Está en la página 1de 11

Implicaciones y reflexiones del duelo gestacional

en los embarazos ectópicos

Mtra. Mariana Lorenzo Estada


Marzo 2022

A lo largo de este trabajo abordaremos el embarazo ectópico, desde su etiología


hasta sus implicaciones psicológicas y algunas sugerencias de cómo manejar el
duelo gestacional en esta complicación del embarazo que afecta a las mujeres y
de la que poco se conoce.

El embarazo ectópico viene del griego “ektopos” que significa fuera de lugar.
Definiendose así como la implantación del óvulo fecundado fuera de la cavidad
uterina1. Esta gestación ectópica, surge como consecuencia de alguna
complicación durante el descenso del embrión por la trompa de falopio, el embrión
no llega al útero y realiza su implantación en un lugar, que no permite su
desarrollo poniendo en riesgo la vida de la madre.

Constituye una de las causas principales de muerte materna en el primer trimestre


de embarazo así como la causa más relevante de emergencia médica por
abdomen agudo en ginecología.

La incidencia ha aumentado en las últimas décadas encontrándose entre 1.2 % y


el 1.9% de los embarazos2, aunque las muertes han disminuído gracias a la
detección temprana y los tratamientos médicos oportunos, sigue siendo una
complicación que debe ser tratada como una emergencia médica.

Los factores de riesgo son la edad materna (mayor a 35 años), la creciente


tendencia al uso de las técnicas de reproducción asistida, embarazo con un
dispositivo intrauterino, técnicas quirúrgicas de control de embarazo como ligadura
de trompas o cirugía para revertir esta ligadura, cicatrización de ruptura de
1
Kirk E, Bourne T (2011) Ectopic Preganancy. Obstet Gynecol Reprod Med 21-207-211
2
JOSIE L. TENORE, M.D., S.M., Northwestern University Medical School, Chicago, Illinois, discharge data
apéndice, defectos congénitos de las trompas de Falopio, endometriosis,
cicatrización de infecciones pasadas o cirugías en la zona, enfermedad pélvica
inflamatoria, nidación precoz del huevo, ETS y embarazos ectópicos previos.
Aunque, en algunas ocasiones, también las causas pueden ser desconocidas.

Alrededor del 95% de los embarazos ectópicos se localizan en la trompa 3 , otras


formas de embarazo ectópico no tubáricas incluyen el embarazo cervical (0,1%),
embarazo ovárico (0,5%), embarazo abdominal (1,3%), embarazo cornual (3%), y
embarazo intraligamentario (0,1%).

El diagnóstico de los embarazos ectópicos no es sencillo, ya que no todos


presentan síntomas, en algunos casos ni siquiera hay sospecha de embarazo,
pero debe realizarse de la forma más rápida posible para evitar una ruptura de
trompa y hemorragias intraabdominales.

El trofoblasto (capa celular delgada más externa del embrión que ayuda a nutrirlo)
del embarazo ectópico, es similar al del embarazo temprano quien es el
encargado de secretar la hormona gonadotropina coriónica, así mismo el cuerpo
lúteo produce los estrógenos y la progesterona, que son los encargados de
sostener los cambios maternos de la primera fase del embarazo 4. Por lo que las
primeras semanas de gestación serían practicamente normales, ya que lo anormal
es la implantación del huevo, no la fecundación persé y es por ello, que la madre
gestante siente los primeros síntomas como si se tratara de un embarazo viable
(aumento de micciones, sensibilidad mamaria, entre otras).

Cuando el embarazo evoluciona, puede iniciar con sangrado irregular, dolor o


cólico en la parte baja del abdomen y la pelvis, mareos, desorientación o que
estos síntomas sean repentinos y de alta intensidad llevándonos a la sala de
3
Bouyer J, Coste J, Fernández H, Pouly JL, Job-Spira N. Sites of ectopic pregnancy: a 10 year population-
based study of 1800 cases. Hum Reprod 2002; 17: 3224-30.

