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Amor, sexo y cerebro
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Sobre el autor
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Fernando Maureira Cid
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Amor, sexo y cerebro
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Fernando Maureira Cid
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Amor, sexo y cerebro
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Al lector
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Fernando Maureira Cid
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recientes descubrimientos logrados por la biología,
para tratar de aclarar porque nos enamoramos de una
pareja, donde surge el amor materno, porque muchas
personas son infieles, porque hay personas que le
atraen personas de su mismo sexo y porque hay
personas que se sienten del sexo opuesto.
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Amor, sexo y cerebro
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ÍNDICE
Introducción 11
Capítulo 1. Estructuras del sistema nervioso 17
Capítulo 2. ¿Qué es el amor? 33
Capítulo 3. Sistema neural del placer 41
Capítulo 4. Bases biológicas del amor romántico y
del amor materno 53
Capítulo 5. Bases de la monogamia y la fidelidad 65
Capítulo 6. Dimorfismo sexual cerebral 83
Capítulo 7. Homosexualidad e identidad de
género 97
Conclusión 111
Bibliografía 113
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INTRODUCCIÓN
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particular. Las guerras modernas entregaron una nueva
forma de investigación del sistema nervioso: las lesiones en
soldados. Así comenzó el estudio asociativo entre lesiones
y deficiencias conductuales, además abrió el camino para el
desarrollo de la neuropsicología, desarrollando estrategias
de rehabilitación cognitiva.
Durante el siglo XX el estudio del cerebro se
amplió enormemente gracias al desarrollo de la tecnología.
A comienzos de la década de 1970 surge la imagenología,
con herramientas que permiten obtener fotografías del
cerebro en sujeto vivos. La tomografía computarizada (TC)
es la primera de ellas, desarrollada por Cormack y
Hounsfield. Esta herramienta utiliza rayos X para crear
imágenes transversales del cuerpo, basándose en que los
tejidos menos densos (órganos) absorberán más energía y
los tejidos más sólidos (como los huesos) observen menos
radiación, la TC entrega una imagen detallada del tejido
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Amor, sexo y cerebro
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blando corporal. La TC también es conocida como escáner
(Maureira, 2018).
La resonancia magnética nuclear (RMn) fue creada
en la década de 1970 por Raymond Damadian, una técnica
que permite obtener imágenes del tejido nervioso en tres
dimensiones con una resolución de 1 mm. Este aparato
utiliza campos magnéticos para alinear átomos de
hidrógeno del agua del cuerpo y así poder sacar imágenes
de los tejidos (Maureira, 2018).
La resonancia magnética funcional (RMf) per-mite
medir el flujo sanguíneo en el sistema nervioso. De esta
forma es posible saber qué región del cerebro está
funcionando cuando el sujeto resuelve un problema mental
(cálculo matemático, ideas sobre un tópico en particular,
memorización de una palabra, etc.) y cuando percibe cosas
del entorno (visuales, auditivas, táctiles, etc.). Esto es
posible, ya que las zonas del cerebro que participan en
determinadas actividades consumen más oxígeno, lo que
es captado en la RMf (Maureira, 2018).
La tomografía de emisión de positrones (PET)
permite observar el flujo sanguíneo en el cerebro, mediante
la inyección de glucosa radioactiva al torrente sanguíneo.
Cuando una zona es más activa utiliza más sangre y la
glucosa inyectada es detectada por la máquina (Maureira,
2018).
Todas las técnicas de neuroimágenes son altamente
eficientes, aunque poseen algunas características que
limitan su utilización: a) las imágenes se obtienen en un
momento determinado, como una fotografía, por lo tanto,
no son útiles para estudios de eventos que son necesarios
de medir a través del tiempo; b) el paciente debe estar
quieto, acostado sobre una camilla, lo que impide estudios
en movimiento.
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Amor, sexo y cerebro
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se desconoce cómo nos enamoramos, aun cuando decía
Fromm (1956) que los seres humanos están ávidos de amor.
La neurociencia puede entregarnos las claves de procesos
que nos hacen profundamente humanos y que se encuen-
tran en nuestro cerebro.
Comprender los procesos del amor y deseo sexual
nos ayuda a entendernos como humanos, ya que el respeto
comienza con la aceptación del otro y este camino inicia
con la comprensión de las bases biológicas que nos hacen
diferentes.
Por lo anterior, es que resulta necesaria una breve
introducción a las células que conforman el sistema
nervioso y a la anatomía de este, de manera de poder
continuar con el viaje hacia las bases cerebrales del amor, la
fidelidad y las orientaciones sexuales.
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Capítulo 1
Estructuras del sistema nervioso
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de las neuronas del sistema nervioso central y sistema
nervioso periférico respectivamente), microglías (cuya fun-
ción es eliminar neuronas muertas, restos de mielina o
neurotransmisores) y glías ependimarias (que secretan el
líquido cefalorraquídeo).
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que tienen en su interior neurotransmisores que son
vertidas en la hendidura sináptica (separación entre una
neurona y otra). Estas sustancias se unen a receptores
específicos en la otra neurona (generalmente ubicadas en
las espinas de las dendritas) produciendo un nuevo
potencial de acción que se propaga por la membrana de la
2° neurona. El proceso anterior recibe el nombre de
sinapsis y es la base de comunicación y traspaso de
información en el SN (Fig. 1.3), de esta forma la
información de un estímulo en la piel (por ejemplo, una
caricia) viaja a través de 3 neuronas hasta la corteza
cerebral donde se procesa la sensación (Fig. 1.4), también la
información motora viaja desde la corteza cerebral hasta la
musculatura generando el movimiento (Maureira, 2018).
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Amor, sexo y cerebro
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Neurotransmisor Función
Acetilcolina Permite la contracción muscular,
además se relaciona con la memoria,
atención y analgesia.
Adrenalina Aumenta la actividad fisiológica.
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Noradrenalina Disminuye la actividad fisiológica
Dopamina Se relaciona con el control motor,
motivación, la recompensa, regulación
del sueño, atención y aprendizaje
Serotonina Se relaciona con los estados de ánimo,
regulación del sueño, percepción del
dolor, presión arterial, temperatura
corporal y actividad hormonal.
Histamina Se relaciona con la liberación de
hormonas, estados de vigilia, emocio-
nes, regulación de la temperatura y la
ingesta de alimentos.
Glutamato Principal excitador del SNC. Se rela-
ciona con la plasticidad sináptica y los
procesos de memoria y aprendizaje.
GABA (Ácido gamma aminobutírico) es el
principal inhibidor del SNC. Se
relaciona con el tono muscular.
