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UNIVERSIDAD TEGNOLOGICA DE SANTIAGO

(UTESA)
SUSTENTANTE
SCARLEN LISBET OGANDO ROA
MATRICULA
215-5623
ASIGNATURA
PSICOPATOLOGIA CLINICA
FACILITADORA
DRA. ALMA CELESTE BRITO SANTOS
SECCION
122
TEMA
ÉTICA PROFECIONAL
SICLO
1-2022
Índice

 Introducción ………………………………………………....................................

 Ética profesional …………………………………………………………………….

 Comportamiento profesional ………………………………………………………

 Confidencialidad ………………………………….................................................

 Competencia ………………………………………………………………………….

 Competencia física ………………………………………………………………….

 Competencia moral ……………………………………………………………........

 Integridad …………………………………….......................................................

 Responsabilidad……………………………………………………………………..

 Respeto entre colegas……………………………………………………………….

 Solidaridad…………………………………………………………………………….

 Observancia de las disposiciones normativas…………………………………

 Conflicto ético…………………………………………………………………………
Introducción

El ser humano no es solo el yo individual, sino también es el yo social. El yo


individual le permite la libertad de elección, el yo social le indica que situación
tiene consecuencias que transcienden la individualidad, es de esta forma que: el
acto del ser humano es un acto consciente, libre y voluntario que en automático
se convierte en un acto moral, el cual nos remite a la responsabilidad, la que nos
obliga a responder por lo actuado o no actuado. De esta manera, se puede
responsabilizar a cualquier persona por algún hecho, ya sea por la mala
aplicación de sus conocimientos o por realizar una mala evaluación, por
ausencia, abuso de poder, mala práctica y por dar informaciones tergiversadas.
Actuar éticamente implica, entonces actuar acorde con las normas y reglas de
comportamientos impuestas por la sociedad que nos rodea, por eso la ética vive
en cada ser humano sea cual sea su profesión y su entorno.

La ética profesional, por ende, nace de un trabajo al servicio de los demás. Esta
se debe vivir en cada una de las situaciones afrontadas en nuestra vida (social
o laboral), permitiendo así la búsqueda de la excelencia profesional a través de
la honestidad y responsabilidad. De esta forma entiendo que la ética profesional
es parte de la conciencia individual, que se manifiesta en un comportamiento
social responsables acerca de los deberes de una profesión, después de haber
asumido un código de ética conocido o escrito, mediante un proceso de
socialización manteniendo el equilibrio entre lo personal y social que permita
estudiar, aplicar y resolver problemas profesionales con la mayor competencia y
honestidad posibles.

Por eso no está de más hablar de la importancia de la responsabilidad y


honestidad que deben tener todas las personas, especialmente las
profesionales, que con su conocimiento tienen mayor acceso al poder y, por lo
tanto, mayor responsabilidad, porque a mayor conocimientos a mayor
responsabilidad y de esto se requiere una sensibilidad de conciencia profesional
y de apego a la verdad, a la honestidad y a la responsabilidad, porque tienen
entre sus manos la tarea enorme de informar y orientar a la sociedad. “El fin de
la ética es indicarnos el camino del bien. Y el bien, es el objeto al que dirigimos
todas nuestras actividades”
La ética profesional
La ética tiene que ver con el compromiso de ser una buena persona, la cual pasa
por la realización del bien común, es la rama del saber que se ocupa del estudio
de las acciones morales de los individuos y de los grupos así como de las reglas
y normas que rigen ese comportamiento en una sociedad determinada.

Los seres humanos a pesar de nuestros condicionamientos, hacemos opciones


fundamentales, tiene que ver con el bien personal, la auto realización o felicidad
para lo cual participamos una actividad comunitaria que permitió a la
revalorización de nuevas actividades humanas. De lo contrario, nuestra
existencia social se pone en peligro, porque el bien común abarca la realización
de las necesidades indispensables para vivir humana y dignamente (Ruiz, 2010).

Es un fin noble, es decir, el servicio de los demás: el curar, enseñar, informar, la


convivencia justa, cuando el hombre siga o no tales normas al evaluar sus
propios actos, que por ser humano son libres, implica que la ética tiene más
relación con la voluntad del hombre que con la moral.

