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Pan de mesa

Cada noche me levantaba a saborear aquel olor húmedo que dejaba la lluvia en la
madrugada, a veces mezclada con otros olores como el pan caliente que se horneaba en los
hornos de mi casa, lo tenía que hacer a estar horas para que mi padre no lo viera, se
horrorizaría al ver el desastre de harina y huevo que queda en la mesada. Exclamaría que yo
soy el que limpia y no él, pero no tengo ganas de discutir a tales horas de la noche. Me
siento triste cada que Febo asoma sus rayos, más que nada porque uno de mis amigos más
cercanos se llamaba así, lo llevaré siempre dentro de mí, murió la semana pasada ante un
extraño suceso, lo encontraron en su casa sin sus órganos internos, sin embargo, el corazón
estaba intacto ¿Quién haría tal desastre por una cuenta sin pagar? Pero todo apunta a la
señora Claudia, ella tiene un negocio desde hace ya catorce años, sus hijos se fueron a la
ciudad y la dejaron a la merced de la vejez sola.
- Leooooooooz pendejo pelotudo sabés bien que los domingos me despierto temprano
para ir a visitar a tu hermana al hospital de la ciudad, haces una y no podés hacer
dos, limpiá todo esto antes de las once cuando venga con Agustín, que poronga de
nombre le puso tu madre, le dijeron que era nena e insistió con el nombre Agustín-
era común escucharlo quejarse por el desorden de la cocina y por el nombre de su
única hija, la alcohólica de Agustín-
- Si pa, todo limpio para cuando llegues con la lesbiana esa- su cara de horror me dijo
todo, no era un secreto que mi padre rezaba para que su hija mujer no sea una
lesbiana o una cualquiera, que sea una señorita de bien y que se case con un hombre
bueno, y con plata-
- Déjate de hacer bromitas pelotudas y límpiame la casa dale, que inútil que sos, ya
vas a cumplir diecisiete y ni limpiarte los calzoncillos sabés, igual que tu madre la
atolondrada esa-
Agarró las llaves, la billetera y una botella de agua. Sentí que se iba y a la vez que el cielo
no quería dejar de llorar, o de miar, el que te convenga. A la hora se largó a llover de
nuevo, más tiempo para limpiar o boludear. Sentí como el suelo se movía, me enojé y bajé
al sótano de la casa, húmedo, oscuro y con un olor a mugre tremendo, no lo uso tanto, ahora
guardé un perro acá para que mi padre no lo vea. A la tarde noche de ayer el pobre estaba
debajo de un montón de mugre y lo traje a escondidas, lo puse en ese cuartucho húmedo de
mala muerte hasta que vea donde la llevo, no me gustan las mascotas. Aunque quise hacer
un gesto humano, si esta porquería seguía moviendo las cosas la iba a tirar a la calle de
nuevo, no tengo problema. De pronto vi como entraba en agua por una esquina del techo,
bajaba lentamente y se mezclaba con los fluidos del suelo.
- Qué asco, la puta madre, voy a tener que usar otro lugar para poner la heladera- no
tenía lugar en la cocina de la casa, así que debería hacer un alargue que llegue hasta
mi pieza y poner la heladera ahí- más tarde, ahora tengo que terminar con el pan y
limpiar- hablar en voz alta cuando estoy solo ya era una costumbre-
Le di de comer a ese perro y subí arriba de nuevo, lo que vi me dejó sorprendido y feliz, a
la vez asqueado por el olor, la calle estaba totalmente cubierta de agua y el cielo cada que
podía se volvía de un violeta pastel hermoso, pero vivo cerca de una verdulería y hay
tremendo olor a papas podridas, dejé el putrefacto olor de lado y me concentré en la lluvia,
grandes gotas. Algunos autos pasaban, pero el agua casi les llegaba al para golpes, me
quedé una media hora así mientras sacaba y ponía más pan, tenía que usar todo, no quiero
que mi padre sepa. En un momento la lluvia paró, justo cuando ya había terminado todo,
eran las once de la mañana y no había rastro de aquel viejo R12 de mi padre. Me senté en la
galería de mi casa con un pedazo de pan y unos mates amargos, veía a mis vecinos, a los
gatos callejeros salir de donde se habían resguardado y un par de sapos saltando por ahí.
Dirigí la mirada a la señora Claudia, su tienda parecía que no duraría mucho gracias a los
rumores de que ella mató y mutiló a Febo, que lástima, tantos años en ese negocio y cuando
iba bien, bam, una desgracia sucede y ella es el foco de todos los ojos del pueblo, sus
vecinos que creen en ella siguen yendo, pero no sé cuánto durará. Esta noche anuncian
tormenta eléctrica.
Ya van a ser las doce del mediodía y ni rastro de mi papá o de Agustín. Me volví a meter
dentro de la casa y frizar el pan. Cuando estaba llevando el último pan a la heladera del
sótano escuché el sonido del motor del auto y todas las chicas y chicos del pueblo saludar a
Agustín. Salí entonces a recibirlos, pero antes puse una pava de agua en la hornalla.
- ¿Cómo está mi gay favorito? ¿Soltero como siempre? Aun teniendo casi mi cara no
la pones eh, no pareces mi hermanito así- no era una sorpresa que ella hiciera sus
bromitas, ¿pero en frente de padre? La puta madre-
- No digas eso Agustín, con tu hermano estando solos pueden bromear todo lo que
quieran, pero no en frente mío, no sé por qué salieron así, si en mi casa todos
siempre fueron de bien, seguro los genes de tu madre los afectaron a los dos, si no
fuera porque compartimos lunares dudaría de que fuesen mis hijos- terminó de
decirnos eso y se metió a la casa-
- Tengo sueño, le dije que no me busque tan temprano, no pude ni pedir una petaca a
algún enfermero o enfermera antes de venir.
- Si seguís así voy a creer que sos adicta a otra cosa además del alcohol.
- No seas tan cruel con tu hermana mayor, ¿no ves que hieres mis sentimientos? -
dramatizó y se dio la vuelta para ir a lo de la señora Claudia-
- ¿No crees que es mejor no ir ahí? Van a empezar a hablar de vos si vas a ese
negocio –aunque no estemos juntos, somos muy unidos, tenemos la misma cara y
casi mismas costumbres, ella seduce abiertamente, pero no hay nadie en el pueblo
vecino que no me conozca, aunque nadie habla de eso para no romper mi sensación
de misterio, conozco la habitación del acólito de memoria- ¿sabes lo que sucedió?
- ¿Vos también vas a hablar de eso? Papá me dejó los ovarios en el piso con tantas
veces que me contó, por eso voy a la tienda, mira si encuentro algo jaja.
Finalizó sus palabras y la vi entrar al negocio, también vi que al minuto entró un chico,
bastante lindo, mi hermana no se va a aburrir entonces. Agarré la silla en donde estaba
sentado antes de que vinieran a irrumpir mi paz, y entré a conversar con mi padre, no lo
encontré en la mesa, ni en la sala de estar, entonces seguramente está durmiendo, decidí
hacer lo mismo. Cuando llegué a mi habitación, simple, llena de platos y vasos, donde
duermo es el depósito de la casa, los ojos se me cerraban, tengo la costumbre de hacer una
Vladimir antes de caer en morfeo, pero esta vez me dormí apenas me acomodé. Me
desperté tres horas después, me asusté al acordarme de la pava puesta hace unas horas, casi
voy corriendo a la cocina y ahí veo a Agustín con el lindo de antes.
- ¿Y este lindo? ¿Qué hace acá?
- Jajaja ese es Theo, mi nuevo amigo, Theo, este es Leoz, decile Leo nada más, padre
estuvo muy creativo con su nombre, obviamente es mi hermano.
- Hola- parecía un chico de pocas palabras, mi hermana, seguro lo arrastró a nuestra