Melatonina Se relaciona con los ciclos de sueño-
vigilia.
Péptido opioide Tienen efectos analgésicos.
Vasopresina Hormona que provoca reabsorción de
agua en los riñones y como neuro-
transmisor se relaciona con el
reconocimiento social.
Oxitocina Es un modulador del comportamiento
social, parental y sexual, además de
ayudar a la distención uterina y
vaginal durante el parto.
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Amor, sexo y cerebro
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Anatomía del sistema nervioso
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nervioso periférico (SNP) compuesto por los nervios
raquídeos que surgen desde la médula hasta los órganos o
musculatura esquelética (Fig. 1.6) y los nervios craneales
que inervan la musculatura de la cara y cuello.
Tronco encefálico
Es la estructura que continúa a la médula espinal y se
divide en tres regiones: bulbo raquídeo, protuberancia
anular y mesencéfalo (Fig. 1.7). En el tronco encefálico se
encuentran núcleos de neuronas que regulan la frecuencia
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Amor, sexo y cerebro
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respiratoria y cardíaca, actividades digestivas, presión
arterial, la tos, el vómito, la deglución, el tono muscular
antigravitatorio (que nos permite mantenernos de pie), la
analgesia, control del movimiento y de los ciclos circa-
dianos (sueño/vigilia), etc. (Maureira y Flores, 2016).
Cerebelo
Se encuentra por detrás del tronco encefálico, unido a este
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Fernando Maureira Cid
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por los pedúnculos cerebelosos superiores, medios e
inferiores (Fig. 1.8). Pesa 150 gramos y posee la mitad de
las neuronas del encéfalo. La función del cerebelo es
motora, controlando el equilibrio, el tono muscular y
coordinando los movimientos. Está constituido por dos
hemisferios unidos por el vermis, siendo toda su superficie
un conjunto de pliegues (Maureira y Flores, 2016).
Diencéfalo
Es la estructura que se encuentra sobre el mesencéfalo y
bajo los hemisferios cerebrales. Esta región contiene al
epitálamo, tálamo, subtálamo e hipotálamo (Fig. 1.9). El
tálamo es la de mayor tamaño, existiendo uno derecho y
uno izquierdo, los cuales se encuentran unidos. Esta
estructura es un conjunto de núcleos que se encargan de
filtrar la información que llega al cerebro, también se
relacionan con las emociones, estados de ánimo, integra-
ción de información somatosensorial, memoria, aprendíza-
je, alimentación, sexo, etc.
El hipotálamo es una estructura de unos 7 gramos, que se
ubica debajo del tálamo. Está conformado por numerosos
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Amor, sexo y cerebro
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núcleos que se relacionan con los ciclos de sueño/vigilia,
hambre, control de la producción de hormonas, comporta-
miento defensivo, memoria, control de la temperatura
corporal y sudoración, participación en las emociones, etc.
(Maureira y Flores, 2016).
Sistema límbico
Corresponde a un conjunto de estructuras ubicadas alrede-
dor del tálamo y bajo la corteza cerebral, estando relaciona-
das con las emociones, memoria, atención y la toma de
decisiones (Fig. 1.10). En este sistema destacan a) el
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Fernando Maureira Cid
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complejo amigdalino, el cual está íntimamente relacionado
con los estados emocionales (miedo, ira, agresividad) y el
aprendizaje emocional, también participa en los procesos
de memoria; b) el hipocampo, que posee una función
central en la formación de memoria (Maureira y Flores,
2016).
Ganglios basales
Se ubican en el interior de los hemisferios cerebrales. Los
componen el núcleo caudado, el putamen, el globo pálido,
el núcleo subtalámico y la sustancia negra, relacionados
con el control de la postura y el movimiento, el aprendizaje
y la memoria, la recompensa, el placer y la agresión (Fig.
1.11).
Hemisferios cerebrales
Corresponden a la estructura de mayor tamaño del
encéfalo y están constituidos por una capa superficial de
sustancia gris llamada corteza cerebral y un centro de
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La corteza cerebral está dividida en cuatro lóbulos: frontal,
parietal, temporal y occipital (Fig. 1.12). Los hemisferios
cerebrales están separados por la fisura longitudinal y
unida por un conjunto de fibras nerviosas conocidas como
cuerpo calloso.
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Capítulo 2
¿Qué es el amor?
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parejas y frases románticas (Fisher, Aron, Mashek, Li y
Brown, 2002a). De la misma forma, durante toda la historia
de la civilización, las relaciones de pareja y el amor han
sido tema de canciones, poemas, pinturas, esculturas,
novelas, libros, etc., gran parte del arte está orientada sobre
esta experiencia (Páez, 2006).
El amor ha sido siempre objeto de la atención del
ser humano, se ha pensado en él como la mágica situación
en la cual encontramos nuestra mitad que nos complementa,
nos enamoramos, formamos una familia y compartimos el
resto de nuestra vida en armonía y felicidad. Sin embargo,
podemos notar claramente que esta historia no se da en
todas las ocasiones y en nuestro tiempo, parece representar
más la excepción que la norma. Pese a los fracasos
amorosos en que se ve envuelto el ser humano, a la
imperiosa necesidad de amor y a los términos dolorosos de
muchas relaciones, las personas parecen no interesarse en
conocer las bases del amor (Fromm, 1956). Es más, pocas
personas se preguntan con seriedad ¿qué es el amor?, sin
llegar a responder que es una situación maravillosa,
mágica, misteriosa y que acaso nos encontremos con ella si
tenemos suerte. Esto revela que el interés del amor es
enorme en nuestra sociedad, pero no nos detenemos a
preguntarnos por él, no reflexionamos sobre el amor, como
una forma de comprender nuestras relaciones y, por lo
tanto, de generar una herramienta poderosa para mejorar
nuestra vida afectiva.
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Amor, sexo y cerebro
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pareciese que cada autor que ha escrito sobre él genera su
propia definición basado sobre todo en experiencias
personales (Yela, 2000).
Para Gaja (1995) el amor se relaciona con la
comprensión y la complicidad. Es un sentimiento que
manifiesta muchas conductas de convivencia entre dos
individuos. Para Renata y Sánchez (2005) el amor es el
elemento más poderoso e importante en la relación de
pareja, el cual ejerce una gran influencia sobre los otros
aspectos de esta. Las autoras clasifican los ámbitos más
importantes del amor en:
Conducta: que corresponde a la preocupación por el
bienestar y afecto hacia la pareja (Sánchez, 1995). Una
capacidad basada en el respeto, el conocimiento y la
ayuda hacia el otro (Fromm, 1956).