Un conjunto de conocimientos sistemáticos, metódicos y racionales basados en


la experiencia y fundados en principios, la profesionalidad será una virtud pública
en la medida en que sirva a los intereses comunes de la sociedad y será una
virtud privada en la medida en que ayude al individuo a serlo realmente, a ser
autónomo y no esclavo de sus actividades. No son dos cosas distintas, alguien
es buen profesional cuando realiza con destreza y responsabilidad la finalidad
de su actividad (González, 2.012).

La ética en la conciencia moral de todo ser humano les sirve de motor, freno o
de dirección según los casos al momento de actuar, le permite no incurrir en
conductas equivocadas en su comportamiento profesional, ya que la ética no
solo regula lo que debe hacer o no, sino también el cómo debe hacer. El proceder
bajo las normas éticas permite resolver tales situaciones sin choques de
conciencias (González, 2.012).

Debido a la evolución que ha sufrido la palabra ética se ha llegado a confundir


con la moral, concepto que deriva del latín y que también significa costumbre. La
gran diferencia radica en que la moral es “la ciencia que enseña la reglas que
deben seguirse para hacer el bien y evitar el mal” o también “el conjunto de
normas y hechos que conducen al hombre hacia la práctica de las buenas
costumbre, la honestidad y el cumplimiento del deber”, en cambio la ética es
“aquella parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del
hombre”.

En el contexto actual requiere con urgencia que los profesionales de las


empresas y organizaciones practiquen la responsabilidad social y sean éticos,
necesitamos que los actores de la innovación institucional sea competente,
creativos, contextuales, conceptuales y que comprendan que la solidaridad es la
clave para lograr la sostenibilidad.
Comportamiento profesional

El principio de comportamiento profesional impone una obligación a todos los


contadores públicos de cumplir con las leyes y reglamentos relevantes, y evitar
cualquier acción que el contador público conozca o deba conocer, que pueda
desacreditar a la profesión. Esto incluye acciones sobre las que un terceros
razonables y bien informado, ponderando todos los hechos y circunstancias
específicas conocidos por el contador público en el momento, concluyera que
afectan de manera adversa la buena reputación de la profesión.

Confiabilidad u confidencialidad

La relación contador usuario es el elemento primordial en la práctica profesional.


Esta relación se basa en la confianza mutua, cuya plataforma fundamental está
en una estricta reserva profesional. Esta reserva implica el compromiso de no
revelar ninguna información confidencial obtenida durante un desempeño
profesional, excepto cuando el cliente lo permita en los siguientes casos; para
cumplimiento de una situación ante jueces de la república, para dar información
a la auditoria externa y para la solicitud de información de una entidad estatal de
supervigilancia, junta central de contadores o en los eventos que la reserva sea
levantada por la ley.

Por ende, los contadores profesionales tienen la obligación de respetar la


confidencialidad de las informaciones relacionadas o con los negocios de los
clientes o empleadores, dentro de un marco de servicio profesionales prestados.
El deber de confidencialidad permanece aún después determinada la relación
entre el contador profesional, el cliente o el empleador.

Además, los contadores profesionales tienen la obligación de asegurar que el


personal bajo su control y las personas de quienes se obtiene consejos de
asistencias respeten el principio de confidencialidad (González, 2.012).

Competencia
Exige que la persona tenga los conocimientos, destrezas y actitudes requeridos
para prestar un servicio.En la competencia radica la autoridad del profesional y
su valor social (aptitud acreditada en su quehacer). La competencia expresa la
síntesis de saber y hacer; de doctrina y capacidad; de conocimiento y acción
eficiente. No solo se refiere aún saber teórico, sino aún saber práctico, o a la
acción racional práctica; no es tanto un saber objetivo, sino la realización de ese
saber teórico en una subjetividad, desde la experiencia y con un conocimiento
suficiente, distinto y actualizado de la finalidad, describe a la habilidad o
capacidad para resolver los problemas propios del trabajo.

