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AUTOR(ES):

MPSS IVAN GERARDO HEREDIA


CASTAÑON.
MPSS GLENDY ROSSETH BADILLO
CARDENAS.
MPSS LUIS GUTIERREZ.
EPSS ARMINDA ELIZABETH
RODRIGUEZ QUIROZ.
EPSS KALEB DAVID NORBERG
GUERRERO.

CSU.ENRIQUE CARDENAS GONZÁLEZ


FFFFASA

FACTORES QUE PREDISPONEN EL DESARROLLO DE BACTERIURIA EN


EL EMBARAZO, DURANTE EL CONTROL PRENATAL, EN EL PRIMER
NIVEL DE ATENCIÓN, DEL C.S.U ENRIQUE CARDENAS GONZÁLEZ, CD. 1
DETECCIÓN DE BACTERIURIA
MANTE TAMAULIPAS 2021. EN EMBARAZADAS, DURANTE
EL CONTROL PRENATAL, EN EL PRIMER NIVEL DE
ATENCIÓN.

CSU. ENRIQUE CARDENAS


GONZÁLEZ. CD. MANTE TAMPS.
SSS
JURISDICCIÓN SANITARIA N° VI

SEPTIEMBRE-JULIO 2021

ASESOR CLINICO:

DRA. MAGALY IZAGUIRRE


INDICE

 CAPITULO I INTRODUCCIÓN

I. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN 2
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
III. JUSTIFICACIÓN
IV. OBJETIVO GENERAL
V. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
VI. DELIMITACIÓN DEL ESTUDIO

 CAPITULO II MARCO TEÓRICO


I. MARCO HISTÓRICO
II. MARCO REFERENCIAL
III. MARCO CONCEPTUAL

 CAPITULO III METODOLOGÍA


I. TIPOS DE INVESTIGACIÓN
II. CLASIFICACIÓN DE LAS VARIABLES
III. POBLACIÓN EN ESTUDIO
IV. CRITERIOS DE SELECCIÓN
V. TÉCNICA DE RECOLECCIÓN DE DATOS
VI. ANÁLISIS ESTADÍSTICOS

 CAPITULO IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN

 CAPITULO V CONCLUSIONES
I. CONCLUSIONES
II. RECOMENDACIONES

 CAPITULO VI REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


I. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
II. ANEXOS
CAPITULO I
INTRODUCCIÓN

ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

Las infecciones urinarias desde el punto de vista clínico, puede presentarse como
3
una infección asintomática, denominada bacteriuria, o como una infección
sintomática, la cual se divide en infecciones baja o cistitis, e infección alta o
pielonefritis.
Son quizás las complicaciones médicas que más frecuentemente, aparecen
durante la gestación y que además pueden tener una repercusión importante,
tanto para la madre, como para la evolución del embarazo.
La bacteriuria es la colonización bacteriana, significativa del tracto urinario inferior,
en ausencia de sintomatología.
Se calcula que la infección urinaria, afecta al 15% de las mujeres de todas las
edades y más del 25% puede presentar recurrencia.
En el embarazo ocurren una serie de cambios en el aparato urinario, tanto
morfológicos, como funcionales, que aunque no modifican sustancialmente el
funcionamiento renal, crean condiciones que predisponen, a la bacteriuria, siendo
una de las complicaciones médicas más comunes durante la gestación, de un 2-
7%.
El diagnóstico y tratamiento oportuno, pueden prevenir hasta el 80%, el inicio de
un trabajo de parto pretermino, ruptura de membranas y complicaciones
neonatales, como sepsis, neumonía y meningitis.

La detección de la bacteriuria a través de examen general de orina, tiene una


sensibilidad del 50-92%, y un valor predictivo negativo del 92%, sin embargo, el
cultivo sigue siendo el estándar de oro para el diagnóstico.

Se tiene conocimiento de que muchos microorganismos pueden infectar las vías


urinarias, sin embargo, los agentes habituales son los bacilos gramnegativos.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
*Hay que elegir una*
¿Factores que predisponen la bacteriuria, durante el embarazo?
¿Cuáles son las medidas para prevenir la bacteriuria, durante el embarazo en el
primer nivel de atención?
¿Cuáles son los criterios de referencia a segundo nivel de atención, en pacientes
embarazadas con bacteriuria?
4

JUSTIFICACIÓN

La bacteriuria asintomática (BA) es la infección del tracto urinario más común


durante el embarazo, encontrándose entre 2% y 7% en todas las mujeres
embarazadas. Se define como la colonización bacteriana significativa del tracto
urinario inferior, sin presentar síntomas.
Diversos factores predisponen a la mujer embarazada a una mayor frecuencia de
infecciones urinarias y pueden propiciar la bacteriuria asintomática y su progresión
a pielonefritis, ocurre entre el 2% de los embarazos con una tasa de recurrencia
de hasta el 23% en el mismo embarazo o poco después del nacimiento.

La complicación más frecuente debido a infección de vías urinarias bajas en la


mujer embarazada, es el parto prematuro, siendo una de las causas de morbilidad
y mortalidad perinatal. Representa el 75% de las muertes perinatales y el 50% de
las secuelas neurológicas atribuibles directamente a la prematurez. Su frecuencia
se estima en 5 al 10% de todos los embarazos.
Debido a la importancia que representa la atención integral y continua en la mujer
embarazada, desde su detección en el primer nivel, se debe otorgar un enfoque
preventivo, así como un diagnóstico y tratamiento oportuno, de las infecciones
urinarias bajas para disminuir la morbi-mortalidad materna y neonatal.
OBJETIVO GENERAL

 Identificar los factores que predisponen la bacteriuria durante el embarazo

5
OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Determinar la incidencia y prevalencia de bacteriuria durante en el


embarazo en el primer nivel de atención.