Cognición: que se relaciona con la estimación o
valoración de la bondad que implica para sí mismo,
experimentar el amor (Sánchez, 1995).
Actitud: que apunta hacia la dependencia y posesión
por la pareja, además de un sinnúmero de actitudes
positivas orientadas al bienestar de ella (Rubin, 1973).
Sentimiento: que corresponde a respuestas fisiológicas
que surgen ante la presencia del ser amado y que
incluyen una actitud favorable ante la pareja (Sánchez,
1995).
Triángulo de Lee
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complicidad y que tiende a ser duradero; c) Ludus, el amor
como un juego, con flirteo y seducción, pero con escaso
compromiso emocional.
Triángulo de Sternberg
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Para Yela (1997) este componente tiende a aumentar con el
tiempo, para que una vez llegado al máximo se estabilice.
La pasión corresponde a ideas y actitudes vehe-
mentes con respecto a la pareja, con idealización del otro y
creencia de algo mágico de la relación (Maureira, 2011a).
Este elemento tiene un crecimiento acelerado durante los
primeros años y posteriormente se produce una
disminución debido a la convivencia en pareja (Yela, 1997).
El compromiso hace referencia al interés y
responsabilidad que se siente por una pareja y por la
decisión de mantener dichos intereses con el transcurso del
tiempo pese a las posibles dificultades que puedan surgir,
debido a que se cree en lo especial de la relación (Yela,
1997). Este elemento tenderá a crecer a medida que
trascurre el tiempo de duración de la relación debido al
aumento de la interdependencia personal y material entre
ambos miembros (Maureira, 2011a).
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amor:
1- Cariño: Es la relación donde existe un alto grado de
intimidad, de verdadera amistad, pero sin la pasión y el
compromiso a largo plazo.
2- Encaprichamiento: Es una relación con alto grado de
pasión, pero sin intimidad y compromiso, por lo cual
tiende a disolverse con facilidad.
3- Amor vacío: Es la relación con un alto grado de
compromiso, pero sin intimidad y sin pasión.
4- Amor romántico: Es la relación que se solventa en la
intimidad y la pasión.
5- Amor sociable: Es la relación en donde existe la
intimidad y el compromiso, pero no hay pasión. Esto es
común en los matrimonios de larga duración.
6- Amor fatuo: Es la relación basada en la pasión y el
compromiso.
7- Amor consumado: Es la relación en donde podemos
observar los tres componentes: intimidad, pasión y
compromiso.
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Amor, sexo y cerebro
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De esta forma diversos psicólogos se han
preocupado del estudio serio del amor, ellos fueron los
responsables de darnos a conocer las bases mentales de este
fenómeno durante casi medio siglo. Sin embargo, a esta
línea de estudio se suma, desde fines del siglo pasado, la
biología, quien, gracias al avance de las técnicas de
neuroimágenes, comienza a explicar las bases neurobioló-
gicas del amor, los circuitos cerebrales, las estructuras
relacionadas y los neurotransmisores que sustentan el
amor romántico que experimentan los seres humanos. Con
una disciplina como la biología, se da el paso final para
tratar de entender el amor desde una visión científica,
seria, reflexiva y empírica.
Desde la neurociencia, investigadores como Helen
Fisher, Arthur Aron, Andreas Bartels, Semir Zeki, Tobias
Esch, George Stefano, Thomas Insel, Larry Young, Steven
Phelps, etc. han estudiado las estructuras relacionadas y
factores neuroquímicos que determinan este comporta-
miento tan característico del ser humano (Maureira, 2008).
El amor está relacionado con ciertas funciones del sistema
nervioso central, con núcleos y neurotransmisores determi-
nados (Fisher et al. 2002a). “Diversos estudios
neurofisiológicos (Wang et al, 1998; Fisher et al, 2002;
Aragona et al, 2003; Young et al, 2004; Aron et al, 2005)
sostienen que el amor romántico está relacionado con el
sistema de recompensa cerebral, íntimamente relacionado
con la motivación y no con las emociones.” (Maureira,
2009: 85).
Desde un punto de vista biológico el amor puede ser
definido como la necesidad fisiológica de una pareja
exclusiva para la cópula, la reproducción y la crianza, y
cuya satisfacción genera placer, por lo tanto, toda conducta
relacionada con esta experiencia se basa en fuertes
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conceptos orgánicos, y dentro de ello, con el ámbito de la
motivación, donde juega un papel central el sistema neural
del placer.
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Capítulo 3
Sistema neural del placer
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Un poco de historia
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del cerebro (Fig. 3.1). Al ubicarse el animal en una región
específica de una caja se estimulaba eléctricamente el
electrodo, lo que provocaba que la rata volviera
continuamente al mismo lugar. Cuando se instaló una
palanca dentro de la caja (que podía presionar la rata) y al
hacerlo provocaba pequeñas estimulaciones de regiones
como el septum, área tegmental ventral o núcleo
accumbens, los investigadores notaron que el animal
presionaba la palanca unas 2000 veces por hora, ignorando
otros estímulos como el agua, comida o sexo. Ellos habían
descubierto el sistema de recompensa cerebral, constituido
por neuronas dopaminérgicas.
Actualmente se sabe que dicho sistema comienza en
el área tegmental ventral (ATV), cuyas neuronas envían sus
axones hacia el núcleo accumbens y la amígdala cerebral,
constituyendo la vía mesolímbica (Fig. 3.2). Además, el
ATV proyecta axones hacia la corteza prefrontal
constituyendo la vía mesocortical. Este sistema libera
dopamina que ejercen su acción en los receptores D1 y D2
en el núcleo accumbens y libera dopamina sobre neuronas
glutamatérgicas en la amígdala y corteza prefrontal
(Méndez, Romero, Cortes, Ruíz y Próspero, 2017).
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Mecanismo de adicción
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de menor sensibilidad a la droga, lo cual se manifiesta con
una disminución del efecto en base al mismo consumo de
sustancia o un aumento de la cantidad de droga consumida
para lograr el efecto inicial; b) síndrome de abstinencia, que
se manifiesta como un conjunto de síntomas físicos y
psíquicos (específicos para cada droga) de intensidades
variables dependientes el grado de adicción. Existe una
abstinencia por supresión, cuando se elimina el consumo
de la sustancia, y una abstinencia precipitada, cuando se
administra un antagonista (Martín y Lorenzo, 2009, citado
en Maureira, 2018).
