. Si bien éste tiene que ser un funcionario público, debe per-
tenecer a uno de los entes oficiales que tiene competencia para informar.
La ley indica cuáles son esos entes. Si el funcionario fuese extraño a ese
organismo y suministra la información vedada, su conducta encuadrará
en la figura genérica del art. 157 CP.
Es imputable a título de dolo, el cual exige el conocimiento del carácter
prohibido de la información y la voluntad de suministrarla. El error lo excluye.
segundo lugar, por el objeto del secreto. Es un delito doloso que se con-
suma en el momento en el que se produce la violación de éste.
C A P í T U L O VI'
COHECHO Y TRÁFICO DE INFLUENCIAS2
1) Conductas agrupadas
En este Capítulo se agrupan distintas conductas que se caracterizan
por ser corruptoras de la función pública. El art. 36 párr. 5o de la CN de
1994 establece que "Atentará contra el sistema democrático quien incu-
rriere en grave delito doloso contra el Estado que conlleve enriquecimien-
to, quedando inhabilitado por el tiempo que las leyes determinen para
ocupar cargos o empleos públicos". Esta prescripción puede alcanzar a
los hechos venales cometidos por funcionarios públicos que importen
un enriquecimiento causado por esos delitos y siempre que hayan sido
perpetrados "contra el Estado", es decir, que éste sea el sujeto pasivo o
titular del bien jurídico lesionado como organismo o como representante
de la sociedad, según el caso y no cuando, simplemente, pueda resultar
damnificado3.
Nuestro país aprobó, por ley 24.759 (B.0.17/1/1997), la Convención
Interamericana de la OEA contra la corrupción firmada en la 31 Sesión
Plenaria de esa Organización celebrada en Caracas, Venezuela, el 29/3/
19%, en cuyo Preámbulo se consignaron los motivos que llevaron a sus-
cribirla y que, en síntesis, se centran en las consecuencias nefastas de la
corrupción en cuanto socava la legitimidad de las instituciones públicas
y atenta contra la sociedad, el orden moral y la justicia; la necesidad de
combatirla y de generar conciencia entre la población sobre la existencia
y gravedad del problema, que tiene, en algunos casos, trascendencia in-
ternacional, lo que exige, para combatirla eficazmente, una acción coor-
dinada de los Estados, que tienen la responsabilidad de irradicar la im-
punidad y cooperar entre ellos para que las acciones que se adopten sean
efectivas. Se establece, también, que esa Convención es aplicable a los
actos de corrupción a los que se refiere (art. 6,1) entre los que resultan
comprendidos los previstos en este Capítulo y que configuran los delitos
contemplados en los arts. 256,258,261, 263,268 1,268 2, de nuestro CP. y
a los agregados posteriormente, art. 256 bis, por la ley 25.188 (B.O., 1999)
y 258 bis, por la ley 25.825 (B.O., 11/1^/2003).
El Capítulo resguarda la administración pública frente a los actos
de corrupción venal de sus funcionarios.
1 Tratado, VII, p. 9 7 .
N U Ñ E Z , RICARDO C ,
1 El agregado hecho a la rúbrica originaria de la expresión "y tráfico de influencias", la
efectuó la ley 25.188 (B.O., L/H/1999), art. 30.
5 CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, t. N, G 1963, p. 271.
578 RICARDO C. NUÑEZ
4 NUÑEZ, RICARDO G, Las disposiciones generales del Código Penal, p. 6 6 ; ZAFFARONI, R A Ú L E.,
Tratado, t. V, p. 246.
5 N U Ñ E Z , RICARDO G , Tratado, VII, p. 98.
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 577
4) Similitud y diferencias entre la norma del art. 256 y 256 bis CP.
Pese a la semejanza existente entre ambas normas, el bien jurídico
protegido por el art. 256 bis (ley 25.188) no es igual al del artículo 256,
porque en esta figura se busca "la imparcialidad o la objetividad como
medio para que la función pública defienda los intereses generales y no
los particulares"7.