4
Cotran RS. Patología estructural y funcional de Robbins. Madrid: Mc GrawHill Interamericana; 2000.
urgencias, incluyendo el dolor de hombros que nos indica una hemorragia
abdominal.

Hoy en día, no existe ningún tratamiento que permita reinsertar el óvulo fecundado
en el útero y que logre desarrollarse normalmente. Por eso, es inevitable en
cualquier embarazo ectópico la interrupción del mismo. 

El método diagnósitico de los embrazos extrauterinos se realiza por medio de un


exámen pélvico (en el que generalmente se presenta sensibilidad y dolor), un
ultrasonido vaginal, así como un exámen de niveles sanguineos de HGC
(Hormona Gonadotropinca Coriónica). Cuando la beta de HCG se encuentra arriba
de 1,500 a 2,000 mUI/ml, en un embarazo normal, el ultrasonido pélvico
transvaginal debe mostrar un saco vitelino, si este no se encuentra, se empieza a
sospechar de embarazo ectópico. En ese caso se busca en el área tubárica o
abdominal.

El tratamiento de estos embarazos tiene varias vías, dependiendo sobre todo si


existen ya complicaciones.

La primera consiste en un tratamiento expectante (siempre y cuando el paciente


no tenga síntomas o estos sean mínimos y con niveles de HCG menores a 2,000
mUI/ml), esperando la resolución espontánea en la que no hay necesidad de dar
un tratamiento médico, ni quirúrgico y esto resuelve a casi la mitad de los casos,
por medio de un aborto tubárico espontáneo o reabsorción intratubárica, por falta
de nutrición y oxigenación adecuadas.

En una segunda instancia se utiliza el uso del Metotrextate 5 intramuscular, un


medicamento que retrasa o detiene la producción de células de rápido
crecimiento. Este debe llevar un control muy estricto, clínico y de niveles de la

5
Northwestern Memorial Hospital Obstetric Nursing, Department of Pharmacy, 2020 Northwestern
Memorial HealthCare 900959SP (10/20) Ectopic Pregnancy and Use of Methotrexate
HGC (en el día 4, 7 posterior al medicamento y luego cada semana) hasta que
ésta llegue a menos de 5 mUI/ml, dicho proceso puede llegar a tardar de 3 a 4
semanas. En caso de no funcionar, se puede administrar una segunda dosis o
derivar en una cirugía.

Por último, el tratamiento quirúrgico, que inicia como una laparotomía exploratoria,
seguida de una salpingostomía o salpingectomía. En la primera se remueve el
embarazo y se deja que la trompa sane por su cuenta, en la segunda se extirpan
el embarazo ectópico y la trompa. Estas decisiones se toman dependiendo el
sangrado y daño, así como si la trompa está rota.

Las cirugía de emergencia se realiza cuando el sangrado es abundante y el dolor


muy intenso, en algunos casos, muy poco frecuentes, cuando el útero está muy
dañado se puede llegar a tener que realizar una histerectomía.

Mientas todo esto ocurre dentro de la parte médica, tenemos a una madre y a una
familia enfrentando una pérdida. Tema central de nuestra reflexión, por lo que de
ahora en adelante nos adentramos al mundo de la madre gestante, su psicología y
el impacto de la perdida en ella y sus familiares.

Las pérdidas gestacionales aunque sean en etapas muy temprana tiene


implicaciones y secuelas a nivel psicológico y emocionales. Estudios recientes en
embarazos ectópicos, encontraron que las mujeres que lo han cursado, tienen
mayores probabilidades de padecer estrés postraumático, ansiedad y depresión
en los siguientes 9 meses a la pérdida. 6

Aunque cada caso es distinto y cada mujer lo afronta de una forma diferente, la
ilusión que por lo general acompaña a la búsqueda del embarazo y la noticia del
6
Farren J, Jalmbrant M, Falconieri N, Mitchell-Jones N, Bobdiwala S, Al-Memar M, Tapp S, Van Calster B,
Wynants L, Timmerman D, Bourne T. Posttraumatic stress, anxiety and depression following miscarriage and
ectopic pregnancy: a multicenter, prospective, cohort study. Am J Obstet Gynecol. 2020 pub 2019 Dec 13.
PMID: 31953115.
mismo, es algo que se derrumba en un instante, con la inesperada noticia de un
embarazo ectópico, que no tiene cabida a la esperanza.

