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SEMANA 15

SISTEMA EXCRETOR
El sistema renal es un componente central de la homeostasis, específicamente
de la osmorregulación, ya que no solo se encarga de eliminar sustancias de
desecho, sino que mantiene constante la composición química y el volumen
interno de la sangre para el correcto funcionamiento celular. Para mantener
constante la composición química de la sangre, la principal función del sistema
renal es la eliminación, llamada también excreción, de sustancias de desecho.
Estas provienen del metabolismo celular (por ejemplo, la degradación de
proteínas), así como también de los alimentos y líquidos ingeridos, los que
también poseen sustancias nocivas. Por otro lado, el control del volumen interno
de la sangre se efectúa a través de la absorción o eliminación del exceso de
agua y de iones, como Na+, que está presente en la sal y que se absorbe junto
con el agua.

Para poder llevar a cabo dichas funciones, el sistema renal está compuesto por
una serie de estructuras que, desde los riñones, transportan las sustancias de
desecho hacia el medio exterior. En cada riñón, se elabora la orina, cuyo
proceso de formación veremos más adelante. La orina viaja desde los riñones
hasta unas estructuras denominadas uréteres, que la conducen hasta la vejiga
urinaria, lugar en el que se almacena hasta que alcanza su volumen máximo.
Luego, este líquido se elimina hacia el exterior a través de la uretra (cuya
diferencia radica en hombres y mujeres, en su disposición y extensión) en un
proceso conocido como micción.

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CENTRO DE ESTUDIOS PREUNIVERSITARIOS (CEPU)


1. El riñón, centro del sistema renal
Los riñones humanos son dos órganos de un tamaño equivalente al de una
mano empuñada. Juntos reciben y filtran 400 litros de sangre por día, lo que
equivale a dos tambores de 90 cm de alto y 60 cm de ancho.

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2. Formación de la orina

En la formación de la orina, interactúan todas las estructuras del nefrón. Se


realiza en tres procesos: la filtración glomerular, la reabsorción tubular y
la secreción tubular.

A. Filtración glomerular
El glomérulo es el espacio en el cual comienza a formarse la orina. La
sangre ingresa al glomérulo a una gran presión (superior a los 90 mmHg)
a través de la arteriola aferente. Esta elevada presión permite que el
glomérulo actúe como un “filtro mecánico” para que pequeñas moléculas
atraviesen, junto con diferentes cantidades de agua, desde la sangre
hacia la cápsula de Bowman. Las proteínas del plasma sanguíneo y las
células de la sangre, al ser de gran tamaño, no pueden atravesar el
glomérulo, por lo que se mantienen dentro de este. La sangre filtrada sale
de esta estructura por la arteriola eferente, y continúa su circulación.
Muchos desechos metabólicos y otros solutos que no serán aprovechados
por el cuerpo son filtrados en este proceso. Sin embargo, también
moléculas de pequeño tamaño que son necesarias para el organismo
abandonan el torrente sanguíneo durante la filtración. Algunas de estas
moléculas son la glucosa y los aminoácidos. A este líquido (precursor
de la orina), conformado por moléculas de desecho, nutrientes, y grandes
cantidades de agua, se le llama filtrado glomerular. Los riñones
humanos forman alrededor de 180 litros diarios de este filtrado. Si todo
ese líquido fuera eliminado, no sobreviviríamos, por lo que ocurren otros
procesos, que veremos más adelante, que retienen más del 90 % del
filtrado formado.

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B. Reabsorción tubular
Continuando con el proceso de formación de la orina, el filtrado glomerular
abandona la cápsula de Bowman para ser vertido en los túbulos renales.
En este lugar, comienza el proceso denominado reabsorción tubular. El
filtrado glomerular, además de contener desechos, posee gran cantidad de
agua y otros solutos útiles para el organismo. A través de distintos
procesos de transporte celular, se efectúa la reabsorción de los solutos
presentes en el filtrado. De esta forma, se realiza la captación selectiva de
glucosa, aminoácidos, vitaminas y otros solutos indispensables. Estos son
reenviados hacia el torrente sanguíneo a través del túbulo contorneado
proximal, en el cual también se reabsorbe el 90 % del buffer bicarbonato.
Muchos iones, como Na+, K+ o Ca2+, son reabsorbidos a lo largo de los
túbulos renales por bombas de transporte activo.