Sujeto activo en la figura del art. 256 es un funcionario público. En la
del 256 bis no sólo podrá ser autor del delito un funcionario sino cual-
quier persona. En el art. 256 se trata del pacto, propuesto por un tercero y
aceptado por el funcionario de recibir dinero o cualquier otra dádiva o
aceptar una promesa directa o indirecta, para hacer, retardar o dejar de
hacer algo relativo a sus funciones. En el art. 256 bis la acción es la solici-
tar o recibir dinero o cualquier otra dádiva, por sí o por persona inter-
puesta o aceptar una promesa directa o indirecta para hacer valer indebi-
damente su influencia ante un funcionario público para lograr aquellos
mismos objetivos. Ambos delitos requieren dolo directo.
La solicitud o la exigencia del precio por el funcionario lleva el hecho
a la figura de la exacción (CP., arts. 266 y 268). Pero no implica esa solicitud
o exigencia la entrega o la promesa sugerida o facilitada por el funcionario.
La entrega o la promesa de precio debe ser de dinero o de otro valor
económico (dádiva), cualquiera que sea su monto y cuya entrega o promesa
no corresponde legalmente. Queda excluido de este concepto lo que sólo re-
presenta una satisfacción estética, sentimental, sensual o puramente honorí-
fica o una complacencia de la vanidad. La promesa puede ser explícita (prome-
sa directa) o implícitamente formulada (promesa indirecta). La entrega o pro-
mesa puede ser hecha por el autor, personalmente o de cualquier otro modo,
o por un personero del autor, que es un partícipe necesario en el delito. El
delito no requiere el cumplimiento de la promesa después del pacto que lo
constituye. "Persona interpuesta" es la que actúa como personero o como
falso destinatario de lo ofrecido o prometido. No lo es, sino simple partícipe,
el que se limita a recibir el dinero para entregarlo al funcionario8.
El pacto venal, y de esta manera el delito, se consuma recién cuando el
' CNCrim. y Corree., sala I, "Wowe, Carlos y otros", 18/9/1996, La Ley, 1998-E, 838.
7 D'ALESSIO, o b . c i t , p . 8 2 7 ,
_ !
577
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
El autor sólo podía ser un juez, esto es, un magistrado judicial, nacio-
nal, provincial o municipal competente para conocer y decidir casos
justiciables. No se consideraban jueces los árbitros y arbitradores amiga-
bles componedores. Si los conjueces.
El precio era el mismo que en el cohecho pasivo. El asunto podía ser
civil, criminal o de otra naturaleza, siempre que el juez tuviese competen-
cia para entender en él. El objeto de la actividad, demora u omisión pacta-
da, debe ser una decisión del juez definitiva sobre el fondo del asunto (fa-
llo) o interlocutoria o de mero trámite (resolución), justa o injusta, dictada
en una causa contenciosa o no.
Pero la ley 25.188 que modificó el art. 257, establece que "Será reprimi-
do con prisión o reclusión de cuatro a doce años e inhabilitación especial
perpetua, el magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público que por
sí o por persona interpuesta, recibiere dinero o cualquier otra dádiva o
aceptare una promesa directa o indirecta, para emitir, dictar, retardar u omi-
tir dictar una resolución, fallo o dictamen, en asuntos sometidos a su compe-
tencia". Con el artículo similar derogado sólo se diferencia en que la dispo-
sición introducida por ley 25.188 agregó como sujetos activos del delito a los
miembros del Ministerio Público que son los mencionados en la ley orgáni-
ca respectiva. Continúan siendo excluidos del tipo los árbitros y amigables
componedores por no pertenecer a ninguno de los órganos a los que la ley se
refiere. Los modos de cometerlos son los previstos en el art. 256.
Es un delito de codelincuencia necesaria porque el autor no puede
recibir dinero u otra dádiva ni aceptar una promesa si otra persona lo dé,
ofrezca o prometa. El intermediario entre el que ofrece o promete y el
magistrado, es un partícipe del delito. Subjetivamente, requiere dolo es-
pecífico. El delito se consuma aunque el magistrado no emita, dicte, re-
tarde u omita el acto judicial. Basta con que el pacto se perfeccione. Es
posible que se incurra en tentativa de recibir una dádiva.