En una entrevista testimonial consultado en el periódico colombiando el tiempo


Anna Suárez, madre gestante de un emabrazo ectópico escribía “pensé en
arriesgar mi vida para que le bebé naciera, pero el médico fue claro: ninguno se
salvaría”

Este duelo enfrenta la perdida en sí del bebé esperado, pero tambien el tener que
“extirparlo” mediante algún medicamente o método quirúrgico, lo cuál lo hace más
doloroso y traumático ya que no fue un pérdida “natural” sino provocada por el
riesgo inminente de la pérdidad de vida de la madre si este no se detiene. Las
noticias suelen venir precipitadamente, sin tiempo para que la que la madre
gestante y el padre puedan asimilarlo, por tener que entrar a una pronta cirugía o
utilizar un medicamento que detendrá la vida del bebé.

Posteriormente al tratamiento, las madres al despertar de la cirugía o al poco


tiempo de la medicación, suelen tener mucho miedo, ansiedad, desesperanza e
incertidumbre ante una nueva maternidad (que en muchos casos es posibile lograr
cuando tienen aún una trompa funcional o mediante métodos de reproducción
asistida). También se genera mucho temor la posibilidad volver a vivir un nuevo
embarazo ectópico, así como desilusión por la propia pérdida y miedo a la muerte.
Y todo esto se suma a todos los síntomas físicos que seguirán teniendo en las
próximas semanas y meses por la influencia de las hormonas de embarazo a las
que se encuentran sometidas.

Una primera foto del bebé para muchos padres es la prueba de embarazo, esa
doble línea que genera esperanza, ilusiones, proyecto de vida futuro e imaginar un
mundo de posibilidades, que se detienen al tener que interrumpir la vida del bebé
por salvaguardar la de la madre.
Si el duelo perinatal y gestacional ha sido un duelo socialmente invisible y
desautorizado, imaginemos qué sentirá una madre de una pérdida tan temprana,
que tuvo que pasar por un tratamiendo médico en muchos casos cargado de
ansiedad y temor a perder la vida, y en la que la gente piensa y le hace saber y
sentir, que como la madre en el embarazo ectópico casi no tuvo tiempo de sentirse
madre, el duelo no tendría sentido.

El proceso siempre será difícil, pero es necesario enfrentarlo y encaminar a las


familias a un tratamiento psicológico, de orientación o acompañamiento, para que
puedan empezar a elaborar el duelo y que el riesgo de depresión, estrés
postraumatico o ansiedad pueda reducirse significativamente.

Elaborar el duelo, como dice Sigmund Freud “es un trabajo, trabajo de aceptar la
realidad”. Jorge Bucay en su libro el Camino de las lágrimas, lo describe como un
ponerse en contacto con el vacío, dejar espacio al proceso, al tiempo, a contactar
con la realidad, a permitir sentir el dolor y la frustración que lleva la ausencia. Es
dejar de pelear con una realidad que no es como quisieramos sino como es y
lograr aceptarla, transformándola en algo que nos lleve a darnos a los demás y a
adaptarnos a una nueva realidad, desde un nuevo yo.

Existe la falsa creencia en nuestra sociedad, que cuánto más tiempo se lleve de
embarazo, el duelo es mayor, si bien la forma en la que se procesa y se vive si
puede llegar a ser distinto, no significa que a menor tiempo se lleve con una menor
intensidad. Debemos antes que nada validar el dolor, reconocer la pérdida e
integrar a ambos progenitores para ayudarles a procesar lo vivido.

