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Hay una historia en la biografía de George Whitefield sobre un hombre llamado John
Thorpe, que era un oponente de todo lo que era sagrado. Él y un grupo de sus amigos,
todos ellos jóvenes y rebeldes matones, conspiraron juntos para burlarse y oponerse al
ministerio evangelístico de George Whitefield mientras Whitefield predicaba en las calles
de Bristol, Inglaterra.
George Whitefield tenía cruzado severamente los ojos, si alguna vez has visto una
imagen realista de él. Y estos tipos solían burlarse de él por esto. Estos hombres llamaron
a su pequeña pandilla "El club del fuego del infierno" o "los infernales", e interrumpían las
reuniones, y se burlaban de Whitefield en las calles y en lugares públicos, y en general
trataron de hacer de su ministerio un reproche en su comunidad.
Aparentemente, Thorpe era bastante bueno para hacer imitaciones, y tenía todos los
gestos bien practicados de Whitefield. Tomó un sermón escrito de Whitefield, se paró en
el centro de este bar, cruzó los ojos y comenzó a dar una versión burlona del sermón de
Whitefield.
Su objetivo era burlarse y ridiculizar, ¡pero accidentalmente se rindió a Cristo! O más bien,
el poder de la Palabra de Dios penetró su alma y lo cortó hasta el corazón. Él mismo se
convirtió en un predicador y un evangelista bastante efectivo, porque conocía muy bien el
poder de la Palabra de Dios para penetrar en los corazones endurecidos.
"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos;
y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón." (He. 4:12)
Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que
yo os he hablado son espíritu y son vida.
Sal 119:25 Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.
Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos. Como
ambos, el alma y el espíritu, tienen referencia en el “hombre interior”, son fácilmente
confundidos. A menudo, una experiencia que solo “bendice” al alma, supuestamente debe
ser algo que edifique al espíritu. No hay nada de malo con la “bendición” y la “excitación
del alma”, pero no hay nada en ello que nos edifique espiritualmente. Por eso muchos
cristianos van de una experiencia excitante a otra sin realmente nunca crecer
espiritualmente – el ministerio que ellos reciben es solo “almatico.” Por eso la Palabra de
Dios es tan poderosa y precisa; puede penetrar hasta partir el alma y el espíritu, lo cual no
es algo fácil de hacer. Va mas alla de las emociones
los pensamientos y las intenciones del corazón. Los pensamientos (enthymésis) son
la parte emocional de la persona, y la intención (énnoia) la parte intelectual. Es como si
dijera: «Tu vida emocional e intelectual deben someterse por igual al escrutinio de Dios.»
desnudas (gr. gymnós). Lo que quiere decir es que, como personas humanas, solemos
ocultarnos bajo un disfraz exterior; pero ante Dios estas cosas desaparecen y tenemos
que enfrentarnos con Él tal como somos.