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Las y los invito a adentrarnos de manera crítica al mundo de la Biología, que lo hagan sobre la
base de sus propios saberes, aquellos que han surgido de la experiencia propia en esa
interacción natural con ese medio que nos circunda, y de aquellos que han sido producto de su
proceso de escolarización, ambos, son pilares fundamentales para comprender la vida y sus
procesos. Empecemos con los primeros intentos.
Introducción
En la actualidad, todo aparenta ser sencillo, abrimos un libro de ciencia y en él podemos leer
sobre determinados conocimientos de las ciencias biológicas, hablamos de los niveles de
organización de la materia inerte, de los organismos vivos – la materia viva – y de la naturaleza,
del origen de la vida, de la evolución biológica, de los mecanismos de la herencia, de las
adaptaciones, de las propiedades de la vida, de la biodiversidad, etc.; damos vuelta cada página
y más informaciones aparecerán, más aún, si navegamos en internet.
Breve reseña de un contexto histórico necesario. La Biología: Un camino difícil, una meta
posible.
Desde la antigua Grecia, un gran pensador llamado Aristóteles (384 A.C – 322 A.C) daba el
puntapié inicial al estudio de la vida, constituyéndose en el primer naturalista de la historia.
Desde ese tiempo y durante muchos siglos las investigaciones sobre los seres vivos no fueron
reconocidas con el estatus – posición de importancia – científico del que hoy gozan las ciencias
biológicas. Dicho reconocimiento llevaría varios siglos alcanzarlo, pero sobre la base de
importantes logros por parte de numerosos biólogos y naturalistas.
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Entre los siglos XVI y XVII ocurrió la llamada revolución científica de la mano de Galileo,
Descartes y Newton – destacados investigadores de la historia –, lo que constituyó el verdadero
comienzo de la “ciencia” (Mayr, 2006) – término creado por Whewell recién en 1840 – desde ese
período y hasta el siglo XX inclusive, se concebía a la “Física” como modelo de ciencia, un
modelo experimentalista (Lorenzano, 2001) de posición extrema que se conoció con el nombre de
“Fisicalismo”. Anclado fundamentalmente en la matemática, consideraba lo siguiente: “…La
naturaleza no puede entenderse si no se aprende primero a comprender el lenguaje de la
matemática…”
En un momento dado, en este camino difícil de la biología emerge una revolución científica de la
mano de un naturalista inglés, su nombre Charles Darwin, quien en 1859 publica su libro
titulado “El origen de las especies por medio de la selección natural”. Desde allí, a pesar de
persistir las críticas, la biología comenzó a verse como una ciencia respetable y autónoma.
Empezaron a visibilizarse los trabajos de otros investigadores como los del científico
experimental inglés Robert Hooke (1635 – 1703) sobre las células, los del naturalista francés
Jean-Baptiste de Lamarck (1774 – 1829) acerca de la evolución, también los del fraile naturalista
Gregor Johann Mendel (1822 – 1884) relacionado con la herencia, y sucesivos trabajos más, que
involucraron al naturalista alemán Friedrich Theodor Schwann (1810 – 1882) y su compañero, un
botánico alemán llamado Matthias Jakob Schleiden (1804 – 1881), quienes hicieron valiosos
aportes para la Teoría celular; así, podríamos mencionar a muchísimos biólogos más que
contribuyeron con el desarrollo disciplinar de la biología.
Hecha la reseña, centraremos la atención en uno de los ejes vertebradores de la biología, la vida.
En principio, quiero decirles que no existe una definición exacta de la vida, por lo tanto,
debemos considerarla sobre la base de un conjunto de características propias desarrolladas por
los seres vivos, conocidas como propiedades de la vida.
En algún momento de su paso por la escuela les habrán hecho la siguiente pregunta: ¿En qué se
diferencian los seres vivos de los no vivos? Antes de responderla, vamos a analizarla porque si les
pidiéramos a las y los estudiantes que dibujaran un “ser vivo” y un “ser no vivo” nos llevaríamos
una gran sorpresa, pues podrían dibujar una persona en acción y, en contraste, quizás otra en
un ataúd y la respuesta sería válida, porque el término ser da cuenta de algo o alguien que tuvo
o tiene vida. Es por eso, que conviene hablar de materia o elemento inerte y de “propiedades de la
vida” que son las que determinan que los seres vivos se distingan de aquellos objetos o
elementos inanimados.