El servicio profesional competente requiere el ejercicio de un juicio sólido al


aplicar el conocimiento y habilidad profesionales en el desempeño de dicho
servicio. La competencia profesional puede dividirse en dos fases:

El mantenimiento de la competencia profesional requiere atención continua y el


conocimiento de los avances técnicos, profesionales y de negocios. El desarrollo
profesional continuo le permite al contador público desarrollar y mantener sus
capacidades para desempeñarse de manera competente dentro del entorno
profesional (Angulo, 2017).

Competencia Física
Muchas veces, algunos profesionales fracasan en sus respectivas profesiones
porque son físicamente incapaces, no tienen la aptitud necesaria para llevar sus
labores profesionales aún feliz término. El principio de la competencia física es
la higiene mental y física. La higiene mental se referirá al conjunto de
disposiciones necesarias para aceptar el propio trabajo y gozar del mismo,
mientras que la higiene física se refiere al mantenimiento de la incapacidad física
para desempeñar a cabalidad un trabajo.

Competencia moral
La competencia moral se refiere a la necesidad que el profesional tiene de
referirse a un bien, al bien; esa necesidad se refleja en la vida según la virtud, en
la vida virtuosa, la cual se manifiesta en el sentimiento de rechazo a todo lo que
aparezca como oscuro, injusto o dudoso, a la vez que en la conciencia de la
dignidad de la profesión. Se distingue dos virtudes profesionales: la justicia y la
caridad. La primera se vuelve un imperativo para el profesional en la medida en
que es depositado de un bien social (de cultura) del que debe dar cuenta a la
sociedad en que vive. La segunda, se refiere a la necesidad de que el profesional
se dedique a un servicio desinteresado de todos los demás miembros de su
sociedad, aunque, en un sentido de justicia no esté obligado a ello (Angulo,
2017).

Integridad

La integridad implica no solamente honestidad sino también relacionarse justa y


verazmente. El principio de objetividad impone a todos los contadores
profesionales la obligación de ser veraces, intelectualmente honestos y libres de
conflictos de interés.
El contador público deberá mantener incólume su integridad moral cualquiera
que sea el campo de su integridad profesional por lo tanto se espera de él
rectitud, probidad, honestidad, dignidad y sinceridad en cualquier circunstancia
y otros principios como veracidad, lealtad, justicia y equidad.

La integridad que debe mantener el contador público en todas actuaciones y de


manera especial cuando ejerce la auditoria, se refiere al elemento de su carácter,
que se plasma en la firma de sus principios morales, su rectitud y honradez. En
el mismo principio de integridad no se hace diferencia el campo de acción en el
cual se desempeña, es más la integridad no solo debe estar circunscrita al
ejercicio profesional, sino a su vida personal.

Responsabilidad
Sin perjuicio de reconocer que la responsabilidad, como principio de la ética
profesional, se encuentra implícitamente comprendida en todas y cada una de
las normas de ética y regla de conducta del contador público, es conveniente y
justificada su mención expresa como principio para todos los niveles de la
actividad contables.
En efecto, de ella fluye la necesidad de la sanción, cuyo reconocimiento en
normas de ética, promueve la confianza de los usuarios de los servicios del
contador público, compromete indiscutiblemente la capacidad calificada,
requerida por el bien común de la profesión.
El sentimiento de responsabilidad es un sentimiento personal que compromete
a cada persona y le hace comprender que no puede simplemente abandonarse
a sus conveniencias individuales. Todo individuo o persona lleva una
responsabilidad sea personal o para otra, pero esta la lleva a cabo dependiendo
de sus criterios (Ruiz, 2010).

Respeto entre colegas


El contador público deberá tener siempre presente que la sinceridad la buena fe
y la lealtad para con sus colegas son condiciones básicas para el ejercicio libre
y honesto de la profesión y para convivencia pacífica, amistosa y cordial de sus
miembros.