casa, pobre chico- soy eh… ya sabes mi nombre em si eso –miró sus manos y las
crujió.
- Si si tranqui Theo, che Agus, vine por la pava.
- Menos mal que yo encontré esa pava seca ahí, un poco más y se fundía, me debes
una.
No le di atención, agarré mi mochila y me dirigí a la puerta “limpiá todo antes de que se
despierte padre” no escuché respuesta de su parte entonces salí de la casa, fui por aquellas
calles escondidas, esas que son tapadas por los matorrales y que pocas veces se podía ver a
alguien, nadie ya venía para estos lares por miedo de que el asesino de Febo les haga algo,
aunque muchos quieran ignorar el hecho de que el homicida esté en el pueblo, no pueden,
siempre buscan una forma de deshacerse de su temor a la muerte tirándole la culpa a
alguien más; como lo hacen con Claudia, no dudo de ella, pero no se puede estar tan seguro
de eso. Muchos se quieren hacer los héroes o los protagonistas de esta historia creando
grupos en Facebook sobre el caso y debatiendo de quién sería el asesino, este grupo más
que nada son señoras mayores con ganas de hacer algo antes de morir, hablan mal de su
antigua amiga Claudia, que les llevaba regalos y les fiaba bebida a sus maridos, no sirven.
La poca juventud del pueblo tampoco está exenta de esto, hay una chica que va a mi
escuela y se pone a decirles a los demás que hacer o que no hacer para no ser atrapados por
el monstruo. Desearía que me importara yo mismo. Sólo porque cree que es muy
importante al ser querida por otros, no por todos, pero sus amigos son gente con influencia
en la escuela, una pelotuda de quinta, seguro en el futuro será importante, los pelotudos
siempre tienen cierta importancia al final del día. Ella es mi amiga, nos llevamos bien, nos
escribimos mucho, pero a veces cansa, apenas termine el secundario voy a perder el
contacto con ella o no, la situación con ella es compleja. Vi por ahí que si quieres estar
mucho en contacto con esa persona o no quieres que se vaya con nadie, es más probable
que el loco sea esa otra persona y vos la víctima. Mientras me perdía en mis pensamientos,
prendí un cigarrillo y expulsé el humo hacia arriba mientras miraba el cielo desolado y
tranquilo, estos momentos de tranquilidad me perturban y hacen querer llorar, me di la
vuelta, ahí vi una cara totalmente desgarrada mirándome con miedo y temor, sus ojos
lloraban y se mezclaba con la sangre esparcida en su cara, me quise sorprender, pero mi
cara no fue hecha para expresar lo que siento, corrió hacia mi queriéndome dar un abrazo al
verse salvado, lo evadí y me fui sin mirarle. Al estar un poco lejos de donde lo vi, me di
cuenta que me seguía, los altos yuyos al lado del camino lo ayudaban a seguirme sin que
yo, supuestamente, no me diera cuenta.
Dame un abrazo
- No me sigas tan cerca del pueblo, pensá un poco, yo sé que podés.
- …ag.…aa…AAA…oh.
- No te exites.
Empecé a escuchar los gritos de mis vecinos, Dios no quería ser partícipe de eso, pero me
gusta saber que pasa, eran todas las señoras del grupo de Facebook destruyendo el negocio
de Claudia, ella llorando en la esquina y mi amiga con un par de pelotuditos filmando. Me
giré de nuevo por donde venía y volví a adentrarme a ese camino, no me gusta
entrometerme ni ser participe; amo mi vida de espectador que no llega ni al de personaje
secundario. Ahí lo vi de nuevo, ya había dejado de llorar y se permitió caminar a mi lado, la
verdad es que ni puta idea que pija era eso, pero ahí estaba, al lado mío caminando como si
fuera otro humano más. Se apoyó en mi hombre y sus pensamientos me llegaron.
- ¿Te gusta esa vida? Estas desperdiciando tu preciada adolescencia, deberías ir a más
fiestas o al menos ir a alguna.
- No deberías preocuparte por mí, al fin y al cabo, debes ser una alucinación mía.
- Yo soy real, soy vos y todo eso, qué se yo.
- Bueno, no tengo ganas de hablar, y tampoco quiero estar contigo, déjame solo.
Sin más que decir se metió en los matorrales, un deseo enfermo nace dentro mío que hace
querer seguirle y no sé, tratarlo como a ese acólito. Me despejo, me concentro en los
colores, qué se hacer, dímelo. Esos colores tienen todo lo que siento, me tengo que
controlar hasta llegar a casa, si bien me gustaría ir a la ciudad vecina ahora mismo, ya es de
noche y tengo que ir a la escuela mañana, al final sigo teniendo dieciséis. Me pongo a bailar
con los colores que se van desapareciendo, miro la luna y calculo que son las nueve de la
noche. Vuelvo a casa para ver qué pasa ahora, la gente ya no está, mi amiga se fue a
boludear con sus amigos a la plaza y Claudia está poniendo cartón en los vidrios rotos,
quiero ayudarla, pero no tengo ganas de caminar hasta allá. Abro la puerta de mi casa y veo
a Theo todavía ahí, nos miramos, lo observo un poco mejor ante la luz blanca de la sala, sus
rasgos son normales, pero me dan ganas de cuidarlo, está tan bonito. Se da cuenta que lo
observo y me devuelve la mirada, nos quedamos así por un minuto, lo veo mirando cada
gota de tinta en mi cuerpo, los lunares bajo los ojos, las líneas, sus ojos se parecen a mi
tatuaje, su misteriosa inocencia se fue en un momento y creí haber visto su corazón. No le
quise hablar, una persona se ve más bonita sin abrir la boca, sin embargo, lo vi queriendo
decirme algo, antes de que eso sucediese me fui a mi habitación a buscar ropa para
bañarme, lo vi mirarme de nuevo cuando pasé a su lado con una toalla y una percha. Me
comenzaba a molestar. Me terminé de bañar y vi como mi dibujo estaba mirándome en el
baño, me sentí muy feliz, no sé cuándo lo puse ahí, esas cosas que olvido son parte de las
cosas que al volver a verlas me hacen feliz. A veces mordía mis brazos. No me importa
pasearme por la casa con solo una toalla para ir a mi pieza, pero Theo seguía ahí ¿qué no
tiene casa propia? Dios, ándate. Se me quedó viendo, de nuevo.
- ¿Qué? ¿Te gusto?
Vi a mi hermana salir del sótano con uno de mis panes, respiré profundo y exhalé pidiendo
paciencia, cerré la puerta de donde duermo y me vestí, boludee un poco con el celular, leí
un poco y me dormí. Vi las notificaciones del celular, un par de cosas sobre un juego,
mensajes del grupo de la escuela, unos mensajes de mi amigo a distancia, otras de mis redes
sociales y nada de mi amiga, bueno, ya fue. Vi el reloj y marcaban las 09:18, me levanté y
me lavé la cara, me maquillé un poco y salí, la casa se sentí vacía, revisé y si, en efecto,
estaba solo. Me puse a hacer unos diseños, estaba inspirado, puse música y me hice un té.
Alimenté al perro, hoy quise sacarlo de ahí y lo dejé en el patio, se hecho panza arriba a
recibir luz solar, este clima está loco. A las diez y media me puse a cocinarles a unos
albañiles que trabajan por acá cerca, no son tantos, unos seis, en dos horas les tengo todo y
me hago once mil pesos al final, a las una de la tarde me veía saliendo para la escuela ya
habiendo hecho todo lo que se debe, mi rutina, simple, tranquila y productiva. Saludé a
varios de mis vecinos, a Claudia y le envié un mensaje a mi amiga de buenos días, a esta
hora ella se levanta, la verdadera vida de un adolescente. No sé para qué voy a la escuela si
ya tengo todo sacado, sólo para verles las caras, supongo. Dos amigas salieron a abrazarme
y a contarme sus cosas, las ayudaba a aprobar, leía, me relajaba. Al salir el sol seguía