7) Cohecho activo
Comete el delito de cohecho activo y merece prisión de uno a seis años
(el mínimo de la pena supera en seis meses a la prevista en el art. 258 deroga-
do por la ley 25.188), el que directa o indirectamente, diere u ofreciere dádi-
vas a un funcionario público, en procura de alguna de las conductas reprimi-
das por el art. 256 y 256 bis, § I o , Si la dádiva se hiciere u ofreciere con el fin
de obtener alguna de las conductas tipificadas en los artículos 256 bis, se-
gundo párrafo y 257, la pena será de reclusión o prisión de dos a seis años.
Si el culpable fuere funcionario público, sufrirá además inhabilita-
ción especial de dos a seis años en el primer caso y de tres a diez años en
el segundo. Este agravante proveniente de la ley 16.648, ha sido manteni-
do sin alteraciones por la ley 25.188.
582 RICARDO C. NUÑEZ
El cohecho pasivo de los arts. 256, 257 y 257 bis atiende a la corrupción
venal del funcionario público por obra de un tercero (de mayor gravedad si se
trata de un miembro del Poder Judicial o del Ministerio Público). El art. 258
reprime al tercero corruptor. No puede existir cohecho pasivo sin que concurra
el autor de un cohecho activo. Pero éste puede existir sin que se produzca aquél.
Las conductas punibles suponen comportamientos voluntarios. Aquí
no es tal el comportamiento exigido. Pero la voluntariedad del acto no re-
quiere espontaneidad. No deja de ser voluntario el acto consciente resul-
tante de una insinuación o pedido.
La entrega u ofrecimiento de la dádiva debe hacerse "en procura de
alguna de las conductas reprimidas por el art. 256 y 256 bis, § I o ". Esto es,
para que "el funcionario público, por sí o por persona interpuesta, recibiere
dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta
para hacer, retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones o para el
que por sí o por persona interpuesta solicitare o recibiere dinero o cualquier
otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer valer
indebidamente su influencia ante un funcionario público, a fin de que éste
haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones". Estas finalida-
des no agravan el delito.
El delito, que es de dolo específico y que no admite tentativa, se con-
suma con el acto de dar u ofrecer, sin que interese que el sujeto pasivo reci-
ba o rechace la entrega u oferta.
11 La ley 25.825. Precisiones para el artículo 256 bis del Código Penal,
VARACALLI, D A N I E L C . ,
12 V A R A C A L U , DANIEL C . , o b . c i t . , p p . 3 7 7 y 3 7 8 .
" LEVENE, RICARDO (h). El cohecho a funcionario público extranjero a propósito de la reforma
del art 258 bis (ley 25.825) del Código Penal, Antecedentes Parlamentarios, Febrero-
2004, N° 1, La Ley, p. 379.
584 RICARDO C . N U Ñ E Z
C A P Í T U L O XII
FALSO TESTIMONIO
Como delito contra la administración pública, el falso testimonio, que
comprende el soborno, lesiona el derecho de la sociedad a que las autorida-
des públicas, en resguardo del acierto de sus resoluciones, conozcan la ver-
dad en los casos llevados a su juzgamiento1.
1) Figura simple 2
Comete el delito el testigo, perito o intérprete que afirmare una false-
dad o negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su deposición, infor-
me, traducción o interpretación, hecha ante la autoridad competente (CP.,
art. 275, § I o ). La pena a aplicar al autor de este delito es la de prisión de un
mes a cuatro años e inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la con-
dena (CP, art. 275, § 3 o ).
Son testigos las personas que, en un juicio o procedimiento, deponen
sobre hechos que han caído bajo la acción de sus sentidos. Por regla, el
testigo es una persona que no declara en causa propia, esto es, que es ajena
al juicio o procedimiento de que se trata. Pero las leyes procesales admiten
el testimonio de personas vinculadas al juicio, como es la que demanda en
un juicio criminal la reparación de los perjuicios que le ha causado el delito
(el actor civil, C P P . de Córdoba, art. 97) o el querellante particular que
pidió intervenir en el proceso (CPP., de Cba., art. 7).
Son peritos las personas ajenas al objeto de un juicio o procedimiento,
que informan sobre elementos probatorios cuya verificación o valorización
requiere conocimientos especiales en una ciencia, arte, industria o técnica.
