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de una manera general, la iglesia visible abandonará la verdadera
fe”.
Cuando Hendriksen se refiere a la iglesia visible está hablando de
la iglesia institucional y reconocida en la sociedad como cristiana.
Esa rebelión y apartamiento doctrinal y espiritual de la iglesia ya
la hemos estado viendo en ejecución desde hace mucho tiempo,
pero se magnificará exponencialmente en el futuro. Sin embargo,
nosotros entendemos por el evangelio que el creyente redimido
por la sangre del Cordero goza de absoluta seguridad de salvación,
habiendo sido sellado por el Espíritu para el día de la redención
(Ef 4:30) y disfruta del cuidado y la protección del buen pastor,
quien conoce a sus ovejas por nombre y les tiene ya reservada
una morada en los cielos (Jn 10:4; 14:2-3).
Finalmente, es importante que continuemos leyendo la carta que
Pablo escribe a los tesalonicenses porque, luego de hablar de la
tremenda y dolorosa apostasía futura, él mismo tiene palabras de
esperanza y garantía de salvación para los creyentes cuando les
muestra lo que Dios tiene para ellos y lo que el Señor espera de
nosotros: “Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios
por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque Dios los ha
escogido desde el principio para salvación mediante la
santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. Fue para esto que
Él los llamó mediante nuestro evangelio, para que alcancen la
gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos, estén
firmes y conserven las doctrinas que les fueron enseñadas, ya de
palabra, o por carta nuestra” (2 Ts 2:13-15, énfasis añadido).
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Significado de Apostasía
Qué es Apostasía: La apostasía es la acción y efecto de apostatar.
Apostatar, por su parte, significa abandonar o romper
públicamente con la doctrina que se profesa.
La palabra, como tal, proviene del griego ἀποστασία (apostasía), y
se compone de απο (apo), que significa “fuera de”, y στασις
(stasis), que significa “colocarse”.
En un sentido religioso, la apostasía vendría a ser la renuncia o
abjuración pública de la religión que se profesa.
Asimismo, cuando de quien se trata es de un clérigo, implica la
ruptura con la orden o institución a que este pertenece.
Del mismo modo, apostasía puede designar el acto en el cual un
religioso ha incurrido en el incumplimiento de sus obligaciones
clericales. De allí que la apostasía, en estos términos, sea
considerada un acto de vicio, de corrupción de la virtud de la
piedad, y su consecuencia sea la salida irregular del religioso de la
orden.
Por otro lado, apostasía es un término que también se ha venido
usando, por extensión, en el campo de la política, para hacer
referencia a aquella persona que rompe con sus convicciones
doctrinarias.
Apostasía en la Biblia
La Biblia menciona algunos actos de apostasía que es conveniente
señalar. Juan, por ejemplo, sostiene que la apostasía es dejar de
seguir a Jesús. Por su lado, Hebreos advierte: “Tened cuidado,
hermanos, no sea que en alguno de vosotros haya un corazón
malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo” (III: 12).”
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Por otra parte, Timoteo anuncia: “El Espíritu dice claramente que
en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y doctrinas de demonios (1
Timoteo, IV: 1). De allí que en Tesalonicenses se alerte: “No os
engañe nadie de ninguna manera, porque [Jesucristo] no vendrá
sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de
pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses, II: 3).
En este sentido, la apostasía se relaciona con declinar de seguir el
camino de la doctrina señalada por Jesucristo, bien sea por una
renuncia voluntaria, bien sea en favor de seguir otros caminos
espirituales que, desde luego, desde el punto de vista del
cristianismo, contrarían la fe y la verdad de Dios.
Apostasía en el cristianismo
Como apostasía se denomina, en el seno de la Iglesia cristiana, el
rechazo por parte de una persona, anteriormente cristiana, de la
doctrina y la fe predicada por Jesucristo. En este sentido, es un
concepto que se emplea para describir la renuncia, voluntaria y
consciente, de la fe en Dios y en los dogmas del cristianismo. Así,
la apostasía vendría a ser el proceso de des - conversión cristiana.
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Vemos que advirtió específicamente sobre la apostasía. Al final de
los tiempos habrá muchos que no lograrán soportar las
dificultades que vendrán como resultado de la persecución y
decidirán apartarse de la fe. ¿El reto que Jesús presenta a sus
discípulos y a cada uno de nosotros? ¡Manténgase firmes! El que
se mantenga firme hasta el fin, ese será salvo.
Características de los apóstatas según la carta de Judas
La corta Epístola del Apóstol Judas nos da unas buenas pistas
sobre las características que podemos encontrar en los apóstatas.
Veamos las que menciona junto con el versículo bíblico de
referencia para cada una.
