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Síntesis de la Unidad III Y IV.

Las ideas filosóficas en la Edad Media. III

i 3.1 Característica de la mentalidad del ser humano del medioevo


La institución religiosa como núcleo de poder
Una de las características que probablemente más destaca de esta etapa es el
gran poder y consideración que obtiene la religión. Las creencias religiosas se
vuelven elementos básicos en el día a día de la población, así como una
manera de mantener a la población contenida y circunscrita a un modelo
concreto de realidad.
3.3 La Escolástica. Santo Tomas de Aquino.
Santo Tomás distinguió entre teología y filosofía. La filosofía, y las restantes
ciencias humanas, descansan en la luz natural de la razón. El filósofo utiliza
principios conocidos por la razón humana, y saca conclusiones que son fruto
del razonamiento humano. El teólogo, por el contrario, aunque utiliza su razón,
acepta sus principios de la autoridad, de la fe: los recibe como revelados.
Aunque en la teología se utilicen métodos filosóficos, la teología es distinta de
la filosofía pues, el punto de partida de la teología son datos revelados.

Las ideas filosóficas en la edad moderna  y contemporánea  IV

4.2 Racionalismo: Rene Descartes

El racionalismo sostiene que nuestros conocimientos válidos y verdaderos


sobre la realidad no proceden de los sentidos, sino de la razón, de nuestro
entendimiento.
Descartes piensa que el conocimiento de la realidad puede construirse
extrayendo consecuencias, es decir deduciendo, de ciertas ideas y principios
evidentes que no dependan de la experiencia, ya que ésta sólo proporciona
conocimientos inciertos y dudosos. Para conseguir su propósito, Descartes
emplea el método matemático en la reflexión filosófica. Quiso probar verdades
filosóficas del mismo modo que se prueba un teorema matemático. Emplear la
misma herramienta que empleamos cuando trabajamos con números, es decir
la razón. Los sentidos, aunque sean otra herramienta de estudio, no
proporcionan conocimientos seguros.

4.7 Dialéctica Trascendental: F.G. Hegel


La dialéctica considera que todos los fenómenos están sujetos a perpetuo
movimiento y cambio, y que el desarrollo de la Naturaleza es el resultado del
desarrollo y de la lucha de sus contradicciones. Los filósofos de la antigua
Grecia, según la expresión de Engels, eran dialécticos innatos. El célebre
filósofo materialista de la antigüedad, Heráclito, enseñaba que todo es y no es,
pues todo fluye, todo se halla sujeto a un proceso de transformación, de
incesante nacimiento y caducidad. Otro de los más notables filósofos de la
antigua Grecia, Aristóteles, había llegado ya a penetrar en la forma más
sustancial del pensar dialéctico. Pero en la filosofía griega, la dialéctica
aparece todavía en su simplicidad primitiva. La dialéctica de los antiguos
griegos era una dialéctica candorosa. La conexión universal de los fenómenos
no la demuestran en sus pormenores. Concibiendo la Naturaleza como un todo
íntegro, no llegaron hasta el análisis de sus objetos y fenómenos, sin el cual
tampoco el cuadro general del mundo puede adquirir un sentido claro. 

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