Se ha observado que un consumo crónico de drogas
produce una reducción de los receptores de dopamina D2,
lo cual produce la continuidad de la conducta de consumo
y el aumento de esta, ya que la cantidad de droga
consumida ya no provoca las mismas sensaciones que en
las primeras ocasiones. Los receptores D1 no presentan
variaciones, estando estos relacionados con el deseo de
consumir droga (Ambrosio y Fernández, 2011, citado en
Maureira, 2018).
Cada droga posee un sitio de acción específico y se
relacionan con diversos neurotransmisores (Fig. 3.3 y 3.4),
por ejemplo, la cocaína bloquea los recaptadores de
dopamina del ATV hiperactivando el circuito mesolímbico;
los opioides (como heroína y morfina) activan los
receptores de opioides mu (µ) y delta (δ) ubicados sobre
todo en el ATV aumentando la secreción de dopamina de
la vía mesocorticolímbica, la cannabis activa los receptores
cannabinoides que se ubican en el tronco encefálico,
médula espinal, cerebelo, área tegmental ventral (activando
la vía dopaminérgica mesolímbica), globo pálido, estriado,
etc., el alcohol aumenta los efectos inhibidores de GABA
(Maureira, 2018).
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Deseo sexual
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(APOM) afecta las fases apetitivas sexuales; la disminución
de noradrenalina también se ha asociado con disminución
del deseo sexual (Coria-Avila, et al., 2015).
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Capítulo 4
Bases biológicas del amor
romántico y del amor materno
Amor romántico
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En la etapa del amor romántico ocurre un aumento
de dopamina y norepinefrina cerebral, junto con una
disminución de serotonina (Tabla 4.1). Este último neuro-
transmisor presenta valores similares a los observados en
pacientes con desorden obsesivo-compulsivo (Páez, 2006).
El enamoramiento es una experiencia que produce
placer, está asociado a los sistemas de recompensas, que
son los mismos activados en la adicción a las drogas
(Maureira, 2008). Algunas regiones involucradas son el
Área Tegmental Ventral, el núcleo accumbens, la corteza
prefrontal, la amígdala y el hipotálamo (Kandel et al. 2001).
Además de esas estructuras, Zeki (2007) incluye la ínsula
medial, el cíngulo anterior, el hipocampo y partes del
striatum como zonas relacionadas con el amor romántico
(Fig. 4.1).
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evidencian hiperactividad de estas regiones, misma
situación que ocurre cuando se consume chocolate (Small,
Zatorre, Dagher, Evans y Jones-Gotman, 2001).
El amor romántico activa regiones subcorticales
relacionadas con la motivación-recompensa, lo que
provoca enfocarse en un individuo. Las áreas corticales
límbicas, corteza cingulada y prefrontal procesan factores
emocionales relacionados con la pareja. Otro fenómeno
interesante, es la desactivación de la amígdala cerebral, la
cual está relacionada con el temor y agresión, lo que reduce
las respuestas de miedo y emociones negativas en relación
con la pareja (Páez, 2006).
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Amor materno
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papel importante en el apego madre-hijo y el striatum, que
recibe proyecciones de la corteza orbitofrontal, es
importante en el aprendizaje estímu-lo-respuesta, proceso
mediado por la dopamina y que sirve para reforzar la
conducta materna de protección (Kikuchi y Noriuchi,
2015).
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moduladas por el tipo de estímulo y sexo del adulto
(madre o padre).
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Tabla 4.2 Regiones cerebrales más importantes que se activan
frente a diferentes estímulos, según parentesco con el bebé
(modificado de Feldman, 2015).
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Amor, sexo y cerebro
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Algunos estudios han observado diferencias en
respuestas hormonales frente a la visión de un video de su
bebé en base al sexo de los padres, donde la amígdala de la
madre se correlaciona con altos niveles de oxitocina, en
tanto, la amígdala del padre se relación con altos niveles de
vasopresina. También se ha registrado que la oxitocina en
la madre se relaciona positivamente con el lóbulo parietal
inferior, con la ínsula, con la corteza cingulada anterior,
con el núcleo accumbens y amígdala cerebral y en el padre
solo con el surco temporal superior (Feldman, 2015).
No solo tras el parto se producen modificacio-nes de
las redes neuronales maternas, sino también durante el
proceso de embarazo. Se ha observado plasticidad
funcional en la corteza prefrontal asociada a la atención
ante información amenazante sobre todo durante el
segundo y tercer trimestre de embarazo (Kim, 2017).
Además, las hormonas esteroides son responsables de
cambios morfométricos del cerebro de la madre durante el
embarazo, produciendo gran-des reducciones de materia
gris sobre todo en la región prefrontal y temporal lateral,
que duran hasta dos años después del parto (Barba-Müller,
Craddock, Carmona y Hoekzema, 2019).
La negligencia materna, entendida como la falta de
preocupación por el bienestar físico y efectivo del bebé, es
producto de alteraciones en los circuitos cerebrales de
oxitocina y dopamina en la madre. Los cuales pueden tener
un origen genético o ambiental, como estrés durante el
embarazo o malas experien-cias de relaciones de cuidado
infantil (Pruessner, Champagne, Meaney y Dagher, 2004).
Un estudio reveló que las madres negligentes tenían una
menor activación del estriado ventral y la corteza
prefrontal medial bilateral en relación con madres apegadas,
al ver la imagen de su propio bebé con una cara feliz.
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presentaron una producción reducida de oxitocina al
interactuar con su bebé (Strathearn, 2011).
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Capítulo 5
Bases de la monogamia y la
fidelidad
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el amor romántico o enamoramiento que puede definirse
como el proceso de atención a una pareja en particular para
el apareamiento, además existe necesidad de unión
sentimental con dicha pareja; aquí observa un aumento de
dopamina (DA) y norepirefrina (NE) y disminución de la
serotonina (5-HT). Finalmente existe una etapa de apego de
pareja con el fin de cuidar las crías, aquí se observa la
construcción y defensa de una madriguera, se comparten
los deberes de la crianza y existe comodidad y unión
sentimental; aquí son dos neuropéptidos los encargados de
esta conducta: la oxitocina (OT) y la arginina de
vasopresina (AVP).
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gran apego a su pareja (teniendo una de por vida) y el
segundo mostrando una conducta promiscua (Fig. 5.3). El
estudio comparativo entre ambos se lleva a cabo basado en
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Fernando Maureira Cid
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la homologación genética de ambos que alcanza un 99%,
sin embargo, ambos presentan conductas sociales muy
diferentes (Shapiro y Dewsbury, 1990).