1. Personas sin piedad, dadas al libertinaje, que niegan el señorío
de Jesús
El problema es que se han infiltrado entre ustedes ciertos
individuos que desde hace mucho tiempo han estado señalados
para condenación. Son impíos que cambian en libertinaje la gracia
de nuestro Dios y niegan a Jesucristo, nuestro único Soberano y
Señor. (Judas v.4)
Son personas astutas que se infiltran poco a poco y con mucha
cautela entre los hermanos. ¿Su misión? Cautivarlos para que
echen de lado la sana doctrina, sobre todo la verdad sobre la
gracia de Dios manifestada por medio de Jesús. Llevan la gracia
hasta un extremo tal que parece que todo es permitido. Ese
extremismo en cuanto a la gracia hace que básicamente nieguen
la necesidad de Jesús como Salvador y Señor.
2. Hacen lo que quieren con su cuerpo, se rebelan contra la
autoridad y no respetan a los seres espirituales
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De la misma manera estos individuos, llevados por sus delirios,
contaminan su cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen a los
seres celestiales. (Judas v.8)
Viven básicamente dominados por sus deseos carnales. Hacen lo
que desean con su cuerpo y se dejan llevar por sus emociones.
Desprecian toda autoridad humana o divina porque piensan que
ya saben todo y que son los únicos dignos de liderar. Se confían
tanto en sí mismos que echan de lado la posibilidad de que Dios
les envíe avisos o ayuda a través de sus ángeles o que el diablo
busque tentarlos y confundirlos por medio de los demonios.
3. No respetan el comportamiento cristiano, buscan su propio
provecho, son inconstantes y no dan fruto
Estos individuos son un peligro oculto: sin ningún respeto
convierten en parrandas las fiestas de amor fraternal que ustedes
celebran. Buscan solo su propio provecho. Son nubes sin agua,
llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto cuando
debieran darlo; están doblemente muertos, arrancados de raíz.
(Judas v.12)
Se burlan del comportamiento que debe distinguir al cristiano e
intentan sonsacar a los demás para que les imiten. Se las ingenian
para obtener beneficio propio de todo y de todos, sin importar el
daño que causan a otras personas. No tienen sustancia ni son
fiables. Por último, son estériles espiritualmente.
4. Se quejan, se enfadan y critican. No saben controlar sus
pasiones, son arrogantes y aduladores
Estos individuos son refunfuñadores y criticones; se dejan llevar
por sus propias pasiones; hablan con arrogancia y adulan a los
demás para sacar ventaja. (Judas v.16)
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Son altivos y se sienten con derecho de quejarse y criticar todo.
También son impulsivos, se enfadan fácilmente. Sus palabras
muestran la condición real de su corazón, su arrogancia y su deseo
de obtener ventaja sea como sea.
5. Los dominan sus pasiones impías, causan divisiones y no tienen
el Espíritu Santo
Ellos les decían: «En los últimos tiempos habrá burladores que
vivirán según sus propias pasiones impías». Estos son los que
causan divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos, pues
no tienen el Espíritu. (Judas vv.18-19)
Judas recuerda a sus lectores que los apóstoles advirtieron sobre
los apóstatas que se burlan de los que viven para agradar a Dios.
La iglesia debe estar muy vigilante frente a los que viven
dominados por sus pasiones y que hacen lo que les place aun
cuando va en contra de la voluntad de Dios.
Obviamente, esas personas causan divisiones, ya que presionan a
otros para que se «dejen llevar». Lo hacen porque viven bajo el
mandato de sus deseos incontrolados y no están llenos del
Espíritu Santo de Dios.
4 ejemplos bíblicos de apostasía:
1. El pueblo de Israel: Al ver los israelitas que Moisés tardaba en
bajar del monte, fueron a reunirse con Aarón y le dijeron: Tienes
que hacernos dioses que marchen al frente de nosotros, porque a
ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo
haberle pasado! (Éxodo 32:1). Entonces el Señor hizo surgir
caudillos que los libraron del poder de esos invasores. Pero
tampoco escucharon a esos caudillos, sino que se prostituyeron al
entregarse a otros dioses y adorarlos. Muy pronto se apartaron
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del camino que habían seguido sus antepasados, el camino de la
obediencia a los mandamientos del Señor. (Jueces 2:16-17)
2. Saúl: La palabra del Señor vino a Samuel: «Me arrepiento de
haber hecho rey a Saúl, pues se ha apartado de mí y no ha llevado
a cabo mis instrucciones». (1 Samuel 15:10-11)
3. Muchos discípulos de Jesús. Al escucharlo, muchos de sus
discípulos exclamaron: «Esta enseñanza es muy difícil; ¿quién
puede aceptarla?» (Juan 6:60)
Desde entonces muchos de sus discípulos le volvieron la espalda y
ya no andaban con él. (Juan 6:66 a)
4. Algunos miembros de la iglesia en Galacia. Me asombra que tan
pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de
Cristo, para pasarse a otro evangelio. No es que haya otro
evangelio, sino que ciertos individuos están sembrando confusión
entre ustedes y quieren tergiversar el evangelio de Cristo. (Gálatas
1:6-7)
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