 Establecer la asociación entre diversos factores y la presencia de


6
complicaciones en relación a la bacteriuria en el embarazo

 Conocer cuáles son las medidas para prevenir la bacteriuria en el embarazo


en primer nivel de atención en salud

 Identificar cuáles son los criterios de referencia a segundo nivel de atención


en pacientes embarazadas con bacteriuria
DELIMITACIÓN DEL ESTUDIO

Se eligió como unidad de análisis en centro de salud Enrique Cárdenas Gonzales


en donde pretendemos realizar un estudio prospectivo cualitativo y analítico, en 7
relación a los factores de riesgo que causan bacteriuria en el embarazo en
pacientes de la colonia Cárdenas Gonzales.

En cuanto a la delimitación temporal el estudio se llevó a cabo desde el mes de


Diciembre del año 2020 hasta julio del 2021 con la finalidad de analizar los datos
recopilados en el centro de salud como base de nuestra investigación para
conocer e identificar los los factores de riesgo que predispusieron a las mujeres
embarazadas a desarrollar bacteriuria durante su embarazo y además establecer
la asociación entre diversos factores de riesgo y la presencia de complicaciones
desde el momento de la concepción hasta el parto. De este modo podemos
conocer cuáles son las medidas de prevención que podrían ser aplicadas tanto en
centros de salud como fuera de ellos para prevenir el desarrollo de bacteriuria con
la finalidad de reducir los factores de riesgo y complicaciones que se puedan
suscitar durante el embarazo para poder lograr un parto eutócico.
MARCO HISTORICO
En la Harvard Medical School de Boston, en 1959, se dio el primer paso en el
conocimiento de la fisiopatología de las infecciones urinarias (IU). Vivaldi et al.
demostraron que la multiplicación de bacterias Proteus vulgaris dentro de la vejiga
puede conducir a una infección ascendente del tracto urinario por la propagación
de bacterias en los uréteres y la invasión de los riñones. Unos años después
demostraron que se podía producir una pielonefritis retrógrada en ratas usando
anticuerpos fluorescentes investigando tanto con Escherichia coli como con 8
Proteus mirabilis y Proteus vulgaris. En este último estudio, después de la
inoculación intravesical de Proteus mirabilis se observó que «los organismos
aparecieron en los riñones 24 a 48 horas después de la inyección vesical, que
primero invadieron la pelvis y que la infección afectó la médula y la corteza renales
por continuidad a través del intersticio y los túbulos. La infección fue generalmente
bilateral pero desigual en ambos riñones.
 Estos experimentos y otros condujeron al concepto de “pielonefritis crónica»,
termino muy usado en los años 60 del pasado siglo. Es difícil saber si el concepto
de ese término incluía la persistencia de bacterias en el riñón, su asociación con
cicatrices renales o ambas. En los años 70 dejó de usarse y se sustituyó por el de
nefropatía de reflujo para señalar las lesiones crónicas residuales renales.
Estos estudios demostraron que la magnitud de la infección o la colonización del
urotelio depende, además de los factores de susceptibilidad del huésped, de la
capacidad infectiva (virulencia) de las cepas implicadas.
Korhonen et al. demostraron en 1986 que los sitios de adhesion de las fimbrias
estaban presentes además del urotelio de la vejiga en elementos epiteliales del
riñón como el polo apical de las células tubulares proximales y distales, en el lado
apical y en el citoplasma de los ductos colectores, así como en el endotelio
vascular en todo el riñón y en el epitelio parietal de los glomérulos. Estos sitios
identificados de unión sugieren un posible mecanismo patogénico para la invasión
de bacterias.
Un paso adelante en el tema se proporcionó cuando se demostró que las fimbrias-
P son portadoras de una adhesina específica que se conecta a sus receptores
específicos del urotelio.
Hoy en día es sabido que en la mayoría de los casos de IU, los gérmenes de la
flora intestinal del paciente penetran en el tracto urinario a través de la uretra. En
condiciones normales, un pequeño número de bacterias alcanza la vejiga pero
estos organismos pueden ser eliminados por el vaciamiento vesical y los
mecanismos de defensa del huésped. Cuando existen alteraciones del flujo
urinario o debido a la propia adherencia de los microorganismos, puede ocurrir
que este mecanismo de lavado sea inefectivo. Como se verá a continuación, para
causar síntomas la bacteria debe interactuar con el urotelio de forma que exista
una respuesta inflamatoria. En el riñón, siguiendo a la respuesta inflamatoria
inicial, existen factores bacterianos y del huésped que determinarán la formación o
no de fibrosis y de cicatrices.

9
MARCO TEORICO
INDICE

Tabla de contenido
1. Infecciones del tracto urinario.....................................................................................................12
1.1 Cambios fisiopatológicos durante el embarazo......................................................................13
1.2 factores de riesgo...................................................................................................................14
1.3URETRITIS................................................................................................................................14
10
1.2 CISTITIS...................................................................................................................................15
1.3 PIELONEFRITIA........................................................................................................................16
2. INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO EN LA MUJER EMBARAZADA............................................18
2.1 Causas....................................................................................................................................18
2.2 Patogenia...................................................................................................................................19
2.3 Factores que favorecen al desarrollo de bacteriuria en la mujer...........................................19
2.2 Etiología..................................................................................................................................21
2.3 Diagnostico.............................................................................................................................21
3 BACTERIURIA ASINTOMATICA...................................................................................................22
3.1 Definición...............................................................................................................................22
3.2 Diagnostico.............................................................................................................................22
3.3 Tratamiento............................................................................................................................23
3.4 Seguimiento...........................................................................................................................23
4.0 Bacteriuria asintomática por Streptocococus agalactie (SGB)................................................24
5.0 Diagnóstico diferencial:..........................................................................................................24
6.0 Exploraciones complementarias.......................................................................................24
7.0 Tratamiento............................................................................................................................25
7.1 Tratamiento antibiótico empírico:..........................................................................................26
3. bacteriuria asintomática………………………………………………………………………………………………………19