enardeciendo las calles, unas amigas me acompañaron hasta cierto punto y de ahí fui solo.
Quiero hacerme otro tatuaje, pero no sé dónde, debería terminarme de hacer la manga.
Cuando llegué a mi pueblo todos estaban alborotados, era obvio que algo había pasado, lo
que me pareció extraño fue que esta vez no sea en el negocio de Claudia o en la plaza, sino
en donde comienza el camino hacia los yuyos, allí se veía un tumulto de gente
cuchicheando. Tuve miedo por primera vez. Todos estaban ante una bolsa de basura
colgada goteando un líquido rojo, era una bolsa mediana y sin forma humana, nadie se
había atrevido a bajarla, solo la estaban mirando. Mi padre interrumpe en la multitud con
una escalera y un machete, ubica la escalera lo suficientemente cerca de la bolsa como para
poder cortarla. Una sola cortada bastó para romper lo que estaba colgando y la gravedad
haga lo suyo, de la bolsa cayeron las extremidades de mi perro, y en el cuerpo tenía escrito
una sola palabra “abrázame”, puse una cara mezclada de horror, disgusto y confusión.
- ¿De quién es este perro? -preguntó mi padre, nadie le respondió, y todo fue silencio
mientras algunos vecinos hacían arcadas por la grotesca escena. Levanté la mano-
¿Leoz? Pero si nosotros no tenemos perros.
- Lo recogí de la calle el otro día antes de la tormenta, lo puse en el sótano esa noche
para que no te dieras cuenta y hoy a la mañana lo saqué al patio y se durmió ahí,
después me fui a la escuela–
- ¡Eso es verdad! -gritó el verdulero que saludé hoy- lo vi yendo a entregar viandas y
después a la parada del colectivo, él no fue, es un chico de bien- más vecinos lo
fueron apoyando, hasta Claudia, me sentí aliviado de que nadie creyera que yo
había matado y mutilado a un perro-
- Entonces ¿quién mierda fue? ¿Nadie vio a alguien poniendo esta bolsa acá? Y fue
entre las una y media y las siete, imposible que nadie viera nada, más que tenemos
viejas chicheras acá –se escucharon quejas de unas señoras que estaban hasta el
último en esa ronda de gente, sólo escuchando.
- Yo a esa hora estaba ocupado atendiendo, no es por defender a una asesina, pero
Claudia estaba llorando en su casa como para salir.
Varios empezaron a decir dónde estaban y dando pruebas de su paradero, obvio no todos
los del pueblo estaban allí, pero era imposible que nadie haya visto algo. Giré mi cabeza
hacia el camino y ahí lo vi de nuevo, mirándome fríamente desde dentro del pastizal, no
quiero hacerme el fuerte, la verdad es que si, él si me da miedo a veces, volví mi mirada a
la gente discutiendo y culpándose entre sí. Le dije a mi padre que me iba a casa a descansar
y me retiré, recibí la consolación de varias personas en el camino, la verdad es que la
muerte del perro no me afecta para nada, pero el mensaje me inquieta, me incomoda, siento
que me ven, que cada respiración que doy está siendo contada, no me siento sólo ni seguro
en cada paso que doy, me agarro de los brazos y me hago pequeño mientras camino más
rápido que de costumbre, trato de desaparecer ante la vista de los demás, siento que me
miran desde el techo de mi casa; miro el techo y un par de ojos me ven, esa cosa no es
humana, pero tiene todos los rasgos y colores que uno, me mira con los ojos de Febo, pero
con la frialdad de la criatura del campo, se para y veo todo su asqueroso cuerpo, lleva una
cabeza humana que apenas tiene pedazos de pelo que parece mugre pegada a la piel, una
cabeza cocida a un cuerpo de otra especie que no es humana, no reconozco que es, no es
humano, no lo es, no, me sigue mirando, se pone en cuatro patas y se gira, siento su cola
casi rozarme el cráneo, y lo escucho caer en mi patio. Me siento sucio.
Decido entrar a la casa, queriéndome convencer de lo que vi fue sólo una alucinación de mi
mente confundida. Veo a mi hermana sentada en la mesa tomando un té de frutilla, me
mira, veo que me quiere decir algo, pero se retracta y sigue moviendo aquél saquito, veo
que hay otra taza ahí, supongo y debe ser de algún amante de mi hermana, no sé. Me muero
de sueño, así que me voy directamente a mi habitación, me encuentro con Theo en el
pasillo, nos volvimos a mirar, pero esta vez sólo fue de reojo, sin embargo, sentí que él se
quedó viéndome y viendo mi puerta por un tiempo, por pura precaución le puse un mueble
a la puerta para que no se abra, y agradecí por primera vez no tener ventanas. Me di vuelta
sobre mí mismo y quise dibujar antes de dormir, empecé a querer retratar la criatura del
campo, nunca se me dificultó mucho dibujar, pero no pude hacerlo esta vez, aunque siento
que los ojos transmiten lo que yo siento, me gusta ponerle alguna frase detrás, y como
tengo miedo decidí que sea de la biblia, despolvé el antiguo libro de mi padre que estaba en
un estante de mi habitación, y empecé a ojearlo, pasaba del antiguo al nuevo testamento,
una y otra vez, desde génesis hasta apocalipsis, hasta que leí algo que me gustó “¡Ay de que
a lo malo dicen bueno; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo
amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” Isaías 5:20. La verdad es que no me sentía muy
cercano a esto, pero me gustaba como se saboreaba cada palabra. Me acosté y me dormí,
pero esto no duró tanto ya que a las cuatro y veinte de la madrugada sentí pasos en el
pasillo, supuse y era mi hermana o mi padre buscando algo, pero se detuvo frente de mi
puerta, manijeó e intentó abrirla, repetidas veces, un grito de dolor salía de sus cuerdas
vocales, no me podía mover, estaba estático debajo de mis sábanas, ellas eran mi única
protección, la cosa dejó de manijear y como si no fuera nada la puerta se abrió, la mesa de
luz que funcionaba como impedimento fue movida como si nada, yo ya estaba al borde del
desmayo por tanta adrenalina que tenía, pero no pasó nada después de eso, yo recién pude
recobrar mi sueño dos horas después y todo porque ya no aguantaba más. Tal vez esa cosa
no era mala y quería solo ver que hacía. A la mañana siguiente decidí que iba a faltar a la
escuela, así que me quedé acostado en mi cama procesando lo de esa madrugada, traté de
ponerle nombre y cara a la voz, muchas veces puse la cara de mi madre, de Claudia y de
hasta mi amiga, me fijé que no he puesto su nombre todavía, Roci. Esa mañana nada me
molestó, algunas veces escuchaba a mi padre quejándose de mi hermana o del desorden,
también pude distinguir algunas voces de las señoras de la iglesia queriendo llamarme para
que proteja mi alma del maligno y dejándole a mi padre varios tipos de crucifijos, aunque
no lo parezcan esas cosas me dan miedo. Ya para las dos de la tarde no podía soportar mi
propio peso, decidí pararme e ir al baño, lentamente abrí la puerta, volví a ver a Theo, ese
tipo me estaba comenzando a asustar.
- ¿No tienes casa? Siempre que te veo estás acá, no sé qué tratas de hacer estando
todo el día acá, te ves un año mayor que yo, ¿acaso no tienes que estar preparándote
para egresarte? –mi tono no era el que se me había enseñado a usar con visitas, pero
un poco más y se traía su cama para comenzar a vivir acá, menos mal que mi
hermana se va mañana y supongo, que este también no le voy a ver más la cara-
- …
- No te vuelvas a cruzar conmigo, me estás empezando a caer mal –si bien esto que