La dopamina participa en la preferencia condicio-
nada por sexo. Durante el comportamiento sexual en
roedores hay un incremento de este neurotransmisor en
áreas mesolímbicas como el núcleo accumbens (NAcc) que
recibe estimulación directa de neuronas dopaminérgicas
del área tegmental ventral (Coria-Avila, Pfaus, Miquel,
Pacheco y Manzo, 2008).
Se ha demostrado que la administración sistémica de
agonistas dopaminérgicos como la apomorfina en el NAcc
facilita la preferencia de pareja en ratones de pradera
hembras y machos, mientras que los antagonistas como el
haropelidol, afectaba dicha preferencia. Esta situación
acurre cuando las inyecciones afectan a los receptores de
dopamina D2 y no cuando afectan a los receptores de
dopamina D1 (Coria-Avila, et al., 2008).
Una situación similar a la anterior ocurre con la
inyección de oxitocina en el NAcc de ratones de pradera
hembras, lo que facilita la preferencia de pareja. La
inyección de vasopresina en el NAcc de ratones de pradera
machos produce el mismo efecto. Se ha observado que
estos roedores monógamos expresan más receptores de
oxitocina en el NAcc que los roedores de montaña
polígamos (Coria-Avila, et al., 2008).
En los mamíferos la arginina de vasopresina (AVP)
también está implicada en el desarrollo y control de
conductas sociales, incluida la actividad sexual y la
agresión en machos (Goodson y Bass, 2001). En ratas se ha
observado que la separación al nacer de su madre aumenta
la conducta agresiva de la cría mostrando mayor
sensibilidad de los receptores de vasopresina en el
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Amor, sexo y cerebro
_______________________________________________
hipotálamo posterior y área paraventricular (Liévano,
2013).
Por otra parte, se han realizado experimentos para
determinar la preferencia de parejas en roedores monóga-
mos y promiscuos (Fig. 5.4). El experimento consta de tres
cámaras, en la central está la hembra quien se encuentra
libre y puede ir y venir por todos los cuartos, en la cámara
izquierda está el macho expuesto por 24 horas a la hembra
para ser su pareja y en la cámara derecha se encuentra un
macho extraño. Ambos machos se encuentran atados a sus
jaulas, por lo tanto, solo la hembra puede decidir a que
macho visitar. En los roedores de pradera, la hembra
permanecía más tiempo en el cuarto de su pareja que en los
otros dos, en cambio, la hembra de roedores de montaña
pasaba más tiempo en su propio cuarto. Ambas conductas
se mantenían durante varias semanas (Insel, 1997).
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Fernando Maureira Cid
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Ratones knockout (KO) para oxitocina (ratones
manipulados genéticamente para que no generen dicha
hormona) presentan amnesia social, sin mostrar
habituación a una pareja. Sin embargo, cuando se le
inyectaba oxitocina en la amígdala medial, volvía el
reconocimiento social y la preferencia por una pareja
(Young, Murphy y Hammock, 2005).
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Amor, sexo y cerebro
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Receptores OT y AVP
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postsinápticas. Los roedores de pradera y de montaña
presentan una distribución neural diferente de estos
receptores, por lo tanto, distintas áreas del cerebro van a
responder a estos neuropéptidos de manera diferente
(Páez, 2006).
En el ratón de pradera los OTR presentan gran
acumulación en el núcleo accumbens, en la región pre-
límbica, en el septum lateral y en el núcleo olfatorio
anterior, y los receptores V1aR en el bulbo olfatorio,
septum lateral, tálamo y colículo superior (Fig. 5.5 a 5.7).
En las mismas zonas del ratón de montaña los receptores
son casi inexistentes (Insel, 1997).
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Amor, sexo y cerebro
_______________________________________________
Las regiones del bulbo olfatorio, prelímbicas, septum
y núcleo accumbens están relacionadas con la ruta
mesocorticolímbica de la dopamina. De esta forma el ratón
de pradera asocia el placer de la cópula a una pareja
específica, mientras el ratón de montaña asocia el placer a
la cópula misma independiente a la pareja (Páez, 2006).
Biología de la fidelidad
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Fernando Maureira Cid
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contraste con los roedores promiscuos que tendían a ser
vagabundos (Phelps, 2010).
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Amor, sexo y cerebro
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de parejas en roedores de pradera, evaluando a los machos
después del primer, quinto y décimo emparejamiento. Los
resultados muestran que estos machos forman fácilmente
nuevas parejas después de la disolución continua de varias
relaciones románticas. La edad se asoció con machos que
pasaban menos tiempo en contacto social con hembras
extrañas. Los machos con una sola pareja tenían mayores
densidades de OTR en el tálamo paraventricular y la estría
terminalis, y se observó un aumento de densidad de OTR
en el putamen caudado con la edad y una disminución en
la densidad de V1aR en la amígdala cortical con la
longevidad.
Cromosomas y genes
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nitrogenadas que se agrupan en pares de bases: la timina
con la adenina y citosina con guanina. Un cromosoma
completo puede tener hasta 220 millones de pares de bases
(Gregory, Barlow, McLay, Kaul, Swarbreck, Dunham, et al.,
2006).
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Amor, sexo y cerebro
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que van desde 2 hasta 6 pares de bases nitrogenadas (pb)
que se repiten de manera consecutiva, cuando se ubican en
ADN no codificante no producen efecto, pero cuando se
ubican en ADN regular o codificante producen cambios
fenotípicos e incluso enfermedades (Karp, 2014).
79
Fernando Maureira Cid
_______________________________________________
Olazabal, Ren, Terwilliger y Young, 2004). También la
sobreexpresión de avpr1a en el prosencénfalo basal de
roedores promiscuos genera conductas de monogamia
(Phelps, 2010).
Okhovat, Berrio, Wallace, Ophir y Phelps (2015) han
logrado predecir la fidelidad sexual de machos de roedores
de pradera en base a la intensidad del uso de espacio,
interacción social y densidad de V1aR en la corteza
retrosplenial (polimorfismo RSC-V1aR).
Las diferencias individuales en el comportamiento
social y en la densidad de receptores V1aR entre roedores
de pradera se deben a la variación del microsatélite
promotor de avpr1a (Hammock y Young, 2005). Phelps y
Young (2003) han mostrado la extraordinaria diversidad de
regiones donde se expresa V1aR entre roedores
monógamos, lo que da cuenta de las diferencias en la
fidelidad sexual de estos.
