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TAREA ACADEMICA Derecho Penal Especial -


Proxenetismo
Derecho Penal Especial (Universidad Tecnológica del Perú)

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Tarea Académica

PROXENETISMO UNA VISTA DESDE NUESTRA LEGISLACIÓN


PENAL
TRABAJO como parte del curso Derecho Penal Especial
PROFESOR: DR. ANDER YOSIP GALVAN RIVERA

Concepción, Dick U18310486


Dolorier Arango, Naylea U19312447
Ludeña Roldan, Amalia U19133857
Olivares Romero, José U20234814
Ortega Morales, César U20237981
Silva Velázquez, Luis U19312675

Lima, Perú
Noviembre 2021

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INTRODUCCIÓN

El proxenetismo como explotación sexual de una persona es una forma de delincuencia


que afecta a sectores vulnerables de nuestra población como son las mujeres, jóvenes
inmigrantes extranjeros, entre otros, que se ven afectados por personas que los captan
y los utilizan en servicios sexuales obteniendo por ello ingentes ganancias. Esta
repudiable actividad ha generado en el derecho penal nacional una reciente reforma en
la regulación penal de estos delitos. El delito de proxenetismo tiene un trasfondo muy
peculiar y que se ha ido incrementando en los últimos años máxime cuando ya tiempo
atrás nuestra legislación penal hace algunos tipos de reformas en lo que significa la trata
de personas. El delito de proxenetismo viene a afectar lo más sensible del ser humano
que es la dignidad y una de estas modalidades llevadas a la sexualidad de una persona
es que, quien busca el beneficio, busca el lucro sometiendo a estados de degradación,
estado prácticamente de esclavitud, aprovechándose de la ignorancia de mucha gente
pobre que habita en nuestra sociedad o también nacionales o extranjeros que no tienen
como poder satisfacer o poder cubrir sus gastos más elementales.

El proxenetismo viene a manifestar una de las facetas más grises y nefastas hoy en día
en nuestra sociedad donde, tiene que reprimirse con toda severidad actos que vienen
finalmente a significar una suerte de humillación y denigración a la persona y sobre todo
cuando la víctima de estos delitos son jóvenes adolescentes, mujeres, generando la
reprobación y el repudio en mayor escala. En el desarrollo de la civilización todavía se
aprecia estas formas de esclavitud y merecen un rechazo categórico. Las reformas que
se han introducido nos hablan de delitos de explotación, pero también nos hablan de
delitos de favorecimiento de la explotación sexual. Por lo general la modalidad
fundamental que tipifica o que regula este delito es la persona que directamente somete
a la víctima a este estado de degradación sexual (prostitución) donde afecta la vida
humana. Es propiamente esta la modalidad esencial del cual se genera la actividad de
la explotación sexual pero esta reforma se ha extendido a otro tipo de conductas o
modalidades y el que favorece o facilita, ya que existe personas que colaboran,
coadyuvan, entregan el dinero que financia estas actividades. Esta reforma se extiende
a todo la red o el circuito que puede comprender a personas involucradas que de cierta
manera propician que se genere esta actividad delictiva y lucrativa. El proxeneta es el
que realiza propiamente la explotación sexual, propiciando las condiciones necesarias
para que puedan finalmente darse estas actividades de prostitución. Hablamos a su vez
de estructuras organizacionales, de un conjunto de personas que se unen en un
propósito tan grave como es el explotar seres humanos a partir del comercio de su
sexualidad y en el cual concurren personas que ejercen directamente en la explotación
de las víctimas como también aquellas que ayudan a que estos explotadores puedan
consolidarse, puedan ampliar sus posibilidades de ofertar.

Está forma de esclavitud moderna precisamente tiene que ver con organizaciones
delictivas u organizaciones criminales que tienden a estructurarse a lo largo de nuestro
territorio nacional con un fin netamente lucrativo.

Está claro que el Código Penal tipifica desde su principio lo que es la facilitación,
favorecimiento a la prostitución que finalmente colocaba a una persona a ejercer esta
actividad, pero hoy estamos hablando de una conducta distinta que es la explotación
sexual y todos sus derivados porque en los primeros, la prostitución donde propiamente
la que ejerce esta actividad no realiza una actividad ilícita, no estamos todavía en un

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estado de denigración, esa la gran diferencia, cuando estamos en un acto de explotación


sexual y que llevan a estas personas al meretricio que es más repudiable y más
reprochable cuando son menores de edad, niños y adolescentes sometiéndolos a un
estado de humillación ya que afecta la dignidad. Los delitos de explotación tienen que
ver con proteger la libertad o la intangibilidad sexual, en cambio los delitos de
explotación sexual protegen lo más sensible del ser humano esto que nadie desde que
nace hasta que muere nunca lo pierde y que es la dignidad humana por eso que los
delitos de explotación sexual tienen una represión mucho más severa que la de
ofrecimiento o facilitación a la prostitución. Se trata de una actividad que conmueve la
sensibilidad social, el proxenetismo se presenta a todo nivel y en amplios sectores
vulnerables de la población y se encuentra criminalizada por estas reformas introducidas
a través de la ley.

CONCEPTO Y ANTECEDENTES

El proxenetismo es un comportamiento directamente relacionado con el ejercicio de la


prostitución. Sin embargo, debemos recordar que mientras esta última no constituye
delito en sí misma, el proxenetismo como una forma de intervención de terceros si se
encuentra prohibido por diversos tipos penales.

Las modificaciones que introduce la ley 30963 en el Código Penal respecto al tema de
la explotación sexual, en los delitos contra la libertad personal encontramos desde que
se dio el código del 91 el clásico delito de secuestro y la coacción tanto que afecta el
tema de la decisión, la capacidad de determinarse a través de los actos de corrupción o
el hecho de vulnerar bienes como la libertad de tránsito o el derecho de moverse de
acuerdo con la figura del secuestro. Sin embargo, se ha ido incorporando figuras
penales que tiene que ver con la libertad personal en tanto que la persona es afectada
en la toma de sus decisiones, a veces restringida en torno a su libertad de tránsito, pero
principalmente la afectación reside en el hecho de atentar contra el libre
desenvolvimiento y convertir a la persona en un objeto una mercancía.

Es así como se incorpora en el tiempo la figura de la trata y luego el tráfico de órganos


y tejidos, más adelante va a aparecer dentro del Código Penal en el artículo 153B la
explotación sexual. Entiéndase que mientras la trata castiga aquel sujeto que
decepciona, retiene, traslada, transporta a personas para fines de explotación laboral o
sexual, el 153B hace referencia en sí a la figura ya de la explotación, refiriéndose
aquellos casos en donde el sujeto a través de la violencia u otros medios como podría
ser el engaño amenaza y obliga a las personas a realizar actos de connotación sexual
para obtener un provecho económico, convirtiéndose así el ser humano en un objeto de
explotación como si fuera una mercancía y lógicamente generando importantes réditos
a gente o sujetos que se dedican a este tipo de actividad que afecta no solo a la libertad,
que no afecta solo este tema del libre desenvolvimiento sino que también trastoca el
tema de la dignidad humana y el llamado proyecto de vida.

La ley 30963 lo que hace es establecer una serie de modificaciones respecto a esta
figura de la explotación sexual pero no solamente hay un incremento en las sanciones
respecto a las modalidades ya previstas en el Código Penal, sino que también incorpora

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nuevos tipos penales es así como vemos que se incorporan los artículos 153D hasta el
153 J, todos ellos reprimiendo una serie de conductas referidas a la explotación sexual.

Estas nuevas conductas implicaría adelantos de la barrera punitiva y la autonomía que


se da a estos comportamientos a los que se les responde penalmente es así que
tenemos la fórmula del favorecimiento o promoción de la explotación sexual que
involucraría que el sujeto que facilita las condiciones y de algún modo genera la
actividad de explotación a través de inversiones, estableciendo el local, el lugar donde
se practique o tal vez la publicidad y aquello que sea relevante para poder desarrollar
esta actividad implicaría al promotor o al facilitador. Por otro lado, se tipifica el hecho del
cliente de la explotación sexual como aquella persona que paga, establece una
contraprestación a cambio de la prestación sexual que pueden ser accesos por la vía
vaginal, anal o bucal, actos de connotación sexual que son pagados o que reciben una
contraprestación por lo tanto a quien se castigará en ese tipo penal es al cliente. La
tercera fórmula estaría referida al que percibe las ganancias en el sentido de alguien
que no participa de los actos de explotación pero que recibe lo obtenido. Esta actividad
de explotación está destinada al aprovechamiento económico y las ganancias son
percibidas por algún sujeto cuya conducta ya estaría tipificado, además, se incluye al
que gestiona o administra este tipo de negocios considerando su labor de administración
o su labor de gestión como una conducta típica en la medida que el objeto es ilícito y se
establece con bastante relevancia y con una pena también bastante severa. La fórmula
específica de la explotación sexual de niños, niñas, adolescentes prevé el castigar a la
persona que gestiona, administra este tipo de actividades respecto a niños, niñas y
adolescentes o aquel que percibe las ganancias de esta actividad. Otro aspecto
importante de la ley está referido no solo al cambio que se da al incorporar estos nuevos
tipos penales que en caso de presentarse por ejemplo un caso de trata y además
verificada la explotación sexual estaríamos propiamente ante un concurso real de delitos
con la posibilidad de que puedan sumarse las penas impuestas por cada uno de ellos y
también se incorpora a través de esta ley algunos cambios en código procesal penal
principalmente respecto a la justicia premial o justicia negociada en torno a limitaciones
que se podrían imponer en estos casos y en materia de beneficios penitenciarios.

La ley 30963 ha realizado modificaciones significativas en el artículo 181 del Código


Penal sobre el proxenetismo. Existían varias dificultades en torno a la calificación de
conductas como proxenetismo puesto que se confundía con algunos tipos penales como
la trata de personas y la explotación sexual dado que se establecía como verbos
rectores comprometer, sustraer, seducir y además se establecía como objeto del delito
el acceso carnal, el buscar o realizar estas conductas para el acceso carnal. Con la
modificación que se establece en el 181 se cambian los verbos rectores. Hoy día se dice
que debe gestionar o deben dirigir estas actividades o estas acciones realizadas por el
sujeto activo y tendría como objeto no el acceso carnal sino el ejercicio de la prostitución.
Por otro lado, también se modifica los marcos punitivos en el tipo penal base
estableciendo la pena de cuatro a seis años de pena privativa de libertad. Cabe también
señalar que esta ley introduce nuevas agravantes dentro del tipo y modifica
relativamente las que ya estaban previstas. En el artículo 181 se prevén agravantes con
el tipo originario. Sin embargo, con la ley 30963 se incorporan algunas modificaciones.
En torno a la calidad del agente se puede advertir que el tipo penal inicialmente
contempla al ascendiente, descendiente, consanguíneo, adoptivo, cónyuge,
conviviente, pero esta modificación con esta norma establece la incorporación del ex

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cónyuge, del ex conviviente, aquellas personas que hubieran procreado hijos, pero
también aquellos que compartan un inmueble o una vivienda sin que exista entre ellos
un vínculo contractual o un vínculo laboral. Por otro lado, en relación con el agente
también se considera como agravante que el proxeneta realice estas acciones como un
medio de subsistencia y el que pertenezca a una banda criminal. En el texto original,
solamente se consideraba organización criminal. También se introduce modificatorias
debido al ámbito en el que se desarrolla esta actividad refiriendo a la persona que
gestiona o dirige estas actividades de prostitución dentro del marco de la actividad
económica de una persona jurídica o dentro del desarrollo del turismo. Finalmente, con
relación a las víctimas a partir de que las mismas puedan estar en un estado de
abandono o en una situación de necesidad. El hecho de que la víctima sea un adulto
mayor, una persona con una enfermedad grave, discapacitada o que pertenezca a un
grupo vulnerable como ser miembro de una comunidad nativa o comunidad indígena
también agrava el delito. Cuando exista una pluralidad de personas dedicadas a esta
actividad de la prostitución que el sujeto gestiona o dirige y debido a los resultados que
como consecuencia de esta actividad se produzca un grave riesgo para la vida o
afectaciones graves a la integridad personal entiéndase integridad física de la persona.

En el proxenetismo como explotación sexual tenemos al delito de favorecimiento de la


prostitución modificada por la ley 30963 donde en el artículo 179 del Código Penal se
tipifica aquella conducta en la cual el sujeto promueve o favorece la actividad de
prostitución de otra persona, es un delito común, entiéndase que afecta la libertad sexual
y se reprimía con una pena de cuatro a seis años de pena privativa de libertad. Lo
primero que considera la modificatoria de la ley 30963 es cambiar el margen mínimo de
la pena en caso del tipo base que venía a ser de cuatro a seis años ahora de cinco a
seis años, pero también tenemos que esta ley 30963 incorpora nuevas agravantes, es
así, que tenemos agravantes con relación al agente, en relación con el ámbito en el que
se desarrolla esta actividad y finalmente con relación a las víctimas.

