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Soledad

La soledad es una condición de la vida humana, una experiencia del ser humano
que permite al individuo el sostener, extender y engrandecer su humanidad. El
hombre está para siempre, y en última instancia, solitario. Cuando un hombre se
separa de una verdad fundamental de su vida, cuando evade con éxito y niega la
terrible soledad de la existencia individual, se cierra a sí mismo un camino
importante de su desarrollo personal.

Es en cierta manera necesario para toda persona el poder reconocer su soledad,


el poder volverse intensamente consciente de que, en últimas, en cada parte de su
ser que está solo, terrible y absolutamente solo.

Cuando un hombre se separa de una verdad fundamental de su vida, cuando


evade con éxito y niega la terrible Soledad de la existencia individual, se cierra a sí
mismo un camino importante de su desarrollo personal.

En su experiencia personal, Moustakas se centra en que la Soledad le despertó un


estado de autoconciencia el cual nunca antes había sentido ni conocido.
Asimismo, manifiesta que la soledad no es buena ni mala, sino un punto desde
donde uno puede darse cuenta de manera intensa y sin tiempo, del propio ser. La
soledad hace que se pueda traer a la persona a un contacto íntimo con su propia
experiencia y al contacto con los otros en un sentido fundamental.

Una soledad consciente, lejos del juicio de los demás podría ser más rica y
abundante que una vida inconsciente, rodeada de gente, sin sentido y sin rumbo.
La Soledad está llena de riquezas, pero ha sido devaluada, se le ha cargado un
tinte negativo y nadie quiere ni siquiera rozarla.
Es importante darle espacio a la soledad, vivirla en carne propia, pues eso puede
permitirnos valorar los contactos con el exterior y dará en gran medida sentido a
nuestra existencia, nunca deberíamos dejarla de lado, porque es parte de
nosotros, pues como dice el escritor, cada persona, hasta en la última fibra de su
ser está sola.

Deberíamos esforzarnos en comprender la soledad para dejar de tenerle miedo y


dejar de tomarla como un castigo en medida espiritual, como un arma en contra
del resto del mundo, o como condena personal, sino como una oportunidad de
disfrutar y disfrutarnos. Una soledad aceptada y buscada por amor a ser uno
mismo, realmente vale la pena.

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