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PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA

Trabajo Final de Máster


Curso Académico 2019/2020
TÍTULO: TRATA DE PERSONAS CON FINES DE
EXPLOTACIÓN SEXUAL

Autor: Gema Palomares Alguacil


Tutor: María Lorena Sales Pallarés

Facultad de Ciencias Sociales de Cuenca | Avda. de los Alfares, 44 | 16.071–CUENCA


Teléfono (+34) 902 204 100 | Fax (+34) 902 204 130
Índice

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 2
CONTEXTUALIZACIÓN ................................................................................................................... 3
MARCO LEGAL ............................................................................................................................. 10
Mecanismos internacionales................................................................................................... 11
Legislación europea................................................................................................................. 19
Legislación española................................................................................................................ 29
TRATA DE MUJERES CON FINES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL ........................................................ 40
¿Por qué los hombres consumen prostitución? ..................................................................... 42
Ordenanzas municipales como posible solución a la prostitución callejera ........................... 46
SISTEMAS A FAVOR Y EN CONTRA DE LA PROSTITUCIÓN ........................................................... 51
Sistema reglamentarista ......................................................................................................... 52
Sistema abolicionista............................................................................................................... 53
Sistema prohibicionista ........................................................................................................... 55
RAZONES PARA NO LEGALIZAR LA PROSTITUCIÓN ..................................................................... 57
INTERVENCIÓN CON VÍCTIMAS DE TRATA .................................................................................. 58
Intervención psicosocial .......................................................................................................... 59
Protocolos autonómicos ......................................................................................................... 65
CONCLUSIONES ........................................................................................................................... 69
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................. 72
INTRODUCCIÓN

La trata de personas está considerada como una de las formas más graves de violación de
los derechos humanos fundamentales que atenta, principalmente, contra la seguridad
humana y contra la del propio Estado (APRAMP, 2011). La trata es un negocio ilícito
que debido a su carácter clandestino es difícil de cuantificar, por lo que las cifras que se
tienen no son ajustadas, sino que se cree que son muy inferiores a la realidad. La cifra
más relevante que se ha encontrado es que la trata de personas compite económicamente
a nivel mundial con el tráfico de drogas y el tráfico de armas (UNODC, 2009).

En concreto, la trata con fines de explotación sexual se considera violencia de género


porque está basada en las desigualdades entre hombres y mujeres y en la falta de igualdad
de oportunidades. Además de dirigirse en mayor medida a mujeres y niñas, éstas son
tratadas como simple mercancía dentro de un sistema capitalista dónde todo se puede
comprar y vender. La trata de personas con fines de explotación sexual ha aumentado
considerablemente en los últimos años, debido a que ha aumentado la demanda del
comercio sexual, por lo que se ha ligado la trata con la prostitución forzada. También es
una actividad que se da de forma clandestina y en diferentes contextos por lo que es difícil
conocer su alcance (APRAMP, 2005). Es importante conocer la posición que ocupa
España en cuanto al consumo de prostitución. En Europa, es el primer país destino para
el comercio sexual; y a nivel mundial, el tercero, por detrás de Tailandia y Puerto Rico.
Se considera que en España el 39% de población masculina ha sido o es consumidor de
prostitución. Comúnmente se habla de 4 de cada 10 hombres (APRAMP, 2011).

El interés sobre la temática del presente trabajo nace tras mi propia actuación de
voluntariado en la ONG Médicos del Mundo en su proyecto de intervención psicosocial
con mujeres víctimas de la explotación sexual. Este documento tiene como objetivos
contextualizar la problemática de la trata de seres humanos y la explotación sexual,
además de hacer un repaso del marco legal, tanto internacional como europeo como
nacional. Se exponen también los sistemas que hay tanto a favor como en contra del
ejercicio de la prostitución. Y, por último, se hace mención a la importante intervención
con las víctimas, que no siempre se da en los términos esperado.

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CONTEXTUALIZACIÓN

En las dos últimas décadas estamos asistiendo a un aumento de las migraciones


internacionales por lo que se han establecido nuevas regulaciones y nuevas dinámicas
políticas. Los flujos migratorios han cambiado en tanto que han aumentado y que son
diferentes a los considerados como flujos tradicionales, es decir, se llevan a cabo de
formas diferentes. Se ha incrementado el flujo migratorio clandestino, por lo que los
Estados trabajan en incrementar medidas para controlar esta movilidad. Esta evolución,
podría llamarse, afecta directamente al delito de trata de seres humanos (García, López,
Hernández y Mena, 2011).

La trata de personas, por sus características, puede identificarse como una forma de
esclavitud. La esclavitud, tal y como la conocemos en épocas pasadas es diferente a la
que se da en la sociedad actual. Ya no es una situación que puede verse e identificarse
claramente, sino que pasa por delante de nosotros totalmente invisibilizada y de forma
clandestina por lo que es complicado reconocerla y aún más, cuantificarla para conocer
su alcance y sus consecuencias. Por ello, puede decirse que es una forma antigua de
esclavitud que se ha redefinido en la era actual de la globalización y el capitalismo, ya
que los grupos delictivos actuales no han dudado en sacar rédito económico y transformar
la nueva realidad para este fin (Torres, 2016).

En noviembre del año 2000 tiene lugar en Palermo, en Italia, la Convención de la


Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra la delincuencia organizada
trasnacional y se crea el ‘’Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de
personas, especialmente mujeres y niños’’, conocido como Protocolo de Palermo. La
necesidad de esta convención radica en que si la delincuencia atraviesa fronteras también
es necesario que las leyes lo hagan y que los únicos instrumentos que se tengan para
combatir el delito no sean los nacionales, sino que se necesita de un marco legal que sea
compartido por diferentes territorios. Puede considerarse como el primer instrumento
universal que se centra en abordar la mayoría de los aspectos que rodean a las víctimas
de trata. Establece unas normas mínimas, que luego deben ser complementadas por cada
Estado, a saber, medidas para prevenir la trata, sanciones para los traficantes y medidas
para proteger a las víctimas. Los Estados participantes entienden que para luchar por la
erradicación de la trata de personas debe existir colaboración entre los países de origen,
de tránsito y de destino (ONU, 2004).

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En el Protocolo de Palermo aparece la definición de trata de personas en el artículo 3 que
se toma como referencia desde entonces y nos dice que:

‘’Por ‘trata de personas’ se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o


la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de
coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de
vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.
Esta explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras
formas de explotación sexual, trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas
análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.’’ (Protocolo para
prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de mujeres y niños, art.
3, p. 3 y p. 4).

Los propósitos del Protocolo de Palermo pueden resumirse en tres. Por un lado, pretende
prevenir la trata haciendo especial hincapié en las mujeres y niños, al ser más vulnerables.
Además, promueve la protección de las víctimas, siempre respetando sus derechos. Por
último, promueve la cooperación entre los Estados parte para lograr los objetivos que se
plantean (APRAMP, 2011).

En dicho Protocolo puede extraerse que la trata de personas se define mediante la


combinación de tres elementos constitutivos: la acción típica, los fines de explotación y
la utilización de medios coercitivos para conseguirla. Así mismo, como se establece en el
artículo 3 sus fases son: la captación de las víctimas en el lugar de origen, el transporte y
traslado hacia el lugar dónde se llevará a cabo la explotación y la acogida o inserción en
los lugares de destino (APRAMP, 2011).

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) (2009)
los tipos de trata de personas pueden clasificarse en función de su finalidad y pueden ser
los cuatro tipos diferentes que se observan en la siguiente tabla:

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Tabla 1. Tipos de trata de personas según su finalidad

 Prostitución
La trata con fines de comercio sexual  Pornografía
 Turismo sexual

 Matrimonios forzosos
La trata con fines sexuales no comerciales
 Matrimonios para fines de procreación

 Servidumbre doméstica
La trata con fines de explotación laboral
 Trabajos forzosos

 Extracción de órganos
Otras formas de explotación  Mendicidad
 Adopciones ilegales
Elaboración propia a partir de UNODC – Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(2009). Manual sobre la investigación del delito de trata de personas. Guía de autoaprendizaje.
Costa Rica.

Además, en esta convención de la ONU contra la delincuencia organizada trasnacional


también se crea el ‘’Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por tierra, mar y aire’’,
también con el objetivo de la prevención, ya que, por una parte, es un delito que está
aumentando su actividad considerablemente y, además, pone en riesgo la vida de sus
participantes. Además, al igual que para combatir la trata, se necesita de la cooperación
entre diferentes territorios ya que no puede abordarse de manera aislada ya que el flujo
ilegal de migrantes causa perjuicios en diferentes Estados (ONU, 2004).

En el artículo 3 de dicho protocolo se pone de manifiesto que:

‘’Por ‘tráfico ilícito de migrantes’ se entenderá la facilitación de la entrada ilegal de una


persona en un Estado Parte del cual dicha persona no sea nacional o residente permanente
con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero u otro beneficio
de orden material. (Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por tierra, mar y aire,
art. 3, p. 3).

Es importante tener claras las diferencias entre el delito de trata de personas y el delito de
tráfico ilícito de migrantes. En muchos documentos se diferencian por sus
correspondientes términos en inglés, trafficking para referirse a la trata de personas y
smuggling para hacerlo al tráfico ilícito de migrantes. Según la Asociación para la

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Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP) (2011), estos
conceptos son, a menudo, bastante confundidos ya que en ambos casos los afectados
suelen ser migrantes que entran de forma ilegal en un país, aunque como, veremos, en la
trata no es necesario el traspaso de fronteras entre países. En la siguiente tabla se muestran
las diferentes entre ambos tipos delictivos:

Tabla 2. Diferencias entre trata de personas y tráfico de personas

TRATA DE PERSONAS TRÁFICO DE PERSONAS

Bien jurídico Los derechos humanos Las leyes fronterizas y de extranjería


protegido fundamentales de la víctimas de los Estados

No requiere el cruce de fronteras


Ámbito de
internacionales, por lo que puede ser Es siempre internacional
actuación
nacional o internacional

No existe consentimiento, aun si lo


Consentimiento hubo en la primera etapa pierde su Existe consentimiento
valor al existir coacciones y engaños

Tiene como fin la explotación Tiene como fin introducir a la


Finalidad persistente de la víctima (laboral, persona irregular en el país,
sexual…) lucrándose al ofrecer el transporte

Relación entre las


La persona es una mercancía La persona es un cliente
partes

Fuente de Mediante la explotación de la Mediante una tarifa cerrada para


beneficios víctima trasladar a las personas
Elaboración propia a partir de APRAMP – Asociación para la prevención y reinserción de la mujer
prostituida (2011). La trata con fines de explotación sexual. Madrid, España.

Se requiere hacer una mención concreta al aspecto del consentimiento. En el Protocolo


de Palermo se establece que es cierto que la víctima de trata puede dar su consentimiento
en un primer momento, pero no se tendrá en cuenta debido al uso de medios ilícitos, es
decir, se admite que la libre voluntad de las víctimas está limitada por el uso de la fuerza,
el engaño y el poder. Por otra parte, cuando se trata de menores de 18 años, ni si quiera
se tiene en cuenta el medio empleado ya que no se considera que una persona menor de
edad pueda consentir (APRAMP, 2011).

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Está claro que la trata de personas constituye una evidente violación de los derechos
humanos fundamentales y es una problemática que afecta en mayor medida a mujeres y
niñas que se encuentran en diferentes situaciones de vulnerabilidad. Según el Informe
Mundial sobre la Trata de Personas de 2018 de la UNODC, la mayoría de las víctimas
detectadas en el mundo son mujeres, correspondiéndose casi con las tres cuartas partes
de víctimas de explotación sexual, destinadas en mayor proporción a la prostitución
forzosa. También, se ha conocido que el 35% de las víctimas de la trata con fines de
explotación laboral para la realización de trabajos forzosos son también mujeres. Además,
se está observando cada vez con más frecuencia la presencia de niñas. A pesar de estos
datos generales, se ha observado que la tendencia cambia dependiendo de la zona, por
ejemplo: en África Occidental la mayoría de las víctimas son menores de edad, tanto
niños como niñas mientras que en América Central y el Caribe se detectan más niñas si
lo comparamos con otras regiones de América Latina dónde las víctimas son
principalmente mujeres adultas. Cabe resaltar en este punto que es difícil encontrar datos
y estadísticos verídicos y fiables en su totalidad debido a la dificultad de la problemática,
tanto terminológica como de identificación del problema, además de su carácter
clandestino, aunque los informes encontrados intentan dar los datos de la forma más
exacta y detallada posible (UNODC, 2018).

Poniendo el foco en la trata de personas con fines de explotación sexual, ya a día de hoy
es considerado como una cuestión de género. Es en Estambul en el año 2011 cuando tiene
lugar el Convenio del Consejo de Europa sobre la prevención y lucha contra la violencia
contra las mujeres y la violencia doméstica, más conocido como el Convenio de
Estambul, cuando se recoge la trata de personas con fines de explotación sexual como
una de las diferentes tipologías de violencia ejercida sobre las mujeres que es producto
de las relaciones de desigualdad que existen entre hombres y mujeres y que han ido
fortaleciéndose a lo largo de los años mediante los valores de las sociedades patriarcales
que establecen las relaciones de poder que ejercen los hombres sobre las mujeres (Garrido
y cols., 2011).

Para García y cols. (2011) el hecho de reconocer la trata de mujeres con fines de
explotación sexual como un tipo de violencia de género significa admitir y tener en cuenta
los siguientes aspectos:

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 Que todas las mujeres por el simple hecho de serlo serían vulnerables de ser
víctimas de este tipo de violencia.
 Que las mujeres migrantes también tienen más posibilidad de sufrir el riesgo de
ser víctimas de trata.
 En este caso, la violencia es tanto un fin como un medio.
 Las mujeres han sido sometidas a un largo proceso de cosificación que las
convierte en meros objetos cuya finalidad es satisfacer el deseo sexual masculino
sobre todas las cosas.
 La trata con fines de explotación sexual tiene las mismas consecuencias para la
salud que tienen otras formas de violencia de género más ‘’conocidas’’ y más
visibilizadas en la sociedad.
 El hecho del consentimiento de la víctima no exime del delito de violencia, ya que
éste pierde todo su valor al conseguirse mediante coacciones y amenazas.

Partiendo de esta aceptación de la explotación sexual como una forma de violencia de


género, pueden encontrarse multitud de autores que incorporan este análisis a sus estudios
añadiendo otros factores. Nuño (2017) habla de elementos que incrementan la
vulnerabilidad de ser víctima de trata, como las condiciones económicas o las crisis
humanitarias. Considera que finalmente estas condiciones están estrechamente
relacionadas con la feminización de la pobreza, por lo que este tipo de trata es una
cuestión de género en todas sus modalidades. En la misma línea, Ranea (2016) habla de
que es un fenómeno que acentúa aún más las desigualdades económicas, además del
racismo y del machismo. Hace hincapié en que cuando los clientes pagan por los servicios
de las mujeres las están comprando en su totalidad por lo que parecen tener el derecho de
hacer lo que deseen. Es decir, existe una relación de poder entre quien paga y la mujer,
aceptando la posición de inferioridad de ésta y la vulneración de sus derechos.

Además de estos factores sociales, se encuentran factores económicos que son favorables
a este tipo de trata. Estamos asistiendo a un auge de los grupos criminales organizados en
todos los países que se ponen a disposición de aquellos que necesitan emigrar para
facilitarles el acceso a un nuevo país de forma ilegal. Estos grupos, en ocasiones, se
ofrecen solo para el transporte, pero en otras muchas son los que se encargan de explotar
a la víctima una vez que les ayudan a llegar al nuevo destino. Mediante falsas promesas
de ofertas de trabajo y de la consecución de una vida mejor estas organizaciones se
aprovechan de la necesidad de los más vulnerables y así aumentan los flujos migratorios

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ilegales (Nuño, 2017). Del mismo modo, el aumento del turismo y el uso masivo de
Internet es una combinación que también contribuye a la expansión de este problema, ya
que lo que antes era más difícil de encontrar ahora lo tenemos a un solo click, pudiendo
elegir entre multitud de opciones (Ngalikpima, 2008). Está claro que si tuviéramos que
analizar el porqué del mantenimiento de este problema el primer motivo que se nos ocurre
es el gran beneficio que obtienen quienes participan en cualquiera de las fases, es decir,
todas esas bandas organizadas que finalmente gozan de impunidad (Asociación Amiga
por los Derechos Humanos de las Mujeres, 2015).

En relación a esto, según Huda (2006) es importante considerar en el estudio de la trata


con fines de explotación sexual el fenómeno de la globalización, que ha contribuido a que
la brecha entre países ricos y países pobres sea aún mayor, por lo que cada vez más se
detectan más personas dispuestas a abandonar su país en busca de mejores oportunidades.
Aunque sería un error ligar la trata únicamente a este fenómeno ya que es un problema
que se da en todo el mundo e incluso en pequeñas comunidades locales que no gozan de
los avances capitalistas. Además, es un fenómeno que una vez analizado puede
reconocerse en épocas pasadas, aunque difiera en algunos aspectos.

Por último, Huda (2006) considera que esta problemática está totalmente y directamente
relacionada con la prostitución, ya que incluso las mujeres que se prostituyen por aparente
‘’decisión propia’’ tienen detrás tales situaciones de vulnerabilidad o abuso de poder que
las hacen ser propensas a situaciones de explotación.

Por último, se ofrecen datos que hacen referencia a las víctimas detectadas, que está claro
no reflejan la magnitud real del problema. Se estima que cada año entre 600.000 y
800.000 personas cruzan las fronteras como víctimas de trata. De esta cifra se considera
que el 80% son mujeres y el 50% menores (APRAMP, 2011). Por otra parte, entre las
víctimas de trata detectadas en 2011, un 53% fueron tratadas para la explotación sexual y
un 40%, para el trabajo forzoso (UNODC, 2014). Por último, cabe mencionar las víctimas
detectadas. Se puede observar un incremento a lo largo de la última década. En 2013 y en
2014 fueron detectadas alrededor de 44.000 víctimas, cifra que ha ido aumentado hasta
ser en 2019 de 118.932. Aunque hay un aspecto a resaltar. Aunque ha aumentado el
número de víctimas detectadas no lo ha hecho el número de procesamientos, que se
mantiene alrededor de los 10.00 desde 2013 a 2019. De la cifra de víctimas detectadas,
poco más de 17.000 eran procedentes de Europa. La mayor parte de las víctimas, más de
42.000, eran procedentes de África (Department of State United States of America 2020).

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MARCO LEGAL

La trata de personas comenzó a incluirse en las agendas de las políticas internacionales a


finales de los noventa debido a la presión de algunas asociaciones y organismos que
estaban alertando de la cantidad de flujos migratorios y de la evolución que estaba
teniendo la problemática, especialmente, la relacionada con mujeres y niños (García y
cols., 2011).

