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María”, se llevó a cabo una hazaña educativa en Córdoba (Arg.). Fuertes convicciones inspiraron al
Padre José María Bustamante (S.J.), para promover una seguidilla de fundaciones de igual perfil
educativo, de sólido valor evangélico y comprometido con las diferentes realidades sociales.
En Córdoba tenemos hoy el orgullo de contar con aquel germinal establecimiento que
además de escoltar el accionar evangelizador de Bustamante, promueve la conservación de los
bienes de su Casa Matriz, constitutivos del patrimonio urbano de nuestra Ciudad.
1
Este trabajo es un resumen de la ponencia de EGUIA y PEPPOLONI, citado en la bibliografía del presente trabajo.
2
La devoción a los Sagrados Corazones fue inspirada por el francés San Juan de Eunes en el S. XVII, más tarde reforzada
en los mensajes marianos de las diversas apariciones de inicios del S XX. El papa Pio XII, recién en 1942, en ocasión del
25º aniversario de las apariciones de Fátima, consagraría al mundo el Corazón Inmaculado de María.
3 El Arq. J. J. Correa, quien restaurara exteriormente la capilla, ha manifestado la relación estrecha entre el diseño de la
linterna de ésta con la Manonina de la Catedral de Milán. Por una carta de visite, sabemos que fue realizada por el
Constructor V. Baravino, de origen genovés, y por periódicos de la época, que su piedra basal fue erigida en agosto de
1890 e inaugurada finalmente en octubre de 1915.
¿QUIÉN ERA BUSTAMANTE?
José Hermógenes Bustamente nació el 19 de Abril de 1834, en Ongayo,
España, hijo de un matrimonio profundamente religioso, que inspiraba las
devociones de su hijo.
La infancia de este niño fue complicada, debido a la situación política por la
que atravesaba el país. Eran tiempos de revolución, de lucha y persecución
religiosa, motivada por la turbulencia política provocada por una sucesión. En
coincidencia con el año del nacimiento de Bustamante, el gobierno español
dictaba una orden para una sistemática persecución religiosa, que diera origen no
sólo a la venta de bienes eclesiásticos, sino también a la matanza de diecisiete
religiosos jesuitas. En este ambiente de turbulencias políticas y sociales crecería
aquel que impulsara en su adultez, varios institutos religiosos en la Argentina y
quien resultara consejero espiritual de renombrados sacerdotes como nuestro
Venerable Gabriel Brochero.
A pesar de aquellas circunstancias por las que atravesaba la Compañía de
Jesús en la Península Ibérica, algunas de las casas de formación se mantenían
abiertas. Por ello, en 1854 decide Bustamante incorporarse a las filas de los
jesuitas para iniciar su formación sacerdotal.
Poco se conoce de la vida del novicio Bustamante. Es sabido que su
formación estaría orientada al sacrificio y la austeridad, tanto por los principios que
guiaban a la orden, como por la separación familiar sufrida a raíz de la expulsión
de la Orden en España, para su traslado a Francia.
En el año 1861, tras las continuas persecuciones que sufriera la Compañía
en Europa, el Padre Bustamante se trasladaría para estudiar teología en la Casa
de Santiago de Chile, y donde cumpliría funciones como docente de francés.
Dos años después, los jesuitas serían convocados a la Argentina para
reactivar el Colegio Jesuítico de la Inmaculada de la Ciudad de Santa Fe, y en
1865, nuestro Padre sería enviado a este destino, radicándose desde entonces en
el país.
Fueron tiempos dedicados a su formación personal y al trabajo con los
alumnos del Colegio. Su idoneidad como confesor fue reconocida, al punto de
nombrársele “Consejero de la Orden” en Santa Fe.
En 1872 lo trasladan a la Ciudad de Córdoba, para ocupar el puesto de
Superior de la Casa, trabajando arduamente en la misión que tenía a su cargo y
en la Congregación de las Esclavas del Corazón de Jesús, de la cual fuera un
férreo impulsor.
El paso de los años y el advenimiento de las corrientes liberales le
mostraron al Padre Bustamante la necesidad de crear un instituto de formación de
docentes en el que la fe y el amor a Dios inspirara las obras y las acciones, tras la
sanción de la Ley 1420/84, de educación común, gratuita, obligatoria y laica en la
Argentina.
