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JESUS MANUEL DURAN DURAN

VS
JESUS OSCAR GARCIA VELASQUEZ

Juicio Sumario de Desahucio


Expediente No. 1005/2016-C

RECURSO DE APELACION

H. JUEZ PRIMERO DE LO CIVIL


DE PRIMERA INSTANCIA, DEL PARTIDO
JUDICIAL DE ENSENADA, BAJA CALIFORNIA
PRESENTE.

JESUS OSCAR GARCIA VELASQUEZ, promoviendo con el carácter de parte


demandada dentro del juicio sumario de desahucio que al rubro se indica, con personalidad
debidamente reconocida en los autos, ante su Señoría, con el debido respeto, comparezco y

E X P O N G O:

Que vengo por medio del presente ocurso, con fundamento en los artículos 311, 674
fracción III, 675, 677 y 678, todos del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de
Baja California, estando en tiempo y forma, en este acto interpongo RECURSO DE
APELACION, en contra del auto dictado con fecha trece de diciembre de dos mil diecisiete en
el que se celebró la audiencia de Conciliación, Pruebas y Alegatos, dentro del juicio sumario
de desahucio que al rubro se indica, UNICAMENTE, en lo que respecta a la segunda foja,
primer párrafo del referido auto en el que el Juez Civil acuerda tener por no justificada la
incomparecencia del suscrito a la celebración de la audiencia de Conciliación, Pruebas y
Alegatos; así como la foja segunda segundo párrafo en la que el Juez Civil desahoga la
etapa de Conciliación teniéndome como compareciente a la dicha etapa; así también se apela
el referido auto en cuanto a la tercera foja en su párrafo primero y segundo, en la que el Juez
Civil acuerda tenerme por no compareciendo a la etapa de desahogo de la prueba confesional
y me declara confeso de las posiciones formuladas por la contraria procesal al
considerar que el suscrito no acreditó legalmente mi inasistencia; auto que fue notificado
por Boletín Judicial el día nueve de enero de dos mil dieciocho, causando efectos el día diez
de enero de dos mil dieciocho, en virtud de contener una serie de ilegalidades de fácil
apreciación, mismas que pueden ser revocadas de pleno derecho por ese H. Tribunal
Superior de Justicia del Estado, auto que agravia la esfera jurídica del suscrito al considerar el
a quo, tenerme por no justificada mi incomparecencia a la celebración de la audiencia de
Conciliación, Pruebas y Alegatos, en consecuencia haberme declarado confeso de la
posiciones formuladas por la procesal contraria al considerar que no acredité legalmente mi
inasistencia; dado que parte de premisas, ilógicas y erróneas, que se fundamentan sólo en
una serie de razonamientos abstractos, generales y puramente subjetivos, que desde luego
obligan a concluir el silogismo de esa misma naturaleza, y que a mayor abundamiento, se
pasarán a analizar a detalle en los siguientes

AGRAVIOS:

ÚNICO.- Se apela el auto de fecha trece de diciembre de dos mil diecisiete,


UNICAMENTE la parte en la que el A quo declara confeso al suscrito de la posiciones
formuladas por la procesal contraria, al tenerme por no justificada mi incomparecencia a la
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celebración de la audiencia de Conciliación, Pruebas y Alegatos, al considerar que no acredité


legalmente mi inasistencia, en virtud de transgredir en mi perjuicio lo dispuesto por los
artículos 55, 275 y 310 último párrafo, todos del Código de Procedimientos Civiles para el
Estado de Baja California, así como los artículos 14 y 16 Constitucionales, en relación directa
con mis derechos humanos de legalidad y debido proceso que rigen a todos los actos de las
autoridades, bajo las siguientes premisas:

ORIGEN DEL AGRAVIO.- Lo constituye el auto dictado con fecha trece de diciembre
de dos mil diecisiete en el que se celebró la audiencia de Conciliación, Pruebas y Alegatos,
dentro del juicio sumario de desahucio que al rubro se indica, UNICAMENTE, en lo que
respecta a la segunda foja, primer párrafo del referido auto en el que el Juez Civil acuerda
tener por no justificada la incomparecencia del suscrito a la celebración de la audiencia de
Conciliación, Pruebas y Alegatos; así como la foja segunda segundo párrafo en la que el
Juez Civil desahoga la etapa de Conciliación teniéndome como compareciente a la dicha
etapa; así también se apela la tercera foja en su párrafo primero y segundo, en la que el Juez
Civil acuerda tenerme por no compareciendo a la etapa de desahogo de la prueba confesional
y me declara confeso de las posiciones formuladas por la contraria procesal al
considerar que el suscrito no acreditó legalmente mi inasistencia; mismo que se solicitan
se tengan aquí por reproducidos como si a la letra se insertasen por economía procesal.

NORMAS DE OBSERVANCIA GENERAL INOBSERVADAS Y APLICADAS


INDEBIDAMENTE.- Se violentaron en perjuicio de la parte actora, lo dispuesto por los
artículos 55, 275 y 310 último párrafo, todos del Código de Procedimientos Civiles para el
Estado de Baja California, así como los artículos 14 y 16 Constitucionales, en relación directa
con mis derechos humanos de legalidad y debido proceso que rigen a todos los actos de las
autoridades, en virtud que el A quo dicta el acuerdo adoleciendo de una debida
fundamentación y motivación, así como de una errónea interpretación y aplicación del
último párrafo del artículo 310, del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Baja
California al declararme confeso de la posiciones formuladas por la procesal contraria, al
tenerme por no justificada mi incomparecencia a la celebración de la audiencia de
Conciliación, Pruebas y Alegatos, por considerar que no acredité legalmente mi inasistencia.

Por lo anterior, en honor a la brevedad, me limito a expresar que la ratio decidendi, en


lo que a la sentencia recurrida se refiere, radica en desentrañar el sentido QUE EL JUEZ DE
ORIGEN EMITE EL ACUERDO EN EL QUE SE ME DECLARA CONFESO CARENTE DE
UNA DEBIDA FUNDAMENTAACION Y MOTIVACION, VIOLANDO EL PRINCIPIO DE
LEGALIDAD QUE RIGEN A TODOS LOS ACTOS DE LA AUTORIDADES, ASI COMO LA
INDEBIDA INTERPRETACION Y APLICACIÓN DEL ULTIMO PARRAFO DEL ARTICULO
310 DEL CODIGO ADJETIVO DE LA MATERIA, al declararme confeso de la posiciones
formuladas por la procesal contraria, al tenerme por no justificada mi incomparecencia a la
celebración de la audiencia de Conciliación, Pruebas y Alegatos, por considerar que no
acredité legalmente mi inasistencia, ello en atención que consideró no otorgarle valor
probatorio al certificado médico con el que acredite mi justa causa para mi inasistencia, en
virtud que al momento de la celebración de la audiencia no se encontraba presente el Médico
que signo el certificado médico, lo anterior sin existir fundamento legal que exija tales
requisitos a efectos de que el A quo los requiera de forma caprichosa y de manera infundada.