Son intérpretes las personas ajenas al objeto de un juicio o procedimiento,
que explican, en él, el sentido de ciertos hechos, cosas, actos o textos (inter-
pretación ) o que vierten al idioma castellano declaraciones o textos produ-
cidos en un idioma distinto (traducción ).
La deposición (declaración), el informe, la traducción o interpretación,
implica un falso testimonio si el autor, a sabiendas, esto es, mentirosamente,
afirma, niega o calla lo que es la verdad respecto de un hecho, cuestión o mate-
ria comprendidos en el objeto de la deposición, pericia, traducción o interpre-
tación, de una manera suficiente par influir en la valoración de esos actos3.
1 Las leyes 17.567 y 21.338 también preveían en este Capítulo la denuncia o querella calum-
niosa, la calumnia real y la simulación de delito (CP, 276 bis. y 276 ter). La ley 20.509 y
23.077, respectivamente, derogaron esas disposiciones.
2 N U Ñ E Z , RICARDO C , Tratado, V I I , p. 1 6 2
3 En ese sentido debe entenderse la exigencia de que la falsedad sea perjudicial. V.gr., no
577
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
2) Figuras agravadas
a. Falso testimonio en causa criminal
Con arreglo al art. 275, § 2o, del C.P., el falso testimonio se agrava si se
cometiere en una causa criminal, en perjuicio del inculpado.
Se trata del falso testimonio, cometido por un testigo, perito o intér-
prete, en perjuicio de la persona a la que se le imputa ser autora o partícipe
de un delito6.
El falso testimonio es en perjuicio del inculpado, si la falsedad que lo
existe falso testimonio, si la falsedad no tiene ninguna relación directa o indirecta que
haga a la existencia o inexistencia del hecho investigado (Cám. en lo Criminal y Corree,
de la Capital, 2 3 / 5 / 1 9 5 0 , Fallos, 1 7 , p. 178); o si la circunstancia sobre la que ha recaldo
la falsedad no puede tener influencia sobre el resultado del juicio (ídem, 1 0 / 1 2 / 1 9 3 5 ,
Fallos, 1 4 , p. 342); o si la falsedad se refiere a un hecho o circunstancia que legalmente no
puede ser objeto de un testimonio, sino que debe ser acreditado por otro medio de prue-
ba (ídem, 1 2 / 1 2 / 1 9 4 9 , Fallos, 1 5 , p. 257).
4 No hay falso testimonio, aunque sustancialmente exista la falsedad que lo constituye, si el
acta que la ha receptado carece de las firmas legalmente exigibles; o si el testigo no ha
prestado el juramento que exige la ley; o si el acto es nulo por otra causa.
5 Ver N U Ñ E Z , RICARDO C , Tratado, VII, p. 1 6 7 .
' En contra, pensando que la "causa criminal" comprende las causas criminales, correccionales
o contravencionales. SOLER, SEBASTIÁN, Tratado, V (1963), p. 230.
608 RICARDO C. NUÑEZ
C A P Í T U L O XIII
ENCUBRIMIENTO Y LAVADO DE ACTIVOS
DE ORIGEN DELICTIVO
La ley 23.468 (B.O., 2É/1/1987) sustituyó los arts. 277, 278 y 279 del
Código Penal de 1921. Esas disposiciones provenían del Código de 1886
(art. 42), a través del Proyecto de 1891 (art. 323), con modificaciones intro-
ducidas por el Proyecto de 1906 (art. 206). Las cambió la ley 17.567 a la
que privó de validez la ley 20.509, volviéndose a las disposiciones origi-
narias del Código, las que fueron nuevamente cambiadas por la ley 21.338
y otra vez repuestas a raíz de la derogación de ésta por la ley 23.077. Al
texto del anterior art. 277-en el que se contemplaban todas las conductas
encubridoras- lo reemplazó por otro que reprimía el favorecimiento per-
sonal y el real, y como modalidad de este último, la receptación de cosas
con conocimiento de su procedencia delictiva. En el art. 278 se contem-
plaba el castigo de la receptación de cosas de procedencia sospechosa y,
en el art. 279, se establecían una excusa absolutoria y las situaciones que
excluyen su aplicación, las cuales estaban originariamente previstas en
los arts. 278 y 279. Estas tres disposiciones procedían del Proyecto de 1960
y de las leyes 17.567 y 21.338. La originaria rúbrica de "Encubrimiento"
fue sustituida por la ley 25.248 (B.0.,l(y5/2000) por la actual.
