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LA PSICOTERAPIA EN LA VIDA COTIDIANA

Casi nadie duda en acudir a un médico cuando tiene una enfermedad, una fractura o una herida
física y no por buscar asistencia médica se siente mal. De otra parte, en los últimos años se ha
ganado mucha consciencia sobre la importancia de cuidar el cuerpo con ejercicio o dieta
balanceada y para ello las personas acuden a médicos, entrenadores físicos y nutricionistas con
el fin de prevenir la enfermedad.

No obstante, frente a la salud mental y emocional las prácticas de cuidado y prevención suelen
ser bastante diferentes. Cuando a alguien se le sugiere buscar ayuda psicológica, suele sentirse
débil, loco o incapaz, cree que todo en él está mal o se exige manejar solo la situación que
enfrenta, así le signifique un gran sufrimiento. Esta diferencia entre el cuidado físico y el
psicológico resulta muy paradójica, porque desde hace tiempo está demostrado científicamente
que toda enfermedad física tiene como base un desbalance emocional.

Culturalmente existen prejuicios y temores que limitan la posibilidad de buscar apoyo psicológico
oportuno para manejar las dificultades cotidianas. A continuación, te comparto algunos de los
que he visto con mayor frecuencia en mi práctica profesional:

• Miedo a la locura o a dar imagen de loco. Socialmente hay un estigma y un


desconocimiento tan grandes sobre la enfermedad mental, que preferimos evadir el tema
y ponerle distancia. Es común asociar la psicoterapia con el manejo de los locos y de
quienes están en crisis. No obstante, la psicoterapia es para las personas comunes y
corrientes cuando enfrentan dificultades, temores, situaciones de conflicto o fracaso, o
cuando desean encontrarle significado y sentido a su vida.

• "El terapeuta me va a decir qué hacer con mi vida o me va a lavar el cerebro". Un terapeuta
no te da consejos; te puede dar ideas, ayudar a ver opciones nuevas, pero siempre eres tú
el que decide, haciendo tu propia evaluación interna. Un terapeuta profesional se ha
formado para escucharte, ayudarte a identificar tus sentimientos, a ganar consciencia
sobre ti mismo, a ampliar la perspectiva con la que abordas tu vida, a descubrir tus
recursos y a desarrollar herramientas para construir la vida que deseas.

• "La terapia genera dependencia. Yo tengo que poder sólo". Como el principal objetivo de
la terapia es fortalecerte para enfrentar lo que la vida te presente, es imposible que genere
dependencia. El terapeuta no es más que un interlocutor relativamente objetivo que te
apoya en tu autodescubrimiento, pero quien más
sabe de ti eres tú mismo y entre más amplíes tu consciencia, más autónomo serás en tu
vida.

• "Desahogarme con un amigo es igual y no tengo que pagarle". Tener amigos que te
escuchen es muy valioso en cualquier momento de tu vida. No obstante, la terapia es
mucho más que desahogarte haciendo catarsis. Lo terapéutico implica aprender de ti en
el proceso, sanar las heridas que tengas, comprender y perdonar a quienes te han hecho
daño, descubrir tu ser más auténtico y descubrir tu propio sentido vital.

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