Podemos observar en cuanto a las características del agente se establece a diferencia


de lo que preveía el artículo 179 antes de la modificación que no solamente puede ser
agravada la situación cuando el sujeto activo es un ascendiente o descendente
consanguíneo o por adopción o pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad y
segundo de afinidad cónyuge o conviviente sino que se añade el hecho de que pueda
ser considerado también el ex cónyuge, el ex conviviente o aquella persona con la que
se haya tenido hijos o tengan una vida en común, mantenga o no necesariamente en
una relación con vivencial pero vivan en el mismo domicilio sin que medie una relación
contractual o una relación laboral. También en relación con el agente se considera como
una circunstancia agravante el hecho de que pertenezca a una banda criminal. El texto
anterior solamente reconocía esta conducta dentro del marco de una organización
criminal o aquel que hace de esta actividad un modo de vida, un medio de subsistencia.
Considera también el hecho de que el agente realice estos actos de promoción o
favorecimiento de la prostitución implicando un acto de violencia, es decir, ofrezca este
servicio de modo que se ponga en riesgo la vida y la integridad de la persona que está
realizando la actividad o se está prostituyendo.

La ley 30963 respecto a las modificaciones del artículo 179 del Código Penal también
comprende otras agravantes que antes no contemplaba el tipo penal en relación al
ámbito en el que se desarrolla la actividad, comprende el hecho de que se favorezca,

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promueva la prostitución en actividades de turismo, en actividades que desarrolle una


persona jurídica o dentro de la actividad económica y por otro lado, considera como
agravante el hecho de que la víctima sea de una adulta mayor, tenga una enfermedad
grave, una discapacidad o pertenezca a una comunidad nativa, una comunidad
indígena, encontrándose en un estado de vulnerabilidad. También cuando la
prostitución se realiza con una pluralidad de personas y finalmente también se considera
como agravante el hecho de que se aproveche de que la víctima se encuentra en una
situación de abandono o de estado de necesidad.

PROXENETISMO DESDE UNA VISTA DE NUESTRO ORDENAMIENTO JURÍDICO


En el Perú, la prostitución no es considerada un delito por la ley, lo que sí está
considerado delito es el proxenetismo: obtener beneficios económicos a partir de la
explotación sexual a una persona. La prostitución es considerada como una actividad
legal entre personas adultas que, sin embargo, no es reconocida como una actividad
laboral, ya que no encuentra cabida dentro de los campos laborales convencionales.
La prostitución, como los proxenetas, implica una remuneración económica por el
servicio sexual. Pero en la prostitución, la persona que realiza el servicio sexual es quien
aprovecha al máximo su servicio y decide hacerlo de forma voluntaria.
En ese mismo sentido la prostitución en sí no es ilegal, pero perturba el orden social y
moral porque se considera una actividad ilegal elegida voluntariamente, además, se
apropia por completo de sus ganancias y en el proxenetismo no es así.
El proxenetismo es un comportamiento directamente relacionado con el ejercicio de la
prostitución. Sin embargo, cabe recordar que mientras esta última no constituye un delito
en sí misma, el proxenetismo, como forma de intervención de terceros en el ejercicio de
la prostitución ajena, si se encuentra prohibido por diversos tipos penales.
En nuestro Código Penal ha sido modificado y también se incorporaron 7 nuevos
artículos y todo a fin de precisar los tipos penales que regulan el delito de explotación
sexual, sus modalidades y delitos conexos; así como adicionar nuevas figuras delictivas
relacionadas a este ilícito penal.
Respecto al delito de Explotación sexual (art. 153-B), se ha precisado que la conducta
típica de obligar a otra ejercer actos de connotación sexual se puede dar "mediante
violencia, amenaza u otro medio". Igualmente, se ha establecido que la agravante que
penaliza al agente con 20 a 25 años de prisión también se puede dar cuando aquel
"actúe como integrante de una banda o una organización criminal" o "la víctima está en
situación de abandono o de extrema necesidad económica".
Igualmente, en lo que se refiere al delito de Favorecimiento a la prostitución (art. 179),
se han modificado los supuestos que agravan la pena entre 6 a 12 años. Entre estos,
destaca que ahora se considerará agravante que "el agente cometa el delito en el ámbito
del turismo"
(inc. 1), sea "un medio de subsistencia del agente" (inc. 3), "la víctima esté en situación
de abandono o extrema necesidad económica" (inc. 4), entre otras.
En el caso del Rufianismo (art. 180), se tipifica la conducta como aquella en la que al
agente "gestiona el beneficio económico o de otra índole de la prostitución de otra
persona" y se aumenta la pena del tipo base de 4 a 8 años. Asimismo, se describen
diversas agravantes, tales como que "el agente cometa el delito en el ámbito del turismo"

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(inc. 1), "la víctima esté en situación de abandono o extrema necesidad económica" (inc.
4), "exista pluralidad de personas en prostitución" (inc. 5), entre otras.
En cuanto al Proxenetismo (art. 181), ahora se tipifica esta conducta delictiva de la
siguiente manera: "el que dirige o gestiona la prostitución de otra persona será reprimido
con pena privativa de la libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años".
Por su parte, el tipo penal de Pornografía infantil (art. 183-A) ha sido modificado para
incluir la expresión "publicita" como una conducta más que concreta el delito.
Igualmente, se ha establecido que la agravante de difundir material pornográfico a
menores, además de realizarse a través de cualquier tecnología de la información o de
la comunicación, también puede hacerse con "cualquier otro medio que genere difusión
masiva".
Las 7 nuevas modalidades delictivas de explotación sexual
Asimismo, la norma ha incorporado al Código Penal siete nuevos tipos penales, los
cuales constituyen nuevas modalidades del delito de explotación sexual. Estos están
contenidos en los artículos 153-D, 153-E, 153-F, 153-G, 153-H,
Artículo 153-I. Beneficio de la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes
El que, sin participar de los actos de explotación sexual de niña, niño o adolescente,
recibe un beneficio económico o de otra índole derivado de dichos actos será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince años.
El consentimiento brindado por el adolescente carece de efectos jurídicos.
La pena privativa de libertad será no menor de quince ni mayor de veinte años si el
agente:
1. Es promotor, integrante o representante de una organización social tutelar o
empresarial que aprovecha esta condición y realiza actividades para perpetrar este
delito.
2. Tiene a la víctima bajo su cuidado o vigilancia, por cualquier motivo, o mantiene con
ella un vínculo de superioridad, autoridad, poder o cualquier otra circunstancia que
impulse a depositar la confianza en él.
Artículo 153-J. Gestión de la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes
“Artículo 153-D. Promoción o favorecimiento de la explotación sexual
El que promueve, favorece o facilita la explotación sexual de otra persona, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince años.
el ámbito del turismo" (inc. 1), "la víctima esté en situación de abandono o extrema
necesidad económica" (inc. 4), "exista pluralidad de personas en prostitución" (inc. 5),
entre otras.
En cuanto al Proxenetismo (art. 181), ahora se tipifica esta conducta delictiva de la
siguiente manera: "el que dirige o gestiona la prostitución de otra persona será reprimido
con pena privativa de la libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años".
Por su parte, el tipo penal de Pornografía infantil (art. 183-A) ha sido modificado para
incluir la expresión "publicita" como una conducta más que concreta el delito.
Igualmente, se ha establecido que la agravante de difundir material pornográfico a

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menores, además de realizarse a través de cualquier tecnología de la información o de


la comunicación, también puede hacerse con "cualquier otro medio que genere difusión
masiva".
Las 7 nuevas modalidades delictivas de explotación sexual
Asimismo, la norma ha incorporado al Código Penal siete nuevos tipos penales, los
cuales constituyen nuevas modalidades del delito de explotación sexual. Estos están
contenidos en los artículos 153-D, 153-E, 153-F, 153-G, 153-H,
Artículo 153-I. Beneficio de la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes
El que, sin participar de los actos de explotación sexual de niña, niño o adolescente,
recibe un beneficio económico o de otra índole derivado de dichos actos será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince años.
El consentimiento brindado por el adolescente carece de efectos jurídicos.
La pena privativa de libertad será no menor de quince ni mayor de veinte años si
el agente:
1. Es promotor, integrante o representante de una organización social tutelar o
empresarial que aprovecha esta condición y realiza actividades para perpetrar este
delito.
2. Tiene a la víctima bajo su cuidado o vigilancia, por cualquier motivo, o mantiene con
ella un vínculo de superioridad, autoridad, poder o cualquier otra circunstancia que
impulse a depositar la confianza en él.
Artículo 153-J. Gestión de la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes
“Artículo 153-D. Promoción o favorecimiento de la explotación sexual
El que promueve, favorece o facilita la explotación sexual de otra persona, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince años.
La pena privativa de libertad será no menor de quince ni mayor de veinte años, cuando:
1. El agente se aproveche de su calidad de curador o tenga a la víctima bajo su cuidado
o vigilancia por cualquier motivo, o tenga con ella un vínculo de superioridad, autoridad,
poder o cualquier otra circunstancia que la impulse a depositar su confianza en él.
2. El agente cometa el delito en el ámbito del turismo, en el marco de la actividad de una
persona jurídica o en el contexto de cualquier actividad económica.
La pena privativa de libertad será no menor de quince ni mayor de veinte años,
cuando:
1. El agente se aproveche de su calidad de curador o tenga a la víctima bajo su cuidado
o vigilancia por cualquier motivo, o tenga con ella un vínculo de superioridad, autoridad,
poder o cualquier otra circunstancia que la impulse a depositar su confianza en él.
2. El agente cometa el delito en el ámbito del turismo, en el marco de la actividad de una
persona jurídica o en el contexto de cualquier actividad económica.
La pena privativa de libertad será no menor de veinte ni mayor de veinticinco años,
cuando:

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1. El agente sea ascendiente o descendiente por consanguinidad, adopción o por


afinidad; pariente colateral hasta el cuarto grado de consanguinidad o adopción, o
segundo grado de afinidad; cónyuge, excónyuge, conviviente, exconviviente o tenga
hijos en común con la víctima; o habite en el mismo domicilio de la víctima, siempre que
no medien relaciones contractuales o laborales.
2. Es un medio de subsistencia del agente.
3. Exista pluralidad de víctimas.
4. La víctima tenga discapacidad, sea adulta mayor, padezca de una enfermedad grave,
pertenezca a un pueblo indígena u originario, o presente cualquier situación de
vulnerabilidad.
5. Cuando el agente, a sabiendas, favorezca o promueva actos de explotación sexual
violentos que produzcan lesiones o ponga en peligro grave la integridad o la vida de
quien realice la prostitución.
6. Se produzca una lesión grave o se ponga en peligro inminente la vida o la salud de
la víctima.
7. Se derive de una situación de trata de personas.
8. El agente actúe como integrante de una banda o una organización criminal.
9. La víctima esté en situación de abandono o de extrema necesidad económica.
Si se produce la muerte de la víctima, la pena privativa de libertad será no menor de
veinticinco ni mayor de treinta años.
En todos los casos se impone, además, la pena de inhabilitación conforme al artículo
36, incisos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 9, 10 y 11.
El Capítulo X del Código Penal se refiere al proxenetismo, como acción delictiva que
condena el favorecimiento de la prostitución; de manera que el Artículo 179 y 181 se
refieren al favorecimiento de la prostitución como delito y se puede aplicar prisión de
cuatro a seis años. Además prisión será de cinco a doce años si la víctima cuenta con
menos de 18 años; pero siendo menor de 18 a 14 años y ella, de manera voluntaria
quiere dedicarse a la prostitución, la figura jurídica
5. Cuando el agente, a sabiendas, favorezca o promueva actos de explotación sexual
violentos que produzcan lesiones o ponga en peligro grave la integridad o la vida de
quien realice la prostitución.
6. Se produzca una lesión grave o se ponga en peligro inminente la vida o la salud de
la víctima.
7. Se derive de una situación de trata de personas.
8. El agente actúe como integrante de una banda o una organización criminal.
9. La víctima esté en situación de abandono o de extrema necesidad económica.
Si se produce la muerte de la víctima, la pena privativa de libertad será no menor de
veinticinco ni mayor de treinta años.
En todos los casos se impone, además, la pena de inhabilitación conforme al artículo
36, incisos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 9, 10 y 11.

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El Capítulo X del Código Penal se refiere al proxenetismo, como acción delictiva que
condena el favorecimiento de la prostitución; de manera que el Artículo 179 y 181 se
refieren al favorecimiento de la prostitución como delito y se puede aplicar prisión de
cuatro a seis años. Además, prisión será de cinco a doce años si la víctima cuenta con
menos de 18 años; pero siendo menor de 18 a 14 años y ella, de manera voluntaria
quiere dedicarse a la prostitución, la figura jurídica de favorecimiento de la prostitución
agravado no corresponde porque es su decisión o su libre consentimiento y solo será
juzgado por delito del favorecimiento a la prostitución y de proxenetismo. El ejercicio de
la libertad sexual de las adolescentes de 14 a 18 requiere que estas personas gocen de
suficiente capacidad cognitiva para autodeterminarse sexualmente Lázaro (2002) afirma
se es libre sexualmente, cuando se muestra el ejercicio con autonomía conscientemente
formada, racional y madura para que se entienda y se decida tener una vida sexual
plena y saludable. (Cita Ticlla, P. 2014)

La pena privativa de libertad será no menor de veinte ni mayor de treinta años


cuando:
El agente sea ascendiente por consanguinidad, adopción o por ahí, pariente colateral
hasta el cuarto grado de consanguinidad o adopción, o segundo grado de afinidad, tutor,
cónyuge, ex cónyuge, conviviente, ex conviviente o tenga hijos en común con la víctima;
o habite en el mismo domicilio de la víctima, siempre que no medien relaciones
contractuales o laborales.
Es un medio de subsistencia del agente.
Exista pluralidad de víctimas.
La víctima tenga discapacidad, padezca de una enfermedad grave o presenta cualquier
situación de vulnerabilidad.
La víctima pertenezca a un pueblo indígena u originario.
Se derive de una situación de trata de personas.
El agente actúe como integrante de una banda o una organización criminal.
La víctima esté en situación de abandono o de extrema necesidad económica.
La víctima sea menor de catorce años.
La pena privativa de libertad será no menor de treinta y cinco años si se causa la muerte
de la víctima o se lesiona gravemente su salud física o mental.
En todos los casos se impone, además, la pena de inhabilitación conforme al artículo
36, incisos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 9,10 y 11.