Fue en 1995 en la ‘’IV Conferencia Mundial sobre la Mujer’’ celebrada en Beijing en


1995 cuando se asume que una de las prioridades es ‘’la eliminación efectiva de la trata
de mujeres y niñas para el comercio sexual’’ (Informe de la IV Conferencia Mundial
sobre la Mujer, p. 53). Así mismo se resalta que ‘’el empleo de mujeres en redes
internacionales de prostitución y trata de personas se ha convertido en una de las
principales actividades de la delincuencia organizada internacional’’. (Informe de la IV
Conferencia Mundial sobre la Mujer, p. 53). Y ‘’se invita a la Relatora Especial de la
Comisión de Derechos Humanos sobre la violencia contra la mujer […] que aborde como
cuestión urgente el tema de la trata internacional de personas para el comercio sexual, así
como los temas de prostitución forzada, la violación, el abuso sexual y el turismo sexual’’.
(Informe de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, p. 53 y p.54). Por lo que en este
ámbito se propone el Objetivo Estratégico D.3.: ‘’eliminar la trata de mujeres y prestar
asistencia a las víctimas de la violencia derivada de la prostitución y la trata de mujeres’’.
(Informe de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, p. 59).

Para conseguir dicho objetivo se establecen una serie de medidas que han de adoptarse.
En primer lugar, se insta a ratificar y cumplir los convenios internacionales que se refieran
a la trata de personas. También, adoptar medidas penales y civiles que aborden las causas
de la problemática. En tercer lugar, intensificar y promover la cooperación entre los
diferentes cuerpos de las autoridades y las instituciones. La siguiente medida se refiere a
la asignación de recursos para la rehabilitación de la víctima, referidos a asistencia social,
médica, jurídica y psicológica. Por último, la elaboración de programas y políticas de
educación para trabajar sobre la prevención (ONU, 1995).

A partir de aquí, las instituciones internacionales no han dejado de responder trabajando


para solventar y erradicar la trata de personas con fines de explotación sexual. Entre las
organizaciones más importantes se pueden mencionar la Organización Internacional de

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las Migraciones (OIM), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Consejo de
Europa o la Organización para la Seguridad Común en Europa (OSCE) (García y cols.,
2011).

Una vez dicho esto, es importante destacar que como la trata es una violación de los
derechos humanos fundamentales es imprescindible recordar las características de éstos.
Según la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), se establece una serie de
artículos que definen los derechos humanos resaltando que son universales, es decir,
válidos para todas las personas independientemente de su sexo, religión o etnia. Además,
son irrenunciables, integrales, interdependientes e indivisibles. En resumidas cuentas,
toda persona tiene derecho a gozar de estos derechos por el simple hecho de ser un ser
humano. Por último, también son jurídicamente exigibles. Esto último quiere decir que
los Estados que adoptan las Convenciones y Tratados de Derechos Humanos deben
integrarlos en su sistema legal buscando la forma de lograr su cumplimiento en su
totalidad (ONU, 1948).

A continuación, se describen los instrumentos legales a nivel internacional, europeo y


nacional que han sido elaborados con el fin de resolver el problema de la trata de personas.

Mecanismos internacionales

Además del problema de derechos humanos descrito anteriormente, otra de las


motivaciones internacionales para combatir esta problemática es que, según UNODC, la
trata de personas es el tercer negocio delictivo más rentable a nivel mundial, solo después
del tráfico de armas y del narcotráfico. Esta escalofriante posición hace que los Estados
expresen su preocupación y que comiencen a adoptar medidas que incluyan la prevención
de la trata y que puedan garantizar la protección de la víctima (UNODC, 2007).

Según UNODC (2007), las políticas podrían definirse como:

‘’Una política es la declaración precisa de metas acordadas y su traducción en medidas


de acción’’. (Manual para la lucha contra la trata de personas, p.22).

Resalta la importancia de que en la lucha contra la trata de personas la política debe estar
bien concebida y estudiada debido a que son políticas complejas empezando porque la
normativa debe atravesar las fronteras de los Estados y eso no siempre es fácil. Aun así,

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hay mecanismos que están funcionando con éxito, aunque no con todo el que debiera,
pero esto ha hecho que crezcan los acuerdos bilaterales, regionales y mundiales para
combatir la criminalidad transnacional mediante la cooperación de las autoridades
pertinentes en cada territorio (UNODC, 2007).

El primer documento a mencionar en el plano internacional es el ‘’Convenio para la


represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena’’, celebrado
el 2 de diciembre de 1949 y aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y
firmado en Lake Success, Nueva York, el 21 de marzo de 1950. Asimismo, entró en vigor
el 25 de julio de 1951. Ha sido ratificado por 82 países. España lo hizo en septiembre de
1962 (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
2020). En resumen, los Estados firmantes tienen tres obligaciones: en primer lugar, la
prohibición del tráfico de personas, el establecimiento de medidas específicas
administrativas y medida sociales destinadas a las víctimas (Convenio para la represión
de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena, 1962).

En el Preámbulo del Convenio se expone lo siguiente:

‘’Considerando que la prostitución y el mal que la acompaña, la trata de personas para


fines de prostitución, son incompatibles con la dignidad y el valor de la persona humana
y ponen en peligro el bienestar del individuo de la familia y de la comunidad […]’’.
(Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución
ajena, Preámbulo, p. 1).

En el artículo 1 se describe:

‘’Las Partes en el presente Convenio se comprometen a castigar a toda persona que, para
satisfacer las pasiones de otra: concertare la prostitución de otra persona, aun con el
consentimiento de tal persona; explotare la prostitución de otra persona, aun con el
consentimiento de tal persona’’. (Convenio para la represión de la trata de personas y de
la explotación de la prostitución ajena, art. 1, p. 1).

En el artículo 2 nos dice:

‘’Las Partes en el presente Convenio se comprometen asimismo a castigar a toda persona


que: mantuviere una casa de prostitución, la administrare o a sabiendas la sostuviere o
participare en su financiamiento; diere o tomare a sabiendas en arriendo un edificio u otro
local, o cualquier parte de los mismo, para explotar la prostitución ajena’’. (Convenio

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para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena, art.
2, p. 1).

El artículo 16 habla de prevención y rehabilitación:

‘’Las Partes en el presente Convenio se comprometen a adoptar medidas para la


prevención de la prostitución y para la rehabilitación y adaptación social de las víctimas
de la prostitución y de las infracciones a que se refiere el presente Convenio, o a estimular
la adopción de tales medidas, por sus servicios público o privados de carácter educativo,
sanitario, social, económico y otros servicios conexos’’. (Convenio para la represión de
la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena, art. 16, p. 2).

El artículo 17 se refiere a la protección con respecto al proceso de inmigración:

‘’Las Partes en el presente Convenio se comprometen a adoptar o mantener, en relación


con la inmigración y la emigración, las medidas que sean necesarias […] para combatir
la trata de personas de uno u otro sexo para fines de explotación.

En especial se comprometen: a promulgar las disposiciones reglamentarias que sean


necesarias para proteger a los inmigrantes o emigrantes, y en particular a las mujeres y a
los niños, tanto en el lugar de llegada o de partida como durante el viaje; a adoptar
disposiciones para organizar una publicidad adecuada en que se advierta al público en
peligro de dicha trata; a adoptar las medidas adecuadas para garantizar la vigilancia en
las estaciones de ferrocarril, en los aeropuertos, en los puertos marítimos y durante los
viajes y en otros lugares públicos, a fin de impedir la trata internacional de personas para
fines de prostitución; a adoptar las medidas adecuadas para informar a las autoridades
competentes de la llegada de personas que prima facie parezcan ser culpables o cómplices
de dicha trata o víctima de ellas’’. (Convenio para la represión de la trata de personas y
de la explotación de la prostitución ajena, art. 17, p. 2).

En el artículo 19 se expone:

‘’Las Partes en el presente Convenio se comprometen […]: a adoptar las medidas


adecuadas para proporcionar ayuda y mantener a las víctimas indigentes de la trata
internacional de personas para fines de prostitución, mientras se tramita su repatriación
[…]’’. (Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la
prostitución ajena, art. 19, p. 2).

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El siguiente mecanismo destacable es la ‘’Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Contra la Mujer’’ (CEDAW) que tiene lugar en 1979, donde
se condena este tipo de discriminación en todas sus formas. Esta Convención va
acompañada de un Protocolo Facultativo que se aprueba en 1999, veinte años después
(Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 2000). La Convención es ratificada por
España en el año 1983, entrando en vigor en marzo de 1984 (BOE, 1984). Por su parte,
el Protocolo Facultativo se ratifica por España en el año 2001 (BOE, 2001).

La Convención ha sido ratificada por 189 países, mientras que el Protocolo Facultativo
está formado por 114 Estados Parte (ONU, 2020).

Esta Convención está basada en la Carta de las Naciones Unidas sobre los derechos
humanos fundamentales por lo que considera que todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos y es el primer mecanismo internacional que proporciona
una definición de discriminación contra la mujer:

‘’La expresión ‘discriminación contra la mujer’ denotará toda distinción, exclusión o


restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el
reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil,
sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las
libertades fundamentales en las esferas políticas, económica, social, cultural y civil o en
cualquier otra esfera’’. (Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, art. 1).

También, es el primer documento que hace referencia a los roles tradicionales de género
y la necesidad de modificarlos para luchar contra la discriminación de la mujer:

‘’Los Estados Parte tomarán las medidas apropiadas para modificar los patrones
socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación
de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén
basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en
funciones estereotipadas de hombres y mujeres’’. (Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, art. 5).

Después insta a todos los Estados que la ratifiquen a condenar la discriminación contra la
mujer en todas sus formas mediante una serie de medidas que propone a lo largo de sus

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siguientes artículos. Se resalta que se reconoce la prostitución como una forma de
violencia hacia las mujeres:

‘’Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas, incluso de carácter
legislativo, para suprimir todas las formas de trata de mujeres y explotación de la
prostitución de la mujer’’. (Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, art. 6).

Los tres principios básicos de la CEDAW pueden resumirse en: igualdad de resultados,
no discriminación y responsabilidad estatal (Instituto Vasco de la Mujer, 2000).

Después de la Convención, se queda como tarea pendiente la elaboración del Protocolo


Facultativo para lograr llevar a término todas las medidas propuestas y poner a la
Convención en igualdad de condiciones que otros mecanismos internacionales (Instituto
Interamericano de Derechos Humanos, 2000).

Pero, una vez llevado a término este Protocolo su aplicación ha sido difusa, ya que, por
ejemplo, en cuanto a las denuncias de mujeres que han sido víctimas de discriminación
se establece que se necesita de su consentimiento para comenzar el proceso, lo cual entra
en disonancia en muchas ocasiones con el tratamiento base de la violencia de género, ya
que no siempre la mujer quiere denunciar, ya sea por miedo o por sentimientos de
culpabilidad, entre otras razones. Si se evaluara el protocolo en función de su aceptación
y de su implantación, podría decirse que el Protocolo Facultativo ha tenido una buena
aceptación internacional pero que los problemas han llegado en la implementación, ya
que han sido muchas las quejas que se han recibido en los diferentes Ministerios de
Justicia. Esto ha llevado a que no ha tenido gran impacto en la formulación de políticas
relacionadas con la discriminación de la mujer y que no ha sido muy usado por parte de
las organizaciones no gubernamentales (Garrido y cols., 2011).

Otro de los mecanismos internacionales, considerado por mucho como el más importante
y el que marcó un punto de inflexión en la lucha contra la trata de seres humanos es la
‘’Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional’’. Como se ha mencionado anteriormente, tiene lugar en Palermo, Italia,
en el año 2000. La Convención está complementada por dos Protocolos: ‘’Protocolo para
prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente en mujeres y niños’’ y
‘’Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por tierra, mar y aire (ONU, 2004).

15
La principal finalidad del Convenio se describe de la siguiente forma:

‘’Promover la cooperación para prevenir y combatir más eficazmente la delincuencia


organizada transnacional’’. (Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional, art. 1, p. 5).

La ONU, tras esta Convención, pretende aumentar el número de Estados que adopten esta
serie de medidas, pero siempre respetando las diferencias y especificidades que puede
tener cada Estado, aunque promoviendo una terminología en común que sea capaz de
delimitar el problema (UNODC, 2007).

Al centrarse la Convención en la actividad de los grupos delictivos las finalidades de los


protocolos contra la trata de personas y contra el tráfico ilícito de migrantes son,
respectivamente:

‘’Prevenir y combatir la trata de personas, prestando especial atención a las mujeres y


niños, proteger y ayudar a las víctimas de dicha trata, respetando plenamente sus derechos
humanos y promover la cooperación entre los Estados Parte para lograr esos fines’’.
(Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres
y niños, art. 2, p. 2).

‘’Combatir el tráfico ilícito de migrantes, así como promover la cooperación entre los
Estados Parte con ese fin, protegiendo al mismo tiempo los derechos de los migrantes
objeto de dicho tráfico’’. (Protocolo contra el tráfico ilegal de migrantes, art. 2, p. 2).

El Protocolo de Palermo es el mecanismo más conocido contra la trata y el que se toma


como referencia en la gran mayoría de las ocasiones. Entró en vigor en el año 2003 y a
fecha del mes de mayo del año 2020 ha sido ratificado por 176 Estados (ONU, 2020). El
Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes ha sido ratificado en abril de 2017 por 125
países (Garrido y cols., 2011).

Como se mencionó en la contextualización, la definición de ‘’trata de personas’’ que


ofrece el Protocolo de Palermo es la más extendida:

‘’La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas,


recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al
fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión
o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que
tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esta explotación incluirá, como

16
mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los
trabajos forzados o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la
esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos’’. (Protocolo para prevenir, reprimir
y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, art. 3, p. 2 y p. 3).

También se establece en el mismo artículo que:

‘’El consentimiento dado por la víctima de la trata de personas a toda forma de


explotación intencional […] no se tendrá en cuenta cuando se haya recurrido a cualquiera
de los medios enunciados’’, que ‘’la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la
recepción de un niño con fines de explotación se considerará trata de personas incluso
cuando no se recurra a ninguno de los medios enunciados’’ y que ‘’por niño se entenderá
toda persona menor de 18 años’’. (Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata
de personas, especialmente mujeres y niños, art. 3, p. 3).

Según esta definición para hablar de trata de personas se deberían dar tres elementos: en
primer lugar, la acción (captación, transporte, traslado, acogida o recepción), luego el
recurso (amenaza, uso de la fuerza, rapto, fraude, engaño, abuso de poder…) y, por
último, que esta acción y este recurso tengan como último fin la explotación sexual
(APRAMP, 2011).

También establece que conductas son tipificadas como delito y conllevarán a la adopción
de medidas legislativas:

‘’Cada Estado Parte adoptará asimismo las medidas legislativas y de otra índole que sean
necesarias para tipificar como delito: […] la tentativa de comisión, […] la participación
como cómplice […] y la organización o dirección de otras personas’’. (Protocolo para
prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, art. 5,
p. 3).

Otro aspecto importante del Protocolo contra la trata es que dedica un artículo a la
asistencia y protección de las víctimas:

‘’Cuando proceda y en la medida que lo permita su derecho interno, cada Estado Parte
protegerá la privacidad y la identidad de las víctimas de la trata de personas, en particular,
entre otras cosas, previendo la confidencialidad de las actuaciones judiciales relativas a
dicha trata. […] Cada Estado Parte considerará la posibilidad de aplicar medidas
destinadas a prever la recuperación física, psicológica y social de las víctimas de la trata

17
de personas […] mediante el suministro de alojamiento adecuado, asesoramiento e
información, en particular con respecto a sus derechos jurídicos, en un idioma en que las
víctimas de la trata de personas puedan comprender; asistencia médica, psicológica y
material y oportunidades de empleo, educación y capacitación. Cada Estado Parte tendrá
en cuenta, al aplicar las disposiciones del presente artículo, la edad, el sexo y las
necesidades especiales de las víctimas de la trata de personas, en particular las
necesidades especiales de niños, incluidos el alojamiento, la educación y el cuidado
adecuados. […] Cada Estado Parte velará por que su ordenamiento jurídico interno prevea
medidas que brinden a las víctimas de la trata de personas la posibilidad de obtener
indemnización por los daños sufridos’’. (Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la
trata de personas, especialmente mujeres y niños, art. 6, p. 4).

Por otra parte, también establece medidas de prevención y cooperación:

‘’Los Estados Parte establecerán políticas, programas y otras medidas de carácter amplio
con miras a: prevenir y combatir la trata de personas y proteger a las víctimas de trata de
personas, especialmente las mujeres y los niños, contra un nuevo riesgo de
victimización’’. (Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas,
especialmente mujeres y niños, art. 9, p. 6).

Tras la Conferencia, no tardaron en emerger debates con posiciones totalmente contrarias.


El principal debate surgió en torno a dos temas. En primer, una posición abolicionista que
defendía la gran conexión existente entre trata y prostitución, conexión que se describe
de forma bidireccional y recíproca. Por esto, se admite que una mujer en situación de
prostitución está siendo explotada, independientemente de si ha dado o no su
consentimiento. En segundo lugar, apareció otra posición que defendía la diferencia entre
prostitución voluntaria y prostitución forzada y que debían ser analizadas desde diferentes
puntos de vista. Se expuso que la prostitución forzada se definía en base al abuso de la
fuerza y a la condición de esclavitud, mientras que en la prostitución voluntaria existía un
consentimiento válido y consciente por parte de la persona. Al debate se le sumó el
problema de que es difícil cuantificar qué mujeres están en situación de prostitución
realmente de forma voluntaria, ya que es difícil que identifiquen y que acepten la
condición de mujeres tratadas (Raymond, 2001).

18
Legislación europea

A nivel europeo, son muy variados los mecanismos e instrumentos que se van a
mencionar pero que, ya sea de forma directa o indirecta, tienen relación con el abordaje
de la trata de personas. En la siguiente tabla se muestran los títulos a los que se va a hacer
referencia a lo largo del epígrafe:

Tabla 3. Mecanismos e instrumentos europeos contra la trata de personas

Tratado de Schengen (1985)

Convenio Europol basado en el artículo K3 del Tratado de la Unión Europea por el


que se crea una oficina europea de policía (1995)

Primera Conferencia Europea de la Comisión contra la Trata de Mujeres (1996)


Informe de la Conferencia sobre la trata de mujeres de la Comisión Europea (1996)

Cumbre de Tampere (1999)

Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000)

Decisión Marco 2002/629/JAI, relativa a la lucha contra la trata de seres humanos


(2002)

Conferencia sobre Prevención y la Lucha contra la Trata de Seres Humanos. Un Reto


Mundial para el siglo XXI (2002)

Directiva 2004/81/CE

Convenio del Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de seres humanos
(Convenio de Varsovia, 2005)

Convenio del Consejo de Europa para la protección de los niños contra la explotación
y el abuso sexual (2007)

Directiva 2008/115/CE relativa a normas y procedimientos comunes en los Estados


miembros para el retorno de nacionales de terceros países en situación irregular
(2008)

Directiva 2011/36/UE relativa a la prevención y lucha contra la trata de seres


humanos y a la protección de víctimas (2011)

19
Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra
la mujer y la violencia doméstica (Convenio de Estambul, 2011)

Estrategia de la Unión Europea para la erradicación de la Trata de Seres Humanos


(2012-2016)
Elaboración propia

El primer instrumento a mencionar es el Tratado de Schengen que se lleva a cabo en 1985,


y tenía como objetivo primordial, para los Estados miembro, el suprimir las fronteras
interiores para sustituirlas por una frontera única, con el fin de facilitar los movimientos
entre diferentes países vecinos. Esto ha beneficiado también a los flujos migratorios
ilegales y la libre circulación de delincuentes. Por esto, se hace necesario la cooperación
policial y judicial de todos los países del espacio Schengen. También, en relación con
esto se ha analizado que los grupos criminales se acogen a la norma europea que les es
más favorable en función del territorio dónde estén, por lo que sería lógico pensar que
una solución a esto pasaría por homogeneizar los asuntos de inmigración y los aspectos
judiciales que conllevan, ya que, incluso partiendo de los mismos instrumentos
comunitarios, el tratamiento que se le hace en diferentes países puede ser diferente
(Garrido y cols., 2011).