acabo de decir no era tan grave para alguien que se acaba de conocer y no se tiene
un lazo profundo, vi sus ojos aguarse, gritó y salió de la casa llorando, no pude
entender nada de lo que pasó, todo va tan raro este mes-
Por la confusión del momento no pude darme cuenta que ese grito es el mismo de aquella
cosa horrenda del techo y de la del pasillo de anoche. Necesitaba despejarme un poco, así
que decidí ir a la iglesia del pueblo vecino, tomé mi moto y fui, nadie me puede decir nada
porque esta zona es ciudad de nadie, si alguien se interesaría al menos un poco de lo que
pasa acá, lo del asesino de Febo ya se habría resuelto hace mucho y doña Claudia no tendría
que estar empacando sus cosas para irse.
Tuve un sueño
Al llegar a aquella iglesia, me puse mirar un poco su estructura, era ciertamente más grande
que los comedores comunitarios. Empujé la gran puerta de roble que debía medir unos tres
metros, adentro no había nadie en las sillas, pero si unos ayudantes del cura limpiando las
estatuas y los bancos, allí lo vi a él, tan angelical como siempre, ciertamente su presencia
trae paz, sus abrazos son las nubes y sus besos una alfombra de terciopelo, siento que hasta
todas las cosas que veo se rendirían a sus pies, los pies de un ángel. Los demás acólitos me
ven entrar, algunos hacen un gesto de desagrado, otros simplemente ignoran mi presencia y
los que quedan me saludan con la mano. Me le acerco a Mary, que no se ha percatado de
mis pasos hacia él, le toco el hombro, sé que no le gustan las sorpresas. Me ve y sus ojos
llenos de ternura me saludan el alma, puedo simplemente admirarlo por un gran tiempo, su
amabilidad siempre será mi hogar, me saluda y por estar tan ensimismado casi no se lo
devuelvo, me puse a hablarle mientras él seguía limpiando, veía sus lindas manos tomar ese
trapo y pasarlo por las mesas, las ventanas, los bancos, no aguante y las tomé, me miró
confundido y le di un pequeño beso en la mejilla, su no reacción siempre me fue
cautivadora, no se ponía rojo, no se avergonzaba solo me mostraba todo lo que pensaba con
sus ojos, no necesitaba hablar para bañarme de gozo. Cuando terminó todo lo que debía, lo
acompañé a merendar, me escuchaba atento, a veces hacía pequeños comentarios moviendo
las manos, terminamos nuestro té con medialunas y lo acompañé a cambiarse su atuendo a
algo más simple, quise llevarlo a pasear, a mirar algunas tiendas, bibliotecas, plazas,
galerías, todo, no había lugar que no fuera elegante y precisado para mi si él estaba en este.
Su piel canela, su cabello chocolate brillando con la luz de los faroles, acentuaban aquellos
ojos mar que poseía, tan hermoso, tan único, y me quiere a mí. Le conté todo lo acontecido,
algunas veces se persignaba y miraba arriba, tomaba su crucifijo con las manos y me tocaba
el hombro, aunque yo no creyese del todo en seres divinos, amaba que se preocupara por
mí. Me dijo que cada vez que me pasara algo así, rece, que piense en el dios que sea
necesario y hasta en él, que no abriera la puerta y que no pensase que alguna de esas
criaturas era buena o piadosa, él tenía más temor que yo y lo sentí, le acepté todas sus
propuestas y cuando menos nos esperábamos, anocheció, lo llevé de vuelta y volví a mi
casa. Las luces del camino todavía no estaban prendidas y mucha gente había salido a
caminar, cuando volví, vi que el pueblo estaba festejando, vi la casa de Claudia y estaba
vacía, he ahí la razón. No sentí que mi presencia allí fuera necesaria así que me fui a casa
directamente. Cuando abrí la puerta y miré, sentí olor a comida rica y que se hacía en días
que lo precisaran, por un momento pensé “¿esto también es por Claudia? Si según yo mi
padre le encantaba contar la historia, más no tener una opinión” pero antes de abrir la boca
mi padre habló.
- Te estábamos esperando, ¿dónde estabas? ¿Con alguna chica por ahí? ¿no?
Campeón, ven a sentarte que estamos comiendo un asadito por el último día de
Agustín acá –se le veía feliz y eso ya de por si era algo de lo que alegrarse, pero esa
alegría me duró poco al ver la luz de mi habitación encendida.
- ¿Hay alguien más acá además de nosotros? –pregunté.
- ¿mmm? Ah, sí, la familia de Theo está acá, que buen chico ese, no puedo creer que
no supieras que había un chico tan amable en este pueblo, le dije que vaya a tu pieza
ya que había terminado de comer.
¿QUÉ? ¿Acaso escuché mal? ¿Ese en MI habitación? No me gusta que estén en mi lugar ni
mi propia familia y viene un rarito a invadir mi espacio, se me aguaron los ojos de ira.
Caminé hacia el marco de la puerta y con mi mejor voz de tranquilidad fingida dije:
- Te vas.
- ¿Eh? Pero si tu papá me dejó estar acá
- ¿Tenés problemitas en los oídos o qué? ¿No escuchaste lo que te ordené? –ya mi
tono de calma se estaba yendo y venía como realmente me sentía.
- No, no, es que, yo, en serio quería, pues somos de la misma edad y
- No, no lo somos así que lo que me quieras decir lo voy a escuchar con una oreja y
se me va a salir por la otra.
- Déjame hablar, podemos hablar, somos humanos que nos podemos comunicar.
- SOLO ANDATE DE MI HABITACIÓN.
Un silencio se formó luego de eso, se levantó de mi cama y camino hacia donde yo estaba,
me miró a los ojos y me estremecí, no quiero saber nada con él ¿puedo volver con Mary?
Ya lo extraño, lo quiero conmigo, lo quiero todo el tiempo conmigo. Theo pasó a mi lado y
fue a la cocina, avisé que ya había comido, me despedí de Agus y me acosté, mañana me
bañaría. Pude tener un sueño casi instantáneo, puse mi cabeza en la almohada y me dormí,
escuché de nuevo a media noche la manija, pero solo por un breve momento y luego nada
más, me dormí nuevamente y como a las ocho de la mañana me desperté sin nada de sueño,
me quedé un rato ahí disfrutando de la cama y luego me senté. Un sobre, un sobre estaba
allí, un sobre. No me gusta tener cosas que no requiero en mi espacio. Me levanté, salí de la
pieza y vi por la ventana a mi hermana poniendo sus cosas en el baúl, salí sin que me
importara estar en cuero a la calle con el sobre en la mano.
- Che Agus, ¿Y esta carta?
- ¿Si no sabes vos para que me preguntas a mí? Fíjate adentro a ver si tiene el nombre
del remitente o algo
- Agustín, ¿ya terminaste de poner todo en el auto? Si ya lo hiciste nos vamos.
- Suerte Leo en encontrar de quién es, nos vemos la próxima, hermanito, cuida a mi
amigo nuevo por mí –dijo eso y me abrazó como siempre lo hacía cuando llegaba
este momento, me escondí en el lugar entre su hombro y cuello y me despedí en un
susurro.
- No prometo nada, cuídate hasta que vuelvas eh.
Vi como el auto se alejaba y me fijé la hora en el reloj de la cocina, las 9:14 y contando, me
estiré y puse la pava para hacerme un té y tirarme de lleno en el silencio de la casa,
desayuné en menos tiempo de lo que me tomó prepararlo y bajé al sótano. La masa estaba
hecha, sólo debía darle la forma suficiente para que luego se forme un lindo pan, puse en
bandejas todo y subí arriba, me insulté por no haber calentado el horno, varias veces me
pasaba y no aprendía, dejé todo en la mesada de la cocina cerca del horno y lo prendí, me
senté en la mesa donde había desayunado y vi ahí el sobre. Lo abrí y de dentro sólo vi lo
que parecía ser un papel doblado, lo saqué y abrí.