Por lo tanto a efecto de tener una base de entendimiento de la ratio decidendi que se
alega como agravio, suma importancia establecer lo siguiente:

El suscrito con promoción registrada bajo el número 2414, por el Juzgado que preside
el A quo, manifesté bajo protesta de decir verdad que existía causa justa para que el suscrito
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se vea imposibilitado en presentarse ante el Juzgado que Preside el A quo, toda vez que el
suscrito en días pasados estuve padeciendo problemas respiratorio, de presión arterial y de
bronconeumonía, a consecuencia de mal clima y la edad que tiene el suscrito (sesenta y cinco
años) causa de ello tuve la necesidad de acudir ante el Dr. Médico Cirujano Jorge Murphy
Pliego, con número de cedula profesional 3630158, a efectos que me atendiera por los
padecimientos que me afectan, precisándome que debo tener reposo absoluto así como
continuar con el tratamiento que me recetó a efectos de evitar complicaciones futuras que
pusieran en riesgo mi salud, en razón de ello el suscrito con fundamento en el artículo 310,
último párrafo del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Baja California, hizo del
conocimiento al A quo, antes de la celebración de la referida audiencia, de la causa justa
que me imposibilita para acudir a la audiencia celebrada el día trece de diciembre de dos mil
diecisiete, así como para al desahogo de la prueba confesional a cargo del suscrito.

Para ello, el de la voz ofreció como prueba la documental privada consistente en


original de certificado médico, expedido por el Dr. Médico Cirujano Jorge Murphy Pliego, de
fecha doce de diciembre de dos mil diecisiete, emitido en la ciudad de Ensenada, Baja
California, en el que se precisa que debía tener reposo absoluto así como continuar con el
tratamiento que me recetó, a efectos de evitar complicaciones futuras que pusieran en riesgo
mi salud, por mi edad (sesenta y cinco años).

Precisando también H. Magistrados, que el suscrito hizo del conocimiento al A quo y


manifestó bajo protesta de decir verdad que el suscrito se encontraba imposibilitado para
presentar al Dr. Médico Cirujano Jorge Murphy Pliego al Juzgado a efectos de ratificar la firma
y contenido del certificado médico que se ofreció. Señalando también en la promoción
presentada que el numeral 310, último párrafo del Código de Procedimientos Civiles para el
Estado de Baja California, no establece como requisito que deba presentarse para ratificación
de la firma contenido. También le manifesté al A quo, que en el caso que resulte necesario la
ratificación de firma y contenido de la documental ofrecida, sea requerido el Dr. Médico
Cirujano Jorge Murphy Pliego, quien puede ser localizado en el domicilio ubicado en Blvd.
Ramírez Méndez y Galeana, número 104, en el Fraccionamiento Bahía de esta ciudad de
Ensenada, a efectos de que comparezca personalmente a ratificar firma y contenido del
certificado médico a ese H. Juzgado.

También suma relevancia H. Magistrados, que el suscrito en el escrito presentado en el


Juzgado que preside el A quo, a efectos de justificar que existía causa justa para mi
incomparecencia, en relación directa con la prueba ofrecida para tal efecto, hice valer como
HECHO NOTORIO Y OFRECI TAMBIEN COMO PRUEBA el contenido de la sentencia
dictada en el Amparo directo 64/2010, recaído en el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Tercer Circuito, de donde se emitió la tesis cuyo rubro se tituló “CERTIFICADO
MÉDICO. NO REQUIERE DE RATIFICACIÓN ANTE LA AUTORIDAD JUDICIAL, PARA
JUSTIFICAR LA INASISTENCIA AL DESAHOGO DE UNA PRUEBA CONFESIONAL
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO)” es decir, no solo la invoque a favor del
suscrito, sino que también fue ofrecida como hecho notorio y ofrecida como prueba, por lo que
sin lugar a dudas el A quo, debió, bajo el principio de legalidad, haber resuelto respecto al
hecho notorio y dicha probanza que se hicieron valer, lo que no sucedió en la especie.

En relatadas condiciones H. Magistrados, el A quo, bajo la tutela del principio de


legalidad, debió haber fundado y motivado su actuación al momento de hacer constar la
incomparecencia del suscrito a la celebración del desahogo de la prueba confesional, así
como al no tener por justificada la incomparecencia del suscrito, de igual forma de exigir que
al momento de celebrar la audiencia estuviese el Medico a efectos de ratificar la documental
ofrecida, ello para darle valor probatorio en su justa dimensión, en virtud que dicha
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documental se encuentra signada por diversa persona ajena al procedimiento, lo que no


sucedió en la especie, conculcando en perjuicio del suscrito por los numerales invocados con
antelación.

A efectos de precisar lo que se debe entender por fundamentación y motivación, la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, se ha pronunciado al respecto, por lo que ha
establecido que por lo primero se entiende que ha de expresarse con precisión el precepto
legal aplicable al caso concreto y por segundo que, también debe expresarse con precisión,
las circunstancias especiales, razones particulares o causas inmediatas que se hayan tenido
en consideración para la emisión del acto, siendo necesario además, que exista adecuación
entre los motivos aducidos y las normas aplicables, es decir, que en el caso concreto se
configure la hipótesis normativa, para con ello cumplir con la garantía de fundamentación y
motivación.

Por ello considera el suscrito que el acuerdo en el que el A quo declara confeso al
suscrito de la posiciones formuladas por la procesal contraria, al tenerme por no justificada mi
incomparecencia a la celebración de la audiencia de Conciliación, Pruebas y Alegatos, al
considerar que no acredité legalmente mi inasistencia, no se encuentra debidamente fundado
y motivado a razón de lo siguiente:

El Juez Civil precisa a la letra en su acuerdo a foja segunda primer párrafo

“…el Suscrito tiene por no justificada la incomparecencia de la parte demandada a la presente audiencia
en virtud de no encontrarse presente a esta altura de la misma, el C. Doctor Jorge Muphy Pliego, a
efecto de ratificar en el acto la documental privada exhibida en la promoción que se acuerda ,de manera
tal de darle valor probatorio en su justa dimensión y por ende justificar en este acto la aludida
incomparecencia, lo anterior es así en virtud que la aludida documental privada se encuentra signada por
persona ajena a este procedimiento, sobre el cual no se puede aplicar las reglas establecidas para la
justificada inasistencia al desahogo de pruebas, sin pasar desapercibido para el suscrito el contenido de
la tesis que invoca el o cursante, toda vez que la misma constituye una tesis aislada que carece de
obligatoriedad en su aplicación, lo anterior con fundamento en lo dispuesto por los artículos 55, 274, 275,
310 último párrafo, 312, 317, 329, 331, 333, 334 del Código de Procedimientos Civiles del Estado.”

A foja tercera segundo párrafo

“A LO QUE ESTE TRIBUNAL ACUERDA.-Como lo solicita el de la voz , y toda vez que la parte
demandada Jesus Oscar Garcia Velásquez, no compareció al desahogo de la prueba confesional a su
cargo, ni acreditó legalmente su inasistencia, no obstante de haber quedado debidamente notificado por
razón actuarial de fecha veintinueve de noviembre del año en curso, por lo que se le declara confeso de
todas y cada una de las posiciones que fueron calificadas de legales de conformidad con el artículo 310
del Código de Procedimientos Civiles en vigor.

Por su parte el último párrafo del artículo 310, del Código de Procedimientos Civiles
para el Estado de Baja California establece a su letra:

ARTÍCULO 310.- El que deba absolver las posiciones será declarado confeso:

I.- Cuando sin justa causa no comparezca;


II….