Los roedores de pradera con un promotor largo del
gen avpr1a reconocen a la pareja luego del apareamiento,
ellos se vuelven adictos o se enamoran de su pareja (Páez,
2006). Para Hammock y Young (2005) los promotores son
inestables y mutan a gran velocidad, en el caso de este gen
mutan rápido in vitro, pudiendo las diferencias de este
promotor in vivo predecir diferencias individuales en la
distribución del receptor y de la conducta.
Todos los estudios llevan a concluir que las
variaciones en las conductas monógamas y fidelidad sexual
de roedores podrían estar determinadas genéticamente en
base los receptores de oxitocina y vasopresina, con especial
importancia del gen avpr1a.
Finalmente, un estudio de (2008) en seres humanos
mostró que en los varones existe una variación del gen
avpr1a donde se presentan una o dos copias del alelo 334.
80
Amor, sexo y cerebro
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Los sujetos que presentan esta variación duplican las crisis
de pareja y tienen menos tendencia a la monogamia que
aquellos que no poseen dicha variante. Esto muestra la
influencia de la AVP en las conductas de pareja incluso en
los seres humanos.
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Capítulo 6
Dimorfismo sexual cerebral
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cromosoma Y, provocando mal funcionamiento de los
testículos, aumento de las glándulas mamarias, problemas
de aprendizaje e infertilidad (Groth, Skakkebæk, Høst,
Gravholt y Bojesen, 2013). Alteraciones como el síndrome
XYY en hombres y el síndrome XXX en mujeres no pre-
sentan características físicas anormales (excepto órganos
sexuales atrofiados en mujeres), con pequeños problemas
de aprendizaje en hombres y fertilidad limitada en mujeres
(Tartaglia, Howell, Sutherland, Wilson y Wilson, 2010;
Ross, 2010).
Se estima que el 1,7% de la población presenta algún
tipo de intersexualidad (Fausto, 2006). Clásicamente se ha
utilizado la cirugía pediátrica para definir uno de los sexos,
sin embargo, cada vez existe más cuestionamiento al
respecto, argumentando que cada persona debiese escoger
una cirugía según su identidad de género (si se siente
hombre o mujer) o incluso no someterse nunca a una
asignación binaria de sexo, estableciendo un tercer género
o género X.
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Fernando Maureira Cid
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proliferación de tejido que dará origen a los testículos (7°
semana). Estos últimos liberarán hormona anti-Mülleriana
(AMH), sin la cual el tejido dará origen a las trompas de
falopio, el útero y la vagina (Fig. 6.2). A partir de la 8°
semana los testículos producen testosterona, la que dará
origen a los genitales externos masculinos. La inexistencia
de hormona AMH y testosterona dará origen a genitales
femeninos (Rey, 2001).
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Niñez y conductas sexuales
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Pubertad, hormonas y diferencias sexuales
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Amor, sexo y cerebro
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Tabla 6.1 Hormonas gonadotrópicas y sus funciones.
Hormona Función
Testosterona Liberada por los testículos,
responsable de la masculinización de
órganos como los pulmones,
corazón, riñones, cerebro, etc.
durante todo el desarrollo. Desde la
pubertad es la responsable de la
aparición de los caracteres sexuales
secundarios en hombres.
Estrógenos Liberada por los ovarios, responsable
de la feminización de órganos
durante todo el desarrollo. Desde la
pubertad es la responsable de la
aparición de los caracteres sexuales
secundarios en mujeres y la
regulación del ciclo menstrual.
Progesterona Liberada por los ovarios, cuya
función se relaciona con el ciclo
menstrual, el embarazo y la
embriogénesis.
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Fernando Maureira Cid
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hormona GnRH (hormona liberadora de gonadotropina) es
liberada por el hipotálamo, su función es estimular la
liberación de la hormona luteinizante (LH) y la hormona
foliculoestimulante (FSH) por la hipófisis. La LH estimula
la producción de hormonas por parte de los ovarios y
testículos, además ayuda en la ovulación; la FSH estimula
la producción de ovocitos en la mujer y de espermios en el
hombre (Barret, Barman, Boitano y Brooks, 2016).
Otras hormonas importantes en la regulación
reproductiva son la prolactina (PRL) que es liberada por la
hipófisis y que ayuda en la producción de leche tras el
parto; y la oxitocina, liberada por la hipófisis, cuya función
se relaciona con la conducta materna, ayuda a la secreción
de leche y estimula las contracciones durante el parto
(Barret, et al., 2016).
La activación de este eje hipotálamo-hipófisis-
gónadas da inicio a la pubertad y a todos los cambios
físicos, psicológicos y emocionales de este período. Los
efectos de las hormonas pueden observarse en muchas
regiones del organismo, incluyendo el cerebro, siendo esto
una explicación de la masculinización o feminización de
una persona.
Corteza cerebral
La diferencia de tamaño del cerebro (12-20%) en
90
Amor, sexo y cerebro
_______________________________________________
favor de los hombres, continua en la vida adulta. Sin
embargo, esto ocurre debido al mayor peso y estatura de
los hombres, por lo tanto, al compararlos con mujeres de
igual peso sus cerebros serán de tamaños similares (Zaidi,
2010).
En relación con la corteza cerebral se ha observado
una mayor densidad de neuronas en el cerebro de hombres
y una mayor densidad de conexiones neuronales en el
cerebro de mujeres (Parra, García, Ortiz, Pérez, Nájera,
Basurto, et al., 2009). Un estudio realizado en personas de
ambos sexos con edades entre 20 y 90 años mostró una
diferencia de 16% en favor de los hombres en el número de
neuronas neocorticales, con una disminución del 10% a lo
largo de la vida en ambos sexos. Regiones muy dimórficas
son el área de Broca, de Wernicke, corteza paralímbica
frontal y medial, con mayor densidad de sustancia gris en
los hombres (Zaidi, 2010). También las mujeres presentan
mayor grosor de la corteza cerebral en las regiones
temporal posterior y parietal inferior (Hsu, Leemans, Bai,
Lee, Tsai, Chiu, et al., 2008).
91
Fernando Maureira Cid
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La corteza orbitofrontal está relacionada con el
control y expresión emocional, a través de vías sináptica
con la amígdala cerebral. Esta corteza presenta mayor
tamaño en las mujeres, lo que puede explicar el mayor
control de reacciones emocionales en dicho sexo (Zaidi,
2010).
Amígdala cerebral
En relación con estructuras subcorticales, la
amígdala cerebral presenta dimorfismo sexual, siendo de
mayor volumen y número de neuronas en el hombre
(Parra, et al., 2009). Recordemos que este conjunto de
núcleos se relaciona con los estados emocionales, sobre
todo el miedo y la irá, además de ayudar a memorizar
eventos con alta carga emocional. La amígdala es un centro
de integración de información olfativa, la cual representa
una herramienta importante en el deseo y actividad sexual.
