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CLASE 9

CONCIENCIA DE LA VIDA CRISTIANA

PARA ESTUDIO: Hebreos 10:26-39.


LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 10.
TEXTO PARA MEMORIZAR Hebreos 10:25.

PROPÓSITO

Concientizar a los hermanos a que sean perseverantes en la vida cristiana.

INTRODUCCIÓN

Con el tema anterior, el escritor ha llegado a exponer lo más principal de la doctrina


de la epístola. De aquí en adelante presenta las obligaciones e implicaciones prácticas
y personales de los lectores. De esto, nosotros también tenemos el privilegio de estudiar
esta epístola y aplicarla a nuestra vida.

Seguir a Cristo es y ha sido esencialmente un camino de fe, en contraste con el culto


visible y colorido del pasado. Era muy bonito, pero inefectivo.

El camino de la fe, si de verdad lo hemos aceptado, será satisfactorio, porque nos da


bendiciones espirituales de inmediato en la presencia de Dios como aquellos las
buscaban en el lugar santísimo. Este camino de fe mantiene abierta las esperanzas en
el “día que se acerca” (vs. 25).

Las exhortaciones que presenta el escritor a continuación es “acercarnos” a y


“mantenernos firmes” y a “estimularnos unos a otros” al amor, viviendo por fe porque
“aquel día se acerca”. Especialmente “no dejemos de congregarnos, como algunos
tienen por costumbre”. Existen personas que solamente se congregan cuando sus
problemas han llegado al máximo, pero cuando esto pasa se olvidan de Dios.

Al congregarnos damos testimonio a otros. Además, al congregarnos celebramos


nuestra fe juntos y eso nos permite un crecimiento espiritual.

DESARROLLO DE LA LECCIÓN

A. DEVOCIÓN O DESASTRE (Hebreos 10:26-31)


En el primer punto de esta lección, se necesita que se le ponga mucha atención a la
exhortación: “Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento
de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados” (vs. 26).

Esto es fatal porque Dios ya no tiene otros medios de expiación en reserva para el
beneficio de aquellos que deciden deliberadamente rechazar a Cristo. Dios ya proveyó
todo el medio necesario para la salvación; ya no hay un tercer camino hacia el cielo.
Al haber invalidado el antiguo sistema levítico, Dios nos ha dado en su Hijo una
salvación tan grande y mejor. Ahora nosotros estamos completos en Él (Colosenses
2:10).

Tanto el sistema levítico y las otras religiones del mundo son descartadas. Todas las
formas de ofrendas ritualistas o sacramentos y prácticas, aunque se llamen cristianas no
tienen ningún valor. No hay nada que pueda sustituir el sacrificio de Cristo. Aquellos
que confían en sacramentos como medios para alcanzar la salvación, tienen en poco la
sangre de Cristo.

En este sentido, nosotros los de la iglesia Evangélica “Amigos”, debemos estar


agradecidos con Dios por habernos dado líderes que fundaron nuestra denominación
con una doctrina distintiva, tal como el autor de Hebreos lo presenta. Dios es el autor
de nuestra salvación. Porque por gracia somos salvos, no es por nuestras obras:
sacramentos u otros (Efesios 2:8,9).

Se nos advierte que no pequemos deliberadamente porque ya no hay más sacrificios


por los pecados. Ese pecar deliberado consiste en abandonar el discipulado después de
tener el conocimiento de la verdad del Nuevo Pacto y la salvación en Jesús. Esto es
cuando buscamos otras opciones, haciendo a un lado el único camino y no cumplimos
con lo que se nos enseña en los versículos 22-25. Es posible que en esas condiciones
se encuentran muchos, así llamados cristianos. Lo que queda para esta gente es “una
horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios” (vs. 27). Esto se refiere al terrible juicio de Dios. Cuando Dios prepara
un martillo no está hecho de seda.

