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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


“FRANCISCO DE MIRANDA”
AREA: CIENCIAS DE LA SALUD
PROGRAMA MEDICINA

FUNCION
TUBULAR

Integrantes:
Daniella Chacón CI:30.134.686
Daniela Angulo C.I:29.960.747
Carolyne García C.I:31.180.311
Manuel Gómez C.I:30.484.353
Valentina Suarez C.I:30.609.761
BARINAS, JUNIO DEL 2023

Transporte de agua y flujo de líquido en las diferentes partes del sistema


tubular
Un túbulo renal es la porción más extensa de una nefrona, la unidad funcional del
riñón. Tiene la función de modificar la composición del ultra filtrado producido por
el glomérulo, por medio de procesos de reabsorción y secreción, con la finalidad
de recuperar sustancias útiles y facilitar la eliminación de sustancias nocivas.
Estos procesos conducen finalmente a la formación de la orina.
El ultra filtrado glomerular se transporta a través de la estructura tubular de la
nefrona, atravesando: túbulo contorneado proximal, asa de Henle, túbulo
contorneado distal, y túbulo colector, por el que es conducido hasta la región
papilar, para desembocar en los cálices renales, convertido ya en orina.
En un día se filtran y llegan a los túbulos un total de 180 litros de plasma, que
arrastran agua, sales minerales, vitaminas, hormonas, lípidos, azúcares sencillos,
aminoácidos y proteínas de peso molecular bajo, así como productos de
desecho metabólico (urea, ácido úrico, bilirrubina, creatinina) y productos de
naturaleza exógena, como medicamentos.
Los mecanismos pasivos para el transporte son:
 Difusión simple.
 Difusión simple facilitada.
 Difusión facilitada acoplada a 2 o más sustancias.
Los mecanismos activos para este transporte son:
 Transporte activo primario.
 Endocitosis.
Capacidad de absorción y secreción de los túbulos renales.
El túbulo renal es el responsable de la reabsorción selectiva del filtrado glomerular
y de las secreciones tubulares. Algunas sustancias, tales como la glucosa y los
aminoácidos, que se filtran a nivel del glomérulo, son completamente reabsorbidas
a nivel tubular; otras se reabsorben solo parcialmente y otras, como la creatinina;
se reabsorben y se excretan en mínima cantidad.
Los mecanismos de transporte que tienen lugar entre los túbulos de la nefrona y
los capilares son:
1. Reabsorción: proceso en el que el epitelio tubular recupera solutos y agua
que van a ser absorbidos por los capilares peri tubulares.
2. Secreción: proceso por el que las sustancias son aportadas desde el
espacio intersticial hasta la luz del túbulo.
Para que esté mecanismo de absorción y secreción ocurra la ultra filtrada
glomerular que sale del corpúsculo renal tiene que transportarse a través de las
estructuras tubulares de la nefrona, desplazándose por: túbulo contorneado
proximal, asa de Henle, túbulo contorneado distal y el túbulo colector que
desemboca en los cálices renales.
En un día llegan a los túbulos y se filtran aproximadamente 180 litros de plasma,
recuperando nutrientes, agua, minerales, vitaminas y eliminando productos de
desecho como urea, ácido úrico, creatinina y bilirrubina.

Mecanismos que regulan el movimiento del Agua:


Nuestro cuerpo está expuesto de manera continua a la pérdida de fluido, con una
pérdida media de unos 2500 ml (2,5 litros) al día. Perdemos unos 100 ml a través
de las heces, 200 ml por el sudor y 700 ml por la respiración y la piel (exceptuando
el sudor). El resto se pierde por la excreción de orina.
Esta pérdida de agua debe ser compensada por la ingesta de líquidos, debiendo
ingerir diariamente unos 2500 ml. Alrededor de un 10% del suministro de agua
proviene de la maquinaria propia del cuerpo, como un bioproducto del
metabolismo, como por ejemplo el agua producida como bioproducto de la
producción de ATP a partir de glucosa de las células. En total, producimos unos
250 ml de agua de esta forma cada día. El alimento que ingerimos también aporta
líquido y constituye un 30% de la ingesta diaria de líquido, mientras que beber
líquido directamente aporta el 60% restante del líquido total.
Hay dos factores principales que controlan el equilibrio hídrico:
• la ingesta
• la pérdida de agua
El mecanismo principal de la regulación de la ingesta de agua es la sed. Un
aumento en la concentración de plasma del 2—3% desencadena la sensación de
sed en el hipotálamo, al igual que lo hacen la sensación de boca seca y una
pérdida de volumen sanguíneo, o sea, la disminución de la presión sanguínea
detectada por los barorreceptores, pero esto no ocurre hasta que se produce una
reducción del 10-15% y por ello es menos importante que la sensación de sed. En
el centro de la sed en la pituitaria, los osmorreceptores responden a la
concentración de sales en la sangre y la sed se activa por un aumento de la
concentración de sales en plasma. Estos también pueden ser estimulados por
otros factores, como la angiotensina II, así como por barorreceptores que miden la
presión sanguínea.
El mecanismo más importante para la regulación de la pérdida de agua es la
hormona antidiurética (HAD), que se segrega en el hipotálamo en base al aumento
de la concentración de plasma (y otros factores). La HAD actúa en la absorción de
agua en el riñón para disminuir la eliminación de orina. De esta manera, el cuerpo
retiene agua para que la concentración de plasma vuelva a niveles normales.
Métodos de transporte de agua
• Paracelular:
o El agua se desplaza a través de las uniones estrechas epiteliales (subtipo
“permeable” de las uniones estrechas).
o El movimiento del agua está dictado por la osmolaridad (ósmosis).
• Transcelular:
o El agua se desplaza por la célula a través de canales específicos conocidos
como acuaporinas.
o Las acuaporinas se encuentran en:
 Túbulo proximal
 Porción delgada descendente del asa de Henle
 Conducto colector
• Arrastre por solventes:
o Algunos solutos son “arrastrados” por el movimiento del agua.
o Los solutos se mueven a través de corrientes convectivas creadas por el
movimiento del agua.