A parte de la locomoción, tal como ustedes pueden identificar en los textos de lectura sugeridos,
existen otras propiedades de los seres vivos, tales como: Organización, irritabilidad o
excitabilidad, reproducción, crecimiento y desarrollo, homeostasis, metabolismo y adaptación. En
esta clase, abordaremos solo las que necesitan un mayor análisis para su comprensión.
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Es el caso de la organización. Todo en nuestro planeta Tierra, es de gran complejidad, pero su
funcionamiento natural es perfecto. Se debe fundamentalmente a que cada parte está
organizada en un gran sistema biológico, que posibilita que la vida sea posible en ella. El
siguiente esquema muestra los niveles de organización y las relaciones entre la materia, el
organismo vivo y la naturaleza para la funcionalidad de la vida.
Protones Sustancia
Organismo Individuo
Neutrones Átomo Molécula Orgánica Célula Tejido Órgano Sistema Población Comunidad Ecosistema Bioma Biosfera
Vivo Especie
Electrones Inorgánica
Otras dos propiedades interesantes que a menudo se tiende a utilizarlas como si fueran las
mismas, son el crecimiento y el desarrollo. Una pequeña piedra puede, con el paso del tiempo,
convertirse en una gran roca por un proceso conocido como sedimentación – acumulación
progresiva de sedimentos –, entonces, la observación comparada nos permitiría decir que esa
piedra inicial creció. Pero cuando hablamos del crecimiento de los seres vivos nos referimos a la
multiplicación celular – aumento en cantidad del número de células – por medio de una división
denominada “mitosis”, que es propia de un organismo vivo complejo y es la que determina que el
cuerpo aumente su tamaño, es decir, crezca.
Veamos de qué trata la homeostasis. Esta propiedad es la capacidad que poseen los organismos
vivos de mantener el equilibrio corporal interno, aun cuando el medio externo – el ambiente en el
que habita dicho ser vivo – modifique sus condiciones. En épocas de verano, es común que las
personas consuman mucha agua, ya que, la elevada temperatura del medio influye en el calor
corporal, por lo que el cuerpo transpira – una manera de eliminar el exceso de calor – en busca
del equilibrio interno. También, junto con la transpiración pierde agua y sales minerales que
deben reponerse para evitar la deshidratación, ¿De qué manera el cuerpo nos indica la necesidad
de reponer el agua para mantener el equilibrio interno?, a través de la sensación de sed.
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El metabolismo, por su parte, es otra Retomen las ideas trabajadas sobre las propiedades de la
característica distintiva de los seres vida y resuelvan:
vivos. Ésta se relaciona con una
Lean y analicen las situaciones siguientes:
variedad de procesos físicos y químicos 1. “Un grupo de abejas sobrevuelan sobre las flores”.
que les permite aprovechar las 2. “Un yaguareté salta rápidamente al río y atrapa un
sustancias que el medio les provee. yacaré”.
Ese metabolismo incluye procesos de
Identifiquen las propiedades de la vida que están
síntesis de los nutrientes que el presentes en las situaciones anteriores y justifiquen cada
organismo necesita – reacciones una de ellas.
anabólicas – y otros de
descomposición, de degradación y de aprovechamiento de esos nutrientes – reacciones
catabólicas –. Esos procesos metabólicos están presentes en los organismos uni o pluricelulares
autótrofos fotosintéticos – producen su propio alimento por fotosíntesis – y en los organismos uni 4
o pluricelulares heterótrofos – se alimentan de nutrientes producidos por otros seres vivos –.
De esta manera, hemos planteado los avatares de la biología en su desafío por consolidarse como
una ciencia exacta, enfocada en el estudio de la vida y construyendo un corpus de conocimientos
que ha favorecido que ciertas características propias de los organismos vivos se constituyeran en
propiedades diferenciadoras de aquellos elementos inanimados. Hasta la próxima clase.
Bibliografías