En los egipcios hubo un clamor en todo hogar que menospreció la sangre. Así todo
aquel que menosprecia la eficacia de la sangre de Cristo, lamentablemente tendrá que
sufrir los terribles juicios de Dios. “Irremisiblemente” (vs. 28), tiene que morir sin
ningún remedio (Deuteronomio 17:1-7). Esto era para los que abandonaban la ley de
Moisés, ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios
y tenga por inmunda la sangre del Pacto en la cual fue santificado y ofenda al Espíritu
de gracia?” Esto es apostatar de Cristo. La palabra griega “aphistemi” “cuando se usa
intransitivamente, significa mantenerse apartado. Significa el abandono y rechazo de
la fe” (II Tesalonicenses 2:3 (W. E. Vine – 129).

La increíble apostasía descrita en el versículo 29, implica la negación de la doctrina


del Hijo de Dios, la doctrina de la sangre santificadora y doctrina del Espíritu de gracia.
Porque el cristianismo es doctrina y experiencia. Es fatal separarlas o darle más
importancia una a expensas de otra. Es peligroso entrometerse con la fe que ha sido
una vez dada a los santos (Judas 3-4). Véase también Hechos 9:1-9.

Uno nunca espera llegar a la apostasía, ni cree que está entrando a esa triste y terrible
enfermedad mortal del cristiano. La apostasía se apodera gradualmente de alguien que
empieza apostatar en un punto ya sea doctrinal o en la práctica. Parece que el trabajo
del apóstata es reducir el evangelio, hasta que no quede nada. En otros casos el apóstata
acomoda el evangelio a su conveniencia de tal manera que se pierde el testimonio puro.
Ya no existe diferencia entre un mundano y un cristiano.

Este problema mortal que ha entrado en la iglesia, es necesario estudiarlo con mucha
atención. Hay hermanos que son muy celosos de la iglesia, pero pueden estar en peligro
de ser apóstata porque muchas veces no viven lo que enseñan.

La apostasía se puede parecer a la enfermedad llamada SIDA, porque hasta que ya


está muy avanzado se manifiesta. En nuestras iglesias, muchos hermanos en su vida
privada, descuidan su devocional y la oración personal. No leen su Biblia ni oran.
Descuidan también su devocional familiar. El devocional familiar consiste en reunir a
su familia para leer la Biblia, orar, testificar y animarse mutuamente para mantener
ardiendo la llama del evangelio, o bien, buscar a Dios juntos.

Muchos no sólo descuidan su vida espiritual en lo privado, sino también, su vida


espiritual en público. No asisten a la iglesia. Un pensamiento dice que en la iglesia
venimos a adorar a Dios, y salimos para servir a los demás. Otro pensamiento dice que
a la iglesia venimos a celebrar la fe. Pero ¿cómo vamos a venir a celebrarla, si ni
siquiera traemos Biblia, ni himnario. Algunos se sientan en la última banca; no tienen
ganas de cantar; no quieren alabar a Dios; no quieren leer la Biblia; no les gusta la
predicación; se preocupan por encontrar defectos en la predicación del pastor;
encuentran defectos en el concilio. En fin, se ocupan de cuestionar todo. Si se les pide
colaboración, se niegan a hacerlo. No ofrendan, no diezman; total, no quieren hacer
nada.

Debemos compartir nuestro testimonio en la iglesia para animar a otros; pero


también debemos compartir nuestro testimonio fuera de la iglesia. Debemos compartir
nuestro testimonio en el trabajo, en las camionetas, con nuestros vecinos, y con todos
aquellos que no han sido alcanzados por el evangelio.

En este punto nos hemos descuidado mucho. Hemos olvidado la parte práctica.
Como iglesia necesitamos un avivamiento. En nuestra iglesia se ha perdido el interés
por estudiar la Biblia y memorizarla. Tampoco estudiamos cuidadosamente la doctrina.
Debido al desconocimiento de la doctrina, muchos de nuestros hermanos fácilmente
han caído en doctrinas erróneas.