Solidaridad
La relaciones de respeto y colaboración que se establecen entre los miembros
de la misma profesión, con el fin de ayudarse y evitar perjudicarse unos a otros.
La solidaridad es uno de los valores éticos, se define como la capacidad del ser
humano para sentir empatía por otra persona y ayudarla en los momentos
difíciles, es un sentimiento de unidad en el que se buscan metas e intereses
comunes.
Observancia de las disposiciones normativas
El contador público deberá realizar su trabajo cumpliendo eficazmente las
disposiciones profesionales promulgadas por el estado o por el consejo técnico
de la contaduría pública aplicando los procedimientos adecuados debidamente
establecidos. Además deberá observar las recomendaciones recibidas de sus
clientes o de los funcionarios competentes del ente que requiere sus servicio,
siempre que éstos sean compatibles con los principios de integridad, objetividad
e independencia, así como con los demás principios y normas de éticas y reglas
formales de conducta y actuación aplicables en las circunstancias.

Conflicto ético
En circunstancia donde el contador público en la empresa crea que el
comportamiento poco ético o las acciones de terceros podrían continuar
ocurriendo dentro de la organización empleadora, el contador público en la
empresa debe considerar la necesidad de solicitar consejo legal. En esas
situaciones extremas, donde todas las salvaguardas disponibles han sido
agotadas y no es posible reducir las amenazas a un nivel aceptables, un
contador público en la empresa podría llegar a la conclusión de que sería
apropiado renunciar a la organización empleadora.

El contador público de una empresa tiene la obligación profesional de obedecer


los principios fundamentales. Sin embargo, a veces puede ocurrir que sus
responsabilidades con la organización empleadora y las obligaciones
profesionales de obedecer los principios fundamentales estén en conflicto.

Normalmente, un contador público en la empresa debe respaldar los objetivos


legítimos y éticos establecidos por el Los contadores públicos en las empresas
podrían tener interés financieros de miembros familiares cercanos, que podrían,
en ciertas circunstancias, aumentar las amenazas al cumplimiento de los
principios fundamentales. Por ejemplo, amenaza de interés personal a la
objetividad o a la confidencialidad que podrían crearse a través de la existencia
de un motivo y oportunidad para manipular información sobre los precios para
obtener ganancias financieras.

En cualquier profesión que merezca ese nombre hay dos polos


complementarios: lo que mueve al profesional y lo que legítimamente demanda
la comunidad a los profesionales. La ética de la profesión orienta los
comportamientos de la personas en ambos aspectos.
Conclusión
Para concluir, queremos mencionar la importancia de la ética profesional; tanto
teórica como práctica, la ética profesional analiza los principios fundamentales
de la moral y de los deberes de la profesión. Los conocimientos morales e
intelectuales que nos provee la ética como dogma de comportamiento, es la
clave que nos llevará al éxito. Entendemos que la ética se ocupa de las normas
de la conducta humana, si aplicamos esta definición al término "ética profesional”
nos daremos cuenta de que se refiere al conjunto de normas que rigen a quienes
se consideran ser profesionales, aunque no siempre sean cumplidas por éstos.

Se deben poner en práctica los principios éticos que establezcan los parámetros
y reglas que describan el comportamiento que una persona puede o no exhibir
en determinado momento. No es difícil poner estos principios en práctica, pero
el omitirlo redundará en perjuicio propio y en el de las personas con quienes se
interviene o se interactúa.

Conocimos que algunos de los deberes del profesional son la solidaridad, estar
de acuerdo con la moral establecida, el secreto profesional, (este le dice al
profesional que no tiene derecho de divulgar información que le fue confiada para
poder llevar a cabo su labor), etc. También algunos de sus derechos; tales como:
la elección de la profesión es completamente libre, el beneficio propio, la
capacitación, etc.

Honestidad; aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a


tratar de superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de mayor
experiencias.

Integridad; defender sus creencias y valores, rechazando la hipocresía u la


inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los
medios, echando a un lado sus principios.

Por último el ser humano es responsable de actuar inteligente y libremente y es


el único que puede responder por la bondad o malicias de sus actos ante su
propia conciencia.
Referencia

Bibliografía
34, G. a. (2022). Etica profesional. Recuperado el 2022, de https://protecciondatos-
lopd.com/empresas/etica-profesional/

Baron, p. A. (14 de Noviembre de 2017). (U. d. paraguay, Ed.) Obtenido de


https://www.columbia.edu.py/institucional/revista-cientifica/articulos-de-
revision/869-la-etica-profesional

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