PRINCIPIO DE LEGALIDAD
Se considera a este principio como un límite al ius puniendi que los estados toman en
cuenta para para garantizar la libertad de los ciudadanos. (Salinas 2007 p. 55) La
protección lo realiza de manera coactiva para tratar de preservar la libertar, al fin y al
cabo no se busca reprimir, sino de buscar la paz y la convivencia armónica. Su finalidad
no es reprimir es garantizar buena convivencia. Para ello, los Estados estipulan las

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características y descripción de conductas que deben ser reprimidas porque afectan a


la sociedad y a la estructura de un país, es decir a los bienes jurídicos que las leyes
protegen, por su relevancia, es decir que no se trata de sancionar por cualquier
conducta, solo aquellas que son evaluadas y se determina su grado de importancia e
interés. (Cita Ticlla, P. 2014 p. 64). La Constitución del Perú (1993) considera prescribe
en el Artículo 2, inciso 24, d al referirse a las medidas de protección de la libertad; así
como de direccionar la seguridad de la persona.
principio de legalidad, en el CP busca que se prescriban las conductas que se han de
prohibir y de esta manera se determina el libre actuar de las personas en el 40 artículo
II del Título Preliminar del CP, al referir que sanciona lo que la ley prescribe y tenga
vigencia y que estén determinadas por la Ley, el principio de la legalidad garantiza el
libre accionar de las personas porque nadie está prohibido a realizar lo que la ley no
sanciona. (Decreto Legislativo 635 CP). El principio de legalidad roma parte de la
estructura de la Constitución porque es en este documento que se plasman las líneas
directrices para garantizar la configuración constitucional y también dicta límites para el
actuar del Poder Legislativo y del Poder Judicial.
CONSIDERACIONES DE LA PROSTITUCIÓN EN EL PERÚ
En el Perú no es un delito, pero sí el funcionamiento de un prostíbulo; por lo que Müller.
H. (2016 p. 3) aclara que lo que no es legal es los prostíbulos que funcionan de manera
clandestina porque se promueve el favorecimiento a la prostitución. Locales que
permiten la trata de personas quienes son objeto de explotación sexual. Este ilícito se
penaliza, en el Artículo 199 del CP. Artículo que sanciona el delito de favorecimiento de
la prostitución, pero es obvio que no sanciona a la prostitución. Finalmente (Müller. H.
(2016 p. 4) la tipificación del favorecimiento a la prostitución rige en Perú se cometen
aun siendo practicado con el ejercicio de la libertad sexual, el libre consentimiento. Lo
que se busca y se incrimina es la explotación sexual, las condiciones precarias,
clandestinas donde las personas son víctimas, en un contexto de prostitución forzada.
La razón de las ideas expuestas estriba en la necesidad de sancionar penalmente a las
personas que hacen funcionar establecimientos, discotecas, bares, casas para que se
ejerza la prostitución y se consuma el delito que se opone al trabajo sexual que se ejerce
de manera libre porque no respeta los derechos de las personas, se ejerce en locales
clandestinos, por coacción o por consentimiento exigido para que exprese como si en
verdad fuera su voluntad. Presión que es ejercida por los proxenetas.

FAVORECIMIENTO DE LA PROSTITUCIÓN
Abusa de la necesidad de las mujeres para el negocio sexual y busca las condiciones
que le sea favorables a esa persona de las cuales obtiene ganancia económica que su
víctima consigue.
Elementos del favorecimiento a la prostitución Los elementos que intervienen para que
concurra este delito: (Convención de la ONU 2000 p. 13)
a. Acción Que consiste en captar a las mujeres, en especial vulnerables, transporte,
recibir y ofrecer el trabajo sexual como alternativa.
b. Los medios Los medios que se basan en las amenazas mediante la mentira o
cualquier forma del uso de poder y los pagos o concesión de beneficios; pero todo este
actuar en base a la imposición.

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c. El fin que se expresa en la explotación sexual porque beneficia a terceras personas.

TIPO PENAL DEL FAVORECIMIENTO DE LA PROSTITUCION EN EL CPP


El tipo penal del favorecimiento de la prostitución en el Código Penal Peruano se regula
en el artículo 179 (1991) restructurado en el Artículo 1º, expresado en la Ley N° 28251
(2004), de manera que en la actualidad queda expresado: que favorecer o promover la
prostitución puede ser penado con cuatro a seis años de prisión.
En caso de delito agravado, la condena será de cinco ni mayor a doce, en los siguientes
casos:
- En menores de 18 años.
- El autor intimida, usa violencia o posee algún poder en contra de la víctima.
- La víctima no tiene las condiciones suficientes para discernir.
- El autor mantiene algún grado de parentesco.
- La víctima ha sido sustraída de su hogar, muestra precarias condiciones y muchas
necesidades pos satisfacer.
- El autor lo considere como si fuera su oficio de vida.
- Pertenecer a una organización delictiva o banda
Factores influyentes para la trata de mujeres en la prostitución
- Captación de las mujeres por engaños; los mecanismos es la palabra amable y los
halagos, a veces innecesarios.
- Las mujeres creen en el cambio de su vida; con esa idea aceptan propuestas de
mejoras en la condición de abandono o de lo mal que están pasando.
- Ofertas laborales; es una de las estrategias más utilizadas para engañar y trasladar a
las mujeres de un lugar a otro e incluso convencen a la familia para que seas así. -
Seducción; buscarles como posibles novias con ofrecimientos de amor y puede durar
mucho tiempo hasta que logren su voluntad.
- Rapto; que se expresa en el robo a la posible novia, pero los objetivos son perversos.
- Traslado; mayormente son llevadas a otros lugares o fuera de su país de origen
- El silencio; las víctimas no comunican su alarmante situación y viven sufriendo como
personas que se dedican a actividades que se rechazan socialmente.
- La pobreza; como un factor muy influyente es las precarias condiciones de las familias.
- La estructura familiar; hogares que no están bien constituidos o son disfuncionales.
- Aspectos psicosociales; que tiene que ver con los maltratos que genera la explotación
sexual.
- Educación; son personas que han fracasado en el ingreso a la educación.

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CODIGO PROCESAL PENAL ACTUAL


El CPP tipifica la trata de personas de la siguiente manera: Artículo 153° se refiere a la
trata de personas y describe que consiste en promocionar, facilitar, financiar,
transportar, captar, acoger en el Perú o para el extranjero, recurriendo a: la fuerza para
coactar la libertad de las personas; o mediante engaño, uso abusivo del poder o
aprovechamiento de la vulnerabilidad a cambio de beneficios, para la explotación, la
venta de niños para el ejercicio de la prostitución, obligándolo a comercializar su cuerpo,
sufrirá condena privativa de 8 a 15 años. El artículo 153º A estipulado en el CP,
considera agravantes y se prevé pena de 12 a 20 años, en los siguientes casos:
- El autor es funcionario público. - Cuando forma parte de una organización social y
aprovecha esta condición.
- Se detecta que hay pluralidad de víctimas.
- La víctima tiene menos de 18 años o muestra alguna capacidad especial.
- El autor es su cónyuge o es familia hasta cuarto grado de consanguinidad o segundo
de afinidad, o comparten el mismo hogar.
- El hecho es cometido por más de una persona. La prisión será de 25 años cuando:
- Por muerte o lesión grave.
- Menor de 14 años o muestra alguna capacidad especial.
- Si el autor pertenece a banda criminal.

BASES JURÍDICO DEL PROXENETISMO


Los proxenetas, son personas que cometen el delito de explotación sexual clandestina
por una cantidad de dinero que beneficia a terceras personas sin mediar la permanencia
para impedir los delitos sexuales enmarcados en el proxenetismo. (Convención de la
ONU contra la Delincuencia Internacional 2000 p. 32) Las personas víctimas de trata
sexual, por parte de un proxeneta, muestran características, mayormente:
Han sido objeto de violencia física por sus familiares o personas de su entorno.
- Evidencian un estado de confusión, debido a la inclinación a las drogas.
- Dan muestras de miedo o ansiedad.
- No tienen documentos de identidad.
- No saben la dirección del lugar donde viven.
- Actúan recibiendo instrucciones de otra persona.
- Reciben una remuneración escasa o nula.
- Desconfían de las autoridades
El proxenetismo genera daño moral, psicológico, sexual, físico en las personas que han
sido objeto de sometimiento de la práctica de la prostitución.

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DELITO DE PROXENETISMO
Delito de proxenetismo para que se constituya delito de proxenetismo la conducta se
materializa, según (Jiménez, M. 2010 p. 80 y 70) el victimario empleando la seducción
o el engaño sustrae a una persona y le entrega a otra para mantener sexo; en este
sentido proxenetismo es una acción ilícita para obtener beneficios económicos
prostituyendo a otro. El CPP (1991) en el Artículo 179 (1991) modificado por el Artículo
1º de la Ley Nº 28251 (2004) el proxenetismo queda expresado: Prisión de la libertad
de 3 a 6 años al que por seducción entrega a una persona a otra para tener relaciones
sexuales. Y si es agravada será 6 a 12 años, cuando:
- Cuando tenga menos de 18 años.
- Cuando se utiliza cualquier forma de fuerza o es autoridad.
- Si la víctima es familiar o está bajo su patria potestad.
- Si se actúa en banda criminal, con estos fines.
- Si ha sido entregado a un proxeneta.

EL TIPO PENAL DEL DELITO DE PROXENETISMO


El tipo penal se presenta en los casos que median elementos que describe el Artículo
181 y se materializa cuando hay seducción, engaño, sustracción, entrega a una tercera
persona y las relaciones sexuales. A esta conducta típica se denomina proxenetismo
porque no hay voluntad de prostituirse y se convierte en víctima.
El delito agravado de favorecimiento a la prostitución y proxenetismo prescrito en los
artículos 179 y 181 del CP modificado por ley Nº 28251, al referirse al en víctimas
menores de 14 a 18 años que manifiestamente expresan que es de su consentimiento
prostituirse no cumple con los fundamentos de la técnica legislativa y su efectividad no
es clara y concreta; así lo demuestran los estudios jurídicos al considerarse que la
prostitución en el Perú no es un delito y solo se juzgaría por delito cuando la persona es
sujeto de explotación sexual; en tal sentido, la legislación de estos artículos 179 y 181
del CP modificado por ley Nº 28251 carecen de la técnica adecuada para obrar con la
fuerza legal que determina las políticas jurídicas para lograr la convivencia armónica.

PARA EL PERU LA PROSTITUCION NO ES UN DELITO


La prostitución no es un delito en el Perú y se basa en el modelo reglamentista, pero sí
es penado las formas de explotación sexual, como en toda actividad económica, dentro
de estas formas de explotación sexual se considera el favorecimiento a la prostitución
expuesto en el Artículo 179 y el proxenetismo expuesto en el Artículo 181 de la Ley
28251 necesitan ser aplicadas de manera concreta, sin dejar vacíos para doble
interpretación o para que se busque otro sentido de interpretación y la norma pierda
eficacia o funcionalidad de las mismas. Teniendo en cuenta que la prostitución no es
una elección voluntaria, sino una opción porque no les permite desarrollarse como
personas, es pertinente que se realice investigación de contexto social y familiar de las
víctimas para determinar que son objeto de explotación sexual; entonces la prostitución
no es a libre elección, sin embargo se ve forzada la voluntad de una mujer para decidir