La justa causa para no comparecer deberá hacerse del conocimiento del Juzgado hasta antes de
la hora señalada para absolver posiciones, exhibiéndose los comprobantes. Sólo
excepcionalmente y por motivos justificados, se aceptará comprobación posterior,
substancialmente en este caso incidente por cuerda separada y sin suspensión de
procedimiento.

Como puede observarse H. Magistrados, la determinación del A quo, carece de una


debida fundamentación y motivación, habida cuenta que en primer orden determina tener por
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no justificada la incomparecencia del suscrito en virtud que al momento de la celebración de la


audiencia no se encontraba presente el Médico Jorge Murphy Pliego a efecto de ratificar el
certificado médico, expedido por profesionista en mención, ello para efecto de otorgarle valor
probatorio a dicha documental, empero, en ninguno de los numerales en los que
fundamenta su actuación el A quo, se determina que deba presentarse en el momento
de la audiencia el profesionista en mención a efectos de ratificar dicha documental y
con ello estar en posibilidades de otorgarle valor probatorio, pues de los numerales 55,
274, 275, 310 último párrafo, 312, 317, 329, 331, 333, 334 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado, no se precisa dicho requisito al momento de la celebración de la
audiencia, de lo que se traduce en una completa ilegalidad del A quo, en determinar tener por
no justificada la incomparecencia del suscrito en virtud que al momento de la celebración de la
audiencia no se encontraba presente el Médico Jorge Murphy Pliego, determinación que no se
encuentra apegada a la Ley, sino solo a la simple voluntad del A quo sin apego una
ordenamiento jurídico, dejando en completo estado de indefensión al suscrito al haber
determinado tenerme no acreditada una causa justa habida cuenta que en el momento de la
audiencia no ratificó el medico el certificado médico por ende no le otorgó valor probatorio,
pues dicha actuación no se encuentra apegada a ningún numeral del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, transgrediendo notoriamente mis derechos humanos de
legalidad y debido proceso, así como el principio de legalidad que rigen a todos los actos de
las autoridades, ello máxime que el de la voz manifestó bajo protesta de decir verdad que me
era imposible presentar al Médico, allegando todos los datos para que de ser necesario el A
quo, si así lo considerara en algún momento, lo llamara citar a efectos de comparecer al
juzgado que preside para ratificar dicha documental.

Ahora bien de la lectura del último párrafo del artículo 310, del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, se establece que la causa justa para no comparecer para
absolver posiciones, se deberá hacer del conocimiento del Juzgador hasta antes de la hora
señalada para absolver posiciones, debiéndose exhibir los comprobantes para acreditar dicha
circunstancia, requisitos que prevé el numeral el mención. Precisando H. Magistrados, como
ha quedado manifestado con anterioridad, el suscrito cumplió cabalmente con las
exigencias marcadas por el numeral en cita, situación que se le hizo saber al A quo, con
previa antelación a desahogo de la prueba confesional la justa causa que me imposibilitaba
para acudir ese día, comprobándole los hechos narrados con el certificado médico con el que
me amparaba mi inasistencia, como lo señalé, cumpliendo con tales requisitos, acreditando
legalmente mi inasistencia, por lo que considera el suscrito que el A quo no debió tenerme
por no justificada mi inasistencia, en base a consideraciones personales que no encuentran
lugar en la ley.

No debe pasar desapercibido H. Magistrados, que el artículo 310, último párrafo, del
ordenamiento citado, NO establece como requisito ni es dable exigir, que conjuntamente con
la exhibición del certificado médico, sea ratificado por quien lo expidió, pues el Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Baja California, no establece cómo ha de justificarse la
hipótesis a que alude el numeral de referencia, ni indica, de manera imperativa que en el caso
de que se trate de una constancia médica, ésta deba ser ratificada ante la presencia judicial,
al momento en que sea presentada para justificar la inasistencia respectiva.

Además debe puntualizarse que en caso de que el juzgador pudiera dudar de la


veracidad del documento, cuenta con amplias facultades para ordenar los trámites necesarios
con el fin de acreditar la certeza de lo que en él se afirma; verbigracia, citar al médico que
expidió el justificante, a efecto de que comparezca ante su presencia a ratificar el diagnóstico
que en el mismo se asentó, pudiendo hacer uso de los apercibimientos y medios de apremio
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que estime necesarios para lograr tal fin. Máxime si se manifestó bajo protesta de decir
verdad de la imposibilidad para presentar ha dicho profesionista.

Por lo anterior, no es posible suponer que deba exigirse requisitos diversos al


contenido del referido numeral, pues donde la ley no distingue, no es dable que el juzgador lo
haga.

Época: Séptima Época


Registro: 256668
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Volumen 34, Sexta Parte
Materia(s): Administrativa
Tesis:
Página: 44

INTERPRETACION DE LA LEY. El principio de interpretación que establece que donde la ley no


distingue no debemos distinguir, debe aplicarse a un cuerpo de ley en su conjunto, y no en forma aislada
a cada una de sus disposiciones.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 343/70. Central de Aduanas Consolidadores de Carga, S. A. 13 de octubre de 1971.


Unanimidad de votos. Ponente: Guillermo Guzmán Orozco.

Época: Novena Época


Registro: 177274
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXII, Septiembre de 2005
Materia(s): Civil
Tesis: I.6o.C.357 C
Página: 1482

INTERPRETACIÓN DE LA LEY EN MATERIA CIVIL, EN CUMPLIMIENTO A LA GARANTÍA DE


LEGALIDAD. ALCANCES QUE AL EFECTO ESTABLECE EL ARTÍCULO 14 CONSTITUCIONAL. Por
imperativo constitucional las sentencias en materia civil, lato sensu, deben dictarse conforme a la letra o
a la interpretación jurídica de la ley, razón por la que resulta claro que primero debe acudirse a la
literalidad del texto normativo, cuando es completamente claro y no dé lugar a confusiones, sin que
sea necesario realizar una labor hermenéutica compleja, dado que el sentido del texto es
suficiente para considerar la actualización del supuesto jurídico en él contenido y de sus
consecuencias de derecho; empero, cuando la ley no es clara, el juzgador debe acudir al método
interpretativo que le parezca más adecuado para resolver los casos concretos, y sólo cuando existan
lagunas en la ley habrá de ejercer una labor integradora. Éstos son los alcances de la garantía de
legalidad contenida en el artículo 14 de la Norma Fundamental, por tanto cuando existe ley
aplicable al caso, ésta debe observarse de conformidad con su propio texto o bien acorde con la
interpretación que le corresponda, en cumplimiento de esa garantía, pues no puede tenerse por
colmada mediante la cita de criterios aislados de órganos jurisdiccionales que no se refieren al precepto
aplicable.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 7236/2004. Pemex-Exploración y Producción. 11 de noviembre de 2004. Unanimidad de


votos. Ponente: María Soledad Hernández de Mosqueda. Secretario: Ricardo Mercado Oaxaca.

