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BIOGRAFIA Y OBRAS DE SOCRATES

Sócrates nació en Atenas el año 470 a.C., en una familia, al


parecer, de clase media. Fue maestro de Platón, quien tuvo a
Aristóteles como discípulo, siendo estos tres los
representantes fundamentales de la filosofía de la Antigua
Grecia. Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que
ha dado lugar a alguna comparación entre el oficio de su
madre y la actividad filosófica de Sócrates. Fue hijo de
Sofronisco — motivo por el que en su juventud lo llamaban,
‘Sócrates hijo de Sofronisco’)—, de profesión cantero, y de
Fainarate, comadrona, emparentados con Arístides el Justo.
Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden, pues,
con el período de esplendor de la sofística en Atenas. Desde
muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la
agudeza de sus razonamientos y su facilidad de palabra,
además de la fina ironía con la que salpicaba sus tertulias con
los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes
les preguntaba sobre su confianza en opiniones populares,
aunque muy a menudo él no les ofrecía ninguna enseñanza.
Tuvo por maestro al filósofo Arquelao quien lo introdujo en las
reflexiones sobre la física y la moral. Se casó con Xantipa (o
Jantipa), que era de familia noble. Según una tradición
antigua, trataba muy mal al filósofo, aunque en realidad
Platón muestra, al narrar la muerte de Sócrates en el Fedón,
una relación normal e incluso buena entre los dos. Aunque
durante la primera parte de su vida fue un patriota y un
hombre de profundas convicciones religiosas, Sócrates sufrió,
sin embargo, la desconfianza de muchos de sus
contemporáneos, a los que les disgustaba la nueva postura
que tomó frente al Estado ateniense y la religión establecida,
principalmente en contra de las creencias metafísicas de
Sócrates, que planteaban una existencia etérea sin el
consentimiento de ningún dios como figura explícita. Fue
acusado en el 399 a.C. de despreciar a los dioses y
corromper la moral de la juventud, alejándola de los principios
de la democracia. La Apología de Platón recoge lo esencial
de la defensa de Sócrates en su propio juicio; una valiente
reivindicación de toda su vida. Fue condenado a muerte,
aunque la sentencia sólo logró una escasa mayoría. Cuando,
de acuerdo con la práctica legal de Atenas, Sócrates hizo una
réplica irónica a la sentencia de muerte del tribunal
proponiendo pagar tan sólo una pequeña multa dado el
escaso valor que tenía para el Estado un hombre dotado de
una misión filosófica, enfadó tanto al jurado que éste volvió a
votar a favor de la pena de muerte por una abultada mayoría.
Los amigos de Sócrates planearon su huida de la prisión,
pero prefirió acatar la ley y murió por ello. Pasó sus últimos
días con sus amigos y seguidores, como queda recogido en
la obra Fedón de Platón, y durante la noche cumplió su
sentencia bebiendo una copa de tósigo preparado con cicuta
siguiendo el procedimiento habitual de ejecución "suicida".
Según la tradición sus últimas palabras fueron irónicas o
acaso más bien sarcásticas: «Acuérdate de comprar un gallo
para Asclepio». Murió a los 70 años de edad. A su muerte
surgen las escuelas socráticas, la Academia Platónica, las
menores, dos de moral y dos de dialéctica, que tuvieron en
común la búsqueda de la virtud a través del conocimiento de
lo bueno. Platón no pudo asistir a los últimos instantes y éstos
fueron reconstituidos en el Fedón, según la narración de
varios discípulos.
Pensamiento.
El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en
torno al ser humano y la sociedad, abandonando el
predominio del interés por el estudio de la naturaleza.
Probablemente Sócrates se haya iniciado en la filosofía
estudiando los sistemas de Empédocles, Diógenes de
Apolonia y Anaxágoras, entre otros. Pero pronto orientó sus
investigaciones hacia los temas más propios de la sofística.
Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido
numerosos seguidores, nunca creó una escuela filosófica.
Sócrates no escribió ninguna obra, nos podemos acercar a su
figura por medio de cuatro fuentes: Los diálogos de Platón
como material más importante. Los escritos de Jenofonte en