Otro momento importante a destacar es cuando en 1995 se lleva a cabo en Bruselas el


‘’Convenio Europol basado en el artículo K3 del Tratado de la Unión Europea por el que
se crea una oficina europea de policía’’. Aquí se define las materias sobre las cuales la
policía tiene competencias. En el artículo 2 aparece una lista sobre otras formas de
delincuencia internacionales que serían cargo de la Europol. Entre ellas se encuentra el
tráfico y la trata de seres humanos, refiriéndose a ellos en su terminología inglesa. Por
introducción ilegal de inmigrantes o smuggling se entiende:

‘’Las acciones destinadas a facilitar deliberadamente, con fines de lucro, la entrada,


estancia o el trabajo en el territorio de los Estados miembros de la Unión Europea, con
incumplimiento de las reglamentaciones y las condiciones aplicables en los Estados
miembro’’. (Convenio Europol, Anexo).

Por trata de seres humanos o trafficking se entiende:

‘’El acto de someter a una persona al poder real e ilegal de otras personas mediante la
violencia o mediante amenazas o abusando de la autoridad o mediante engaño, en

20
particular con el objeto de entregarse a la explotación de la prostitución ajena, a formas
de explotación y de violencias sexuales respecto de menores de edad o al comercio ligado
al abandono de niños’’. (Convenio Europol, Anexo).

Como se concluye, el tráfico pone el énfasis en los flujos migratorios mientras que la trata
de personas lo hace en la víctima (BOE, 1998). Con relación a la Europol, es importante
señalar que en 2001 se establece un acuerdo entre este cuerpo y Estados Unidos con el
objetivo de intercambiar información estratégica y técnica sobre acciones legales que
puedan ser útiles en este delito (Anguita, 2007).

En 1996, se celebró en Viena la ‘’Primera Conferencia Europea dirigida por la Comisión


contra la Trata de Mujeres’’, de la cual se concluyó el ‘’Informe de la Conferencia sobre
la trata de mujeres de la Comisión Europea de 1996’’. En este informe se proponen
medidas para erradicar la trata, entre ellas, campañas informativas, financiación de
investigaciones para conocer más a fondo las causas y consecuencias y se aprobaron
programas de acción. Los más importantes fueron el programa STOP y el programa
Daphne. El programa STOP trataba de intercambiar información entre los Estados
miembro para trabajar sobre la prevención y la detención Por su parte, el programa
Daphne tuvo tres fases: la primera estuvo centrada en evitar que las víctimas fueran
expuestas a nuevas situaciones de violencia, y las otras se centraron en prevenir la
violencia contra los niños y los jóvenes además de ofrecer prestaciones y ayudas a las
víctimas (Morales, 2011).

En octubre de 1999, tuvo lugar la conocida como Cumbre de Tampere, Finlandia, dónde
el tema central fue lo relacionado con el asilo y las políticas de migración, por lo que se
concluye que debe llevarse un control de las fronteras que permita combatir la
delincuencia y las organizaciones delictivas. Se resalta de las conclusiones que no se insta
a luchar solamente desde el marco legislativo, sino que se entiende que el trasfondo del
problema es la pobreza y las condiciones de vida que determinadas personas viven en sus
países de origen (Consejo de Europa, 1999).

Un año más tarde, en 2000, se aprueba la ‘’Carta de Derechos Fundamentales de la Unión


Europea’’. Se quiere regular la trata que tienen como fin la prostitución forzada en el
artículo relativo a la prohibición de la esclavitud y del trabajo forzado:

21
‘’Nadie podría ser sometido a esclavitud o servidumbre, nadie podrá ser constreñido a
realizar un trabajo forzado u obligatorio, se prohíbe la trata de personas’’. (Carta de los
Derechos Fundamentales de la Unión europea, art 5, p. 9).

La evolución de las instituciones a nivel europeo ha hecho que el tratamiento relativo a


la trata de personas varíe en función de esto. En un principio, podría decirse que el punto
de mira la Unión Europea (UE) en un primer momento fue el control de fronteras y las
políticas que tenían como finalidad controlar la inmigración. Más tarde, se fue avanzando
en la perspectiva de los Derechos Humanos tras la aprobación del Consejo de Europa
sobre la lucha contra la trata de seres humanos que tuvo lugar en Varsovia en el año 2005.
Esto coincide en el momento en que los países de la UE se suscriben a los protocolos de
la ONU contra la trata de personas y contra el tráfico ilícito de migrantes (Garrido y cols.,
2011).

Al mencionar que la UE firma el Convenio sobre criminalidad organizada y sus


Protocolos en el año 2004 se debe mencionar la ‘’Decisión Marco 2002/629/JAI del
Consejo, de 19 de junio de 2002, relativa a la lucha de la trata de seres humanos’’, dónde
se expone que la UE debe complementar su trabajo contra la trata con organizaciones
internaciones, como Naciones Unidas de forma que deben tener en cuenta los protocolos
mencionados anteriormente (Diario Oficial de las Comunidades Europeas, 2002).

En septiembre del año 2002 se celebra la ‘’Conferencia sobre Prevención y Lucha contra
la Trata de Seres Humanos. Un Reto Mundial para el siglo XXI’’, presidida por la
Comisión Europea y en colaboración con la OIM y el Parlamento Europeo. Como aspecto
principal nos interesa que se estableció como necesaria la asistencia de las víctimas,
negando su criminalización e incluso pudiendo optar a permisos de residencia mientras
se encuentren en proceso de recuperación, además de la posibilidad de colaborar con los
cuerpos de seguridad (Anguita, 2007).

Otro instrumento relevante es la ‘’Directiva 2004/81/CE del 29 de abril de 2004, relativa


a la expedición de un permiso de residencia a nacionales de terceros países que sean
víctimas de la trata de seres humanos o hayan sido objeto de una acción de ayuda a la
inmigración ilegal, que cooperen con las autoridades competentes’’ (Diario Oficial de la
Unión Europea, 2004). Se establece lo siguiente:

‘’La presente Directiva establece un permiso de residencia destinado a las víctimas de la


trata de seres humanos o, en el caso de los Estados miembros que decidan ampliar el

22
alcance de dicha Directiva, a aquellos nacionales de terceros países que hayan sido objeto
de una acción de ayuda a la inmigración ilegal, para quienes el permiso de residencia
constituye un incentivo suficiente para cooperar con las autoridades competentes, e
incluye al mismo tiempo determinadas condiciones para evitar abusos’’. (Directiva
2004/81/CE del 29 de abril del 2004 relativa a la expedición de un permiso de residencia
a nacionales de terceros países que sean víctimas de la trata de seres humanos o hayan
sido objeto de una acción de ayuda a la inmigración ilegal, que cooperen con las
autoridades competentes, Preámbulo, p. 1).

Igualmente, también habla de período de reflexión:

‘’Los Estados miembros garantizarán que se conceda a los nacionales de terceros países
interesados un período de reflexión que les permita recuperarse y librarse de la influencia
de los autores de los delitos, de forma que puedan decidir con conocimiento de causa si
cooperan con las autoridades competentes […]’’ (Directiva 2004/81/CE del 29 de abril
del 2004 relativa a la expedición de un permiso de residencia a nacionales de terceros
países que sean víctimas de la trata de seres humanos o hayan sido objeto de una acción
de ayuda a la inmigración ilegal, que cooperen con las autoridades competentes, art. 6, p.
3).

Una vez expuesto esto, se va a detallar el ‘’Convenio del Consejo de Europa sobre la
lucha contra la trata de seres humanos’’ llevado a cabo en 2005 en Varsovia, Polonia, por
lo que es conocido como el Convenio de Varsovia. Puede resaltarse que es el primer
instrumento que se define como legislación específica relevante a nivel europeo. También
es la primera vez que se reconoce a las víctimas como tal y, por ello, incorpora una serie
de derechos para las víctimas de trata y una serie de obligaciones para los Estados parte.
Sus políticas se enmarcan en la igualdad de género, en la protección de los Derechos
Humanos y en la cooperación internacional, ya que reconoce que la trata de personas es
una violación de los derechos fundamentales que atenta contra la dignidad y la integridad
de las personas (Consejo de Europa, 2005).

Los objetivos del Convenio son:

‘’Prevenir y combatir la trata de seres humanos, garantizando la igualdad entre las


mujeres y los hombres, proteger los derechos de la persona de las víctimas de la trata,
crear un marco completo de protección y de asistencia a las víctimas y los testigos,
garantizando la igualdad entre las mujeres y los hombres, así como garantizar una

23
investigación y unas acciones judiciales eficaces y promover la cooperación internacional
en el campo de la lucha contra la trata de seres humanos’’. (Convenio del Consejo de
Europa sobre la lucha contra la trata de seres humanos, art. 1, p. 4).

Según Garrido y cols. (2011), el Convenio de Varsovia mejora la propuesta de definición


de trata de personas ofrecida por la ONU al integrar aspectos diferentes:

‘’La expresión trata de seres humanos designa la contratación, el transporte, el traslado,


el alojamiento o la acogida de personas mediante amenazas de recurrir a la fuerza, recurso
a la fuerza o cualquier otra forma de obligación, mediante rapto, fraude, engaño, abuso
de autoridad o de una situación de vulnerabilidad o mediante la oferta o la aceptación de
pagos o ventajas para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre
otra con fines de explotación. La explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la
prostitución ajena o bien formas de explotación sexual, el trabajo o los servicios forzados,
la esclavitud o prácticas similares a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de
órganos’’. (Convenio del Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de seres
humanos, art. 4, p. 5).

El Convenio de Varsovia pasa a formar parte del ordenamiento jurídico español en


septiembre de 2009, tras la publicación de la ratificación en el Boletín Oficial del Estado
(BOE, 2009).

Otro instrumento legal que puede relacionarse con el tratamiento de la trata de personas
es el ‘’Convenio del Consejo de Europa para la protección de los niños contra la
explotación y el abuso sexual’’, llevado a cabo en Lanzarote, España, en el año 2007. Es
ratificado por España en noviembre del 2010 (BOE, 2010). Los objetivos del Convenio
se exponen de la siguiente forma:

‘’Prevenir y combatir la explotación y el abuso sexual de los niños, proteger los derechos
de los niños víctimas de explotación y abuso sexual y promover la cooperación nacional
e internacional contra la explotación y el abuso sexual de los niños’’. (Convenio para la
protección de los niños contra la explotación y el abuso sexual, art. 1, p. 3).

El aspecto importante de este Convenio que es importante para el tema que se aborda en
este trabajo, es que incluye como delito el reclutamiento para la prostitución infantil. Por
otro parte, el Convenio pide a los Estados parte que lleven a cabo medidas preventivas,
medidas de protección y apoyo a las víctimas, medidas de derecho penal que tipifiquen

24
los delitos expuestos y que establezcan un sistema punitivo, también procedimientos de
investigación y judiciales adecuados a los menores dónde se proteja su identidad y se
limite el número de entrevistas y se hagan de la forma menos aversiva posible, y, por
último, también se pide un seguimiento de la aplicación del Convenio para comprobar
sus resultados y garantizar su cumplimiento (BOE, 2010).

Otra decisión adoptada por la UE que no es directamente sobre trata de personas, pero sí
afecta a las víctimas, fue la aprobación de la ‘’Directiva 2008/115/CE relativa a normas
y procedimientos comunes en los Estados miembros para el retorno de nacionales de
terceros países en situación irregular’’ (Diario Oficial de la Unión Europea, 2008). Esta
norma entró en vigor en 2009 y a partir de ahí ha sido muy polémica y ha sido criticada
por organizaciones internacionales y por la sociedad civil ya que se ha considerado como
un atentado contra los derechos humanos ya que al endurecer las políticas de asilo e
inmigración se coloca a inmigrantes irregulares en una situación más precaria de la que
ya se encuentran, aumentando la vulnerabilidad de convertirse en víctimas de trata
(Sánchez-Rodas, 2010).

La siguiente norma que cabe mencionar se aprobó en 5 de abril de 2011 y es la ‘’Directiva


2011/36/UE relativa a la prevención y lucha contra la trata de seres humanos y a la
protección de víctimas y por la que se sustituye la Decisión marco 2002/629/JAI del
Consejo’’. Sigue el concepto de trata que ofrece el Protocolo de Palermo y el Convenio
de Varsovia, aunque incluye otras formas de explotación, como son el matrimonio
forzado y la mendicidad. Otro aspecto relevante y novedoso es la definición de
vulnerabilidad que ofrece (Diario Oficial de la Unión Europea, 2011):

‘’Existe una situación de vulnerabilidad cuando la persona en cuestión no tiene otra


alternativa real o aceptable excepto someterse al abuso’’. (’Directiva 2011/36/UE relativa
a la prevención y lucha contra la trata de seres humanos y a la protección de víctimas y
por la que se sustituye la Decisión marco 2002/629/JAI del Consejo, art. 2, p. 6).

De esta conceptualización puede extrapolarse la necesidad de evaluar cada caso de forma


particular y personalizada. Así, se entiende que la situación irregular de la persona es más
que una determinada situación administrativa, admitiéndose que existen otros aspectos
psicosociales que deben ser tenidos en cuenta antes de aplicar las leyes de extranjería
(Garrido y cols., 2011).

25
Por otro lado, también en 2011 tuvo lugar en Estambul, Turquía, el ‘’Convenio del
Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la
violencia doméstica’’, conocido como Convenio de Estambul. Fue ratificado por España
el 11 de abril de 2014 (BOE, 2014). Los objetivos son los siguientes:

‘’Proteger a las mujeres contra todas las formas de violencia, y prevenir, perseguir y
eliminar la violencia contra la mujer y la violencia doméstica, contribuir a eliminar toda
forma de discriminación contra la mujer y promover la igualdad real entre mujeres y
hombres, incluyendo el empoderamiento de las mujeres, concebir un marco global,
políticas y medidas de protección y asistencia a todas las víctimas de violencia contra la
mujer y violencia doméstica, y apoyar y ayudar a las organizaciones y las fuerzas y
cuerpos de seguridad para cooperar de manera eficaz para adoptar un enfoque integrado
con vistas a eliminar la violencia contra la mujer y la violencia doméstica’’. (Convenio
del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la
violencia doméstica, art. 1, p. 4).

Además:

‘’Por violencia contra las mujeres se deberá entender una violación de derechos humanos
y una forma de discriminación contra las mujeres […] que puedan implicar daños o
sufrimientos de naturaleza física, sexual, psicológica o económica […]’’. (Convenio del
Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la
violencia doméstica, art. 3, p. 5).

Es el primer tratado internacional que contiene una definición concreta del concepto
género:

‘’Por género se entenderán los papeles, comportamientos, actividades y atribuciones


socialmente construidos que una sociedad concreta considera propios de mujeres u
hombres’’. (Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia
contra la mujer y la violencia doméstica, art. 3, p. 5).

Esto admite que el ‘’género’’ es un concepto que se ha ido formando socialmente que
asigna roles y comportamientos diferentes en función de ser hombre o mujer. Otro aspecto
novedoso es que criminaliza explícitamente actos como la mutilación genital femenina,
el aborto forzado o esterilización forzosos o el acoso. Por último, resaltar que las

26
obligaciones que el Convenio impone a los estados son la prevención, la protección, la
persecución penal y la creación de políticas integradas (BOE, 2014).

El último instrumento que se va a describir es la ‘’Estrategia de la Unión Europea para la


Erradicación de la Trata de Seres Humanos (2012-2016)’’. Aquí se establecen medidas
que favorecen la aplicación de lo establecido en la citada anteriormente Directiva
2011/36/UE. Se establecen que son cinco las prioridades, a las cuáles se les asignan
acciones específicas, que la UE debe tener en cuenta y en las que debe centrarse para
abordar el problema de la trata de personas (Comisión Europea, 2012):

‘’Detectar, proteger y asistir a las víctimas de la trata de seres humanos, reforzar la


prevención de la trata de seres humanos, perseguir más activamente a los traficantes,
mejorar la coordinación y cooperación entre los principales interesados y la coherencia
de las políticas y conocer mejor y responder eficazmente a las nuevas tendencias
relacionadas con todas las formas de trata de seres humanos’’. (’Estrategia de la Unión
Europea para la Erradicación de la Trata de Seres Humanos (2012-2016), p. 6).

A continuación, se muestra una tabla resumen con las prioridades y sus respectivas
acciones específicas de la Estrategia de la Unión Europea para la Erradicación de la Trata
de Seres Humanos (2012-2016):

Tabla 4. Prioridades y acciones específicas de la Estrategia de la UE para la erradicación de la


trata de seres humanos

Acción 1: Establecer mecanismos de


orientación de las víctimas nacionales y
transnacionales

Prioridad 1: Detectar, proteger y asistir a las Acción 2: Detectar a las víctimas


víctimas de trata de seres humanos
Acción 3: Proteger a los menores víctimas de la
trata de seres humanos

Acción 4: Informar sobre los derechos de las


víctimas

Acción 1: Comprender y reducir la demanda


Prioridad 2: Reforzar la prevención de la
Acción 2: Promover la creación de una
trata de seres humanos
plataforma del sector privado

27
Acción 3: Actividades de sensibilización y
programas de prevención a escala de la UE

Acción 1: Crear unidades policiales nacionales


multidisciplinarias

Acción 2: Garantizar una investigación

Prioridad 3: Perseguir más activamente a los financiera proactiva

traficantes Acción 3: Reforzar la cooperación policial y


judicial transfronterizas

Acción 4: Reforzar la cooperación más allá de


las fronteras

Acción 1: Reforzar la red de ponentes


nacionales o mecanismos equivalentes de la
Unión Europea

Acción 2: Coordinar las actividades de la


política exterior de la UE

Acción 3: Promover la creación de una


Prioridad 4: Mejorar la coordinación y
plataforma de la sociedad civil
cooperación entre los principales interesados
y la coherencia de las políticas Acción 4: Revisar los proyectos financiados
por la UE

Acción 5: Reforzar los derechos fundamentales


en la política de lucha contra la trata de seres
humanos y las acciones conexas

Acción 6: coordinar las necesidades de


formación en un contexto multidisciplinar

Prioridad 5: Conocer mejor y responder Acción 1: Desarrollar un sistema para la


eficazmente a las nuevas tendencias recogida de datos a escala comunitaria

28
relacionadas con todas las formas de trata de Acción 2: Desarrollar los conocimientos
seres humanos relativos a la dimensión del género en la trata
de seres humanos y los grupos vulnerables

Acción 3: Comprender la captación en línea

Acción 4: Luchar contra la trata de seres


humanos con fines de explotación laboral
Elaboración propia a partir de Estrategia de la UE para la erradicación de la trata de seres humanos
(2012-2016) (2012). Comisión Europea, de 19 de junio de 2012.

