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PERUANO DE DOS MUNDOS

Ensayo

Peruano de corazón, su vida y orígenes nos llevan a preguntarnos ¿Quién fue José
María Arguedas? Creo que ni el mismo pudo responder, nacido el 18 de enero del año
1911 en Andahuaylas (Apurímac) quien tuvo una vida trágica ya que su madre murió,
cuando el apenas tenía 2 años y ¿cómo es que llegó a ser uno de los grandes
representantes de la literatura peruana? Es como si el destino o Dios hubiese querido
que se reencuentre con sus orígenes maternos que eran quechua hablantes, quizás
todos o nadie alguna vez llegaron a comprender la esencia de este personaje que
acabó sus días de una manera trágica. Él siempre en sus creaciones literarias buscaba
eliminar la discriminación de los pueblos indígenas, y la justicia para la gente del Perú
profundo.

La mayoría de sus obras, aparte de estar basadas en sus experiencias personales


incluyen también sus angustias y esperanzas. Gracias a este gran personaje nos
podemos dar cuenta de este gran error que estamos cometiendo hacia nuestro propio
pueblo y es una lástima que después de casi 50 años de su muerte, todavía existen
personas que siguen discriminando, pero ¿Por qué querer olvidar el origen de nuestra
identidad?

Los culpables somos nosotros que dejamos que pase, no decimos nada o nos
quedamos callados cuando alguien dice algún comentario discriminatorio, no hay que
permitirlo, no hay que quedarnos callados, hay que levantar nuestra voz, defender
nuestras costumbres, tradiciones y lenguajes, no hay que dejar que se pierda y pase a
la historia todas nuestras tradiciones, y seguir el ejemplo de este gran autor peruano.

Tal vez en vida no tuvo el reconocimiento merecido, sus tormentos y agonías que
reflejó en sus escritos, no dejó de mostrar el romanticismo y delicadeza, que más tarde
se convirtieron en el sentir del Perú profundo, pero fragmentado, tratando de que
comprendamos sus penurias. Con su primera novela escrita en 1941 nos devela el
pronunciado enfrentamiento de dos bandos, en la celebración de las fiestas patrias, el
del pueblo de Puquio por preservar las costumbres y misticismo de sus creencias y los
antagónicos MISTIS con influencias occidentales, refleja el vacío, las brechas en la
comunicación existente entre hermanos de la misma tierra.

Entonces, cómo es posible que las autoridades intentaran cambiar la tradición de un


pueblo con años de historia que debería ser transmitida de generación en generación a
través de sus manifestaciones culturales. Tal como se expresa en su obra: “se
empeñan ahora en corromper al indio, en infundirle el veneno del lucro y arrancarle su
idioma, sus cantos y sus bailes sus modos de ser, y convertirlo en miserable imitador,
en infeliz gente sin lengua y sin costumbres. Están arrojando a los indios por hambre,
de las alturas, y los amontonan en las afueras de las ciudades, entre polvo, la fetidez
del excremento y el calor. Pero se están poniendo una cuña ellos mismos. A un
hombre con tantos siglos de historia no se le puede destruir y sacarle el alma
fácilmente, ni con un millón de maleantes y asesinos” (Arguedas. 1961. P. 88)

Por eso no permitamos que nadie venga a querer cambiar o desaparecer nuestras
costumbres, debemos luchar y hacer justicia por lo que nos representa.

Tal como nos refleja en su tercera obra “Los Ríos Profundos” en donde el autor es
profundamente humano y nos pide que le tengamos más valor y respeto a los hombres
de los Andes, que por siglos fueron maltratados, humillados, explotados, despreciados
y mirados hasta con asco, el sonar melancólico de sus notas musicales, transparenta la
desidia de las clases dominantes de la época. Y debemos tener presente que somos
un solo país, un solo latir, que exige respeto por la cultura.

Perú no solo es Lima o no solo hay costa en el Perú, tenemos sierra y selva, en la cual
en todas hay diferentes costumbres y tradiciones, y en vez de juzgarlas o denigrarlas
debemos respetarlas, y agradecer que somos un país megadiverso, porque en cada
rinconcito existen pueblos con una cultura totalmente única, que nos representan con
danzas, músicas, lenguas y comidas, por eso y mucho más debemos sentirnos
enaltecidos de ser cholos, mestizos del lugar donde nacimos, de nuestra gente, de
nuestras costumbres y tradiciones, de ser un país multicultural.

En su obra “El Sexto” publicada en 1961 José María Arguedas, nos muestra una
narración con un testimonio exacto de cómo es la vida dentro de la cárcel, en este lugar
será testigo de las injusticias y demás aberraciones que se cometen dentro de una
prisión, tales como el dolor, la angustia, el sufrimiento y la muerte, donde nos muestra
un contexto político e ideológico.

Cómo iba a imaginar el personaje de la obra que la violencia y muerte no solo se


encontraba afuera, sino que formaba parte de las paredes y barrotes de este recinto.
La convivencia de sus inquilinos era un grito en silencio ante la displicencia de sus
carceleros.

En la obra el autor define “El Sexto” como la escuela del vicio, pero a la vez como una
escuela generosa. Y es que en ese lugar él encontró personas buenas y malas, él se
expresaba que en el país hasta la esperanza de quienes luchaban por cambiarlas, se
desvanecían, adoleciendo no solo la privación de la libertad si no también soportar
torturas y sufrimientos, en ella logró plasmar sus angustias, pero también en el fondo
de su alma encontró un horizonte de esperanza.

Arguedas manifiesta en sus obras la realidad del país en esa época tanto ideológica y
política como nos dice en su cuarta novela, donde habla de cómo es que los
gobernantes eran en ese tiempo con el Perú profundo y como él dijo “si no han sido
capaces de entender ese lenguaje del Perú como patria antigua y única, no merecen
sin duda dirigir este país” (Arguedas.1961. P.88) el autor quiere decir que no dejemos
que la gente equivocada represente a nuestro país o parte de ella, si no que sean
capaces de luchar por un Perú unido, sin discriminación y sin injusticias sociales.

Finalmente, su vasta producción deja grandes lecciones a los peruanos de hoy, hay
que leerla, hacerla nuestra lucha y cambiar. Costa, sierra y selva, todos somos uno, por
su cultura, por su gastronomía, por su pisco, por su ceviche, por su fútbol, por su
música, por su literatura, porque ser peruano, es algo único y extraordinario, como lo
fue este hombre de las letras indigenistas.

AUTOR

PARAÍSO

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