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Procesos educativos en contextos actuales

Introducción

Educar en la sociedad del conocimiento

Referencias
LECCIÓN 1 de 3

Introducción

En esta lectura, tomaremos los aportes de Juan Carlos Tedesco (2005), pedagogo argentino, que nos ofrece
un análisis rico y riguroso sobre lo que significa educar en sociedades como las actuales. Además de
ofrecer interpretaciones al respecto, sus análisis nos interpelan para pensar los procesos educativos en
espacios escolares y no escolares. Educar en la sociedad del conocimiento es el título de una obra, pequeña
en tamaño, pero muy enriquecedora. Es un pedagogo argentino nacido en el año 1944. Ha desempeñado la
docencia universitaria, ha sido miembro de la UNESCO y de CRESALC. Fue secretario y luego ministro de
Educación del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de Argentina.

Por otro lado, abordaremos aspectos de este proceso retomando la lectura del español Juan Delval (2013). 

¿Qué lugar ocupa la escuela como garante de los derechos de los niños y niñas en el contexto social actual?
Con esta pregunta, abre la jornada Marta, una profesora de una escuela de la periferia de Córdoba, en donde
muchos derechos se han vulnerado. Abre su cuaderno y lee al grupo de maestros y maestras que están
armando un proyecto para visibilizar los derechos y efectivizar acciones que desde la escuela puedan
responder a las necesidades educativas, sociales y culturales. Marta lee: 

Entre los derechos del niño se destacan los siete principios fundamentales:

No a la discriminación: todos los niños tienen los mismos derechos.

El interés superior del niño: cualquier decisión, ley, o política que pueda afectar a la infancia,
debe tener en cuenta qué es lo mejor para el niño.

Derecho a la educación: ir a la escuela.


El derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo: todos los niños y niñas tienen derecho a
vivir y a tener un desarrollo adecuado.

La participación: los menores de edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones
que les afecten y a que sus opiniones sean tomadas en cuenta.

Derecho a la vivienda digna: Todos los niños tienen el derecho a vivir en un espacio adecuado
para su desarrollo.

Derecho a la familia: todo niño tiene derecho a tener una familia que lo quiera y que lo cuide.1

1  Declaración de los Derechos del Niño. (1959). Organización de las Naciones Unidas. Recuperado de

http://bit.ly/2F5rteC
LECCIÓN 2 de 3

Educar en la sociedad del conocimiento

Video 1. La escuela ante las transformaciones sociales y culturales.


Repensando sus funciones.
En este video se trata de recuperar algunos ejes de discusión que ponen en relación los cambios de época y
los desafíos para la escuela, considerando las nuevas demandas, entre las que se desea pueda atender a
una educación inclusiva. 

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Delval (2013) hace un reconteo de lo que se pueden llamar las revoluciones educativas. Sostiene que la
escuela como forma de enseñanza existe desde hace 5000 años, pero que la primera revolución educativa
se identifica con el establecimiento de instituciones específicamente dedicadas a transmitir a las nuevas
generaciones el conocimiento que habían alcanzado las generaciones anteriores. Se pueden nombrar a
Egipto, a la Mesopotamia y más tarde a Grecia. La segunda gran revolución se vinculó con idea de educar a
todos, asociada a las revoluciones francesa y estadounidense. Uno de sus promotores fue Comenio, a quien
ya estudiamos en lecturas anteriores. En la actualidad, se reconoce el valor de la educación con relación al
desarrollo económico y social de un país. Hay una tendencia a prolongar la escolaridad obligatoria
atendiendo a las necesidades de las sociedades contemporáneas. 

Tedesco (2005) parte del reconocimiento de los profundos procesos de transformación social que son fruto
de las sucesivas crisis coyunturales del modelo capitalista que han generado nuevas formas de
organización en los aspectos sociales, políticos y económicos. Pero la crisis de hoy es una crisis
estructural, que se evidencia en las crisis institucionales, las relaciones entre economía y sociedad, y los
procesos de identidad individual y colectiva.

Estos cambios han producido un aumento de la desigualdad social, con altos niveles de concentración de la
riqueza en unos pocos. Afirma el autor que esta distribución desigual no solo cabe en los países en
desarrollo, sino también que se está produciendo en los países desarrollados. Nos dice: “En las sociedades
que están utilizando más intensamente la información y el conocimiento en sus actividades productivas,
está aumentando significativamente la desigualdad social. Crecimiento económico y aumento de la
desigualdad han comenzado a ser concomitantes” (Tedesco, 2005, p.16).

Los profesores reunidos en una de las escuelas expresan la necesidad de trabajar en conjunto con la
comunidad. El derecho a la educación estaría cubierto: los niños acceden a la escuela, pero ¿todos tienen
vivienda digna y familia que los proteja? ¿Le compete a la escuela tomar estos temas como parte de su
función social? 

El debate entonces ahora gira en relación con la especificidad pedagógica de la escuela, quien no tiene
como función central atender estos otros aspectos de los derechos de los niños. Le corresponde al Estado y
a la familia hacerse cargo.

Otros profesores no están de acuerdo con la idea de que la escuela no puede o no debe participar con
acciones en torno a estas dificultades para garantizar los derechos de la infancia. Los derechos están
proclamados formalmente, pero las condiciones objetivas muestran dificultades de garantía en nuestros
países latinoamericanos. 

Pero, entonces, leyendo a Tedesco, un maestro expresa: “¿Cómo hacemos para que la escuela sea un
espacio que permita ir superando la desigualdad?”.

Tedesco agrega a esta afirmación que la evolución tecnológica también ha modificado la estructura laboral,
sufriendo una transformación en la organización del trabajo, en la cual muchos quedan excluidos del
sistema productivo. La exclusión del trabajo tiene efectos en las familias y en la integración social. Se da un
proceso de desafiliación social por la no participación en las instancias sociales que, décadas atrás, eran
garantidas.

La exclusión social modifica la estructura de la sociedad. Siguiendo la posición del autor, él nos dice que
estamos en una transición entre una sociedad vertical, basada en relaciones sociales de explotación, a una
sociedad horizontal, en donde las jerarquías ya no tienen tanta importancia. La exclusión ha reemplazado a
la explotación. 

Otro cambio importante ha sido el aumento de la homogeneidad. Junto a la desigualdad y la aparición de la


exclusión se ha producido, ya se dijo, una disminución en la importancia de las jerarquías tradicionales en la
organización del trabajo. Se entiende que todas las fases en el sistema productivo son importantes. Hay
nuevos modelos de gestión, con una relación más igualitaria, que a su vez marca cada vez un manso
distanciamiento con los excluidos. En la sociedad tradicional la desigualdad se producía entre grupos
sociales. Hoy esa desigualdad se produce intragrupo. 

Las mejores tienen agrupadas y con los mejores, y los mediocres con los mediocres. Este
fenómeno (…) tiene a exacerbarse a partir de la expansión de las nuevas tecnologías y la
posibilidad de descentralizar y canalizar segmentos importantes de la producción. De este
modo, cada unidad de producción se transforma en un subconjunto homogéneo de un
proceso productivo mucho más amplio. (Tedesco, 2005, p. 25).

 
El aumento de la desigualdad va acompañado de una ideología de la desigualdad. Existen teorías que
tienden a justificar este fenómeno. En el modelo capitalista tradicional, la pobreza era percibida como un
efecto de un orden social injusto. En la actualidad, las explicaciones se asocian a la naturaleza de las cosas.

Otro aspecto que destaca este autor es la crisis del Estado-nación. La globalización económica ha generado
un proceso de construcción de entidades supranacionales, lo que nos empieza a dar una visión planetaria en
muchos temas: medioambiente, delito internacional, expansión de Internet. El concepto de ciudadanía ligado
a la idea de nación ha perdido el significado que tenía antes. A su vez se producen, por este mismo
fenómeno, localismos manifiestos en comunitarismos que se repliegan para proteger su cultura. En
simultáneo está lo global y lo local, lo supranacional y lo nacional. El problema aparece porque la
globalización toca fundamentalmente lo económico y genera como efecto, respecto de lo social, una ruptura
en los lazos de solidaridad. Los procesos de globalización se expanden favoreciendo las élites, que no se
hacen responsables de las consecuencias que acarrea y de las personas a las que afecta. Se dan nuevas
formas de exclusión, de soledad y de marginalidad. 

Los profesores escuchan atentamente la lectura de las ideas de Tedesco y se identifican en el fenómeno de
la soledad y marginalidad. De allí es que piensan que la escuela es un dispositivo conjuntista que puede
ayudar a paliar el efecto de la globalización. Otros maestros objetan esta idea y sostienen que la escuela ya
tiene una mochila pesada como para asumir más funciones de las que le han endilgado. Federica dice:
“¿Pero acaso la escuela no se expandió como producto de la construcción de la idea de infancia y su
necesaria protección? ¿Por qué ahora en su crisis quienes somos escuela no vamos a asumir los desafíos
de dicha crisis?”.

Por otra parte, las transformaciones culturales impactan en lo que refiere a los cambios en los valores,
hábitos y pautas de conducta puestas en práctica de la sociedad. Los cambios en este sentido son
profundos y se observan en la institución familiar y escolar, las cuales cumplen una función socializadora.

Lectura obligatoria: La escuela para el siglo XXI


El autor plantea que la escuela debería ser un lugar privilegiado para proporcionar una formación que permita
participar plenamente en la vida ciudadana y democrática, pero encuentra una contradicción entre el tipo de
educación que se proporciona en las escuelas y el modelo de sociedad al que formalmente se aspira. En
función de ello se pregunta qué debería hacer la escuela para preparar a los individuos como auténticos
ciudadanos, y no como súbditos. Sus preguntas son “¿cómo se hace?, ¿cómo podemos llegar hacia una
escuela que cumpla esas funciones?, ¿qué tendríamos que hacer en las escuelas para poder encaminarnos
hacia la formación de individuos que tengan este tipo de características?” (Deval, 2013).

M4_L2 La escuela para el siglo XXI.pdf


289.5 KB

Fuente: Delval. J. (2013) La escuela para el siglo XXI. Revista Sinéctica (40). Recuperado de

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-109X2013000100004

Para Delval, existe una contradicción entre el tipo de educación que se


proporciona en las escuelas y el modelo de sociedad al que formalmente se
aspira que reside en la herencia histórica que ha dejado marcas de origen por
ser parte de sociedades no democráticas

Verdadero.

Falso.

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Tedesco (2005) expresa en este punto que la socialización primaria, en la cual hay dos aspectos
importantes —la carga afectiva y la identificación con el mundo según sus adultos inmediatos—, se ve
afectada por nuevas configuraciones familiares. Observa el autor que el cambio fundamental se ha
producido por la disociación entre conyugalidad (vínculo le pareja) y filiación (relación padres e hijos). En la
familia tradicional estos vínculos eran indisolubles. En actualidad ya no es así. 

Estas constataciones han permitido sostener que la familia contemporánea ya no es una


institución sino una “red de relaciones” que, en lugar de ser responsable de transmitir el
patrimonio económico y moral de una generación a otra, tiende ahora a privilegiar la
construcción de la identidad personal. (p. 44)

A continuación, te proponemos asociar las siguientes frases según


corresponda:

Constituyen un elemento
En la organización escolar
consustancial e inevitable de la vida
los conflictos
social.

En una escuela democrática, Deberían tener como objeto


los contenidos escolares primordial la vida en su conjunto.

Una escuela que se pretenda Debe cambiar sus relaciones con la


democrática comunidad.

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Para finalizar, el autor nos invita a pensar en la articulación de la educación y del conocimiento con la
formación del ciudadano. En algunos temas, se habría dado un aumento de reflexividad, como, por ejemplo,
en las problemáticas ambientales, pero, a su vez, se habría dado una modificación en la confianza y
legitimidad en el funcionamiento del sistema social. Esto afecta la confiabilidad de las instituciones y la
cohesión social. En las sociedades modernas la reflexividad del ciudadano se basaba en la articulación
entre economía, política y cultura. Actualmente, esta articulación se ha roto. 

El aumento de la desigualdad, la polarización social, la exclusión, etc., son los resultados


de un sistema institucional que no se hace responsable del destino de las personas. No
hay ninguna instancia de protección en la cual se pueda depositar la confianza, más que
en uno mismo. (Tedesco, 2005, p. 54).

 El profesor de Ciencias Sociales toma la palabra asumiendo la necesidad de repensar el valor de la escuela
y lee para todos:

En síntesis, el papel de la educación y del conocimiento en la formación del ciudadano


implica incorporar en los procesos educativos una mayor orientación hacia la
personalización del proceso de aprendizaje, hacia la construcción de la capacidad de
construir aprendizajes, de construir valores, de construir la propia identidad. En este
sentido, la mayor incertidumbre que genera esta sociedad de alta reflexibilidad se
resuelve- en términos relativos, por supuesto- con mayor reflexibilidad y no con menos
reflexibilidad. Pero, a su vez, las condiciones de esta sociedad muestran los límites de un
enfoque pura o aisladamente pedagógico. La socialización en los términos que demanda
esta propuesta de construcción del sujeto implica también la existencia de condiciones
sociales mínimas que apoyen el proceso de socialización escolar con experiencias
sociales donde se confirmen estos valores.

Pero ahora más que nunca la democratización del acceso al conocimiento y del desarrollo
de las capacidades de producirlo, es fundamental para la cohesión social. Pero una
educación de estas características es una educación sustancialmente diferente de la
tradicional, desde el punto de vista de sus modalidades de gestión y de sus contenidos. La
transformación de la educación está, por ello, a la orden del día en la mayor parte de los
países. (Tedesco, 2005, p. 56).
 

¿Qué derechos de los niños y niñas se está atendiendo con esta noción de una educación democratizadora?

1. El derecho a la igualdad en todos los sentidos sin distinción de raza, religión, idioma,
nacionalidad, sexo, opinión política u otros rasgos 2. El derecho a tener una protección
especial para fomentar su desarrollo físico, mental y social 3. El derecho a disponer y
disfrutar de un nombre y de una nacionalidad desde su nacimiento 4. El derecho a una
alimentación, vivienda y atención médica adecuadas y dignas para poder desarrollarse de
forma correcta 5. El derecho a una educación y a un tratamiento especial para aquellos
niños y niñas que sufren alguna discapacidad mental o física y que no pueden acceder a
estos recursos de forma equitativa 6. El derecho a la comprensión y al amor de los padres
y de la sociedad 7. El derecho a actividades recreativas y a una educación gratuita que les
haga crecer como ciudadanos y personas 8. El derecho a estar entre los primeros en
recibir ayuda en cualquier circunstancia que ponga en peligro su integridad 9. El derecho a
la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación de los que
puedan ser víctimas. 10. El derecho a ser criado con un espíritu de comprensión,
tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal para que más tarde ellos

puedan inculcar estos valores.1


Fuente: Quino. (1997). Todo Mafalda. Buenos Aires, AR: De la Flor.

Figura 1. Derechos de los niños y niñas se está atendiendo con esta noción de una
educación democratizadora. La mayoría de los maestros sostienen que la escuela debe tener
presencia, de distintos modos, en la efectiva garantía de cada uno de dichos derechos.
La crisis estructural de la que habla Tedesco se evidencia centralmente en tres
puntos. ¿Cuáles son?

Las crisis institucionales.

Las relaciones entre economía y sociedad.

Los procesos de identidad individual y colectiva.

Al ser estructural no hay puntos centrales.

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1 Declaración de los Derechos del Niño. (1959). Organización de las Naciones Unidas. Recuperado de

http://bit.ly/2F5rteC
LECCIÓN 3 de 3

Referencias

Declaración de los Derechos del Niño.  (1959). Organización de las Naciones Unidas. Recuperado de
http://bit.ly/2F5rteC 

Delval, J. (2013) La escuela para el siglo XXI. Revista Sinéctica (40). Recuperado de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-109X2013000100004 

Quino. (1997). Todo Mafalda. Buenos Aires, AR: De la Flor.

Tedesco, J. C. (2005) Educar en la sociedad del conocimiento. Buenos Aires, AR: Fondo de cultura
económica.

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