los que habla de Sócrates, los cuales, no obstante, contienen
errores históricos y geográficos. La comedia de Aristófanes,
Las nubes, que fue escrita cuando Sócrates tenía solamente
41 años, ridiculizándolo y colocándolo en el lugar de los
sofistas. Y finalmente, las menciones de Aristóteles a lo largo
de todas sus obras; no lo conoció directamente pero
tradicionalmente se considera que su recuento es el más
objetivo. Aristófanes habla de él en la comedia Las nubes
(representada en Atenas en el 423), presentándolo en
perspectiva denigratoria, colocándolo con sofistas y
naturalistas (se refiere probablemente al periodo juvenil de
Sócrates). Sócrates es descrito como un holgazán que se
sentaba al aire para corromper las mentes de los jóvenes,
enseñándoles sus tesis naturalistas acerca de los dioses,
negando las tradiciones religiosas de las polis. Polícrates fue
un sofista y se opuso a Sócrates acusándolo, en la obra
“Acusación contra Sócrates” del 393, de conservadurismo
político y de desprecio de la democracia. Esto no tiene nada
que ver con las tesis filosóficas de Sócrates, sino que
muestran una forzada caricaturización de aspectos que no
fueron centrales en Sócrates. Jenofonte fue discípulo de
Sócrates, pero no teniendo una mente filosófica comprende
poco su mensaje más profundo: el retrato que no deja en “Los
Memorables” raya con lo banal y superficial. El maestro que
Jenofonte recuerda con veneración, es descrito sobretodo en
sus características exteriores de bondad y paciencia.
Platón además que ser discípulo de Sócrates tenía una
inteligencia filosófica que le permitió penetrar plenamente en
el sentido del mensaje socrático; Pero también por esto la
filosofía del maestro es leída a través de la óptica, fuerte y
creativa del discípulo y por lo mismo no resulta fácil entender
dónde termina Sócrates y donde comienza Platón.
Seguramente en los diálogos platónicos juveniles es más
fuerte la incidencia del Sócrates real, mientras que en los
diálogos sucesivos Platón coloca en boca de Sócrates sus
tesis. Aristóteles tiene el valor de ser un auténtico filósofo,
habilitado para comprender en profundidad las tesis de
Sócrates, pero la limitación de no haberlo conocido
personalmente. Allí donde los testimonios concuerdan y
atribuyen a Sócrates tesis que antes ninguno había
sostenido, y que después de él entraron a circular en la
filosofía griega, es donde se puede afirmar con total
verosimilitud que tales tesis fueron realmente sostenidas por
Sócrates. Las llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa
de sus seguidores. Acerca de su actividad filosófica nos han
llegado diversos testimonios, contradictorios entre ellos, como
los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el
llamado problema socrático, es decir la fijación de la auténtica
personalidad de Sócrates y del contenido de sus enseñanzas.
Si creemos a Jenofonte, a Sócrates le interesaba
fundamentalmente la formación de hombres de bien, con lo
que su actividad filosófica quedaría reducida a la de un
moralista práctico: el interés por las cuestiones lógicas o
metafísicas sería algo completamente ajeno a Sócrates. Más
problemas plantea la interpretación del Sócrates platónico:
¿Responden las teorías puestas en boca de Sócrates en los
diálogos platónicos al personaje histórico, o al pensamiento
de Platón? La posición tradicional es que Platón puso en
boca de Sócrates sus propias teorías en buena parte de los
diálogos llamados de transición y en los de madurez,
aceptando que los diálogos de juventud reproducen el
pensamiento socrático.
El método socrático.
Sócrates desarrolla un método práctico basado en el diálogo,
en la conversación, la "dialéctica", en el que a través del
razonamiento inductivo se podría esperar alcanzar la
definición universal de los términos objeto de investigación.
Dicho método constaba de dos fases: la ironía, donde finge la
ignorancia, y la mayéutica, que ayuda a definir los conceptos.
El propio Sócrates comparaba tal método con el oficio de
comadrona que ejerció su madre: se trataba de llevar a un
interlocutor a alumbrar la verdad, a descubrirla por sí mismo
como alojada ya en su alma, por medio de un diálogo en el
que el filósofo proponía una serie de preguntas y oponía sus
