Parto prematuro El parto prematuro se define como el inicio del parto después de 20 semanas de gestación y antes de 37, el cual complica aproximadamente el 8% de los embarazos y es causa de la mayor parte de las muertes perinatales que no se deben a anomalías congénitas. El parto prematuro y la rotura prematura de membranas son dos de los factores más comunes que conducen a nacimientos prematuros. Factores relacionados El riesgo se incrementa por: 1) cuidados prenatales deficientes, 2) infecciones, 3) estado nutricional y 4) factores sociodemográficos (nivel socioeconómico, raza, estilo de vida). El parto prematuro seguido de nacimiento prematuro se relaciona con anemia de la madre, infecciones de las vías urinarias, tabaquismo y consumo de alcohol, cocaína y otras sustancias, factores de riesgo que podrían evitarse. Por otra parte, también se relacionan con parto prematuro las alteraciones de la flora vaginal de la madre por organismos patógenos (p. ej., clamidias y tricomonas). Signos y síntomas Las manifestaciones clínicas del parto prematuro son más sutiles que las del parto a término y pueden dar lugar a un diagnóstico erróneo; sin embargo, hay señales de alarma que deben conocer los miembros del equipo médico y las mujeres encinta. Es importante que la paciente informe si llega a experimentar alguno de los siguientes signos o síntomas: Cólicos uterinos (similares a los cólicos menstruales). Presión vaginal o pélvica. Cualquier sangrado vaginal. Cambios en la secreción vaginal (líquido transparente u oscuro). Presión en la parte inferior del abdomen. Dolor en la parte inferior de la espalda. Cólicos abdominales (con o sin náusea, vómito o diarrea). Dolor en los muslos (intermitente o persistente). Valoración y Tratamiento Cuando se pierde la integridad de las membranas, en las secreciones vaginales se identifica una proteína del líquido amniótico que recibe el nombre de fibronectina, que de encontrarse cuando no debería estar presente, el frotis de la fibronectina fetal puede ayudar al médico a decidir si la mujer debe recibir tratamiento más enérgico para detener el trabajo de parto prematuro. Los nacimientos prematuros se relacionan con infecciones, así que la identificación y erradicación de los microorganismos ofensores que dan lugar a inflamación del sistema reproductor inferior aminoran la respuesta inflamatoria, permiten que el cuello uterino esté más sano y, de este modo, disminuyen la incidencia de parto prematuro. La administración de antibióticos profilácticos en la paciente en riesgo de parto previo al término está en proceso de investigación. Interrupción del parto prematuro. Una vez que la paciente ingresa al hospital y se establece el diagnóstico de trabajo de parto prematuro, el tratamiento tiende a interrumpir la actividad del útero (contracciones) antes de que el cuello de éste se dilate más de 3 cm o al "punto sin retorno". Las medidas iniciales para detener el trabajo de parto prematuro incluyen: 1) identificar y tratar la infección, 2) restringir la actividad y 3) garantizar la hidratación. La paciente debe guardar cama con acceso al baño y mantenerse en posición lateral. La valoración de la actividad uterina mediante palpación proporciona información muy valiosa. Estimulación de la madurez pulmonar fetal. El tratamiento tiende a estimular la maduración de los pulmones del feto porque el síndrome de sufrimiento respiratorio (ROS) es un problema común en recién nacidos prematuros que puede reducirse si se administra a la madre glucocorticoides, como betametasona y dexametasona, por lo menos 24 a 48 h antes del nacimiento del niño de menos de 34 semanas de gestación. Después del alumbramiento, los neonatos prematuros por lo general reciben tratamiento profiláctico con agente tensoactivo para reducir el ROS. ROTURA PREMATURA DE LAS MEMBRANAS La rotura espontánea del saco amniótico antes del inicio del parto verdadero se conoce como rotura prematura de membranas (PROM) cuya causa exacta se desconoce, pero hay varios factores de riesgo. El mayor riesgo es la infección, tanto para la madre como para el feto, porque al romperse las membranas, los micro organismos de la vagina pueden ascender hasta el saco amniótico. Puede suscitarse compresión del cordón umbilical por la pérdida de líquido amniótico, así como prolapso del cordón, que resulta en sufrimiento fetal. Tratamiento La infección de la bolsa amniótica, que recibe el nombre de corioamnionitis, obedece a rotura prematura de las membranas, cuando se rompe la barrera de la cavidad uterina. El riesgo de infección aumenta después de 18 h. El cuidado inicial implica determinar si las membranas se han roto; es posible que la futura madre corifunda la incontinencia urinaria o la pérdida del tapón de moco con la rotura del saco amniótico. El médico o la enfermera-partera insertan con delicadeza un espéculo estéril para determinar la presencia de líquido cerca del cuello uterino y tomar una muestra para hacer pruebas con papel de nitrazina y de patrón de helecho a fin de diagnosticar con certeza la rotura de membranas. El líquido amniótico tiñe el papel de nitrazina de color azul oscuro. La prueba de helecho se realiza en el laboratorio y se basa en el estudio al microscopio del patrón del líquido conforme éste se seca. Si el feto no está maduro, no hay signos de infección y no se identifica compromiso fetal, es probable que el tratamiento consista en reposo en cama con derecho a baño y observación de signos de infección y compromiso fetal para alargar el embarazo y dar tiempo a que maduren los pulmones del feto. La tocólisis en caso de desprendimiento prematuro de membranas es un tema controvertido. Los agentes tocolíticos son menos efectivos una vez que las membranas se han roto y ocultan los signos de infección intrauterina. Distocia Distocia es el trabajo de parto disfuncional o anormal, resultado principalmente de uno de cuatro problemas: fuerzas, o actividad uterina anormal (contracciones uterinas no eficaces); pasaje, o tamaño o forma es anormal de la pelvis y otras situaciones que interfieren con el descenso de la parte en presentación (tumores o resistencia de tejidos blandos); pasajero, o tamaño o presentación anormal del feto (demasiado grande o posición menos que óptima). Por otra parte, las experiencias previas, la cultura, los preparativos y el sistema de apoyo pueden influir en la psique. Se sospecha distocia cuando la dilatación cervical o el descenso fetal no progresa de manera normal o cuando las contracciones uterinas no son eficaces. El parto prolongado podría provocar lesiones al feto, de modo que es importante que la enfermera valore intensidad, frecuencia y duración de las contracciones; la vigilancia fetal electrónica permite valorar las contracciones uterinas y el bienestar del feto. 1.Fuerzas Contracciones uterinas anormales El parto disfuncional puede ser resultado de contracciones uterinas anormales que impidan la dilatación cervical normal, el borramiento y el descenso de la parte que se presenta. Se clasifica como primaria (disfunción hipertónica) o secundaria (disfunción hipotónica). Disfunción hipotónica La disfunción uterina hipotónica (disfunción secundaria) ocurre cuando el proceso es anormalmente lento, una vez que se ha establecido el parto. Las contracciones uterinas son débiles e ineficientes, incluso se detienen. En general, no tienen la fuerza suficiente como para hacer que el cuello uterino se dilate más de 4 cm a la palpación y el fondo no se siente firme en el punto máximo de la contracción, de modo que el parto deja de avanzar. El part{J Pl(,o!{\l' ~f._lrin "ll~~e~~~lel riesgo de infección intrauterina y pone en peligro a la madre y al hijo. Las contracciones hipotónicas se deben a desproporción fetopélvica, posición incorrecta del feto, sobre distensión del útero provocada por las dimensiones del niño, gestación múltiple o ansiedad excesiva de la madre. Las mujeres que