Actualmente existe mucho entusiasmo por cantar cadenas interminables de coros.


Eso es bueno; pero en la iglesia debe haber un balance en la actividad. Debe haber
canto, oración y estudio de la Palabra de Dios. Por supuesto la alabanza personal y
congregacional deben ser la manera de celebrar muestra fe y evitar la apostasía.

B. “RECORDAD LA FIRMEZA ANTERIOR” (Hebreos 10:32-34)

La invitación ahora es recordar aquellos mejores días. Aquellos tiempos en que por
dar testimonio de Cristo, se hallaron severamente atacados por enemigos demoniacos
y humanos. Este versículo 32 se refiere a aquellos tiempos cuando “sostuvisteis un
fuerte y doloroso combate” por causa de mantenerse firmes en la fe. El combate no
sólo fue sufrir la prueba, sino que la sufrieron pacientemente y salieron victoriosos, y,
además, fueron solidarios con los demás (vs. 33). El escritor les escribe así a los
hermanos hebreos por que esta era la realidad de ellos. Pero eso no debía ser motivo
de desánimo y apostatar, sino que con gozo debían esperar con paciencia. El escritor
dice: “sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos”
(vs. 34. Véase también Mateo 6:19-20).

Cuando nuestro único tesoro está sólo en el presente, nuestra fe en el futuro es débil.
De esa manera no podemos regocijarnos porque hay una discordancia entre la realidad
y nuestra fe. Tenemos que pedirle al Señor que nos permita armonizar nuestra vida
cotidiana con la fe que tenemos en Jesucristo.

C. EL CAMINO DE LA FE NO ES UNA OPCIÓN (Hebreos 10:35-39)

1. En vista de las terribles consecuencias de la apostasía, tenemos que ser firmes en


la fe.

2. En vista de los triunfos de la fe en el pasado, y especialmente recordar de dónde


nos sacó Jesucristo por su evangelio.
No es razonable rendirse ahora. “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene una
gran recompensa” (vs. 35). Todo el camino que hemos recorrido y todos los hechos
portentosos de nuestra vida espiritual no pueden ser anulados por ventajas sociales o
temporales de este mundo. La paciencia es necesaria para que habiendo hecho la
voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (vs. 36). En lugar de retirarse se debe avanzar
al lugar santísimo y experimentar por la fe, el cumplimiento de las mejores promesas
(8:6). El centro de estas mejores promesas es el inminente retorno de nuestro Señor
Jesucristo.

“Porque aún un poco y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (vs. 37). Esta
aplicación armoniza con el verso 25, y el versículo 38: “Mas el justo vivirá por fe; y si
retrocediere, no agradará a mi alma” (vs. 38).

La vida santa, es vida de fe. Por fe andamos, no por vista” (II Corintios 5:7). La fe
cree en la realidad de lo invisible. Esta es la clase de fe que hace posible la comunión
con el Espíritu Santo.

El escritor después de haber escrito tan claro y tajante, los anima ahora diciéndoles:
“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe
para preservación del alma” (vs. 39). Nos quiere decir que no debemos ser hipócritas,
que estemos solamente fingiendo (por conveniencia) una vida espiritual que no
tenemos. Tampoco somos cobardes que vamos a abandonar las filas del evangelio
especialmente cuando vemos que “aquel gran día se acerca”.

Sólo los que tienen fe, es decir, los verdaderos creyentes serán finalmente salvos.
Evidentemente, según este pasaje, no se puede ser un apóstata y un creyente al mismo
tiempo.

Creo que es el momento de nuestro estudio de Hebreos para que revisemos nuestra
vida espiritual y recordemos de dónde hemos caído, que nos arrepintamos y hagamos
las primeras obras –acciones- (Apocalipsis 2:5).

Debemos darnos cuenta también que de aquí en adelante estaremos refiriendo al


gran tema de la fe. Porque la fe es como la impulsadora para las grandes acciones de
nuestra vida espiritual, especialmente porque el justo vivirá por fe (vs. 38). “Sin fe es
imposible agradar a Dios” (11:6).