Mecanismos que regulan el movimiento de los solutos en los Túbulos


Renales:
El túbulo renal es el responsable de la reabsorción selectiva del filtrado glomerular
y de las secreciones tubulares. El túbulo renal regula la excreción de cada soluto
particular en forma casi independiente del resto; ya sea por medio de transporte
pasivo (difusión) ya sea por medio del transporte activo (mediado por proteínas de
membrana). Después de pasar a través de él, el filtrado glomerular se modifica
transformándose en orina.
La reabsorción de cada sustancia incluye diversas etapas. Inicialmente, la
sustancia tiene que pasar a través de la membrana y el citoplasma de las células
epiteliales del túbulo renal (vía transcelular) o a través de los espacios
intercelulares (vía paracelular) hasta alcanzar al líquido intersticial y después
atravesar el endotelio en los capilares peritubulares por ultrafiltración generada por
las fuerzas hidrostáticas, La reabsorción tubular permite la recuperación del 99%
del agua filtrada en el glomérulo, y gran parte de los solutos. La velocidad de
reabsorción media es de 124 ml/min.
En general la reabsorción a través de los capilares peritubulares se define como el
producto de la fuerza neta de reabsorción y del coeficiente de filtración del capilar.
Cabe destacar que el tubulo proximal es el principal encargado de la reabsorción y
secreción casi total de los principales solutos, además de la reabsorción del 70%
del agua filtrada.
Mecanismos de concentración y dilución de la orina
Los riñones ajustan su diuresis para compensar las ingestas de agua
anormalmente bajas o altas, o las pérdidas anormalmente altas por otras rutas.
Las hormonas involucradas en la coordinación de estas funciones incluyen la
angiotensina II, aldosterona y la hormona antidiurética (ADH), también llamada
vasopresina. Los riñones necesitan excretar unos 600 miliosmoles/día,
independientemente del volumen de agua excretada
Cuando la ingesta de agua es especialmente alta, el riñón humano puede generar
orina con una osmolalidad tan baja como 40 ml diluyendo la orina unas 7.5 veces
con respecto al plasma. Como los riñones deben seguir secretando 600 ml de
solutos, el volumen de orina en una diuresis acuosa extrema se elevaría hasta los
15 l/día.
Por otra parte, cuando es preciso conservar agua (cuando está restringida la
ingesta de agua o cuando las pérdidas son excesivas), el riñón es capaz de
generar orina con una osmolaridad alta de hasta 1200 mOsm, concentrando la
orina alrededor de 4 veces con respecto al plasma sanguíneo. Como los riñones
deben seguir secretando 600 mOsm de solutos, el volumen de orina en una
diuresis acuosa extrema se disminuye hasta los 0.5 l/día.
Cuando la osmolaridad de los líquidos corporales aumenta por encima de lo
normal, el lóbulo posterior de la hipófisis secreta más ADH, que aumenta la
permeabilidad al agua de los túbulos distales y de los conductos colectores,
aumentando la reabsorción de agua. En cambio, una disminución de la
osmolaridad del líquido extracelular disminuye la secreción de ADH, lo que
disminuye la permeabilidad al agua y conduce a la excreción de mayores
cantidades de orina diluida. De este modo, la presencia o falta de ADH determina,
en gran parte, que el riñón excrete una orina diluida o concentrada.
Sistema renina angiotensina
El sistema renina-angiotensina es un sistema hormonal que regula la presión
arterial, el equilibrio de líquidos y la homeostasis del cuerpo. Está compuesto por
varias etapas y componentes que interactúan entre sí para mantener la función
cardiovascular adecuada.
El proceso comienza con la secreción de una enzima llamada renina desde las
células del riñón en respuesta a una disminución en el flujo sanguíneo renal, la
presión arterial baja o niveles bajos de sodio en la sangre. La renina convierte una
proteína llamada angiotensinógeno, producida por el hígado, en angiotensina I.
La angiotensina I, una vez formada, es convertida en angiotensina II por la acción
de una enzima llamada enzima convertidora de angiotensina (ECA). La ECA está
presente principalmente en los pulmones, pero también se encuentra en otros
tejidos.
La angiotensina II es el componente activo del sistema renina-angiotensina y tiene
múltiples efectos en el cuerpo. Uno de los principales efectos de la angiotensina II
es la constricción de los vasos sanguíneos, lo que aumenta la resistencia vascular
periférica y eleva la presión arterial. También estimula la liberación de aldosterona,
una hormona que promueve la reabsorción de sodio y agua en los riñones, lo que
ayuda a aumentar el volumen sanguíneo y la presión arterial.
Además de sus efectos sobre la presión arterial y el equilibrio de líquidos, la
angiotensina II también tiene efectos directos sobre el corazón, los vasos
sanguíneos y otros tejidos. Puede promover el crecimiento y la proliferación de
células musculares lisas, lo que puede contribuir a la remodelación vascular y el
desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
El sistema renina-angiotensina es un objetivo importante en el tratamiento de la
hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares. Los inhibidores de la ECA y
los bloqueadores de los receptores de angiotensina II son medicamentos
comúnmente utilizados para bloquear los efectos de la angiotensina II y reducir la
presión arterial. También se están investigando nuevos fármacos y enfoques
terapéuticos para modular este sistema y tratar diversas enfermedades.