Legislación española

España es uno de los principales países de tránsito y de destino de la trata de mujeres con
fines de explotación sexual pero no fue hasta 2010 cuando en una modificación del
Código Penal se expone un artículo que regula la trata de personas. Hasta entonces, el
tratamiento había sido confuso, solapándose en ocasiones el delito de tráfico ilícito de
migrantes con el proxenetismo. Cabe también destacar, que nuestro ordenamiento
jurídico ha ido evolucionando conforme España se ha ido incorporando a los diferentes
convenios y tratados internacionales, además hay que sumar la gran incidencia del
problema en los últimos años y el aumento de la visualización del problema por parte de
la sociedad civil (Garrido y cols., 2011).

La modificación mencionada es introducida por la ‘’Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio,


por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal’’,
y publicada en el Boletín Oficial del Estado el 23 de junio de 2010. En el preámbulo se
expone el porqué de la modificación:

‘’La evolución social de un sistema democrático avanzado como el que configura la


Constitución española determina que el ordenamiento jurídico esté sometido a un proceso
constante de revisión. La progresiva conquista de niveles de bienestar más elevados no
es concebible, en un marco jurídico de respeto a los derechos fundamentales, sin un
paralelo avance en materia de libertad y seguridad […] La experiencia aplicativa del
Código ha ido poniendo en evidencia algunas carencias o desviaciones que es preciso
tratar de corregir […]’’. (LO 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, Preámbulo, p. 1).

29
Por una parte, se pone de manifiesto que deben cumplirse los compromisos
internacionales que España ha ratificado anteriormente. Y, el aspecto más destacable de
la reforma es que por fin establece la diferente entre los delitos de trata de seres humanos
y tráfico ilegal de seres humanos. A partir de aquí se regulan estos delitos mediante los
artículos 177 bis y 318 bis, respectivamente (Garrido y cols., 2011).

Se cita literalmente de la publicación en el BOE:

‘’El tratamiento penal unificado de los delitos de trata de seres humanos e inmigración
clandestina que contenía el artículo 318 bis resultada a todas luces inadecuado, en vista
de las grandes diferencias que existe entre ambos fenómenos delictivos. La separación de
la regulación de estas dos realidades resulta imprescindible tanto para cumplir con los
mandatos de los compromisos internacionales como para poner fin a los constantes
conflictos interpretativos’’. (LO 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, Preámbulo, p.6).

Así, se crea un Título específico denominado ‘’De la trata de seres humanos’’. Es aquí
cuando se incluye a diferencia más importante entre estos dos delitos:

‘’ […] no estamos ante un delito que pueda ser cometido exclusivamente contra personas
extranjeras, sino que abarcará todas las formas de trata de seres humanos, nacionales o
trasnacionales, relacionadas o no con la delincuencia organizada. En cambio, el delito de
inmigración clandestina siempre tendrá carácter trasnacional, predominando, en este
caso, la defensa de los intereses del Estado en el control de los flujos migratorios’’. (LO
5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal, Preámbulo, p.6).

Esta mención a la no necesidad del cruce de fronteras en los delitos de trata recoge la
perspectiva de la ONU que se define en los protocolos de Palermo de la trata y del tráfico
ilícito de inmigrantes (Garrido y cols., 2011).

El artículo 318 bis, relativo a los delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros,
no sufre ninguna modificación desde la primera redacción:

‘’El que intencionadamente ayude a una persona que no sea nacional de un Estado
miembro de la Unión Europea a entrar en territorio español o transitar a través del mismo
de un modo que vulnere la legislación sobre entrada o tránsito de extranjeros, será
castigado con una pena de multa de tres a doce meses o prisión de tres meses a un año.

30
[…] El que intencionadamente ayude, con ánimo de lucro, a una persona que no sea
nacional de un Estado miembro la Unión Europea a permanecer en España, vulnerando
la legislación sobre estancia de extranjeros será castigado con una pena de multa de tres
a doce meses o prisión de tres meses a un año.’’ (LO 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal, art. 318 bis, p. 123 y p. 124).

A su vez, el artículo 177 bis, relativo a la trata de seres humanos sí sufre modificaciones
y en la nueva redacción nos dice que:

‘’Será castigado con la pena de cinco a ocho años de prisión como reo de trata de seres
humanos el que, sea en territorio español, sea desde España, en tránsito o con destino a
ella, empleando violencia, intimidación o engaño, o abusando de una situación de
superioridad o de necesidad o de vulnerabilidad de la víctima nacional o extranjera, la
captare, transportare, trasladare, acogiere, recibiere o la alojare con cualquiera de las
finalidades siguientes:

a) La imposición de trabajo o servicios forzados, la esclavitud o prácticas similares


a la esclavitud o a la servidumbre o a la mendicidad
b) La explotación sexual, incluida la pornografía
c) La extracción de sus órganos corporales

[…] El consentimiento de una víctima de trata de seres humanos será irrelevante cuando
se haya recurrido a alguno de los medios indicados […]’’. (LO 5/2010, de 22 de junio,
por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal,
art. 177 bis, p. 29).

En cuanto a este artículo, se pueden resaltar varios aspectos importantes. El primero, es


que la trata de personas se caracteriza por varias acciones por lo que abre el abanico para
la aplicación de la ley en la persecución del delito. Como se mencionó anteriormente,
también es importante que se establece que no es necesario el traspaso de fronteras.
Aunque esto también conlleva que la conducta ha de relacionarse con España y, por tanto,
no se perseguirá la trata cometida en el extranjero que no guarde ningún tipo de conexión
con España. Por otro lado, en relación a las víctimas, las tiene en cuenta a pesar de
encontrarse en situación irregular, por lo que hace referencia tanto a víctimas nacionales
como a víctimas extranjeras. Este aspecto es importante, ya que la situación irregular
puede aumentar la vulnerabilidad de ser víctima de trata con fines de explotación sexual.
Por último, el avance más importante de la reforma es la no relevancia del consentimiento

31
ya que aun habiendo existido en las primeras etapas del contrato pasa a ser irrelevante por
los medios capciosos utilizados para mantener a las víctimas en dicha situación. Han
existido casos en los que las mujeres que han sido explotadas sexualmente no han sido
consideradas víctimas de trata debido a que dieron su consentimiento en relación a la
actividad que iban a realizar, pero no dieron su consentimiento para ser violentadas,
coaccionadas y/o engañadas. Este aspecto puede considerarse como una garantía para la
víctima, ya que el tiempo que dura la situación de trata, es decir, que están bajo amenazas,
intimidaciones o algún tipo de abuso o violencia, están exentas de responsabilidad ya que
se entiende que su voluntad de actuar no es libre si no que está condicionada por esa
situación en la que se encuentra inmersa (Garrido y cols., 2011).

Una de las leyes que puede sernos de interés es la ‘’Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero,
sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social’’,
conocida como Ley de Extranjería, que en su modificación publicada el 12 de diciembre
de 2009 incluye el artículo 2 bis y el artículo 59 bis, haciendo referencia ambos a las
víctimas de trata de seres humanos. El artículo 2 bis incorpora dentro de la política
migratoria el objetivo de perseguir la trata de seres humanos, entre otros:

‘’Todas las Administraciones Públicas basarán el ejercicio de sus competencias


vinculadas con la inmigración en el respeto de los siguientes principios:

a) La coordinación con las políticas definidas por la Unión Europea;


b) La ordenación de los flujos migratorios laborales, de acuerdo con las necesidades
de la situación nacional del empleo;
c) La integración social de los inmigrantes mediante políticas transversales dirigidas
a toda la ciudadanía;
d) La igualdad efectiva entre hombres y mujeres;
e) La efectividad del principio de no discriminación y, consecuentemente, el
reconocimiento de iguales derechos y obligaciones para todos aquellos que vivan
o trabajen legalmente en España, en los términos previstos en la Ley;
f) La garantía del ejercicio de los derechos que la Constitución, los tratados
internacionales y las leyes reconocen a todas las personas;
g) La lucha contra la inmigración irregular y la persecución del tráfico ilícito de
personas;
h) La persecución de la trata de seres humanos;
i) La igualdad de trato en las condiciones laborales y de Seguridad Social;

32
j) La promoción del diálogo y la colaboración con los países de origen y tránsito de
inmigración, mediante acuerdos marco dirigidos a ordenar de manera efectiva los
flujos migratorios, así como a fomentar y coordinar las iniciativas de cooperación
al desarrollo y codesarrollo’’. (LO 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y
libertades de los extranjeros en España y su integración social, art. 2 bis, p.7).

Por su parte, el artículo 59 bis pone de manifiesto que:

‘’Las autoridades competentes adoptarán las medidas necesarias para la identificación de


las víctimas de la trata de personas conforme a lo previsto en el artículo 10 del Convenio
del Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de seres humanos, de 16 de mayo de
2005’’. (LO 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en
España y su integración social, art. 59 bis, p. 36).

Además, se ofrece la posibilidad de que la víctima se acoja a un período de


restablecimiento y reflexión para decidir si quiere cooperar con las autoridades, diciendo
exactamente el texto:

‘’Los órganos administrativos competentes, cuando estimen que existen motivos


razonables para creer que una persona extranjera en situación irregular ha sido víctima de
trata de seres humanos, informarán a la persona interesada sobre las previsiones del
presente artículo y elevarán a la autoridad competente para su resolución la oportuna
propuesta sobre la concesión de un período de restablecimiento y reflexión, de acuerdo
con el procedimiento previsto reglamentariamente. Dicho período de restablecimiento y
reflexión tendrá una duración de, al menos, noventa días, y deberá ser suficiente para que
la víctima pueda decidir si desea cooperar con las autoridades en la investigación del
delito y, en su caso, en el procedimiento penal. […]’’. (LO 4/2000, de 11 de enero, sobre
derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, art. 59 bis, p.
36).

Este texto ha generado problemas ya que se habla de víctimas de trata que se encuentran
en situación irregular en territorio español, pero no tiene en cuenta las víctimas nacionales
por lo que este artículo no es considerado acorde con la definición de trata que resalta que
no es necesario el cruce de fronteras para que exista el delito de trata. En cambio, puede
parecer que se refiere más al delito de tráfico ilícito de migrantes ya que sí reconoce sus
derechos en esta situación (Garrido y cols., 2011).

33
Por otra parte, encontramos la ‘’Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas
de Protección Integral contra la Violencia de Género’’, conocida como la Ley Integral
Contra la Violencia de Género. La ley comienza exponiendo:

‘’La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se


manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad.
Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por
ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de la libertad,
respeto y capacidad de decisión. […] La Organización de las Naciones Unidas […] la
define ampliamente como una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre mujeres y hombres’’. (LO 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de
Protección Integral contra la Violencia de Género, Exposición de motivos, p. 6).

Los objetivos de la ley quedan expuestos en el artículo 1, a saber:

‘’La presente ley tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestación de
la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres
sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por partes de quienes sean o haya sido sus
cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ella por relaciones similares de
afectividad, aun sin convivencia, por esta ley se establecen medidas de protección integral
cuya finalidad es prevenir, sancionar y erradicar esta violencia y prestar asistencia a sus
víctimas y la violencia de género a que se refiere la presente Ley comprende todo acto de
violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas,
las coacciones o la privación arbitraria de libertad’’. (LO 1/2004, de 28 de diciembre, de
Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, art. 1, p. 10).

Como se viene mencionando a lo largo de este texto, la trata de seres humanos es una
violación de los derechos humanos fundamentales y, más concretamente, si se hace con
fines de explotación sexual es una forma de violencia de género, aunque en esta ley,
denominada integral, no lo recoge como tal, sino que simplemente no lo incluye, por no
existir una relación de afectividad, es decir, por no ser el delincuente pareja o expareja de
la víctima. Por esto, aún quedaba pendiente en nuestro ordenamiento jurídico una
legislación que realmente recoja todas las formas de violencia de género (Garrido y cols.,
2011).

34
Aunque la LO 1/2004 no considera la prostitución como una forma de violencia de género
sí aparece en nuestro Código Penal. El Capítulo V, relativo a los delitos de prostitución y
a la explotación sexual y corrupción de menores, establece en el artículo 187:

‘’El que induzca, promueva, favorezca o facilite la prostitución de una persona menor de
edad o incapaz, será castigado con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de
doce a veinticuatro meses’’. (LO 1/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, art 187,
p. 77).

Por su parte, el artículo 188, relacionado con las víctimas menores de edad expone:

‘’El que determine, coactivamente, mediante engaño o abusando de una situación de


necesidad o superioridad, a persona mayor de edad a ejercer la prostitución o a mantenerse
en ella, será castigado con las penas de prisión de dos a cuatro años y multa de doce a
veinticuatro meses’’. (LO 1/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, art 188, p. 78).

En la última actualización, publicada el 31 de marzo de 2015 se completan estos dos


artículos mencionando aspectos como la vulnerabilidad o el consentimiento. Expone el
artículo 187:

‘’El que, empleando violencia, intimidación o engaño, o abusando de una situación de


superioridad o de necesidad o vulnerabilidad de la víctima, determine a una persona
mayor de edad a ejercer o a mantenerse en la prostitución, será castigado con las penas
de prisión de dos a cinco años y multa de doce a veinticuatro meses. Se impondrá la pena
de prisión de dos a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses a quien se lucre
explotando la prostitución de otra persona, aun con el consentimiento de la misma. En
todo caso, se entenderá que hay explotación cuando concurra alguna de las siguientes
circunstancias:

a) Que la víctima se encuentre en una situación de vulnerabilidad personal o


económica.
b) Que se le impongan para su ejercicio condiciones gravosas, desproporcionadas o
abusivas

Se impondrán las penas previstas en los apartados anteriores en su mitad superior, en sus
respectivos casos, cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:

a) Cuando el culpable se hubiera prevalido de su condición de autoridad, agente de


ésta o funcionario público.

35
b) Cuando el culpable perteneciere a una organización o grupo criminal que se
dedicarse a la realización de tales actividades.
c) Cuando el culpable hubiere puesto en peligro, de forma dolosa o por imprudencia
grave, la vida o salud de la víctima.’’ (LO 1/2015, de 30 de marzo, por la que se
modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, art 187,
p. 61).

Por su parte, el artículo 188, referido a los menores, queda de la siguiente forma:

‘’El que induzca, promueva, favorezca o facilite la prostitución de un menor de edad o de


una persona con discapacidad necesitada de especial protección, o se lucre con ello, o
explote de algún otro modo a un menor o a una persona con discapacidad para estos fines,
será castigado con las penas de prisión de dos a cinco años y multa de doce a veinticuatro
meses. […] Se impondrán las penas superiores en grado a las previstas en los apartados
anteriores, en sus respectivos casos, cuando concurra alguna de estas circunstancias:

a) Cuando la víctima sea especialmente vulnerable, por razón de su edad,


enfermedad, discapacidad o situación.
b) Cuando, para le ejecución del delito, el responsable se haya prevalido de una
relación de superioridad o parentesco, por ser ascendiente, descendiente o
hermano, por naturaleza o adopción, o afines, con la víctima.
c) Cuando, para la ejecución del delito, el responsable se hubiera prevalido de su
condición de autoridad, agente de ésta o funcionario público.
d) Cuando el culpable hubiere puesto en peligro, de forma dolosa o por imprudencia
grave, la vida o salud de la víctima.
e) Cuando los hechos se hubieren cometido por la actuación conjunta de dos o más
personas.
f) Cuando el culpable perteneciere a una organización o asociación, incluso de
carácter transitorio, que se dedicarse a la realización de tales actividades.

El que solicite, acepte u obtenga, a cambio de una remuneración o promesa, una relación
sexual con una persona menor de edad o una persona con discapacidad necesitada de
especial protección, será castigado con una pena de uno a cuatro años de prisión […]’’.
(LO 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal, art 188, p. 61 y p. 62).

36
Al incluir que el consentimiento no se tiene en cuenta y al poner el foco en la
vulnerabilidad que pueden sufrir las víctimas, se les despenaliza de toda culpa y se pone
toda ella en el proxenetismo y en las bandas criminales que organizan esta forma de
explotación sexual. Lo más destacable si se compara la primera redacción de los artículos
187 y 188 y la que sigue vigente es el bien jurídico protegido. En 1995 la prostitución era
considerada como una actividad que se ejerce de forma voluntaria y que conlleva la
prestación de servicios sexuales a cambio de un determinado precio por lo que el bien
jurídico protegido es la libertad sexual, en el sentido de que se debía garantizar que toda
persona que ejerciera la prostitución lo hiciera de forma libre. En la segunda redacción ya
se conoce que la prostitución es, en la gran mayoría de los casos, una consecuencia de la
trata de seres humanos por lo que el bien protegido pasan a ser los derechos fundamentales
(BOE, 2015).

Por otro lado, también encontramos la ‘’Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la
víctima del delito’’, que expone:

‘’La finalidad de elaborar una ley constitutiva del estatuto jurídico de la víctima del delito
es ofrecer desde los poderes públicos una respuesta lo más amplia posible, no solo jurídica
sino también social, a las víctimas, no solo reparadora del daño en el marco de un proceso
penal, sino también minimizadora de otros efectos traumáticos en lo moral que su
condición puede generar, todo ello con independencia de su situación procesal’’. (LO
4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víctima del delito, Preámbulo, p. 4).

También dice el texto que:

‘’Las medidas de protección buscan la efectividad frente a represalias, intimidación,


victimización secundaria, daños psíquicos o agresiones a la dignidad durante los
interrogatorios y declaraciones como testigo, e incluyen desde las medidas de protección
física hasta otras, como el uso de salas separadas en los Tribunales, para evitar contacto
de la víctima con el infractor y cualesquiera otras, bajo discrecionalidad judicial, que
exijan las circunstancias (LO 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víctima del delito,
Preámbulo, p. 4).

De esta ley pueden beneficiarse las personas que hayan sido víctimas del delito de trata
de seres humanos y se tienen especialmente en cuenta por su naturaleza y su gravedad
con respecto a los prejuicios causados (BOE, 2015).

37
Por otro lado, se han elaborado normas de creación de Órganos especializados e
instrucciones, relativos a la trata de seres humanos. Por un lado, encontramos la ‘’Orden
del Ministerio del Interior 28/2013, de 18 de enero, por la que se desarrolla la estructura
orgánica y funciones de los Servicios Centrales y Periféricos de la Dirección General de
la Policía’’ y, por otro, la ‘’Instrucción 6/2016, de la Secretaria de Estado de Seguridad,
sobre actuaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la lucha contra la
trata de seres humanos y en colaboración con las organizaciones y entidades con
experiencia acreditaba en la asistencia a las víctimas’’ (Cuerpo Nacional de Policía,
2020).