3.1 definición……………………………………………………………………………………………………………………………19

3.2 diagnostico………………………………………………………………………………………………………..……………….19

3.3 tratamiento………………………………………………………………………………..…………………………………….20

3.4 seguimiento…………………………………………………………………………….……………………………………….20

4. Bacteriuria asintomática por Streptocococus agalactie (SGB)…………………………………………………21

5. Diagnóstico diferencial …………………………………………………………….…………………………………………….21


6. Exploraciones complementarias……………………………………………………………….…………………………….21

7. Tratamiento…………………………………………………………..…………………………………………………………….. 22

7.1 Tratamiento antibiótico empírico…………………………………………………………………………………………23

11
1. Infecciones del tracto urinario
Las infecciones del tracto urinario (ITU) son una de las infecciones más
frecuentes en el ámbito comunitario. Representan una elevada carga
asistencial y económica para la salud pública y la sociedad, pues cerca de
40% de las mujeres y 12% de los hombres tendrán al menos un episodio de
ITU durante su vida. La infección se asocia con altas tasas de recurrencia,
especialmente en la mujer, y en el caso de no instaurar un tratamiento
antimicrobiano adecuado puede progresar rápidamente a bacteriemia e
incluso sepsis grave (E, 2016)
12
La cifra de microorganismos presentes en la orina que indica la existencia de
una infección urinaria ha evolucionado desde los criterios de Kass, que la
situó en 100.000 unidades formadoras de colonias (UFC), a los criterios más
modernos de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas, que los
sitúa en 100 UFC en caso de cistitis simple o recurrente; 1.000 UFC en caso
de clínica de pielonefritis, o 100 UFC como cifra mínima para considerar
significativa una bacteriuria asintomática, una IU complicada o una IU en
pacientes portadores de sonda o catéteres.
En el aparato urinario debemos diferenciar dos elementos con distinto
comportamiento inmunológico: el parénquima (formado por la corteza y
médula renal, la próstata, el testículo y epidídimo) y las vías urinarias, que se
inician en los cálices renales, continúan con la pelvis renal, uréter y vejiga, y
finalizan en la uretra. Las infecciones que se originan tanto en el parénquima
como en las vías urinarias pueden a su vez ser complicadas o no. Las
primeras implican que existe una alteración orgánica o funcional del aparato
urinario que es responsable de esa bacteriuria. En las no complicadas, por el
contrario, con los actuales métodos diagnósticos, somos incapaces de poner
de manifiesto cualquier tipo de alteración.
Si se presentan síntomas dependientes de la propia infección, bacteriuria
sintomática o, por el contrario, únicamente son demostradas por un cultivo
urinario positivo: bacteriuria asintomática. Finalmente, todas estas formas
corresponde a un primer brote (primoinfección) o a brotes repetitivos, ya sean
por el mismo microorganismo (bacteriuria recurrente) o por diferentes
(bacteriuria por reinfección).

Ahora bien, el origen y la expresión clínica de cada uno de los procesos asociados
a la bacteriuria son diferentes, lo cual obliga a establecer una adecuada
correlación entre los datos de laboratorio, la sintomatología y otros exámenes
complementarios para alcanzar un correcto diagnóstico etiológico y de localización
de la infección; es decir, cuando el clínico se encuentra ante un paciente con una
clínica infecciosa urológica debe determinar mediante los síntomas o con la ayuda
de elementos de diagnóstico si está ante una infección exclusiva del tracto urinario
o, por el contrario, parenquimatosa, además de diferenciar si dicha infección
afecta al tracto urinario superior o al inferior. Dada la similitud de los cuadros
clínicos y el solapamiento de síntomas, se hace imprescindible un conocimiento
exacto de los diferentes tipos de patología infecciosa relacionados con las
pielonefritis o que pueden confundirse con ella.
Se considera que la bacteriuria es significativa cuando se detectan más de
100.000 UFC/ml en al menos dos cultivos. Cuando esto ocurre en un paciente sin
sintomatología urinaria hablamos de bacteriuria asintomática. Esta entidad suele 13
estar sobrediagnosticada (hasta un 10%), ya que se evalúa con un sólo cultivo
positivo.
Es más frecuente en las edades extremas de la vida. En el ámbito ambulatorio se
puede detectar hasta en un 6% de los varones y en un 18% de las mujeres. El
porcentaje es mayor en personas encamadas, donde puede llegar a ser hasta de
un 23%, e incluso hasta un 32% en pacientes hospitalizados. En mujeres
gestantes el porcentaje de bacteriurias asintomáticas puede ser de un 4-7%. El
porcentaje mayor se da en pacientes que sufren sondaje vesical permanente,
siendo incluso hasta de un 100%.

La bacteriuria es normalmente bien tolerada en el adulto y en el anciano. No


obstante, conviene que sea estudiada en los niños por la posibilidad de que pueda
haber complicaciones debido a la existencia de alteraciones orgánicas. En
mujeres gestantes la bacteriuria asintomática debe ser tratada, ya que en el caso
de no recibir tratamiento pueden desarrollar pielonefritis hasta en un 30% de los
casos.

1.1 Cambios fisiopatológicos durante el embarazo.


El embarazo favorece la aparición de infecciones urinarias debido a una serie de cambios
fisiológicos que genera en el tracto urinario, ayudando a que estas presenten también una
mayor recurrencia, persistencia, y evolución a formas más sintomáticas1 . Estos cambios son
influidos en gran parte por los cambios hormonales generados con el embarazo (la
progesterona relaja el tono del músculo liso, así como la contractilidad de este, influyendo en
la dilatación y peristaltismo ureteral). A continuación, se enuncian algunos de los más
importantes1,4:
• Dilatación ureteral, que suele ser bilateral progresiva y habitualmente asimétrica. Se
acompaña en ocasiones de una dilatación de la pelvis renal.
• Reflujo vesicoureteral, favorecido por la disminución del peristaltismo ureteral y del tono del
esfínter.
• Mayor residuo posmiccional, favorecido por la compresión uterina de la vejiga.
• Aumento del filtrado glomerular, con aumento de la glucosuria, amnioaciduria y elevación
del pH urinario.