En la próxima lección estaremos estudiando el tema: “Las credenciales de la fe”.


Recomendamos si puede traer algunos testimonios cortos y concisos sobre la fe en su
propia experiencia. Procure elaborar un concepto de fe, a partir de esa experiencia
personal.
Tema 11

LAS CREDENCIALES DE LA FE

PARA ESTUDIO: Hebreos 11:1-10.


LECTURA DEVOCIONAL: Hebreos 11:1-10.
TEXTO PARA MEMORIZAR: Hebreos 11:1-2.

PROPÓSITO

Estimular a los hermanos a ejercitar su fe en Dios.

INTRODUCCIÓN

La fe es una parte integral en el plan de salvación de Dios desde un principio. Dios


siempre ha exigido el camino de la fe para todos sus seguidores.

El escritor en este capítulo va a demostrar que todos los que han triunfado en la vida
espiritual ha sido porque fueron hombres y mujeres de fe; y por ellos tenemos una rica
herencia espiritual.

DESARROLLO DE LA LECCIÓN

A. UN CONCEPTO DE FE (Hebreos 11:1)

El escritor comienza con una proposición general acerca de la naturaleza de la fe.


Él dice “Es, pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”
(vs. 1). Aquí encontramos un concepto de fe, que muestra los aspectos principales de
la misma: a) su relación con la esperanza. b) Su relación con lo invisible.

La palabra certeza (“hypostasis”, en griego) significa “un ser puesto debajo de”. En
este caso significa la confianza en que nuestras esperanzas son válidas, y es la base para
que se realicen. Si perdemos la fe, nuestra esperanza nunca se realizará.
La fe se relaciona también con el orden invisible de la realidad. La palabra
convicción (“elengchos”, en griego) significa prueba. Aquí se utiliza como persuasión
total y completa, a tal grado que no necesita de más pruebas (de probarlo, argumentar,
demostrar). Con el ojo de la fe vemos cosas que no podemos ver con el ojo físico
humano. La fe significa estar convencido de las cosas que no podemos ver físicamente.

Un concepto que se originó en la mente de San Pablo es “como acto de obediencia.


Esto se pone en relieve en el paralelismo de Romanos 1:8, 16, 19. Ese acto de
obediencia se basa en el reconocimiento de Cristo como el Señor y Salvador. El Señor
exige a los hombres a que abandonen la manera anterior de vivir y que alcancen así la
conversión.

El concepto cristiano de la fe, ha sido influenciado por el concepto helenista que se


limita a la aceptación del mensaje cristiano sólo con la mente. El problema es que al
aceptar el mensaje de esa manera, se queda únicamente como un conocimiento mental.

Para ayudar en este concepto tan importante, podemos decir que fe es la disposición
del hombre en recibir el regalo de la justicia de Dios y la acción salvadora de Jesucristo.
En este sentido la fe no es únicamente un conocimiento mental. La fe exige lealtad,
obediencia en todos los aspectos de la ley de Dios.

Los judíos habían negado la fe al mal interpretar la ley de Dios, y usarla para
autojustificarse. Parecían ser estrictos en observar la ley, pero en realidad sólo era una
apariencia, ya que con sus acciones negaban la fe.

B. ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA FE (Hebreos 11:2-40)

1. LA SEGURIDAD (Hebreos 11:2)

“Por la fe alcanzaron buen testimonio los antiguos” (vs. 2). Ellos pudieron alcanzar
el conocimiento de la creación divina. Ellos creyeron que lo visible salió de lo invisible.

2. LA JUSTICIA (Hebreos 11:4-5)

Abel alcanzó buen testimonio de que era justo. Esto fue una aceptación de sus
ofrendas por parte de Dios.