TUYO
XXXXXXX
GIBRALSA X-X-2021
ASUNTO: SUEÑO
QUERIDO:
No me esperas despierto cada que te visito y eso me pone triste, éramos muy cercanos, pero
ahora te vas y no sé qué haces, SOLO QUIERO ESTAR CON VOS DEJAME ESTAR
CONTIGO ME VUELVO LOCO SI NO VEO TUS OJOS TU CARA SI NO ESCUCHO
TU RESPIRACION DEJAME ESTAR CON VOS, perdón, me exalté, pero me conoces no
te puedes enojar por eso porque me conoces y si te enojas sos inmaduro y necesitas
madurar como yo, un ser que te ama y estará contigo hasta que algo más fuerte que la
muerte nos separe.
Últimamente siento que no te quieres encontrar conmigo y te vas con otras personas y yo
me quedo sólo en esta casa, ¿por qué razón no me llevas? Seguramente seríamos los
mejores amigos e inseparables, no me dejes ¿sí? Nos conocemos hace un año, y sé que es
poco tiempo, pero ya tenemos un gran lazo, no puedes negarlo, soy cada parte de ti.
Siento envidia de aquellos que pueden mirar tus ojos, reír contigo y simplemente sentirte,
los que ven tus labios y todo tu esplendor de vida.
Con una gran angustia me despido y me pongo a escribir la próxima carta, con amor,
TUYO.