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C. Secreción tubular
En los túbulos renales, ocurre otro proceso, que, a diferencia de la
reabsorción tubular, permite secretar algunas sustancias hacia la orina.
La secreción tubular es el proceso inverso al de reabsorción, ya que
corresponde al paso de sustancias dañinas para el organismo desde los
capilares peritubulares hacia los túbulos renales. Estas sustancias,
mediante procesos de transporte activo o pasivo, pasan hacia el interior
de los túbulos para ser eliminadas a través de la orina. La mayor parte de
la secreción tubular ocurre en el túbulo contorneado distal. La secreción
tubular tiene dos objetivos: eliminar sustancias de desecho, como drogas
e iones K+, y mantener el equilibrio ácido-base, lo que amortigua el
exceso de acidez derivado de la actividad metabólica celular a través de
la eliminación de iones H+. De esta forma, si existe un exceso de solutos

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que han sido reabsorbidos en el túbulo contorneado proximal, pueden ser
eliminados a través de la secreción en el túbulo contorneado distal.

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3. Control del balance de agua en el medio interno


El sistema renal cumple un rol fundamental en la mantención del volumen de
la sangre, a partir del control de los niveles de agua. Este proceso debe ser
controlado y regulado para lograr el equilibrio esperado. Es por esto que el
sistema endocrino participa de este control y, mediante la estimulación
hormonal, el riñón aumenta la tasa de recaptura de agua. De esta manera, el
organismo puede soportar estados extremos de deshidratación.

Cuando disminuye el nivel de agua del plasma sanguíneo, se produce una


alteración del balance osmótico del organismo. Esto genera un aumento de
la osmolaridad o presión osmótica del plasma (mayor concentración de
solutos como el Na+ en la porción líquida de la sangre debido a una
disminución de los niveles de agua). Dicha perturbación activa los
osmorreceptores del hipotálamo, y se desencadenan dos procesos: por un
lado, la secreción de la hormona antidiurética (ADH) por parte de la
neurohipófisis, lo que estimula la recaptación de agua en los riñones; y por
otro activa el centro de la sed, lo que genera la conducta de beber agua.
Como se puede ver, nuevamente trabajan coordinadamente los sistemas
nervioso y endocrino. Producto del aumento de la presión osmótica del
plasma sanguíneo, los osmorreceptores del hipotálamo se activan, lo que
provoca la sensación de sed, al mismo tiempo que la acción de la ADH activa
la reabsorción de agua. A este proceso de reabsorción de agua a partir de
una señal hormonal se le denomina reabsorción facultativa y es un proceso
que obedece a una retroalimentación negativa.

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El flujo normal de excreción de la orina es de 16 mL/min, es decir, corresponde


al volumen de orina que elimina una persona en óptimas condiciones. Si se
ingiere mucha agua (volúmenes mayores que el anterior), el líquido extracelular
se vuelve hipotónico, por lo que las células comienzan a absorber agua desde el
exterior. Esto muchas veces produce hinchazón celular o edema, que incluso
puede alcanzar las células cerebrales, lo cual ocasiona convulsiones y coma, e
incluso puede provocar la muerte. Esta rara condición se conoce como
intoxicación por agua, cuyos síntomas también pueden aparecer cuando se
administra vasopresina exógena y no se reduce la ingesta de agua.

DISTINTOS SISTEMA EXCRETORES


Aunque los problemas de equilibrio hídrico son muy distintos en la tierra, en el
agua salada y en el agua dulce, resolverlos depende de la regulación del
movimiento de solutos entre los líquidos internos y el ambiente externo. Los
sistemas que llevan a cabo las funciones excretoras básicas varían ampliamente
entre los distintos grupos de animales. Sin embargo, generalmente, están
constituidos sobre la base de una red compleja de túbulos que proporcionan una
gran área superficial para el intercambio de agua y solutos, que incluyen los
desechos nitrogenados.

1. Protonefridios: los sistemas de células flamígeras


Los platelminto tienen sistemas de excreción llamado protonefridios. Un
protonefridio es una red de túbulos de extremo ciego que carecen de

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aberturas internas. Los túbulos se ramifican en todo el organismo, y las
ramas más pequeñas están cubiertas por una unidad celular llamada células
flamígero. Esta célula, tiene un mechón de cilios que se proyecta al interior
del túbulo (el batir de los cilios se asemeja a una llama encendida, de allí el
nombre de célula flamígera). El movimiento de los cilios lleva agua y soluto
desde el líquido intersticial, a través de las células flamígeras (por filtración)
al sistema tubular, y luego mueve la orina hacia fuera, a través de túbulos,
hasta que se vacían en el ambiente externo a través de aberturas llamadas
nefridioporos.