1.2 factores de riesgo Además de los cambios fisiológicos, existen unos factores de riesgo
relacionados con el desarrollo de ITUs4 . Algunos de ellos son: historia de ITUS de repetición,
presencia de litiasis, malformaciones urológicas maternas, multiparidad, infecciones de
transmisión sexual, presencia de reflujo vesicoureteral, insuficiencia renal, inmunodepresión,
diabetes, anemia de células falciformes, vejiga neurógena y nivel socioeconómico bajo

1.3URETRITIS 14
Es una inflamación (irritación con hinchazón y presencia de células inmunes adicionales) de la
uretra (el conducto por el que se elimina la orina del cuerpo) que puede continuar durante
semanas o meses. También se la conoce con el nombre alternativo de síndrome uretral.

Causas
La uretritis puede estar causada por bacterias, hongos o virus (por ejemplo, el virus del herpes
simple).

Las enfermedades de transmisión sexual, una causa frecuente de uretritis. Microorganismos de


transmisión sexual (como la Neisseria gonorrhoeae, que produce la gonorrea) pueden extenderse
hacia la uretra durante el acto sexual con una pareja infectada. La Chlamydia y el virus del herpes
simple también se transmiten habitualmente por vía sexual y pueden producir uretritis (véase
Clamidias y otras infecciones). El microorganismo de la gonorrea es el que causa más
frecuentemente uretritis en los hombres. Este microorganismo puede infectar la uretra de las
mujeres, aunque son la vagina, el cuello uterino, el útero, los ovarios y las trompas de Falopio los
que tienen mayor probabilidad de ser infectados. Trichomonas, un tipo de parásito microscópico,
también produce uretritis en los hombres. La uretritis también puede ser causada por otras
bacterias que suelen causar infecciones de las vías urinarias, como Escherichia coli.

Síntomas
Tanto en hombres como en mujeres la micción suele ser dolorosa y la necesidad de orinar se
vuelve más frecuente y urgente. A veces no aparecen síntomas. En los hombres, cuando la causa
es gonorrea o clamidia, suele existir secreción por la uretra, que por lo general es de color verde
amarillento y espesa cuando está implicado el gonococo, y puede ser de color claro y menos
espesa cuando los causantes son otros microorganismos. En las mujeres, la secreción es menos
frecuente.

Complicaciones
Las infecciones de la uretra que no reciben tratamiento o se tratan de manera inapropiada pueden
causar un estrechamiento (estenosis) de la uretra. La estenosis aumenta el riesgo de infecciones
en la vejiga o en los riñones. En pocos casos, la gonorrea no tratada conduce a una acumulación de
pus (absceso) alrededor de la uretra. Un absceso puede causar abombamientos de la pared uretral
(divertículos uretrales) que también se pueden infectar. Si el absceso perfora la piel, la vagina o el
recto, la orina puede fluir a través de un conducto anómalo de nueva formación (fístula uretral).

Diagnostico
Por lo general, los médicos establecen el diagnóstico de uretritis a partir de los síntomas y la
exploración. Si hay secreción, se recoge una muestra insertando un hisopo de algodón en el
extremo de la uretra. El frotis uretral se envía entonces al laboratorio para su análisis con el fin de
identificar el microorganismo infeccioso.

Prevención y tratamiento 15
El tratamiento depende de la causa de la infección. Sin embargo, la identificación del
microorganismo causante de la uretritis puede llevar días. Por lo tanto, los médicos suelen iniciar
el tratamiento con antibióticos que curan las causas más frecuentes. En el caso de los hombres
sexualmente activos, el tratamiento suele consistir en una inyección de ceftriaxona para la
gonorrea, más azitromicina o doxiciclina por vía oral contra la clamidia. Si las pruebas excluyen la
posibilidad de gonorrea o clamidia, puede utilizarse la asociación de trimetoprim y sulfametoxazol
o un antibiótico del grupo de las fluoroquinolonas (como el ciprofloxacino). Las mujeres pueden
recibir un tratamiento como si tuvieran cistitis. En casos de infección por el virus del herpes se
utiliza un medicamento antivírico, como el aciclovir. Si se sospecha que la causa es una
enfermedad de transmisión sexual, las parejas sexuales de la persona afectada deben ser
evaluadas para determinar si necesitan tratamiento. A los hombres que reciben un diagnóstico de
uretritis se les deben hacer los análisis correspondientes para descartar el VIH y la sífilis.

Las enfermedades de transmisión sexual, una causa frecuente de uretritis. Microorganismos de


transmisión sexual (como la Neisseria gonorrhoeae, que produce la gonorrea) pueden extenderse
hacia la uretra durante el acto sexual con una pareja infectada. La Chlamydia y el virus del herpes
simple también se transmiten habitualmente por vía sexual y pueden producir uretritis (véase
Clamidias y otras infecciones). El microorganismo de la gonorrea es el que causa más
frecuentemente uretritis en los hombres. Este microorganismo puede infectar la uretra de las
mujeres, aunque son la vagina, el cuello uterino, el útero, los ovarios y las trompas de Falopio los
que tienen mayor probabilidad de ser infectados. Trichomonas, un tipo de parásito microscópico,
también produce uretritis en los hombres. La uretritis también puede ser causada por otras
bacterias que suelen causar infecciones de las vías urinarias, como Escherichia coli.