En razón de lo anteriormente expuesto, se desprende indubitablemente que el A quo,


no fundó ni motivó, debidamente con que fundamentos de la Ley y consideraciones
especiales y causas particulares, se apoyó para determinar que para efectos de darle valor
probatorio a un certificado médico, era necesario que acudiera el Medico que lo expidió, al
momento de la celebración de la audiencia a efectos de que lo ratificara, para tener por
acreditada la justa causa que dio origen a la incomparecencia del suscrito, cuando en ninguno
de los preceptos en los que basó su fundamentación se exigen tales requisitos,
transgrediendo con ello mis derechos humanos de legalidad y debido proceso, contenidos en
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los artículos 14 y 16 Constitucionales, habida cuenta que se desprende una actuación del A
quo, fuera del margen de la Ley. Puntualizando nuevamente que los numerales 55, 274, 275,
310 último párrafo, 312, 317, 329, 331, 333, 334 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado, en los que fundamentó su determinación, en ninguno de ellos se prevé tales
requisitos.

En estrecha relación con los argumentos expuestos con antelación me duelo de que la
actuación de A quo, carece de una indebida fundamentación y motivación, habida cuenta que
el suscrito en el escrito presentado ante el Juzgado que preside el Juez Civil, ofrecí como
prueba y como hecho notorio el contenido de la sentencia dictada en el Amparo directo
64/2010, recaído en el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, en
que el los Magistrados del Tribunal en mención establecieron que el certificado médico no
requiere de ratificación ante la autoridad judicial, para justificar la inasistencia al desahogo de
una prueba confesional (legislación del estado de Jalisco), sin que el A quo se pronunciara
al respecto en cuanto a dicha probanza y en cuanto al hecho notorio, en el auto que se
apela, toda vez que de la lectura del mismo se aprecia que solo manifestó “…sin pasar
desapercibido para el suscrito el contenido de la tesis que invoca el o cursante, toda vez que la misma
constituye una tesis aislada que carece de obligatoriedad en su aplicación…”, aclarando que el
suscrito no solo invocó la referida tesis, sino que el contenido de la sentencia fue ofrecido
como prueba en calidad de hecho notorio. El ofrecimiento en mención tiene origen por la
estrecha similitud que tiene el Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Baja
California, con la legislación del Estado de Jalisco, en cuanto a las reglas para el desahogo de
la prueba confesional.

Debido a ello se desprende notoriamente que el A quo, no fundó y motivó debidamente


su actuación, dejándome en completo estado de indefensión y transgrediendo mis derecho
humanos de legalidad y debido proceso, bajo un flagrante violación al principio de legalidad
que rigen a todos los actos de la autoridad.

Sirve de apoyo los siguientes criterios

Época: Décima Época


Registro: 2009758
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 21, Agosto de 2015, Tomo III
Materia(s): Civil
Tesis: (V Región)3o.2 K (10a.)
Página: 2181

HECHOS NOTORIOS. PUEDEN INVOCARSE COMO TALES, LOS AUTOS O RESOLUCIONES


CAPTURADOS EN EL SISTEMA INTEGRAL DE SEGUIMIENTO DE EXPEDIENTES (SISE), AL SER
INFORMACIÓN FIDEDIGNA Y AUTÉNTICA. De acuerdo con la doctrina, cabe considerar notorios a
aquellos hechos cuyo conocimiento forma parte de la cultura normal o general propia de un determinado
círculo social en el tiempo en que se produce la decisión, excluyendo de éstos las características de
universalidad, conocimientos absoluto y efectivo, así como la permanencia del hecho, pues no se
requiere que éste sea objeto de un conocimiento multitudinario; resulta suficiente el conocimiento
relativo, es decir, la posibilidad de verificar la existencia del hecho de que se trate mediante el auxilio de
una simple información; es innecesaria la observación directa por todos los individuos pertenecientes al
grupo social, y no obsta a la notoriedad de un hecho la circunstancia de haber acontecido con
anterioridad, por considerarse que éste sea, al momento de desarrollarse el proceso, respectivamente.
Por su parte, tratándose de los tribunales, los hechos notorios se definen como aquellos que el órgano
judicial conoce institucionalmente con motivo de su propia actividad profesional; situación esta última que
coincide con lo asentado en la ejecutoria de la contradicción de tesis 4/2007-PL, de la que derivó la
jurisprudencia 2a./J. 103/2007, de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXV, junio de
2007, página 285, de rubro: "HECHO NOTORIO. PARA QUE SE INVOQUE COMO TAL LA
EJECUTORIA DICTADA CON ANTERIORIDAD POR EL PROPIO ÓRGANO JURISDICCIONAL, NO ES
NECESARIO QUE LAS CONSTANCIAS RELATIVAS DEBAN CERTIFICARSE.", que determinó que un
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hecho notorio para un tribunal, es aquel del que conozca por razón de su propia actividad jurisdiccional y
en la cual se dejó abierta la posibilidad de que un juzgador podía invocar como hecho notorio una
ejecutoria recaída a un anterior juicio de amparo relacionado, pero del índice de un diverso órgano
judicial, si se cuenta con la certificación previa de las constancias relativas, lo que permitiría sustentar
una causa de improcedencia en la existencia de aquél. Ahora bien, en los Acuerdos Generales 28/2001 y
29/2007, emitidos por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, se estableció la instauración del
Sistema Integral de Seguimiento de Expedientes (SISE), como programa automatizado de captura y
reporte de datos estadísticos sobre el movimiento de los asuntos del conocimiento de los órganos
jurisdiccionales y se indicó la obligatoriedad de utilizar el módulo "Sentencias" del referido sistema para
la captura y consulta de las sentencias que dicten los Tribunales de Circuito y los Juzgados de Distrito,
respectivamente, y señala con precisión que la captura se realizaría el mismo día de su publicación, y
sería supervisada y certificada por el secretario que al efecto designaran los titulares; por tanto, se
concluye que la captura obligatoria y consulta de la información que los tribunales federales realizan a
dicho sistema electrónico, si bien no sustituye a las constancias que integran los expedientes en que
éstas se dictan, lo cierto es que genera el conocimiento fidedigno y auténtico de que la información
obtenida, ya sea que se trate de autos o sentencias, coincide fielmente con la agregada físicamente al
expediente; de ahí que la información almacenada en dicha herramienta pueda ser utilizada en la
resolución de asuntos relacionados pertenecientes a órganos jurisdiccionales distintos, contribuyendo así
al principio de economía procesal que debe regir en el proceso, a fin de lograr el menor desgaste posible
de la actividad judicial y, como consecuencia, evitar el dictado de sentencias contradictorias, máxime que
la información objeto de consulta en el referido sistema reúne, precisamente, las características propias
de los hechos notorios en general, pues ésta es del conocimiento de las partes intervinientes en el juicio;
es posible su verificación a través de la consulta en dicho sistema automatizado; para su validez es
innecesaria la observación o participación directa de todos los intervinientes; y su captura aconteció en el
momento en que se produjo la decisión.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO AUXILIAR DE LA QUINTA REGIÓN.

Amparo directo 173/2015 (cuaderno auxiliar 368/2015) del índice del Tercer Tribunal Colegiado en
Materia de Trabajo del Cuarto Circuito, con apoyo del Tercer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro
Auxiliar de la Quinta Región, con residencia en Culiacán, Sinaloa. 21 de mayo de 2015. Unanimidad de
votos. Ponente: Jaime Uriel Torres Hernández. Secretario: Gilberto Tiznado Crespo.