Enoc también tuvo testimonio de haber agradado a Dios con su vida. Por eso Dios
lo llevó para que no viera muerte.
3. AGRADA A DIOS (Hebreos 11:6)

La fe es el acto de estar creyendo. Dios es el que da testimonio a nuestro espíritu de


que somos sus hijos (Romanos 8:16), porque Él conoce nuestros corazones. “Porque
es necesario que el que se acerca a Dios crea que ley hay” (vs. 6).

4. LAS OBRAS DE LA FE (Hebreos 11:7)

La iniciativa es divina, pero las obras son de los que creen en esa iniciativa. Noé
preparó el arca por que Dios se lo mandó; él creyó que vendría un diluvio por que Dios
se lo dijo, y procedió a obrar por fe. Preparó el arca para salvar a su familia. Por eso
la fe no es tener una información de una manera pasiva.

5. LA OBEDIENCIA (Hebreos 11:8)

La fe engrandeció la vida de Abraham.

a. Por la fe tenía una historia de relación personal


con Dios.
b. Por la fe creyó y reconoció la voz de Dios.
c. Por la fe creyó de que si Dios se lo decía, era porque existía el lugar que Dios le
mencionaba.
d. Por la fe creyó que Dios lo protegería en el camino hasta llegar al lugar donde
Dios le indicaba.
e. Por fe creyó que Dios le daría la tierra prometida.

6. ESPERA CON PACIENCIA (Hebreos 11:9-10)

Abraham sabía que tenía que esperar con paciencia la promesa de Dios. Esa es una
cualidad de la fe.

7. TRAE GOZO (Hebreos 11:11-12)

La fe de Abraham y de Sara se mantuvo firme en lo que Dios les había prometido.


Por eso Dios pudo cumplir sus promesas para con ellos. El cumplimiento de las
promesas de Dios fue de mucha alegría para ambos, especialmente por el Nacimiento
de Isaac. En un sentido, la fe es la que hace posible los milagros. No es que la fe
obligue a Dios a actuar; sino más bien, se necesita que le creamos a Dios cuando Él
quiere hacer una obra maravillosa.

8. MORIR EN LA FE (Hebreos 11:13-16)

Morir en la fe, es diferente a morir por la fe. Morir por la fe, es morir siendo mártir.
Mientras que morir en la fe es creer en Dios hasta el último momento de nuestra vida.
A los patriarcas les habían sido dadas las promesas, pero no habían recibido el
cumplimiento; sin embargo, ellos murieron en la fe.

En los versículos 13-14, notamos que la confesión de fe, incluye varios elementos:

a. Una posesión de la visón –mirándolo de lejos. Ellos sabían que lo que esperaban
recibir estaba en el futuro.

b. Una persuasión de valor. “Y creyéndolo y saludándolo”, significa en este caso,


que no dudaron de las cosas que sucederían en un futuro.

c. Una profesión de peregrinación. “Y confesando que eran extranjeros y


peregrinos sobre la tierra”. Se revela aquí una profundidad de percepción y una
amplitud de visión. Se extendía mucho más allá de Canaán. No eran unos vagabundos
en la tierra prometida de Canaán, sino extranjeros. Ellos no se complicaron la vida
como nosotros los creyentes de hoy. Simplemente creyeron a Dios, y todo les fue bien.

Los santos del Antiguo Testamento no miraban hacia atrás. Estaban muy
interesados en el futuro. Anhelaban vivir en una eternidad celestial (vs. 16).

Debido a la espiritualidad de ellos, Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos.


Les ha preparado una ciudad celestial. Por el contrario, algunos que profesan creer en
Dios son un descrédito para Él; sus miserables almas están ligados a cosas de la tierra.
Esto no fue así con Abraham, Sara, Isaac y Jacob (Éxodo 3:3-16). Él se alegraba ser
llamado Dios de ellos. Dios ha preparado una eterna y segura habitación (Juan 14:1-4;
Apocalipsis 21:2). Debido a que ellos esperaron con fe, son también beneficiados por
Cristo como nosotros que esperamos con fe; aunque nosotros tenemos una fe reforzada
con el conocimiento del sacrificio del Calvario, que nos deja sin excusa alguna. Si
perdemos la oportunidad de vivir en la santa ciudad, será por nuestra negligencia.