La ‘’Orden INT/28/2013’’, pretende mejorar la colaboración con la policía internacional


para lograr resultados más satisfactorios reestructurando las diligencias de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado (FFyCCSE) y reorganizando sus funciones referentes a
los diferentes departamentos y oficinas. En el artículo 9 se habla de quienes tienen
competencia para el delito de trata de seres humanos, siendo la Comisaría General de
Extranjería y Fronteras con sus respectivas unidades: secretaría general, unidad central
de redes de inmigración ilegal y falsedades documentales, unidad central de fronteras,
unidad central de expulsiones y repatriaciones y centro nacional de inmigración y
fronteras (BOE, 2013).

Por su parte, la ‘’Instrucción 6/2016, de la Secretaria de Estado de Seguridad’’, crea


nuevas figuras en el tratamiento de la trata de seres humanos en colaboración con
organizaciones y entidades encargadas de la asistencia a las víctimas. Por un parte, se crea
la figura de Interlocutor Social Nacional que tiene la función de cooperar con el
Interlocutor Social Territorial, haciéndolo a su vez con las organizaciones expertas en la
problemática (Secretaría de Estado de Seguridad, 2016).

El último instrumento a mencionar es el ‘’Plan Integral de Lucha contra la Trata de


Mujeres y Niñas con Fines de Explotación Sexual (2015-2018)’’ elaborado por el
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. El Plan Integral comienza
contextualizando el fenómeno de la trata de seres humanos para después hacer una síntesis
del marco normativo, tanto a nivel europeo como a nivel nacional. Después, describe el
plan de acción propuesto. Comienza exponiendo que para que la lucha contra la trata sea
eficaz deben hacerse en función de siete pilares básicos, a saber: enfoque de derechos
humanos, enfoque de género, prioridad del interés del menor, mejorar el conocimiento de
la problemática de la trata, las víctimas son el centro de la acción, se debe perseguir el

38
delito y enjuiciar la trata de seres humanos y, por último, se deben hacer todas las
actuaciones partiendo de un enfoque integral que promueva la cooperación y la
participación. Se establecieron cuáles eran las prioridades y a cada una se le asignaron
unos objetivos específicos y las medidas para llevarlos a cabo. En la siguiente tabla se
exponen las prioridades y sus objetivos correspondientes (Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad, 2015):

Tabla 5. Prioridades y objetivos del Plan Integral de Lucha contra la Trata de Mujeres y Niñas con
Fines de Explotación Sexual (2015-2018)

Objetivo específico 1: Visibilizar la realidad de la trata


y promover un mensaje claro y contundente a la
sociedad de tolerancia cero a la trata de mujeres con
fines de explotación sexual

Prioridad 1: Refuerzo de la Objetivo específico 2: Aumentar la información y la


prevención y detección de la trata formación sobre la trata con fines de explotación sexual
entre profesionales de entidades públicas y privadas

Objetivo específico 3: Reforzar los mecanismos de


detección de la trata de seres humanos con fines de
explotación sexual

Objetivo específico 4: Reforzar mecanismos de


identificación, asistencia y protección a víctimas de trata

Prioridad 2: Identificación, Objetivo específico 5: Reforzar los servicios de


protección y asistencia a las víctimas información y atención a las víctimas de trata con fines
de la trata de seres humanos de explotación sexual

Objetivo específico 6: medidas dirigidas a la atención


de las situaciones de mayor vulnerabilidad

Prioridad 3: Análisis y mejora del Objetivo específico 7: Favorecer la mejora del


conocimiento para una respuesta conocimiento de las situaciones de trata de mujeres con
eficaz frente a la trata con fines de fines de explotación sexual a través de la investigación
explotación sexual de esta realidad

39
Objetivo específico 8: Refuerzo a la investigación de

Prioridad 4: Persecución más activa a los casos de trata con fines de explotación sexual
los tratantes Objetivo específico 9: Refuerzo de los instrumentos
para el enjuiciamiento de la trata de seres humanos

Prioridad 5: Coordinación y Objetivo específico 10: Impulso de la coordinación y


cooperación entre instituciones y participación en materia de trata con fines de
participación de la sociedad civil explotación sexual

Elaboración propia a partir de Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (2015). Plan
integral contra la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual (2015-2018). Madrid,
España.

TRATA DE MUJERES CON FINES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL

Como se dijo en la introducción, la conocida como industria del sexo mueve anualmente
millones y millones de euros, siendo el tercer negocio más lucrativo, después del
narcotráfico y la venta de armas (APRAMP, 2005). En España, concretamente, según los
datos del INE (2014), la prostitución supone un 0,35% del PIB total de nuestro país, en
total unos 3.783 millones de euros.

La prostitución forzosa ha ido cambiando en los últimos años con la evolución del
capitalismo, lo que también ha propiciado su expansión y crecimiento. Este nuevo modelo
económico que se extiende a nivel mundial, hace que la prostitución haya sufrido grandes
cambios, tanto en su funcionamiento como en su lógica social. El canon de prostitución
que se puede estudiar actualmente es diferente al de hace 25 o 30 años. Es diferente,
primero, en cuanto a lo social; ya no son mujeres nacionales las que son prostituidas por
sus maridos (conocidos en los años noventa como macarras o macarrones), sino que, con
la globalización y el fácil acceso y movimiento entre países, la gran mayoría de las
mujeres en prostitución son extranjeras, que, en la gran mayoría de los casos, son mujeres
tratadas que debido a su vulnerabilidad y escasez de recursos buscaron una vida mejor.
También, ha cambiado el espacio. De espacios pequeños se ha pasado a los conocidos
como macro-burdeles que tienen detrás toda una verdadera red criminal organizada.
Además, cambia el beneficio que se obtiene de la industria. Actualmente, hay realmente
un negocio ilícito detrás del que se lucra toda una jerarquía de personas e instituciones
dentro de un mismo estado. Es más, es bien sabido que hay países que se mantienen

40
económicamente de industrias ilegales como la trata y la explotación sexual y es aceptado
por instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (Cobo, 2017).

Según APRAMP (2005) la prostitución puede adoptar varias formas. En primer lugar, la
prostitución en la calle, que suele darse a las afueras de la ciudad o en grandes parques.
Por otro lado, la prostitución en locales o burdeles, que ya cuentan en el interior con
instalaciones de bar y habitaciones. También, la prostitución en domicilios privados que
sería algo parecido como prostitución a domicilio. Y, por último, se considera que existen
nuevas formas de prostitución, cómo los servicios de acompañamiento, la que aparece en
salones de masaje o un nuevo patrón que nace con Internet.

En nuestro país, las cifras hablan por sí solas. España es el tercer país donde más se
consume prostitución, solo detrás de Tailandia y de Puerto Rico. En Tailandia se
considera que el 73% de los varones consumen o han sido consumidores de prostitución,
en Puerto Rico la cifra es de un 61% y en España, de un 39%, encabezando el ránking
europeo (APRAMP, 2011). Según la ONU, esta demanda propicia el mercado de la trata
de seres humanos. Según el Informe de Naciones Unidas sobre la trata de personas, entre
600.000 y 800.000 personas son víctimas de trata transnacionales, es decir, que cruzan
las fronteras siendo víctimas de este delito. De esta cifra el 80% son mujeres y el 50%
son personas menores de edad (UNODC, 2014).

Es importante resaltar que la explotación sexual es una cuestión de género. El 98% de


estas víctimas son mujeres y niñas (OIT, 2005). Esta problemática afecta a las mujeres
por el hecho de ser mujeres y deja a los hombres como consumidores por el hecho de ser
hombres. Es una de las formas dónde se perpetúan los roles de género que son asociados
por la sociedad patriarcal: la mujer es un mero objeto que debe estar a disposición del
placer del hombre, sin tener en cuenta el suyo propio. Además, hay que sumarle la
situación de superioridad en la que se coloca el varón que al pagar se cree con el derecho
de realizar todo tipo de prácticas (APRAMP, 2011). En este mismo sentido, realiza un
análisis Rosa Cobo, poniendo de manifiesto que la expansión del capitalismo ha marcado
aún más cuáles son los roles para hombres y para mujeres y ha hecho que los patrones
patriarcales se señalen aún más y ganen fuerzas. En este sentido, el patriarcado pone de
manifiesto que los cuerpos de las mujeres pueden ser comprados por hombres y así, les
pertenecen (Cobo, 2017).

41
Otro aspecto del que no se puede dejar de hacer mención en la explotación sexual, es la
feminización de la pobreza, concepto que hace referencia a que existen sesgos de género
que hacen que las mujeres sufran más situaciones de vulnerabilidad y más pobreza, y que
les cueste más salir de esta situación. Este término comenzó a acuñarse a finales de los
años 70 en EEUU y quería reflejar que, en cuanto a ingresos, las mujeres eran más pobres
que los hombres ya que mientras ellos trabajaban fuera de casa en trabajos remunerados
ellas encabezaban los hogares familiares, sin remuneración y sin reconocimiento
(Aguilar, 2011). En este sentido Ranea (2018), en su investigación que relaciona la
supervivencia de la pobreza y la prostitución, expone que la feminización de la pobreza,
las discriminaciones machistas, la exclusión del mercado laboral y la ausencia de
oportunidades, son algunas de las causas que abocan a las mujeres a prostituirse. Es decir,
en muchas ocasiones la prostitución se le presenta a mujeres en situaciones de
vulnerabilidad y de exclusión social, como la única actividad que les permite seguir
adelante. Aunque no hay que olvidar que la principal causa de que una mujer se prostituta
es que existe demanda masculina. Se han realizado muchas investigaciones para conocer
la relación entre pobreza y prostitución. Cobo (2017) afirma que existe una relación muy
estrecha entre estas situaciones, llegando incluso a afirmar que el sistema prostitucional
necesita de mujeres vulnerables ya que así es más fácil que los hombres aprovechen su
situación de superioridad para satisfacer sus demandas. Por lo que se concluye, que la
industria de la prostitución se nutre de las desigualdades de género en las que se
estructuran los sistemas patriarcales. Se puede concluir que la evolución del análisis de la
feminización de la pobreza ha estado basada en que las mujeres tienen en su propio cuerpo
la herramienta que les permite sobrevivir, es decir, se les hace ver que ellas mismas son
la materia prima, y se les insta a que elijan hacer con su sexualidad y su cuerpo lo que
quieran, enmascarando esta especie de presión en un falso proceso de empoderamiento
(Ranea, 2018).

¿Por qué los hombres consumen prostitución?

Continuando con la mención que se ha hecho de que la principal causa de la prostitución


es la demanda masculina, en España se conoce que 4 de cada 10 hombres consumen
habitualmente o han sido consumidores en algún momento (APRAMP, 2011). No hay
que olvidar, que como se ha dicho, la prostitución se basa en la desigualdad estructural
que existe entre hombres y mujeres, por lo que la demanda masculina se aprovecha de la

42
precariedad de estas mujeres. Se suele nombrar el consumo de prostitución por parte de
los hombres como construcción de la sexualidad, ya que, en el imaginario patriarcal, la
actividad sexual es el centro de la construcción de la masculinidad. Debido a esto, este
argumento es usado en multitud de ocasiones para justificar el consumo de prostitución,
ya que se dice que los hombres tienen un impulso sexual tan desmesurado que tienen que
complacerlo a toda costa, igualándolo al nivel de necesidad. Así, con la satisfacción de
esa necesidad se justifica la violencia sexual que se produce al violentar los cuerpos de
las mujeres que se encuentran en situación de prostitución. También, es importante
señalar que el grupo de consumidores es heterogéneo, que sería inútil intentar señalar un
perfil demográfico concreto. Por último, cabe señala que estamos asistiendo a una
normalización de la prostitución como parte del ocio masculino (Ranea, 2018).

Como se ha dicho, periódicamente se intenta cuantificar las mujeres que se encuentran en


situación de prostitución, aunque los datos que se obtienen no reflejan la realidad. De
igual modo, también se han llevado a cabo investigaciones para conocer cualitativamente
quiénes son los consumidores de prostitución.

A continuación, se exponen dos trabajos de investigaciones basadas en entrevistas a


hombres consumidores de prostitución que han tenido el objetivo de clasificar a los
clientes. En este punto me gustaría resaltar que el uso de la palabra ‘’cliente’’ implica el
carácter mercantilista de la relación entre ambas partes, la cual no es compartida, pero va
a ser empleada en las siguientes líneas para evitar el uso de otros apelativos malsonantes.

Gómez, Pérez y Verdugo (2015) llevaron a cabo un estudio entrevistando a 29 clientes


españoles de prostitución para lograr una clasificación. Distinguieron cuatro tipos
diferentes de clientes en función de dos criterios: en primer lugar, los clientes que buscan
satisfacción de necesidades fuera del ámbito sexual y, en segundo lugar, los que
demandan sexo como actividad de ocio. Los clasificaron en cliente misógino y cliente
amigo, relativos al primer criterio, y cliente consumidor y cliente crítico, con referencia
al segundo criterio. En la siguiente tabla se comparan esta tipología en función de la
motivación que tienen los hombres, de cómo se relacionan con las mujeres, de cuál es el
problema que ven en la prostitución con su solución correspondiente y qué cree que es la
causa de que se consuma prostitución:

43
Tabla 6. Tipos de clientes de prostitución

Relaciones de
Temática y Problema.
género: ser Causas
motivación Solución
femenino

Fama de putero.
Consumo
Higiene, precios. Instituto sexual y
prostitución.
Cliente Mujeres falsas y Legalizar para viril. Mujeres
Sexuales,
misógino viciosas que paguen a como seres
diversión,
hacienda y exista irresistibles
fantasías, etc.
control sanitario

Todos somos
Prostitución como
libres para decidir
negocio.
comprar y/o
Cliente Hedonismo, Mercancía y Ley oferta y
vender. Legalizar
consumidor diversión, consumidor demanda
para garantizar
alternativa, ocio,
calidad en el
comodidad, etc.
servicio.

Explotación de
las mujeres y
Prostitución como Instinto sexual y
estigma social de
medio de viril. Necesidades
ellas. Legalizar
sociabilidad. Mujeres falsas y económicas de
Cliente amigo para que no haya
Afectiva, sexual, mujeres buena ellas.
explotación y
relación social, Estigmatización
garanticen control
amistad, etc. de las mujeres
sanitario e
higiénico

44
Prostitución como
Explotación
producto del
mujer, beneficio
patriarcado y el
Mujer oprimida, para capitalistas y
capitalismo. Capitalismo y
Cliente crítico hombre opresor. hombres. Que
Comodidad, patriarcado
Relación de poder desaparezca el
abuso de un
patriarcado y el
privilegio
capitalismo
masculino

Elaboración propia a partir de Gómez, A., Pérez, S. y Verdugo, R. M. (2015). El putero español.
Madrid, España: Catarata.

Es importante señalar que todos los hombres entrevistados y clasificados en alguna de


estas categorías consumen frecuentemente o ha sido consumidor de prostitución en algún
momento, aunque con pensamientos e ideologías muy diferentes. Según las autoras, el
nivel de sexismo y misoginia se reduce considerablemente al cambiar de tipología de
cliente, siguiendo la tabla, aunque el único que defiende la abolición de la prostitución es
el cliente crítico, las demás categorías apoyan la regularización, aunque con diferentes
fundamentos: por ejemplo, el cliente crítico y el cliente consumidor defienden la
legalización porque si se llevan a cabo controles higiénicos el servicio será de mayor
calidad; sin embargo, el cliente amigo apoya la legalización basándose en que así se
dejaría de explotar a las chicas y trabajarían en mejores condiciones (Gómez y cols.,
2012).

Gómez, Casado-Neira y Pérez (2015) realizaron una investigación similar analizando


entrevistas a 18 clientes y clasificaron a los clientes de la misma forma que el estudio
anterior. Primero, el cliente misógino que ve la prostitución como necesaria porque
responde al orden natural de las relaciones de género, dónde el hombre tiene que
desahogarse sexualmente con mujeres, es decir, es una visión totalmente mercantilista.
Lo más importante de esta categoría, es que esa visión misógina es extensible a todas las
mujeres, que catalogan como seres perversos y convenidos que intentan aprovecharse de
los hombres. Después, describen al cliente mercantilista o desinhibido (correspondiente
en la clasificación anterior al cliente consumidor). Estos ven la prostitución como una
oferta de producto, simplemente como una oportunidad para tener sexo. Ven a la mujer
como una igual y consideran que ambos disfrutan las relaciones sexuales. Incluso se
proclaman como defensores de la igualdad entre hombres y mujeres y la enfatizan en las

45
relaciones sexuales, creyendo que aportan algún tipo de placer al mantener relaciones con
mujeres en situación de prostitución. También, señalan al cliente amigo o galán experto
que ve la prostitución como una alternativa afectivo-sexual. Son hombres que se muestran
amables y empáticos hacia las mujeres, llegando incluso a establecer algún tipo de lazo
afectivo con ellas. Se consideran buenos amantes y creen que son capaces de proporcionar
placer a las mujeres, ya que creen que las mujeres dejan de lado la motivación de las
ganancias económicas para dedicarse al goce y disfrute de ellos. Por último, también
analizan al cliente crítico o de emergencia que hay que decir que es el que menos se ha
encontrado. Este cliente reconoce la existencia de la desigualdad de género y admite las
injusticias a las que las mujeres son sometidas. Ven la prostitución como una forma de
dominación masculina y como un contexto en el que los hombres pueden ejercer sus roles
hegemónicos y sus privilegiados gozando de impunidad y aceptación. El cliente crítico
ha sido consumidor esporádico debido a la presión ejercida por los iguales y no guarda
un buen recuerdo de la ocasión.

Ordenanzas municipales como posible solución a la prostitución callejera

Como se ha mantenido a lo largo de trabajo, en los últimos años estamos asistiendo a un


auge de las redes criminales que da lugar a que los delitos evolucionen y se lleven a cabo
de diferente forma que como se haría, por ejemplo, en el siglo pasado. Esto hace necesario
que el derecho penal se actualice y elabore nuevas estrategias para combatir esta
criminalización en auge que también fortalezca el derecho administrativo sancionador
(Arce, 2018).

Como se verá más adelante, España en un país regulacionista que no prohíbe el consumo
de prostitución, pero sí se han llevado a término determinadas medidas para combatir la
prostitución. Se trata de ordenanzas municipales que, como se expondrá, han sido muy
criticadas. Se toma a continuación el ejemplo de Sevilla.

En el año 2017, el ayuntamiento de Sevilla publica la Ordenanza municipal para luchar


contra la prostitución y la trata con fines de explotación sexual en la ciudad de Sevilla.
Mantiene una clara intención de abordar la prostitución desde una perspectiva de género,
así se expone:

‘’El consumo de servicios sexuales forma parte de la socialización de género, de los


modos de comportarse que la sociedad patriarcal se ha preocupado de transmitir y

46
mantener, es la demanda de servicios sexuales el elemento determinante de la existencia
de esta grave infracción de violencia hacia las mujeres. Por ello, la Ordenanza sanciona
la conducta de quienes atentan contra los Derechos Humanos de las mujeres en situación
de prostitución, trata y explotación sexual considerándolas como meros objetos de
consumo. […] La mujer en situación de prostitución ha de tener la consideración de
víctima, ya que la prostitución es una forma extrema de violencia de género. Es en este
contexto donde hay que considerar como beneficiarios de la explotación sexual tanto al
proxeneta como al cliente. No puede ni debe darse un mismo tratamiento a la víctima y
al explotador. Por ello, la Ordenanza sanciona la demanda de servicios sexuales,
favorecimiento, promoción o facilitación de estas conductas, y nunca el ofrecimiento por
parte de la víctima. La figura del proxeneta como explotador ya está recogida en nuestra
legislación penal. No así la del cliente. Las Fuerzas de Seguridad del Estado centran su
lucha contra los explotadores sexuales en los establecimientos cerrados. Las
intervenciones contra la prostitución en la vía pública suelen centrarse en las mujeres. En
la calle no aparece el proxeneta y la demanda de servicios no está sancionada […]’’.
(Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y la trata con fines de explotación
sexual en la ciudad de Sevilla, Exposición de motivos, p. 7 y p. 11).

