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HOSPITAL PUBLICO DE AUTOGESTION

DECRETO Nº578/93: Hospital Público de Autogestión. Si bien este decreto ha sido derogado en
octubre de 2000 por el decreto Nº939/00, sigue siendo un antecedente normativo fundamental
para entender el proceso de reforma del sector salud, al mismo tiempo que ha sido considerado
como elemento central a la hora de contextualizar nuestro trabajo. El Decreto Nacional 578/93
crea el Registro Nacional de Hospitales Públicos de Autogestión (HPA), donde podrán inscribirse
los Hospitales públicos de jurisdicción Nacional, Provincial y Municipal. Los HPA actuarán como
organismos descentralizados de acuerdo a las normas que cada jurisdicción establezca.

Una de sus normativas más relevantes es la que faculta al HPA a facturar las prestaciones que
brinda a beneficiarios de obras sociales, prepagos y personas con capacidad de pago. - El HPA
deberá brindar atención médica en forma igualitaria e indiferenciada a toda la población y, en
forma gratuita, a los pacientes carentes de recursos. Continuará recibiendo los aportes
presupuestarios que le asigne la jurisdicción de acuerdo a sus producciones, rendimientos y tipo
de población asistida, tendiendo a reemplazar progresivamente el concepto de "subsidio a la
oferta" por el "subsidio a la demanda". – En cuanto a los ingresos que perciba el HPA por el cobro
de prestaciones, serán administrados por el mismo, debiendo la autoridad jurisdiccional
determinar los porcentajes a distribuir entre: el fondo de redistribución solidaria; el fondo para
inversiones, funcionamiento y mantenimiento del hospital y el fondo para distribución mensual
entre todo el personal del hospital sin distinción de categorías y funciones. –

A su vez el HPA deberá:

1) cumplir con las normas del Programa Nacional de calidad de la atención médica;

2) incorporar recursos organizativos, instrumentales y de gestión para mejorar la eficiencia en la


utilización de los recursos y en el nivel de calidad de la atención médica;

3) desarrollar un sistema de información eficaz que permita conocer rápidamente en su localidad


el funcionamiento del hospital.

Se ha generado un fuerte debate alrededor del concepto de "subsidio a la demanda"; mientras


algunos sostienen que conlleva a una manifiesta disminución del presupuesto, lo que implica una
restricción y pérdida de calidad de las prestaciones; otros interpretan que es preciso universalizar
el subsidio a la demanda. Para Roberto Tafani: "mientras en los hospitales todo esta organizado
para la fuga, mientras domine la lógica del subsidio implícito, mientras continúe este régimen de
subsidio de oferta que convalida el desperdicio institucionalizado de recursos, no habrá
financiamiento que alcance y las necesidades de la gente continuarán relativamente
insatisfechas". " De lo que se trata es de caminar hacia el fin de la gratuidad tal como es entendida
en la actualidad, es decir, mediante el subsidio de oferta o sea el financiamiento de
establecimientos en vez de individuos". (Roberto Tafani, 1993: 182, 183). De manera contraria, el
Dr. Enrique Visillac plantea que: "para que la crisis de la salud no se profundice, para que los
hospitales puedan seguir brindando una atención universal y de alta calidad, para que se respeten
los derechos de los trabajadores, deben desactivarse la políticas de autofinanciamiento; se debe
volver a los principios de la salud pública, que entre otros, plantea un presupuesto suficiente para
garantizar la atención equitativa a todos los habitantes de nuestro país". (Visillac, 1998: 3). Si
anteriormente pudimos apreciar cómo esta nueva concepción se asocia estrictamente a una
problemática financiera, el Dr. Marcos Gómez, instaura el debate no tanto en términos de
presupuesto, sino en términos de un cambio en la estructura hospitalaria. "Hoy contamos con una
estructura que subsidia la oferta. El hospital monta una estructura y la ofrece a la comunidad,
establece una estructura que él considera que esa comunidad necesita. En cambio, el subsidio a la
demanda tiene que ver con la implementación de un programa de estructuras mínimas, son
estructuras básicas pero con gran capacidad operativa, pago lo que la comunidad me demanda".
(Marcos Gómez, Hospital Gutiérrez, entrevista 5 de Agosto de 2003).

El decreto Nº939/00 actualmente en vigencia denominado "Régimen de Hospitales Públicos de


Gestión Descentralizada" conserva la mayoría de las disposiciones contenidas en el Decreto
578/93, entre ellas una de sus más relevantes: "cobrar a terceros pagadores los servicios que
brinde a usuarios de obras sociales, mutuales, empresas de medicina prepaga, ..."(art.8). No
obstante, esta nueva Ley, establece la necesidad de subsanar ciertas dificultades que han venido
sucediendo a lo largo de la puesta en marcha del Régimen de Hospitales Públicos de Autogestión.
Si bien no se explicitan las dificultades a modificar, se puede observar la supresión de los
conceptos que ponían en duda la gratuidad o privatización de los servicios hospitalarios. En este
sentido el Decreto Nº 939/2000 establece: - los Hospitales Públicos de Gestión Descentralizada
deberán garantizar la gratuidad del acceso a la atención de la salud, eliminando todo tipo de
arancelamiento por la utilización de los servicios que brinda a la población. (art.5). - 25 - - el
Hospital Público de Gestión Descentralizada continuará recibiendo las transferencias
presupuestarias del ámbito jurisdiccional correspondiente, a las que se agregarán los recursos
generados a partir de la puesta en marcha del presente Régimen. (art.11). En este nuevo decreto
queda afuera la idea de reemplazar progresivamente el concepto de "subsidio a la oferta" por el
de "subsidio a la demanda". - El Hospital Público de Gestión Descentralizada no podrá destinar al
proceso administrativo de facturación, en cualquiera de sus instancias, un monto que comprometa
el adecuado financiamiento de las actividades hospitalarias. (art.12)

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