9. LA CONFIANZA (Hebreos 11:17-19)


Abraham demostró su confianza cuando, al ser probado, ofreció a Isaac (vs. 17).
Esta fue una prueba severa. Dios le pidió a que sacrificara a su único hijo (En realidad,
Dios no quería que Abraham sacrificara a su hijo, sólo era una prueba para su fe). Pero
Abraham tenía confianza en quien le había dicho: “En Isaac te será llamada
descendencia (vs. 18). Para una persona de poca fe, esto hubiera sido el derrumbe de
todas sus esperanzas. Pero el fundamento de Abraham tenía una explicación sencilla.
Sabía que Dios era poderoso para levantar a su hijo aun de entre los muertos, de donde
en sentido figurado también volvió a recibirlo (vs. 19). En los versículos 17 al 19
aprendemos lo siguiente:

a. La fe es probada.
1) Cuando los sacrificios exigidos parecen irrazonables.
2) Cuando los misterios de la providencia divina parecen no resolverse.
3) Cuando las promesas de Dios parecen irrealizables.

b. La fe triunfa por las siguientes razones:


1) Cree en la grandeza de Dios a pesar de las dificultades.
2) Confía en la bondad de Dios a pesar de las apariencias.
3) Obedece las órdenes de Dios a pesar de las consecuencias.

10. BENDICE A LOS DEMÁS (Hebreos 10:20)

Los prepara para el futuro. Esto se ve en Isaac que por fe bendijo a Jacob y a Esaú
respecto a cosas venideras (vs. 20). Se ve también en Jacob, quien bendijo a cada uno
de los hijos de José, estando en su lecho de muerte. Ellos creyeron en las promesas de
Dios que podía bendecir a sus hijos y familiares.

11. LA FE ES ATREVIDA (Hebreos 11:23)

Por fe Amram y Jocabed se atrevieron a ocultar a Moisés cuando nació, porque le


vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey; ellos creyeron que este niño era
especial.

12. LA FE NOS HACE FUERTES Y FIRMES (Hebreos 11:24-26)

Como la madre de Moisés tenía fe, se dedicó con sacrificio para cumplir con su tarea
de instruir a su hijo; ella sabía que tenía que prepararlo para que más tarde tuviera la
capacidad de decidir a favor de Dios, a pesar de las ofertas que se le pudieran presentar.
Moisés decidió a favor del pueblo de Dios. Por la fe Moisés pudo distinguir lo pasajero
de lo eterno.

a. Lo pasajero incluía los siguientes:


1) El sufrimiento del pueblo de Dios.
2) Los deleites temporales del pecado.
3) Los tesoros de los egipcios. b. Lo eterno incluye:
1) El reposo del pueblo de Dios.
2) La persona de Cristo.
3) La entrega del Galardón.
Aquí aprendemos a percibir la superioridad de los valores espirituales y morales
sobre los deleites pecaminosos y temporales. Aprendemos también que los valores
perdurables están a lado de Cristo y del pueblo de Dios. Por eso es que debemos decidir
renunciar a las ventajas pasajeras de esta vida del mundo, y adoptar una ganancia
permanente en Cristo (vss. 25-26).

13. LA FE DEBE SER PERSISTENTE (Hebreos 11:27)

“Por fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey” (27). Cuando Moisés fue joven,
también fue fuerte para hacer la elección básica y definitiva, pero necesitaba la
maduración del desierto y la zarza ardiendo para preparase mejor. El secreto de su
firmeza fue estar viendo siempre a lo invisible.