Época: Novena Época


Registro: 187526
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XV, Marzo de 2002
Materia(s): Común
Tesis: VI.1o.P. J/25
Página: 1199

HECHO NOTORIO. LO CONSTITUYEN LAS EJECUTORIAS EMITIDAS POR LOS TRIBUNALES DE


CIRCUITO O LOS JUECES DE DISTRITO. Por hechos notorios para un tribunal, deben entenderse
aquellos que conozcan por razón de su actividad jurisdiccional. En ese sentido, de conformidad con el
artículo 88 del Código Federal de Procedimientos Civiles, aplicado supletoriamente a la Ley de Amparo,
los Magistrados de Tribunal de Circuito y los Jueces de Distrito pueden válidamente invocar de oficio,
como un hecho notorio, las ejecutorias que se hayan emitido anteriormente, a fin de poder resolver un
asunto en específico, sin que se haya ofrecido ni alegado por las partes, ya que esa es una facultad que
la propia ley les confiere y que desde luego es de su conocimiento.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 139/2001. 24 de mayo de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel Vélez
Barajas. Secretario: Jorge Patlán Origel.

Amparo en revisión 309/2001. 13 de septiembre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Rafael Remes
Ojeda. Secretario: Juan Carlos Ramírez Benítez.

Amparo directo 380/2001. 20 de septiembre de 2001. Mayoría de votos; unanimidad en relación con el
tema contenido en esta tesis. Ponente: José Manuel Vélez Barajas. Secretario: Arturo Gómez Ochoa.

Impedimento 6/2001. Carlos Loranca Muñoz. 25 de octubre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente:
Rafael Remes Ojeda. Secretario: Fernando Córdova del Valle.

Amparo en revisión 412/2001. 17 de enero de 2002. Mayoría de voto; unanimidad en relación con el
tema contenido en esta tesis. Ponente: José Manuel Vélez Barajas. Secretario: Víctor Vicente Martínez
Sánchez.
9

INTERPRETACION DEL ARTÍCULO 310, ÚLTIMO PARRAFO DEL CÓDIGO DE


PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA.

H. Magistrados, en atención al numeral primero de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos, solicito que en el caso de surgir la necesidad de efectuar una
interpretación del artículo 310, último párrafo del Código de Procedimientos Civiles para el
Estado de Baja California, se efectué está bajo la tutela del principio de pro personae, en el
que se determine que de la redacción del numeral 310, último parrado de la norma citada, no
es dable exigir que, conjuntamente con la exhibición de un certificado médico, sea
requisito que sea ratificado por el médico que lo expidió, para estar en posibilidades de
otorgarle valor probatorio al certificado médico que sea exhibido, habida cuenta que la
norma no establece cómo ha de justificarse la hipótesis a que alude el numeral de referencia,
ni indica, de manera imperativa que en el caso de que se trate de una constancia médica, ésta
deba ser ratificada ante la presencia judicial, al momento en que sea presentada para justificar
la inasistencia respectiva, que en todo caso que el juzgador pudiera dudar de la veracidad del
documento, cuenta con amplias facultades para ordenar los trámites necesarios con el fin de
acreditar la certeza de lo que en él se afirma; esto es, citar al médico que expidió el
justificante, a efecto de que comparezca ante su presencia a ratificar el diagnóstico que en el
mismo se asentó, pudiendo hacer uso de los apercibimientos, en razón de los siguientes
argumentos:

El principio pro persona fue integrado en nuestro sistema jurídico a través de la


Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos, publicada el 10 de junio de 2011.
Este principio quedó plasmado en el segundo párrafo del artículo primero de la Constitución, a
consecuencia de ello todas las autoridades deben guiarse por el principio pro persona cuando
apliquen normas de derechos humanos, es decir, deben preferir la norma o la interpretación
más favorable a la persona.

El segundo párrafo del artículo primero constitucional exige que el sentido de los
derechos humanos se interprete de conformidad con la propia Constitución y con los tratados
internacionales, de forma tal que se favorezca de la manera más amplia a las personas; esto
se traduce en la obligación de analizar el contenido y alcance de tales derechos a partir de
dos métodos interpretativos, a saber, el sistémico y el pro personae.

El principio pro personae permite, por un lado, definir la plataforma de interpretación de


los derechos humanos y, por el otro, otorga un sentido protector a favor de la persona
humana, pues ante la existencia de varias posibilidades de solución a un mismo problema
obliga a optar por aquella que protege en términos más amplios. Esto implica que se requiere
acudir a la norma jurídica que consagre el derecho de la manera más extensiva y, por el
contrario al precepto legal más restrictivo si se trata de conocer las limitaciones legítimas que
se pueden establecer a su ejercicio. Así la aplicación del principio pro personae es un
componente esencial que debe utilizarse de manera imperiosa en el establecimiento e
interpretación de normas relacionadas con la protección de la persona, a efecto de lograr la
adecuada protección de éstas y el desarrollo de la jurisprudencia emitida en la materia. Por
tanto, representa el estándar mínimo a partir del cual deberán entenderse las obligaciones
estatales en este rubro.

Hoy en día, el principio de interpretación conforme de todas las normas del


ordenamiento a la Constitución, se ve reforzado por la reforma constitucional en materia de
derechos humanos. El principio pro persona, contenido en el artículo 1º de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, obliga a maximizar la interpretación conforme en
aquellos escenarios, en los cuales, dicha interpretación permita la efectividad de los derechos
10

fundamentales de las personas frente al vacío legislativo que puede provocar una declaración
de inconstitucionalidad de la norma.

Así las cosas resulta factible, de ser necesario, que ese H. Cuerpo de Magistrados, a
efectos de resolver la apelación que se promueve, se determine que los alcances del numeral
310, último parrado del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Baja California, no
exige que un certificado médico exhibido para demostrar una justa causa, sea requisito que
sea ratificado por el médico que lo expidió en el momento de la audiencia, para estar en
posibilidades de otorgarle valor probatorio a dicho certificado médico, pues ello conlleva exigir
mayores requisitos que la ley prevé en detrimento de quien exhibe dicho certificado, máxime
si se manifestó bajo protesta de decir verdad que se encontraba en imposibilidad de presentar
a dicho profesionista, numeral que considera el suscrito sea interpretado bajo el principio pro
persona y bajo el principio general de derecho que señala que donde la Ley no distingue no
existe razón para efectuar distinción.

Resultan aplicables los siguientes criterios emitidos por la Poder Judicial de la


Federación a través de sus diversos órganos.

Época: Décima Época


Registro: 2000263
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro V, Febrero de 2012, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. XXVI/2012 (10a.)
Página: 659

PRINCIPIO PRO PERSONAE. EL CONTENIDO Y ALCANCE DE LOS DERECHOS HUMANOS


DEBEN ANALIZARSE A PARTIR DE AQUÉL. El segundo párrafo del artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, exige que las normas relativas a los derechos humanos se
interpretarán de conformidad con la propia Constitución y con los tratados internacionales de los que
México es parte, de forma que favorezca ampliamente a las personas, lo que se traduce en la obligación
de analizar el contenido y alcance de tales derechos a partir del principio pro personae que es un criterio
hermenéutico que informa todo el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en virtud del cual
debe acudirse a la norma más amplia, o a la interpretación más extensiva cuando se trata de reconocer
derechos protegidos, e inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de
establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o de su suspensión extraordinaria, es
decir, dicho principio permite, por un lado, definir la plataforma de interpretación de los derechos
humanos y, por otro, otorga un sentido protector a favor de la persona humana, pues ante la existencia
de varias posibilidades de solución a un mismo problema, obliga a optar por la que protege en términos
más amplios. Esto implica acudir a la norma jurídica que consagre el derecho más extenso y, por el
contrario, al precepto legal más restrictivo si se trata de conocer las limitaciones legítimas que pueden
establecerse a su ejercicio. Por tanto, la aplicación del principio pro personae en el análisis de los
derechos humanos es un componente esencial que debe utilizarse imperiosamente en el establecimiento
e interpretación de normas relacionadas con la protección de la persona, a efecto de lograr su adecuada
protección y el desarrollo de la jurisprudencia emitida en la materia, de manera que represente el
estándar mínimo a partir del cual deben entenderse las obligaciones estatales en este rubro.