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2. Metanefridios
Otro tipo de sistema excretor tubular, los metanefridios, tiene aberturas
internas que recogen los líquidos corporales. Éstos se encuentran en la
mayor parte de los anélidos, incluyendo a las lombrices de tierra. Cada
segmento de un gusano de este tipo tiene un par de metanefridios que están
inmersos en el líquido celómico y envueltos por una Red capilar. La abertura
interna de un metanefridio está rodeada por un embudo ciliado, el
nefrostoma. El líquido entra en el nefrostoma y pasa a través de un tubo
colector en espiral, que incluye una vejiga de almacenamiento que se abre
al exterior a través del nefridioporo.

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3. Túbulos de Malpighi
Los insectos y otros artrópodos terrestres tienen órganos llamados túbulos
de Malpighi que eliminan los desechos nitrogenados y también funcionan
en la osmorregulación. Los túbulos de Malpighi se abren al aparato
digestivo y tienen extremos ciegos que están sumergidos en hemolinfa
(líquido circulatorio). El epitelio de transporte que revisten los túbulos
secreta ciertos solutos (que incluyen los desechos nitrogenados) desde la
hemolinfa a la luz del túbulo. El agua sigue a los solutos al interior del
túbulo por ósmosis y el líquido pasa entonces al recto, donde la mayoría de
los solutos son bombeados en sentido contrario hacia la hemolinfa.
Nuevamente, el agua sigue los solutos y los desechos nitrogenados
(principalmente ácido úrico insoluble) se eliminan casi como materia seca
junto con las heces.

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HOMEOSTASIS – EQUILIBRIO INTERNO
Si te tomas la temperatura cuando sientes calor o frío, el número que registrará el
termómetro será el mismo (si te encuentras sano), pues tu cuerpo se encarga de
mantener un rango estable de temperatura corporal, independiente de lo que
suceda a tu alrededor. Esto ejemplifica uno de los variados mecanismos de
regulación que poseen los organismos, los cuales requieren de un medio interno
en condiciones estables, que les permita realizar todas las reacciones químicas
para mantenerse con vida.

Mecanismos de regulación interna


Para que los seres vivos puedan realizar y mantener sus funciones vitales, es
indispensable el equilibrio de los parámetros internos, independientemente de
las condiciones del exterior. Aunque ocurran cambios (de baja magnitud y dentro
de márgenes estrechos), existen procesos fisiológicos que permiten mantener
estable el medio interno. La propiedad para conservar y restablecer el equilibrio
por medio de la autorregulación se denomina homeostasis.

La alteración de las condiciones de equilibrio


genera estrés fisiológico en los individuos y
los cambios que desencadenan las respuestas
homeostáticas pueden ser de naturaleza
interna o externa. Por ejemplo, la acumulación
de desechos excretados por las células o las
variaciones en las concentraciones de
elementos que estas utilizan, como las sales
minerales, corresponden a factores internos.
En relación con las alteraciones externas,
cualquier cambio del entorno que influya en el
funcionamiento interno del ser vivo, como el
aumento excesivo de la temperatura ambiental,
origina las respuestas autorreguladoras.

La retroalimentación negativa es el sistema


de control más común de la homeostasis. Se
produce por el aumento o la disminución en
alguna variable fisiológica, lo que es detectado
por receptores, los que desencadenan una
respuesta opuesta a la de ese cambio.

Regulación de la temperatura
La temperatura ambiental es un factor limitante para la vida de los organismos,
puesto que las enzimas de las que depende el metabolismo celular se activan y
funcionan dentro de rangos de temperatura específicos. Esto significa que el
cambio de los rangos provoca que las enzimas se desactiven o disminuyan su
eficiencia. Cuando la temperatura corporal baja, los procesos enzimáticos se
vuelven lentos. Por otro lado, si la temperatura corporal se eleva demasiado, la
actividad enzimática se acelera, pero también se descontrola, por lo que se
vuelve inestable y finalmente destructiva. Es por esto que los animales no

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pueden sobrevivir con rangos de temperatura corporal extremos. Los cambios
de temperatura que se generan en nuestro cuerpo son detectados por
termorreceptores (participación del sistema nervioso), que se ubican en la piel
(periféricos) y al interior del cuerpo (internos). Los primeros entregan información
para efectuar las respuestas anticipatorias, antes que el frío o el calor alcance a
los órganos, mientras que los internos generan los principales sistemas de
retroalimentación negativa para regular la temperatura interna. La información
obtenida viaja hacia el hipotálamo y el cerebro. En estas dos zonas, se elaboran
las respuestas a la variación de la temperatura o estrés térmico. El hipotálamo
regula este cambio de forma involuntaria, mientras que el cerebro lo hace mediante
conductas que se relacionan con acciones voluntarias.