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prostituirse, como una alternativa a diversas situaciones sociales, condición que no deja
de lado a menores de 18 a 14 años; de modo que la respuesta solo, se centra a enfocar
que es delito la trata de personas para la explotación sexual que se realizan en locales
clandestinos.
Los fundamentos de motivos, los delitos sexuales que describe la Ley Nº 28251(2004)
que ha modificado los Artículos 179, favorecimiento de la prostitución y el Artículo 181,
proxenetismo trata de manera indiscriminada los casos de menores de edad, de 124
mayores de edad y no considera el artículo 181 a las personas con discapacidad,
menores de 14 y menores de 14 a 18 años de edad. Al operador de la justicia aplicar
proporcionalmente la pena al delito que se comete, en el caso que la menor de 14 a 18
años exprese que la prostitución lo ejerce de manera voluntaria y no se presenta la
figura jurídica de proxenetismo con los elementos que corresponde para ser agravado.
En su configuración típica, que los menores (de 14 a 18 años) deben ser sancionados
con proporcionalidad, en el caso que demuestren que se dedican a la prostitución de
manera voluntaria y no son víctimas con los elementos de juicio que se describe en los
artículos 179 y 181 del CP modificado por ley Nº 28251. La coherencia se refiere a la
relación armónica, no contradictoria con el sistema de leyes. En este sentido se colige
que los Artículos 179 y 181 de la Ley 28251 no concuerda con el ordenamiento jurídico,
con la unidad y coherencia del sistema de leyes peruano. La tipicidad para la prostitución
prescrito en el artículo 181 de la Ley Nº 28251, comprende tres comportamientos
delictivos del sujeto activo para entregar al sujeto pasivo a otro con el objeto de tener
acceso carnal.
Se trata de comprometer, el sujeto pasivo, lo convence, para entregarlo a otro con fines
sexuales, seducir el agente engaña a la víctima y la hace incurrir en error de modo que
se entrega a un tercero con la finalidad de tener acceso carnal, y sustraer (el agente
aparta a la víctima de su ambiente familiar para entregarlo a un tercero con fines de
acceso carnal). En este caso que, si la víctima es menor de edad, el agente será
cómplice primario del delito de abuso sexual de menor, en tanto se produzca el acceso
carnal del tercero y no sería juzgado por el delito de proxenetismo, sino por violación.
La efectividad de una norma no está en endurecerlas penas, en este caso la protección
de los menores de edad del atentado a la libertad sexual, la indemnidad sexual, el
cuidado de su integridad y de la moralidad no está en aumentar las penas, sino en
hacerlas técnicamente más efectivas, concretas y coherentes.
En el caso de los Artículos 179 y 181 de la Ley Nº 28251 los operadores de la justicia
no pueden encontrar un buen instrumento jurídico porque no es coherente con la Ley
Nº 28704 (2006) o con argumentos de la menor de edad al expresar que se prostituye
por su propia decisión y 125 que resultaría atípico, según se describe la tipicidad del
favorecimiento a la prostitución o del delito de proxenetismo de los Artículo 179 y 181
de la Ley Nº 28251; además se puede vulnerar la Ley Nº 28704 (2006), como una
argucia jurídica de los abogados para pasar del delito de violación a un delito de
prostitución o del favorecimiento a la prostitución y de esa manera bajar la pena de 25
a 30 años que se estipula en el caso de violación.
En el Artículo 184 del Código de los Niños y Adolescentes (1984) expresa que los
adolescentes desde los 14 años asumen responsabilidades de las infracciones ante la
Ley y pueden asumir su capacidad de responsabilidad y ser conducidos a albergues,
por lo que la decisión de su libertad sexual es reconocer su voluntad porque así lo ha
decidido y de esta manera no es posible expresar que la decisión de un adolescente
desde los 14 años carece de efectos jurídicos porque es capaz de autor

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responsabilizarse y se convierte complicado saber si el consentimiento es producto del


engaño; de manera que el Artículo 179 y 181 Nº 28251 favorecimiento a la prostitución
y proxenetismo respectivamente son confusos, atentan a la eficiencia técnica de ambos
artículos. La libertad sexual en menores de 14 a 18 años de edad se considera que
puede ser decisión positiva: de iniciarse en relaciones sexuales y asumir plenamente
sus consecuencias o negativa como derecho de no verse involucrado en actos sexuales
que no es expresión de su consentimiento; ambas decisiones tiene que ver con la
autodeterminación sexual y se vincula a la madurez biológica y psicológica de los
menores de edad que implique que el consentimiento no esté viciado por los delitos
sexuales que se tipifican y haya aprovechamiento con fines de explotación sexual.
POSICIONES DOCTRINARIAS:
Siguiendo a Gavilán Rubio (2015) la prostitución también tiene delitos relativos a esta
en la cual encontramos el proxenetismo, el rufianismo, entre otros. Así, esta autora
sostiene que podemos establecer 3 posiciones políticas sobre la prostitución (donde
podemos incluir los delitos relativos a esta), las cuales, podemos agregar, tienen
consecuencias jurídicas:
1)PROHIBICION: Sostiene la prohibición de la prostitución por ser una conducta que
riñe las buenas costumbres y pervierte a la sociedad. Las personas que ejercen la
prostitución son consideradas como delincuentes al cometer un delito penal.
2) ABOLICIÓN: Por otro lado, los abolicionistas, al igual que los que sostiene la
prohibición de la prostitución consideran que pervierte la sociedad, sin embargo, no
sostienen ni la legalización ni la prohibición expresa de la misma. En su defecto,
proponen tipificar delitos tales como el rufianismo, el proxenetismo, entre otros delitos,
lo cual apunto a la eliminación de la prostitución a través de estos medios.
3) REGLAMENTACIÓN: Por último, tenemos a la posición reglamentarita, la cual se
centra en la libertad sexual de la persona mayor de edad respecto al consentimiento
de tener relaciones sexuales con otra persona. De este modo no resulta penalmente
importante alguna acción de un tercero que promueva o facilite el ejercicio de la
prostitución, ya que lo que prima como hemos mencionado es el libre consentimiento
de la persona mayor de edad, así estas son consideradas trabajadoras sexuales.

Aquí en el Perú, el Tribunal Constitucional ha señalado en la sentencia relativa al


expediente Nº4729-2015-PHC/TC- Lima lo siguiente:
<<Asimismo, en cuanto al doble estándar institucional estatal sobre la
prostitución, es claro que el ordenamiento jurídico peruano en general permite la
prostitución lícita o realmente voluntaria: ni la Constitución ni las leyes la
prohíben, las municipalidades autorizan y cobran determinados tributos a los
locales en los que se ejerce la prostitución, entre otras actividades. Sin embargo,
contrariamente a ello, mediante diferentes actuaciones u omisiones, las
instituciones estatales operan como si estuviera prohibida la prostitución
voluntaria: la administración laboral y de salud no realiza las respectivas
inspecciones y controles, el Parlamento no legisla y desarrolla los niveles de
protección a las mujeres que realizan trabajo sexual, la administración policial,
fiscalía y judicatura no evidencian mayor eficacia en la sanción de los delitos de
proxenetismo y trata de personas, etc.>>

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Esto nos remite a la falta de eficacia en la sanción de los delitos como el proxenetismo,
que como sabemos es un delito pluriofensivo, toda vez que vulnera bienes jurídicos
como la libertad sexual, la integridad física de la persona, la dignidad, entre otros bienes
jurídicos lesionados.
Dentro de la doctrina especializada para los abogados Fermín MORALES PRATS y
Ramón GARCIA ALBERO el proxenetismo implica <<la tercería locativa (ser dueño o
arrendador del local donde se ejerce la prostitución)>> (Montoya, 2012, p. 17). Esto
quiere decir que para estos abogados el proxenetismo tiene un alcance mucho más
amplio, ya que la tercería locativa en el código penal peruano estaría relacionada con el
delito de favorecimiento de la prostitución (RN 1659-2018-
HUANUCO). Ahora bien, estos autores mencionados, no solamente sostienen esta
posición controvertida, sino que la sola intervención a título de administrador o
coordinador del ejercicio de la prostitución de una persona ajena te hace cometer el
delito de proxenetismo.

DERECHO COMPARADO:
Es importante señalar que si bien es cierto que de acuerdo al país que abordemos
podemos encontrar que la prostitución es legal, ilegal o sin regulación, esto se debe a
que la prostitución comporta factores como el ejercicio voluntario y consciente de una
persona mayor de edad que ejerce su libertad sexual. Esto da cabida a que haya
diferencias entre los países a este respecto. No así ocurre con el proxenetismo, ya que
este delito involucra la exigencia al sujeto pasivo bajo amenaza o uso de la violencia
practicar sexo con otras personas a cambio de dinero (RN 1659-2018-HUANUCO)
De acuerdo al código Penal de Argentina en el artículo 126 se señala lo siguiente
<<Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a diez años, el que con ánimo
de lucro o para satisfacer deseos ajenos promoviere o facilitare la prostitución de
mayores de dieciocho años de edad mediando engaño, abuso de una relación
de dependencia o de poder, violencia, amenaza o cualquier otro medio de
intimidación o coerción.>>
Es importante señalar que para que se pueda configurar este delito tiene que estar
presente, como ocurre de manera similar con el Código Penal peruano, <<el engaño,
abuso de una relación de dependencia o de poder, violencia, amenaza o cualquier otro
medio de intimidación o coerción>>. Asimismo, el móvil tiene que ser el lucro o la
satisfacción de los deseos de terceros.
Por otro lado, en España a pesar que no hay una regulación respecto a la prostitución,
si existe la norma que pena el proxenetismo:

<<1. El que, empleando violencia, intimidación o engaño, o abusando de una


situación de superioridad o de necesidad o vulnerabilidad de la víctima,
determine a una persona mayor de edad a ejercer o a mantenerse en la
prostitución, será castigado con las penas de prisión de dos a cinco años y multa
de doce a veinticuatro meses.
Se impondrá la pena de prisión de dos a cuatro años y multa de doce a
veinticuatro meses a quien se lucre explotando la prostitución de otra persona,
aun con el consentimiento de la misma. En todo caso, se entenderá que hay
explotación cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:

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a) Que la víctima se encuentre en una situación de vulnerabilidad personal o


económica.
b) Que se le impongan para su ejercicio condiciones gravosas,
desproporcionadas o abusivas.>>
Cabe resaltar nuevamente que la violencia, intimidación o engaño siguen presentes en
este delito y que no importa si el sujeto pasivo presto o no el consentimiento para ello.
Finalmente, en Francia, se prohíbe el proxenetismo en los artículos 225-5 y 225-6 del
Código Penal francés. De este modo, el proxenetismo implica lo siguiente:
1) acto de facilitar o resguardar la prostitución ajena,
2) recibir beneficios de la prostitución,
3) coaccionar al sujeto pasible o

esclavizarla e incluso contratarla para ejercer la prostitución, 4) Algo que nos llama la
atencion del código penal francés es que <<también se considera culpable de
proxenetismo a cualquier individuo que sirva de intermediario o que sea incapaz de
demostrar suficientes ingresos que justifiquen su tren de vida, mientras cohabita con
una persona que se dedica habitualmente a la prostitución.>>(CAP,2017, p.8).
Asimismo, y a diferencia de la tipificación peruana en Francia no es necesario que haya
<<coacción o abuso de una situación de vulnerabilidad para tipificar el delito de
proxenetismo>>, ya que lo que es relevante es el hecho de conseguir un beneficio de la
prostitución de otra persona. En este sentido agravan este delito, la coacción, el abuso
ante la vulnerabilidad o la violencia infligida hacia el sujeto pasivo.

Proxenetismo – Una definición


Comenzamos por una definición general, clásica del proxenetismo, en la que prima el
concepto desnudo: el delito que comete el proxeneta, tipificado y tratado en forma
distinta en los diferentes códigos penales del mundo y la victimización de las prostitutas:
“El proxenetismo o lenocinio es un delito que consiste en obtener beneficios económicos
de la prostitución a costa de otra persona. El proxenetismo en la mayoría de los países
es un delito por constituir una grave vulneración de los derechos humanos. Al proxeneta
(del verbo griego προξενέω, proxenéo, ser intermediario) se le conoce también como
chulo, chuloputas, chulapo, padrote, rufián, chichifo, mayate, maipiolo, cafiche, caficho,
caficho, fiolo, etc. A la mujer se le suele llamar madama, matrona, madrota o rufiana.
Los proxenetas son los que se encargan de proveer servicios de protección a las
mujeres que trabajan en la prostitución, cobrándoles a éstas por sus servicios. Muchas
veces utilizan la violencia, el engaño, la intimidación, el uso de drogas, amenazas de
todo tipo, el uso de su superioridad física o de otro tipo, o aprovechan la situación de
vulnerabilidad de la persona prostituida, a fin de explotarla sexualmente.
Los proxenetas son uno de los principales implicados en el delito de trata de personas,
en el cual la persona prostituida se transforma en una víctima bajo su control. Ésta se
inicia en la prostitución consintiendo al proxeneta, bajo amenazas de éste o mediante la
fuerza. Según la OIM en algunos casos, los proxenetas operan en connivencia con la
policía, funcionarios públicos y políticos corruptos. Los proxenetas explotan
sexualmente principalmente a mujeres, adolescentes, niñas y niños y en menor medida
a personas transgénero y a hombres”. Wikipedia 2021

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Sin embargo, el problema no es, ni de lejos, tan sencillo. Como todas las situaciones
humanas, existen un sinfín de circunstancias: problemas sociales y familiares, traumas
sicológicos y estrechez económica, el deseo de superación y felicidad que posee todo
ser humano, la influencia que, en mayor o menor medida, tenemos unos para los otros,
etc; productos todos de ese gran maremágnum que se llama sociedad. Ésta es
compleja. Puede ser conceptualizada, de una u otra manera, pero nunca encasillada
en parámetros físicos. La sociedad se mueve como la corriente palpitante de nuestra
sangre: fluye y refluye, se enferma o se encuentra sana, es plena y vivaz o se encuentra
deteriorada, puede ser una u otra, pero nunca algo estático, detenido. Estas cualidades
son contrarias a su esencia
Prostitución, proxenetismo y pobreza rural en México
Veamos a continuación, una dinámica social que se presenta en la población pobre de
México. Un país similar al nuestro, si bien bastante más grande y con el factor social
distorsionador de su colindancia con Estados Unidos.
El autor Ixchel Yglesias, escarba en el horno social de donde salen, los proxenetas y las
prostitutas, todos, a su manera, tratando de sobrevivir en ese difícil arte que se llama
vivir:
“La dialéctica del proxeneta-mujer prostituida está basada en la anulación de la autonomía
de ellas.
Los proxenetas tienen todo un plan antes de reclutar y van adaptando sus estrategias de
reclutamiento, sometimiento y dominio a partir de la información que obtiene de las
mujeres. Construyen un futuro que está sustentado en las aspiraciones sociales,
culturales y familiares de la mujer, que es la base de sus poderes de dominio para
explotarla. La dialéctica del proxeneta/mujer prostituida, es el elemento central de la
estructura básica de la explotación sexual de mujeres: “Es un acto primario de poder que
ejerce el proxeneta para anular la autonomía de las mujeres y someterlas a la explotación
sexual con base en poderes de dominio, físico o psicológico; con la amenaza de muerte,
real o simbólica, o con la falsa promesa de un futuro mejor. Está sustentada en
conocimientos y alianzas pactadas por ellos en colectivo en un proceso dinámico y
adaptativo” (Montiel, 2013)