En definitiva, esta broma es muy mala, usaron una caligrafía horrible y parece escrita con el
culo, se ve que pusieron mucho esfuerzo en el clímax, lástima, yo no caigo en jueguitos
Agus, todo esto es inútil si tratas de verme en pánico como esa vez cuando niños, en la que
vi una iguana y creí que me iba a comer. Ya era hora de poner todo en el horno y eso hice,
me fui a caminar por unas horas y volví a casa fresco y renovado, me fijé si todo estaba en
buenas condiciones y saqué los panes, los puse en la mesa y fui agarré mi celular. Había
notificaciones de aplicaciones, mensajes en el grupo de la escuela preguntando si había
tarea para mañana “¿Cómo va a haber tarea si falta menos de una semana para que se
terminen las clases?” pensé, y unos mensajes de mi amiga, los abrí.

Rocy
Buenas
¿Te pasa algo? No has estado escribiendo últimamente
¿Te enteraste de todo lo que está pasando en el pueblo? Creo que es el mejor chisme que
hay desde tercer año
Me enteré de cositas, hay que juntarnos en la plaza algún día mientras comemos algo rico y
hablar de nuestras cosas.
Buenas reina
No nada, es que viste con todo eso de que vino mi hermana y no sé si te enteraste lo de mi
perro y eso
Creo que es imposible no saber lo que pasa en este pueblo si vivimos acá ambos😐
Sí, hace banda que no hacemos esas cosas, creo que tres meses, nada más que nunca lo
propongo porque estas con otra gente y no sé si vas a tener tiempo para mí
Siempre voy a tener tiempo para vos sólo decime cuándo y yo voy😛