Amparo directo en revisión 2424/2011. Ma. Guadalupe Ruiz Dena. 18 de enero de 2012. Cinco votos.
Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia Segovia.

Época: Décima Época


Registro: 2014332
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 42, Mayo de 2017, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 37/2017 (10a.)
Página: 239
11

INTERPRETACIÓN CONFORME. NATURALEZA Y ALCANCES A LA LUZ DEL PRINCIPIO PRO


PERSONA. A juicio de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la supremacía
normativa de la Constitución no se manifiesta sólo en su aptitud de servir como parámetro de validez de
todas las demás normas jurídicas, sino también en la exigencia de que tales normas, a la hora de ser
aplicadas, se interpreten de acuerdo con los preceptos constitucionales; de forma que, en caso de que
existan varias posibilidades de interpretación de la norma en cuestión, se elija aquella que mejor se
ajuste a lo dispuesto en la Constitución. En otras palabras, esa supremacía intrínseca no sólo opera en el
momento de la creación de las normas, cuyo contenido ha de ser compatible con la Constitución en el
momento de su aprobación, sino que se prolonga, ahora como parámetro interpretativo, a la fase de
aplicación de esas normas. A su eficacia normativa directa se añade su eficacia como marco de
referencia o criterio dominante en la interpretación de las restantes normas. Este principio de
interpretación conforme de todas las normas del ordenamiento con la Constitución, reiteradamente
utilizado por esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, es una consecuencia elemental de la
concepción del ordenamiento como una estructura coherente, como una unidad o contexto. Es
importante advertir que esta regla interpretativa opera con carácter previo al juicio de invalidez. Es decir,
que antes de considerar a una norma jurídica como constitucionalmente inválida, es necesario agotar
todas las posibilidades de encontrar en ella un significado que la haga compatible con la Constitución y
que le permita, por tanto, subsistir dentro del ordenamiento; de manera que sólo en el caso de que exista
una clara incompatibilidad o una contradicción insalvable entre la norma ordinaria y la Constitución,
procedería declararla inconstitucional. En esta lógica, el intérprete debe evitar en la medida de lo posible
ese desenlace e interpretar las normas de tal modo que la contradicción no se produzca y la norma
pueda salvarse. Así el juez ha de procurar, siempre que sea posible, huir del vacío que se produce
cuando se niega validez a una norma y, en el caso concreto, de ser posibles varias interpretaciones,
debe preferirse aquella que salve la aparente contradicción. Ahora bien la interpretación de las normas
conforme a la Constitución se ha fundamentado tradicionalmente en el principio de conservación de ley,
que se asienta a su vez en el principio de seguridad jurídica y en la legitimidad democrática del
legislador. En el caso de la ley, fruto de la voluntad de los representantes democráticamente elegidos, el
principio general de conservación de las normas se ve reforzado por una más intensa presunción de
validez. Los tribunales, en el marco de sus competencias, sólo pueden declarar la inconstitucionalidad de
una ley cuando no resulte posible una interpretación conforme con la Constitución. En cualquier caso, las
normas son válidas mientras un tribunal no diga lo contrario. Asimismo, hoy en día, el principio de
interpretación conforme de todas las normas del ordenamiento a la Constitución, se ve reforzado por el
principio pro persona, contenido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, el cual obliga a maximizar la interpretación conforme en aquellos escenarios en los cuales,
dicha interpretación permita la efectividad de los derechos fundamentales de las personas frente al vacío
legislativo que puede provocar una declaración de inconstitucionalidad de la norma.

Amparo en revisión 159/2013. 16 de octubre de 2013. Mayoría de cuatro votos de los Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien
formuló voto concurrente y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Disidente: José Ramón Cossío Díaz, quien
formuló voto particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.

Amparo directo en revisión 288/2014. Carlos Ayala Gómez. 24 de septiembre de 2014. Mayoría de
cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, quien reservó su
derecho para formular voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga Sánchez Cordero de García
Villegas. Disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto particular. Ponente: Olga Sánchez
Cordero de García Villegas. Secretario: Ignacio Valdés Barreiro.

Amparo directo en revisión 4241/2013. Procuraduría Federal del Consumidor. 15 de octubre de 2014.
Unanimidad de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
quien reservó su derecho para formular voto concurrente, Jorge Mario Pardo Rebolledo y Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena. Ausente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Ponente: Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Secretaria: Rosa María Rojas Vértiz Contreras.

Amparo directo en revisión 607/2014. Operadora "Lob", S.A. de C.V. 22 de octubre de 2014. Mayoría de
cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Disidente: José Ramón Cossío Díaz.
Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Ricardo Manuel Martínez Estrada.

Amparo directo en revisión 2177/2014. Instituto Mexicano del Seguro Social. 19 de noviembre de 2014.
Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo
Rebolledo, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: Jorge
Mario Pardo Rebolledo. Secretario: Alfonso Francisco Trenado Ríos.

Tesis de jurisprudencia 37/2017 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
diecisiete de mayo dos mil diecisiete.
12

Época: Décima Época


Registro: 2002000
Instancia: PRIMERA SALA
TipoTesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 2
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 107/2012 (10a.)
Pag. 799

[J]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 2; Pág. 799

PRINCIPIO PRO PERSONA. CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA NORMA DE DERECHO


FUNDAMENTAL APLICABLE. De conformidad con el texto vigente del artículo 1o. constitucional,
modificado por el decreto de reforma constitucional publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10
de junio de 2011, en materia de derechos fundamentales, el ordenamiento jurídico mexicano tiene dos
fuentes primigenias: a) los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; y, b) todos aquellos derechos humanos establecidos en tratados
internacionales de los que el Estado mexicano sea parte. Consecuentemente, las normas provenientes
de ambas fuentes, son normas supremas del ordenamiento jurídico mexicano. Esto implica que los
valores, principios y derechos que ellas materializan deben permear en todo el orden jurídico, obligando
a todas las autoridades a su aplicación y, en aquellos casos en que sea procedente, a su interpretación.
Ahora bien, en el supuesto de que un mismo derecho fundamental esté reconocido en las dos fuentes
supremas del ordenamiento jurídico, a saber, la Constitución y los tratados internacionales, la elección de
la norma que será aplicable -en materia de derechos humanos-, atenderá a criterios que favorezcan al
individuo o lo que se ha denominado principio pro persona, de conformidad con lo dispuesto en el
segundo párrafo del artículo 1o. constitucional. Según dicho criterio interpretativo, en caso de que exista
una diferencia entre el alcance o la protección reconocida en las normas de estas distintas fuentes,
deberá prevalecer aquella que represente una mayor protección para la persona o que implique una
menor restricción. En esta lógica, el catálogo de derechos fundamentales no se encuentra limitado a lo
prescrito en el texto constitucional, sino que también incluye a todos aquellos derechos que figuran en los
tratados internacionales ratificados por el Estado mexicano.