Regulación de la glicemia
La concentración de azúcar en la sangre (glicemia) también es una variable
fisiológica que es regulada a través de mecanismos homeostáticos. Como ya
sabes, la glucosa es el carbohidrato más usado por las células para obtener
energía y es vital para el funcionamiento de todos los tejidos. La glucosa se
obtiene a través de diferentes vías: por medio de la alimentación, por la
degradación de otros carbohidratos ya existentes en el organismo (hexosas), por
la degradación del glucógeno (que se almacena en el hígado y los músculos) y
por la degradación de proteínas y grasas.

La regulación de la glicemia se realiza a través de mecanismos endocrinos,


específicamente por la acción de hormonas secretadas por el páncreas. La
insulina actúa en condiciones de hiperglicemia (exceso de glucosa en la sangre)
mientras que el glucagón en condiciones de hipoglicemia (disminución de
glucosa sanguínea). La insulina se encarga de mejorar la utilización de glucosa
por parte de las células y, así, disminuir su concentración en la sangre. En el
caso de la hormona glucagón, esta aumenta la concentración de glucosa, ya
que moviliza el glucógeno para que se degrade, lo que permite la liberación de

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glucosa hacia la sangre.

Como la glucosa es indispensable para todas las actividades celulares, en


condiciones normales, no se elimina de nuestro organismo. Es por esto que, en
el proceso de formación de la orina, luego de filtrarse la sangre, este azúcar se
reabsorbe prácticamente en un 100 %. El riñón (órgano en el cual se forma la
orina) posee un límite de reabsorción para la glucosa, llamado umbral renal. En
situaciones de hiperglicemia, el umbral es ampliamente sobrepasado, por lo que
cesa la reabsorción y aparece glucosa en la orina. Esta característica se
denomina glucosuria y no es exclusiva de las personas que presentan diabetes
mellitus, sino que puede ocurrir, también, en personas que han consumido altas
concentraciones de glucosa durante una comida. El páncreas endocrino regula
la glicemia a través de la secreción de hormonas específicas, las cuales se
consideran “antagonistas” por su mecanismo de acción, como se detalla en el
siguiente esquema.

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Regulación de la presión sanguínea
Los mecanismos homeostáticos que participan en la regulación de las
variaciones en la presión y el volumen sanguíneo involucran varios sistemas.
Tanto las respuestas nerviosas como la secreción de hormonas (control
neuroendocrino) se encargan de controlar el nivel de solutos del plasma, el
volumen de los líquidos corporales y, por ende, la presión sanguínea (fuerza que
ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos).

El sistema renal elimina y reabsorbe agua, iones importantes, como Na+,


fabricando, de esta manera, orina más o menos diluida, dependiendo de las
condiciones osmóticas del cuerpo, que corresponde a las concentraciones de
soluto y la cantidad de agua del medio interno. Cuando existe alteración del
volumen del plasma o desbalance en la concentración de solutos extracelulares,
se estimulan a su vez osmorreceptores ubicados en el hipotálamo. Estos, al igual
que aquellos ubicados en los grandes vasos sanguíneos, son capaces de
detectar diferencias en la presión sanguínea, que, junto con los demás estímulos
nombrados, activan un sistema hormonal complejo denominado renina-
angiotensina-aldosterona que equilibra la presión, cuyo mecanismo de acción
se explica a continuación.

Si los receptores ubicados en el


hipotálamo y en los grandes vasos
detectan una baja en la presión
sanguínea y en la concentración de
Na+, se activa la secreción de renina
desde células específicas del riñón,
llamadas células yuxtaglomerulares,
las que promueven la transformación
de un precursor hepático
(angiotensinógeno) en su forma activa,
la angiotensina II. Esta hormona es un
fuerte vasoconstrictor, por lo que
ayuda a contrarrestar las bajas de
solutos y agua del plasma. Además, la
angiotensina estimula la liberación de
aldosterona desde la corteza
suprarrenal y su acción permite la
reabsorción de Na+ desde los túbulos
distal y colector de los nefrones
(estructuras del riñón que conocerás
con detalle en este capítulo). Además,
induce la sensación de sed y, como
consecuencia, la necesidad de beber
líquidos. La importancia de la
regulación de la presión sanguínea se
relaciona con eventos que pueden
llegar a ser críticos, como, por ejemplo,
la deshidratación extrema o las
hemorragias.
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Regulación de agua y sales
La capacidad que tienen los seres vivos para mantener estables los niveles de
agua y solutos (principalmente sales) se conoce como osmorregulación. En
algunos casos, su mecanismo es evitar que el agua o las sales ingresen
descontroladamente al cuerpo, mientras que, en otros, es preciso impedir que
salgan. De acuerdo con lo anterior, veremos qué ocurre con la regulación de los
líquidos corporales y las sales en los organismos acuáticos y terrestres.