Efecto del potasio sobre aldosterona


El potasio tiene un efecto directo sobre la producción y secreción de aldosterona,
una hormona producida por la glándula suprarrenal que regula el equilibrio de
sodio y potasio en el cuerpo.
Cuando los niveles de potasio en la sangre son bajos, se estimula la liberación de
aldosterona. La aldosterona actúa sobre los riñones para aumentar la reabsorción
de sodio y la excreción de potasio en la orina. Esto ayuda a mantener los niveles
de potasio dentro de un rango normal en el organismo.
Por otro lado, cuando los niveles de potasio en la sangre son altos, se reduce la
producción de aldosterona. Esto disminuye la reabsorción de sodio y la excreción
de potasio en los riñones, lo que ayuda a eliminar el exceso de potasio del cuerpo.
El equilibrio de sodio y potasio es esencial para el funcionamiento adecuado de
muchas células en el cuerpo, incluyendo las células del sistema nervioso y las
células musculares, incluido el músculo cardíaco. Los cambios en los niveles de
potasio pueden tener efectos importantes en la excitabilidad y función de estas
células.
Es importante destacar que la aldosterona también puede ser regulada por otros
factores además del potasio, como el sistema renina-angiotensina y la
concentración de sodio en la sangre. Estos mecanismos de regulación están
interconectados y trabajan en conjunto para mantener el equilibrio electrolítico
adecuado en el cuerpo.
En resumen, los niveles de potasio en la sangre tienen un efecto directo sobre la
producción y secreción de aldosterona. Cuando los niveles de potasio son bajos,
se estimula la liberación de aldosterona para aumentar la reabsorción de sodio y
excreción de potasio. Cuando los niveles de potasio son altos, se reduce la
producción de aldosterona para disminuir la reabsorción de sodio y excreción de
potasio. Esto ayuda a mantener el equilibrio de electrolitos en el cuerpo.

Retroalimentación de aldosterona sobre el potasio


La aldosterona también tiene un efecto de retroalimentación sobre los niveles de
potasio en el cuerpo. Cuando los niveles de aldosterona aumentan, se promueve
la excreción de potasio en los riñones, lo que ayuda a reducir los niveles de
potasio en la sangre.
La aldosterona actúa en los riñones para aumentar la reabsorción de sodio y la
excreción de potasio. Esto significa que los riñones retienen más sodio y eliminan
más potasio en la orina. A medida que se excreta más potasio, los niveles de
potasio en la sangre disminuyen, volviendo así a un rango normal.
Esta retroalimentación negativa entre la aldosterona y el potasio es importante
para mantener el equilibrio adecuado de potasio en el cuerpo. Cuando los niveles
de potasio son bajos, se estimula la producción y liberación de aldosterona para
promover la excreción de potasio. A medida que los niveles de potasio vuelven a
subir, se reduce la producción de aldosterona, lo que ayuda a limitar la excreción
de potasio y mantenerlo dentro de los niveles normales.
Es importante destacar que esta retroalimentación de la aldosterona sobre el
potasio es solo uno de los mecanismos involucrados en la regulación de los
niveles de potasio en el cuerpo. Otros factores, como la ingesta dietética de
potasio, la función renal y otros sistemas de regulación hormonal, también
desempeñan un papel en mantener el equilibrio de potasio adecuado.
En resumen, la aldosterona ejerce una retroalimentación negativa sobre los
niveles de potasio en el cuerpo. Aumenta la excreción de potasio en los riñones
cuando los niveles de potasio son altos y disminuye su producción cuando los
niveles de potasio vuelven a la normalidad. Esto ayuda a mantener el equilibrio de
potasio en el cuerpo dentro de un rango adecuado.

