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. -Richard Bach
Pero se puede llegar a manifestar que la soledad es sentirse solo: si no estas acompañado, te
sientes solo, como consecuencia de realmente estarlo al no tener contacto; y si estas
acompañado de personas no intimas para ti, te sientes solo, esto porque en realidad no siente
una conexión ni comprensión de las personas que te rodean.
El ser humano es social por naturaleza, por lo que necesita el contacto y la relación con otras
personas. No todas las interacciones son profundas ,por ejemplo, cuando mantenemos una
conversación con un vecino, o cuando saludamos cordialmente a alguien por la calle. La
interacción con los demás es fundamental no solo porque nos aporta grandes momentos, sino
porque también favorece nuestro desarrollo personal, además de aumentar nuestra
autoestima, reducir nuestros niveles de estrés y aportarnos bienestar y felicidad. Sin embargo,
a pesar de estar rodeados de gente, ¿quién puede decir que no se ha sentido solo alguna vez?
Lo único que lo ayuda a sobrellevar su vida es la misma monotonía en la que está envuelta,
pues era su escapatoria a la soledad. De ahí la incertidumbre que siente ante su jubilación,
pues no sabe qué hará con tanto tiempo libre. En efecto, Mario odiaba los domingos, pues él
no los veía como día de descanso, al contrario, como un día flojo, un día de soledad, donde
tenia tiempo a su merced y no sabia que hacer con él. Aquí se puede dividir en los tipos de
soledad, para ahondar en la que siente Mario, la soledad emocional.
La soledad emocional es la más común, surge de la falta de apego con otras personas y suele
experimentarse cuando tenemos la necesidad de que nos escuchen. Sin embargo, al buscar
ese apoyo, se tiene la percepción de que no hay nadie. Es dolorosa y está vinculada a
sentimientos de incomprensión, tristeza e inseguridad. Suele ocurrir cuando rompemos con
nuestra pareja, nos distanciamos de un amigo o lamentamos la pérdida de un ser querido.
Martin, desde la muerte de su esposa se sintió solo, con la responsabilidad de ser padre y
madre a la vez de sus tres hijos, lo que ocasiono, que en vez de acercarse a ellos
emocionalmente, se alejara. Gracias a ello, no pudo formar otra relación, amorosa ni de
amistad. Su soledad viene de la falta de intimidad con otra persona. Esto se refuerza con la
aparición de Avellaneda, quien le da luz en su vida, le da una compañía con la que se siente
cómodo y comprendido, debido a esto su sentimiento de soledad se desvanece, dándole
felicidad. Ahora su rutina no era su escapatoria, si no su salvación para verla a ella. Esa fue
su tregua. Que, como toda tregua en un momento de guerra, puede acabar tan
inesperadamente como comenzó.
Otra vez volviendo a una soledad abrasadora, pues está atravesando también por un duelo.
Ya no teniendo un apego emocional, alguien que lo escuchara y comprendiera, vuelve a
sentirse solo, volviendo a su guerra, con días libres que lo acechan junto a recuerdos recientes
de lo que es la paz. Clarificando, él nunca estuvo solo, pero se sentía solo. Tenía compañía
en su casa, y se sentía solo. Esto porque no tenía relaciones íntimas con quien compartir sus
días, ni conexiones consigo mismo, que lo sacaran de la monotonía, que era su salvación de
la soledad, pero que también lo estaba metiendo cada vez más en ella.
Tras el análisis se puede concluir que la soledad no solo es el estar solo mediante la falta del
contacto humano que es necesaria; sino que también es el sentirse solo al no encontrar en las
personas que te rodean un entendimiento e intimidad, gente que sientas que escuchan y
comprenden tus emociones, llegándosele a llamar a esto soledad emocional. Llegando a
escalar a otros sentimientos, como la tristeza y la ansiedad, ocasionando que se llegue a vivir
una vida rutinaria. Por eso, cuando se vive una guerra en la que sientes que estas solo en el
mundo, la única tregua es que alguien te haga sentir que no lo estas.