1.2 CISTITIS
Es la inflamación aguda de la vejiga urinaria, con infección o sin ella.

Etiología
Puede tener distintas causas. La causa más frecuente de cistitis es la infección por
bacterias gram negativas, destacando entre todas la Escherichia coli. Para que un
germen produzca cistitis primero debe colonizar la orina de la vejiga (bacteriuria) y
posteriormente producir una respuesta inflamatoria en la mucosa vesical. A esta
forma de cistitis se le denomina cistitis bacteriana aguda. Afecta a personas de
todas las edades, aunque sobre todo a mujeres en edad fértil o a ancianos de
ambos sexos. Otras formas de cistitis son la cistitis tuberculosa (producida en el
contexto de una infección tuberculosa del aparato urinario), la cistitis química
(causada por efectos tóxicos directos de algunas sustancias sobre la mucosa
vesical, por ejemplo la ciclofosfamida), la cistitis rádica (secuela crónica de 16
tratamientos con radioterapia sobre la pelvis), la cistitis glandular (una metaplasia
epitelial con potencialidad premaligna) o la cistitis intersticial (una enfermedad
funcional crónica que cursa con dolor pélvico, urgencia y frecuencia miccional).

Síntomas
 Aumento en la frecuencia de las micciones (poliuria). Se experimenta una
necesidad constante de ir al baño incluso durante la noche (nicturia,
apremiante en ocasiones).
 Dolor intenso en la región suprapúbica (sobre la vejiga).
 Disuria (ardor y dificultad, complicada con dolor, al orinar e incluso
después).
 Fiebre (por encima de los 37 °C).
 También puede presentar orina turbia acompañada o no de piuria (aumento
de los leucocitos en la orina) o hematuria (presencia de hematíes en la
orina). Suele ir acompañada también por fuerte mal olor.

Diagnostico
Algunos de los síntomas enumerados en la sección anterior no son exclusivos de
esta patología, por lo que se hace necesario recurrir a pruebas diagnósticas
concretas que confirmen que se trata de un caso de cistitis. Generalmente se
recurre a una muestra de orina en la que se rastrean los siguientes componentes:
glóbulos blancos, glóbulos rojos, bacterias y ciertos elementos químicos como los
nitritos.
1.3 PIELONEFRITIA
La pielonefritis o infección urinaria alta es una infección del riñón que involucra el
parénquima renal, la pelvis renal y los cálices renales. Normalmente, los
microorganismos que la producen ascienden desde la vejiga hasta el parénquima.
Se caracteriza por dolor al orinar, fiebre, escalofríos, dolor en el flanco y la zona
lumbar, náuseas y vómitos
Epidemiologia
Existe mayor prevalencia en mujeres que en hombres, siendo 12,5 casos por cada
10 000 habitantes para ellas y 2,3 para ellos. También varían según la franja de
edad: las mujeres jóvenes, por su mayor actividad sexual, y los ancianos y niños,
por sus cambios anatómicos y hormonales.3 Además un 1-2 % de las
embarazadas desarrollan la enfermedad.4 Hay diferentes factores de riesgos,
entre las que se pueden destacar, por ser más comunes:

El reflujo vesicoureteral: consiste en un reflujo persistente de orina desde la vejiga


a las vías urinarias en sentido ascendente, con estancamientos de orina en la 17
pelvis renal.
La uropatía obstructiva: es un taponamiento de las vías urinarias produciendo el
estancamiento de la orina. Existen muchas causas de uropatía obstructiva, la
causa más frecuente es la urolitiasis.
 Anomalías urinarias.
 Diabetes.
 Embarazo.
 Inmunosupresión.
 Tumores masas abdominales.

Clasificación y etiología
Pieloneftitis aguda
Es una infección del parénquima renal originado secundariamente a una infección
de las vías urinarias, pero también la colonización del riñón se da por vía
hematógena desde focos infecciosos a distancia. Escherichia coli es la bacteria
aislada en la mayoría de los casos, pero también se pueden encontrar otros
microorganismos involucrados: Staphylococcus aureus, Pseudomonas
aeruginosa, Salmonella spp, Mycobacterium tuberculosis, Candida spp y otras
micosis diseminadas.

El mecanismo más frecuente en la génesis de la PA es el ascenso de los


microorganismos desde la vejiga hasta la pelvis renal a través de los uréteres,
gracias a diferentes condiciones favorecedoras, dependientes tanto del
microorganismo como del huésped, principalmente relacionadas con los
mecanismos de adherencia de los microorganismos al urotelio y la existencia de
factores mecánicos, como obstrucción del flujo urinario, traumatismos, reflujo
vesicoureteral, disfunción vesical neurogénica o la presencia de sonda vesical.
(Swearinger, 2018)
Cabe destacar la pielonefritis aguda complicada, que es aquella que se desarrolla
en pacientes inmunodeprimidos o con alteraciones anatómicas y/o funcionales de
la vía urinaria: neoplasias, estenosis, embarazadas y diabéticos, entre otros. Las
infecciones recurrentes u hombres con focos prostáticos también se consideran
complicadas (N, 2018)
Pielonefritis enfisematosa
La pielonefritis enfisematosa es una infección necrótica del riñón caracterizada por
la presencia de gas en el interior del parénquima renal, en estructuras excretoras o
en los espacios perirrenales. Es un proceso poco frecuente, que afecta sobre todo 18
a las personas diabéticas, y que se asocia a la proliferación de bacterias no
anaerobias formadoras de gas. También es un proceso grave, capaz de provocar
la muerte con rapidez, como consecuencia del estado de shock séptico y del
síndrome de disfunción multiorgánica que origina.

Pielonefritis crónica
Se trata de una infección de vías urinarias más grave que la forma aguda. La
pielonefritis crónica ocurre de forma mucho más frecuente cuando existe el
llamado reflujo vesico-ureteral, debido a anomalías estructurales congénitas que
impiden el vaciado normal de los túbulos colectores renales. Las complicaciones
más temibles son el daño de los túbulos renales que puede progresar a una
insuficiencia renal crónica. En algunos casos puede existir sepsis.

Esta forma es una infección del parénquima renal originado secundariamente a


una infección de las vías urinarias, pero también la colonización del riñón se da
por vía hematógena desde focos infecciosos a distancia y puede causar la muerte.