Dicho esto, la finalidad de la ordenanza se relata como:

‘’Esta Ordenanza tiene por objeto luchar contra la prostitución y la trata con fines de
explotación sexual en la ciudad de Sevilla, considerándola como manifestaciones de la
violencia de género, preservando los espacios públicos como lugares de convivencia,
civismo e igualdad, en los que no se promueva una imagen sexista de las mujeres como
objeto de consumo sexual […] Esta Ordenanza establece los principios generales de
actuación con el objeto de fomentar y promover la igualdad entre mujeres y hombres;
identifica los bienes jurídicos protegidos; detalla cuales son las normas de conducta que
se prohíben; prevé las sanciones que corresponden por las infracciones cometidas’’.
(Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y la trata con fines de explotación
sexual en la ciudad de Sevilla, art. 1, p. 11).

En el Capítulo II expone los principios generales que serían respectivamente: igualdad de


trato (artículo 6), igualdad de oportunidades (artículo 7), respeto a la diversidad y a la
diferencia (artículo 8), integración de la perspectiva de género (artículo 9), acción positiva
(artículo 10), eliminación de roles y estereotipos sexistas (artículo 11) y colaboración y
coordinación (artículo 12) (BOP de Sevilla, 2017).

47
‘’Se prohíbe toda discriminación basada en el sexo de las personas, tanto directa como
indirecta y cualquiera que sea la forma utilizada para ello. No se considerarán
constitutivas de discriminación por razón de sexo las medidas que, aunque planteen un
tratamiento diferente para las mujeres y para los hombres, tienen una justificación
objetiva y razonable, entre las que se incluyen las acciones positivas para las mujeres, al
tratarse de un grupo de población que requiere un plus de protección por los
condicionamientos económicos y sociales que condicionan su situación y la violencia de
género ejercida sobre ellas’’. (Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y
la trata con fines de explotación sexual en la ciudad de Sevilla, art. 6, p. 13).

‘’Se deben adoptar las medidas oportunas para garantizar el ejercicio afectivo por parte
de mujeres y hombres, en condiciones de igualdad, de los derechos políticos, civiles,
económicos, sociales, culturales y demás reconocidos en la Constitución y en el resto de
nuestro ordenamiento jurídico’’. (Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución
y la trata con fines de explotación sexual en la ciudad de Sevilla, art. 7, p. 13).

‘’Deben establecerse los medios necesarios para que la consecución de la igualdad entre
mujeres y hombres y la erradicación de la violencia de género se realice tanto respetando
la diversidad y las diferencias existentes entre mujeres y hombres en cuanto a su biología,
condiciones de vida, aspiraciones y necesidades, como a la diversidad y diferencias
existentes entre los distintos grupos de mujeres’’. (Ordenanza municipal para luchar
contra la prostitución y la trata con fines de explotación sexual en la ciudad de Sevilla,
art. 8, p. 14).

‘’Esta ordenanza incorpora la perspectiva de género de modo y forma que tiene a eliminar
las desigualdades y promueve la igualdad de mujeres y hombres, teniendo en cuenta las
diferentes situaciones, condiciones, aspiraciones y necesidades de mujeres en situación
de explotación sexual’’. (Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y la trata
con fines de explotación sexual en la ciudad de Sevilla, art. 9, p. 14).

‘’En esta Ordenanza se tendrán en cuenta cuantas medidas de acción positiva deben ser
tenidas presentes para promover la consecución de la igualdad real y efectiva de mujeres
y hombres’’. (Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y la trata con fines
de explotación sexual en la ciudad de Sevilla, art. 10, p. 14).

‘’Se debe promover la eliminación de los roles y estereotipos construidos socialmente en


función del sexo, sobre los que se asientan la desigualdad y la violencia ejercida contras

48
las mujeres’’. (Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y la trata con fines
de explotación sexual en la ciudad de Sevilla, art. 11, p. 14).

‘’El Ayuntamiento de Sevilla colaborará y trabajará de forma coordinada a nivel interno


y también con otras instituciones, organismos, entidades, asociaciones y colectivos, con
objeto de que sus intervenciones sean más eficaces y acordes con una utilización racional
de los recursos’’. (Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y la trata con
fines de explotación sexual en la ciudad de Sevilla, art. 12, p. 14).

A continuación, en el título III se describen las conductas tipificadas que serán sanciones
o que conllevarán a infracciones:

‘’Se prohíbe solicitar, negociar, o aceptar, directa o indirectamente, servicios sexuales


retribuidos en los espacios y/o lugares descritos. […] A estos efectos se considerará
demanda o aceptación la proposición para su propio disfrute o el de tercera persona de la
realización de cualquier actividad de carácter sexual a cambio de un pago. Se prohíbe
realizar cualquier actividad de carácter sexual, en el espacio público de Sevilla, mediando
retribución por ella. En los supuestos mencionados en los dos apartados anteriores, se
considerará que ha existido pago o retribución […]’’. (Ordenanza municipal para luchar
contra la prostitución y la trata con fines de explotación sexual en la ciudad de Sevilla,
art. 14, p. 15).

‘’A los efectos mencionados en el artículo anterior, se prohíben las conductas que puedan
considerarse como favorecedoras o que promuevan el consumo de prostitución u otras
formas de explotación sexual, el mercado prostitucional y/o el turismo sexual. […] Se
considerarán dentro de estas conductas de favorecimiento y promoción las consistentes
en aproximar a los clientes a los lugares donde se encuentran las personas en situación de
prostitución y cualquier otra conducta que sirva para el acercamiento entre ambas partes’’.
(Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y la trata con fines de explotación
sexual en la ciudad de Sevilla, art. 15, p. 15).

‘’Se prohíbe la colocación, reparto, divulgación y/o difusión de publicidad que promueva,
favorezca o fomente el consumo de prostitución y la explotación sexual de las mujeres,
el mercado prostitucional y el turismo sexual, cuando se utilice para ello: […] el
estacionamiento o aparcamiento de vehículo o remolque o cualquier otro elemento, cuya
función normal en el espacio público no sea de soporte publicitario […], la publicidad
móvil […], cualquier otro medio audiovisual y/o folletos, panfletos o cualquier otro

49
formato en papel’’. (Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y la trata con
fines de explotación sexual en la ciudad de Sevilla, art. 16, p. 16).

A raíz de la implementación de ordenanzas de este tipo muchos autores han analizado su


impacto y sus consecuencias. Lo han hecho desde la visión de que las principales
afectadas son las mujeres en situación de prostitución, ya que se considera que estas
acciones lejos de luchar contra la explotación sexual, solo criminalizan a las mujeres y
las discriminan, estigmatizan y cosifican aún más, ya que son señaladas públicamente por
alterar el orden público. Además, se les prohíbe o limita el uso del espacio público lo que
conlleva a un evidente acoso policial que, a su vez, conlleva sanciones reiteradas. Todo
este proceso de criminalización y estigmatización hace que las pocas condiciones
laborales que ellas mismas pueden negociar empeoren, debido a la rapidez con la que
deben darse los servicios por el miedo a las sanciones. También, este tipo de medidas crea
sentimientos de inseguridad y suspicacia en las mujeres hacia las administraciones
públicas y hacia las FFyCCSE ya que los ven como enemigos. Las mujeres se encuentran
en la dicotomía de que existen asociaciones y entidades que les ofrecen apoyo y ayuda y,
por otro lado, las administraciones y cuerpos policiales las persiguen y sancionan
(Barcons, 2018).

No hay que olvidar que las medidas que sancionan tanto a clientes como a trabajadoras
sexuales también repercuten en el volumen de ‘’trabajo’’ de las mujeres, que afecta a su
situación económica, y no debemos olvidar que en, la mayoría de las ocasiones, es su
único modo de vida y del que depende no solo ella, sino toda su familia (Barons, 2018).

Ordenanzas municipales, como la descrita, han sido muy criticadas. En primer lugar, se
ha cuestionado que sea la norma adecuada para luchar contra la explotación sexual y para
sancionar los comportamientos infractores, ya que en la mayoría de los casos se pone el
punto de mira en las mujeres. En segundo lugar, también se ha cuestionado la legalidad
en tanto a una cuestión de derechos fundamentales. Y, en tercer lugar, estas ordenanzas
han sido catalogadas como ‘’derecho administrativo del enemigo’’, que se usa la
expresión para referirse a personal que niegan el derecho y no se comportan de acuerdo
a las leyes y se considera que su comportamiento asocial es peligroso para la sociedad
por producir inseguridad al no comportarte de acuerdo a los derechos y deberes (Iglesias-
Lucía, 2018).

50
Para Barons (2018) el supuesto de basar las ordenanzas municipales en el civismo y en la
armonía de la ciudadanía no es más que una excusa que cubre el estigma de la inmoralidad
que conllevan las mujeres en prostitución. No hay datos concluyentes en los estudios
realizados que aporten que la seguridad ciudadana se ve alterada o perturbada por el
ejercicio de la prostitución, por lo que se concluye que estas ordenanzas son una excusa
para trasladar la prostitución a espacios privados y hacerla invisible. También, concluye
que las ordenanzas no llevan a la erradicación de la prostitución, sino que simplemente
se criminaliza al colectivo y se machaca a las mujeres.

No puede afirmarse entonces que las ordenanzas municipales sean el mejor instrumento
para combatir la trata de personas con fines de explotación sexual, sino que, por el
contrario, colocan a la víctima en una situación de mayor vulnerabilidad. Además, no se
sanciona al explotador, sino a mujeres y clientes. Realmente, es solo un intento de resolver
el problema, pero de forma muy superficial (Arce, 2018).

SISTEMAS A FAVOR Y EN CONTRA DE LA PROSTITUCIÓN

Los sistemas que se posicionan a favor o en contra de la prostitución lo hacen en función


de las diferentes tendencias ideológicas que corren alrededor de ella y en función de la
concepción que se tiene, por ejemplo, si se realiza de forma voluntaria, si debe prohibirse
por ser un ataque a los derechos humanos fundamentales, etc. La adopción de una u otra
forma de pensar viene dada por la ética y la moral de cada uno que desemboca en aceptar
esta práctica como socialmente aceptable o no (Molina, 2008). Según Parrón y Bolaños
(2003) esta concepción ideológica sobre la prostitución puede dividirse en dos visiones.
Primero, la visión determinista, que entiende la prostitución como la única salida que
tienen algunas mujeres que se encuentran en situaciones muy vulnerables. Esta visión las
reduce a simple mercancía por lo que es una vulneración de los derechos humanos.
Establece que la prostitución nunca es una opción elegida libremente, sino que las mujeres
llegan a esa situación de manera forzada. Por otro lado, la visión voluntarista, que está
basada en la libertad de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo y para elegir sobre
su sexualidad. Ve la prostitución como una opción legítima en la que no existe
vulneración de derechos humanos.

51
A partir de estas visiones pueden analizarse los diferentes sistemas a favor y en contra de
la prostitución que, de forma general, puede clasificarse en tres: sistema reglamentarista
o regulacionismo, sistema abolicionista y sistema prohibicionista.

Sistema reglamentarista

Este modelo considera el ejercicio de la prostitución como una actividad que es imposible
de erradicar. Por eso, ante la imposibilidad de eliminarla quiere establecer una serie de
normas para controlarla y paliar los problemas que puede ocasionar. Adjudica al Estado
la responsabilidad de controlarla. Tiene dos objetivos básicos, a saber, proteger la salud
pública y salvaguardar la seguridad ciudadana, el orden público y la moral social (Molina,
2008). Las acciones que llevan a cabo normalmente son la delimitación de espacios
públicos y privados, estableciendo horarios y características determinadas. También, se
otorgan licencias a los espacios destinados para dicho fin y se impone un sistema de
control médico. Por último, establece derechos y obligaciones tanto a las prostitutas,
como a los dueños de los locales, a los clientes y a las autoridades civiles y policiales
(UGT, 2006).

Esta modelo parte de la concepción de que la prostitución es un trabajo elegido de forma


voluntaria, por lo que se exigen los derechos laborales que puede tener cualquier otro
oficio, como el beneficiarse del régimen de Seguridad Social. A partir de aquí propone
argumentos para justificar su postura. En primer lugar, al ofrecer un sistema de control
médico se garantiza el control de la propagación de ciertas enfermedades por lo que se
garantizan unas condiciones higiénicas más óptimas a los clientes. Por otro lado, se corta
de raíz el problema de la prostitución callejera al habilitar locales. Además, se eliminaría
la imagen de marginalidad que proporciona la prostitución, promoviendo la aceptación
que merece al ser un trabajo como otro cualquiera. Como se ha mencionado antes, se
quiere otorgar a las mujeres de derechos administrativos para que, por ejemplo, puedan
cotizar y tengan una jornada laboral regulada. Este argumento es usado en pro de la
economía de los diferentes lugares, ya que pasaría de ser un negocio clandestino que
mueve dinero ilegal a un negocio totalmente legal que repercute en las ganancias del
Estado. Por último, se argumenta que al regular la prostitución se disminuiría
considerablemente la trata con fines de prostitución forzada (Morales, 2011).

El término que más identifica a esta postura es el de ‘’trabajadoras sexuales’’ ya que parte
de que es un oficio que ha existido siempre por ser fruto de la libertad y de la elección

52
libre e individual y, por eso, debe ser respetada y aceptada por la sociedad. Como es algo
imposible de erradicar se debe regular para que se lleve a cabo de la mejor forma posible
(Morales, 2011).

Pero, los detractores de esta postura no han tardado en dar argumentos en contra de todas
las afirmaciones anteriores. En primer lugar, en lo referente al chequeo médico supone
una discriminación muy evidente, ya que solo se realizaría a las mujeres y no a los
clientes. Por lo que no se abarca toda la salud pública. Por otro lado, esa imagen idílica
de las mujeres a decidir pierde su sentido cuando el cliente paga por el servicio, ya que
este admite la potestad para realizar la práctica que quiere, sin importar si la mujer accede
o no. Además, en cuanto a la mujer de la regularización de la situación administrativa de
las mujeres, no siempre ellas están dispuestas ya que, por ejemplo, ocultan a sus familias
su forma de ganarse la vida. La crítica más importante que se le hace, es que aumentaría
la demanda de prostitución y, por ende, aumentaría la trata como forma de satisfacer las
exigencias de los clientes. Los que no defiende este modelo, lo analizan afirmando que
abre las puertas para mafias y proxenetas, ya que los derechos humanos fundamentales
de las víctimas serían igual de violentados y que incluso podrían aparecer nuevas formas
de prostitución (Raymond, 2003).

El país más conocido que ha legalizado la prostitución es Holanda. Despenalizó la


prostitución en el año 2000 con el objetivo de evitar la explotación y conseguir para las
mujeres unas condiciones laborables adecuadas. Desde esta fecha, se calcula que la
prostitución en este país ha aumentado un 25% y que las mujeres siguen siendo en su gran
mayoría víctimas de trata. También llama la atención que el 80% de las mujeres admite
que desearía abandonar la prostitución si tuviera otra opción mejor (Daalder, 2015).

Otros países europeos que adoptan este modelo de forma similar a como lo hace Holanda
son Alemania, Austria, Grecia y Suiza. Otros prohíben la prostitución de burdeles, pero
la legalizan y regular si se ejerce de forma autónoma. Ejemplo de esto son los casos de
Hungría y Letonia (Morales, 2011).

Sistema abolicionista

El modelo abolicionista establece que la prostitución es una forma de violencia de género


en que la mujer es prostituida en contra de su voluntad y, por tanto, es la víctima de todo
el entramado. Define la relación que se da entra a mujer prostituida y el prostituidor como

53
una relación de desigualdad que es perpetuada por los valores patriarcarles, siendo el
hombre quien se beneficia de una situación dominante. Además, parte de que como tal
relación atenta contra la dignidad de la persona. Además, tiene consecuencias negativas
para la víctima, tanto físicas, psicológicas y sociales (Molina, 2018).

Los argumentos o peticiones que sostienen este sistema son los siguientes: en primer
lugar, se admite que la prostitución es una forma de esclavitud que, además, cosifica y
discrimina a las mujeres. También, defiende que si se acaba con la prostitución se acaba
con la trata de personas para prostitución forzada ya que es necesaria una repuesta legal
que persiga este tipo de acto delictivo. Para esto, cree totalmente necesario que se creen
programas de tratamiento y prevención para, por una parte, evitar que las mujeres en
situación de vulnerabilidad sean víctimas y, por otro, para tratar a las víctimas y
proporcionarles otro sustento de vida. Por último, el aspecto más importante de este
sistema es que la responsabilidad debe recaer en los prostituidores y no en las mujeres
(Morales, 2011).

Esta postura de ninguna manera comparte con la anterior que la prostitución se realiza
bajo la libre elección, sino que la víctima se ve condicionada por su situación y al verse
sin recursos es el único camino que puede elegir (Molina, 2018).

Igual que hay opiniones contra el anterior sistema, éste también ha recibido sus críticas.
En primer lugar, se critica que se dé por hecho que ninguna mujer elige la prostitución de
forma voluntaria, ya que se considera que se anula la capacidad de la mujer para decidir.
Por otro lado, se acusa al movimiento de ‘’puritano’’ y no estar de acuerdo en que cada
mujer viva su sexualidad como quiera y situarla por ese hecho es una situación de
vulnerabilidad. Por otra parte, se acusa al movimiento de exagerar las cifras de víctimas
de trata y víctimas de tráfico para exagerar el comercio sexual. En general, las opiniones
contrarias se basan en que existe represión y se intenta controlar a las mujeres privándolas
de que elijan en función de sus criterios (Morales, 2011).

Los países que han adoptado este sistema y que ha tenido mayor repercusión han sido
Suecia y Francia. El país pionero fue Suecia que estableció un sistema abolicionista de la
prostitución en 1999.

El modelo abolicionista sueco se basa en penalizar a los hombres que pagan por sexo
mientras que las mujeres que ejercen la prostitución no son penalizadas ni sancionadas.
Esta ley ha ido acompañada de medidas de prevención y sensibilización tanto para la

54
sociedad civil como para funcionarios (sanidad, docencia, fuerzas y cuerpos de
seguridad…). La premisa de la que se parte es que se considera la prostitución como una
forma de violencia ejercida por los hombres y dirigida hacia las mujeres. Existen datos
que abalan la eficacia de esta ley afirmando que la prostitución callejera ha llegado a
desaparecer casi por completo en algunas ciudades (Red Global de Proyectos de Trabajo
Sexual, 2015).