Papel de la sed
La sed juega un papel fundamental en la regulación del equilibrio hídrico en el
cuerpo. Es una sensación que nos impulsa a beber líquidos cuando estamos
deshidratados o cuando nuestros niveles de agua en el cuerpo son bajos.
Cuando hay una disminución en el volumen de agua en el organismo, ya sea
debido a la sudoración, la pérdida de líquidos a través de la orina o la respiración,
se activa un mecanismo de señalización que estimula la sensación de sed. Esta
señalización puede ser iniciada por la activación de los receptores de la boca y la
garganta, así como por señales químicas y hormonales en el cuerpo.
La sed es una respuesta adaptativa que nos impulsa a buscar y consumir líquidos
para reponer el agua perdida y restablecer el equilibrio hídrico en el cuerpo. Beber
líquidos adecuados y mantener una hidratación adecuada es esencial para el
funcionamiento óptimo de numerosos procesos fisiológicos, incluyendo la
regulación de la temperatura corporal, la función renal, la digestión y el transporte
de nutrientes.
Es importante destacar que la sed es solo una respuesta inicial para iniciar la
ingesta de líquidos. Sin embargo, puede haber situaciones en las que la sensación
de sed no sea suficiente para mantener una hidratación adecuada, como en
condiciones extremas de calor, ejercicio intenso o enfermedades que aumentan la
pérdida de líquidos. En estos casos, es importante beber líquidos de manera
regular, incluso antes de sentir sed, para prevenir la deshidratación.
En resumen, la sed es una respuesta fisiológica que nos impulsa a beber líquidos
para mantener el equilibrio hídrico en el cuerpo. Es una señal de que nuestros
niveles de agua están bajos y nos incita a buscar y consumir líquidos para
reponerlos. Mantener una hidratación adecuada es esencial para el buen
funcionamiento de numerosos procesos fisiológicos en el cuerpo.

Regulación renal del ion calcio


La vía más importante en la eliminación del calcio en el organismo es la renal.
Otras vías de eliminación, como el calcio fecal endógeno y el sudor, tienen menor
importancia. El riñón regula la excreción de calcio por tres mecanismos: filtración
glomerular, reabsorción en el túbulo proximal y reabsorción en el túbulo distal. El
calcio filtrado por el glomérulo es aproximadamente un 50% del calcio sérico, ya
que el resto está unido a proteínas. Este calcio ultra filtrable varía por
modificaciones del pH y de la concentración de proteínas. Se calcula que se filtran
unos l0 g/24 h de calcio por el glomérulo y que se excretan sólo unos 175 mg de
éste. Se reabsorbe aproximadamente el 98% del calcio filtrado, del cual un 70% se
reabsorbe en la nefrona proximal, un 20% en el asa de Henle y un 10% en el
túbulo distal y colector. Dicha reabsorción parece estar asociada con la de sodio, y
los factores que influyen en la resorción de sodio, como la infusión salina o 1os
diuréticos, también lo hacen en el calcio, aunque en diferente medida.
La reabsorción tubular de calcio está regulada principalmente por la actividad de la
PTH, que la incrementa en el túbulo distal12, y está en parte ligada a la
reabsorción tubular de sodio e inversamente relacionada con el aporte proteico.
Un aporte elevado de sodio y proteínas puede incrementar la pérdida obligatoria
de calcio en la orina y puede agravar estados carenciales de calcio7.

Carga tubular y máximo tubular


Se denomina carga tubular de una sustancia a la cantidad de la misma que
por unidad de tiempo pasa desde la sangre al túbulo de la nefrona; y su valor
depende de la concentración plasmática de la sustancia y de la tasa de filtración
glomerular