En roedores, este conjunto de núcleos se relaciona con la
respuesta receptiva de la hembra a la cópula y con la
erección del pene en el macho (Kondo, Sachs y Sakuma,
1997).
Diversos estudios en mamíferos revelan que los
machos tienden a ser más agresivos que las hembras,
situación mediada por una mayor producción de
testosterona que afectaría a la amígdala cerebral (Kandel,
Schwartz y Jessel, 2001). Además, se ha observado una
mayor cantidad de receptores de arginina de vasopresina
(AVP) en la región posterodorsal de la amígdala (Parra, et
al., 2009), siendo la AVP una hormona secretada por la
hipófisis, cuya función se relaciona con el control de la
cantidad de agua en el cuerpo (razón por la que también es
llamada hormona antidiurética), con el apego del macho a
la pareja y con los niveles de agresividad (Insel, 1997).
92
Amor, sexo y cerebro
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Núcleos hipotalámicos
Otras regiones dimórficas muy importantes se
ubican en el hipotálamo, como el área preóptica (APO), la
cual se divide en cuatro zonas: a) núcleo preóptico medio,
que genera la sensación de sed; b) núcleo preóptico medial,
que genera la hormona liberadora de gonadotrofina y
regula los procesos de cópula, siendo el núcleo
sexualmente dimórfico; c) núcleo ventrolateral preóptico,
que se relaciona con el inicio del sueño; d) núcleo
paraventricular preóptico, contiene oxitocina y vasopresina
que los transportan a la hipófisis (Haines, 2014).
El núcleo preóptico medial está constituido por
cuatro grupos de neuronas: núcleos intersticiales del
hipotálamo anterior (NIHA) que van desde el 1 hasta el 4.
LeVay (1991) fue el primero en mostrar las diferencias de
NIHA-3 según sexo, con un tamaño dos veces mayor en
hombres que en mujeres. Esta diferencia es causada por la
testosterona alrededor de los 4 años, cuando disminuye
notablemente la cantidad de neuronas de este núcleo en las
mujeres (Zaidi, 2010). El núcleo preóptico medial controla
la atracción, cortejo y cópula en los machos (Phelps, 2010).
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Amor, sexo y cerebro
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El núcleo ventromedial presenta diferencias en la
cantidad de conexiones neuronales, aun siendo regiones de
igual tamaño en ambos sexos. La mayor cantidad de
sinapsis se presenta en los hombres, además que la
variedad de conexiones se modifica en las mujeres a través
del ciclo menstrual. Este núcleo se relaciona con la
receptividad sexual en roedores (Jorge-Rivera, 1998).
La stria terminalis es un conjunto de axones que
conectan el grupo central de núcleos de la amígdala con el
hipotálamo y el tálamo. La porción inicial de este tracto es
del doble de tamaño en el hombre. La lesión de esta región
en roedores altera los patrones de cópula o inhibe la excita-
ción sexual en machos. En humanos no está claro la fun-
ción de esta región (Jorge-Rivera, 1998).
Cerebelo
Al igual que el cerebro, el cerebelo del hombre es de
mayor tamaño que el de la mujer, pero con relación al peso
y estatura, la situación es inversa (Zaidi, 2010). Recordemos
que esta región se relaciona con el control de la velocidad y
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fuerza del movimiento, el equilibrio, la coordinación y el
aprendizaje motor, lo que podría explicar la mayor
habilidad de mujeres para aprender movimientos con altos
niveles de coordinación (Maureira, 2018).
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Amor, sexo y cerebro
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Capítulo 7
Homosexualidad e identidad de
género
97
Fernando Maureira Cid
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Tabla 7.1 Continuo de la orientación sexual según Kinsey
(1948).
Rango Descripción
0 Completamente heterosexual
1 Principalmente heterosexual con algunos
contactos homosexuales
2 Primordialmente heterosexual con bastantes
contactos homosexuales
3 Bisexual
4 Primordialmente homosexual con bastantes
contactos heterosexuales
5 Principalmente homosexual con algunos
contactos heterosexuales
6 Completamente homosexual
X Asexual
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frecuentes, pero con un fin más reproductivo (Vasey,
Foroud, Duckworth y Kovacovsky, 2006).
Un primate muy cercano a nosotros, el bonobo,
presenta frecuentes conductas homosexuales como parte
del establecimiento de vínculos sociales, para determinar
las jerarquías o como forma de superar peleas, sin
embargo, su actividad sexual como herramienta de placer y
reproducción, la realizan con individuos del sexo opuesto.
El 60% de la actividad sexual de las hembras es con una o
más hembras (Clay y de Waal, 2015; Clay y Zuberbühler,
2011). Otros mamíferos que presentan conductas homose-
xuales son los delfines, las hienas, los leones y los perros
(Bagemihl, 1999).
En relación con las aves, las hembras del pinzón
cebra que habita Asia y Australia, presentan cambios de
preferencia sexual cuando se aumenta artificialmente sus
niveles de estrógenos. También se observa masculinización
de hembras cuando el hábitat está compuesto solamente
por hembras (Annicchiarico, 2009).
Otras aves que presentan conductas homosexuales
son los patos, pingüinos, gaviotas y palomas. Incluso estas
conductas se observan en lagartijas e insectos como las
moscas y libélulas, con más de 450 especies con orientación
homosexual y bisexual (Bagemihl, 1999).
100
Amor, sexo y cerebro
_______________________________________________
que varios individuos homosexuales padecían VIH y se
atribuyó las diferencias hipotalámicas a la enfermedad, sin
embargo, investigaciones posteriores encontraron resulta-
dos similares en sujetos homosexuales sanos.
El núcleo supraquiasmático también presenta
diferencias entre hombres heterosexuales y homosexuales,
siendo del doble de tamaño en estos los últimos
(Fernández, 2009).
La comisura anterior (parte del cuerpo calloso que
une ambos hemisferios cerebrales) es mayor en hombres
homosexuales que en heterosexuales, siendo incluso mayor
que en mujeres. Esto podría relacionarse con la menor
lateralización cerebral que presentan los homosexuales
(Fernández, 2009).