Al ser una infección por un defecto congénito, es más frecuente diagnosticarlo en


niños, a veces de manera tardía, cuando el daño renal está demasiado avanzado.

2. INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO EN LA MUJER


EMBARAZADA
Es la condición que más frecuentemente se presenta en la gestación. La infección urinaria en el
embarazo puede ser de diferentes grados de gravedad dependiendo del sector del aparato
urinario que esté afectado, siendo el más grave cuando se afectan los riñones. El embarazo
favorece la aparición de infecciones urinarias por los cambios hormonales que se presentan.

2.1 Causas
 La disminución de la contracción de la vejiga
 El aumento de eliminación de glucosa en la orina

 La compresión de la vejiga

 La mayor posibilidad de llegada de gérmenes desde otras partes del


organismo al riñón debido al aumento de la circulación sanguínea general
que se da en el embarazo.
19

 Los síntomas varían desde ninguno en la bacteriuria asintomática (5 a 10%


de las embarazadas), hasta fiebre y malestar generalizado con chuchos en
la pielonefritis, es decir en la pelvis renal (1 a 2%), pasando por síntomas
que se confunden con los propios del embarazo en la cistitis.

 Se detecta mediante exámenes de orina que buscan los gérmenes que la


provocan, y también en sangre en casos de infecciones graves.

2.2 Patogenia
El mecanismo de invasión del sistema urinario es el ascenso de microorganismos
uropatógenos por la uretra. Los uropatógenos, típicamente Escherichia coli,
provienen de la flora rectal, pero pueden colonizar el periní y el introito. Favorecen
esta colonización factores de virulencia de la bacteria, incluyendo la presencia de
fimbrias, que se adhieren a las mucosas (Connell, 2017)

2.3 Factores que favorecen al desarrollo de bacteriuria en la mujer

Esta adhesión se favorece también por determinantes genéticos expresados en


los epitelios de la mujer. La deficiencia de estrógeno altera el trofismo genital,
altera su flora y también favorece la colonización por bacterias uropatógenas. Los
siguientes factores podrían explicar la mayor incidencia de ITU en la mujer en
relación al hombre: Menor longitud de la uretra, menor distancia entre el ano y el
meato urinario, el ambiente periuretral más seco en el hombre y la actividad
antibacteriana del fluido prostático. En la mujer, el masaje uretral que se produce
durante la cópula favorece el ingreso de bacterias.
Un sistema urinario sano es un mecanismo de defensa contra la infección. La
orina tiene propiedades antibacterianas, y el flujo de orina diluye y elimina
bacterias que hayan ingresado. Alteraciones en la función o estructura del sistema
urinario, incluyendo obstrucción, presencia de cálculos o cuerpos extraños, así
como reflujo vesicoureteral favorecen la infección.

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21

2.2 Etiología

La Escherichia coli es la bacteria que más frecuentemente produce ITU. En algunos países, pero no
en el nuestro, se describe una alta incidencia de ITU por Staphylococcus saprophyticus en mujeres
jóvenes sexualmente activas (Colodner, 2017) . En infecciones recurrentes, nosocomiales o
complicadas, aumenta la frecuencia relativa de Proteus, Pseudomona, Klebsiella, Enterobacter y
enterococo. En estos casos aparecen también E. coli resistentes a antibióticos, infecciones por más
de un organismo e ITU por candida.

En infecciones recurrentes, nosocomiales o complicadas, aumenta la frecuencia relativa de


Proteus, Pseudomona, Klebsiella, Enterobacter y enterococo. En estos casos aparecen también E.
coli resistentes a antibióticos, infecciones por más de un organismo e ITU por candida.

2.3 Diagnostico
Frente a un cuadro clínico compatible, el diagnóstico se realiza con un examen de orina y un
urocultivo. Piuria es la presencia de más de 5 leucocitos por campo en el sedimento o más de 10
leucocitos por mm3 de orina. El examen con la cinta reactiva (dipstick) positivo para la presencia
de esterasa leucocitaria o de nitritos es consistente con ITU. Sin embargo, el análisis de orina es
sólo presuntivo de ITU. La llamada piuria estéril, o piuria con urocultivo negativo, puede deberse a
inflamación no infecciosa (nefritis intersticial aguda), a uretritis aguda por enfermedades de
transmisión sexual, o a tuberculosis del sistema urinario.

Se realiza un urocultivo cuantitativo para diferenciar estadísticamente una ITU de la


contaminación que se puede producir por bacterias de la uretra. En la ITU hay habitualmente más
de 105 bacterias por mL de orina (Bremnor, 2017)
Existen casos en que esta concentración es menor, y también se considera un urocultivo positivo
con más de 103 bacterias uropatógenas por mL, en presencia de síntomas de ITU. La muestra de
orina debe ser de “segundo chorro”, sondeo o punción suprapúbica. Todas estas técnicas
minimizan la contaminación de la muestra.

El urocultivo no está indicado en todas las presentaciones clínicas de ITU. En la cistitis en mujeres
jóvenes el tratamiento antibiótico se inicia sin necesidad de cultivo.

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3 BACTERIURIA ASINTOMATICA
3.1 Definición.
Se define como la presencia de bacterias en el cultivo de orina, en este caso de la gestante, en
ausencia de síntomas de infección del tracto urinario (ITU). La incidencia de la BA en el embarazo
(2-11%) es la misma que en mujeres no gestantes, aunque su tasa de complicaciones sí es mayor,
evolucionando a una pielonefritis aguda en un 30% de los casos no tratados. La relación de la BA
con el bajo peso al nacer y un mayor riesgo de parto pretérmino es polémica. Varios estudios han
encontrado relación aunque otros concluyeron en que únicamente se asocia si evoluciona a
pielonefritis o no es tratada adecuadamente. Por tanto, no existe una clara evidencia y estos
resultados se deben tomar con precaución.