“entonces por qué nunca me escribes primero?” Pensé


Sí, pero como nunca te veo fuera de tu casa entonces pensé “este no sabe nada”
Vino tu hermana? No sabía, no me contaste
“cómo te voy a contar si no me preguntas?”
¿Y la pasaron bien?
Hay una chica nueva en el grupo, es re buena persona, la encontramos el otro día porque se
había caído de su bici y fuimos a ayudarla
¿Sabías que alguien más gusta de mí? Bueno, todo esto te lo cuento mejor cuando estemos
juntos
Bueno, para la próxima te hablo, o ¿cuándo nos vamos a juntar? Digo, para que nos
contemos cosas y así.
Creo que últimamente salí más de lo común, pero yo sólo
Sí, vino por unos días y luego volvió a donde pertenece, la pasamos bien, pero trajo a
alguien raro a casa
“Me odio ¿por qué le conté eso?”
¿EN SERIO? Quién es, tal vez lo conozca
Cuando quieras, yo puedo este sábado
No lo vi tan bien, pero era el típico rechazado social, te veo el sábado y hablamos mejor.
No hay respuestas nuevas
Bueno, eso era todo, nuestra comunicación de mejores amigos dura menos de treinta
minutos, tampoco es que quisiera que dure más, porque me agobio. Fui al baño, me puse a
ver videos de cualquier cosa y pasé unos treinta minutos ahí, no sé si era porque me agarra
paranoia cuando estoy en el baño y la casa se queda sola, pero escuché como se abrían
puertas y se caían vasos, me subí los pantalones luego de limpiarme, tiré la cadena, agarré
el celular como si fuera un arma y salí. Nada. No había nada, ni una puerta abierta, ni un
vaso roto, así que dije en voz alta “otra vez me pasó” Y miré hacia la ventana, el pueblo
estaba funcionando como siempre, las cosas se estabilizaban con la partida de Claudia,
toqué los panes para ver si estaban fríos, miré hacia la ventana y vi a Theo, me lo quedé
mirando sin parpadear hasta que mis ojos no aguantaron y lo hice, ya no estaba. Me asusté
y cerré la puerta que estaba al lado de la ventana y corrí por el pasillo para llegar a la puerta
que va al patio y de reojo vi a la criatura del camino de los yuyos en mi habitación, en vez
de cerrar la puerta del fondo del pasillo salí al patio y miré la casa aterrorizado, y en el
techo la misma criatura que vi la otra vez, mi cabeza se sobrecalentó y me desmayé.
Cuando me desperté estaba en el mismo lugar, mi padre no había llegado, pero se
escuchaba que no había nadie en la calle, así que se suponía que era la tarde, me insulté,
¿cómo pude hacer que me haya desmayado por un juego de mi mente? Qué vergüenza
tengo, entré a mi casa, yo ya me había cansado de temer, pero mi cuerpo estaba rígido y
alerta, cerré la puerta del patio, crucé sin mirar todo derecho hasta la puerta del frente y la
abrí, me senté en una silla y susurré “ándate” como un auto consuelo mi cuerpo se relajó y
me quedé ahí unos minutos más. Miré hacia donde comienza el pasillo y me levanté para ir
a mi pieza, prendí la luz y entré, me fijé detrás de la puerta y seguido a eso mi cama, nada.
Me sentí mejor, apagué la luz y cerré la puerta, escuché el sonido del motor del auto de mi
padre, miré por la ventana y lo vi venir, miré la mesa y estaba sucia, adrenalina ingresó a
mi cuerpo y limpié todo tan rápido que cuando mi padre entró a la casa sólo me vio
llevando la bandeja con pan al sótano. Dejé uno en la mesa para que comiéramos nosotros.
- Llegué, no sabés el tráfico que había por ser domingo, y tu hermana se tardó tanto
para bajar y acomodar sus cosas, no entiendo por qué no se queda con nosotros si la
queremos mucho
- Las adicciones no se curan con amor pa, ni tampoco yendo a la iglesia como todos
del pueblo dicen –dije sirviéndole soda en un vaso para luego ponerle un poco de
jugo puro
- No digas boludeces, el amor si puede curar cosas al igual que la fe, lo que le pasa a
tu hermana es que no cree, como vos, a todo esto, ¿qué te pasó? Estás todo lleno de
pasto
- Ah, sí, me desmayé en el patio
- ¿QUÉ? Pero si eso ya no te pasaba desde que tenías diez años, ¿no querés ir al
médico?
- ¿No sería mejor que me dieras un abrazo o rezar? Jaja
- Se ven que las bromitas no cesan ni casi muerto, bueno, ¿pero fue una vez no? Si es
así no pasa nada, andá a acostarte y relájate, yo me voy a poner a limpiar un poco
acá que está lleno de mugre
- Bueno pa, me voy a dormir, buenas tardes

Y eso hice, me pegué una dormida de seis horas, cuando me desperté era de noche, tenía
energía así que me levanté de buen humor, me bañé y vestí bonito, le pregunté a mi padre si
necesitaba algo y me dijo que no, que ya iba a comprar él las cosas para la cena porque yo
tenía el pelo mojado y me podía resfriar, volví a mi habitación, acomodé y limpié un poco,
escucho a mi padre decir “ya vuelvo, voy a comprar algo para hacer una salsita” me senté
en mi escritorio, puse una de esas playlist aleatoria de Spotify y me puse a dibujar, esto era
un riesgo para mi humor, si me salía bien todo estaba perfecto, pero si salía mal se me iba a
ir toda la felicidad, menos mal que fue lo primero, agarré mi caja de pinturas y lo pinté,
algunos de sus rasgos se fueron, pero no era tan malo porque los colores le iban dando otras
características bonitas, cuando lo terminé vi a Mary, también a mi amiga y a la cosa de los
yuyos, todo en uno, veía a mi amiga en su cabello, la cara angelical de Mary y los ojos
desesperanzados de la cosa, amé mi creación, me tardé como dos horas, eran las diez, se
olía un rico aroma en el aire, salí a ver y vi a mi padre poniendo los ravioles en una olla con
agua hirviendo.
- ¿Cómo va? Hay rico olor.
- Acabo de poner los ravioles en el agua, en unos minutos podemos comer, no
encontré pata muslo, así que hice una salsa de carne molida
- Eso es mejor, a ver, hago la degustación –agarré una cuchara y comí un poco- dios
que rico, yo acabo de pintar algo, mira, te muestro.
Busqué la pintura, la toqué suavemente para ver si se había secado y sí, la agarré y se la
mostré a mi padre.
- Que bonitos te salieron los rasgos, ya te voy a comprar un tergopoll grande para que
hagas un cuadro de mi madre y mi padre, de la nona y el nono
- Pero yo no sé hacer eso
- Sí te va a salir, le haces las caras en grande y listo
No dije nada, para no matarle la ilusión, es que yo no sé hacer realismo, sólo semi, puse la
mesa y mi padre coló los ravioles y los mezcló con la salsa.

Busqué mi celular para poder comer, si no veo videos o algo parecido no puedo comer en
paz, así era, terminamos de comer, agradecí la comida y salí al patio a fumar un poco. La
noche estaba tranquila, el ambiente sereno y las estrellas brillando, sonreí al recordar a
Mary, me sentía como cuando estaba con él. Me fijé que el grupo con mis amigos tenía
mensajes… ¿grupos con mis amigos? Me fijé y se había creado en las horas en las que
estaba pintando, éramos ocho en ese grupo, no sé si lo parezco, pero mi círculo de amigos
es demasiado grande, leí los mensajes.

Messi te gana
Juli
CHICAS (y Leo) YA ES 11/11

Vi que nadie le contestaba el mensaje, y ya lo había mandado hace mucho tiempo, así que
para que no se sienta mal decidí hacer un chiste interno entre nosotros, que siempre nos da
gracia.

Messi te gana
Juli
CHICAS (y Leo) YA ES 11/11

Yo
Eaa, a las 11:11 de hoy todos decimos miau
Juli
😐

Me sentí mal, porque creí que se refería a algo místico, al ser el día once del mes once, pero
parece que no era así y sólo era algo entre todas, menos yo, así que eliminé el mensaje y lo
cambié por un “qué lindo Juli” y me fui de la conversación, las otras le siguieron sin
contestar. Rosy no se apareció, creí que si lo iba a hacer ya que ahora creo que Juli es su
mejor amiga, o eso debe serlo porque siempre le dice “vos decile a tu mejor amiga y ella te
lo compra” Rocy siempre me encajó como mejor amiga, porque el título en masculino
estaba ocupado por otra persona, pero si ya no soy la mejor amiga entonces solo soy una
persona más. No importa, yo puedo conseguirme a alguien nuevo. Y eso hice. Pasé mis
últimos días de estudios obligatorios con unas personas que no tenían historia, ni cara, ni
objeciones a lo que yo decía. Sorprendentemente eran mejores que Rocy, no iguales.

