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Apostasía (lat. apostasĭa, y este del gr. ἀπoστασία), según la definición del Diccionario
de la Real Academia Española, es la negación, renuncia o abjuración a la fe en una
religión, así como la salida o abandono irregular de una orden religiosa o sacerdotal1
En este sentido observamos una línea general de significado en todas las acepciones.
Frente a la herejía, la apostasía supone un abandono o negación total de la doctrina
original. Es decir, en lugar de negar un dogma o idea determinada se niega la doctrina
completa. Por otro lado, mientras que el apóstata o el hereje niegan o modifican la
doctrina, el pagano es aquel que nunca ha pertenecido formalmente a dicho conjunto
doctrinal o a las instituciones que lo representan.
Hoy en día, la apostasía se reclama como derecho a constar como apóstata, o al menos a
eliminar todo registro de pertenencia a un determinado grupo de creyentes y dejar de ser
contado, a los efectos pertinentes, como miembro del grupo, sobre todo en aquellos
casos en que la adscripción se produjo sin contar con la opinión del sujeto.[cita requerida]
Origen [editar]
La palabra tiene su origen en dos términos griegos: απο (apo), "fuera de" y στασις
(stasis), "colocarse". Por tanto parece no haber sufrido grandes cambios en su
significado desde su nacimiento. Sólo queda, por consiguiente, analizar el uso de la
palabra en los distintos contextos.
El propio Catecismo, en el número 2089, lo incluye entre los pecados contra la virtud de
la fe: La incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario
de prestarle asentimiento. Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el
bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz
sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la
sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él
sometidos.
Es posible la defección de la Iglesia Católica por «un acto formal» (cánones 1086 y
1124 del Código de Derecho Canónico). La naturaleza de tal acto está explicada
claramente en la carta circular 10279/20063 del Pontificio Consejo para la
Interpretación de los Textos Legislativos a los Presidentes de las Conferencias
Episcopales. El acto debe implicar:
Sin este acto formal de defección de la Iglesia Católica, nadie queda excluido de ella, ni
siquiera por los actos más graves de infidelidad: "la herejía formal o (menos aún)
herejía material, el cisma y la apostasía no constituyen a solas un acto formal de
defección, si no son concretizados externamente y si no son manifestados en la debida
manera a la autoridad eclesiástica".4
La excomunión, en cambio, es una pena medicinal (canon 1312 del Código de Derecho
Canónico), una medida que tiene por fin la conversión, no a la exclusión. Por eso sólo
inhabilita para tomar parte de lleno en las actividades de la comunidad.
Con o sin apostasía (o siendo ésta formal o informal), debido al carácter sacramental del
bautismo, según la Iglesia católica aún los apóstatas permanecen bautizados y no
pueden, en caso de arrepentimiento, ser nuevamente bautizados. Como efecto del
bautismo, son considerados del redil de la Iglesia, aunque en rebeldía; pero no fuera de
la Iglesia.5
En concreto, la apostasía del Islam es objeto de controversia, pues mientras que para
muchos musulmanes, sobre todo desde una perspectiva rigurosa, es condenable con la
pena de muerte según la Sharia o ley islámica, aplicable en varios países; para otros no
debe ser castigada.6
Por otro lado la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sostiene que la
apostasía bíblica se refiere a una época del hombre, asociada al oscurantismo. 7
Notas [editar]
1. ↑ a b c Apostatar: (Del lat. apostatāre).
abjuración
Apostasía