1. Osmorregulación en el mar
Los mecanismos para evitar la entrada o salida de agua del cuerpo de los
organismos acuáticos pueden ser de tres tipos: hiperosmóticos,
hiposmóticos e isosmóticos. Estos se basan en los principios osmóticos
del flujo de agua entre dos medios, con concentraciones diferentes de soluto,
que, en este caso, corresponden al medio interno y externo del animal.

2. Osmorregulación en la tierra
Los procesos metabólicos básicos para que los organismos se mantengan
con vida son dependientes del agua o se efectúan en este medio. Los
animales terrestres pierden agua de muchas formas. Una gran cantidad
simplemente se evapora de sus cuerpos a través de la superficie de estos o
al respirar. Además, se excreta agua en la orina, el sudor y las heces. El
líquido que se pierde es recuperado a través de varios mecanismos, como
beber agua, obtenerla de los alimentos y su formación a partir de la oxidación
de los nutrientes (principalmente carbohidratos). La importancia de cada uno
de estos mecanismos varía de una especie a otra, lo que se relaciona con el
hábitat de los organismos. Por ejemplo, el ser humano obtiene alrededor del
50 % del agua que necesita al beberla, mientras que la rata canguro del
desierto obtiene el 90 % del agua que necesita a partir de la oxidación de la
glucosa.

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REPRODUCCIÓN
REPRODUCCIÓN ASEXUAL

Es la forma de reproducción en la que un solo progenitor da origen a uno o


más individuos. Es común en animales simples, microorganismos (bacterias,
protozoarios) plantas y hongos.

El proceso básico de división celular, común a todas las formas de reproducción


asexual, es la mitosis. Como consecuencia de la mitosis, todos los
descendientes tendrán idéntico contenido genético que el progenitor y también
idéntica apariencia, siempre y cuando se desarrolle en ambientes similares.
Todos los descendientes producidos asexualmente de un mismo individuo
pertenecen a un clon.

La reproducción asexual no permite la variación tendiendo a conservar las


características exitosas de una especie. La única posibilidad de variación es
por mutación: cambio en las características genéticas de un individuo por
diversas causas (espontáneas o inducidas).

TIPOS DE REPRODUCCIÓN ASEXUAL

1. FISIÓN
Es el mecanismo más común de reproducción asexual de organismos
unicelulares. El organismo se divide en dos partes aproximadamente
iguales, las que crecen hasta alcanzar el tamaño del progenitor.

Se da fundamentalmente en bacterias (quienes no realizan mitosis) y en


protozoarios como amebas, flagelados (Euglena), ciliados (Paramecium).
B
A

División celular por fisión en protozoarios.


A: Fisión longitudinal: Euglena
B: Fisión transversal: Paramecium

2. GEMACIÓN
Es un proceso que involucra la formación de un abultamiento (yema) en
la parte superior de la célula madre, el núcleo se divide y uno de los

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núcleos hijos pasa a la yema. Se da fundamentalmente en levaduras
(unicelulares).
Muchos organismos multicelulares también forman yemas. En ellos se
produce una proliferación de células indiferenciadas, las que luego se
diferencian y dan origen a las diversas estructuras del nuevo individuo, el que
se separa del progenitor. Se da en animales inferiores como la hidra, en
algunos gusanos planos (platelmintos) y varios tipos de gusanos
segmentados (Anélidos). (Fig.16.2).

En la Taenia solium (platelminto) el escólex se reproduce por gemación y da


origen a los proglótidos los que permanecen unidos unos a otros formando
una cadena de hasta mil unidades, con longitud de hasta 6 metros. Cada
proglótido se considera un individuo independiente. Cuando el proglótido
madura desarrolla órganos sexuales, se separa y se reproduce sexualmente.