Y por ello los proxenetas desarrollan un sentido práctico de la explotación que cumple
con lo siguiente, para construirse como hombres que explotan sexualmente a mujeres:
- Saber moverse. La forma en cómo interpretan sus actividades delictivas para reclutar,
trasladar y explotar.
- Ser bien Verbo. Es la forma especializada de la palabra que usan para engañar,
enamorar, “terapear” y explotar a mujeres.
- Auto-coacción emocional. Que ellos definen como matar el sentimiento, que es la
consciencia de sus emociones y movimientos corporales para controlarlas y de esa
forma conquistar, engañar y explotar mujeres.
- Lectura corporal y emocional. Es la forma especializada de identificar las
vulnerabilidades de las mujeres que reclutan y explotan, a partir de la lectura de sus
movimientos corporales, emocionales y afectivos.
La trata de personas con fines de explotación de la prostitución ajena dirigida y
controlada por proxenetas tlaxcaltecas que tienen un modus operandi particular que
utiliza fundamentalmente mecanismos afectivos para reclutar, someter y explotar a
mujeres jóvenes de comunidades rurales e indígenas. Existe violencia física, pero se
privilegia mayoritariamente a los mecanismos de dominación verbal, psicológica y
simbólica como respuesta a los cambios que los afectan: avances de los derechos de
las mujeres, organización de las mujeres en situación de prostitución y mayores
sanciones y persecución por parte de autoridades judiciales en México y USA. La
estructura básica de la explotación sexual y el proceso de proxenetización se han

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adaptado a las lógicas de reproducción social, comunitaria y familiar que ha generado


que en varios municipios de la zona sur del estado de Tlaxcala se caractericen por la
producción de padrotes. Hay una producción de proxenetas que ha transformado la
cultura para permitir que se convierta en una forma de vida y que sea transmitida de
generación en generación como una manifestación del lado obscuro del México
Profundo”.
Interesantes apreciaciones. Nos muestran la interacción proxeneta-prostituta más allá
de los rígidos códigos penales. El proxeneta se forma en la sociedad, es influido
mentalmente por ésta para plasmar sus patrones mentales. Los aprende en su familia,
en la calle, en el colegio, con los amigos en todas partes. Y casi siempre respirando el
aire de la pobreza y la falta de oportunidades educacionales. He aquí que llegamos al
concepto primordial: el proxeneta no actúa por maldad pura, por el deseo de hacer daño,
sino que es un sobreviviente en su difícil entorno social. Se mueve como las cucarachas
dentro de sus escondrijos, Yendo de aquí para allá, robando sobras y desperdicios para
no morirse de hambre. La vida los hace duros y desalmados, pero repito, no por una
voluntaria maldad auto adquirida y sádica en sí. Es una costra social, que capa sobre
capa se acumula alimentada por los sufrimientos y la sobrevivencia en su duro entorno
social.
Según Ixchel Yglesias:
“Los padrotes no son los únicos actores del sistema proxeneta y no sólo recae en ellos la
explotación de las mujeres, faltaría complementar a la definición de Montiel, que también
intervienen los comerciantes que venden a las mujeres productos de aseo personal, ropa,
condones y maquillajes, quienes se benefician de las mujeres y en muchos casos también
son actores clave para el control y la vigilancia; las clínicas o centros de salud en los que
las mujeres se realizan estudios para la prevención y/o atención de enfermedades de
transmisión sexual, dónde se les atiende en caso de violencia física y sexual, dónde dan
a luz y se practican abortos, debido al maltrato que muchas de ellas viven en estos
espacios, los costos de los servicios, la atención condicionada para fines políticos, la falta
de preparación en materia de género, violencia y derechos humanos por parte de quienes
les brindan los servicios y en algunos casos la colusión con autoridades y explotadores
para que los casos de violencia contra las mujeres queden sin registro y no se denuncien;
y por último el papel que desempeñan algunas organizaciones de la sociedad civil que
atienden a las mujeres, ya que la postura que mantienen respecto al fenómeno de la
explotación sexual está condicionada por los financiamientos para la realización de sus
proyectos más que por las situación de las mujeres, lo que mantiene el orden del sistema
proxeneta, lo sofistica y centra el debate del fenómeno lejos de la realidad que viven las
mujeres”.
Con una sinceridad que raya en crudeza, el autor detalla en el párrafo anterior la realidad
que se encuentra detrás del proxenetismo: Éste está rodeado de un entorno de hipócrita
complicidad social en el que participa no solo el proxeneta y la prostituta, sino todo un
conjunto de personas: los dueños de los locales en los que se ejerce la prostitución:
hoteles, night clubs, bares, venta de ropa y perfumes, boticas, servicios médicos,
abogados, etc. Por aquí deben pasar también los servicios sociales que, salvo honrosas
excepciones, lucran con un problema que no tiene fin, la policía y las autoridades
públicas corruptas y hasta los programas televisivos que viven de los escándalos y
noticias de este ambiente, tales como la lacra social de Magaly TV. Todo un ambiente
social cómplice e hipócrita, que por un lado se rasga las vestiduras en señal de
escándalo, y por el otro lado extiende su mano para recibir las monedas que puedan
caer de esta realidad.
Ixchel Yglesias remata el análisis con la enumeración de algunas de las causas del
problema en el entorno de la gente pobre y campesina de su México natal y nos da un
ejemplo, que es tan triste como el problema mismo:

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“¿Qué lleva a las mujeres a los contextos de explotación sexual?

Es necesario poner en escena a las condiciones de vulnerabilidad familiar, social, cultural,


emocional, económica y educativa, que ligadas a la subordinación femenina construida por el
orden patriarcal generan relaciones desiguales y sentimientos de frustración y resignación en las
mujeres.
Azucena relata la carga que vivió desde su infancia por ser mujer:
“Me dieron una buena educación, pero sentí que mi mamá me hacía menos a mí, porque de
todos mis hermanos, yo era la única mujer y sentía yo que mi mamá me hacía menos por ser
mujer.
Por cualquier problema me pegaba mi mamá, si no se hacia el quehacer de la casa, me pegaba;
si no se hacía lo que ella mandaba, me pegaba; o sea me pegaba, por cualquier cosa que no le
pareciera, para todo me pegaba. Por eso precisamente me salí de mi casa, porque ya eran más
grandes los problemas”.
La educación basada en las ideologías y mandatos de género, (Lagarde, 1997: 62), rompe con
la autonomía de las mujeres, fomentando la co-dependencia, la baja autoestima y la necesidad
de reconocimiento. En este testimonio podemos ver como la violencia y la falta de reconocimiento
en el contexto familiar provocan que Azucena salga de su casa, lo que aumenta sus condiciones
vulnerabilidad y facilita su ingreso a la prostitución debido a la falta de redes de apoyo y la
normalización de la violencia de género que es llevada como una carga en la vida de las mujeres”.
Aquí vemos el problema en su real dimensión: no es que los proxenetas secuestren a
las chicas y las obliguen, como animales amaestrados, a ejercer la prostitución. Esto
puede ocurrir, pero en la menor de las veces. Generalmente son las chicas las que
deciden escapar de su triste realidad económica, social y familiar para caer, por ellas
solas, en las redes del proxenetismo.
Prostitución: ¿qué castigar? Trabajadoras, burdeles, rufianes y clientes
Las posturas teóricas relativas al tratamiento jurídico de la prostitución son que, cuando
son practicadas coercitivamente, se deben castigar a los que obligan a otro a ejercerla
mediante violencia o intimidación. La falta de libertad, normalmente, se relaciona con el
supuesto abuso de la superioridad del perpetrador, junto a la necesidad o vulnerabilidad
de la víctima (*)
(*) También suele incluirse al engaño como medio típico. No obstante, es difícil imaginar que una
persona ejerza la prostitución por engaño, esto es, que sea el engaño lo que, en último término,
la compela a ejercer la prostitución. Ciertamente, en la práctica, concurren muchos casos en los
que, básicamente, mujeres engañadas dejan sus hogares y/o sus puestos de trabajo por otros
mejores que terceros les han ofrecido y que, al final, resultan ser clubs o locales en los que se
practica la prostitución. Por tanto, no se trata de supuestos en los que las víctimas ejerzan el
trabajo sexual engañadas, sino que este medio comisivo ha servido para su captación, y luego
las obligan a prostituirse mediante violencia, intimidación o abuso.

Más allá de este factor de coincidencia, todo los demás no encaja. Bajo un esquema
jurídico-penal, se habla de ampliar el ámbito de los potenciales autores que, de algún
modo, obtienen beneficios de la prostitución: ya sea económicos, o bien sexuales. Entre
el primer grupo se encuentra al proxeneta no coercitivo, al dueño del burdel o del club
de contacto (*)

(*) Un ejemplo de tipificación concreta de la conducta conocida como tercería locativa lo


constituye el art. 452 bis d) del Código Penal español de 1973 (en adelante, CPE’73): “Serán
castigados (…): 1.º El dueño, gerente, administrador o encargado del local, abierto o no al
público, en el que se ejerza la prostitución (...) 2.º Los que dieren o tomaren en arriendo un edificio
u otro local, o cualquier parte de los mismos, para explotar la prostitución o corrupción ajenas”.
En segundo lugar, debemos considerar al rufián (normalmente, la pareja sentimental) (*)

(*)Un ejemplo de delito de rufianismo lo constituye el art. 452 bis c) CPE’73: “Al que viviere en
todo o en parte a expensas de la persona o personas cuya prostitución o corrupción explote le
podrán ser aplicadas. Como establece la Sentencia de la Audiencia Provincial (en adelante, SAP)

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de Barcelona 139/2006, de 15 de febrero, se caracteriza por hacer de la prostitución o corrupción


sexual ajena su medio de vida.
y por último debemos considerar a quienes ejercen la prostitución. Entre los primeros
se hallan los clientes. De esta manera, el modelo prohibicionista aboga por el castigo de
todos los sujetos que hacen posible la prostitución: proxenetas no coercitivos, clientes y
prostitutas (*)
Se usa el femenino debido a que, como indica la Resolución del Parlamento Europeo de 26 de
febrero de 2014, sobre Explotación Sexual y Prostitución y su Impacto en la Igualdad de Género
“la prostitución y la prostitución forzadas son un fenómeno con un componente de género, siendo
la inmensa mayoría de las personas que se prostituyen mujeres y niñas”. Por su parte, la
fundación Scelles afirmó, en un informe publicado en 2012, que el 80% de la prostitución es
femenina. La Resolución del Parlamento Europeo (2014) considera que la prostitución es una
forma de violencia contra la mujer.

Se debe considerar que el modelo expuesto se aplica en casi todos los estados de los
EEUU, con excepción de diez condados del estado de Nevada; de Sudáfrica y de Rusia.
Por el contrario, el modelo abolicionista se diferencia del anterior con relación al
castigo de la persona que ejerce la prostitución. Al ser considerada una víctima, la
prostituta no debe ser criminalizada. El expuesto es el ‘modelo sueco, que se ha
extendido en Europa y por el que ya han optado Noruega, Islandia, Irlanda del Norte y
Francia
El denominado modelo sueco se adoptó en Suecia con la aprobación de la Sex
Purchase Act de 1999. Este país sanciona actualmente al cliente de prostitución con
pena de multa o de prisión de hasta un año (capítulo 6 sección 11 del Código Penal
Sueco). La Resolución del Parlamento Europeo (2014) “considera que una manera de
luchar contra el tráfico de mujeres y mujeres menores de edad con fines de explotación
sexual y de mejorar la igualdad de género es el modelo aplicado en Suecia, Islandia y
Noruega (el denominado modelo nórdico), que se está estudiando en diversos países
europeos, en el que el delito lo constituye la compra de servicios sexuales” (punto 29).
Por ello, “subraya que no debe penalizarse a las personas que ejercen la prostitución y
pide a todos los Estados miembros que deroguen la legislación represiva contra [tales]
personas” (punto 26). Noruega (2009, sección 202a de su Código Penal, pena de multa
y/o de prisión de hasta 6 meses); Islandia (2009, art. 206 de su Código Penal, pena de
multa o de prisión de hasta un año); Irlanda del Norte (Human Trafficking and Explotation
(Further Provisions and Support for Victims) Bill de 2015 -Bill 26/11-15-que modifica el
Código Penal -sección 64A-y también prevé penas de multa y/o de prisión de hasta seis
meses); o Francia (2016, LOI n° 2016-444 du 13 avril 2016 visant à renforcer la lutte
contre le système prostitutionnel et à accompagner les personnes prostituées (1), que
introduce el castigo en el art. 611-1 de su Código Penal de la solicitud, aceptación u
obtención de servicios sexuales con multas de hasta 1.500 euros -art. 131-13-, llegando
a los 3.750 en caso de reincidencia, y cuyo Consejo Constitucional ha ratificado el 1 de
febrero de 2019, alegando que la gran mayoría de las prostitutas son víctimas de
proxenetismo y de la trata por lo que la medida no es inapropiada para los objetivos
fijados por el legislador de preservar la dignidad humana y mantener el orden público.
En medio de ambos extremos, se encuentra el cuasi-abolicionismo, que ha elegido la
criminalización del proxenetismo no coercitivo, esto es, de aquellos que sacan
rendimientos económicos de la prostitución, pero no penaliza al cliente ni a la
trabajadora sexual.(*)
Este es el modelo español respeto a la prostitución practicada en lugares cerrados
(Maqueda Abreu, 2006, apdo. III), aunque no en la calle, en el que rige un modelo a
caballo entre el reglamentarismo y el prohibicionismo suave.