2) Bien protegido
1 Es el sistema del Proyecto Tejedor, del Proyecto de 1881 y del Código de 1886.
2 Véase Cámara en lo Penal y Correccional de la Capital, 1 9 / 7 / 1 9 4 4 , Fallos, t. 2, p. 164.
610 RICARDO C. NUÑEZ
4) Figuras de encubrimiento
a. Favorecimiento personal
Este favorecimiento ilícito consiste en prestar una colaboración a
alguien que intervino en la comisión de un delito en el que él no partici-
pó. Se castiga con prisión de seis meses a tres años.
Autor del mismo puede ser cualquiera. La fórmula actualmente vi-
gente no contiene la expresión "sin promesa anterior al delito" que pre-
senta el art. 46 CP referido a la participación secundaria cuando esa pro-
mesa anterior de ayuda se formuló. Quedan así diferenciados la partici-
pación del encubrimiento.
El tipo penal de encubrimiento se encuentra ahora regulado ínte-
gramente en el art. 277 del CP, tanto la figura básica, como sus agravantes
y excusas absolutorias. La colaboración que puede prestar el encubridor
puede consistir en:
b. Omisión de denuncia
c) El favorecimiento personal también puede consistir en la omi-
sión de denunciar la perpetración de un delito o no individualizar al au-
tor o partícipe de un delito ya conocido, cuando estuviere obligado a pro-
mover la persecución penal de un delito de esa índole (inc. d). Esta obli-
gación la establece la ley, no de manera general sino especial, a ciertas
personas o en ciertos casos. Por ej.: las leyes procesales imponen a los
funcionarios y empleados públicos y a los profesionales del arte de cu-
rar, el deber de denunciar la comisión de delitos de acción pública que
hayan conocido en el ejercicio de sus funciones, empleo o profesión 6 .
El C d e PP. de Córdoba lo hace en el art. 317. El deber de guardar el
secreto profesional excluye el deber de denunciar (como lo expresa ese
mismo artículo, inc. 2 o in fine) y, por consiguiente, el tipo penal 7 .
Se ha restringido por parte de la ley 25.815 el círculo de posibles
sujetos activos, que ya no son todos los obligados a denunciar el delito
sino únicamente los que tienen la obligación de promover la persecución
penal: los funcionarios del Ministerio Público Fiscal y de la policía.
El delito se consuma en el momento en el que, con arreglo a las cir-
cunstancias, exista un retardo injustificado.
' La fórmula vigente que usa la expresión "alguien" y no "delincuentes" que utilizaba la fór-
mula original es la correcta porque no puede ser considerado tal, aquél contra el cual no ha
recaído una sentencia condenatoria firme, en razón de la presunción de inocencia de que
goza (CN„ art 18).
5 N U Ñ E Z , R I C A R D O C , Análisis..., p. 136.
6 N U Ñ E Z , R I C A R D O G , Análisis..., p. 136.
c. Favorecimiento real
Constituyen actos de favorecimiento real los cumplidos por quien:
a) Ocultare, alterare o hiciere desaparecer los rastros, pruebas o ins-
trumentos del delito, o ayudare al autor o partícipe a ocultarlos, alterar-
los o hacerlos desaparecer (inc. b);
Ocultar no implica necesariamente el traslado del objeto, sino su
disimulación. Alterar es cambiarlo, modificarlo, para restarle valor pro-
batorio. Hacerlos desaparecer puede efectuarse mediante la destrucción
del objeto o sacándolo de modo definitivo del ámbito en que pueda ser
utilizado por la autoridad.
b) Adquiriere, recibiere u ocultare dinero, cosas o efectos provenientes
de un delito (inc c). Son acciones típicas de receptación. Adquiere el efecto, la
cosa o el dinero el que los obtiene en propiedad o a cualquier otro título, one-
roso o gratuito. Los recibe el que lo toma de quien se lo da o envía a un título
que no le confiere la propiedad. Los oculta el que los esconde o encubre a la
vista de terceros o de la autoridad para sustraerlo a las investigaciones de ésta
el transportador de los objetos). En los casos a que se refiere este inciso, la
pena mínima será de un mes de prisión si, de acuerdo con las circunstancias,
el autor podía sospechar que provenían de un delito o interviniere en su ad-
quisición, recepción u ocultamiento. Si el autor hiciere de ello una actividad
habitual la pena se elevará al doble. (CP., ley 23.468, art 227, inc 3 o ).
c)Asegurare o ayudare ai autor o partícipe a asegurar el producto o
provecho del delito.