Fig. 16.2: Gemación

3. Esporulación
La esporulación consiste en la producción de pequeñas células que constan
de un núcleo y una pequeña porción de citoplasma. Estas esporas se
producen dentro de estructura especializada según el tipo de organismo.
(Fig.16.3)

El Plasmodium, un protozoario, durante su ciclo de vida se reproduce


formando esporas (esporozoitos).

La mayor parte de hongos se reproducen mediante este mecanismo. Las


esporas pueden formarse aisladamente o en racimos dentro de receptáculos
de esporas (esporangios).

Fig.16.3: Formación de esporas.

Algunas plantas también suelen formar esporas como parte de su ciclo


reproductivo, como se verá más adelante.

4. Fragmentación
Ocurre cuando el cuerpo se fragmenta y cada fragmento puede regenerar
un nuevo individuo. Por lo general, el proceso de fragmentación depende
de factores externos y no es considerada un proceso de reproducción

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asexual propiamente dicho. Las algas pardas y verdes de las costas
marinas se rompen a menudo en pedazos debido a la acción de las olas.
Cada fragmento puede crecer hasta alcanzar el tamaño completo. También
en el agua dulce, los fragmentos de las algas frecuentemente se rompen.
Mediante la fisión celular cada fragmento se establece rápidamente en un
filamento completo. En estas especies el cuerpo del organismo se fragmenta
en varias partes; cada una de ellas puede luego regenerar todas las
estructuras del organismo adulto. Una vez que el gusano completa el
crecimiento, se rompe en ocho o nueve fragmentos. Cada uno de ellos
desarrolla luego un gusano adulto que repite el proceso. (Fig.16.4).

A B

Fig. 16.4: Fragmentación en una estrella de mar.


A: Cuando se remueve un brazo, éste es reemplazado.
B: A partir del brazo removido crece una nueva estrella

REPRODUCCIÓN SEXUAL
Es el proceso que involucra necesariamente células o gametos provenientes de
dos individuos diferentes o padres. La unión de estas células lleva al
desarrollo de un nuevo individuo. La mayoría de animales y plantas se
reproducen sexualmente.

La función de la reproducción sexual es permitir que se produzcan nuevas


variedades de organismos, gracias a la variabilidad genética que se produce
debido al aporte de cromosomas diferentes provenientes de cada uno de los
padres. La base de la variabilidad genética de la reproducción sexual es, por un
lado el proceso de meiosis que da origen a los gametos con características
genéticas diferentes entre ellos y la combinación al azar de cromosomas en los
gametos.

Los gametos son células sexuales especializadas que tienen un número


haploide de cromosomas, los cuales se fusionan en el proceso de
fecundación el huevo o cigote llamado también óvulo fecundado.

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La reproducción sexual conduce a la formación de un individuo con
características que pueden variar en relación a sus progenitores.

En la mayoría de los organismos se producen gametos diferentes:


heterogametos. Los gametos pueden ser masculinos o femeninos; en los
animales, los gametos masculinos son los espermatozoides y los femeninos los
óvulos.

En muchos casos un mismo individuo produce gametos masculinos y femeninos,


es llamado entonces hermafrodita.

La fecundación generalmente se produce entre gametos provenientes de


individuos diferentes, denominándose fertilización cruzada. Aún en los casos
de isogametos o de individuos hermafroditas lo más común es la fertilización
cruzada.

I. REPRODUCCIÓN EN ANIMALES

La reproducción sexual es el tipo más común de la reproducción en el reino


Animal. En los animales no existe alternancia de generaciones; la mayoría de
los animales son diploides durante todo su ciclo de vida.

Los animales producen heterogametos en órganos especializados llamados


gónadas. Los machos producen espermatozoides en los testículos. Las
hembras producen óvulos en los ovarios.

Algunos animales inferiores, como las esponjas que no tienen gónadas, sino que
en un determinado momento algunas de sus células corporales se diferencian
para producir óvulos o espermatozoides. Hay otros animales inferiores, como la
lombriz de tierra, que son hermafroditas. En todos los casos, en los animales
predomina la fertilización cruzada.

Los eventos involucrados en la reproducción sexual se inician con la producción


de gameto s mediante el fenómeno llamado gametogénesis.

GAMETOGÉNESIS

Es el proceso de producción de gametos. En términos generales el proceso


es similar para los gametos masculinos y femeninos y es muy parecido en todos
los animales.