Las otras dos grandes posturas teóricas son las siguientes:

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a. Regulacionismo o pro-legalización
(*) Los regulacionistas consideran que a quienes ejercen la prostitución deberían
otorgarse derechos fundamentalmente de contenido social, del mismo modo que
sucede respecto a cualquier otro trabajo o servicio ofrecido en nuestras sociedades. En
definitiva, reclaman el reconocimiento de derechos laborales y propios de la seguridad
social de las personas que se prostituyen. Así, sólo se debe criminalizar la prostitución
forzada.

b. Reglamentarismo

Los principios del reglamentarismo son la tolerancia controlada y el apartamiento social.


La prostitución es considerada desde esta perspectiva “un mal necesario que el estado
debe reconocer y regular en bien de la salud, la moralidad y orden público” (Maqueda
Abreu, 2009). Ciertamente, en los inicios de este modelo, que se impuso en Europa a
mediados del s. XIX, dos eran sus características esenciales: “el acotamiento de
espacios para el ejercicio de la prostitución y la identificación permanente de las
prostitutas” (cfr. Villacampa Estiarte, 2012, p. 83). Así, en el presente, la normativa que
reglamenta la prostitución por motivos de seguridad ciudadana lo que persigue es que
esta práctica no se realice en la calle, a fin que que no se vea (p. ej, las ordenanzas
cívicas aprobadas en muchos municipios españoles

Tanto el regulacionismo como el reglamentarismo no abogan por el castigo jurídico-


penal, ni para la prostitución, ni para la persona que ejerce el trabajo sexual. No
obstante que el reglamentarismo busque regular administrativamente los lugares donde
se ejerce la prostitución, y que esta función pueda originar sanciones administrativas, lo
que podría interpretarse como un ‘prohibicionismo suave’ o también como
‘pseudoprohibicionismo’, pues no se dirige directrices al derecho penal con respecto a
la tipificación de las conductas (*)

(*) En el modelo español, a diferencia de los sistemas prohibicionistas puros, la


trabajadora sexual no es sancionada penalmente, pero sí en el ámbito administrativo.

Para sintetizar la controversia e imaginando una escala de más a menos con relación al
castigo penal, encontramos, en un extremo, las posturas prohibicionistas (sanciones
para los proxenetas no coercitivos, los clientes y las prostitutas); a continuación
tendríamos al modelo abolicionista (sanciones para los proxenetas no coercitivos y los
clientes); en tercer lugar tenemos a las posturas cuasi-abolicionistas (pena para los
proxenetas no coercitivos, únicamente); Finalmente, tenemos a los modelos
regulacionista y reglamentarista, cuyo efecto se genera en otras ramas del
ordenamiento jurídico. De todas maneras y con relación al proxenetismo coercitivo, en
estos modelos se originarían consecuencias penales en forma de no criminalización
para los que bajo la figura señalada, hayan participado del fenómeno de la prostitución.

A continuación, analizaremos la legitimidad de los modelos expuestos desde una


perspectiva penal, por lo que indagaremos sobre los fundamentos del castigo para las
conductas cuya criminalización se defiende:

1. La ejercida por la persona que realiza el trabajo sexual.


2. La de los clientes de prostitución.
3. La de los terceros que obtienen rendimientos económicos (proxenetas no coercitivos
en sentido amplio: tercería locativa y rufianismo).

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Presupuestos metodológicos y teóricos

Considerando la diferencia entre delitos mala in se y delitos mala prohibita según los
“criterios de oportunidad jurídica, política o social” observamos en los primeros que no
hay que emplear gran esfuerzo en justificar empíricamente los efectos preventivos de la
pena. El castigo que merecen las conductas que dañan los bienes más esenciales de
una sociedad determinada, o bien convierte en una cuestión irrelevante la necesidad de
fundamentar el castigo basándonos en argumentos de prevención (teorías absolutas),
o bien son ciertas por su naturaleza (teorías relativas). De esta manera, no obstante que
algunos estudios pretenden demostrar la inexistencia de efectos disuasorios de la pena,
considerando que no evita la ocurrencia de (todos los) delitos, otros autores se oponen
al argumento afirmando que ocurriría una tasa de criminal mayor si se suavizaran las
penas o si se hiciera desaparecer el castigo. Por la razón expuesta, parece evidente el
efecto disuasorio absoluto en una mayor o menor medida, considerando a quienes no
se verían amenazados con la pena, como a otros que recurrirían a la venganza privada
(reacciones informales) para hacer justicia.

Por el contrario y con relación a los segundos, se percibe un mayor esfuerzo en


demostrar empíricamente los efectos disuasorios del castigo.. En este otro grupo
(delitos mala prohibita), se encuentran ubicados las conductas periféricas del fenómeno
de la prostitución. No pueden describirse como delitos mala in se, ni su práctica, ni su
consumo, ni sus rendimientos económicos, atendiendo a los distintos tratamientos
jurídicos en naciones muy cercanas, cultural y geográficamente: Alemania es pro
legalización. Por el contrario, Francia es abolicionista. Los que abogan por el castigo
penal de los cliente en el mundo de la prostitución, intentan mostrar estudios que
comprueben que su tipificación es eficaz para acabar con este fenómeno incluyendo la
trata. También observamos la existencia de otra vía de legitimación con respecto a los
delitos mala prohibita utilizando criterios de prevención general positiva o de pedagogía
social. Así, se pretende justificar el derecho penal con el objeto de sensibilizar a la
población sobre la importancia de un determinado bien jurídico (*)

(*) En el ámbito de los delitos societarios, se pone en relieve la función educativa.de


esta vía.
Considerando lo expuesto y pretendiendo sistematizar las razones justificativas de tales
conductas, se aprecian tres grupos argumentativos:
1. Convertir la prostitución en algo inmoral y/o peligroso para la sociedad.
2. Entender la dignidad femenina como un constructo colectivo: se considera que la
prostitución es violencia contra las mujeres
3. Defender que el único modo de terminar con la explotación sexual es aboliendo la
prostitución.

Las dos primeras vías de legitimación pretenden construir un bien jurídico supra-
individual. La tercera posición aspira a tutelar la libertad sexual y la integridad física y
sicológica de las mujeres prostitutas.
Los prohibicionistas se sirven del primer tipo de argumentos (básicamente por razones
de moralidad y salud pública). Por su parte, los abolicionistas y/o los cuasi-abolicionistas
se sustentan en el segundo y tercer argumento (dignidad humana, salud y libertad
sexual).

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Prohibicionismo: identificación de la prostituta como infractora

En 1906 el Journal of the American Medical Association opinó que la prohibición


absoluta de la prostitución constituiría el remedio más apropiado para luchar contra el
enorme problema que representaba enfermedades venéreas en los EEUU,
considerando que los experimentos sobre la regulación de la prostitución en Europa
habían fracasado (*)

(*) que representaba, aparte de una amenaza sanitaria, otra de naturaleza moral, social
y política.

Además, la Sociedad de Profilaxis Sanitaria y Moral (Society of Sanitary and Moral


Prophylaxis), pretendía confrontar a esa lacra social que representaba, además de una
amenaza sanitaria, otra de naturaleza moral, social y política. Partiendo de estos
postulados que siguen latentes en algunos ordenamientos, se debía castigar a todos los
intervinientes en el fenómeno de la prostitución, incluidas las personas que ofrecían los
favores sexuales. (*)

(*) En este sentido, es paradigmática la Sentencia de la Corte Suprema de los EEUU,


(United States v. Bitty) (1908), que caracteriza las vidas de las mujeres que ofrecen sus
cuerpos para practicar sexo con hombres como contrarias “a la moralidad reverente que
es la fuente de todo progreso beneficioso en el mejoramiento social y político”. Por
último, en España, a partir de 1963, se presumía en estado de peligrosidad a “la mujer
pública que termina en una forma de vida antisocial con predisposición al delito dada la
anulación de los valores permanentes de cultura”. Así, era posible imponerle una medida
de seguridad prevista por la Ley de Vagos y Maleantes de 1933.

Más allá de las razones utilitarias de tal criminalización y desde la concepción liberal del
derecho penal que debe centrarse en el individuo y orientarse a la protección de sus
libertades básicas, el primer filtro que todo delito ha de superar para fundamentar su
punición, es la existencia de una antijuricidad material, de lesividad

“La idea de la lesividad social fue acuñada por el liberalismo ilustrado, y lo que con ello
se pretendía era establecer una clara frontera entre las acciones que conllevaban un
daño real para las condiciones esenciales sobre las que se asentaba la comprensión
liberal de la sociedad y las acciones que constituían meras desviaciones de la moral
colectiva, sin relevancia intersubjetiva y social”. Alcácer Guirao, 2002

o sea, de un objeto merecedor de la tutela penal. De esta manera, el postulado que


defiende la exclusiva protección de bienes jurídicos adolece de muchas carencias para
determinar que bien merece protección por considerarse valioso. Una razón de aquello
es que se limita mucho menos factores de los que se pretende. Otra razón importante
es que existe un sólido principio que establece que se debe vetar al derecho penal que
ampare intereses meramente morales, aunque esta circunstancia suceda de facto en
muchas ocasiones. (*)

(*) “La idea de dañosidad social se halla especialmente marcada por su finalidad
coyuntural: concretamente, la de excluir del ámbito jurídico-penal los hechos meramente
inmorales” Mir Puig, 2015 .

Es muy importante conceptualizar que los sentimientos personales de pudor, decencia


o moralidad no pueden constituir per se un objeto digno de protección en una sociedad
pluralista. Según este concepto podemos establecer que no puede imponerse al
individuo una determinada regla de moralidad, por más que sea aceptada y practicada

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por la mayoría de la comunidad a la que pertenece, a menos que su quebrantamiento


lesione o ponga en peligro bienes jurídicos de otra índole (*)

(*) El principio de exclusiva protección de bienes jurídicos no es de mucha utilidad a la


hora de establecer qué bienes merecen tutela penal y cuáles no. A saber, la tarea más
difícil no consiste en encontrar bienes protegibles, sino en decidir cuáles de los
previamente configurados (medio ambiente, seguridad en el tránsito, sistema
económico, etc.) son de tal entidad que su protección mediante el Derecho Penal es
legítima (en este sentido, Silva Sánchez, 2012, indica que “el tema de nuestro tiempo
no es (…) la construcción de una teoría del bien jurídico, sino, más bien, de una teoría
del bien jurídico penalmente protegido”; Feijóo Sánchez, 2007, afirma que la teoría del
bien jurídico “sólo puede aportar información sobre qué proteger pero no sobre cómo,
cuándo y hasta dónde proteger ese objeto de tutela”; y Alcácer Guirao, 2003, opina que
“el concepto de bien jurídico no es, por sí solo, un instrumento adecuado para delimitar
lo merecedor de protección penal, sino que son otros factores, ético-políticos,
pragmáticos, etc. los que deben regir la decisión”. Ahora bien, al menos, el principio de
exclusiva protección de bienes jurídicos sirve para determinar que “el bien jurídico ha de
constituir un límite al castigo de la inmoralidad en los sistemas democráticos” (Vives
Antón, 2006; Díez Ripollés, 1997).
“La idea de dañosidad social se halla especialmente marcada por su finalidad
coyuntural: concretamente, la de excluir del ámbito jurídico-penal los hechos meramente
inmorales” (Mir Puig, 2015; Alcácer Guirao, 2002; Silva Sánchez, 2012)
“La referencia al bien jurídico no evita que las leyes protejan exclusivamente
determinadas opciones ideológicas, religiosas, morales o políticas” Feijóo Sánchez,
2007, puesto que existen “muchos ejemplos en el Derecho vigente en los que las
normas tienen que ver con la corrección política”. Por tanto, no hay que confundir la
vertiente positiva del bien jurídico con su vertiente axiológica (Alcácer Guirao, 2002).
“Es tan perjudicial, o aún más, la coacción impuesta de acuerdo con la opinión pública
que la que se ejerce en contra de ella” Vives Antón, 1995.
Conjuntamente con la cuestión de la moralidad (*), (*) Según la campaña del grupo ruso
Silver Rose, la Iglesia Ortodoxa Rusa a menudo describe el trabajo sexual como “una
manifestación de la decadencia moral de la sociedad”, también se alegan razones de
salud pública desde inicios del siglo pasado. La razón alegada es la protección de la
salud de la población mediante la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Mediante esta razón la sociedad pretende erradicar un foco que propicia este tipo de
afecciones Por otro lado, pretender limitar la libertad de la ciudadanía imponiendo un
castigo penal para situaciones autopuestas en peligro es a todas luces ilegítimo, según
los conceptos del derecho penal liberal. Los estados democráticos “han de tener como
finalidad esencial la de garantizar a cada ciudadano la posibilidad de conducir su vida
de modo autónomo” (Silva Sánchez, 2012). Según este concepto, un estado
democrático no puede amenazar con una sanción penal al comportamiento de una
persona que resulte lesivo para su propia salud, aunque esta situación ocasione daños
económicos y sociales a la misma persona. En este caso nos encontraríamos frente a
un paternalismo incompatible con la libertad y libre desarrollo de la personalidad del
ciudadano, los que se encuentran consagrados en las diversas constituciones liberales
y también en los tratados sobre derechos humanos. Estas concepciones dogmáticas se
fueron desterrando de los ordenamientos penales europeos desde el nacimiento de las
constituciones del siglo XIX. Desde la perspectiva de la salud colectiva, los actos de
libertad individual que generen o puedan generar daños sobre el individuo que ha
incurrido en conductas particulares, que tengan consecuencias para la sociedad (gastos
médicos y de seguridad social estatal), pertenecen a otras ramas del ordenamiento
jurídico (conjuntamente con otros mecanismos no formales de prevención), los mismos
que deberían usarse apropiadamente para su regulación y respectiva disuasión. Con
respecto a la prostitución y en aras a evitar enfermedades de transmisión sexual, serían