PRIMERA SALA

Facultad de atracción 135/2011. Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. 19 de octubre de 2011. Mayoría
de cuatro votos. Disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretario: Javier Mijangos y González.

Amparo directo 28/2010. Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V. 23 de noviembre de 2011. Mayoría
de cuatro votos. Disidente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretario: Javier Mijangos y González.

Amparo directo en revisión 2357/2010. Federico Armando Castillo González. 7 de diciembre de 2011.
Mayoría de cuatro votos. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretario: Mario Gerardo Avante Juárez.

Amparo directo en revisión 772/2012. Lidia Lizeth Rivera Moreno. 4 de julio de 2012. Cinco votos.
Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia Segovia.

AMPARO DIRECTO 8/2012. Arrendadora Ocean Mexicana, S.A. de C.V. y otros. 4 de julio de 2012.
Mayoría de cuatro votos. Disidente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.

Tesis de jurisprudencia 107/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada de tres de octubre de dos mil doce.

Nota: Esta tesis es objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 26/2013, pendiente de
resolverse por el Pleno.

Registro: 2002599
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEPTIMO CIRCUITO
TipoTesis: Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Libro XVI, Enero de 2013, Tomo 3
Materia(s): Constitucional,Común
Tesis: VII.2o.C.5 K (10a.)
Pag. 2114

[TA]; 10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro XVI, Enero de 2013, Tomo 3; Pág. 2114
13

PRINCIPIO PRO PERSONA. ES UN DERECHO PLASMADO EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE


LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS QUE REQUIERE SU VINCULACIÓN CON LA VIOLACIÓN DE
UN DERECHO HUMANO PARA SU EFECTIVIDAD. El segundo párrafo del artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que entró en vigor el once de junio de dos mil
once, establece: "Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas
la protección más amplia.". Dicha porción normativa contiene un derecho reconocido a los gobernados
consistente en un principio de interpretación tanto conforme con los derechos humanos contemplados
por la propia Constitución (interpretación conforme), como aquellos plasmados en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano es parte (interpretación convencional), siempre en busca
de lo más favorable para la persona. No obstante lo anterior, tal derecho es un principio de interpretación
pro persona que implica que las normas relativas a derechos humanos se interpreten de acuerdo con la
propia Constitución y con los tratados internacionales, favoreciendo en todo tiempo la protección más
amplia a las personas, constituyendo así, una herramienta hermenéutica para lograr la efectiva
protección de los gobernados en relación, siempre, con un derecho humano que se alegue vulnerado.
Esto es, si bien es cierto que tal principio interpretativo está reconocido en nuestra Constitución, también
lo es que no es válido sostener su vulneración o transgresión autónoma, pues ésta siempre habrá de
referirse al contenido y alcance de diverso derecho humano. En tales condiciones, es insuficiente que se
invoque como argumento para estimar que el acto reclamado transgrede un derecho humano, el que no
se observó el principio pro persona o se omitió llevar a cabo una interpretación conforme, pues tal
expresión no puede ser, por sí sola, suficiente para estimar que se violó un derecho humano, sino que es
necesario que se vincule con la vulneración de un derecho de esa naturaleza contenido en nuestra
Constitución o en un tratado internacional que haya sido ratificado por nuestro país a efecto de que la
autoridad jurisdiccional proceda a analizar si se da tal transgresión para, en su caso, proceder a realizar
una interpretación conforme o en aplicación del control de convencionalidad atendiendo a lo que más
favorezca al agraviado.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEPTIMO CIRCUITO

Amparo en revisión 205/2012. Reynaldo Daniel Cruz Méndez. 30 de agosto de 2012. Unanimidad de
votos. Ponente: Ezequiel Neri Osorio. Secretario: Eduardo Castillo Robles.

Amparo directo 500/2012. Mónica Luna Rodríguez. 27 de septiembre de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Isidro Pedro Alcántara Valdés. Secretaria: Katya Godínez Limón.

Época: Décima Época


Registro: 2010144
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 23, Octubre de 2015, Tomo II
Materia(s): Común
Tesis: 1a. CCXC/2015 (10a.)
Página: 1648

CONTROL DIFUSO DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD. SU EJERCICIO NO


LIMITA NI CONDICIONA EL DEL CONTROL CONCENTRADO. En atención a los artículos 1o. y 133 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el control difuso que realizan los Jueces
ordinarios, en el ámbito de sus competencias, constituye una herramienta en su labor de decir el derecho
conforme a la Ley Suprema. Esta facultad se ha entendido en el sentido de que el órgano judicial puede
ejercerla ex officio, esto es, en razón de su función jurisdiccional y sin que medie petición alguna de las
partes; sin embargo, es factible que en un juicio contencioso el actor solicite que el juzgador ejerza
control difuso respecto de alguna norma. En este caso, al existir un argumento de nulidad expreso, se
dan dos posibilidades: 1) que el órgano jurisdiccional coincida con lo expuesto por el actor y considere
que debe desaplicar la norma; y, 2) que no convenga con lo solicitado. En este último supuesto, si el
órgano del conocimiento considera que la norma no es contraria a la Constitución Federal o a los
tratados internacionales en materia de derechos humanos de los que el Estado Mexicano sea parte,
bastará con que mencione en una frase expresa que no advirtió que la norma fuese violatoria de
derechos humanos, para que se estime que realizó el control difuso y respetó el principio de
exhaustividad que rige el dictado de sus sentencias, sin que sea necesaria una justificación jurídica
exhaustiva en ese sentido, pues la norma no le generó convicción que pusiera en entredicho la
presunción de constitucionalidad de la que gozan las disposiciones jurídicas de nuestro sistema; ello,
porque no puede imponerse al juzgador natural la obligación de contestar de fondo los argumentos de
inconstitucionalidad o inconvencionalidad que le hagan valer en la demanda, ya que ese proceder
implicaría que la vía se equipare al control concentrado, desvirtuándose con ello la distinción entre los
dos modelos de control que están perfectamente diferenciados en nuestro sistema. Por tanto, es
inexacto considerar que en su demanda de amparo el quejoso deba combatir el análisis de
constitucionalidad efectuado por la autoridad responsable, pues el control concentrado de
constitucionalidad y convencionalidad de las normas generales por vía de acción se deposita
14

exclusivamente en los órganos del Poder Judicial de la Federación, quienes deciden en forma terminal y
definitiva si una disposición es o no contraria a la Constitución Federal y a los tratados internacionales en
materia de derechos humanos. Además, tratándose de procedimientos de control concentrado, el tema
de inconstitucionalidad o de inconvencionalidad de leyes -planteado expresamente por el solicitante de
amparo- forma parte de la litis y, por ende, el Tribunal Colegiado de Circuito está obligado a pronunciarse
de forma directa sobre éste. De ahí que los juzgadores de amparo deben abordar el estudio de
constitucionalidad de leyes al dictar sentencia en amparo directo cuando estos aspectos sean planteados
en los conceptos de violación, sin que los pronunciamientos que hubiese realizado la autoridad
responsable en el juicio de nulidad, por medio del ejercicio del control difuso, limiten o condicionen el
ejercicio de las facultades del control concentrado.