reparos a las respuestas recibidas, de modo que al final fuera
posible reconocer si las opiniones iniciales de su interlocutor
eran una apariencia engañosa o un verdadero conocimiento.
En sus conversaciones filosóficas, al menos tal y como
quedaron reflejadas en los Diálogos de Platón, Sócrates
sigue, en efecto, una serie de pautas precisas que configuran
el llamado diálogo socrático. A menudo comienza la
conversación alabando la sabiduría de su interlocutor y
presentándose a sí mismo como un ignorante: tal fingimiento
es la llamada ironía socrática, que preside la primera mitad
del diálogo. En ella, Sócrates proponía una cuestión (por
ejemplo, ¿qué es la virtud?) y alababa la respuesta del
interlocutor, pero luego oponía con sucesivas preguntas o
contraejemplos sus reparos a las respuestas recibidas,
sumiendo en la confusión a su interlocutor, que acababa
reconociendo que no sabía nada sobre la cuestión.
En resumen, la dialéctica se articulaba en cuatro aspectos o
momentos fundamentales:
a) La ignorancia (“solo sé que no sé nada”), con lo cual
Sócrates antes de proponer la propia concepción deja que
sea el interlocutor el que se exprese, fingiendo ser ignorante.
b) La ironía, con la cual Sócrates finge estar ensimismado
en los presupuestos de su interlocutor;
c) La refutación (elegkon), con la cual el muestra como de
tales presupuestos se llega a consecuencias inaceptables
para el mismo interlocutor;
d) La mayéutica, es decir el arte de hacer parir (profesión de
la partera), con la cual, después de haber destruido las falsas
certezas y las falsas opiniones de su interlocutor, Sócrates lo
ayuda a llegar con su misma razón, y ahora de manera bien
fundamentada, a una nueva verdad. Se trataba en general de
definiciones (o valores éticos) cargados de una validez
universal, reconocibles como tales por todos (a diferencia de
las tesis sofistas).
El intelectualismo ético.
Este intelectualismo socrático o intelectualismo moral
socrático es aquel que identifica la virtud como el
conocimiento. Según Sócrates, bastaba el conocimiento de lo
justo (la autognosis) para obrar correctamente. Según esta
doctrina, las malas acciones son producto del
desconocimiento, esto es, no son voluntarias, ya que el
conocimiento de lo justo sería suficiente para obrar
virtuosamente. Es decir, el intelectualismo socrático es una
teoría moral para la que la conducta moral sólo es posible si
se basa en el conocimiento del bien y la justicia. Incluso decía
que el conocimiento no es algo que se pueda aprender, sino
que es algo que ya está adquirido.
La influencia de Sócrates.
Sócrates ejercerá una influencia directa en el pensamiento
de Platón, pero también en otros filósofos que, en mayor o
menor medida, habían sido discípulos suyos, y que
continuarán su pensamiento en direcciones distintas, y aún
contrapuestas. Algunos de ellos, fundaron escuelas filosóficas
conocidas como las "escuelas socráticas menores", como
Euclides de Megara (fundador de la escuela de Megara),
Fedón de Elis (escuela de Elis), el ateniense Antístenes
(escuela cínica, a la que perteneció el conocido Diógenes de
Sinope) y Aristipo de Cirene (escuela cirenaica).

BIBLIOGRAFÍA.
PÉREZ DE LABORADA, M.: “Sócrates”, en FERNÁNDEZ LABASTIDA, F.;
MERCADO, J.A. (editores): Philosophica: Enciclopedia filosófica on line.
http://www.philosophica.info/archivo/2006/voces/socrates/Socrates.html
BURNET, J.: Greek Philosophy, MacMillan, London 1981.

CALVO MARTÍNEZ, T.: “Sócrates”, en GARCÍA GUAL, C.: Historia de la Filosofía antigua. Madrid,
Trotta, 1997, pp. 113-129.

DIÓGENES: Vidas de filósofos ilustres, trad. ORTIZ Y SAINZ, J. Barcelona, Iberia, 2000.

GÓMEZ-LOBO, A.: La Ética de Sócrates, trad.

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GUTHRIE, W.K.C.: Socrates. Cambridge University Press, Cambridge, 1971.


WEBGRAFÍA.

http://www.culturanuova.net/filosofia/1.antica/socrate.php
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/socrates.htm
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext
%3A1999.04.0009%3Achapter%3D14%3Asection%3D6
http://www.philosophica.info/voces/socrates/Socrates.html
http://www.webdianoia.com/presocrat/socrates.htm

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