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TEMA Nº 6 2º AÑO TRIM III

…Y dice así

LAUDERÍA

En la Edad Media el artesano que construía instrumentos musicales se le conocía como


Hacedor de instrumentos, profesión que se consideraba unida a las de tañedor de
instrumentos y maestro de danza. En el siglo XVI en España, esta profesión no se considera
oficial, se le conoce como guitarrero, posteriormente como laudero por asociación al luth
o laúd, que era el instrumento más popular. A comienzos del siglo XVII, entre 1614 y 1620,
el alemán Michael Praetorius (1571-1621), cuyo verdadero apellido era Schulz, Schultz ó
Schultze, publica Syntagma Musicum, tratado sobre música e instrumentos musicales en
tres volúmenes, con excelentes referencias de la música en el período griego, además de
ser una importante fuente de referencia sobre organología y fabricación de instrumentos
Theatrum instrumentorum. También en este siglo, Marin Mersenne, monje y teórico musical
francés, escribe los tratados “Temas armónicos” “Armonía universal” y “De la Naturaleza
de los sonidos”. En el siglo XVIII el lutier tenía el monopolio de la construcción de
instrumentos de cuerda frotada y pulsada y desde esta época la laudería se asocia
generalmente con las ciudades de Cremona, Mirecourt y París y las familias: Amati (el padre
y sus tres hijos, Cremona 1505 – 1684), Antonio Stradivarius y sus dos hijos (Cremona,
1644-1742) y los Vuillaume (Mirecourt y París, 1700-1875).
La Laudería es la actividad consistente en fabricar, ajustar o reparar instrumentos
musicales de cuerda frotada y pulsada, particularmente violines o guitarras. El término
también se aplica al comercio del lutier o laudero, que es el profesional que fabrica, vende
o repara instrumentos musicales de cuerda. Ambas palabras provienen de la raíz
francesa luth, (laúd), un instrumento árabe, muy común en la época medieval.
La laudería es una actividad que abarca múltiples disciplinas relacionadas con la música: su
historia, métodos de construcción, mejora y desarrollo de nuevos instrumentos,
innovaciones de mecanismos y accesorios que optimicen su rendimiento y resultado
sonoro, estudio de materiales para su construcción, etc. Principalmente, comprende tres
actividades: construcción y afinado del instrumento, restauración y dictamen.
El ejemplo más significativo referido a creación de instrumentos musicales de cuerda para
uso real, se tiene en el arpa sumeria de Ur, en la antigua Mesopotamia.
Hace 1200 años, el artesano que construía instrumentos musicales se le conocía
como Hacedor de instrumentos, profesión que se consideraba unida a las de tañedor de
instrumentos y maestro de danza.
En el siglo XVI en España, esa profesión no se considera oficial, se le conoce
como violero y guitarrero, posteriormente como lutero por asociación al luth o laúd, que era
el instrumento más popular.
A comienzos del siglo XVII, entre los años 1614 y 1620, el alemán Michael Praetorius (1571-
1621), publica Syntagma Musicum, un tratado sobre música e instrumentos musicales en
tres volúmenes, con excelentes referencias de la música en el período griego, además de
ser una importante fuente de referencia sobre organología y fabricación de
instrumentos Theatrum instrumentorum.
También en este siglo, Marin Mersenne, monje y teórico musical francés, escribe los
tratados Questions harmoniques (Temas armónicos); Harmonie universelle (Armonía
universal) y De la Nature des sons (De la naturaleza de los sonidos
En el siglo XVIII el lutier, tenía el monopolio de la construcción de instrumentos de cuerda
frotada y pulsada y desde esta época, la lutería se asocia generalmente con las ciudades
de Cremona, Mirecourt y París y las familias: Amati (el padre y sus tres hijos), Antonio
Stradivarius y sus dos hijos y los Vuillaume. Y a comienzos del siglo XVI, en Bolonia también
(Luca Maler, Annibale Tononi, Raffaele Fiorini, Ansaldo Poggi, Roberto Regazzi).
Para la construcción de instrumentos, la laudería se apoya en la organología, ciencia que
se ocupa del estudio de la morfología de los instrumentos musicales; es de referencia
obligada multitud de manuscritos miniados, cuadros, grabados, etc., de cada época
(Cantigas de Alfonso X El Sabio, Libro de Apolonio, Libro del Buen Amor (Arcipreste de
Hita).

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