Otro ejemplo, que, aunque no ha adoptado el sistema abolicionista al completo sí lo ha


hecho en parte, es Francia, que presenta su ley para reforzar la lucha contra el sistema
prostitucional y apoyar a las personas prostituidas en 2016. También parte de la premisa
de que la prostitución es una forma de violencia que legitima la subordinación de las
mujeres a los hombres. Esta ley penaliza el proxenetismo en todas sus formas además de
prohibir la compra de actos sexuales. Por otra parte, propone una serie de medidas para
ayudar a las mujeres a salir de esta situación y apoyarlas una vez fuera y poner en marcha
programas de reparación del daño (Théry y Legardinier, 2017).

Sistema prohibicionista

Esta postura concibe la prostitución como una actividad ilegal y amoral, por lo que
considera que debe prohibirse su ejercicio. Para lograr su fin, se criminaliza tanto a la
mujer como al cliente, ya que ambos son considerados delincuentes. Al considerarse un
delito, debe ser perseguida por el Estado y debe ser éste quien intervenga para evitar que
se lleve a cabo y quién imponga los castigos correspondientes. Aquí, la mujer no es ni
víctima ni trabajadora sexual ni mujer prostituida, es la principal responsable de que esta
práctica se lleve a cabo (Molina, 2018).

Quienes se oponen a este sistema argumentan que prohibirla no conlleva necesariamente


su erradicación, sino que se seguiría realizando de forma clandestina lo cual supondría
otro tipo de problemas como la aparición de redes criminales dedicadas a la explotación.
Exponen que no es suficiente establecer medidas penales y que esto además perjudica a
las mujeres, ya que suman otra dificultad más (Morales, 2011).

Este modelo es el más represivo y sancionador y no deja ninguna puerta abierta para
debatir sobre la posible voluntariedad de las mujeres que ejercen la prostitución.
Directamente, asocia prostitución con delincuencia y crimen (Brufao, 2008).

55
De todos tres modelos descritos, este es el menos implantado en la Unión Europea y
cuando se ha hecho, ha sido mezclándolo con tendencias reglamentaristas y no adoptando
completamente el prohibicionismo (Brufao, 2008).

A continuación, se muestra un cuadro resumen de los tres posicionamientos y de los


argumentos a favor y en contra según APRAMP (2005):

Tabla 7. Posicionamientos a favor y en contra de la prostitución

A favor:
Facilita el control sanitario y se evita la propagación
de enfermedades de transmisión sexual

REGLAMENTARISMO En contra:

‘’El que tolera y regula la prostitución’’ Favorece el establecimiento de redes ilegales de


prostitución
Se consolida la prostitución como un oficio a costa
de la dignidad de las mujeres
Hace de la prostitución un servicio social necesario

A favor:
Luchar por la eliminación de la esclavitud
Evitar el comercio sexual cerrando los espacios
ABOLICIONISMO donde se practica
‘’El que reconoce la existencia de la
prostitución forzada y lucha por su En contra:

erradicación’’ Favorece el ejercicio clandestino de la prostitución


en todas sus formas
Aumenta las ganancias de los explotadores
Agrava los riesgos para la salud

PROHIBICIONISMO A favor:
‘’El que la prohíbe y castiga la El estado debe implicarse en la solución del
prostitución’’ problema

56
En contra:
Favorece el ejercicio clandestino y la aparición de
mafias explotadoras de mujeres
Elaboración propia a partir de APRAMP – Asociación para la prevención y reinserción de la mujer
prostituida (2005). La prostitución. Claves básicas para reflexionar sobre un problema. Madrid,
España.

RAZONES PARA NO LEGALIZAR LA PROSTITUCIÓN

APRAMP, en una de sus guías para luchar contra la prostitución desarrolla diez
argumentos para no legalizar la prostitución. Van dirigidos a todas sus formas, ya sean
avaladas o no por los Estados ya que se considera que, aunque la prostitución esté
legalizada el fenómeno comparte muchas características que cuando se da de manera
forzada. Además, parte del supuesto de que legalizar la prostitución solamente intensifica
el tráfico y la trata con fines de explotación sexual (APRAMP, 2005). Cabe destacar que
esta asociación se ha posicionado claramente a favor del abolicionismo y desarrolla todos
sus proyectos en esta línea.

Las diez razones para no legalizar la prostitución son las siguientes (APRAMP, 2005):

1. ‘’La legalización y/o despenalización de la prostitución es un regalo para los


proxenetas, los traficantes y la industria del sexo’’
2. ‘’La legalización y/o despenalización de la prostitución y de la industria del sexo
promueve el tráfico sexual’’
3. ‘’La legalización y/o despenalización de la prostitución no supone un control de
la industria del sexo. Lo expande’’
4. ‘’La legalización y/o despenalización de la prostitución aumenta la prostitución
clandestina, ilegal y la prostitución de la calle’’
5. ‘’La legalización de la prostitución y la despenalización de la industria del sexo
promueve la prostitución infantil’’
6. ‘’La legalización y/o despenalización de la prostitución no protege a las mujeres
que están en la prostitución’’
7. ‘’La legalización y/o despenalización de la prostitución aumenta la demanda de
la prostitución. Incentiva a los hombres a comprar a las mujeres por sexo en un
entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad’’

57
8. ‘’La legalización y/o despenalización de la prostitución no promueve una mejora
de la salud de las mujeres’’
9. ‘’La legalización y/o despenalización de la prostitución no aumenta las
posibilidades de elección de las mujeres’’
10. ‘’Las mujeres que están dentro de la prostitución no quieren que se legalice o
despenalice la industria del sexo’’

INTERVENCIÓN CON VÍCTIMAS DE TRATA

Es innegable que las víctimas de trata sufren graves consecuencias, tanto para la salud
física, como para la psicológica, como en el ámbito social. Es importante resaltar, que las
consecuencias no cesan una vez que termina la situación de explotación, sino que las
secuelas y el tratamiento puede extenderse mucho tiempo más. El supuesto del que se
parte para realizar una buena intervención es que los programas especializados sean
integrales, es decir, que incluyan la recuperación de las víctimas a corto y largo plazo y
que pueda extenderse en todas las áreas de su vida posible (APRAMP, 2016). Es
importante conocer los tipos de consecuencias que pueden sufrir las víctimas de trata para
adecuar la intervención y que sea lo más exacta y eficaz posible. Las consecuencias
negativas pueden ser, por un lado, consecuencias para la salud física que se derivan de
los abusos físicos y sexuales al que son sometidas las víctimas, además de malos hábitos
saludables en cuanto a alimentación, sueño e higiene. También, pueden estar derivados
por consumo de sustancias. También se dan consecuencias para la salud mental por la
violencia psicológica usada por los tratantes para reforzar la dependencia de las víctimas
hacia ellos. Por otra parte, existen consecuencias interpersonales y sociales ya que las
víctimas se encuentran aisladas del mundo exterior como forma de control. Otro tipo de
impacto negativo son las consecuencias económicas ya que las víctimas se encuentran en
situación de servidumbre y deben pagar una deuda demasiado elevada. Por último, se
sufren consecuencias legales ya que, en muchas ocasiones, el marco legal no reconoce a
las víctimas de trata como tal o directamente sufren las multas por estar en situación
irregular en un país que no es el suyo (OIM, 2007).

Como se viene admitiendo a lo largo del presente trabajo, la trata de seres humanos es
una vulneración de los derechos humanos fundamentales de las personas. Según la ‘’Guía
de intervención psicosocial para la asistencia directa con personas víctimas de trata’’ de
la OIM los derechos humanos de la persona víctima de trata son: ‘’derecho a la vida, a la

58
libertad y a la seguridad, derecho a una nacionalidad y a tener una familia, derecho a la
libertad de opinión, de expresión y de reunión, derecho a igual protección de la ley,
derecho a la educación, al trabajo, a la propiedad, al descanso, derecho a no ser sometida
a torturas, penas, ni tratos crueles, inhumanos o degradantes y derecho a no ser sometida
a esclavitud ni a servidumbre’’ (OIM, 2007).

Este tipo de intervención es llevada a cabo por asociaciones y ONGs. En nuestro país las
que mayor incidencia tienen son: Médicos del Mundo, APRAMP, Proyecto Esperanza y
Red Acoge.

APRAMP posee varias guías específicas en función de a los trabajadores a los que van
dirigidas. Así, tiene guías para profesionales de la salud, para los medios de
comunicación, para trabajadores sociales, para psicólogos y para las FFyCCSE. Por su
parte, la OIM también ha elaborado varias guías para reparar el daño de las víctimas,
siempre desde un enfoque de derechos.

A continuación, se menciona una guía de intervención de la OIM y la guía de APRAMP


dirigidas a profesionales de la salud y la dirigida especialmente a psicólogos.

Intervención psicosocial

LA OIM, en su ’’Guía de intervención psicosocial para la asistencia directa con personas


víctimas de trata’’ establece que ésta debe llevarse a cabo teniendo en cuenta siete
enfoques diferentes que son descritos brevemente en la siguiente tabla:

Tabla 5: Enfoques a tener en cuenta para la intervención psicosocial con víctimas de trata

Todas las personas, independiente de su condición (sexo,


edad, nacionalidad, cultura…) debe gozar de todos los
Enfoque de Derechos
derechos humanos por lo que el Estado y la propia sociedad
debe garantizar que así sea

Las víctimas se encuentran en una situación de inferioridad


por creerse en espacios no seguros. Se debe crear el clima que
Enfoque de Poder
le proporcione una situación de ventaja y confianza que le
ayude a empoderarse

59
Conocer cuáles son los obstáculos que se encuentran las
Enfoque de Género
víctimas por el simple hecho de ser hombre o mujer

Se tiene en cuenta el momento evolutivo en el que se


Enfoque Generacional
encuentra la persona y se adaptan las intervenciones a la edad

Reconocer que las víctimas pueden pertenecer a una cultura


Enfoque Multicultural diferente a la propia y que es igualmente válida. Se de realizar
la intervención respetando su punto de vista

Se parte de que las condiciones históricas, socioculturales,


Enfoque Contextual económicas de un determinado lugar afectan a la víctima. Se
debe realizar la intervención incluyendo el entorno

Reconocer que las víctimas han sufrido factores diferentes


Enfoque de Exclusión Social (pobreza, marginación, aislamiento, analfabetismo) para así
facilitar la comprensión de cómo ha sido su proceso
Elaboración propia a partir de OIM – Organización Internacional de las Migraciones (2007). Guía de
intervención psicosocial para la asistencia directa con personas víctimas de trata. Diseño Editorial
S.A.

Según esta guía los objetivos de la intervención psicosocial con víctimas de trata deben
estar orientados a que el profesional, en un primer momento, sirva como acompañante y
garantice un clima de confianza dónde la víctima logre fortalecerse personalmente y
aumente su capacidad de toma de decisiones y de resolución de problemas. Por eso, se
deben empoderar los recursos y capacidades de la víctima, además así se evita la
revictimización y se le ayuda a formar un nuevo proyecto de vida independiente y
autónomo (OIM, 2007).

Por otro lado, también existe interés en formar a los profesionales en este ámbito de salud
ya que, en muchas ocasiones, son los profesionales de atención primaria quienes detectan
a una víctima o quiénes son los encargados de trabajar con ella. APRAMP elabora en el
año 2016 una ‘’Guía de intervención con víctimas de trata para profesionales de la salud’’,
donde también propone que se trabajen aspectos relacionados con factores psicológicos
y factores sociales.

La guía parte de la necesidad de que los profesionales de la salud, al igual que otros
sectores como por ejemplo los medios de comunicación, conozcan lo que es realmente

60
ser una víctima de trata y saber cómo identificarlo. Se cree que son muchas las ocasiones
en que las mujeres víctimas han tenido algún tipo de contacto con algún profesional de la
salud mientras estaban siendo explotadas pero esta situación no ha sido reconocida por
éste. En la guía se admite que a priori una víctima de trata que acude a un servicio
hospitalario o de atención primaria puede tener las mismas características que cualquier
otro paciente, pero la dificultad está en aprender a ver más allá y saber identificar claves,
como, por ejemplo, desórdenes cognitivos que sufren las víctimas debido a la larga y
duradera exposición a la violencia (APRAMP, 2016).

Se exponen nueve indicadores de que una persona puede ser víctima de trata. Son
indicadores que pueden identificarse en la consulta. Es importante destacar que la
existencia de uno o varios de estos indicadores por sí solos no indica que una persona sea
realmente víctima de trata, sino que son indicios que ayudan a estar alerta (APRAMP,
2016):

1. ‘’Le acompaña alguien que parece que ejerce cierto control sobre ella’’
2. ‘’Presenta signos físicos de violencia o abuso’’
3. ‘’Se muestra con incapacidad de hablar en español o lo hace con mucha
dificultad’’
4. ‘’Su residencia en la ciudad o el país es reciente y se muestra incapaz de
proporcionar detalles de su dirección’’
5. ‘’Carece de pasaporte y/o documentación sanitaria’’
6. ‘’Presenta signos de miedo, sumisión o depresión’’
7. ‘’Procede de Europa del Este, Latinoamérica, África o Asia’’
8. ‘’Acude al hospital o al profesional como último recurso, por lo que presenta
deterioro o abandono de su estado de salud’’
9. ‘’Presenta enfermedades infecto-contagiosas (ITS) o acude por cuestiones de
salud sexual y reproductiva (embarazos no deseados, interrupciones del embarazo
mal practicadas, etc.)

Antes de llevar a cabo ninguna intervención es necesario tener en cuenta unas


consideraciones previas. En primer lugar, el idioma puede ser una barrera, aunque puede
solucionarse utilizando un intérprete, teniendo en cuenta que se necesita el
consentimiento del paciente para que éste esté presente. Otros obstáculos que se presentan
en la mayoría de los casos es que las víctimas presentan miedo a las represalias por lo que
se encuentran limitadas a la hora de exponer su situación. Además, pueden sentirse

61
culpables y sentir vergüenza. Todo esto sumado a la poca confianza y suspicacia que
presentan con respecto a otras personas pueden ser factores que dificulten la intervención,
por lo que es necesario conocerlos, tenerlos en cuenta y saber cómo formular las
preguntas. Siempre deben realizarse ofreciendo un clima de seguridad y confianza,
exponiéndole a la víctima la propia preocupación por su situación. Además, hay que
explicarles e informales de todos los recursos que tienen a su alcance de la forma más
sencilla posible y con las pausas necesarias. Lo más importante, es no insistir si el paciente
no quiere hablar sobre un determinado tema (APRAMP, 2016).

APRAMP establece en esta guía que lo primero que debe hacerse al tratar con una víctima
es realizar una valoración del estado individual para conocer información sobre la salud
física y mental. Una vez que se tiene esta información se propone un plan de recuperación
e inserción social y laboral que es individualizado, es decir, que se adapta a las
necesidades de cada persona (APRAMP, 2016).

Por último, en esta guía se pone de manifiesto que para el adecuado e integral tratamiento
de las víctimas de trata es necesaria la colaboración a distintos niveles: política, judicial,
social, sanitaria, etc. Así, por ejemplo, cree que las instituciones deberían colaborar con
las ONGs y que deberían conocer más en profundidad los protocolos de actuación,
además de elaborar programas de asistencia y recuperación. Por otra parte, hace hincapié
en la necesidad de una formación continuada que proporcione experiencias y buenas
prácticas a los profesionales de diferentes áreas (APRAMP, 2016).

Muchas entidades y muchos autores coinciden en que la atención psicológica específica


y directa en ocasiones se deja de lado para centrarse en otros aspectos que pueden parecer
a priori más importantes. A continuación, se exponen los detalles más importantes de una
guía de intervención únicamente basada en la dimensión psicológica destinada a las
víctimas de trata.

La guía tiene la intención de ofrecer pautas para un trabajo interdisciplinar para el proceso
de recuperación de la víctima, acompañado a otras guías de la misma entidad dirigidas a
sanitarios, medios de comunicación, FFyCCSE o trabajadores sociales (APRAMP, 2020).

El primer punto importante a destacar es la mujer o niña, como sujeto de derechos, deja
de ser víctima para ser superviviente de trata. Este cambio de objetivo pone de manifiesto
que no son sujetos pasivos, sino que, a pesar de las secuelas, se las debe acompañar para
que consigan desarrollar sus habilidades de afrontamiento (APRAMP, 2020).

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La intervención propiamente dicha comienza con la entrevista psicológica, es decir, una
conversación interpersonal dónde se van marcando objetivos y dónde se genera el vínculo
terapéutico. Según APRAMP (2020), algunos de los objetivos más importantes de una
entrevista psicológica con víctimas de trata son: acompañar durante todo el proceso,
escuchar de forma activa y empática, motivar la expresión verbal, lograr comprensión del
problema, obtener información que pueda ser útil para el tratamiento, ayudar a entender
las propias emociones y explorar los recursos de afrontamiento.

Al ser la primera toma de contacto de los profesionales de la psicología con las víctimas,
éstas, en la mayoría de los casos, se mostrarán reacias y con desconfianza como
consecuencia de las experiencias negativas a las que han estado sometidas. Por ello es
importante que el terapeuta sea capaz de desarrollar un entorno seguro dónde la víctima
se sienta segura y con confianza. Si se comienzan a generar emociones positivas en la
víctima, así se construirá el vínculo con el profesional (APRAMP, 2020).

Se hace especial hincapié en el apego que se establece con el terapeuta. Un apego seguro
es predictor de una buena calidad de la terapia, lo que proporcionará resultados positivos
ya que facilita la forma de involucrarse de ambas partes. Además, se ayudará a la víctima
a reducir el estrés y la ansiedad y, también, a mejorar el pronóstico de las secuelas y
afrontar el futuro con mayor esperanza. Se concluye que la relación terapéutica debe ser:
estable, sana, segura e inequívoca (APRAMP, 2020).

Al igual que en los demás protocolos o guías, estén destinados a los profesionales del
ámbito que sea, se especifican qué habilidades debe trabajar y aplicar el terapeuta para
lograr una mayor eficacia en la intervención. En este caso las más importantes serían la
empatía, la calidez, la competencia, la tolerancia, la escucha activa y la deontología
profesional. En cuanto a la empatía, referida como la habilidad que nos permite establecer
un vínculo de confianza y cercanía, se resalta que el profesional debe ser empática, pero
a la misma vez debe mantener lo que se conoce como disociación del terapeuta, que sería
mantener una actitud cercana emocionalmente con las víctimas, pero, a su vez, tomando
distancia cognitiva que le permita escuchar y establecer hipótesis congruentes para la
intervención. Si el terapeuta le ofrece a la víctima estas habilidades a la vez que crea un
ambiente seguro y de confianza, ésta conseguirá relajarse y disminuir su estado de tensión
y esto le ayudará a profundizar y analizar su situación y le motivará para buscar solucionar
y aceptar las pautas de tratamiento (APRAMP, 2020).

