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Mitad y mitad.

Autora: Dana Thalía Martínez Moreno.


En cada etapa de mi vida está enmarado un personaje silencioso y cargado de un misterio
tan inusual que es imposible hablar de mí sin mencionarlo.
Es como una ola que va y viene, pero que en cada sacudida trae algo nuevo y diferente, es
alborotador y tranquilo a la vez, una extraña mezcla de verdad y mentira que si no es
mirada con atención puede convertirse en una criatura aterradora.
A su cuidado he vivido momentos oscuros, profundos y miserables en los que su fría
presencia era lo más cálido que tenía, pero no todo el tiempo era así, también había
momentos en los que era enteramente feliz, pero no era algo que podía compartir con
alguien más.
El nuestro es un amor-odio, nos hacemos daño, pero no podemos vivir separados, somos
como el Yin y el Yang, como la luz y la oscuridad, como el blanco y el negro; somos dos
mitades que se complementan de una forma perfectamente imperfecta.
Para personas como yo que piensan de una forma tan abstracta, es muy difícil ser
comprendidos por las demás personas, lo que significa que no es que te guste estar en
soledad todo el tiempo, es que realmente te toca vivir en ella.
Con esto no quiero cuestionar o pasar por alto la presencia de personas en mi vida, pero si
quiero ser sincera, para lograr estar con ellos, primero tuve que aprender a vivir en soledad,
escuchando mis latentes y cambiantes pensamientos.
Tuve que atravesar muchas cosas que a mi edad no son necesarias, pero que estaban
escritas en mi destino desde antes que naciera y aunque en su momento me pregunté ¿Por
qué yo?, ahora sé que estar sola no es tan malo como parece.
Obviamente, debo aclarar que cuando estás absuelto por la soledad, te expones a un riesgo
muy grande y radica en el hecho de no saber manejarlo, porque ella te ofrece una
comodidad y una zona de confort de la que no quieres salir, pero que a la vez te va aislando
de todo y de todos.
Por lo general, a la soledad se le estigmatiza como algo que llenará tus días de melancolía
en bucle y que te mantendrá con sentimientos negativos que harán que tu vida nunca sea
plena, pero todo esto es mentira en su mayoría.
En soledad puedes apartarlo todo y darte un respiro, puedes hacer aquellas cosas que te
avergüenzan, incluso puedes sincerarte contigo mismo, puedes vivir experiencias únicas sin
tener que retener tus sentimientos y emociones por lo que otro pueda pensar, creo que es el
momento en el que puedes ser libre de muchas maneras.
Vivimos en una sociedad que te exige a cada momento que debes representar una
perfección vacía y carente de fundamentos, lo que lleva a que más personas se sumerjan en
una soledad, pero que no sepan cómo manejarla, talvez por eso muchas realidades terminan
de una forma inesperada.
Está bien, si estás solo, está bien, si estás acompañado, de todas las formas está bien, lo
único que no debe olvidar es aquello que dijo Rainer María Rilke “Ama a tu soledad y
soporta el sufrimiento que te causa”, porque, así como la soledad te da cosas, también te las
quita.

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