Escuela laica, significaba que entre sus contenidos quedaba excluido lo
religioso o sobrenatural, dando paso a la secularización de la educación en manos
del Estado, con absoluta independencia de la Iglesia, excluyendo a sacerdotes y
religiosas de ejercer el magisterio. Sólo podían admitirse maestros laicos. 4
El proyecto de hombre y ciudadano que aquella ley proponía, era el de un
hombre capaz de llegar a la perfección por sus propios medios, que apostaba a la
libertad absoluta y, a través de ella, a la libertad de mercados, aunque reservada
para un sector. Un ciudadano con miras hacia Europa para construir a la
Argentina. A dichos planteos, Bustamante respondía que eran doctrinas falsas e
injustas, porque educar sin fe era una manera de negar a los niños y jóvenes el
derecho a crecer conociendo los principios básicos de la doctrina y la fe cristiana. 5
En este contexto, Bustamante vislumbraría la necesidad de dar una
respuesta satisfactoria a las demandas del momento, considerando necesaria la
educación obligatoria, ya que popularizaba las posibilidades de educación. De la
gratuidad, opinaba que era relativa, al saberla sostenida del aporte impositivo de
todos y cada uno de los ciudadanos. Defendía a los alumnos que se formaban en
la escuela católica diciendo que “serían hombres sabios, honrados, de
sentimientos altos, abnegados, patriotas y sabios profundos en las ciencias y en
las artes”. Las personas formadas en una escuela laica, no alcanzarían estas
características ya que al recibir una formación revolucionaria podrían
4
LILIANA DE DENARO (Compiladora) Con ojos de Padre, Cartas y escritos del P José Bustamante, Córdoba, Ediciones del
Inmaculado Corazón de María Adoratrices, Tomo I página 685.
5
Ideas de este tipo no sólo las encontramos entre los sacerdotes como en éste caso, sino también en algunos laicos, como
en los debates para la sanción de la Ley 1420.
potencialmente: “alterar el orden social (…) porque para ser verdadero sabio es
necesario mucha abnegación, un corazón no dominado por las pasiones y
grandes sacrificios y no puede haber abnegación, sacrificio y sólidas virtudes,
virtudes sólidas sin religión”. 6
Esta manera de pensar permite comprender la rigurosidad de los
reglamentos que Bustamante redactó para las Adoratrices, haciendo referencia
tanto a la educación de las futuras maestras, como a la vida de la propia
congregación. Allí, asentaría la disciplina que debían observar las hermanas, y la
importancia concedida a la educación como formadora de personas “cristianas”,
para hacer frente a los errores del mundo moderno.
La congregación de las Hermanas Adoratrices vería la luz en Córdoba un
24 de septiembre de 1885, en la residencia de las Señoritas Rodríguez, quienes
generosamente ofrecieron y donaron su propiedad como parte de su dote, para
instituir la orden religiosa.
Es importante destacar que el Padre Bustamante no sólo se abocaría luego
de ello, a la formación de niñas y jóvenes –las futuras maestras- sino también a
los más necesitados.
En 1882, crea el Taller de la Sagrada Familia, con el valioso aporte del
Maestro Andrés Piñero 7, teniendo como objetivos fundamentales la formación
espiritual de personas menesterosas y su instrucción en tareas manuales. Quería
cubrir al mismo tiempo, una formación cristiana y humana en los más necesitados.
Su espíritu inquieto lo llevó a incursionar en diversas actividades. Fue
predicador de ejercicios espirituales no sólo en Córdoba, sino en todo el interior
provincial, y en Santa Fe, a instancia que fuera reenviado como rector del Colegio
Jesuítico de la Inmaculada. Además de ejercer funciones en la redacción de
reglamentos de varias congregaciones religiosas de Córdoba, como las Esclavas,
fue promotor de otros establecimientos educativos, como el Colegio Santo Tomás,
para jóvenes varones de la Ciudad de Córdoba, y de la Asociación “San José”
para la protección de la familia obrera. Sin dudas, una persona de infatigables
inquietudes que buscaría diversos caminos para fomentar la obra de Dios, a pesar
6
LILIANA DE DENARO, Con ojos... op. cit., pág. 688
7
Andrés Piñero (1854-1942), artista plástico, precursor de la pintura cordobesa.
de una salud muy precaria. Un 2 de Septiembre de 1909 en la residencia jesuítica
de Buenos Aires, moría José María Bustamante. Después de cien años de este
suceso, nuestro más sincero homenaje para él.
Con posterioridad a la muerte del Padre Bustamante, quien personalmente
promoviera la fundación de la Casa Matriz de Córdoba, del Colegio “Inmaculado
Corazón” de Villa del Rosario (1892), el “San José” de Santa Fe (1888), su
homónimo en Concordia (1898), el “Inmaculado Corazón” de Montevideo (1889) y
el del mismo nombre en Recoleta, Buenos Aires (1902), se sumarían hasta
nuestros días, para completar la Comunidad Adoratriz:
• el Convictorio “Regina Virginum” de Buenos Aires (1915),
• el Colegio “Stella Maris” en Mar del Plata (1923),
• el Colegio del “Inmaculado Corazón de María” en Rosario (1931),
• la Casa de Ejercicios en Ascochinga (1931),
• el centro de evangelización “Santa María del Mar", en Puerto Madryn
(1968)
• la Casa “José María Bustamante" de Puerto Iguazú (1991).
ANEXO GRÁFICO
IMAGEN 4- Fotografía de
Laureano Endeiza
extraída Flickr.com, donde
se testimonia la última
restauración de la Capilla
Adoratrices.
BIBLIOGRAFIA