101
Fernando Maureira Cid
_______________________________________________
También se ha observado que la administración de
fluoxetina (un inhibidor de la recaptación de serotonina,
que se utiliza en tratamientos para la depresión) provoca
un aumento de consumo de glucosa en el giro hipocampal,
región parahipocampal y cíngulo anterior en hombres
heterosexuales. En cambio, se observó una disminución del
consumo de glucosa en el hipotálamo y aumento en la
corteza prefrontal y en porciones de la corteza cingulada en
homosexuales. Esto sugiere variaciones en los sistemas
moduladores difusos dopaminérgicos y serotoninérgicos
(Annicchiarico, 2009).
También se ha observado diferencias en la actividad
del área preóptica medial (APOM) de hombres hetero-
sexuales y homosexuales, frente a un derivado de la testos-
terona en el sudor masculino o un esteroide similar al
estradiol de la orina femenina. Los hombres homosexuales
y mujeres heterosexuales respondieron con mayor activa-
ción del APOM al ser expuestos al derivado de la
testosterona, en tanto, los hombres heterosexuales respon-
dieron más al esteroide similar al estradiol (Coria-Avila,
Triana-Del Río y Manzo, 2011).
Un estudio de Thienel, Heinrichs, Fischer, Ott, Born
y Hallschmid (2014) con 18 hombres heterosexuales y 19
homosexuales mostró que la oxitocina intranasal provocó
en los primeros una disminución en la confiabilidad para
rostros femeninos enojados, en cambio, en homosexuales
aumentó la percepción de atractivo para rostros
masculinos independiente de su expresión facial. Esto
muestra una mayor sensibilidad de hombres homosexuales
a la oxitocina.
Manzouri y Savic (2018) realizaron mediciones del
grosor de la corteza cerebral y conexiones funcionales a 40
hombres heterosexuales (HHe), 40 mujeres heterosexual
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Amor, sexo y cerebro
_______________________________________________
(MHe), 30 hombres homosexual (HHo) y 30 mujeres
homosexuales (MHo), encontrando que la región prefrontal
mesial y precuneus es más gruesa en HHo que en HHe,
pero no mostró diferencias entre MHo y MHe. Los autores
concluyen que la orientación homosexual parece estar
asociada a una menor diferenciación de tractos de sustan-
cia blanca y una menor conectividad funcional. Estos
análisis sugieren que la homosexualidad de hombres y
mujeres no son análogas y se observan mayores diferencias
entre hombres heterosexuales y homosexuales.
Otro estudio mostró que el núcleo estriado ventral
(relacionado con el deseo sexual) en mujeres homosexuales
se activa de mayor forma frente a imágenes y videos
eróticos con estímulos femeninos, obteniendo resultados
similares entre heterosexuales y bisexuales. Estas últimas
presentan más activación a estímulos femeninos en áreas
de procesamiento sensorial y más activación a estímulos
masculinos en áreas de cognición social (Safron, Klimaj,
Sylva, Rosenthal, Li, Walter, et al., 2018).
Todas las diferencias neuroanatómicas observadas
entre hombres heterosexuales y homosexuales se atribuyen
a información genética y los efectos hormonales en
períodos prenatales (como la testosterona) que serían los
responsables de las diferencias anatómicas y de orientación
sexual (Savic, García-Falgueras y Swaab, 2010).
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Fernando Maureira Cid
_______________________________________________
propuesto que la homosexualidad parece provenir de la
línea materna, en el cromosoma X que se hereda de la
madre (Fernández, 2009).
En hermanos gemelos homocigotos (gemelos idénti-
cos) cuando uno es homosexual, el otro lo es en 50-65% de
las veces. En mujeres lesbianas su gemela idéntica lo es en
un 40% de las veces (Fernández, 2009). Un estudio de
Hamer, Hu, Magnuson, Hu y Pattatucci (1993, citado en
Fernández, 2009) mostró que, entre 40 pares de hermanos
homosexuales 33 pares compartían una secuencia de 5
marcadores en la región Xq28 del cromosoma X, lo que
parece ser un marcador genético de la homosexualidad.
Transgénero
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Amor, sexo y cerebro
_______________________________________________
transexualidad.
La androginia corresponde a personas cuya identi-
dad es una mezcla en distintos grados entre masculino y
femenino. El género no-binario o genderqueer corresponde
a individuos que no se sienten representados totalmente
por los géneros masculino o femenino. Estos pueden ser: a)
bi-géneros, una mezcla de ambos géneros; b) tercer género,
ni masculino ni femenino; c) agénero, ninguna
105
Fernando Maureira Cid
_______________________________________________
identificación con algún género; d) pangénero, una mezcla
de todos los géneros.
El género fluido hace referencia a los individuos que
cambian su identidad de género según el contexto y
entorno. La transexualidad corresponde a los individuos
que no concuerda su género con su genotipo y fenotipo.
Generalmente estas personas se someten a tratamientos
hormonales y cirugías para reasignar su sexo.
Es posible que existan muchos otros tipos de
transgéneros, pero no es nuestra finalidad hacer una
clasificación exhaustiva, sino mostrar en términos
generales la gran variabilidad en identidad de género.
Neuroanatomía de la transexualidad
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respalda la hipótesis que la identidad de género está
influenciada por las hormonas sexuales prenatales.
107
Fernando Maureira Cid
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el polo temporal en este grupo. Los resultados ayudan a
relacionar el transgénero con diferencias en la represen-
tación neural del cuerpo y alteraciones en la conectividad
de la sustancia blanca.
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Amor, sexo y cerebro
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hombres y 30 mujeres cisgénero homosexuales. Los
resultados muestran que la homosexualidad se relaciona
con el dimorfismo sexual cerebral, en cambio la identidad
de género se corresponde con redes cerebrales que
procesan la percepción del propio cuerpo. Los hombres y
las mujeres transgénero mostraron mayor grosor y una
menor cantidad de conexiones estructurales y funcionales
en la corteza cingulada-precuneus anterior y occipitoparie-
tal derecha, regiones relacionadas con la percepción del
propio cuerpo y del yo.
109
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Conclusión
111
Fernando Maureira Cid
_______________________________________________
Si bien aún nos encontramos lejos de poder explicar
a cabalidad todo el complejo proceso del amor y atracción
sexual, la biología ha dado pasos inmensos para esclarecer
dichos fenómenos, y creemos que es solo mediante la
neurociencia que es posible dar respuesta a los fenómenos
de conductas y relaciones sociales que establecemos como
sistemas vivos.
Esperamos que los conocimientos entregados por
futuras investigaciones puedan ser utilizadas en el ámbito
humano, como una forma de ayudar a comprender y
mejorar las relaciones de parejas, de la misma forma que
pueden ayudarnos a mejorar nuestra concepción y práctica
familiar.
112
Amor, sexo y cerebro
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