Como acompañante de duelos perinatales y gestacionales, creo fundamental,


desarrollar protocolos intrahospitalarios en los que se de un espacio a los padres
para asimiliar la pérdida, brindar siempre información clara y certera, internar en
un ala de maternidad donde no haya bebés, para alejarlos en la medida de lo
posible de lo que ellos no estarán viviendo. Dejarles ver en ultrasonido el
embarazo y enseñarles en qué sitio estaba implantado el embrión. Y en caso de
somenterse a una cirugía ellos puedan tener opciones, tomar decisiones y estar
informados de que va a pasar con los restos de su bebé.

En las pérdidas gestacionales tempranas, al no poder tener un cuerpo físico


palpable que le ayude a procesar la perdida, lo primero sería estar abiertos a
escuchar, dejar que cuente tantas veces sea necesaria su historia, o en caso de
no querer hablar acompañar en silencio. Proponer a los padres darle un nombre a
ese bebé y motivar a la madre a escribir su experiencia para poner en palabras los
pensamientos y sentimientos que se llevan en el corazón y en la mente, y de esta
manera poder comenzar a elaborar el duelo, ya sea en forma de un texto narrativo
de lo sucedido, una carta al bebé, al padre o a ella misma, pues el escribir muchas
veces ayuda a sanar.

En caso de ser practicante de alguna religión acercarse a un guía espiritual para


ayudarla mediante el sosten espiritual así como algún ritual que e tenga. A modo
ejemplo, un sacerdote católico oficio una misa a la familia, con un “bautizo
simbólico” al bebé que se perdió, como un medio para ayudar a la madre a “cerrar
un ciclo”, “soltar a ese bebé” y encomendarlo al Cielo, durante la misa, se le puso
nombre al bebé y los hermanos a partir de ese día se referian al él , por su
nombre y como el ángel que los cuidaría lo cuál ayudó a la familia a integrar la
pérdida.

Otras práctica a realizar serían rituales de despedída simbólicos o terapéuticos 7,


los cuales dan la oportunidad al doliente de hacer más tangible la perdida y
compartir el dolor con los más allegados. Es importante que estos rituales o
tradiciones vayan acorde con los valores personales y tengan algún sentido para
la familia y quien lo realiza, pues es sólo de esa forma en la que cobrará sentido y
resultará terapéutico.

7
Ebbers, J. The role of the family members un a leaving-taking ritual. En Van der Hart, O. (Ed.),
Coping with loss: the therapeutic use of leavetaking rituals (1987)
Para realizar un ritual hay que tener en cuenta que tenga una intención, qué se
quiere lograr, preparararlo bien para saber en que consistirá, la forma en la que se
realizará, el tiempo en el que durará y como finalizará siempre teniendo el foco en
buscar un nuevo comienzo.

Algunos podrían ser plantar un árbol, soltar globos, liberación de mariposas como
símbolo de dejar ir, acudir a círculos de padres que han pasado por lo mismo, o
escribir y leer páginas testimoniales que existen en redes sociales de experiencias
vividas en embarazos ectópicos. Elegir un objeto o símbolo que represente a ese
bebé, como una forma de recoradarlo y hacerlo presente.

En los casos en los que el embarazo ectópico se descandena como una


emergencia y la atención médica fue complicada o postergada, me parece
conveniente invitar a la madre a acudir a alguna terápia de estrés posttraumático,
como podría ser una terapia EMDR8 (reprocesamiento y desensibilización através
del movimiento ocular) o alguna otra que por medio de la narrativa de lo que
experimento, ayude a bajar la carga emocional al evento traumático y ayudar a
procesar mejor la pérdida.

Algunos embarazos ectópicos terminan por la pérdida de ambas trompas de


falopio y en algunos como ya lo comentamos en histerectomía. Estos casos y en
algunos de edad materna avanzada cuando fue su último intento de poder ser
madre, se vive un doble duelo, el duelo del bebé en cuestión y el de la maternidad
perdida. Así que será importante acompañar en este doble proceso de la madre.