63
Antes de describir los aspectos en los que se centra la intervención como tal, las primeras
sesiones deben ir dirigidas a empoderarlas y hacerlas ver que el proceso debe ser activo
por su parte, ya que realmente poseen las habilidades necesarias para hacer frente a la
situación. Eso sí, debe respetarse su autonomía y necesidades en cada momento, sin
cuestionar nada ya que esto puede llevar a un estado de confusión. Dicho esto, se exponen
los aspectos centrales en los que trabajar en una intervención psicológica con víctimas de
trata (APRAMP, 2020):

En primer lugar, antes de explorar situaciones más difíciles deben conocer los factores de
protección y los factores de vulnerabilidad con los que cuenta la víctima, para conocer
sus capacidades de resiliencia. Además, se deben explorar sus relaciones interpersonales
afectivas, es decir, su red de apoyo social. En este aspecto, cabe destacar que debido a las
experiencias que han vivido se muestran desconfiadas a tratar con la gente y suelen
considerar que no tienen amigos de verdad. Durante la intervención, deben tratarse los
valores que forman una relación sana para que esto le ayude establecer relaciones de
calidad. Además, se trabaja en los estilos de comunicación y en las habilidades sociales.
En tercer lugar, debe explorarse la capacidad para percibir la realidad y programar
decisiones y conductas. En muchas ocasiones, las víctimas padecen estrés postraumático
o emplean el mecanismo de la disociación, por lo que esto afecta a su percepción de la
realidad, además de mostrar sintomatología ansiosa y sentimientos de ansiedad. Otro
aspecto importante, es el locus de control interno, referido al control que asumimos como
propio de una situación. Es decir, si es alto la víctima será capaz de tomar decisiones y
de actuar ya que sabe que esto tendrá consecuencias. En este punto es importante hablar
del sentimiento de indefensión aprendida, definido como el sentimiento de incapacidad
que sufre una persona tras sucesivas derrotas, por lo que cree que su actuación no servirá
para nada. En este caso, se le proporciona a la víctima toda la red de recursos de los que
dispone y realizar un entrenamiento en habilidades de solución de problemas, dónde ella
misma afronte sus problemas y cuáles serían posibles soluciones (APRAMP, 2020).

También, se trabaja con la autoestima, considerada pilar fundamental de la resiliencia, ya


que estimula la confianza fomentando pensamientos positivos sobre uno mismo.
Normalmente, las víctimas de trata están anuladas emocionalmente, por lo que su
autoestima está basada en la culpa y la vergüenza que sienten por haber sido engañadas.
Otro aspecto importante, es la motivación, entendida como la fuerza que nos mueve para
satisfacer nuestras necesidades. Se debe promover tanto la motivación extrínseca, como

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la intrínseca ya que ésta última está relacionada directamente con la autoestima. Por
último, se trabaja en el agradecimiento y el perdón, basándose no en perdonar por ellos,
sino en perdonar por nosotros. Se trata de personar para dejar atrás emociones negativas
como la indignación, el rechazo o la ira. Esto no significa reconciliarse sino recuperar el
control sobre el propio bienestar y no permitir que las experiencias basadas sigan
haciendo daño.

En las tres guías se dan una serie de pautas que son importantes tenerlas en cuenta para
que la paciente se sienta cómoda y quiera seguir con la intervención. En ambas se destaca
la importancia de no hacer promesas que no se puedan cumplir, sobre todo relacionadas
con el tema de garantías legales o sociales. También, se apunta a que no se deben provocar
en las víctimas reacciones emocionales intensas, es decir, que si en algún momento no
quiere contestar a algún aspecto concreto no se debe insistir. Por otro lado, se deben evitar
los juicios de valor, no se debe juzgar a las víctimas. Así, también se evita hacerle un
daño innecesario y se promueve un clima de confianza. Otras pautas importantes es que
se fomente la participación del paciente y se respete su autodeterminación y sus
decisiones. Todas esas pautas sumadas a una formación continua y a las habilidades de
escucha activan, empatía, respeto y alianza terapéutica que deben poseer los profesionales
son aspectos claves para que la intervención sea lo más eficaz posible (OIM, 2007,
APRAMP, 2016; APRAMP, 2020).

Protocolos autonómicos

Otro mecanismo utilizado para trabajar con las víctimas de trata ha sido la elaboración de
protocolos por parte de las Comunidades Autónomas destinados a la atención e
intervención de víctimas de trata de seres humanos. Se van a tomar como referencia dos
protocolos, uno del Gobierno Vasco del año 2011, y otro de la Junta de Andalucía, del
año 2014.

El primer protocolo es el Protocolo de Coordinación en la Atención a Mujeres Víctimas


de Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, en Situación Administrativa
Regular, del Departamento de Interior, Justicia y Administración Pública del Gobierno
Vasco. Este protocolo nace tras la detección de la necesidad de un mecanismo que esté
dirigido exactamente a víctimas de trata con fines de explotación sexual. Un aspecto
importante es que cuando define quiénes son las beneficiarias, es decir, las víctimas de
trata, tiene en cuenta tanto a mujeres nacionales como mujeres de otros territorios. El

65
protocolo parte de que la explotación sexual es violencia de género y como no está
recogida como tal en el ordenamiento estatal se hacen necesarios otro tipo de
mecanismos, aunque sea a nivel autonómico (Gobierno Vasco, 2011).

El objetivo general del protocolo se expone de la siguiente manera:

‘’Garantizar que todas las mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual
nacionales, comunitarias o inmigrantes regulares, reciban la protección y atención
adecuadas a sus necesidades como víctimas de éste delito’’. (Gobierno Vasco, 2011,
Protocolo de Coordinación en la Atención a Mujeres Víctimas de Trata de Seres Humanos
con Fines de Explotación Sexual, en Situación Administrativa Irregular, p. 2).

Después, se hace un breve apunte sobre el marco normativo en el que está basado el
protocolo, mencionando tanto mecanismos a nivel europeo como la jurisdicción estatal.
A continuación, se expone el procedimiento general de actuación con las víctimas. El
primer paso es la identificación y derivación. Esto se hace a través de denunciar a las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o a través de información proporcionada por ONGs,
asociaciones o ciudadanía. Las FFyCCSE se encargan de la protección y seguridad de las
víctimas. Por ejemplo, se propondrá a la víctima la atención sanitaria si fuera necesaria.
También se le informará del principio de confidencialidad. Además, las FFyCCSE deben
realizar una evaluación del riesgo para establecer un plan de seguridad conforme a las
características de la víctima. Por otra parte, se ofrece atención integral a las víctimas.
Primero, se ofrece un servicio de acogida para ofrecer un entorno seguro donde la persona
pueda recuperarse. Además, se le ofrecen recursos tanto psicológicos, jurídicos,
económicos, médicos, administrativos y educativos (Gobierno Vasco, 2011).

Otro protocolo similar es el Manual de Intervención ante la Trata con Fines de


Explotación Sexual de 2014 elaborado por la Junta de Andalucía. Comienza
contextualizando qué es la trata de personas y haciendo hincapié en la que se da con fines
de explotación sexual. También, hace un repaso por el marco legislativo, incluyendo
también mecanismos internaciones, europeos y estatales. Cuando menciona las pautas de
intervención, resalta que mayoritariamente están dirigidas a mujeres y niñas, ya que son
el mayor porcentaje de las víctimas (Junta de Andalucía, 2014).

Un aspecto importante que se resalta es que hay que tener en cuenta que la víctima ya ha
tenido contacto con otros servicios que probablemente no le han servido de mucha ayuda
por lo que se puede mostrar reacio a confiar. Además, es importante saber que si la víctima

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va siempre acompañada puede ser una persona de la organización que la está explotando,
por lo que significa que aún está sufriendo la explotación. Como pautas generales para
interaccionar con las víctimas de este delito se exponen que pueden ser útiles mensajes
visuales acogedores, como carteles contra la violencia de género; el dar un trato acogedor,
que hará que la persona coja confianza y se muestre más receptiva; anticipar la afectación
emocional, es decir, mostrar empatía y no emitir juicios de valor, ya que en muchas
ocasiones ellas son vistas como las criminales; también es importante aplicar la
perspectiva de género y factores culturales, ya que es necesario conocer determinados
factores como aspectos culturales o costumbres que diferencian a unas víctimas de otras;
comprender la posible ambivalencia emocional, es decir, comprender la dependencia que
en la mayoría de las ocasiones sienten hacia sus tratantes; y el deber de informar a la
víctima, es decir, para que puedan ejercer sus derechos es necesario que conozcan la
existencia de los servicios que se les pueden ofrecer (Junta de Andalucía, 2014).

El protocolo, al estar dirigido a las víctimas, prioriza los derechos de las víctimas. Y
resalta que son: derecho a acceder al sistema de asistencia o apoyo y protección y que
éstos se adapten a sus circunstancias personales, derecho a ser atendidas como víctimas
y no como delincuentes, derecho a expresarse en su propio idioma, derecho a asistencia
jurídica gratuita, derecho a ser escuchada y que se tenga en cuenta su opinión, derecho a
prestar testimonio en condiciones de protección y derecho a que se proteja su identidad e
intimida. En el caso de menores, se añade el derecho a evaluar las necesidades derivadas
de la edad y proporcionarle asistencia en función a ésta y derecho a ser acompañados
(Junta de Andalucía, 2014).

A continuación, se describe la importancia de la detección de indicadores, ya que en un


primer momento es muy difícil que una mujer admita que es víctima de trata, sobre todo,
porque no se reconocen como tal. Por esto, se hace hincapié en la importancia de que los
profesionales, tanto personal sanitario como personal administrativo, estén formados en
reconocer indicadores. En primer lugar, se habla de indicadores externos, como, por
ejemplo, que nunca vayan solas, que provengan de un sitio dónde conoce que ha habido
casos de trata, que presente signos de violencia física o que no disponga de su
documentación personal. Otro indicador puede ser el comportamiento de la víctima,
cuando por ejemplo tiene dificultades para acudir a las citas, y si lo hace va acompañada,
muestra síntomas de ansiedad o miedo. También hay que fijarse en las propias creencias
de la posible víctima, es decir, que crea que no tiene otra alternativa que la prostitución.

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Además, hay que prestar atención a las propias manifestaciones de la víctima, es decir,
que ellas mismas se refieran a una situación de explotación sexual. Por último, se hace
especial énfasis en indicadores concretos que aparecen en menores de edad. Por ejemplo,
que no tengan acceso a sus padres o tutores o que se muestren reticentes a acudir con ellos
o a quedarse solos con ellos. En protocolo se hace mención a que muchos de estos
indicadores pueden ser fácilmente identificados por los clientes, por lo que podrían ser
una fuente de información fiable y relevante, aunque llevado a la práctica sea casi
imposible (Junta de Andalucía, 2014).

Después de esto se siguen describiendo pautas para que la intervención sea lo más eficaz
posible. El primer paso que describe que la entrevista con la víctima, poniendo de
manifiesto que es necesario un proceso tanto de sensibilización como de formación
previos, para poder adecuar la atención a las circunstancias. Así, se consigue dejan de
largo los mensajes que puedan dañar a la víctima y se consigue una comunicación más
segura y un entorno más confortable. Es habitual que se necesiten de varias entrevistas
para identificar a la persona como víctima, por lo que esa identificación está inmersa
dentro de un proceso dónde se va actuando en función de protocolos, pero en caso de que
la persona revele expresamente qué es víctima de una situación de explotación sexual, se
derivará a un servicio especializado que pueda cumplir con las demandas (Junta de
Andalucía, 2014).

Durante la entrevista también es importante valorar el riesgo para aplicar determinadas


medidas de protección. Evaluar los riesgos está claro que tiene un componente muy
subjetivo por lo que es un proceso que debe llevarse a cabo teniendo en cuenta el relato
completo de la víctima. Debe atender a la gravedad de las consecuencias para así
encaminar las actuaciones en una determinada dirección (Junta de Andalucía, 2014).

Como puede derivarse de estos protocolos, mencionan aspectos psicosociales, pero están
dirigidos en mayor medida a aspectos administrativos. Lo que más llama la atención es
que en ambos se resalta que si la víctima participa en el proceso de investigación y
desmantelamiento de una organización, podrá beneficiarse de, por ejemplo, el programa
de protección de testigos.

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CONCLUSIONES

La primera conclusión que se extrae del presente trabajo es que es totalmente necesario
tener clara la distinción entre trata de personas y tráfico ilícito de migrantes, ya que son
dos fenómenos sociales diferentes. La confusión se ha dado por dos aspectos. En primer
lugar, que hasta hace relativamente poco tiempo no se habían descrito comparadamente
haciendo hincapié en las diferencias más significativas. Por otro lado, el término trata es
en inglés trafficking, mientras que el tráfico es smuggling, lo que puede haber llevado a
que la trata se confunda con el tráfico por la similitud de los términos en español y en
inglés. De esto errores, que parece ser que han sido bastante recurrentes, se derivan las
dificultades para tratar estos delitos, tanto en su gestión como en su investigación. Los
aspectos más importantes que los diferencias son el consentimiento, la explotación y la
transnacionalidad. Según García y cols. (2011), podría decirse que la trata es una
importación de esclavos mientras que el tráfico es una exportación de emigrantes.

Siguiente con el delito de trata, aunque la que más se da es la explotación sexual, existen
otras modalidades que a veces se dejan de lado. Es importante que los tratados
internacionales trabajen conjuntamente para abarcar toda la problemática en su conjunto.
Aunque la forma más investigada y que más ha suscitado el interés de ONGs,
asociaciones e incluso de la ciudadanía ha sido la trata de personas con fines de
explotación sexual. La intervención y los estudios están basados en la incidencia que tiene
especialmente sobre mujeres y niñas y en la alerta que se está viendo en los últimos años
al relacionarse directamente con la prostitución forzada.

Se podría decir que trata de personas y explotación sexual pueden ser distintas desde un
punto de vista conceptual, aunque realmente están totalmente ligadas, ya que se alimentan
la una de la otra e incluso se considera que la trata es el problema de raíz de la prostitución,
por lo que sin trata no habría prostitución y viceversa, sin demanda de prostitución no
habría mujeres tratadas para dicho fin.

Como se ha mantenido a lo largo del presente trabajo, la trata de personas con fines de
explotación sexual es una grave violación de los derechos humanos fundamentales de las
víctimas. Igualmente, es importante adoptar un enfoque de género ya que los valores
patriarcales que mantienen las desigualdades entre hombre y mujeres también sostienen
la prostitución forzada y contribuyen a ésta haciendo que las mujeres sean más

69
vulnerables, por lo que también debe verse como un problema social. Es importante tener
en cuenta, que la sociedad no deja de avanzar en un sentido o en otro, por lo que tanto los
mecanismos de intervención legislativos como todos los demás, deben tener en cuenta
estos cambios y adaptarse a las necesidades de cada momento.

Otro aspecto importante a comentar es la legislación. Es cierto que hay instrumentos que
a pesar de haber sido propuestos hace años se toman como referencia. En este sentido es
importante destacar que la evolución social a la que asistimos debe ser acompañada
también de una evolución de los mecanismos legislativos ya que de nada valen si no
reflejan realmente la realidad. Aun así, los tratados internacionales que describen el delito
de trata de personas no han sido ratificados por todos los países lo cual sería necesario ya
que los Estados tienen una responsabilidad importante tanto en la prevención como en el
tratamiento a las víctimas. De nada sirve que, por ejemplo, un país de origen concreto no
penalice a los tratantes, pero sí se haga en el país de destino. Además, hay que resaltar
que, a pesar de estar reconocida la trata con fines de explotación sexual como una
violencia machista, hay mecanismos estatales que no la incluyen como tal. En este
sentido, hay autores que coinciden en que es necesario más trabajo en la intervención con
la víctima, ya que a veces priman los aspectos policiales, es decir, desarticular una red de
crimen organizado, en lugar de la atención a las víctimas. Se debe tratar a las víctimas
como sujetos de derechos y no como objetos de la intervención, siendo, en ocasiones,
atendidas únicamente si colaboran con el proceso judicial.

Analizando el marco jurídico de nuestro país, nuestra Ley Orgánica 1/2004 de Medidas
de Protección Integral contra la Violencia de Género, a pesar de tener ese enfoque
integral, no incluye la trata de personas con fines de explotación sexual como una forma
de violencia de género, sino que solo se centra en la violencia que se da en el seno de las
relaciones afectivas. En su última actualización en 2018 aún no se incluye, lo que
realmente da que pensar ya que los datos hablan por sí solos. Volviendo a la evolución
social, sería necesario que se actualizara la ley y se revisarán otros tipos de violencia hacia
las mujeres. Igualmente, los artículos destinados a la prostitución forzada no se llevan a
cabo como deberían, ya que también castigan a las mujeres. Otro aspecto que me llama
la atención es cuando en los artículos referidos a la prostitución forzada se habla de
vulnerabilidad y se define como una situación en la que la persona no tiene otra
alternativa. Creo que a la hora de materializar esto puede ser difícil ya que me surge la

70
duda de cómo se demuestra algo que no existe. Quizá éste sea uno de los motivos por los
que las víctimas de trata no se sienten amparadas realmente por la ley.

En cuanto a los sistemas a favor y en contra, todos tienen tanto defensores como
detractores, aunque este trabajo está basado en el apoyo a la abolición de la prostitución.
No se comparte a idea de que la prostitución puede ejercerse de forma voluntaria
basándose en la libre elección ya que se considera que es un mito porque el porcentaje es
tan bajo que no se puede comparar a las mujeres que se encuentran en situación de
explotación sexual. Otro aspecto que este sistema quiere lograr es la discriminalización
de las mujeres, ya que recae sobre ellas toda la carga institucional y todo el estigma y los
prejuicios. Aunque para completar este sistema haría falta una ley integral abolicionista,
que no solo ayude a que las mujeres salgan de la prostitución, sino que las acompañe en
el posterior proceso. Además, esto llevaría a un proceso de transformación social que
cambia los valores patriarcales, desincentivando el privilegio sexual masculino de acceso
al cuerpo de las mujeres, que sigue siendo una de las mayores barreras en la consecución
de la igualdad de género.

En la línea de lo anterior, en nuestro país existe un vacío legal con respecto al ejercicio
de la prostitución, aunque si se penaliza el proxenetismo y la prostitución de menores.
Como se ha visto, existen artículos concretos para esto, aunque luego a la hora de llevarse
a término no se obtengan los resultados que se esperan. Esta falta de posicionamiento
hace que proliferen normativas como la ordenanza descrita anteriormente, dónde
realmente no se afronta el problema de raíz, sino que realmente se empeora la situación
de las mujeres porque se las criminaliza y se las estigmatiza aún más.

En cuanto a la intervención, es difícil encontrar intervenciones directas con las víctimas.


La mayoría de bibliografía que se ha encontrado han sido protocolos generales que no
dan mucha importancia al proceso de reparación del daño, sino que están más basados en
la desarticulación de las redes criminales y en los beneficios que tendrían las víctimas si
cooperaran como testigos. Es entonces cuando se les ofrecen algunos beneficios, como
por ejemplo los descritos en el estatuto de la víctima del delito. Esta podría ser claramente
otra de las dificultades con que se encuentran las víctimas para dar el paso ya que
realmente no se sienten protegidas, además de que en muchos casos ni si quiera conocen
los recursos de los que disponen. Sería necesario que se elaboraran actuaciones conjuntas
multidisciplinares y que sean apoyadas por los gobiernos.

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