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Institución Educativa Emblemática Gran Unidad Escolar “José

Antonio Encinas”

ENSAYO DE JOSÉ MARÍA


ARGUEDAS: EL SEXTO

INTRODUCCIÓN:
José María Arguedas, sus obras poseían lo poético, lo social y lo cultural, proponiendo
de esta manera nuevos enfoques en este país donde se halla mucha diversidad, pero
que a la vez hay discriminaciones. Arguedas buscaba que exista una igualdad entre
todos los peruanos.
En el Perú se puede encontrar una variedad de culturas, lenguas, tradiciones, plantas,
animales, climas, ecosistemas, especies, músicas, costumbres, danzas, y muchas más
razones para sentirnos orgullosos y orgullosas de nuestro país, pero lamentablemente
no es el caso de muchos de nosotros los peruanos, que, en vez de valorar y sentirnos
orgullosos, en muchas ocasiones nos sentimos avergonzados, como de nuestra lengua
natal “El Quechua”. Personalmente me tocó vivir y escuchar cómo es que dicen que el
quechua sólo lo hablan los serranos, los indios, los cholos y los negros. Varios dirán que
no todos tienen esta ideología incongruente, pero aceptémoslo, sí la mayoría;
deplorablemente somos nosotros quienes nos excluimos, nos marginamos y nos
humillamos.
Se sabe que José María Arguedas es una persona mestiza, que vivió en dos mundos
distintos, y debido a la desvalorización hacia el mundo andino, le dio más interés a
este. En sus obras plasmó la realidad del Perú, la humillación del indígena, plasmó sus
sentimientos y todo lo que vivió en sus tiempos.
Arguedas, después de lo vivido a lo largo de su vida tuvo como propósito cambiar el
Perú a través de sus obras literarias. Ya que varias personas aún no entendemos que
todos los peruanos somos iguales.
Por tales motivos debemos valorar las obras literarias de Arguedas, y este ensayo fue
elaborado precisamente con esa finalidad.
DESARROLLO:
En la obra El Sexto; Arguedas cuenta las experiencias de Gabriel durante su prisión en
la conocida prisión de Lima.
Los personajes que encuentra (criminales, maleantes, degenerados, presos políticos y
estudiantes), su conducta, los hechos insólitos convertidos en norma carcelaria, una
especie de jaula rectangular dividida en tres pisos horizontales, en donde se
distribuyen de abajo hacia arriba: vagos y asesinos, maleantes, y detenidos políticos; la
noche y la mañana contempladas desde la celda, todo esto, por fin, en frente de
Gabriel, y al mismo tiempo en su entorno, lo impulsa a buscar perspectivas para
ordenar la secuencia de figuras desiguales que lo cercan.
En diálogo con Cámac, su compañero de celda, trabajador minero, intuitivo y serrano
como él, Gabriel aprende las más claras lecciones sobre la cárcel y la vida.
La negrura y el resplandor de sus ojos impresionan a Gabriel y transmiten algo
inexplicable; mientras tanto, el monstruo que habían idealizado adquiere otro
significado: en él se pone la estructura humana y económica del Perú, sólo que,
irónicamente el sector popular ocupa el nivel más alto.
Gabriel une su investigación con el desordenado estudio de Cámac, y reconoce que le
dan razón al minero, aparte que percibe una fuerza de emoción, lo aproxima a éste y
otros hombres de distintas creencias, y que en cambio lo separa del sustento que
caracteriza a los líderes de los partidos organizados en el penal.
Los tres personajes: Gabriel, Cámac y Juan, son de origen andino.
La vida en la cárcel debería ser entonces una experiencia compartida, ya que en ella se
revelan los defectos y virtudes del país, Gabriel descubre que su problema es como de
los otros políticos, no es un caso personal, ni de conciencia, y sin embargo está
cubierto de egoísmo.
‘‘La soledad no se goza; la soledad se sufre ‘‘: junto a la escoria humana, en El Sexto se
hallan los seres más pensantes del país; sin embargo, la desigualdad en las preguntas
aleja a los hombres más que las ideas, para Gabriel, lo que distingue a las personas es
su conducta.
Frente al peligro, los humanos se separan, a pesar de descubrir el misterio de la cárcel
y de la sociedad.
Después de oír las opiniones de Cámac sobre el estado del Perú y el remedio de su
crisis, Gabriel comenta: ‘‘Aun en la cárcel me parecían temerarias esas palabras ‘‘.
No había juzgado una amargura tan aguda de nuestro gobierno; En ellos, la prisión, el
rechazo de la persona, ofrece una reflexión reflejada de la empresa, el hombre que
quita la vida del ciudadano: libertad para comprender y expresarse; En resumen,
promete el sueño de un nuevo país.
CONCLUSIÓN:
La intuición y el sentimiento, el recuerdo y la furia unen a estos hombres en su percepción del
país como secuencia de espacios (sierra y costa), como espacio con profundidad que es el
Sexto y todo el Perú.

En El Sexto se hallan los seres más idealistas del país; sin embargo, las diferencias alejan a los
hombres más que las ideas, y para Gabriel, lo que distingue a las personas, es su conducta.

Y es que en ese lugar el escritor encontró lo peor que la sociedad ha tenido, pero a la vez la
esperanza de quienes luchaban por cambiarla, sufriendo no solo la falta de la libertad, sino,
también de torturas y sufrimientos.

Arguedas define "sexto" como una escuela representativa, pero al mismo tiempo que una
escuela de generosidad. Además de los pequeños desacuerdos que ocurren, hay ideales
generales que en ciertos momentos luchan contra la dictadura totalitaria y el deseo de aplicar
justicia social en este país.

Seudónimo: Noarissa

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