La ley 25.815 ha considerado prevaleciente la ofensa que la recep-
tación le infiere directamente a la administración de justicia sobre la que
indirectamente le causa a la propiedad ajena, porque al resguardar a la
primera, que representa un interés social, constituye una seguridad para
la incolumidad de la propiedad ajena9.
d. Agravamientos
La escala penal será aumentada al doble de su mínimo y máximo,
cuando:
a) El hecho precedente fuera un delito especialmente grave, siendo
tal aquél cuya pena mínima fuera superior a tres años de prisión. La ley
determina cuales son los delitos "especialmente graves" con un criterio
puramente objetivo cual es el monto de la pena.
b) El autor actuare con ánimo de lucro. Persigue fin de lucro el que obra
movido por el valor económico que en sí mismo o por sus posibilidades de
uso o de cambio representa el objeto para el receptador o para un tercero10.
c) El autor se dedicare con habitualidad a la comisión de hechos de encu-
brimiento, es decir, si el autor hace de ella una actividad permanente o repetida11.
d) El autor fuere funcionario público. La agravación de la escala pe-
nal prevista en este inciso sólo operará una vez, aun cuando concurrieren
más de una de sus circunstancias calificantes. En este caso, el tribunal
podrá tomar en cuenta la pluralidad de causales al individualizar la pena.
Objeto material de la receptación puede ser dinero (nacional o ex-
tranjero), cosas muebles o bienes. La ley excluyó los inmuebles porque
su adquisición no dificulta su búsqueda.
10 Por ejemplo, el autor compra o recibe la cosa para que le sirva a un tercero o para que la
tenga éste. N U Ñ E Z , RICARDO G , Análisis..., p. 138, nota 8 5 .
1 1 N U Ñ E Z , R I C A R D O G , Manual Parte Especial, actualizado por REINALDI, V Í C T O R F., abril 1999,
vínculo subsista (lo disuelve el divorcio vincular (CC, ley 23.515, a r t 202), pero no la
separación personal (CC, arts. 201 y ss.). En cuanto a los matrimonios celebrados con
algún impedimento, tanto el que cause su nulidad absoluta (CC, ley 23.515, a r t 166)
como el que ocasione su nulidad relativa (CC, art 220), desde que ningún matrimonio
será tenido por nulo sin sentencia que declare esa nulidad dictada en proceso promovido
por parte legitimada para hacerlo (CC, ley 23.515, art 239, último párrafo) son cónyuges
y, por tanto, la excusa absolutoria los ampara, incluso al de mala fe. En contra, por no
advertir que a partir de la sanción de la citada ley 23.515, la nulidades absolutas no son
subsanables pero no producen la nulidad matrimonial de pleno derecho porque ya no
l a s h a y : C R E U S , CARLOS, o b . c i t , t I I , § 2 1 8 5 , p . 3 5 0 ) .
" C C . , arts. 352 y 353).
14CC., a r t 363.
15Las personas que tienen una vinculación afectiva traducida en el trato familiar y constante,
personal o a distancia. Sobre las circunstancias que indican una amistad íntima, véase
M I L L A N , El delito de enmbrimiento, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1 9 7 0 , p. 2 0 6 .
" Puede ser por favores materiales o morales.
614 RICARDO C . N U Ñ E Z
17 C., Manual, Parte Especial, actualizado por REINALDI, VÍCTOR F., abril de 1999,
N U Ñ E Z , RICARDO
p. 474.
" Cám. Garantías Penal. San Isidro, Sala de feria, "Garda Belsunce de Carrascosa", sentencia del
2£/l/2003, en ha Ley BsAs., abril de 2003, p. 370.
577
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
les de Legislación Argentina, Boletín informativo. Año 2006, N" 12, t. LXVII-A, p. XII.
577
DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA