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EL NEUTRALISMO

Por: Juan Hernandez Rivero

Introducción
Este escrito es la introducción a un pensamiento personal desarrollado durante
varios años pero que aún está incompleto y que requerirá de reflexión. Esta puntualización
es necesaria para comprender que ningún pensamiento -o al menos los que quiero plasmar
en este texto- son inamovibles ni categóricamente correctos y que, por tanto, yo mismo
pudiera cambiar de opinión acerca de lo escrito dado que la reflexión y el
desconocimiento son precisamente el motor que me ha llevado a ser capaz de escribir
esto.
La reflexión es un motor más que necesario ya no solo para replantear lo sabido
sino para innovar en lo conocido y es que, a pesar de lo que se suele promulgar, desde mi
perspectiva no hay capacidad de aprendizaje sin capacidad de error y es por eso por lo
que recomiendo al lector opinar y compartir su opinión. Ya no solo sobre este texto sino
en general. Opine sin saber y terminara sabiendo -eso sí, debe estar dispuesto a aceptar
su ignorancia y equivocación, cosas a menudo difíciles en el ser humano-.
Considero importante tenga en cuenta que esta obra ni ninguna -y entenderá
porque más adelante- puede estar completa sin ser una obra colaborativa. Mi pensamiento
podrá tal vez en algún punto llegar a una máxima, pero nunca el pensamiento de una
persona podrá representar el total del pensamiento. Por eso, es ya no solo recomendable
que sea crítico con lo que yo escribo y que si lo ve oportuno me lo comunique, sino que
le animo a hacer una lectura lenta y reflexiva. Sin embargo, esta reflexión le animo no la
haga con la constante critica. Por una parte, le animo a convencerse de que las ideas
expuestas aquí son todas correctas y que si se tiene tiempo entonces tome la postura
contraria e intente refutar todo lo que digo. Si así lo hace es posible que incluso encuentre
fallas en mi argumentación o propuestas con las que se podría crear una obra mejor y más
completa.
Esta reflexión le animo también a hacerla con las diferentes ideologías. Es común
entrar en política con grandes críticas hacia movimientos como el comunismo o el
liberalismo por ya no hablar de otras como el anarquismo o el fascismo. Le recomiendo
no prejuzgar ninguna ideología por la información recibida antes de sumergirse en sus
principios. Normalmente si tomamos una postura liberal en política es común ver una
gran campaña de desprestigio hacia el comunismo -y viceversa-. Hasta tal punto que es
común que uno sepa mucho sobre su ideología y muy poco sobre el resto por considerarlas
menos validas o más utópicas. Este factor no salvará este escrito, el cual si llega a ser
conocido pasará por una serie de mecanismo de simplificación -como tomarse la palabra
neutral de una forma literal para atribuirla después como imposible- o enemistarla para
poder revalidar otras posturas ideológicas. Al final, el mundo de la política, las ideologías
compiten entre sí para conseguir adeptos que protegen sus principios. Es por esto por lo
que requieren de mecanismos que puedan invalidar a las otras. Por eso encontrarán una
gran cantidad de liberales que hablen de comunismo sin saber lo que es o atribuir esa
palabra de forma equivoca por desconocimiento por lo que han escuchado o por haberse
formado en malas fuentes. De la misma forma podrán ver como comunistas se quejan del
capitalismo sin realmente conocer sus mecanismos, sin haber profundizado en sus
principios y refiriéndose a él como si de una persona concreta nos refiriésemos y no fuera
un sistema complejo y con diferentes variantes.
Es común aprender sobre el capitalismo del comunista y del comunismo del
capitalista. Por esto es importante que tomen ambas perspectivas. Aprendan comunismo
del comunista y capitalismo del capitalista, entonces se darán cuenta que no hay un solo
comunismo ni comunistas y que no hay un solo capitalismo ni capitalistas. Que el
conocimiento y las ideologías son formaciones complejas que tienen diferentes ramas con
diferentes autores, con diferentes aproximaciones con bases similares pero que entre ellas
incluso pueden encontrar problemas para llegar a un acuerdo y que muchas veces no es
necesario que una este equivocada. No es necesario crear una campaña de difamación ni
una leyenda negra para que quede como algo absolutamente horrible y que así la gente
que no esta tan cercana al conocimiento político te crea. Es incorrecto atribuir por ejemplo
la palabra fascismo a todo lo que nos guste con animo a que el resto lo asocien a algo
negativo ya que es perfectamente posible que no nos guste ciertas ideologías. No solo es
posible, es lógico que por las circunstancias intelectuales muchas personas sientan tirria
al liberalismo o al comunismo, pero debemos separar los prejuicios o de lo contrario
entraremos en una espiral de falacias que nos hará volver a un estado de religión de las
ideologías. Es posible conocer algo y tener diferentes preferencias como quien las tiene
con diferentes comidas sin que otra persona por tener unas diferentes a la propia sea peor.
Por eso cuando lea este texto o cualquier otro intente ser justo con lo que lee, con el
conocimiento, ya que esto nos permite optar a conocer más en profundidad que
simplemente dar por hecho que todo lo que no profesamos es incorrecto.

CAPÍTULO 1: ¿QUÉ ES EL NEUTRALISMO?

El neutralismo es una ideología de ideologías y metodología que percibe a las


diferentes corrientes del pensamiento como parte de un ecosistema intelectual de tal
forma que si queremos realmente llegar a tomar buenas decisiones en democracia
debemos valorar todas las opciones de las diferentes corrientes de pensamiento en vez de
centrarnos puramente en una.
Esta definición que bien podría estar sacada de Wikipedia es la que quiero
presentar para ir explicando en profundidad que es exactamente el neutralismo.
El neutralismo es una ideología de ideologías porque concibe algo poco común
dentro del paradigma político y es que todas las ideologías son necesarias y parte de un
mismo ecosistema. Es decir, de la misma forma que en un bosque hay diferentes
componentes como arbustos, arboles, setas y animales. En el mundo intelectual es
necesaria la existencia de diferentes sujetos políticos que se complementen entre sí pero
que también busquen destruirse entre sí. De esa forma se crea un principio darwinista a
nivel intelectual e ideológico donde diferentes principios absolutamente contrarios están
en una constante lucha por dominar la cadena alimenticia que supone convencer a las
masas de unirse a su movimiento ideológico concreto. En esta batalla ferviente hay
grandes grupos ideológicos que se ayudan entre ellos para conseguir destruir a un
enemigo mayor.
La propia existencia de las ideologías se explica por una mínima básica: los seres
humanos tenemos una limitada capacidad de conocer el mundo. De esta limitada
capacidad es que nacen las ideologías, de hecho, es de esta limitada capacidad que nacen
todas las escuelas intelectuales y todas las ramas del conocimiento. La gran fundamental
diferencia entre la ciencia y la política es la incapacidad que ha tenido la política durante
la historia en tener un método que ya no solo funcione, sino que se pueda aplicar
popularmente y sirva para llegar a conclusiones. De esta incapacidad metódica
modernamente surge una necesidad por concluir luchas sociales y consecuentemente
nacen las diferentes ramas ideológicas como el marxismo, el liberalismo -con sus
diferentes escuelas-, el conservadurismo y en última instancia el fascismo. Todas estas
ramas están en una constante pelea por demostrar ante la mayoría de los seres humanos
que son el sistema y la forma de pensar más valida. Siempre y cuando no se manifiesten
de forma dictatorial este grupo de ideologías primarias buscaran destruirse entre ellas para
llegar incluso en una democracia a tener el monopolio ideológico. Este monopolio
permite que el grupo ideológico aplique legítimamente cambios que consiga llevar a una
mayor calidad de vida.
Como podemos ver el fracaso de las ciencias políticas en su aplicación pragmática
ha llevado a que la democracia sea un sistema que funciona para demostrar que ideología
tiene mejores premisas intentando destruirse de forma rastrera y sucia mediante las fake
news, la polarización, la publicidad y diferentes mecánicas que contaminan el espectro
intelectual y que en última instancia termina afectando a la población que por adherirse a
estos discursos terminan por desconocer el significado real de los términos que se usan.
Una de las explicaciones por lo que esto ocurre es que los seres humanos tenemos
una gran tendencia a ver las cosas desde una perspectiva concreta basada en dos factores,
la lógica y el sentimentalismo. Toda postura política está compuesta por una parte lógica.
Por ejemplo: Vivo en una situación precaria en la que me cuesta sustentarme y llegar a
fin de mes. Por ello, acudo al marxismo como solución para crear ya no solo un mundo
mejor para mi sino para mejorarlo para el resto de las personas en mi situación. O, por
ejemplo, vivo en una situación de riqueza donde visualizo el progreso y el desarrollo que
hasta hace unos años no existía y pienso que se debe garantizar la propiedad privada y la
libertad para poder avanzar aún más en el tiempo.
Ambas bases se sustentan en cuestiones materiales y lógicas que llevan a un
proceso que llamo “inercia”. La inercia ideológica es el proceso lógico que sigue una
persona en sus decisiones y que sin ser consciente de que las toma llevaran a todos los
humanos en las mismas condiciones a un resultado similar. La inercia de ser rico es querer
mantener esa riqueza y la inercia del pobre es querer aumentarla. La cuestión es que esta
inercia es tanto individual como motivada por el sistema, en este caso, el capitalismo. La
inercia sistemática implica que todos los individuos dentro de una sociedad tenderán a
seguir una serie de comportamientos que los lleven a lo socialmente esperable y que no
podrán evitar hacerlo incluso si son conscientes de la situación porque de lo contrario
podrían terminar siendo expulsados del sistema o incluso muriendo. Esta misma inercia
sistemática existe en todos los sistemas. Mientras que la inercia sistemática del
capitalismo es el individualismo, la acumulación de capitales como forma de crear ahorro
y la democracia la inercia de, por ejemplo, el socialismo es el colectivismo, la solidaridad
y la manifestación del poder en forma de dictadura personalista. Por supuesto estos casos
son muy matizables, pero son un ejemplo de que quiero decir con inercia sistemática.
Como vimos en el ejemplo anterior, ambas posiciones presentan un factor lógico
y un factor sentimental. En el factor lógico del marxismo hablamos de un problema real
que se manifiesta en forma de desigualdad y pobreza lo que motiva a la persona a buscar
una solución. Esta solución es socializar los medios de producción para mejorar la vida
de todas las personas que están en su situación. Sin embargo, junto a esta realidad también
hay una parte sentimental fundamental ya que la pobreza supone en muchos casos,
miseria y conflictos personales, lo cual puede hacer que muchas personas acudan al
marxismo de forma desesperada como solución a un sistema que creen no sirve y que sin
tener fundamentos reales esperan que mejore su situación. En muchos casos tal vez de ser
aplicado el sistema su situación se pudiera ver mejorada pero tal vez el desconocimiento
y la implicación emocional que tienen los Endo grupos creados bajo el marxismo podrían
mantenerle en la misma pobreza, pero con un pensamiento de éxito. En el liberalismo, el
miedo es muchas veces a volver a un estado anterior de dictadura o absolutismo en el que
perder la libertad se simboliza como ser un esclavo que no tiene la capacidad de actuar
por si mismo sin que un gran titiritero decida por su destino sin darse cuenta de que la
perdida de ciertas libertades podría ser necesaria para mantener otras como la propiedad
privada.
Este miedo o esta emocionalidad como podemos ver en ambos casos son factores
discursivos que se presentan en las ideologías como mecanismo de convicción. Este
mecanismo de convicción sirve para implantar un discurso emocional con el cual sin él
las personas no sentirían una necesidad de creer en las premisas que promete. En muchos
casos, incluso los poderes se esfuerzan en crear un problema lógico y otro emocional que
no existían antes, llevando así a la polarización. En este caso, hablamos de que toda
ideología debe tener dos objetivos para convencer a la gente. Por un lado, está la
convicción y por otra la idealización. La convicción es un mecanismo lógico por el cual
se consigue asociar unos axiomas -principios lógicos- básicos a un problema real de tal
forma que siguiendo esos axiomas se llegue a solventar el problema. La idealización es
el mecanismo de la ideología de usar estos axiomas de forma idílica presentándolo ya no
solo como solución a ese problema concreto, sino asociándolo a muchos otros problemas
secundarios o latentes. De esta forma, lo que parece en primer grado la solución para un
problema se convierte en una respuesta global para todos los problemas de esa persona.
En política todo individuo tanto conocedor en profundidad de las ramas
ideológicas como aquellos desconocedores de las mismas se ven afectados por una lucha
constante de estos dos factores. Dependiendo de la fuerza del discurso y el sujeto de este
la emocionalidad y la lógica pueden imponerse entre sí. Por ejemplo, parecería raro
admitir que un trabajador en clara situación de explotación no tuviera predilección al
marxismo ya que aparentemente le favorece. Pero aquí entran las luchas ideológicas y el
confrontamiento político. En muchos casos el discurso llevado por los liberales puede ser
mucho más garantista al presentar mecanismos aparentemente lógicos como soluciones a
su pobreza en forma de fórmulas, datos y medidas que mejoran la calidad de vida de los
ricos pero que se afirman, consecuentemente mejorara la vida de los trabajadores.
Además del factor lógico que suplantaría al de la socialización de los medios de
producción o la de mejorar los sectores públicos se usa un factor emocional. Este factor
emocional puede ser en primera instancia dejar de ser pobre. Sin embargo, en la
actualidad la rama conservadora a conseguido meter a este factor liberal un factor
conservador en cuanto a la inmigración haciendo ver que podría suponer la pérdida del
posible empleo, aumento de la inseguridad, intento de suplantación cultural, etc. Todos
los movimientos hacen lo posible por intentar que cada persona se vea afectada por estos
dos factores y cada partido o grupo los mueve de una forma u otra para llegar al máximo
número de personas posible.
Este ejemplo puesto anteriormente es bastante claro, no obstante, esto ocurre en
todas las ramas del conocimiento no puramente metódico como las ciencias exactas o
naturales. La historia del ser humano es la historia de las luchas entre dicotomías a nivel
intelectual. Nuestra limitada capacidad de entender el mundo junto a los mecanismos de
lógica básicos y la implicación de las emociones sobre la conciencia del mundo nos hacen
aproximarnos a dos bandos que están en constante lucha. Todos podemos pensar en
ejemplos de estas luchas dicotómicas. Desde la lucha entre burguesía y proletariado, la
lucha entre Cola cao y Nesquik, la lucha entre empirismo y racionalismo, etc. Todas estas
luchas se forman porque en vez de intentar diseccionar las partes emocionales y las partes
lógicas se centran en demostrar categóricamente la existencia o la validez de una de las
posturas. Esto hace que exista una constante tendencia donde ser imparcial se vuelve
imposible haciendo que las personas tengan que elegir por un bando que defender y al
final quien decida que es la verdad sea la masa pensante convencida muchas veces por
grandes oradores o ideólogos. Las consecuencias son varias y bastante conocidas, desde
la corrupción, la manipulación y la polarización hasta las guerras civiles, los golpes de
estados y los peores eventos en la historia del ser humano. La constante lucha entre las
ideologías por demostrar cual tiene el mejor esquema se soluciona con una ideología que
es ideología de ideologías porque concibe precisamente algo que veremos más adelante
y es el funcionamiento del ecosistema ideológico. Es necesario aplicar un proceso
hegeliano constantemente donde las síntesis de todos los procesos intelectuales se
destruyan si son necesarias pero que en mayor medida lo hagan gracias a una ideología
que permita sustancialmente estudiar todas las ideologías como entidades relacionadas.
El neutralismo es una ideología de ideologías porque da por hecho que la única
forma de conocer la realidad de forma más completa es mediando entre las diferentes
ideologías. Es decir, las ideologías son necesarias porque son consecuencia de la
actuación intelectual humana, pero por este mismo principio, porque es humana es
incapaz de comprender a todo el mundo. Es imposible que el rico sepa con exactitud las
implicaciones emocionales de vivir en la pobreza y es imposible que el pobre comprenda
las implicaciones morales del rico. Las ideologías nacen precisamente para poder
manifestar una visión concreta y selectiva de la realidad. De la unión de todas esas
visiones selectivas podemos llegar a crear una realidad más completa intelectual y
pragmáticamente. Sin embargo, por las mecánicas sistemáticas de las democracias
modernas y por otros factores que se explicaran más adelante hemos entrado en una lucha
en la que para poder llegar a tener legitimidad política es más fácil demostrar que las
corrientes opuestas son categóricamente incorrectas que esforzarnos en comprendernos y
llegar a puntos comunes. Esto mismo se puede observar en el debate, el cual está
destinado actualmente a demostrar quién tiene razón y no a llegar a acuerdos. Con lo cual
se pervierte la realidad política y se sustituye el conocimiento por un sofismo que busca
convencer por convicción y no por razón.
Para evitar esto nace el neutralismo. El neutralismo no propone suprimir las
ideologías, no propone tampoco ser absolutamente neutral, no propone que simplemente
no peleemos. El neutralismo es un adjetivo político, es decir, difícilmente una persona
puede ser un neutralista puro pues implica el completo desapego por una ideología. No
obstante, tener esta capacidad confiere al neutralista puro como un investigador de campo
en el sector de la política. Cuando dejas atrás todo afecto por alguna ideología y te centras
en su estudio, estructura y funcionamiento, consigues separar completamente los factores
lógicos y emocionales. No obstante, es una tarea titánica y no es necesario llegar a eso.
El neutralismo es una ideología adicional a la ideología del individuo. Es decir, la gran
mayoría de personas podrían considerarse neutro liberales, neutro socialistas, neutro
conservadores, etc. El neutralismo implica predisposición al diálogo y el entendimiento
del individuo como parte de un ecosistema complejo en el que se debe luchar por la
supervivencia ideológica pero que para ello es más sencillo colaborar para dejar de vivir
en un estado de salvajismo y entrar de verdad en un estado de colaboración en el que se
pueda desarrollar una vivencia tranquila y que mejore la vida general a nivel político.
Para esto se recurre a la democracia liquida, mecanismo de democracia directa y la
digitalización y la formación a todos los ciudadanos en el conocimiento político de las
diferentes ramas para que se apeguen a una, pero sigan entendiendo la necesidad del
dialogo y la mediación política. El neutralismo busca sacar a las personas del estado de
guerra ideológica constante para colaborar para crear un modelo de sistema que no sea
autoritario. Es decir, quien es neutralista puede serlo a la vez que es socialista, liberal,
conservador, etc. El neutralismo acepta que cada persona tenga una tendencia política,
pero busca que en vez de intentar demostrar falsamente que las otras ideologías son
categóricamente incorrectas o que la propia es la absolutamente mejor se forme un
dialogo sin prejuicios.
Entraremos en profundidad en esto en próximos capítulos, pero la actuación del
neutralista debe ser la siguiente: ante la pregunta “¿Qué deberíamos hacer para bajar el
precio de la vivienda?” El neutralista debe estudiar todas las propuestas posibles. Desde
regular, hasta bajar impuestos, construir más, etc. El neutralista no busca llevar a cabo la
solución que sea ideológicamente afín, busca tener en cuenta todas las propuestas porque
lo importante es solucionar el problema, no solucionarlo de la forma en la que tú quieres
que se solucione. Al neutralista le importa la forma en la que se llega a una solución, pero
le importa más solucionarlo que la propia forma en la que se soluciona. Si una política
claramente liberal consigue solucionar un problema eso no debería ser problema incluso
si el neutralista en cuestión es de carácter socialista. Es por esto por lo que el neutralista
no busca demostrar que su ideología es la mejor, busca ver la realidad desde su ideología
para hacer propuestas y que, con suerte, al juntar sus propuestas y la de las diferentes
ideologías alguna solucione el problema. Cada neutralista desde su perspectiva por lo
tanto tendrá que proponer soluciones de tal forma que al juntar todas las soluciones entre
los diferentes grupos alguna de las todas propuestas funcione. Si esa no funcionase se
seguiría así hasta que diera el resultado esperado.
Es por esto por lo que el neutralismo opta por valorar todas las opciones. El lema
del neutralista es: Relativismo en el aprendizaje, pragmatismo en el debate. Es decir,
debatir todo para aprender todo, pero tener una posición concreta que defender. En cuanto
más relativistas seamos mientras aprendamos, más podremos aprender sin prejuicios de
todas las ideologías, incluso aquellas más estigmatizadas. En cuanto más debates sobre
algo que no compartes más comprendes quien lo apoya, más comprendes sus ideas y más
importante, puedes extraer más posibles soluciones para un problema político. La
dificultad del neutralista es saber dentro de su argumentación y su pensamiento que parte
es la lógica y cual la emocional. En ningún caso consiste en desechar lo emocional, pero
si en comprender que los gustos y las afecciones personales son la parte menos científica
del proceso de la política.
Cuando un grupo de neutralistas de diferentes ideologías se reúnen están
predispuestos no a demostrar que su ideología es la mejor si no a llegar a una respuesta
en común o mayoritaria. Cuando se sitúa el problema del empleo, de la precariedad, del
precio de la vivienda, etc. los neutralistas de cada ideología proponen su forma de
solucionarlo. Entonces entre todos necesitan ponerse de acuerdo. Para esto son necesarios
una serie de mecanismos que explicaran la parte “metodológica” del neutralismo.

CAPÍTULO 2: LA METODOLOGIA NEUTRALISTA


La metodología neutralista se desarrolla en torno al debate. Mientras que el
método científico es el usado en las ciencias naturales en política el neutralismo se guía
del método dialectico. Este método consiste en diferentes partes que intentan garantizar
que el conocimiento político sea el más verídico posible de cara a tomar decisiones o
desarrollar ideas.
El primer paso del método dialectico es la información. Todo el que participe en
un debate neutralista deberá de aceptar una fuente común de datos. De esta forma los
datos no podrán salir de fuentes dudosas o sin aprobación y por lo tanto no serán válidos
-lo que no quita que pudieran servir como apoyo-. Es importante poner un común
denominador para que no surjan debates alrededor de los datos. Aunque hay que
diferenciar entre los datos puros y el análisis de los datos, cosa que no entra en este
apartado. Dentro del método dialectico y en general en política la única parte objetiva o
cercana a la objetividad son los datos ya que son el único factor medible. No obstante, no
es el único y la importancia no solo recae sobre los datos, sino sobre su análisis y su
atribución. Al dato “hay un 15% de paro medio en España” podemos hacer una gran
cantidad de análisis derivados de esa afirmación. Por ejemplo: se debe a los altos
impuestos, se debe a un sector industrial débil, se debe a los bajos salarios, etc. Todos los
análisis están en un principio afectados por un análisis ideológico. De tal forma que la
argumentación entorno a la razón por la cual un dato es el que es puede estar coartado.
Esto no es en principio un problema y se da por hecho que cada persona defenderá un
punto.
El segundo paso consiste en recabar datos y argumentos. En este paso todas las
partes tendrán que redactar un escrito en el que citen punto por punto todos los datos que
van a usar, su argumentación y además una propuesta de solución para dicho problema si
es que el debate requiere de una solución. Este documento debe ser lo más completo
posible ya que una vez terminado no se podrán usar datos que no se hayan presentado.
El tercer paso es el factchecking. En este paso los documentos escritos serán
mandados a un grupo de factcheckers -grupo de personas que se encargarán de comprobar
la veracidad de las afirmaciones y los datos-. Los factcheckers estudiaran el escritor y lo
mandaran de vuelta con las correcciones en caso de que haya datos mal usados o
afirmaciones erróneas -para esto tendrán también que mandar una explicación y podrá ser
recurrible hasta 3 veces por el ponente-.
El cuarto paso es el intercambio. En el intercambio ambas personas mandan sus
respectivos escritos al otro ponente. De esta forma ambos pueden estudiar mas
profundamente los argumentos y además ver las fuentes de los datos ya que muchas veces
si durante un debate surgen fuentes de datos nuevas de las que no se tienen certeza sean
ciertas o no puede llevar a que se estanque. De esta forma ambas partes pueden estudiar
los pensamientos de su adversario y analizarlas de todas las formas posibles.
El cuarto paso consiste en la discusión. La discusión trata de confrontar los
anteriores escritos en forma de palabras presentados además a un público o jueces.
Gracias al proceso de factchecking el espectador podrá disfrutar del debate sin plantearse
si los datos son verdaderos o falsos ya que han pasado por un proceso de aceptación. Una
vez empiece la discusión las partes implicadas presentaran sus análisis y presentaran sus
soluciones.
El quinto paso consiste en la mediación. Una vez presentadas los diferentes
análisis y propuestas un tercero externo procederá a la mediación política. La mediación
política tiene como objetivo llegar a un mínimo común entre ambas partes. Por supuesto
esto no es siempre posible. Por ejemplo, a la hora de legalizar el matrimonio homosexual
sería imposible mediar ya que o está permitido o no lo está. En este momento entraría el
voto popular. Es por esto por lo que es importante el factcheking antes del debate pues
permite que la opinión de aquellos que votan no esté influida por falsas verdades. La
mediación política sobre todo sirve para temas más pragmáticos. En temas más subjetivos
como la eutanasia, el aborto, la gestación subrogada, etc el debate debe ir entorno a
informar a la gente sobre las partes buenas y las partes malas de tal forma que se informe
a la gente y que conforme a esa información tomen una y opinión voten. En caso de que
el debate sea en un ambiente cerrado y sin público el objetivo será sutilmente diferente
ya que serán los propios intelectuales quienes deberán forzarse a llegar a un acuerdo.
El sexto paso consiste en las proposiciones y resultados. Una vez terminado el
debate cada parte propondrá su solución final y además se añadirá una propuesta mediada
que intente incluir a ambas partes. En este punto será el público o los jueces quienes
decidan cuáles de las propuestas es la mejor.
Lo más importante en el método dialectico es verlo como una forma de llegar a
una solución y no como se ve en el debate popular que es simplemente una forma de tener
razón. Es tan importante la oratoria del ponente del tema como el contenido del dicho.
Dejarse llevar por un sofismo podría suponer un problema ya que se estaría intentando
convencer y no intentando hacer conocer. El objetivo de la política neutralista en ningún
punto debe ser darle una respuesta a la gente sino darle preguntas que responder. Es decir,
dar información suficiente para que cada persona decida por sí mismo el camino a llevar.
Cuando un debate se centra en intentar llegar a la gente por medios emocionales puede
conseguir tener la razón, pero no estará cerca de tener la verdad.
El mayor problema del debate actual es que quienes debaten no están realmente
dispuestos entre si a cambiar de opinión, sino que su argumentación está enfocada a
aquellos espectando el debate. Está enfocado a convencer y polarizar a la gente para que
a la hora de votar tengan una predilección hacia su partido u aquellos más cercanos a su
opinión y no para que reflexionen. Es por esto por lo que hay que saber diferenciar entre
el debate competitivo y el método dialectico. Mientras que el debate competitivo consiste
en demostrar que el contrario desconoce o se equivoca de la misma forma que lo hacía
Sócrates en las polis griegas, el método dialectico da por hecho que el ponente desconoce
y su objetivo no es ridiculizar ni demostrar, simplemente informar y poner a disposición
de la gente las herramientas para decidir. Es por esto por lo que el método dialectico está
enfocado a un debate político democrático y generalista mientras que el debate
competitivo es el que se da habitualmente cuando no hay un objetivo más allá del
aprendizaje o de la demostración.

CAPÍTULO 3: EL ECOSISTEMA IDEOLOGICO


El neutralismo percibe a las ideologías como diferentes visiones sobre la realidad.
Muchas de ellas contrarias entre sí y muchas otras cercanas. Sin embargo, todas
componen una parte o perspectiva de la realidad. Para que una democracia
verdaderamente funcione es necesario que existan contrapartes e ideologías diferentes ya
que el único sistema en el que todo el mundo esta categóricamente de acuerdo es aquel
en el que no pueden ser disidentes, es decir en las dictaduras.
Dentro de todo sistema político hay diferentes actores que forman parte del
ecosistema. Estos son:
-Disidentes: los disidentes son aquellas ideologías que están categóricamente en
contra de lo establecido. Aborrecen absolutamente todo el sistema y en general suelen
tener una visión pesimista. Los disidentes son necesarios porque hacen ver aquello que el
resto no está cómodo viendo. En el caso del capitalismo sería la pobreza, la desigualdad,
el hambre, la guerra, las armas, la contaminación, el machismo, etc. No obstante, los
movimientos disidentes realmente no proponen soluciones a los problemas de ese
sistema, solo suponen una voz de conciencia de cambio. Los movimientos disidentes
actuales podrían considerarse los anticapitalistas, los anarquistas y los comunistas.
-Reformistas: los reformistas son aquellas ideologías que aceptan lo establecido,
pero van un paso más allá y busca reformarlo o mejorarlo. Suelen ser de carácter
colectivista y aceptan la realidad -en este caso capitalista-. Suelen tener propuestas vagas,
pero no están muy coordinados, se manifiestan en forma de protestas sociales que marcan
la voluntad política y es la que suele llegar a tener efecto en el poder. Los movimientos
reformistas son aquellas no anticapitalistas del ecologismo, el feminismo, el movimiento
LGBT, el black lives matter, el movimiento sufragista y el pacifismo-
-Hegemónicos: los hegemónicos son aquellas ideologías de carácter mayoritaria
y que se presentan como las opciones a votar. Son quienes ostentan el poder y se
manifiestan como partidos políticos y candidatos. Los hegemónicos buscan conseguir ser
la ideología mayoritaria del poder mediante la democracia. Su objetivo es conseguir el
mayor número de votos posible para poder legislar gracias a su hegemonía. Los
movimientos hegemónicos son el progresismo -PSOE, por ejemplo-, conservadurismo y
liberalismo.
Estas tres estructuras no solo son necesarias dentro de cualquier democracia, sino
que cualquier sistema de carácter representativo las manifestara quiera o no quiera. Los
movimientos disidentes existen en todos los sistemas aquellos democráticos y aquellos
dictatoriales. En la democracia se manifiestan de forma libre y son necesarios para
recordar que no hay sistema perfecto y que es necesario tener en cuenta a aquellos que
muchas veces no están representados en el parlamento. En los movimientos dictatoriales
se presentan como milicias minoritarias, por ejemplo, los partisanos. Los movimientos
reformistas manifiestan la inquietud para la gran mayoría de personas, no hay nada
perfecto y siempre hay posibles cambios sociales. Los hegemónicos son las ideas
mayormente representadas, las que verdaderamente optan al poder y son aquellas que
tienen que afrontar tanto a los disidentes como a los reformistas. Cuando un movimiento
reformista se hace famoso y la ciudadanía lo adopta los partidos y las agrupaciones
políticos se ven forzadas a adoptarlo a costa de que los resultados electorales se vean
afectados. Tanto el feminismo como el ecologismo son dos ejemplos de movimientos
puramente anticapitalistas que se han ido adoptando y han ido pasando por toda la escala
hasta ser apoyados por el sistema.
Esto es a lo que denomino el efecto disidente. Todo movimiento disidente que se
encuentre en una esfera de amplia aprobación social dejara de ser disidente para
convertirse en un movimiento estandarizado. Esto es debido a que no hay ningún
movimiento disidente mayoritario, ya que si la disidencia fuera mayoritaria sería
hegemónica. Cuando una consigna presentada por un pequeño grupo disidente se vuelve
conocido se vuelve reformista y cuando un movimiento se vuelve reformista se vuelve
atractivo para los grupos hegemónicos que lo usaran para ganar un nicho de votantes. Es
decir, los movimientos disidentes lo son porque no son suficientemente útiles para
conseguir votantes por lo que no les vale la pena a los partidos esforzarse por conseguir
su voto. Es por esto, que en los últimos años hemos visto como han menguado algunos
partidos comunistas y otros que muchos califican de “extrema derecha” han subido ya
que han conseguido que muchas personas se sientan identificadas con este movimiento.
Como podemos ver todos estos actores políticos se retroalimentan entre si formando
efectivamente un ecosistema en el cual los depredadores y los depredados pueden ir
cambiando, pero generalmente habrá una relación constante entre estos factores que
impedirá que se movilicen en las escalas.
Los movimientos disidentes tienen un peligro y es que no todos están
desorganizados. Podríamos considerar al fascismo como un movimiento disidente e
incluso al comunismo. Los movimientos disidentes son eficientes porque presentan
problemas grandes y usan mucho la herramienta de la idealización de un sistema
alternativo en contra del sistema establecido. La facilidad de los disidentes es que desde
fuera del poder es muy fácil percibir los errores y pensar que es posible solucionarlos,
esto es a lo que podemos denominar populismos disidentes. Movimientos que proponen
reformar completamente el sistema del día a la mañana señalando los mayores problemas
y miedos de la gente. Cuando la población general está lejos de la realidad política y del
control de política en general, estas herramientas del populismo disidente consiguen que
la gente se fie de ellos. En muchos casos los problemas difíciles de solucionar por una
administración no podrían ser solventados por la nueva ya que al estar fuera del poder se
desconocen los factores que impiden el desarrollo correcto de la nación. En otros casos
la revolución se presenta como una alternativa a una administración claramente corrupta
y terrorista.
Para evitar que se dé el primer caso donde en época de crisis los movimientos
disidentes populistas tomen el poder en cuanto las cosas se pongan difíciles es importante
reformar la percepción del modelo actual de democracia. Nuestro sistema actual da por
hecho que hay una ideología o grupo ideológico que está en lo correcto. Esto produce una
guerra en la que los partidos se enfrentan para demostrar que efectivamente su
pensamiento es el mejor posible para solucionar los problemas lo que lleva a la población
a polarizarse y crear una necesidad de demostrar que tienen la verdad y la solución. Este
proceso causa que el dialogo democrático se rompa y se forma un sistema dictatorial. El
confrontamiento democrático lleva a la propia democracia a caer.
Esto es a lo que llamo la paradoja de la polarización. El sistema democrático
funciona bajo las bases de la convicción por parte de los grupos ideológicos al público
general de una serie de reglas que se deben de llevar a cabo para poder vivir mejor. En un
principio los diferentes grupos -normalmente dos- enfrentan sus ideas para convencer a
la gente. No obstante, la necesidad de tener más poder hace que estos dos poderes se
esfuercen lo máximo posible en convencer a la gran mayoría de ciudadanos de que confíe
en ellos. La forma más eficiente es mediante las fake news, la polarización y la acusación.
De esta forma, la ciudadanía terminaría tan polarizada que formaría bandos con potencial
de violencia que rompería la democracia y formaría una dictadura. Es decir, en primera
instancia los mecanismos democráticos que existen para llegar a acuerdos conjuntos no
funcionan, lo que lleva a ambos lados a usar todas las herramientas posibles para
convencer a la mayoría de la población desesperados por ser expulsados del poder. Al
hacerlo, la población terminaría haciendo que problemas que no tenían importancia ahora
la tengan y finalmente estos grupos enfrentados terminarían peleando hasta destruir el
sistema por considerar que el contrario es una potencial amenaza. En este proceso se crea
un tercerposicionismo que viendo como el sistema se vuelve agresivo e incierto buscaría
reemplazarlo o reformarlo.
Para poder evitar la paradoja de la polarización es necesario que se lleven a cabo
varias reformas que consistirían principalmente en entender la teoría del ecosistema
político. La teoría del ecosistema político es el siguiente:
Siempre que no existan mecanismos que aseguren la inexistencia de un monopolio
ideológico las diferentes fuerzas hegemónicas terminaran intentando destruir por todos
los medios al resto de ideologías para reforzarse como un monopolio ideológico que
pueda actuar como una dictadura de carácter popular. Este mismo principio explica las
dictaduras fascistas y comunistas.
Junto a la teoría del ecosistema político necesitamos aproximarnos a la teoría de
las ideologías pares. La teoría de las ideologías pares implica la unión de varias fuerzas
teóricamente contrarias para acabar con una aún más contraria. Cuando estas dos fuerzas
destruyen a ese enemigo ambas fuerzas volverían a intentar destruirse entre ellas hasta
que una cayera. Entonces la fuerza hegemónica terminaría dividiéndose ya que dentro de
esa propia ideología hay subramas. Esas subramas a su vez pueden ser divididas en
subramas hasta llegar a la mínima unidad de la ideología: el individuo.
Es decir, sin un consenso democrático que no pretenda demostrar que una
ideología es más valida que el resto, las ideologías se fagocitaran a sí mismas hasta que
se imponga una dictadura de carácter populista donde la mayoría sea guiada por un líder
que consiga que su postura concreta sea la más elegida. Un ejemplo histórico es la unión
entre el capitalismo y el comunismo para acabar con el fascismo. Una vez destruido el
fascismo, el capitalismo y el comunismo pelean por la hegemonía. El comunismo al estar
en una situación de desventaja productiva en contra de las potencias capitalistas sufre una
derrota que termina dejando al capitalismo como sistema hegemónico.
Podemos ver la teoría de las ideologías pares dentro del propio movimiento
revolucionario de la URSS donde todos los movimientos de carácter bolchevique se unen
para destruir al Tzar, una vez destruido las propias ramas que se unieron ahora se pelean
entre ellas para matizar como debería ser el desarrollo del gobierno y sus futuros
proyectos. La rápida necesidad por organizarse para reconstruir la URSS y poder competir
con el resto de los países motiva a los diferentes grupos representados dicotómicamente
por Stalin y Trotsky a pelear por el control hasta que Stalin se hace con el poder y con el
tiempo manda a matar a Trotsky. No solo eso, Stalin usa todas las herramientas que tiene
para reprimir a los críticos y castigar las revoluciones en su contra usando policía secreta
y otros mecanismos para tomar el control sobre la libertad de los ciudadanos. Como
podemos ver, la única forma de acabar con la teoría de las ideologías pares es tomar el
poder de forma dictatorial y controlando toda disidencia. De no hacerlo con mano dura,
todos los movimientos disidentes terminarían uniéndose para reemplazar al dictador
llevando así a cabo otra vez la teoría de las ideologías pares donde muchos grupos se unen
para acabar con un tercero más amenazador.
Una vez el capitalismo devora el sistema socialista o comunista la democracia
genera un efecto de las ideologías pares, pero dentro de un sistema que no permite los
golpes de estado o las insurrecciones armadas gracias al monopolio de la fuerza. Esta
capacidad por parte del estado produce otra competición que sigue la teoría de las
ideologías pares donde esta vez con cierta mediación las ideologías compiten con unas
norma. Sin embargo, estas normas no son suficientes y producen precisamente un efecto
que termina destruyendo la democracia por la polarización de los grupos. En la actualidad
el capitalismo democrático se encuentra de nuevo en un enfrentamiento a tres niveles:
progresismo, liberalismo y conservadurismo. En este caso la teoría de las ideologías pares
hace que dos ideologías, el liberalismo y el conservadurismo se unan para enfrentar a los
resquicios del comunismo adaptado al capitalismo, lo que podríamos llamar progresismo
-ideología colectivista que no busca destruir el capitalismo sino reformarla y que se apoya
en las luchas sociales, en defender el sector público sobre el privado y los intereses de los
trabajadores sobre los adinerados-. La lucha moderna se centra entre los populistas
neoliberales -uso este término como indicativo de la unión entre un espectro económico
ultraliberal y un espectro social ultraconservador, muchas personas no estarán de acuerdo
con este término y en muchos casos se usa de forma incorrecta para referirse al
capitalismo- y los populistas social progresistas. Estos dos bloques se han radicalizado
con el tiempo en muchos sitios y no se da en todos sitios. En los sitios donde el desarrollo
económico es menor y la democracia es presente esta dicotomía está dividida claramente
entre la defensa de lo privado como mecanismo de avance y la defensa de lo público como
mecanismo para defender los intereses de todos los ciudadanos. Esta pelea protagonizada
por diferentes actores en todo el mundo también está repitiendo el patrón natural y esta
vez el tercerposicionismo es el neofascismo o la extrema derecha la cual podría aliarse
con los movimientos conservadores o neoliberales para llegar al poder. Esta estructura de
neoliberalismo vs progresismo no es exacta en todos los países ya que, si existe un
equilibrio entre liberales, conservadores y progresistas el fascismo será mucho menos
latente. En cuanta más polarización más tendencia a la unión de movimientos para
conseguir poder y apartar del espectro político a los movimientos contrarios. Por esto es
importante mantener una balanza de poderes que garantice una convivencia por parte de
liberales, conservadores y progresistas con el objetivo de mantener la democracia de
aquellas ideologías que aparecen de la confrontación y que abogan por las dictaduras.
En todo este proceso aparecen las diferentes entidades de las que hablábamos
como los movimientos disidentes o los movimientos reformistas. Algunos de estos son
trazas de los sistemas derrotados que intentan resurgir mediante esos movimientos. Para
poder resurgir esos movimientos mayoritariamente negados los movimientos se adaptan
al canon del sistema para poder llegar al máximo publico posible. A esto lo llamo
“criptoideologismo” es decir, enmascarar una posición política no aceptada socialmente
para volver a convencer a la gente de los mismos principios desde otro nombre u entidad.
Para encontrar o analizar este criptoideologismo es importante conocer la calificación de
las diferentes ideologías.
Las ideologías se diferencian entre primarias, secundarias y terciarias. Cada una
de estas tiene relación con el grado de conocimiento popular que hay de ellas y no siempre
tienen que ser hegemónicas. Por ejemplo: serían ideologías primarias aquellas como el
comunismo, liberalismo, anarquismo, conservadurismo y fascismo ya que son las más
conocidas y por tanto más usadas por los diferentes poderes con intención de calificar a
sus contrarios ideológicos muchas veces usando mal los términos por lo simplificados
que son o por las implicaciones negativas que tienen. Las ideologías segundarias son
aquellas subramas derivadas y más concretas de las primeras como, por ejemplo:
socialismo, neoliberalismo, sindicalismo, nazismo, franquismo, marxismo. Las
ideologías terciarias son aquellas que no están en el espectro popular y que son
desconocidas, por ejemplo: minarquismo, paleolibertarismo, ordoliberalismo, maoísmo,
stalinismo, mutualismo. La importancia de conocer la calificación de las diferentes
ideologías reside en saber concretar en que posición se encuentran para poder analizar
cual está siendo su uso en un paradigma político popular. Además, las ideologías se
mueven entre estas calificaciones en base a la cantidad de veces que se use. Así por
ejemplo el término “neoliberalismo” podría estar pasando a un primer grado al ser usado
muy comúnmente por grupos de izquierda y el término “social comunismo” por grupos
de derecha.

Estos mecanismos que he descrito son la clave para entender el panorama de cualquier
democracia moderna y sobre todo son los pilares para reformar el entendimiento de las
democracias de tal forma que podamos evitar la instrumentalización de la política como
utensilio para polarizar a la población. A continuación, veremos cómo podemos evitar
estos problemas y aproximarnos a una democracia mejor.
CAPÍTULO 4: LA REFORMA NEUTRALISTA
El principio de la reforma neutralista es el reconocimiento del valor político que supone
la diversidad ideológica dentro de un sistema democrático. Esto no significa que todas
deban tener la misma relevancia ya que eso dependerá puramente del interés general de
la población en los movimientos concretos. Esto significa que se debe tener en cuenta al
máximo número de personas independientemente de su ideología posible. El único
excluyente son aquellos que deliberadamente buscan implantar un sistema autoritario.
Para llevar a cabo esta reforma es necesaria una política de la concordia que debe ir
acompañada de una metodología que presentare a continuación. No podemos pretender
solamente que el ser humano sea pasivo y concordante, debemos crear un sistema que
tenga en cuenta los factores radicales de la sociedad y que incentive por lo contrario un
modelo de dialogo.
El primer recurso de la reforma es introducir la democracia liquida -democracia en la que
el ciudadano puede votar de forma directa en ciertos temas o delegar su voto al partido
que más le guste-. Para ello es necesario buscar la forma técnica que permita a una gran
población votar de forma segura y rápida. Esto se solucionaría fácilmente con una red
blockchain la cual daría las bases técnicas del desarrollo y el acercamiento a la gran
mayoría de personas a la política. A continuación, tenemos que delimitar los límites del
poder. Dentro de la democracia deben situarse dos perfiles en cuanto a la toma de
decisiones, aquellos que requieren representación y aquellos que no. La representatividad
atiende a una necesidad por parte de la ciudadanía de delegar las acciones en las que ellos
no tienen conocimientos o tiempo. De la misma forma que acudimos al médico, al
abogado o al asesor fiscal acudimos al político dado que confiamos en que pueda
gestionar los recursos públicos de forma eficiente. El problema es cuando esa gestión se
usa por parte de los representantes para tomar el control y abusar del papel que tienen.
Para ello es necesario introducir una cierta democracia directa donde los ciudadanos voten
en materias que no requieran especialización o en la que se les pueda formar de forma
sencilla. Aquellos temas éticos como el aborto, la eutanasia, la gestación subrogada, la
prostitución o la toma de ciertas decisiones a nivel de pueblos o barrios pueden ser
tomadas directamente por los ciudadanos. Para evitar el vicio que conlleva el poder no
solo es necesario introducir cierta participación ciudadana, sino que aquellos que posean
los conocimientos deberían poder participar en la toma de decisiones junto al gobierno.
Esto mediante un poder ciudadano.