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legítimos el modelo reglamentarista, el modelo pro-legalización o por último un modelo


mixto. No sería aplicable el modelo prohibicionista ni tampoco el abolicionista, los que
en mayor o menor medida recurren al castigo penal de aquellos que se encuentren
dentro del sistema de la prostitución.
En las épocas actuales, no habiéndose abandonado los argumentos señalados, la razón
de peso para defender los modelos propuestos es que tienden a disminuir el tamaño del
mercado de la prostitución. Como consecuencia reducen el tráfico de personas y la
violencia contra quienes venden los servicios sexuales. Apoyar al modelo prohibicionista
tiene el potencial de reducir el daño sobre las trabajadoras sexuales, mediante el
concepto de que la criminalización desincentiva a los usuarios del servicio y disminuye
la demanda del trabajo sexual empeorando el negocio en contra del interés de los
traficantes, con la meta final de reducir el tráfico de personas.
Si primordialmente se pretendiera proteger a las personas que ejercen la prostitución,
hacerlo mediante su conversión a delincuentes es un sinsentido. Pretender que una
persona tenga a la vez el rol de autor y de víctima con relación a un mismo hecho, es
una contradicción insalvable para un criterio lógico que se desarrolle en el ámbito del
derecho penal liberal, que debe situarse siempre orientado al individuo. Precisamente,
el principio esencial que debe guiar a los estados es el libre desarrollo de los individuos,
sin trabas a su expresión. Siempre se debe proteger a los ciudadanos mediante el
castigo de conductas dañinas realizadas por terceros, pero no se les debe salvar de sí
mismos.
Si lo que se pretende es terminar con la demanda, sería suficiente con castigar al
consumidor, siguiendo las pautas del modelo abolicionista. Los defensores del
prohibicionismo no aportan los sustentos que avalen el concepto de que el castigo del
oferente de los servicios sexuales aumenta la prevención.
Además de considerar la inexistencia de un objeto de protección merecedor de tutela
penal, han de ser también tomadas en consideración las siguientes consecuencias
injustas,, a fin de encontrar el sustento adecuado para desechar el modelo
prohibicionista:
1. El castigo agrava la marginalidad.
2. La penalización implica la estigmatización de un colectivo, ya de por sí
suficientemente
estigmatizado.
3. La represión puede ser selectivamente usada en un sentido racista.
4. La represión puede crear condiciones peligrosas en las que las personas que se
prostituyen
deban conspirar con los clientes y los proxenetas para esconderse de la
persecución penal.

En definitiva, parece que el modelo prohibicionista no presenta ninguna ventaja

Abolicionismo: conversión del cliente en criminal

Una importante corriente feminista (radical) aboga por el modelo abolicionista


considerando que es dable hablar de una verdadera prostitución libre o voluntaria,
debido a que su práctica constituye siempre un acto producto del sometimiento y de la
dominación del hombre. Según este pensamiento la prostitución es considerada una
forma de imponer a la mujer la sexualidad masculina. Por lo tanto, se convierte en un
símbolo de la violencia machista y en una forma de esclavitud sexual. Desde esta
perspectiva se niega que la prostitución pueda ser libre y no se da valor a la elección
voluntaria de su ejercicio. Permitir la comercialización del sexo implicaría, por

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consiguiente, el desconocimiento hipócrita que pretende ignorar que la prostitución en


sí, es una agresión contra la mujer y juega un importante papel en la subordinación
general de las mujeres en la sociedad, dejando desprotegidos sus derechos humanos
más básicos. Según esta línea de pensamiento se establecería que no existe el derecho
a prostituirse y que el consentimiento de las mujeres a disponer de su sexualidad no es
válido. Los defensores de este pensamiento consideran, además, que la prostitución
constituye una afrenta a la solidaridad entre las mujeres. Por lo tanto, la dignidad de las
mujeres prostitutas deja de ser concebida sólo como un valor individual, para
convertirse, también, en un concepto colectivo
Junto a estos juicios normativos (o de deber ser) mediante prescripciones éticas (juicios
normativo-éticos), los que no son susceptibles de ser verificados o falseados, se añaden
los juicios descriptivos (o del ser). De esta manera, el discurso abolicionista también
realiza un análisis positivo que depende de la realidad y que es susceptible de ser
verificado o falsado. A continuación se explica el proceso lógico: Se afirma que la gran
mayoría de la prostitución es forzada a serlo. Para probar este axioma de citan las cifras
absolutas del porcentaje de las víctimas de las mafias dedicadas a la trata y/o de los
proxenetas. También se puede afirmar que quienes ejercen la prostitución, no tienen
posibilidad de optar por otra elección: muchas han sufrido abusos sexuales en su
infancia, presentan traumas sicológicos y son pobres; en conclusión, son especialmente
vulnerables. Por último, se debe considerar a su práctica como extremadamente
peligrosa. El resultado de estas afirmaciones, (algunas no son sometidas a prueba, otras
poseen importantes atributos empíricos, conceptuales y argumentativos que se
consideran en los estudios que las validan. Ésta es la ‘presunción de involuntariedad’
sobre la práctica de la prostitución: se considera que nadie en su sano juicio optaría por
ejercer voluntariamente este oficio. Rubin llama a este proceso ‘teoría del lavado de
cerebro’. Kulick califica al asunto como la ‘política del ahhjjj’, haciendo referencia a la
común expresión de asco. Así, concurre las razones que alimentan un falso empirismo,
en el que los propios valores y vivencias acaban imponiéndose a costa de los de los
factores principales. Pons i Antón afirma: “La deducción es fruto, posiblemente, de una
incorrecta aplicación del método empático. En vez de ponerse en el lugar de la prostituta
a partir de sus vivencia y valores, los especialistas se colocan en su lugar utilizando sus
propios valores y creencias”.
Como resultado de la evolución de la línea de pensamiento abolicionista obtenemos las
siguientes premisas:
1. La práctica de la prostitución no está disponible para nadie.
2. La práctica de la prostitución no es voluntaria.

Los argumentos valorativos y descriptivos empleados para llegar a las dos conclusiones
anteriores fueron construidos sobre datos empíricos. De esta manera se puede afirmar
que la prostitución no es voluntaria apoyándose en una prueba directa basada en la tasa
del trabajo sexual que se califica forzado (presunción de involuntariedad directa o iuris
et de iure). La prueba indirecta que se basa en las características de las mujeres que se
prostituyen: pobres, marginadas y maltratadas, y de la prostitución en sí (actividad
altamente peligrosa (presunción de involuntariedad indirecta o iuris tantum) refuerza
junto al primer argumento la finalidad perseguida: el castigo del cliente. Se debe analizar
los dos tipos de argumentos usados por la tendencia abolicionista para fundamentar el
castigo al cliente. Utilizaremos criterios valorativos y descriptivos con el fin de
comprobar la veracidad y legitimidad, tanto de las premisas que se utilizan como
sustento como de la finalidad que se persigue.

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JURISPRUDENCIA NACIONAL
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA SALA PENAL PERMANENTE
RECURSO DE NULIDAD 1659-2018, HUÁNUCO
El caso trata del recurso de nulidad interpuesto por el encausado Eflín Córdova Díaz
contra la sentencia que lo condenó como autor del delito contra la libertad-proxenetismo,
en la modalidad de favorecimiento a la prostitución, en agravio de la menor de iniciales
G. M. V. P., a siete años y cuatro meses de pena privativa de libertad, dispuso su
tratamiento terapéutico y fijó la reparación civil en S/ 2000 (dos mil soles), considerando:
El hecho inicia el 13 de junio del 2012, el Ministerio Publico realiza un operativo en el la
discoteca El Aguajal -ubicada en el jirón Jorge Chávez sin número, de la ciudad de
Aucayacu, en el distrito de José Crespo y Castillo, provincia de Tingo María, Huánuco,
donde se encontró a la menor de iniciales G. M. V. P., de trece años de edad, desnuda,
quien se disponía a tener relaciones sexuales con Jhon Anderson Moreno Salas.
Asimismo, la agraviada, en presencia del representante del Ministerio Público y de su
madre, Doraly Pinchi Rojas, aceptó haber llegado a El Aguajal el día anterior a la
intervención y haber sostenido relaciones sexuales con cinco personas a cambio de una
contraprestación económica. El local era administrado por el procesado recurrente Eflín
Córdova Díaz. Así se concluye de la revisión de las testimoniales de Diacoris Dafonseca
Sampayo y Ana Muriel Renfigo Mozombite, meretrices del referido establecimiento,
quienes a nivel judicial declararon que el encargado de recibir a las trabajadoras y pedir
los documentos de estas era el procesado Eflín Córdova Díaz, quien además cobraba
la entrada al local, así como el uso de los cuartos.
Sin embargo, el procesado, solicita la absolución de los cargos imputados, refiriendo
que la agraviada ingresó y trabajó en El Aguajal de manera voluntaria; que el certificado
médico legal concluyó que aquella presentó desfloración antigua, sin signos de lesiones
extragenitales ni paragenitales recientes, por lo que la desfloración fue previa a los
hechos; que no existe pericia psicológica que determine una afectación emocional en la
menor; y que no actuó con engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad u otro medio
para someter a la agraviada. La menor le dijo que tenía dieciocho años de edad y que
había olvidado sus documentos, induciéndolo a error, tanto más si era alta y de
contextura gruesa.
Pero de acuerdo a las declaraciones de dos de las trabajadoras de aquel local lo
reconocieron como el encargado de recibirlas, pedirles su identificación y cobrar el
acceso de los potenciales clientes, a quienes además les entregaba preservativo y la
manifestación de Nerio Ponce Ponce, cantinero del referido local; incluso les proveía de
alimentos antes de iniciar el trabajo sexual. Además, aunque no se determinó que el
sujeto activo conociera la edad exacta de la víctima, sí se acreditó que aquel sabía de
su minoría de edad, pues en su manifestación rendida a nivel preliminar, en presencia
del representante del Ministerio Público y de su abogado defensor, declaró que se
entrevistó con la menor, consultándole sobre el permiso de su mamá; incluso le replicó
que no quería tener problemas con la policía ni con su familia, especificaciones que no
hubiera tenido que efectuar si hubiera pensado que aquella contaba con mayoría de
edad. Esto no es relevante para la configuración del tipo penal, que se acredita con los
actos de favorecimiento a la prostitución, sino para la concurrencia de la agravante del
inciso 1 del artículo 179 del Código Penal, referido a la colaboración de actos de