Los gametos se originan a partir de células germinales primordiales


diploides, las que sufren tres tipos de cambios sucesivos: a) multiplicación, b)
crecimiento y c) maduración, hasta convertirse finalmente en células
haploides, los gametos.

Espermatogénesis

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Es el proceso de producción de espermatozoides; se lleva a cabo en los
testículos.

En el embrión la célula germinal primordial migra hacia la gónada y al llegar a


ella toma el nombre de espermatogonia, célula diploide, a partir de la cual se
originan los espermatozoides. (Fig.16.5)

A. Mutiplicación.- Cuando se inicia la maduración sexual en un individuo


(pubertad en el humano) las espermatogonias que estaban inactivas desde
la vida fetal inician una serie de mitosis sucesivas que aumenta su número.
Las espermatogonias así formadas deben seguir uno de dos caminos, seguir
haciendo mitosis o entrar a la fase de crecimiento.

B. Crecimiento.- Las espermatogonias crecen luego de duplicar su material


genético, luego de esto último el núcleo celular se observará mucho más
grande y la célula se llamará espermatocito primario (2n); cada
cromosoma aparece formado por dos cromátides.

C. Maduración.- El espermatocito primario sufre la meiosis I (división


reduccional) y origina dos espermatocitos secundarios haploides. Luego,
cada espermatocito secundario forma 2 espermátides por meiosis II.
Finalmente, cada espermátide se diferencia en espermatozoide en el
proceso de espermiogénesis.

Todo el proceso conduce a la formación de gran número de gametos masculinos.


La producción de espermatozoides, a partir de espermatogonias, ocurre en el
hombre de una manera continua y durante toda la vida reproductiva.

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Espermatogonia (2n)
MULTIPLICACIÓN
Pueden dividirse por mitosis para
formar más espermatogonias

CRECIMIENTO
Espermatocito primario (2n)

Espermatocito secundario (n)

Espermátides (n)
MADURACIÓN
Diferenciación celular
ESPERMIOGÉNESIS
Espermatozoides (n)

Fig.16.5: Etapas de la espermatogénesis

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. Oogénesis

Es el proceso de producción de óvulos; se lleva a cabo en los ovarios.

En la etapa embrionaria la célula germinal primordial migra hacia la gónada para


convertirse en oogonia (2n).

El proceso, en términos generales, es similar a la espermatogénesis pero con


algunas diferencias muy importantes. (Fig. 16.6)

A. Multiplicación.- Generalmente esta fase se produce una sola vez al año (en
los animales acuáticos) o solo durante la vida fetal (en la mayoría de los
vertebrados terrestres incluyendo a la mujer).

B. Crecimiento.- Durante esta fase las oogonias duplican su material genérico


(ADN) y dan lugar al oocito primario (presenta cromosomas formados por
dos cromátides). El crecimiento involucra mayor aumento de volumen celular
que la espermatogénesis, porque en esta etapa se acumula en el citoplasma
una sustancia denominada vitelo, constituida por lípidos, proteínas y glúcidos
que servirá para alimentar al futuro embrión. Generalmente la fase de
crecimiento se lleva a cabo dentro de un conjunto especial de células
llamadas folículos, que nutren y mantienen al gameto; además, segregan
hormonas. Todas las células germinales de la mujer al nacimiento son
oocitos primarios (diploides).

C. Maduración.- Durante esta fase el oocito primario (2n) sufre la meiosis I


(división reduccional) y origina dos células desiguales: el oocito secundario
(n), que recibe la mayor parte del citoplasma y la mitad de cromosomas (uno
de cada par aleatoriamente), y el primer cuerpo polar (n), mucho más
pequeño. El oocito secundario (n) sufre la meiosis II y origina un óvulo, con
la mitad del contenido de ADN que el precedente y la mayoría del citoplasma,
y el segundo cuerpo polar (n), mucho más pequeño y con la mitad del ADN
que el oocito secundario.

Un oocito primario origina un solo óvulo. Todo el proceso conduce a la


formación de un menor número de óvulos que de espermatozoides en una
misma especie.

En la mujer, al momento de nacer, el ovario contiene cerca de 400,000 folículos


ováricos. Los folículos ováricos contienen oocitos primarios (2n) que ya han
iniciado la fase de maduración y están detenidos en profase I, estadio en el que
quedan hasta la pubertad.

Cuando se inicia la maduración sexual muchos folículos comienzan a madurar


pero solo uno por mes alcanza a completar el proceso; los otros degeneran.