Cuando vemos que alguno de los padres no logra elaborar la pérdida, debemos
poner mucha atención a los distintos síntomas para no permitir que se conviera en
un duelo patológico. Algunos de estos pueden ser intensos sentimientos de culpa,
pensamientos suicidas, desesperación extrema, inquietud, tristeza o depresión
8
Shapiro, F. Silk, M, EMDR: Una terapia revolucionaria para superar la ansiedad, el estrés y los traumas.
Kairos, Barcelona, 2009
prolongada, no querer retomar las actividades de la vida cotideana, ira
descontrolada, abuso de sustancias 9. En este caso es muy importante derivar a
una ayuda con un profesional de la salud.

Conclusión

Hay una frase que leí hace algún tiempo y resonó en mi al terminar de escribir
estas reflexiones “no es fuerte el que no necesita ayuda, si no el que tiene el valor
de pedirla cuando la necesita” (autor desconocido).

A veces vamos por la vida creyendo que las situaciones que nos pasan las
podemos superar solos, pasando página o sin pedir ayuda, sin darnos cuenta de
la importancia de vivir los procesos, de permitirnos sentir y hablar, de
acompañarnos de alguien para poder elaborar nuestras pérdidas.

He conocido en los últimos años, algunos casos de mujeres con embarazos


ectópicos que no tuvieron ni las herramientas ni el acompañamiento adecuado
para poder iniciar un trabajo de duelo gestacional, que pasaron hoja a la pérdida
creyendo que no iba a ser necesario elaborarla y años más tarde el recuerdo de
todo lo que vivieron y sintieron en ese momento les ha salido a brote.
Comenzando en muchos casos por malas práxis a las que fueron sometidas, que
hizo más largo el proceso del término del emabarazo y en otras ocasiones bien
tratadas pero anuladas en la parte emocional.

Con este diplomado, el trabajo realizado y esta reflexión, adquiero un compromiso


de vida a colaborar desde mi formación y en la medida de mis posibilidades, con
personas que atraviesen duelos gestacionales y perinatales, motivarlas a pedir
ayuda, a brindarles una mano amiga que las haga sentirse acompañadas y
entendidas, a buscar formas de mitigar su dolor y que através de una orientación
adecuada y un buen acompañamiento sean capaces de ir elaborando su duelo
9
Neimeyer, R.La reconstrucción de significado y la experiencia de la pérdida, Paidos, Barcelona. 2000 
para una vez terminado este proceso, salgan de él transformadas y con una nueva
fuerza interna, sin olvidar la maternidad que en su alma nació y siempre llevarán
con ellas.

Bibliografía consultada:

o Kirk E, Condous G, Bourne T.. The non-surgical management of ectopic


pregnancy.. Ultrasound Obstet Gynecol, 27 (2006), pp. 91-100 Recuperado
en http://dx.doi.org/10.1002/uog.2602

o Nelson AL, Gambone JC. Ectopic pregnancy. In: Hacker NF, Gambone JC,
Hobel CJ, eds. Hacker & Moore's Essentials of Obstetrics and Gynecology.
Philadelphia, PA, Elsevier; 2016.

o Rana, Poonam & Kazmi, Imran & Singh, Rajbala & Afzal, Muhammad & Al-
Abbasi, Fahad & Aseeri, Ali & Singh, Rajbir & Khan, Ruqaiyah & Anwar,
Firoz. (2013). Ectopic pregnancy: A review. Archives of gynecology and
obstetrics.

o American College of Obstetricians and Gynecologists' Committee on


Practice Bulletins—Gynecology. ACOG Practice Bulletin No. 193.

o Roberts, J (1991): “Encuadre: Definición y tipología de los rituales“, en


Rituales. Terapéuticos y Ritos en la Familia, Barcelona, Gedisa

o Boss, P. (2001). La “pérdida ambigua”. Cómo aprender a vivir con un duelo


no terminado. España: Gedisa.

También podría gustarte