14. LA FE SIGNIFICA SALIDA (Hebreos 11:28-31)

La verdadera fe siempre sale de Egipto, figurativamente hablando. Nunca se queda


en el mundo pecaminoso. Ahora la atención se pone en el hecho de que la nación nunca
se hubiera liberado de la esclavitud, y nunca habría conquistado Canaán, si n o hubiera
sido por los que tenían fe. Cada paso importante hacia delante fue una victoria de fe.

A continuación presentamos una descripción de los puntos principales de la


migración de Egipto a Canaán.

a. Su celebración de fe (11:28). La celebración de la pascua fue un acto de fe. Por


la fe celebró la pascua. El objeto fue escapar de la espada del que destruía a los
primogénitos. Este acto es muy simbólico de que la muerte eterna espera a todos
aquellos que están en el Egipto espiritual, o sea, en el mundo pecaminoso.
Similarmente el cordero sacrificado era símbolo de aquel futuro cordero de Dios, que
quitaría el pecado del mundo (Juan 1:29).
b. El mar rojo (11:29). En este acontecimiento vemos la diferencia entre fe y
presunción. No reside en lo que se hace, sino en la autoridad con que se hace. Los
Israelitas pasaron por la fe. Los Egipcios pasaron por venganza, y el mar marcó la
diferencia. El mar de la vida marcará la diferencia también de los que lo cruzan por la
fe y de los que lo cruzan por otros motivos.

c. Las murallas de Jericó (11:30). Moisés había muerto, y ellos ya no podían


depender de él; ahora dependían de Josué, discípulo de Moisés. Jericó fue un obstáculo
que les sale en el camino, pero por la fe cayeron los muros de Jericó. La fe logra sus
objetivos por medio de: (1) La obediencia. (2) El poder de Dios.

d. Rahab se convierte (11:31). Esta mujer llegó a conocer el testimonio de los


israelitas. Debido a ello su corazón estaba paralizado de miedo. Este miedo la convirtió
en fe porque: (1) Ella percibió el plan de Dios. (2) Aceptó el plan de Dios y se ajustó
a él. (3) Actuó de acuerde a ese plan para su vida. (4) Lo compartió con su familia.

15. EL TRIUNFO DE LA FE (Hebreos 11:32-38)

No todos eran igualmente dignos, pero todos alcanzaron la inmortalidad debido a


que en la hora de la crisis se mostraron como hombres y mujeres de fe. Dios puede
hacer más con 300 hombres de fe (el ejército de Gedeón) que con 32, 000 hombres que
temblaban de miedo y llenos de duda.

Del versículo 35 en adelante se refiere a los hombres y mujeres que en el momento


de la prueba pudieron haber salvado sus vidas, si hubieran negado su fe. Pero
prefirieron renunciar a la vida misma, a fin de obtener una mejor resurrección. Esta es
la marca suprema de la fe auténtica. No está tan preocupado por lo que sucede a este
lado de la vida, sino por lo que sucederá en la otra.

16. EL TESTIMONIO DE LA FE (Hebreos 11:39-40)

Todos estos santos de Dios, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no
recibieron algunos beneficios que nosotros sí recibimos. Dios proveyó cosas mejores
para nosotros, para que no fueran perfeccionados aparte de nosotros (vs. 40). Esta cosa
mejor, no puede referirse al cielo, porque ellos lo compartieron con nosotros sobre la
misma base.

La “cosa mejor” se puede referir a la prueba y el privilegio. Nuestras ventajas


después del Pentecostés son el reposo, la perfección, la santificación, y el acceso al
lugar santísimo que el escritor ha estado discutiendo. Esta epístola enseña que los
acontecimientos del calvario, la pascua y el Pentecostés hacen posible un nivel y calidad
de salvación personal que no eran posible antes.

El tiempo del Espíritu Santo no sólo nos permite llegar a esta salvación sino nos
ayuda a lograrla.

Es el tiempo en que podemos compartir nuestro testimonio de fe. Demostremos la


manera en que lo entendemos y cómo nos ha beneficiado.

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