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prostitución de un menor de edad. El delito de favorecimiento a la prostitución, previsto


por el artículo 179 del Código Penal, sanciona a quien coadyuva,
colabora, asiste o presta cooperación en el ejercicio de la prostitución. El agente
promueve la prostitución creando las condiciones necesarias para la actividad sexual.
Aquí la víctima ya se dedica a esta actividad y lo que hace el agente es facilitar el
desarrollo de tal oficio, allanando obstáculos, buscando los clientes o quizá prestando
el inmueble donde la persona atiende a sus usuarios ocasionales. En definitiva, es un
tipo de delito de corrupción sexual cuyo móvil suele ser lucrativo.
Finalmente, la corte declaró NO HABER NULIDAD en la sentencia que condenó a Eflín
Córdova Díaz como autor del delito contra la libertad- proxenetismo, en la modalidad de
favorecimiento a la prostitución, en agravio de la menor de iniciales G. M. V. P., a siete
años y cuatro meses de pena privativa de libertad, dispuso su tratamiento terapéutico y
fijó la reparación civil en S/ 2000 (dos mil soles). Hágase saber a las partes personadas
en esta Sede Suprema, y los devolvieron.
Cabe indicar que la presente jurisprudencia se considera al agresor culpable, pese a
que había indicios que la menor no fue constreñida ni inducida para ello; es decir, habría
actuado por su voluntad, lo cual fue irrelevante para los magistrados, pues en el caso
sopesó que el agresor tuvo conocimiento que era menor de edad y que era el facilitador
para que la menor se prostituya.
EXTRANJERA: CORTE CONSTITUCIONAL DE LA REPUBLICA DE COLOMBIA:
SENTENCIA SU-476/97
El caso trata de que demandante solicita la protección de sus derechos fundamentales
a la vida, a la integridad e intimidad personal y familiar; a la vivienda digna, al del medio
ambiente sano, a la paz y de petición, supuestamente vulnerados por la omisión de las
autoridades demandadas del Distrito Capital de Santafé de Bogotá por la autorización
del funcionamiento de prostíbulos.
Los hechos son que el demandante afirma que años atrás, la Alcaldía Menor de
Chapinero autorizó a lo largo de la carrera 15 entre calles 72 y 100, -Barrio el Chicó- el
funcionamiento de una gran cantidad de negocios dedicados a la prostitución, al
desnudismo y al expendio de licores, que con el tiempo han propiciado el surgimiento
de graves problemas de orden público (presencia de atracadores, prostitutas, travestis,
vendedores de droga, espectáculos de violencia y escándalos de tipo erótico sexual,
etc.), con el consecuente deterioro de la calidad de vida del sector, mayoritariamente
residencial. Ante ello, los vecinos solicitaron formalmente la colaboración de las
autoridades con el fin de controlar y erradicar el problema, para lo cual elevaron las
correspondientes peticiones a la Alcaldía local de Chapinero y a la Alcaldía Mayor de
Santafé de Bogotá, e incluso, al director general de la Policía Nacional, “sin que se
hubiesen observado mayores acciones de las referidas autoridades en auxilio de los
vecinos”. En respuesta a la nueva petición elevada por el demandante, la asesora
jurídica de la Alcaldía Local de Chapinero expidió la resolución N° 046 de 1996, por
medio de la cual se prohibió el ejercicio de la prostitución y el travestismo en la zona, lo
cual, a su juicio, no ha tenido efectiva aplicación.
La actuación judicial en primera instancia el Tribunal Administrativo de Cundinamarca
decidió conceder la tutela impetrada por el demandante, por considerar que las medidas
adoptadas por la Administración local, tendientes a erradicar el problema de orden
público, no fueron suficientes. Estima el Tribunal que, si bien la Alcaldía Mayor de
Santafé de Bogotá y la local de Chapinero han procedido a la expedición de algunos

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actos administrativos destinados a controlar el problema de las calles afectadas, la


función que la Constitución y las Leyes les asignan como garantes del orden público,
exige de ellas su completa preservación. Mediante apoderado judicial, el Distrito Capital
de Santafé de Bogotá impugnó la decisión emitida por el Tribunal Administrativo de
Cundinamarca, por considerar que no es la inactividad de la Administración Municipal,
primera interesada en resolver el conflicto, sino la complejidad del problema social
gestado en el barrio del Chicó, la causa fundamental de que el orden público no se
hubiese podido controlar con la eficacia debida. Estima que la decisión judicial es una
“intromisión” de la función jurisdiccional en la administrativa, y que la tutela, como
mecanismo de defensa de los derechos fundamentales, no procede para la protección
de aquellos que sólo tienen rango legal, o para el cumplimiento de leyes, decretos o
reglamentos. Advierte que, a pesar de las medidas adoptadas por la Administración y la
policía en cooperación con los vecinos, la conservación del orden público implica por sí
misma que deban respetarse los derechos mínimos de quienes practican la prostitución
y el desnudismo, y que dicha tensión de derechos dificulta una solución inmediata.
Asegura que las peticiones de los solicitantes sí han sido respondidas, y que a la luz del
actual ordenamiento constitucional, no está entre las facultades de las autoridades de
policía ordenar retenciones, capturas o detenciones por la práctica de la prostitución.
En segunda instancia, el Consejo de Estado, revocó la decisión de primera instancia.
Estimó que las autoridades capitalinas ante las que el actor y sus coadyuvantes
dirigieron sus peticiones, expidieron las respectivas respuestas en lo atinente a las
medidas por adoptar con el fin de controlar y erradicar el problema de orden público
patente en la zona del Chicó, y que por lo tanto, el derecho de petición de los primeros
no había sufrido desmedro.
Finalmente, la Corte decide que ante la situación de alteración constante del orden
público en la zona comprendida entre las carreras 11 y 15, entre calles 94 a 100 del
barrio el “Chicó” de Santafé de Bogotá, objeto de la presente tutela, y dada la negligencia
de las autoridades en hacer cumplir estrictamente las normas vigentes sobre la materia,
la Corte tutelará los derechos fundamentales a la intimidad personal y familiar, a la
tranquilidad, a la seguridad, al libre desarrollo de la personalidad y a vivir dignamente,
del actor y los coadyuvantes. En consecuencia, ordenó al alcalde Mayor de Santafé de
Bogotá, al alcalde Local de Chapinero y a las autoridades de policía del orden nacional
y distrital, dar estricto cumplimiento a las normas sobre orden y moral públicos y sobre
seguridad ciudadana y, por consiguiente, que procedan de inmediato a suspender en
ese sector todas las actividades que constituyan violación o amenaza contra los
derechos constitucionales fundamentales mencionados en esta providencia. Conviene
precisar que tales actividades son, básicamente, el ejercicio irrazonable y
desproporcionado de la prostitución y el travestismo, la prostitución infantil, el
exhibicionismo, el acoso sexual a transeúntes y vecinos del sector, la ejecución de actos
eróticos en lugares públicos, la agresión de palabra o de hecho a terceras personas, los
atentados contra la decencia pública, el expendio y consumo de licor y de drogas
alucinógenas en plena vía pública, las amenazas o atentados directos contra la
integridad personal de residentes y transeúntes, las riñas callejeras, los atracos, el porte
ilegal de armas de diverso tipo, entre otras. La persistencia en la comisión de estos
hechos debe, obviamente, traducirse en el desalojo de los responsables de la zona.
Asimismo, ordenó a las mismas autoridades impedir el establecimiento de nuevos
lugares destinados a la prostitución y al expendio de drogas alucinógenas en el sector,
así como también adelantar un control sobre los locales ya existentes para determinar
la legalidad de su funcionamiento, de conformidad con las reglamentaciones que sobre
el particular se hayan dictado y se encuentren vigentes.

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Como se observa en la jurisprudencia de Colombia, la Corte priorizó los derechos


fundamentales del colectivo de una población, ya que el ejercicio de la prostitución se
había desarrollado de manera descontrolada afectando a los ciudadanos. Sin embargo,
la Corte no pretende desconocer el derecho al
libre desarrollo de la personalidad que tienen las prostitutas y travestidos en cuestión.
En modo alguno ignora que las actividades de la prostitución y el travestismo en sí
mismas no están prohibidas y, por tanto, no son ellas objeto de esta tutela. Asimismo,
advierte que ambas pueden ejercerse, pero no de manera irrazonable y
desproporcionada, sino dentro de unos parámetros mínimos que no afecten el ejercicio
de los legítimos derechos de terceros, de tal suerte que trasciendan el ámbito de la
intimidad personal y familiar de personas ajenas a tales comportamientos y que,
además, los repudian. Con lo expuesto, concluyo que el sistema jurídico de Perú y
Colombia no distan mucho en similitud de sus ordenamientos jurídicos, puesto que
también en el Perú no esta prohibido la prostitución, pero si se sanciona el proxenetismo,
tal como se ha desarrollado en el presente trabajo.

CONCLUSIONES

1. Los delitos de favorecimiento a la Prostitución, Rufianismo y Proxenetismo, van


a servir para remarcar las diferencias y similitudes que existen tanto entre ellas
como frente al delito de Trata de Personas, así como para poder determinar las
consecuencias de tal indefinición. De este modo, la repercusión principal es que
los jueces opten por la aplicación de estos delitos aun cuando originalmente la
investigación fiscal e incluso judicial se haya formalizado e iniciado por el delito
de Trata. Esto ocasiona, a su vez, que la escala de la pena sea menor y se avale
cierta impunidad.

2. A diferencia de otros tipos penales, en el proxenetismo, el agresor debe


intervenir directamente en la comercialización sexual de la víctima, a quien
precedentemente captó para que se entregue sexualmente a terceros a cambio
de dinero. Él o la proxeneta usualmente tiene un plan delictivo en forma
progresiva, durante los actos de enamoramiento, engaño o seducción de la
víctima, y posteriormente utiliza ese acercamiento afectivo y la empatía de la
víctima para entregarla a otro, esto con la finalidad de que tenga relaciones
sexuales con este. La normativa no precisa si la entrega a otro es forzada o
fraudulenta, sin embargo, el hecho de inducir a una persona para que realice
tales actividades es similar a la situación de captación regulada por la Trata.

3. Las diferencias entre proxenetismo y tráfico de migrantes, es que el


proxenetismo viene a ser la persona que ofrece los servicios de otra persona
para que tenga relaciones sexuales a cambio de ello reciba un pago, es decir se
lucra a base de las mujeres, y tráfico de migrantes es uno de los riesgos para
cruzar las fronteras por busca de trabajo o un futuro, los traficantes cobran por
adelantado en este tipo de negocio ilegal.

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4. En el Perú, la prostitución no es un delito, ya que no se pueden desconocer los


derechos y libertades individuales de las prostitutas; no obstante, es penado en
otras formas de explotación sexual, dentro de ello se considera el favorecimiento
a la prostitución expuesto en el Artículo 179 y el proxenetismo expuesto en el
Artículo 181 de la Ley 28251 necesitan ser aplicadas de manera concreta, sin
dejar vacíos para doble interpretación o para que se busque otro sentido de
interpretación y la norma pierda eficacia o funcionalidad de las mismas.

5. Podríamos plantear como una alternativa complementaria al hecho de la


criminalización que ahora tiene el proxenetismo, el buscar vías a nivel de la
educación, a nivel de la actividad en el entorno familiar y la participación
ciudadana. La policía realiza intervenciones a veces en zonas muy acomodadas
de la ciudad donde encuentra repentinamente la presencia de prostíbulos
clandestinos, el acceso de jóvenes, la captación de los inmigrantes. Estas
intervenciones no surten el efecto deseado debido a la amplia corrupción en el
sistema y por el contrario prolifera cada día más ya que se ha constituido en una
actividad muy lucrativa. Es sabido que el derecho penal no va a poder cumplir
ese rol preventivo si no se complementa con otras políticas sociales. Se debe
generar políticas públicas que tienen que ofrecer espacios de información, de
educación. Si el derecho penal que obviamente tiene represiones severas no se
acompaña de políticas de largo alcance y difusión con algún tipo de programas
de acercamiento a la población, difícilmente vamos a poder prevenir y sobre todo
erradicar de forma ostensible y paulatina este grave flagelo que azota nuestra
sociedad. La agenda del Estado debe incluir un amplio abanico de alternativas
que pase por fortalecer el acceso a la educación, por desarrollar mecanismos de
supervisión efectiva y el acompañamiento de la mujer.

Bibliografía
➢ SALA PENAL PERMANENTE RECURSO DE NULIDAD N.° 1659-2018
HUÁNUCO, véase en https://img.lpderecho.pe/wp-content/uploads/2020/11/RN-
1659-2018-Huanuco-LP.pdf
➢ CORTE CONSTITUCIONAL DE LA REPUBLICA DE COLOMBIA: SENTENCIA
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➢ Proxenetismo – Artículo de Wikipedia (2021) Recuperado de:
https://es.wikipedia.org/wiki/Proxenetismo

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contextos de prostitución - Ixchel Yglesias – México (2014) Recuperado de:
http://www.endslavery.va/content/endslavery/es/publications/youth_symposium
2014/proxenetas.pdf

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➢ Prostitución: ¿qué castigar? Trabajadoras, burdeles, rufianes y clientes”,


Mariona Llobet A. Nuevo Foro Penal, 92, (2019) Recuperado de:
https://publicaciones.eafit.edu.co

➢ Gavilán Rubio, Maria. (2015). Delitos relativos a la prostitución y a la trata de


seres humanos con fines de explotación sexual. Algunas dificultades en la fase
de instrucción. Anuario Jurídico y económico escurialense. XLVIII. Pág. 103-130.

➢ -Sala Penal Permanente. Recurso de nulidad Nº1659-2018- HUANUCO

➢ -Coalition, Abolition, Prostitution.(2017), La ley francesa del 13 de abril de 2016


para reforzar la lucha contra el sistema prostitucional y apoyar a las personas
prostituidas. pág. 1-42. Recuperado: http://www.cap-international.org/wp-
content/uploads/2017/06/CAP-brochure-MAi2017esV3.pdf

➢ -Montoya Vivanco, Yván. (2012). Manual de capacitación. Para operadores de


justicia durante la investigación y el proceso penal en casos de trata de personas.
Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontifica Universidad
Católica del Peru (IDEHPUCP).

➢ Manual de capacitación. Para operadores de justicia durante la investigación y


el proceso penal en casos de trata de persona Disponible en
https://idehpucp.pucp.edu.pe/images/publicaciones/manual_capacitacion.pdf

➢ Vásquez, A. (2016). Guía de Técnica Legislativa para elaboración de Proyectos


Normativos de las Entidades del Poder Ejecutivo. Disponible en
https://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2016/07/MINJUS-DGDOJ-Guia-
deTecnica-Legislativa-3era-edici%C3%B3n.pdf

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