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El amparo sindical está orientado más que nada a proteger derechos sociales, y en particular los

plasmados en el artículo 14 bis de la constitución nacional.

La garantía sindical a la que me refiero o también llamada tutela sindical, está prescripta en el art.
14 bis de la CN, cuando establece que garantiza a los representantes sindicales el cumplimiento de
su gestión y la estabilidad de su empleo, y también consagrada en el artículo 47 de la ley de
asociaciones sindicales al darle una tutela especial que intenta impedir los abusos patronales y las
prácticas desleales. La Doctrina mayoritariamente ha dado en llamar amparo sindical a esta acción
tutelar de los derechos sindicales. Se recurre ante la justicia y se solicita que se impidan los
ataques o se hagan cesar los que ya se han perpetrado contra la acción sindical, solicitando
también el restablecimiento del derecho cercenado. También a fin de evitar comportamientos
antisindicales por parte del empleador, o su injerencia en la vida interna del sindicato, a través de
despidos incausados, suspensiones injustificadas o mal intencionadas impuestas con mala fe, el
artículo 52 del mismo cuerpo legal ha mandado otorgar una protección especial a los delegados y
dirigentes gremiales, fijando expresamente el alcance de la tutela, y su extensión. La podemos
resumir diciendo que los trabajadores que ocupen cargos electivos en una organización gremial
(Art. 48), y los delegados del personal también electos, o sus similares como los de comisiones
internas o equivalentes (Art.40), y los que se postulen para un cargo de representación gremial
(Art. 50), no podrán ser despedidos, suspendidos ni modificadas sus condiciones de trabajo, sin
una resolución judicial previa que los excluya de la garantía sindical, de acuerdo al procedimiento
sumarísimo que cada jurisdicción haya establecido procesalmente de modo tal que se determina
así un modo de estabilidad absoluta, porque estas personas, estos trabajadores no podrán ser
despedidos y en el caso que eso ocurra, la misma ley, le da la posibilidad de ser reincorporados. Si.
Efectivamente. El trabajador que no hubiere sido despedido por el procedimiento que estatuye la
ley podrá requerir judicialmente su reincorporación.

La Corte sostuvo “La estabilidad sindical que garantiza el Art. 14 bis, no es un derecho absoluto, y
se traduce en el reconocimiento de una equitativa indemnización...¨, agregando seguidamente:
¨...la garantía de estabilidad para los representantes gremiales sólo los ampara contra despidos
arbitrarios, pero no los coloca al margen de despidos por racionalización administrativa general,
autorizados legislativamente con objetivos de bien común y sin propósitos disciplinarios...” (In re
¨Pared Ángel c/ Ferrocarriles Argentinos, 1979).-

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