Máximo tubular
Los riñones regulan la homeostasis del agua y los solutos mediante los procesos
de filtración, reabsorción, secreción y excreción. Tras la filtración de la sangre a
través de los glomérulos, el sistema tubular toma el relevo y se encarga de ajustar
la composición de la orina a través del resto de la nefrona. La reabsorción,
secreción y excreción se producen a través de mecanismos de transporte
activos y pasivos y responden dinámicamente a las necesidades actuales del
organismo para mantener la homeostasis de la composición del plasma y el
volumen sanguíneo. Los segmentos primarios del sistema tubular incluyen el
túbulo proximal, el asa de Henle, el túbulo contorneado distal y los
conductos colectores. Cada segmento tiene transportadores y funciones
únicas.
Aproximadamente cada 22 minutos, la totalidad del plasma sanguíneo ha
sido filtrado en los glomérulos. Esto quiere decir que los riñones filtran
aproximadamente 180 L/día de plasma. Sin embargo, el volumen de orina en
24 horas suele ser algo inferior a 1,5 litros, de los que aproximadamente el 95 %
es agua y el 5% restante son sustancias de desecho. Por tanto, la composición del
ultra filtrado glomerular, durante su paso por los túbulos renales es modificado
para que gran parte del agua y los oligoelementos filtrados sean reabsorbidos
y transportados a los capilares peritubulares para ser reutilizados. Pero a nivel
tubular no solo se produce un proceso de reabsorción. En sentido contrario, es
decir, desde los capilares peritubulares hacia la luz del túbulo renal, algunas
substancias son secretadas. Estos procesos de reabsorción y secreción permiten
por ejemplo que, solutos importantes como la glucosa se recuperen
completamente, mientras que la mayoría de las toxinas son secretadas y no
reabsorbidas.
Aclaración Osmolar tubular
 Regulación de la osmolaridad y del volumen de los líquidos corporales 
 Reabsorción de sodio y agua
El sodio y sus sales representan alrededor del 90% de los solutos osmóticamente
activos del medio interno y participan mayoritariamente en la osmolalidad y
volumen de éste. De su proceso de reabsorción depende la de gran parte
de solutos por el transporte acoplado o la difusión, aprovechando gradientes
electroquímicos favorables generados por el sodio. Las variaciones que afectan al
sodio repercuten en el volumen del líquido extracelular (LEC), originando
complejos mecanismos de respuesta para el restablecimiento de los valores
fisiológicos. Todas las sales de sodio circulantes se filtran a nivel glomerular.
De ellos, se reabsorben el 96-99%. Dependiendo de la ingesta de sodio, son
excretados entre 150 y 1.000 mEq diarios que coinciden con lo aportado por la
dieta. Este equilibrio permite mantener un valor promedio para el sodio, en el
medio interno de 145 mEq/ L.
Factores que afectan la intensidad da eliminación del volumen del liquido
Presiones que afectan al filtrado glomerular. Al tratarse de un proceso físico
dependiente de presiones, los principios que rigen la filtración glomerular no
difieren de los establecidos para cualquier otro lecho vascular, y por tanto depende
de los siguientes factores:
1. Presión hidrostática sanguínea: La presión hidrostática en capilares
glomerulares es esencialmente la fuerza principal que empuja a la sangre
contra la barrera de filtración glomerular. Por esta razón, la presión
sanguínea en el glomérulo renal es excepcionalmente elevada
(aproximadamente 55 mmHg) en comparación con la observada en
otros lechos capilares que es de 26 mmHg. Para mantener esta elevada
presión hidrostática sanguínea, arteriolas aferentes y eferentes en el
glomérulo presentan unas diferencias en su diámetro importantes. Esto
hace que se dificulte el drenaje capilar por la arteriola eferente, y se
mantenga en todo el lecho capilar glomerular una elevada presión
hidrostática, generándose a nivel de arteria eferente una presión promedio
de 30 mmHg.

2. Presión hidrostática capsular: Es la presión hidrostática ejercida contra


la membrana de filtración por el líquido del espacio capsular. Esta presión
se opone a la filtración hacia el túbulo renal y oscila alrededor de 15 mm
Hg.
3. Presión osmótica coloidal en los capilares glomerulares: es la
presión ejercida por las proteínas en la sangre, que tiende a recuperar el
agua filtrada. A nivel de la capsula glomerular se mantiene de forma más o
menos constante una presión coloidal de aproximadamente 30 mmHg.
Las presiones anteriores determinan la presión de filtración neta. Esta
representa el resultado de la suma de las presiones que favorecen o se
oponen al filtrado glomerular.

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