Está en la página 1de 3

MATOVELLE SACERDOTE

A los 10 años de edad entró en el Seminario de Cuenca donde en 1871 se graduó de


Bachiller, e inmediatamente ingresó a la Universidad para estudiar Derecho.

Profundo amante de las letras y la literatura, dedicaba al estudio todas las horas libres
que le dejaba la universidad. Leía y estudiaba todo libro que caía en sus manos,
especialmente los de autores antiguos, que lo cautivaban no precisamente por la
perfección de la forma sino por su gran sentido de la sencillez y la verdad. Entregado a
estos estudios, tomó en sus manos también el Nuevo Testamento y se adentró en él
para nutrirse con las Epístolas de los Apóstoles.

En 1871, se graduó de Bachiller en filosofía, después de una brillantísima carrera de


estudios Secundarios. En 1875, siendo aún estudiante Universitario, es nombrado
Catedrático de Filosofía en el Colegio Nacional San Luis, Cátedra que desempeña con
el mayor lucimiento, a plena satisfacción del Gobierno y de su ciudad natal.

En 1875, siendo aún estudiante universitario, es nombrado Catedrático de Filosofía en


el Colegio Nacional San Luis, Cátedra que desempeña con el mayor lucimiento, a
plena satisfacción del Gobierno y de su ciudad natal.

En noviembre de 1877, la Universidad de Cuenca le inviste del doctorado en


Jurisprudencia, extendiéndole el título correspondiente con las más altas
calificaciones. Ya Abogado, se dedica a la defensa gratuita de los pobres y triunfa en
el ejercicio de su noble profesión.

Fue invitado en mayo de 1879 por el Excmo. Sr. Obispo de Cuenca, Dr. Remigio
Esteves de Toral al Sacerdocio, esto se da el 21 de febrero de 1880, donde es
sacerdote. La Autoridad Eclesiástica le nombra entonces Prefecto de Piedad del
Seminario de Cuenca, que llega con él a tocar el vértice de su edad de oro.

En abril de 1881 vuelve a ser invitado por el Excmo. Sr. Toral a una insólita empresa,
la de fundar en Cuenca un nuevo instituto religioso. Representó al pueblo Cuencano
en el congreso desde 1884 hasta 1895, fundó las congregaciones de Misioneros
Oblatos el 6 de octubre de 1884 y de Religiosas Oblatas el 8 de abril de 1892.

Logró el decreto legislativo que autoriza la construcción de la basílica del voto


nacional, monumento perenne de adoración al Divino Corazón de Jesús, colocó el
monumento de la virgen del Panecillo en la ciudad de Quito.
Inclinó la cabeza a la gracia divina que le urge y declara fundada su Comunidad de
Oblatos el 6 de octubre del predicho año. Desde 1883 hasta 1895 concurre como
diputado o como senador a las asambleas y congresos de la República, donde se
convierte en el paladín de los derechos de la Iglesia y de la Patria.

Ningún tribuno, de los muchos notables, que hicieron honor a dichas Asambleas,
igualó jamás al ilustre Sacerdote parlamentario. Promovió y dirigió la reunión del
Primer Congreso Eucarístico Nacional de junio de 1886, acontecimiento religioso
inmenso que llenó de fe a la República y la inflamó en el amor a nuestro Señor
Jesucristo.

Para darse idea de su importancia religioso-social, bastará recordar someramente las


conclusiones de dicho Congreso. Fueron 21 en total, de las cuales las más salientes
es la colección de limosnas para la construcción de la Basílica, para combatir la
inmoralidad, la embriaguez, la lectura de libros prohibidos; se renueva la protesta
hecha por García Moreno contra la usurpación de los Estados Pontificios.

Se tomaron medidas para fomentar la devoción al Corazón de Jesús y a la Eucaristía


en toda la República, para que se consagren al Divino Corazón en las siete Diócesis
existentes. Esto fue para que se eduque cristianamente al pueblo, en especial al indio.

Otra de las conclusiones fue la enseñanza de la doctrina cristiana y que tome auge el
Apostolado de la Oración, las Cofradías de San Vicente de Paúl, los círculos católicos
de jóvenes. El Congreso terminó con el juramento solemne de todos los miembros de
no afiliarse a la masonería ni a ninguna secta reprobada por la Iglesia.

En la despedida del congreso dijeron “Viva el Corazón Santísimo de Jesús, Soberano


Señor de la República Ecuatoriana: juro fidelidad eterna a su reino social.”

También podría gustarte