Está indicado realizar un cribado mediante urocultivo a todas las gestantes para descartar la
presencia de bacteriuria asintomática (Recomendación fuerte ). Aunque es discutible cuándo
practicarlo, se acepta que dicho cribado sea realizado de la semana 12 a la 16, coincidiendo con la
primera visita prenatal o con la primera analítica que se realice a la gestante. Si dicho cultivo es
negativo, sería conveniente repetirlo en los sucesivos trimestres únicamente a las gestantes con
alto riesgo (historia de ITU recurrente, malformaciones urológicas, diabetes, anemia falciforme…).
En caso de detectar BA, se deben realizar cultivos con posterioridad para descartar las recidivas,
aunque no existe suficiente evidencia para determinar la frecuencia de dichos controles. La
Imagen 1 resume el manejo de la bacteriuria asintomática

3.2 Diagnostico.
El método diagnóstico de referencia es el urocultivo tanto en la BA como en cualquier ITU. En
mujeres embarazadas se considera diagnóstico un solo urocultivo positivo, no dos, como 9 en
mujeres no gestantes . Respecto al uso de tiras reactivas, parece que los potenciales beneficios
que presentan respecto al cultivo (más rápidas y económicas) no superan la posibilidad de obtener
falsos resultados (escasa sensibilidad y menor especificidad) y por ello no se recomienda su uso
como cribado de BA (calidad de la evidencia baja ).

Se considera diagnóstico un cultivo con >100.000 UFC/ml si se ha obtenido por micción, o


>1000UFC/ml en caso de haberse obtenido mediante sondaje vesical. Se recomienda realizar
limpieza previa de genitales externos, separación de labios vulvares y recogida del chorro medio
de la micción, pese a no haber una clara evidencia de que ello reduzca la contaminación2 (ver en
Anexos “Recomendaciones para la correcta recogida de la muestra”). En caso de sospechar
contaminación (crecimiento de más de un germen o UFC/ml entre 10.000 y 100.000), se
recomienda realizar otro cultivo. 23

3.3 Tratamiento.
Se recomienda realizar antibioterapia ante una BA en una gestante (Calidad de la evidencia II-
2, grado de recomendación A ), puesto reduce la evolución a una pielonefritis posterior
(calidad de la evidencia moderada7 ). En un metaanálisis de 13 ensayos clínicos se encontró un
OR 0,24; IC 95% 0,19-0,32, con un NNT de 7 (IC95% de 6-9) y una reducción del riesgo de
pielonefritis en un 75%. No se ha podido establecer un Gold Standard para el tratamiento
inicial de la BA en el embarazo .

Por tanto, es lógico pautar el antibiótico según el patrón de susceptibilidad del organismo aislado,
teniendo en cuenta el coste, la disponibilidad, los efectos secundarios y la tasa de resistencias en
el área9 (ver Informe de Sensibilidad a los Antibióticos, Anexo VIII). La duración óptima del
tratamiento es incierta, las pautas de 4-7 días parecen ser más eficaces, a costa de un menor
cumplimiento y mayores efectos secundarios que la dosis única, aunque esta parece ser menos
efectiva (a excepción de la fosfomicina) . Si es posible, se prefiere evitar antibióticos de amplio
espectro. En la Tabla 1 se resumen las opciones terapéuticas más aceptadas.

3.4 Seguimiento.
Está indicado hacer un cultivo a la semana de terminar el tratamiento, y mensualmente por el
riesgo de recurrencia (20-30% de los casos). Si el primer o segundo cultivo de control resulta
positivo (bacteriuria persistente), se puede cambiar a otro antibiótico según antibiograma .
Ante un tercer cultivo positivo, está indicada la terapia supresiva (Nitrofurantoína 50-100mg
diaria) . No es necesario realizar cultivos mensuales si se está administrando dicha terapia . No
obstante, se acepta realizar al menos un urocultivo en el inicio del tercer trimestre para
asegurar que la terapia supresiva está funcionando .
Si este resulta positivo (>100.000 10 UFC/ml), se tratará adecuadamente según el
antibiograma y luego, se seguirá con el tratamiento profiláctico, ajustado si es preciso, a la
sensibilidad del microorganismo . Si por el contrario existe una bacteriuria recurrente (cultivo
positivo con un microorganismo diferente al anterior, o bien primer cultivo de control negativo
y positivización en alguno de los siguientes), esta debe tratarse según antibiograma (no
recomendada la terapia supresiva o profiláctica) . En caso de sospecha de ITU en relación con
el coito, se recomienda la profilaxis poscoital de dosis única de cefalexina (250-500 mg oral) o
de nitrofurantoína (50-100 mg oral)

24

4.0 Bacteriuria asintomática por Streptocococus agalactie (SGB). Es importante que


en el laboratorio se utilicen técnicas adecuadas para la detección del Streptococcus agalactie;
pues de detectarse su presencia en los urocultivos estará indicado realizar profilaxis intraparto
para evitar la enfermedad neonatal por SGB1 (Calidad de la evidencia II-2; grado de
recomendación A ) sin ser necesario en estos casos realizar el cultivo vagino-rectal en semana
35-37 (Calidad de la evidencia II-2, grado de recomendación D8 ). El tratamiento antibiótico
puede decidirse según el antibiograma, aunque se aceptan penicilina, amoxicilina o cefalexina
oral durante 3-7 días10 . Se propone la siguiente actuación: • >100.000 UFC/ml de SGB en
orina: se recomienda tratamiento antibiótico de la bacteriuria asintomática y profilaxis
intraparto para SGB4 . •

5.0 Diagnóstico diferencial:


• Nefrolitiasis.
• Abruptio placentae.
• Corioamnionitis.
• Apendicitis.
• Colecistitis.
• Rotura de quiste ovárico.
• Mioma degenerado.