El poder ciudadano implica la introducción de un mecanismo extra al sistema
representativo para evitar el abuso por parte de los representantes y a la vez para fomentar
la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones. El sistema funciona de esta
manera:
Junto a un gobierno electo se formará una cámara de ciudadanos. Esta cámara de
ciudadanos se formará en torno a todos los ministerios existentes en el momento. Por un
lado, tenemos la cámara general de los ciudadanos formado por tres representantes
aleatorios de cada cámara ministerial. Las cámaras ministeriales son un grupo de 15
ciudadanos aleatorios de todo el territorio español que quieran participar en la toma de
decisiones y que puedan acreditar conocimientos en la materia mediante una carrera o
una prueba. Además, el estado debería de formular cursos para ciudadanos concretos que
puedan realizar para también tomar parte en las votaciones directas. Por ejemplo, en el
ministerio de agricultura, pesca y alimentación se encontrarán 15 ciudadanos que puedan
demostrar conocimiento o practica de la profesión. Estos 15 ciudadanos se encargarán
durante 1 año de aprobar las medidas propuestas por el ministerio de agricultura. Sin
embargo, las votaciones no solo serán aprobadas por los 15 representantes, todos los que
puedan acreditar conocimiento o practica podrán votar desde sus casas mediante su
teléfono, ordenador, Tablet o físicamente en un lugar determinado por las autoridades
mediante sistema blockchain. Además, esta cámara ministerial de agricultura podrá
promover medidas para que el gobierno las lleve a votación, serán los encargados de
llevar y formalizar las peticiones populares de los ciudadanos y de discutir el trabajo del
ministerio. Si una mayoría del 75% se pusiera de acuerda entre votación de los 15
delegados y votación directa de que el trabajo por parte del ministerio está siendo
incorrecto podrían votar que ese ministerio se disolviese y que el gobierno formase uno
nuevo. De esta forma, si la mayoría de los agricultores del país ve que las medidas que
toma el gobierno no están siendo útiles o que están siendo mal desempeñadas se podrán
tomar medidas para que el gobierno haga algo. Esta cámara sirve sobre todo para
inspeccionar que el trabajo por parte del gobierno está siendo llevado de forma correcta
y que no se use el ministerio como una herramienta en la que nadie se ve representado.
Muchos al leer esto os estaréis preguntando: ¿Por qué hacer que exista un poder del
pueblo si la cámara legislativa ya es el poder del pueblo? Esto es fácil, la respuesta es que
como conocemos el funcionamiento del sistema sabemos que es mejor crear una balanza
de poder que simplemente crear otra vez el mismo sistema. La cuestión es que quien
gobierne no se aleje sin darse cuenta de su labor, para eso están los ciudadanos a quienes
gobiernan. De esta forma nace la espiral del gobierno, donde el gobernante y el ciudadano
ambos son parte de una relación de poder donde se asegura que el gobernante nunca tome
decisiones que la mayoría de la gente no quieran.
Este sistema llamado democracia liquida permitirá mantener un sistema representativo en
la que la ciudanía podría seguir delegando todo el poder en representantes o delegados o
podría tomar un papel activo en la política. De esta forma el ecosistema político se
balancearía de tal forma que el gobierno o los diferentes gobiernos no tomen decisiones
que estén por encima de la población y que la población pueda tener un organismo más
directo al que acudir donde proponer medidas y tener un impacto real y cercano a la
política haciendo que los ciudadanos vean que sus votos son verdaderamente importantes
y no pierdan las esperanza sobre el funcionamiento del sistema abogándolo a su
destrucción.
Este sistema que he propuesto es una primera fase que no pretende eliminar el parlamento
ya que es un primer paso para ir haciéndolo llegar a más. Es decir, a la hora de reformar
el sistema es más sencillo construir sobre lo construido que derribar y construir. Si se
aplicase este sistema se podría por ejemplo cambiar la forma en la que se manifiestan los
partidos, ya que su existencia es ciertamente innecesaria dado que muchas veces las
ordenes de los cabezas de partido las siguen todos los cabezas de lista de tal forma que
no existe motivo para pagar a mucha gente cuando solo va a tomar las decisiones uno. De
esta forma, yo aproximaría el sistema de voto a votar a personas concretas. Para ello sería
necesario elaborar un test que fuese realizado por todos los que se quieran proponer como
candidato al parlamento donde se grabasen opiniones sobre temas importantes como las
tendencias económicas, la visión de las empresas en la economía, el papel de estado, etc.
Una vez hecho, se reunirían todas las opiniones en una base de datos donde los ciudadanos
podrán hacer el mismo test para que les recomiende la persona que más cercana en sus
opiniones esté. Cabe destacar que es necesario modernizar y digitalizar el sistema de tal
manera que sea accesible para todo el mundo.
La reforma neutralista además acude a la teoría del ecosistema para proponer la
participación de todos los candidatos en diferentes materias en base de la aprobación
personal. De tal forma que un gobierno, aunque sea de mayoritariamente de izquierdas
pueda tener ministerios de derechas. Si estos ministerios funcionan bien llevaría a una
concordia que permitirá mantener la democracia. Incluso en este estado se seguirían
generando problemas y seguiría existiendo un cierto grado de polarización. Sin embargo,
no sería suficiente para poner el sistema el riesgo y permitiría que la mayoría de las
personas mejorasen su calidad de vida y vivieran en paz. Es indispensable para ello
eliminar la figura del opositor político que esta categóricamente en contra de todo lo que
propone el gobierno ya que eso solo promueve el discurso de odio y la polarización
afectando además la capacidad de gobierno.
En resumen, la reforma neutralista consiste en:
1- Acercar la figura del ciudadano a la toma de decisiones mediante la implantación
de un poder ciudadano que tenga participación en la toma de decisión de los
ministerios y que pueda votar de forma directa en diferentes temas no
especializados.
2- Reformar la estructura de gobierno de tal forma que puedan estructurarse
gobiernos de ideologías antagónicas en diferentes sectores.
3- Crear una balanza de poderes que impida un monopolio ideológico.
4- Acercar el conocimiento político a todos los ciudadanos de forma sencilla y
neutral.
Estas reformas son un primer acercamiento para el desarrollo de un sistema mucho
más provechoso para todo un país. Por una parte, permite un mayor control sobre los
poderes hegemónicos. Por otro lado, permite a los poderes reformistas poder llegar a
tomar decisiones de forma sencilla sin tener grandes trabas burocráticas o limitaciones
monetarias que le impidan formar un partido y a su vez disminuye la presencia de
movimientos disidentes al garantizar que toda la población puede tener un acceso real a
la toma de decisiones, haciendo crecer los movimientos reformistas y haciendo que el
sistema mejore. Los posibles efectos a futuro son la disminución primeramente de la
abstención, pero una vez se estabilizará lo más probable es que si el poder estar bien
equilibrado a los ciudadanos no encuentren la política interesante y se centren en sus
proyectos personales. Esto se debe a que en la actualidad parte del interés en la política
se debe a la polarización que genera y la forma en la que está enfocado más como un
programa televisivo de entretenimiento que un proceso que verdaderamente pueda
mejorar la vida de las personas.

Este texto es un primer acercamiento a esta ideologia que he creado y llamo


neutralismo a la cual le quedan muchos factores sociologicos por incluir. Espero que esta
primera parte le haya podido permitir entender mi pensamiento y espero que todas las
respuestas recibidas despues de la publicacion sirvan para construir un mejor neutralismo
teorico.

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