Amparo directo en revisión 4927/2014. Chavira y Arzate, S.C. 27 de mayo de 2015. Unanimidad de
cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario
Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ausente y Ponente: Olga Sánchez Cordero de García
Villegas; en su ausencia hizo suyo el asunto Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Octavio Joel
Flores Díaz.

Esta tesis se publicó el viernes 9 de octubre de 2015 a las 11:00 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

En ese orden de ideas, solicito a Ustedes H. Magistrados, sea interpretado el artículo


310, último párrafo del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Baja California,
bajo el principio pro personae, de igual forma se resuelva que la determinación del A quo, por
tenerme como no acreditada la justa causa y en consecuencia declararme por
incompareciente sin justificación, a colorario de ello declararme confeso, sea revocada al
haberse dictado de forma contraria a la Ley, ordenándosele al A quo señale nueva hora y
fecha para la celebración de la prueba confesional a cargo del suscrito, ello en protección de
mis derechos humanos de legalidad y debido proceso.

Reitera el suscrito que el tema planteado ha sido resuelto por un Tribunal Colegiado de
Circuito, señalando que debido a la estrecha similitud que tiene el Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de Baja California, con la legislación del Estado de Jalisco en cuanto a
las reglas para el desahogo de la prueba confesional, donde el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Tercer Circuito, dictó tesis en la que determinó que no es dable exigir que,
conjuntamente con la exhibición del certificado médico, sea ratificado por el médico que lo
expidió, pues el Código de Procedimientos Civiles, no establece cómo ha de justificarse la
hipótesis a que alude el numeral en cita, ni indica, de manera imperativa que en el caso de
que se trate de una constancia médica, ésta deba ser ratificada ante la presencia judicial, al
momento en que sea presentada para justificar la inasistencia respectiva, criterio que puede
servir como orientador al momento de dictar sentencia.

A la letra la tesis indica:

Época: Novena Época


Registro: 164491
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXXI, Junio de 2010
Materia(s): Civil
Tesis: III.2o.C.180 C
Página: 903

CERTIFICADO MÉDICO. NO REQUIERE DE RATIFICACIÓN ANTE LA AUTORIDAD JUDICIAL,


PARA JUSTIFICAR LA INASISTENCIA AL DESAHOGO DE UNA PRUEBA CONFESIONAL
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO). Los certificados y constancias médicas que se allegan al
procedimiento para justificar la inasistencia a la audiencia confesional por parte de quien deba absolver
posiciones, en términos de lo indicado en el artículo 323 del código adjetivo de la localidad, no se ofrecen
con el fin de que actúen contra la pretensión de la parte contraria, en tanto que no tienden a demostrar
acción, excepción o hecho controvertido alguno, sino simplemente, para constatar ante el Juez natural la
"justa causa" a que alude el artículo citado; motivo por el cual, para estimar eficaz un justificante de tal
15

naturaleza, no es dable exigir que, conjuntamente con su exhibición, sea ratificado por el médico que lo
expidió, pues el Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, no establece cómo ha de
justificarse la hipótesis a que alude el numeral de referencia, ni indica, de manera imperativa que en el
caso de que se trate de una constancia médica, ésta deba ser ratificada ante la presencia judicial, al
momento en que sea presentada para justificar la inasistencia respectiva. Además, en caso de que el
juzgador pudiera dudar de la veracidad del documento, cuenta con amplias facultades para ordenar los
trámites necesarios con el fin de acreditar la certeza de lo que en él se afirma; esto es, citar al médico
que expidió el justificante, a efecto de que comparezca ante su presencia a ratificar el diagnóstico que en
el mismo se asentó, pudiendo hacer uso de los apercibimientos y medios de apremio que estime
necesarios para lograr tal fin.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.

Amparo directo 64/2010. Ricardo Ortega Rodríguez. 19 de marzo de 2010. Unanimidad de votos.
Ponente: Gerardo Domínguez. Secretario: José Luis Pallares Chacón.

APLICACIÓN DE LOS DERECHOS CONTENIDOS EN LA LEY DE LOS DERECHOS DE


LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES.

Con fecha veinticinco de junio de dos mil dos, se publicó en el Diario Oficial de la
Federación la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, que en términos de su
numeral primero es una Ley es de orden público, de interés social y de observancia general
en los Estados Unidos Mexicanos, misma que tiene por objeto garantizar el ejercicio de los
derechos de las personas adultas mayores, así como establecer las bases y disposiciones
para su cumplimiento, ordenamiento jurídico que contiene una serie de derechos que solicito,
al ser aplicable al de la voz, habida cuenta que tengo más de sesenta años, lo cual anexo
copia de acta de nacimiento, solicitando me sean aplicables los siguientes derechos:

A recibir un trato digno en cual procedimiento judicial, como es el caso que nos
ocupa, contenido en el artículo 5, fracciones I, inciso d) y II, inciso a), ello en atención que el
suscrito por cuestiones de salud, acudí con el medico Jorge Murphy Pliego, quien me ordenó
tener reposo absoluto así como continuar con el tratamiento que me recetó, a efectos de
evitar complicaciones futuras que pusieran en riesgo mi salud, razones por las cuales existió
causa justa para mi incomparecencia al desahogo de la prueba confesional, precisando que
cumplí cabalmente con todos los requisitos para justificar mi incomparecencia. Violándose
notoriamente por el A quo, el derecho a un trato digno en mi persona y a mi integridad física,
en el proceso judicial.

Razones suficientes para solicitar a ese H. Cuerpo Colegiado, que la aplicación de mis
derechos contenidos en la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, sean
aplicados al resolver al apelación que nos ocupa.

PETICIÓN ESPECIAL:

Con fundamento en lo dispuesto por los Artículos 8, 14 y 17 Constitucionales, a fin de


dar certeza jurídica al suscrito, es que pido que ese H. Tribunal, se pronuncie específicamente
a todos y cada uno de los argumentos expuestos en el presente recurso, a fin de no dejarme
inaudita y cumplir cabalmente con la carga procesal que, como Ad quem tiene esa Alzada.

Por lo anteriormente expuesto y fundado, a H. Magistrados, respetuosamente


16

S O L I C I T O:

PRIMERO.- Se me tenga por presente, interponiendo recurso de apelación en contra


del auto señalado con antelación.

SEGUNDO.- Se admita a trámite el recurso de apelación interpuesto, remitiendo los


autos originales al Tribunal Superior de Justicia del Estado, y además se me tenga exhibiendo
las copias de traslado de ley.

TERCERO.- Se me tenga por señalando domicilio procesal para los efectos de esa
segunda instancia, el ubicado en Avenida Ruiz 315-1, en la Zona Centro, de la ciudad de
Ensenada, Baja California, autorizando para el único efecto de oír y recibir notificaciones a
las C. LICS. VICTOR MANUEL ALMEIDA MORA Y LILIANA DIAZ ESPINOZA.

CUARTO.- Al Tribunal de Alzada, por conducto de la Sala competente, se pide se


declare fundado el agravio materia del presente recurso.

P R O T E S T O L O N E C E S A R I O.
Ensenada, Baja California, a la fecha de su presentación.
JESUS OSCAR GARCIA VELASQUEZ

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