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Monologo

Izel Pérez Alonso 02973573


Grandes Escritores Brenda Yahel Serna Baez
Actividad 5 11 Nov. 2021

Obra: Fermento y Sueño


Autor. Luis Josefina Hernández
Año: 1886
Lugar de la historia: En el puerto del Sureste
Personaje: Sofía, hija de Rencarnación
Edad: 13 años

Escena de inspiración
Escena II
Casa de don Sebastián Santander. Mismo día. La antecocina. Sofía está sentada a
una mesa baja en un butaque; Romana en otro. Siempre los suelos de mosaicos en dos
colores; siempre perfume que viene del jardín. Frente a Sofía hay una taza de chocolate y
una charola de pan; también la mantequillera; ella come con animación. Romana toma
sólo el chocolate y en forma muy remilgosa una rosquilla de agua.
SOFÍA: Yo necesito ver al padre Valencia hoy mismo.
ROMANA: ¿Para qué?
SOFÍA: Necesito confesarme.
ROMANA: Si le vas a contar que pecas de gula, cuéntamelo a mí y así no tenemos
que ir a la iglesia. Lo estoy viendo, además.
SOFÍA: ¡No es verdad que peco de gula! Tengo... otros pecados y si no los confieso
no voy a poder dormir en toda la noche. Voy a morirme de insomnio.
ROMANA: ¿Qué pecados? No nos separamos en todo el día. ¿Por qué quieres
echarle a perder la merienda al padre Valencia? La de cosas que te ha soportado ese
hombre: confesiones a todas horas, llantos, rabietas. Hasta te ha echado de la sacristía.
SOFÍA (comiendo): No fue así. Me dijo solamente que no venía al caso que me
confesara dos veces por semana. Que lo entendería si yo viviera en... bueno, dijo Sodoma y
Gomorra. Mi mamá Chona se rió hasta llorar.
ROMANA: Estaba furioso; te dijo que estabas aburriendo a Dios y que hicieras el
favor de confesarte una vez al mes porque llevas años de repetir el mismo pecado.
SOFÍA: Mentiras. Eso es mentira. Yo... (Come. Bebe, unta mantequilla.) El padre miente.
ROMANA: Eso te faltaba. Ahora vas a tener que confesarle que le dijiste mentiroso.
SOFÍA: Por eso voy a pedirle perdón a Dios.
ROMANA: Si comes menos, dormirás mejor. (Se levanta.) Y eso que pensaste, puede esperar.
No tienes que ir a confesarlo hoy mismo.
SOFÍA (enojada pero dueña de sí): ¿Cómo lo sabes? ¿Ya lees el pensamiento?
ROMANA: Francamente, sí. Pensaste que tu madre estaba coqueteando con el
doctor Heredia y que, de cualquier modo, quieres que empeore y se muera para que venga tu
papá a vivir contigo.
SOFÍA (se demuda): ¡Mala! ¡Qué mala eres! ¿Por qué crees que pienso eso!
ROMANA (tranquila): Hablas dormida. Cuando dices que tienes insomnio.
Pausa. Sofía reflexiona que a fin de cuentas no es grave que Romana sepa sus
pensamientos. También sabe que ella tiene una zona de obstinación y ceguera que no puede
tocar Romana... Ni otras personas.
SOFÍA: Seguramente soy sonámbula. (Romana suelta la risa; Sofía sonríe un
poquito.) Yo sí he pensado que si mi mamá Chona muriera, mi padre volvería. Porque ella
dice que sólo entrará en esta casa cuando ella ya no viva.
ROMANA: ¿Y te interesa tanto que venga? Tu papá casi no vivía con tu madre y contigo.
Todas las hijas se inventan padres a la medida.
SOFÍA (con emoción): Venía a verme todas las tardes cuando no estaba en las
haciendas y me traía cosas: frutas y dulces. Un día me trajo una pulserita.
ROMANA: Eh... Sí. Puede ser. Creo que recuerdas más de lo que era. También
ahora llegan cajas de regalos para Irene y para ti. No las olvida aunque no les escriba.
SOFÍA: No es lo mismo que vivir con él.
ROMANA: Por favor, Sofía. Déjate de imaginaciones. Ni siquiera tu madre vivía
con él.
SOFÍA: Pero a mí me quería.
ROMANA: Y a Irene ni siquiera la conoció. ¿Qué te parece?
SOFÍA: Mala suerte.
ROMANA: ¿Sabes qué? Voy a llevarte con el padre Valencia uno de estos días. Y
me haces el favor de contarle todas esas cosas. Todas, ¿entiendes?
SOFÍA: No son pecados.
ROMANA: Por eso no me confieso. Si yo soy la que decide qué cosa es pecado,
puedo decidir que nada es pecado. Y quedamos igual.
SOFÍA: Ahora sí, voy a acusarte con el padre Valencia
ROMANA: Lamento mucho comunicarte que el padre no es la inquisición. Con tu
permiso. De lo que te perdiste.
Sale Romana con aire de fastidio y Sofía toma otro pan, le unta mantequilla, se
acomoda en la mesa y come, sí, con gula.

Objetivo del perosnaje


Tener a su papá serca de ella
Vestuario
Un batón de dormir
Luz
Escenario nocturno, y lámparas o velas como iluminación.
Utilería
Una vela, pan
Ángulo de cámara
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Mirando a la cara
Desde arriba
De un lado

Entra a la habitación
( sonido de la puerta )

Sofía entra a su habitación con un pedazo de pan en la mano, se acomoda en su la orilla


de su cama

Sofía:
- Primer ángulo
¿En serio hablo dormida?, ¿Qué tanto debía a ver dicho?, con gran razón sabe que yo fui
quien rompió la muñeca a Irene,
( da otra mordida al pan, y de la misma forma lo termina)( cambia los gestos).

Pues no es mi culpa que no haya conocido a papá, es simplemente mala suerte, me


gustaría volver a ver a mi papá pero por la presencia de mi madre no se va acercar a esta
casa aun que lo obliguen, bueno eso es lo que he escuchado de mamá.
( cambio de gestos) y como olvidar que sus divinos presentes me llenan de alegría, las
enorme muñeca y esos vestido tan bonitos. Pero ya no es igual.
Porque, porque a mi, de todas las madres que puede tener a mi me toca la que yo tengo,
una mamá que aleja a mi papá, enferma y además sus regaños son muy duros
inmerecidos diría yo.

- Segundo ángulo
( Se recuesta en la cama)
Me podría escapar buscar a mi padre, será que me reconozca, ya crecí, no mucho. Peor
en donde lo buscaría, los carruajes son realmente caros y adonde podría decir que
vamos, que idea absurda
(un tiempo)

( Cambio de gesto )
La única manera de es que mi mamá Chona, se vaya, pero no puede moverse de esta
casa y esta enferma, acaso que… muera (Buscar sinónimo), ella descansaría de su dolor
y mi papa vendría, estaría felices. Mi madre Chona esta débil y cansada, no es mejor
que se vaya, ¡¡Que estoy pensando!!
- Tercer ángulo
(Se levanta de un brinco)
Por eso me tengo que confesar con el padre Valencia

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