Caigo
Cada día me siento más vacío, no encuentro razones ni motivos, el despertar es una
completa tortura y el solo estar vivo me hace rezarle a Dios, para que me permita morir. Y
por este pedido, decidí venir a la iglesia, con mi único y gran Dios, Ángel, en verdad lo
amaba, era esperanzador estar con él, odiaría si un día algo que yo haga lo hace llorar, no
puedo dejarlo, y esa es una de las razones por las que le pido a Dios que me permita morir,
por favor, ódiame, ódiame tanto que ni siquiera quieras recordar mi nombre, mi cara y mi
presencia, por favor ya no me des palabras cariñosas, llenas de amor y comprensión, no
quiero que me comprendan, sólo que me dejen ir, ese sería el mayor acto de benevolencia
que tendrían conmigo, no te pido mucho mi bello Ángel, solo que me odies. Te amo.
Estuve mucho tiempo con él, me hacía desconectar, estuvimos viendo, caminando por los
mismos lugares que siempre, pero que siempre eran nuevos si estaba con él, no me voy a
cansar nunca, y de eso temo, temo quererlo para siempre y que sea recíproco, nunca amé y
estoy seguro que él será el único merecedor de mi amor. Él siempre se quejaba de mi olor a
tabaco, no era que me regañara y se fuera ofendido, él me decía que todo iba a estar bien,
que estos momentos iban a pasar, que todo de él estaba a mi disposición. Reí y lo besé, no
era alguien que querría dejar ir, el beso se mezcló con lágrimas, no soportaba el dolor de mi
pecho, así que decidí cambiarlo por quedarme sin aire, llenándome de amor. Cuando lo vi,
me enamoré más, había sido un beso de amantes enamorados, y su cara era la de alguien
que me amaba, no lo soporto, mi ser nunca experimentó algo así, todo de mí no entiende
qué me sucede. Espabilé y decidí que era momento de despedirnos, lo llevé de nuevo a la
iglesia, y me fui.
Lloré mucho de regreso a casa, no sabía que podía pasar, me paré a mitad del camino, a
vomitar en unos pastizales, no podía contener todo el dolor, miré el cielo y miserablemente
volví con mi deseo ruin, nada pasó, ni nada va a pasar. Me recompuse, me senté y traté de
limpiarme, mi ropa ahora llevaba toda mi suciedad. Esa parte del camino no tenía luz, y ya
estaba oscuro, no había ningún auto y sentí el ambiente tenso, suspiré, porque sabía lo que
se venía. Agarré algo que podía usarlo para defenderme, dependiendo de quién apareciera.
El silencio llenó el lugar, no había pájaros, ni un rastro animal, hasta que escuché algo
arrastrándose hasta mí, ahí supe que no era el mismo que el del pastizal, sino que el que
estuvo en el techo de su casa también estaba ahí, con todas mis energías me subí a la moto
y arranqué a conducir, con el mayor temor posible, no quería mirar hacia atrás, no debía.
Si alguien me veía en este estado seguro iba a correr de la misma forma que lo estoy
haciendo ahora de ese ser, sentía que me alejaba, pero cuando trataba de recomponerme
volvía a sentirlo y aceleraba, hasta que llegué a una zona iluminada, era el inicio del
pueblo.
Apago mi moto, me relajo y respiro, me quedo ahí, mirando el camino del que
anteriormente huía, iluminarse de la nada con la luz de la luna, se veía hermoso ahora, tal
vez sea que, él ya no estaba allí, tal vez ese camino fuera hermoso todo el tiempo y él no lo
viera, arruinándolo todo a su paso.
Caminé con la moto al costado hasta mi casa, la gente a veces me veía raro por estar tan
sucio, y eso no era frecuente de ver en mí. Cuando llegué, mi padre se estaba bañando, así
que fui a mi habitación directamente, me senté en la cama, sólo usando ropa interior, me
quedé allí un buen rato, bastante a ser franco. Sentí mis brazos enfriarse, mis dedos
también, miré hacia un costado y vi otro sobre, con la menor de las ganas lo tomé y lo leí.
Sin remitente, sólo mi nombre en él. Abro y saco la carta del sobre, la leo…
TUYO
XXXXXX
GIBRALSA X-X-2022
Siento todo lo que tú sientes, no trates de ser lo contrario a mí, somos el mismo, no
entiendo por qué huyes si sólo soy… pues… tú.
No busques tu felicidad en otros que no valen la pena para nada, simplemente son
totalmente desechables, asquerosos y nefastos. Debes ser alguien con quien tengan que
estar sin siquiera pensar en alguien más, pero no te valoran, por qué estas con gente así
cuando nos tienes a nosotros.
No busques nada más en nadie que no sea yo, siempre, seré lo que te falta y necesitas, sin
fallo alguno, soy lo único que tienes al final de este camino fúnebre.

TUYO.
No tenía ni las ganas para preocuparme, asustarme o tratan de huir de todo, sólo quiero
vivir en paz, tengo una vida pacifica ¿de qué me quejo?
De repente sentí mis manos hormiguear, escalofríos por todas partes, mis piernas se sentían
incomodas y mi cuerpo se volvía simplemente molesto. Necesito parar esto, no me gusta
sentirme así, visualicé que tenía una lapicera y aunque eso no infligiera un dolor
significativo, me lo clavé en las zonas de mis huesos, rodillas, codos y dedos, no se
realizaban perforaciones, pero amaba esa sensación. Me olvidé de todo, vi que mi padre
había salido del baño y fui hasta allí, lavé mi cara, me miré en el espejo, sentí que estaba
demacrado, mi mirada esa simplemente asquerosa.

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