VI.0 Exploraciones complementarias:


Varían según el centro en el que se trate a la paciente. De forma general, sería
lógico realizar4 :
• Historia clínica: revisar la existencia de ITUs o BA previa, el germen que fue
identificado, el tratamiento y su control posterior.
• Exploración materna y fetal completa (incluyendo test de Bishop,
monitorización de la frecuencia cardíaca fetal (FCF), dinámica uterina y ecografía).
• Analítica con hemograma, electrolitos, PCR, función renal y sedimento urinario.
• Urocultivo previo al tratamiento. No requiere obligatoriamente sondaje vesical,
pero es recomendable realizarlo con una limpieza previa de genitales externos y
recoger el chorro medio miccional.
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• Hemocultivo: su indicación es discutida. En la actualidad no hay ensayos clínicos
randomizados que evalúen la utilidad del hemocultivo. Si bien existe bacteriemia
hasta en el 20% de pacientes con pielonefritis, no existe evidencia de que esta
implique un peor pronóstico o requiera un tratamiento diferente si la mujer no
presenta signos de sepsis. De todas formas, sería razonable obtenerlos en
aquellas mujeres que sí presenten síntomas sépticos o que tengan comorbilidades
importantes como diabetes .
• Técnicas de imagen: NO indicadas de rutina. Estaría indicado realizarlas en el
diagnóstico diferencial de un cólico nefrítico, pielonefritis recurrente, si la
paciente presenta severa afectación del estado general, historia de cirugías
urológicas o malformaciones anatómicas, sospecha de absceso, no respuesta al
tratamiento 13 médico, inmunosupresión o hematuria. En dichos casos, la
primera opción es la ecografía, puesto que evita la radiación al feto.

7.0 Tratamiento
La necesidad de hospitalización ha sido discutida. Mientras que la SEGO aboga por hospitalizar a
toda gestante con pielonefritis , ciertos centros únicamente hospitalizan a las gestantes que
cumplen ciertos ítems de gravedad . La evidencia de poder tratar ambulatoriamente las
pielonefritis se basa en dos ensayos clínicos que han comparado la posibilidad de dar tratamiento
ambulatorio versus el tratamiento hospitalario tradicional .

No obstante, pese a que no mostraron diferencias clínicas significativas, la muestra era bastante
pequeña en ambos estudios (n=120 y n=92). Además, en el primer ensayo, seis pacientes de la
rama de no hospitalización tuvieron que ser hospitalizadas y una llegó a presentar shock séptico.
En el segundo estudio, el 51% de las pacientes asignadas aleatoriamente para recibir el alta
temprana no cumplieron los criterios para hacerlo o desarrollaron complicaciones, lo cual impidió
el alta temprana. Debido a ello, los resultados deben tomarse con cautela.

Por tanto, debido a la falta de una evidencia sólida, se recomienda individualizar según las
características de cada caso para tomar la decisión terapéutica más apropiada. En caso de optar
por el tratamiento hospitalario, se debe realizar :

• Iniciar tratamiento antibiótico parenteral de forma empírica.

• La duración del tratamiento antibiótico será de 14 días.

• Hidratación intravenosa agresiva para mantener diuresis >30ml/h.


• Evaluar el balance hídrico.

• Controles analíticos periódicos

• Controles de constantes periódicos. Si la fiebre se mantiene 48-72 h después de haber iniciado


tratamiento antibiótico, se debe realizar un nuevo urocultivo y una ecografía renal para descartar
obstrucción u absceso renal.

• Cuando la paciente lleve 48-72h afebril, se puede cambiar a vía oral.

• Valorar alta hospitalaria con la paciente apirética, para completar el tratamiento antibiótico de
forma ambulatoria. 26

7.1 Tratamiento antibiótico empírico:


La primera opción son los betalactámicos de amplio espectro, considerándose las cefalosporinas
de 3º generación una buena elección. Se recomienda evitar las fluoquinolonas y aminoglucósidos.
Estos tratamientos deben ser ajustados cuando se obtenga el 14 antibiograma . En cuanto a los
antibióticos disponibles cuando realicemos el cambio a la vía oral tenemos los betalactámicos
(pasar a cefixima si se había pautado ceftriaxona), o el trimetoprim-sulfametoxazol (TMP-SMX) en
el 2º trimestre. La nitrofurantoína y la fosfomicina no son apropiados debido a los bajos niveles de
fármaco en el parénquima renal. En caso de que la paciente mostrara síntomas sépticos o una
afectación grave del estado general sería conveniente usar antibióticos distintos al resto de
pielonefritis, como el aztreonam o la ceftazidima.
Marco conceptual 27

Bacteriuria: Presencia de bacterias en la orina


Embarazo: período que transcurre entre la concepción (fecundación de un óvulo por un
espermatozoide) y el parto
Embarazo de alto riesgo: es aquel en que la probabilidad de enfermedad o muerte
antes, durante o después del parto es mayor que lo habitual para la madre como para el
niño 
Uro cultivo: Es un examen de laboratorio para analizar si hay bacterias u otros microbios
en una muestra de orina.
Microorganismo: organismo microscópico animal o vegetal
Antibiograma: Método o prueba que determina la sensibilidad de los gérmenes a los
antibióticos
Hematuria: Presencia de sangre en la orina
Glucosuria: Presencia de glucosa en la orina
Poliuria: Excreción muy abundante de orina
Leucocituria: Es la aparición en la orina de 5 o mas leucocitos (glóbulos blancos)
Hidronefrosis: hinchazón de uno o ambos riñones
uropatogenos: Bacterias causantes de numerosas infecciones en el tracto urinario
EGO: Prueba de laboratorio para conocer el aspecto físico y químico de la orina y la
detección de microorganismos en ella.
Nefritis: Inflamación de los tejidos del riñón.
Uretritis: Inflamación de la uretra causada por alguna infección causada por
microorganismos
Cistitis: Inflamación del revestimiento de la vejiga a causa de una infección de vías
urinarias
Pielonefritis: Infección del riñón y de la pelvis y de la pelvis renal

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