Durante la maduración el oocito primario completa la meiosis I y llega hasta la


metafase de la meiosis II. En este momento, el oocito secundario (n) es
expulsado del folículo (ovulación) y completa la meiosis II solo si hay

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fecundación; en caso contrario, degenera.

CÉLULAS GERMINALES
PRIMORDIALES
Entran en las
gónadas
OOGONIA
(2n)
Las oogonias, se
dividen
por mitosis en el ovario

OOCITO
PRIMARIO
La división meiótica I, queda
detenida en la profase,
mientras crece el oocito

Desarrollo posterior
del oocito primario

Maduración del oocito


primario: Finalización de la
división meiótica I
OOCITO SECUNDARIO
Primer (n)
cuerpo polar

División II de la meiosis

ÓVULO
Segundo (n)
cuerpo polar

Fig. 16.6: Etapas de la oogénesis.

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Características de los gametos

● Espermatozoides
Los espermatozoides de todos los animales tienen una estructura similar. Se
describirá el espermatozoide humano (Fig. 16.7) que presenta las siguientes
partes:

a. La cabeza contiene el núcleo que la ocupa casi totalmente; en su parte


anterior está el acromosoma, vesícula que se origina a partir del aparato
de Golgi y que tiene enzimas líticas, importante durante la fecundación.

b. El cuello es una zona estrecha que conecta la cabeza con la porción


media y que contiene al centriolo proximal que dará origen al huso
mitótico si hay fertilización.

c. La porción media, en la que se encuentra el centriolo distal, el


segmento inicial del filamento axial y gran cantidad de mitocondrias. El
centriolo distal se comporta como corpúsculo basal y da origen al
filamento axial del flagelo. El filamento axial tiene la estructura típica de
cilios y flagelos (9 + 2) y está rodeada de mitocondrias que proveen la
energía para el movimiento del espermatozoide.

d. La cola está constituida principalmente por el filamento axial del flagelo y


una delgada capa de citoplasma que la rodea y que va reduciéndose
progresivamente hasta desaparecer en la porción final de la cola. La cola
es la porción móvil del espermatozoide, responsable de su
desplazamiento.

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Vesícula acrosómica
cabeza
núcleo
membrana celular
cuello
centriolo
Porción
mitocondria
media

filamento axial

cola
El filamento axial
contiene 9 + 2
microtúbulos típicos
de
cilios y flagelos

Membrana celular
Extremo
final

Fig. 16.7: Estructura de un espermatozoide humano.

● Óvulo
El óvulo es una célula inmóvil, generalmente mucho más grande que el
espermatozoide; así por ejemplo, en el humano el diámetro del óvulo es de
120 um y el diámetro de la cabeza del espermatozoide es de 2.5 um.

El óvulo es esférico, tiene un gran núcleo haploide y en su citoplasma tiene


todos los organelos, además de gránulos de vitelo o yema. El vitelo está
constituido fundamentalmente por proteínas y fosfolípidos, sustancias que
servirán para nutrir al futuro embrión.

Existen cuatro tipos principales de óvulo: (Fig. 16.8)

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1. Oligolecitos: El núcleo no está exactamente en el centro, con muy poco
vitelo. Se presenta en equinodermos y mamíferos.

2. Heterolecitos (mesolecitos): El núcleo está desviado hacia el borde,


con cierta cantidad de vitelo que tiende a acumularse en el hemisferio
inferior. Se presenta en gusanos, caracoles, anfibios y la mayoría de los
peces.

3. Telolecitos: El núcleo está completamente desplazado a la superficie


celular, con gran cantidad de vitelo que ocupa casi la totalidad del
volumen de la célula. Se presenta en calamares, aves y reptiles.

4. Centrolecitos: El núcleo se encuentra en el centro de una gran cantidad


de citoplasma. Se presenta en cangrejos e insectos.

Fig. 16.8: Tipos de óvulos

A medida que crece el oocito el contenido intracelular se distribuye en forma


desigual: el núcleo, organelos y el citoplasma puro se concentran en el polo
animal (más claro) y el citoplasma que contiene vitelo se concentra en el polo
inferior llamado polo vegetativo.

Además de la membrana citoplasmática, los óvulos están rodeados de


membranas protectoras. Por ejemplo, en los mamíferos, se forma la llamada
zona pelúcida, que está constituida por polisacáridos y proteínas.

En los mamíferos, el oocito al desprenderse del ovario sale rodeado de una


capa de células foliculares adheridas a la zona pelúcida que forma la corona
radiada, la que luego se desprende en el trayecto del óvulo por las trompas.

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